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Tierra de Partida estaba, una vez más, tranquila. Demasiado para Fyk.
Después de la Copa Phil había sido tachado de tramposo por culpa de alguien que se había ido de la lengua. Fyk podría sospechar que era Lyn, que lo había mencionado en algún momento ganandose la desconfianza de gran parte de los maestros y muchos de los aprendices. Aunque, por otra parte se había ganado fama como gran hechicero por la dificultad de realizar hechizos de debilitación.
Y precisamente aquel problema podía estar teniendo en aquel momento con los demás aprendices de Kazuki. Todos se encontraban en una pequeña aula del castillo, junto con algunos otros especializados en magia aparentemente como Ivan Kit o Nadhia Hoghes, mientras su Maestro les hablaba de los fundamentos de la magia. Teoría básica, como a él le gustaba.
—Las magias elementales, eh... Suelen tener otro elemento con el que se repelen entre sí —explicó, sin atender mucho al libro y observando un reloj al fondo del cuarto que indicaba que pronto terminaría la clase—. Las más básicas son fuego e hielo, agua y electricidad... Luz y, eh...
Kazuki no pudo evitar clavar sus ojos en Ragun y quedarse callado, sin terminar la frase. Se quedó unos segundo así, distraído, sin darse cuenta de lo incómodo que debía ser para él, pues seguramente la gran mayoría le miraría mal por aquello de ser considerado un asesino. Finalmente el reloj llegó al final de la hora, por lo que el Maestro se levantó de su silla, indicando el final de la clase.
—Hora del, eh... Descanso, chicos. Fran, eh... Ragun, Fyk y vosotros dos —señaló a Kit y Nadhia—, ¿podéis venir, por favor?
Los cinco aprendices se acercaron a Kazuki, mientras esperaba a que Fran abandonase el aula. Una vez hecho, procedió a hablar:
—Ragun, Fyk, Nadhia los Maestros hemos estado leyendo vuestro, eh... Informe acerca del País de las Maravillas —explicó el Maestro, observándoles detenidamente—. Muy completo, me ha, eh... Gustado. Pero hemos encontrado algo incompleta la sección acerca de los habitantes...
El Maestro esperó a que los chicos le diesen una respuesta acerca de aquel problema. Fuera lo que fuera lo que le dijeran, afirmó sencillamente y se dirigió a Ragun.
—Sí, am... He decidido que seas tú expresamente el que vuelva para completarlo. El Maestro Akio te dará el resto de las instrucciones, debes reunirte con él. Y, eh... ¿Frack? Tú le acompañarás en la misión de hoy. Estarás emocionado, es tu primera salida a otros mundos, eh... Creo.
Fran y Ragun se marchararon tras aquello despidiéndose de sus otros compañeros dejando solamente a los tres aprendices con el maestro.
—Eh... Bueno. Veo que vosotros tres sabéis ah... Manejaros muy bien en el campo de la magia. Por eso, a partir de ahora quedaremos una vez a la semana para... Tener nuestros propios entrenamientos, por ahora podéis...
Bip, bip, bip.
Bip, bip, bip.
Un sonido que parecía una alarma se escuchó en todo el aula sorprendiendo a todos, incluyendo al maestro, que se apresuró a rebuscar en su pantalón hasta que sacó de un bolsillo un aparato pequeño de color negro con una enorme pantalla que empezó a toquetear, quizás. Si existía aquel aparato en sus respectivos mundos podrían saber que era un teléfono móvil.
Kazuki llevó el aparato a su oreja mirando nervioso a sus aprendices.
—¿La federación? Sí, soy eh... Kazuki ¿Qué han abordado la nave principal los sincorazón? ¿Una fuga? ¿E-ella? Vamos enseguida—El maestro colgó y tras unos segundos miró a Fyk intensamente—. Nos vamos de inmediato a Espacio Profundo. Coged lo que necesitéis y nos vemos en el patio, frente al castillo.
Sin decir nada más, el maestro abandonó el aula apresuradamente. Algo había pasado en Espacio Profundo, y no parecía ser nada bueno por la expresión que Kazuki había puesto.