[Trama] La adorable fantasma

[Nell]

Hitori

La chica soltó una risita que provocaría escalofríos en el más valeroso de los guerreros. La típica sonrisa que sabes que esconde algo más, un plan maquiavélico, añadido a una vergüenza que podía ser tanto real como ficticia. Se mojó los labios y posó un dedo en los de Hitori.

—Hitori, ¿eh? ¡No te olvidaré! Comprobarás tarde o temprano cómo es el juego, cuando esté listo. Pero, para eso, acuérdate de mí. ¿Vale? Mi nombre es Shinju —guiñó de nuevo el ojo—. Y, ya que te vas, hazme un favor. Dale esto a Ariasu —le entregó una carta—. ¡Hasta pronto!

Y le cerró la puerta en las narices. Fuera, los guardias seguían en su misma posición, ajenos a la expulsión de Hitori de la mansión. Quizá aún siguieran pensando que “era” el invitado esperado.

Narrador

Vivi no parecía muy hablador, ni siquiera sobre la información del fantasma. Sin duda, estaba más interesado en recibir que en dar. Probablemente, porque su única curiosidad radicaba en cómo esconderse de él.

—Puede que no haya salido y se la hayan imaginado. Puede que ni siquiera exista —comentó, obviando su opinión personal. Luego, añadió—. Voy a seguir entrenando. ¿Quieres algo más?

[Soul Artist]

Estaba claro que el joven de extraño aspecto quería estar en paz, por lo que quizá fuese mejor que le dejase allí entrenando con su muñeco. Me encogí de hombros, algo impotente al no ocurrírseme nada más que preguntarle al desconocido, y me despedí.

—Nada más. Suerte con el Smurffle.

Me di media vuelta y, tras escalar las paredes que me llevaban de vuelta a la puerta por la que había entrado, me detuve para recordar por dónde había venido. Quizá la información de la niña fantasma fuese útil de algún modo, aunque no creí que tuviese relación alguna con los Sincorazón.

Comencé caminar hacia la entrada de los túneles por la que había accedido al lugar. ¿Qué hacía a continuación? Sin Hitori era completamente incapaz de seguir moviéndome por aquella ciudad, o villa, o lo que fuera. Sabía que había un bosque en alguna parte, y en él una mansión; ya está. ¿Cómo iba a llegar a ninguna parte así? Tampoco se me ocurrían más sitios donde buscar a las oscuras criaturas que nos había mandado Ronin.

Me dispuse a cruzar la puerta que me llevaría a la plaza del tranvía, donde esperaría junto a la tienda de golosinas para ver si el inútil de mi compañero se dignaba a aparecer. En cuanto le viese, le echaría una buena bronca, enfadado.

[Hitori]

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Hitori al escuchar la siniestra risa de la pequeña. Le parecía imposible que una niña de aspecto tan inocente, aunque a la vez tan misterioso, pudiese tener una risa tan maquiavélica. Pero el siguiente acto de la niña sorprendió más a Hitori.
La joven se llevó un dedo a su boca, lo mojó con la lengua y, acto seguido, lo posó en los labios de Hitori. El chico se apartó inmediatamente, como acto reflejo, quedando totalmente fuera de la casa. Ignorando este acto, la chica continuó hablando.

—Hitori, ¿eh? ¡No te olvidaré! Comprobarás tarde o temprano cómo es el juego, cuando esté listo. Pero, para eso, acuérdate de mí. ¿Vale? Mi nombre es Shinju —guiñó un ojo, provocando otro escalofrío en Hitori—. Y, ya que te vas, hazme un favor. Dale esto a Ariasu —le tendió un sobre que, por el peso, debía de contener tan sólo papeles dentro—. ¡Hasta pronto!

Y le cerró las puertas. El chico se quedó unos segundos inmóvil en el sitio, antes de darse la vuelta, con la mente en blanco y la expresión de su rostro igual. Pasó por el lado de los guardias, que no dijeron nada, y llegó de nuevo al bosque. Una vez allí, suspiró y miró el sobre.

—¿Ariasu? ¿Quién será esa...? —dijo, suponiendo que era una chica, pues el nombre sonaba como tal—. No me suena que haya ninguna "Ariasu" en Villa Crepúsculo. Agh...

Se rascó la cabeza y caminó en dirección a la ciudad, atravesando el boquete en la pared.

—No puedo hacer mucho más. Buscaré a Kit y veré si encontró algún puñetero Sincorazón... —dirigió la mirada hacia las calles que desembocaban en el Solar Deportivo—. No puedo ir a visitarle...

Apenado, volvió a la tienda de chucherías que llevaba la simpática ancianita, esperando que Ivan todavía estuviese por ahí.

[Nell]

Ivan tuvo que esperar un poco, pero finalmente Hitori apareció frente a la misma tienda, buscándole. Los dos compañeros se reencontraron, sin mayor misterio.

La avenida estaba, en cierta medida, concurrida. Varias personas paseaban por las inmediaciones, de compras o de paso, sin prestarles ninguna atención. No llamaban lo suficiente la atención como para que alguno de ellos sospechase, aunque fuera de pasada, que sólo uno de los chicos pertenecía a aquel mundo.

[Hitori]

Hitori pudo ver a Kit al lado de la tienda de la ancianita. A pesar de que estaba algo lejos, creyó ver en su compañero una expresión de impaciencia, como si llevase un buen rato esperándole. El chico se aproximó corriendo hacia Ivan, sorteando a la gente que pasaba por la avenida sin prestar mucha atención al resto de pueblerinos. Lo habitual en Villa Crepúsculo, según recordaba Hitori.

—Menos mal, todavía estás aquí... —suspiró, aliviado, al llegar a junto su compañero—. ¿Te he hecho esperar demasiado?

Esperando a que Kit contestase, Hitori sacó la misteriosa carta de su bolsillo y, cuando el otro aprendiz acabó de hablar, se la mostró con gesto de duda.

—¿Qué crees que será esto? Una tía en la mansión... —se detuvo, recordando que no le había contado a Kit lo de la mansión—. Lo siento, no te conté.

>Fui hasta la mansión que está en las afueras de Villa Crepúsculo. Allí, unos guardias me confundieron con nosequién y me dejaron entrar, pero una chica muy rara me echó y me dijo que volviese en otro momento. Pero antes de echarme, me dio esta carta y me dijo que era para... esto...

El chico se quedó pensativo, intentanto recordar el nombre de la destinataria.

—Mmm... Amaterasu... No, eso no. ¿Arietta? —soltó un gruñido y dio unos golpes con los pies contra el suelo—. ¡Argh, ahora no me acuerdo! Tenía un nombre así, pero...

Levantó la mirada de la carta, percatándose de que Kit todavía estaba allí y lo miraba. Al instante se sonrojó, dándose cuenta de que había estado pensando en alto delante de su compañero.

—C-como sea... no hay nadie que se llame así por aquí —le dio el sobre a Ivan para que lo mirase—. ¿Qué deberíamos hacer, dársela a Ronin?

[Soul Artist]

Cuando salí de los túneles decidí esperar al inútil de mi compañero donde había comprado mis dulces, mientras sacaba la bolsa de estos del bolsillo y me dedicaba a devorarlos con impaciencia. ¿Qué otra cosa podía hacer? No conocía mucho más aquel mundo, y no podía arriesgarme a perderme más de la cuenta. Bastante la había liado él como para complicar las cosas; ahora solo tenía información inútil sobre espectros y miedo de adolescentes.

Finalmente apareció. Venía de lejos, por el camino del tranvía, y nada más ver el enfado en mi rostro se apresuró corriendo mientras la gente le miraba extrañamente.

—Menos mal, todavía estás aquí... ¿Te he hecho esperar demasiado?

No le contesté con palabras. Agarré de mi bolsa una golosina con forma de fresa, la metí entera en mi boca y mastiqué con fuerza y lentamente, mientras entrecerraba mis ojos para indicarle lo poco contento que estaba y cómo le odiaba por haberme abandonado de aquella manera. Hitori, seguramente para evitar mirarme directamente, desvió su mirada hacia una carta que levantó en el aire, mostrándomela.

—¿Qué crees que será esto? Una tía en la mansión... Lo siento, no te conté. Fui hasta la mansión que está en las afueras de Villa Crepúsculo —¡así que allí se había dirigido! Seguramente habría oído del fantasma mientras vivía allí, antes de ir a Tierra de Partida, y se había dirigido corriendo aprovechando mi confianza en él. ¡Qué mal Portador!—. . Allí, unos guardias me confundieron con nosequién y me dejaron entrar, pero una chica muy rara me echó y me dijo que volviese en otro momento. Pero antes de echarme, me dio esta carta y me dijo que era para... esto... Mmm... Amaterasu... No, eso no. ¿Arietta? ¡Argh, ahora no me acuerdo! Tenía un nombre así, pero...

"Una chica rara". ¿Cuán rara sería? ¿Lo suficiente como para equivocarla con un fantasma? No, no lo creía. Si así fuese, mi inútil compañero habría salido corriendo de allí nada más verla; no es que Hitori sirviese para mucho más, la verdad. Pero si había estado en la mansión, lo más probable es que o fuese ella o hubiese más niñas "raras" en la susodicha mansión.

Hitori me miró finalmente a los ojos y se percató de mi enfado, poniéndose nervioso finalmente.

—C-como sea... no hay nadie que se llame así por aquí. ¿Qué deberíamos hacer, dársela a Ronin?

Suspiré y me acerqué al aprendiz, viendo su capacidad de pensar en una situación como aquella. Pobrecito: corriendo a las faldas de mi Maestro cuando no sabía qué hacer.

—Ay, Hitori. Lo primero: me debes una tarta de queso por haberme abandonado así —le señalé, exigiendo algún tipo de recompensa por aquella traición—. Lo segundo: sé que no eres tan genial como yo, ¡pero no puedes ir por ahí dando cartas ajenas a los Maestros! ¿Qué tienen que ver en esto? No, no. Anda, dámela.

Tomé la carta de manos de mi compañero, esperando que no opusiera resistencia. Una vez en mi poder observé el sobre, esperando descubrir algo, la mínima cosa: remitente, dirección, alguna marca o sello...

—Si te dan una carta —expliqué, colocándome de espaldas a él para evitar que detuviese mi siguiente acción—, ¡debemos investigarla!

Abrí el sobre, dispuesto a sacar su interior mientras bloqueaba cualquier intento que pudiese haber de mi compañero por detenerme.

[Nell]

Ivan arrebató la carta a Hitori y consiguió desplegarla. Ambos leyeron, entonces, su contenido.

Spoiler: Mostrar

Proyecto I

El sujeto está reaccionando satisfactoriamente a todas las pruebas posteriores a la extracción. Sus capacidades físicas y mentales, junto a sus recuerdos, continúan intactos, como preveíamos, pero carece, naturalmente, de todo lo que relacionábamos hasta ahora con las funciones de lo que hemos eliminado.

Además, responde bien a los estímulos que se le presentan sobre lo que ha perdido. Ni los rechaza, ni los acepta. Son inmunes a su existencia. Pese a todo, hemos detectado un breve anhelo, producto sin duda de una añoranza ilusoria, que el tiempo acabará por eliminar.

Por si fuera poco, ha aceptado nuestra oferta y apoya la causa a la que servimos. Será nuestro aliado, y nuestra marioneta. Consciente de tal, así se ha entregado.

Por otro lado, la parte inservible que dio como resultado el proceso de extracción, tras ser analizada, ha sido liberada en Bastión Hueco con la intención de que se una a sus congéneres en la exterminación de los últimos reductos de resistencia.

Podemos asegurar, pues, que el experimento ha sido un éxito rotundo.

Continuaremos explorando sus posibilidades, para un informe posterior más detallado, aunque los exámenes más imprescindibles han sido resueltos ya. No esperamos detalles relevantes a partir de este punto.

Aguardaremos nuevas órdenes antes de proceder con la iniciación.

No había firma, ni más datos que pudieran hacerles saber quién era el remitente y el destinatario, salvo las dos personas que parecían involucradas en aquel extraño informe. Ninguno de los dos aprendices había oído nunca tampoco nada sobre ese “Proyecto I”.

Spoiler: Mostrar

¡Enhorabuena! ¡Habéis desbloqueado los Informes Secretos!

Se añadirán enseguida a la Base de Datos (nueva sección). Éste, el número 9, a la ficha de Hitori, en sus Objetos.

Un rato después de la lectura, mientras hablaban entre ellos (de lo que fuese), apareció Ronin, en la distancia. Les saludó desde lejos y se acercó.

—¡Vaya, chicos, estáis aquí! —exclamó—. Creo que es suficiente por hoy. Decidme, ¿habéis descubierto algo sobre los sincorazón? ¿Sobre la ciudad? No habréis estado vagueando, ¿verdad? —les escudriñó, con sospecha.

[Hitori]

Cuando Hitori terminó de leer la extraña carta, titulada "Proyecto I", se quedó en completo silencio, alternando su mirada entre el papel y su compañero.

Un sujeto al que le habían extraído "algo"... y que, a pesar de seguir físicamente igual, carecía de todo lo relacionado con "aquello" que le habían quitado. El sujeto parecía responder a unos "estímulos", pero la carta no especificaba a qué estímulos se refería; sólo decía que existía un anhelo que acabaría desapareciendo.
Y lo más importante de la carta... el sujeto era aliado de los que llevaron a cabo la extracción. Pero también era importante el hecho de que existía una parte restante que acabó... en Bastión Hueco. El mundo que le estaba prohibido a los aprendices.
¿Qué había en ese mundo que era tan importante? ¿Quizás... más partes restantes de experimentos?

Todos esos pensamientos cruzaron la mente del chico antes de abrir la boca para expresar su desconcierto.

—No entiendo nada... —murmuró, simplemente. Esperó que Kit le explicase sus ideas, pero quizás su compañero se encontraba igual de confuso que él.

Poco después, Hitori pudo ver al maestro de Kit acercándose desde los altos de la estación, saludándoles con una mano. En un acto reflejo, el joven aprendiz le quitó la carta de las manos a su compañero y la guardó en el bolsillo. No sabía si era lo más correcto ocultar la carta, pero una fuerza superior actuaba sobre él: la curiosidad.

—¡Vaya, chicos, estáis aquí! —exclamó Ronin, al llegar a donde estaban los dos jóvenes—. Creo que es suficiente por hoy. Decidme, ¿habéis descubierto algo sobre los sincorazón? ¿Sobre la ciudad? No habréis estado vagueando, ¿verdad?

—¡E-en absoluto! Hemos inspeccionado toda la ciudad de cabo a rabo, pero ni rastro de sincorazón... —Hitori miró de reojo a su compañero—. ¿V-verdad, Kit?

Apretó ligeramente la carta con la mano que todavía tenía en el bolsillo. Había un montón de incógnitas acerca de aquello... y algo le impulsaba a resolverlas todas.

[Soul Artist]

Proyecto I.

No había terminado de leer la carta cuando mi mente comenzó a divagar ya en aquel concepto. Extracción, estímulos... ¿De qué demonios estaban hablando? Era algo serio, estaba claro. Pero las dos palabras que me hicieron perder mi mente entre mis pensamientos fueron definitivamente las "prohibidas": Bastión Hueco.

Marioneta. Juguete. ¿A quién podía darle igual servir con aquellos propósitos? El que había escrito aquello parecía ser una especie de científico... Como yo. Pero todo aquello era demasiada información que analizar y pensar: mis pensamientos comenzaban a estar sobresaturados. Y más con el título. Proyecto I.

¿Había más?

—No entiendo nada... —susurró mi compañero, impresionado por el contenido de la carta. Levanté la vista y eché una risita, algo nervioso.

—Está claro que hay que analizar a fondo esta carta —señalé, golpeando ligeramente el papel como si de un gran descubrimiento se tratara—. Un sujeto... ¿Dices que te la dieron en la mansión? Recuerdo que me hablaron de un fantasma... ¿Podría estar relacionado? Necesito que me la prestes para...

—¡Vaya, chicos, estáis aquí!

La carta voló de mis manos antes de que pudiese terminar mi petición. Hitori se había asustado nada más oír a mi Maestro, el cual había aparecido sin que yo me diese cuenta.

— Creo que es suficiente por hoy. Decidme, ¿habéis descubierto algo sobre los sincorazón? ¿Sobre la ciudad? No habréis estado vagueando, ¿verdad?

La mirada de Ronin hacia nosotros era particularmente... Sospechosa. No hubiese sabido decir si la paranoia por la carta estaba afectándome mientras intentaba mantener a raya mis nervios, tragando algo de saliva; pero no aparté la vista de él, desafiante.

—¡E-en absoluto! —Hitori, por supuesto, era incapaz de guardar la calma—. Hemos inspeccionado toda la ciudad de cabo a rabo, pero ni rastro de sincorazón... ¿V-verdad, Kit?

—Querrás decir que yo he inspeccionado la ciudad —corregí a mi compañero, intentando tapar su nerviosismo y dando mis mejores dotes de actor—. Lo siento, Hitori, pero con tu tartamudeo es imposible que ocultes la verdad. Yagari ha ido a vaguear mientras yo, cumpliendo con mi deber, he seguido la pista de los Sincorazón por la Villa. Pero no había rastro de nada; solo un joven extraño de oscuro rostro y ojos amarillos llamado Vivi. Ay, Hitori, deberías haberme acompañado.

¿Se tragaría Ronin mi actuación? Desde luego... Necesitaba que la carta siguiese oculta, pero con la actitud de mi compañero difícil resultaría no sospechar algo. Cualquier cosa. Mi paranoia me estaba matando ya.

[Nell]

Si Ronin llegó a sospechar algo de lo que habían estado haciendo momentos antes, no lo demostró. Soltó una estruendosa carcajada, un poco exagerada, y empujó en la espalda a Ivan, como si fueran compañeros de toda la vida que se reían de una gracia que acababa de hacer el chico. Demasiado amigable se comportaba a veces el líder Maestro.

—¡Venga, hombre, no te lleves el mérito tú solito! No creo que el chico no haya estado haciendo nada, ¿verdad? —comentó, dirigiéndose a Hitori—. Defiéndete ahora que puedes, ¡o tu compañero se llevará toda la gloria!

No había demasiada gloria en inspeccionar una ciudad cuyo máximo peligro podía ser partirse los piños con el monopatín, pero Ronin se tomaba la situación con excesivo buen humor. Ni siquiera pareció importarle que la misión de búsqueda de los sincorazón no hubiese dado resultado. Era posible, incluso, que ya se lo esperase.

—No importa. Estoy seguro de que habéis hecho un magnífico trabajo. Y por eso os merecéis un premio —sacó una pequeña caja congelada de uno de sus bolsillos, que contenía dos polos de helado de sal marina, que entregó respectivamente a Hitori e Ivan—. ¡Qué aproveche, y mucho! Casi me hielo los calzones de camino hacia aquí.

Dejó que los dos muchachos lo probaran y comenzasen a tomárselo antes de continuar.

—En fin, como las cosas están calmadas por aquí, no necesitamos intervenir más en este mundo. Volvemos a casa, chicos —anunció—. Por cierto, vuestro compañero ya se adelantó. Estuvimos visitando a un antiguo conocido mío, que también me informó sobre las últimas novedades de la ciudad. Nada relevante, en realidad —aseguró.

Ronin los guió hasta un callejón apartado, un cubículo usado por los ciudadanos para depositar la basura. Allí, el Maestro se colocó la armadura, preparó su arma-vehículo y esperó a que sus dos aprendices siguiesen su ejemplo, en cuanto acabasen sus helados. Partirían de inmediato, entonces.

Spoiler: Mostrar

¡Último post!

[Soul Artist]

—¡Venga, hombre, no te lleves el mérito tú solito! No creo que el chico no haya estado haciendo nada, ¿verdad?

Me encogí de hombros, alcé las manos y suspiré, como dando por perdida la actitud de mi compañero al ser defendido por mi Maestro. Pero en realidad lo estaba usando de tapadera para poder echar el aire tranquilo; mientras intentaba ocultar lo de la carta podía notar cómo los latidos de mi corazón aumentaban, en señal a mis nervios por si sospechaba algo. Seguramente el contenido de la carta sería muy útil para el viejo, pero ¿por qué no retrasar el que le llegara? Parecía contener montones de datos que analizar... Pero eso ya lo haría en la tranquilidad de mi habitación.

—No importa. Estoy seguro de que habéis hecho un magnífico trabajo. Y por eso os merecéis un premio.

Ronin sacó una pequeña caja aparentemente con hielo en su interior y la abrió, ofreciéndonos a Hitori y a mí dos helados de color azul cielo. Los observé extrañado y, viendo que mi compañero no tenía reparo en tomar uno, le imité y lo acerqué a mi cara.

—¡Qué aproveche, y mucho! Casi me hielo los calzones de camino hacia aquí.

Extraño producto. Lamí la punta con la lengua, saboreando mi primer helado de sal marina, y aparté la cara asqueado. ¡Estaba salado! Pero, tras la desagradable sorpresa, mi paladar notó que también estaba... Dulce. Miré extrañado el helado y, asombrado por el curioso sabor, seguí tomándolo encantado. Qué curioso, dos sabores tan contradictorios que, sin embargo, conseguían complementarse a la perfección. ¿Cómo estarían hechos? Me pregunté su composición e ingredientes mientras el Maestro nos indicaba el camino habia un callejón apartado de la ciudad.

—En fin, como las cosas están calmadas por aquí, no necesitamos intervenir más en este mundo. Volvemos a casa, chicos. Por cierto, vuestro compañero ya se adelantó —se me escapó un mordisco, acabando con la mitad del helado y casi atragantándome con él—.. Estuvimos visitando a un antiguo conocido mío, que también me informó sobre las últimas novedades de la ciudad. Nada relevante, en realidad.

Ronin no tardó en invocar su armadura y su Glider, dándonos la señal de que nos íbamos. Terminé el helado con otro brusco mordisco, no tan bestia como el anterior, y preparé el teletransporte para ser conducido a la Black Hunter.

—Vamos, Hitori, si te portas bien te dejaré tomar los controles de la nave un poco —prometí a mi compañero indicándole que se acercara a mí para subir a ella con el teletransporte, aunque no pensaba cumplir con ello; era demasiado disfrute poder controlarla yo, como para dejársela a él—. Maestro, ¿tiene alguna teoría de por qué los Sincorazón no se han atacado este mundo?

No sé por qué lo pregunté. La verdad, conociendo a Ronin, se reiría y diría cualquier tontería.

[Hitori]

La tensión del momento se rompió con la fuerte carcajada del maestro, quien se acercó a Iván y le dio palmadas en la espalda.

—¡Venga, hombre, no te lleves el mérito tú solito! No creo que el chico no haya estado haciendo nada, ¿verdad? —se dirigió a Hitori y le echó una mirada llena de confianza—. Defiéndete ahora que puedes, ¡o tu compañero se llevará toda la gloria!

El chico se limitó a reír tímidamente y a sonrojarse. Desde luego que se había esforzado, pero no tenía muy en cuenta los comentarios que hacía Ivan. Además, Hitori supuso que serían comentarios hechos desde los nervios causados por la carta. Cuando el ambiente se relajó por completo, el maestro sacó una caja blanca de un bolsillo y ofreció un par de helados a los aprendices. Hitori los reconoció al instante: helados de sal marina, sus favoritos. Sin dudarlo un segundo, cogió uno de la caja y sonrió.

—¡M-muchas gracias! —dijo, antes de llevarse el helado a la boca para saborear el curioso contraste entre salado y dulce de aquellos helados. Echó una mirada a Kit, quien, después de probar el helado, lo miraba con una expresión graciosa, extrañado por el sabor.

El maestro los condujo hasta un sitio apartado, usado a modo de basurero, por lo que nadie solía pasar por ahí. Una vez allí, anunció que era hora de irse e invocó tanto su Glider como su armadura. En cambio, Kit, al acabar su helado, cogió las llaves de la Nave.

—Vamos, Hitori, si te portas bien te dejaré tomar los controles de la nave un poco —comentó, aunque el chico dudaba de la veracidad de ello. Sin embargo, susurró un "gracias" seco y esperó a que la nave apareciese para montar en ella.

Mientras Kit hablaba con Ronin, Hitori echó una última mirada a su pueblo. Le entristecía no haber podido pasar más tiempo ahí y, sobre todo, no haber podido visitar a su madre y a Ben. "Pero es mejor así", pensó. Si se pasaba a visitarles, quizás no querría volverse a ir... o ellos le harían preguntas que no podía contestar.

Unos últimos rayos del atardecer bañaron el rostro de Hitori, haciendo brillar unas pequeñas lágrimas que asomaban por sus ojos, antes de entrar en la nave y salir del que, en su corazón, siempre sería su hogar.

[Nell]

Desgraciadamente para Ivan, supo predecir a la perfección la reacción de Ronin que no le reportó, en absoluto, ninguna respuesta satisfactoria. Aunque primero soltó esa carcajada habitual suya.

—¡Quién sabe! Puede que tengan miedo de todos los aprendices que han salido de aquí —y le guiñó un ojo, con complicidad, a Hitori, a pesar de que no participaba en la conversación.

Unos mediante su nave, otro por la ruta ordinaria, volaron hacia el cielo y se marcharon de Villa Crepúsculo, dejando atrás la mansión, junto a la fantasma que había resultado no ser una fantasma, y regresando con nuevas incógnitas que, muy a pesar de ellos, pronto resolverían.

Spoiler: Mostrar

¡Fin de la Trama!

La verdad es que en general no tengo nada que comentar xD Siento los retrasos ocasionados, ya que, como habéis visto, es una Trama ligerita que no tiene muchas vueltas de hoja, aunque os halláis llevado un premio a casa. Preparaos para la próxima, que me aseguraré que no sea tan tranquila.

Eso sí, me ha decepcionado un poco que no intentarais preguntar a nadie, recopilar información de calle, etcétera. Es más, no tenía previsto que fuera a “ser tan rápida” xD Pero eso ya no lo decido yo.

Ahora sí, puntuaciones:

Hitori – 55 PX. Revisa lo que escribes antes de mandarlo, aunque sea vistazo con Vista Previa. Tus escritos son geniales, pero creo que pueden mejorar mucho tratándolos mejor, con tiempo y ganas (¡que espero que de esto último no te sobre!).
¡Subes al nivel 8!

Narrador – 56 PX. No has tenido muchos momentos para destacar, pero no me he quedado del todo contenta con el rol. Mismo consejo que Hitori, aunque creo que lo tuyo es más motivacional y que no te hace falta tanto.
¡Subes al nivel 9!

Vuestra siguiente Trama quizá tarde un poco, chicos, así que sed pacientes. ¡Ahora actualizo!