[Espacio Profundo] Dead Space

[EspeYuna]

—¡Por aquí, Nadhia! —me indicó Fyk, manteniendo el equilibrio sobre la caja que acababa de pisar. Por un momento pensé que se iba a caer, pero comprendí que el pequeño ya estaba acostumbrado a la falta de gravedad.

Sin embargo, yo no. Tardé un poco en llegar hasta donde Fyk aguardaba. Una vez terminé de enseñar mi suma torpeza y desequilibrio, me fijé en el largo pasillo en el que nos encontrábamos. A ambos lados nos esperaban un buen número de puertas: demasiadas, para la prisa que teníamos para encontrar a aquella mujer.

—Podría estar en cualquier parte.

—Cierto —le di la razón a Fyk. Aquella nave era enorme y me daba miedo pensar que a cada minuto que tardásemos varios guardias que defendían el coloso morían en el espacio. O lo que era aún peor: pasaban a formar parte de las filas enemigas.

—Sé que concluimos que no íbamos a ir a la zona residencial, pero, ahora que lo pienso... quizás nuestra enemiga ha previsto que no iríamos allí y ha actuado en consecuencia.

Observé a Fyk, sorprendida. Tenía razón. Además, un delincuente solía utilizar una cosa más valiosa que cualquier aliado para escapar: rehenes. ¿Y si la familia de Fyk estaba en peligro? ¿Y los demás civiles de la nave, mujeres y niños que no podían defenderse?

—¡De acuerdo, vamos! —asentí, a la vez que Fyk me sonreía antes de abrir la puerta que conducía a la zona residencial. Le devolví la sonrisa. Seguramente, otra razón era más que obvia: él quería asegurarse de que su familia estaba sana y salva. Si no lo hacía, podría desconcentrarse durante una batalla. Y puede que nuestra fugitiva estuviese más cerca de lo que imaginábamos.

Siguiendo a Fyk por la zona residencial, pensé por unos instantes en Kit. ¿Dónde estaría? ¿Lo habrían atrapado y llevado junto con la Gran Consejera? ¿Se encontraría bien? Hasta ese momento no se había dado cuenta de la otra cara del muchacho: inseguridad, miedo...

Tuve que abandonar mis pensamientos cuando Fyk comenzó a hablarme de su madre. ¿Una guerrera de reputación?

—¡N-no lo sabía! —exclamé, bastante sorprendida— ¡Seguro que se trata de una mujer formidable! ¡Debes de estar muy orgulloso por ella!

Los dos nos plantamos frente a una casa de la zona residencial. En cierto modo todo aquello me recordaba a Villa Crepúsculo, a mi hogar... sólo que más... más... tecnológico, cibernético y moderno. El pequeño azulado marcó su mano en una especie de... ¿timbre?

Inmediatamente, la puerta se abrió y nos condujo al interior de la casa. Para mi sorpresa, Fyk salió corriendo hasta acabar en los brazos de una especie de mujer, de los mismos colores azulados que su pequeño hijo. Sí, debía ser la madre de Fyk.

—Mamá... —susurré, añorando un abrazo tan cálido como el que daban las madres.

Me intenté comportar, pues la madre de Fyk no bajó la mirada mientras abrazaba a su hijo, sino que me observó detenidamente. Me estaba empezando a poner nerviosa con tantas miradas, pero el ser una ser humana de piel pálida debía ser extraño para ellos.

—¿Eres otra Aprendiza? —preguntó, de forma estricta. Asentí, mientras ella dejaba de observar mi aspecto centrándose en mi Aguacero— ¿Cuál es la situación en la nave?

—Por ahora la batalla sigue en el exterior —dije, intentando parecer convincente—. La Gran Consejera nos ha encomendado el atrapar a una mujer. De mi misma raza, parece ser. Se sospecha que ella esté tras el control de los Sincorazón, los seres que os están atacando.

Tras eso, Fyk intentó comportarse frente a su madre, preguntando por la fugitiva. Sin embargo, la conversación pasó a convertirse en una bomba de relojería para el pequeño.

"Tu hermana", "Kaara no está"

El corazón me dio un vuelco. ¿L-la hermana de Fyk no estaba en la zona residencial? ¿Cómo era eso posible? ¿Quizás... la fugitiva...? ¡No, no era posible! ¿O sí?

"Hace casi un mes", dijo la madre. Entonces, ¿no estaba en la nave? ¿Había desaparecido antes de la amenaza de los Sincorazón?

Por una parte, me alivié porque no estuviese dentro del coloso, pero aquello pintaba mal, muy mal. ¿Cómo había escapado de su mundo? ¿Sus naves podían atravesar el cosmos entre los mundos? ¿Y por qué debería hacerlo?
Además, si la hubiesen admitido como aprendiz en Tierra de Partida, Fyk ya lo habría sabido. ¿Entonces...?

Fyk abrazó con más fuerza a su madre. Había sido una mala idea traerlo aquí.

—¿Kaara no dejó ninguna nota? ¿Una pista para saber a dónde se dirigía...? —al darme cuenta de mis palabras, sólo pude agachar la cabeza— L-lo siento, disculpe mi atrevimiento. Es que Fyk es buen amigo mío, y, bueno, yo...

Titubeando, aparté la vista y me dirigí a la puerta.

—F-Fyk, te espero fuera. En la plaza por la que hemos pasado.

Y sin más, salí por la puerta, otorgándole a Fyk un poco de intimidad.

Paseando por las calles, me di cuenta del silencio que cubría la zona residencial. Seguramente estarían todos encerrados en sus casas, asustados por los malvados seres que amenazaban con destruir su hogar.

"Siento que tengas que presenciar todo esto, mi princesa... ¿os encontráis bien?"

Agarré mi broche con la mano libre, mientras con la otra sostenía con decisión mi Llave-Espada, preparada para cualquier acontecimiento.

—Sí, estoy bien. No te preocupes, Cédric.

[Soul Artist]

Era fuerte. No me gustaba pensar en su fuerza pues me hacía ver mi situación algo negra, pero me había provocado un arañazo en el hombro... Otra vez. Me acordé del que me acosó durante mi huida de Bastión Hueco y me llegué a preguntar si se trataba del mismo Sincorazón. ¿Qué obsesión tenía con provocarme el mismo ataque? O toda la especie tenía una preferencia grave a arañar la misma zona del cuerpo o mi teoría era correcta. ¿Por qué no? El odio con el que me miraba...

—¿Nos conocemos?

La verdad es que la pregunta fue bastante estúpida por mi parte. Pero sí, algo me decía que se trataba de la misma sombra acechante que un par de días antes me había atacado. ¿Qué obsesión tenía conmigo? ¿No podía elegir entre muchos otros aprendices entre muchos otros mundos a los que atacar?

La "nueva sombra" se lanzó a por mi compañero y, en vez de atacarlo, destruyó su pistola láser con facilidad extrema. ¿Cómo atacaría ahora Gantu? Con su tamaño siempre podría intentar aplastarlo, pero la escena del capitán jugando a aplastar el topo con un Sincorazón no era demasiado seria para aquella situación.

Gruñí. Me lancé contra mi enemigo y le golpeé con la Llave-Espada, aprovechando que estaba detrás de mí. Después, sin apartar mi arma de él, grité:

—¡Cortocircuito!

De la punta de mi arma una ola de agua fría se lanzó contra el Sincorazón, a quien tenía a apenas unos centímetros a distancia. Desde allí podía ver chispas recorrer el agua, preparadas para dañar a mi enemigo y, posiblemente, paralizarle.

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Cortocircuito tiene "probabilidades medias" de paralizar. ¿Me esperas a esta noche para randomear, Sombra? Si tienes cosas que hacer, hazlo tú xD

[Sombra]

Fyk y Nadhia

Tras el emotivo momento, no les quedaba más remedio que volver a donde empezaran; el pasillo de las múltiples puertas. Cada uno llevaba a lugares muy diferentes por lo que era dificil saber a donde iría la reclusa o por donde había pasado.

Allí deberían escoger entre dos métodos para saber donde estaba (si es que se encontraba en alguna de aquellas puertas) El primero era pensar detenidamente que lugar le interesaría a una fugitiva tan peligrosa como decían mientras que en el segundo... Simplemente tendrían que limitarse a explorar cada una de las estancias una a una aunque era muy probable que dicho sistema acabase en algo muy malo. Al fin y al cabo, los sincorazón seguían pululando libremente por la mayor parte de la nave, que solo se encontrasen un grupo en la Sala de Conexión era tan solo pura suerte.

—Oh, eh... Chicos. ¿Habéis encontrado algo? —preguntó una voz masculina que salía de la puerta "9.A". Los dos podrían reconocer al hombre como el Maestro Kazuki, que seguía con una expresión seria pero en cierto modo soñolienta. Se llevó la mano a la boca para bostezar con fuerza—. Dadme eh... un informe de la situación. ¿Habéis eh... encontrado algo raro?

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Ivan

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Usando Random.org salió el 2, número escogido por Narra por tanto la NeoSombra queda paralizada

La Neosombra se estremeció por un instante bastante dolorido, incluso trató de moverse aún paralizado. Su cuerpo soltaba chispas, como si se hubiese sobrecargado de energía eléctrica que no podía llegar a contener provocando una parálisis que era innevitable.

El sincorazón rugió furioso, frustrado ante su incapacidad para poder desgarrar a aquel que le había hecho aquello.

—Me encargaré de ese Grandullón —informó Gantu corriendo hacia la bola de sebo oscura que trataba de bloquear el paso para propinarle una patada en la barriga que a pesar de no haberle herido, al menos consiguiera moverlo un poco. ¿Cuánta fuerza tenía aquel ser?

La criatura seguía en las mismas, cada vez se movía más fluídamente incluso aunque estaba bastante entumecido. Tenía que darse prisa si no quería acabar mal.

[EspeYuna]

Esperé a Fyk. Puede que tuviésemos prisa, pero... él necesitaba estar unos momentos a solas con su madre. Y más si su preciada hermana había desaparecido.

Una vez que llegó a la plaza, me dirigí junto a él a la salida de la zona residencial, para acabar de nuevo en el largo pasillo que conducía a tantos lugares... y tan poco tiempo. Debíamos darnos prisa y deducir a dónde iría la delincuente.

Observé a Fyk y comenté todo aquello que se me pasase por la cabeza. Quizás, si compartíamos ideas, podríamos deducir cuál era nuestra mejor baza para dar con ella:

—El objetivo de la fugitiva es, sin duda, escapar, ¿no? No creo que su mejor opción sea ir al Cuerpo de Defensa. En la Zona Residencial tampoco estaba, lo cual es un alivio para los civiles... —fui deduciendo— Al huerto, no creo que vaya a salir de la cárcel para recoger comida, ¿verdad? Ni tampoco al Dojo a entrenar —comencé a reír de forma nerviosa, de alguna forma debía intentar animar a Fyk. Seguramente estaba bastante decaído por lo de su hermana— ¿Qué es el Cerebrum? ¿Y el I+D? —le pregunté a Fyk. Había cosas que no lograba entender en las placas— Creo que los lugares que deberíamos registrar deberían ser la armería y el acceso al Hangar... si quiere salir de aquí, supongo que no sólo debería contar con los Sincorazón... puede que vaya a recoger algún arma, ¿no...? Y, bueno... ella quiere salir de aquí, así que el acceso al Hangar es lo más obvio.

Había demasiadas salas. Las más seguras, eran dos o tres. Demasiadas. No podíamos arriesgarnos con tanto Sincorazón suelto. Habíamos tenido mucha suerte hasta ahora.

—Oh, eh... Chicos. ¿Habéis encontrado algo? —la voz del Maestro Kazuki nos sacó a Fyk y a mí de nuestro debate. Bostezando, salía de la sala 9A: la granja, el huerto... era bastante obvio que allí no iba a estar—. Dadme eh... un informe de la situación. ¿Habéis eh... encontrado algo raro?

—Por ahora nada, Maestro Kazuki —comencé a explicar yo. Puede que Fyk no estuviese en condiciones para hablar en aquel momento. Por supuesto, no iba a contar nada de lo de su hermana Kaara, pues era algo personal y por el momento no tenía nada que ver con lo que estaba sucediendo—. H-hemos ido a la zona residencial para comprobar qué tal estaban los civiles. Temimos por su seguridad, por si a la fugitiva se le ocurría tomar rehenes... pero no había nadie.

Volví a mirar las placas. Y algo me llamó la atención, algo que había pasado por alto.

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"3.A. Pruebas -Sólo personal autorizado-"

—Sólo personal autorizado... —dije, preguntándome por qué me había llamado tanto la atención.

Un lugar donde sólo podían entrar personas que trabajasen en lo que se cocía dentro. Aquella frase era demasiado tentadora. ¿Pruebas? ¿De qué?

—¿Y si... la fugitiva busca algo de la nave antes de marcharse? —empecé a deducir— Es que... Maestro Kazuki, desde el comienzo de lo de ... las naves, los Sincorazón... ¿no debería haber huido ya, aprovechando la confusión? Le habría dado tiempo de sobra, ¿no? Incluso antes de que llegásemos nosotros, ¿no?

Pensé detenidamente en lo que acababa de soltar, así, tan de repente.

—Y si... ¿acaso nos estamos equivocando?

También pensé en una mínima posibilidad. En que la fugitiva hubiese dejado coger adrede para acceder a los archivos, al laboratorio, o a la sala de pruebas... ¡Pero esa idea era demasiado descabellada y absurda!

Una de dos: o estaba en lo cierto o, como dije antes, había leído demasiados libros de ciencia-ficción.

[Soul Artist]

El agua cortocircuitada de mi hechizo dejó paralizado a mi enemigo, sin oportunidad de defenderse o moverse. Gantu fue directo a por el otro Sincorazón, dejándome este a mí; pero antes de que pudiese decir nada ya me había lanzado a por él. Si había tenido la suerte de dejar paralizado al enemigo, sería mejor aprovechar la situación mientras fuese posible.

—¡Ven aquí!

Agarré a la sombra por el cuello y empujé mi Plasma de Abadón hacia él con una estocada, esperando, si no atravesarlo, provocarle un gran daño en la zona del estómago. Lo solté empujándolo hacia atrás para seguir golpeándolo con la Llave Espada, sin desperdiciar ni un solo segundo, intentando aprovechar todo de mí.

Recordé las lecciones de Ronin mientras lo hacía. Quizá fuesen entrenamientos duros, especialmente guiados hacia lo físico, pero algo me habían enseñado en el arte de la espada. Era un debilucho físicamente, pero aprendía a manejar la Llave, lo cual podía servirme para hacer el debido daño a mis enemigos. "La clave de una espada no es el tamaño de los cortes, sino su profundidad".

Terminé mi combo haciendo un corte hacia la cabeza de mi enemigo, esperando dañarlo seriamente o incluso eliminarlo.

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Warning! Del 2 por la tarde al 8 me voy. Sin embargo, creo que después de todo sí estaré disponible para la Trama. Si no estoy capacitado, tranquilos, avisaré a Sombra vía WhatsApp para que sigáis sin mí hasta mi vuelta.

[Final Fan]

"Sé fuerte, Fykhjaal"

No tardé en volver con Nadhia al pasillo que habíamos dejado hacía unos minutos. La noticia de la desaparición de mi hermana me había chocado mucho, pero... al menos eso significaba que no se encontraba en la nave en aquel momento. Estaba "a salvo". Mi madrastra y yo no cruzamos más palabras después de aquel anuncio. La mirada que me dedicó cuando Nadhia salió de la casa para dejarnos solos me lo dijo todo. Y yo estaba seguro de que Kaara se había ido por su propia voluntad... ¿sabría lo que hacía?

—El objetivo de la fugitiva es, sin duda, escapar, ¿no? No creo que su mejor opción sea ir al Cuerpo de Defensa. En la Zona Residencial tampoco estaba, lo cual es un alivio para los civiles... —comentó Nadhia una vez llegamos donde estaban todas aquellas puertas— Al huerto, no creo que vaya a salir de la cárcel para recoger comida, ¿verdad? Ni tampoco al Dojo a entrenar.

Por la risa nerviosa que siguió a ese comentario, deduje que Nadhia intentaba animarme. Le dediqué una sonrisa para que viese que lo estaba consiguiendo.

—¿Qué es el Cerebrum? ¿Y el I+D? —preguntó.

—I+D será la sala de Investigación y Desarrollo... y el Cerebrum es la sala de Inteligencia Artificial —dije, señalando las siglas "IA"—. Se supone que la nave tiene... bueno, que puede actuar por sí misma para realizar ciertas funciones.

—Creo que los lugares que deberíamos registrar deberían ser la armería y el acceso al Hangar... si quiere salir de aquí, supongo que no sólo debería contar con los Sincorazón... puede que vaya a recoger algún arma, ¿no...? Y, bueno... ella quiere salir de aquí, así que el acceso al Hangar es lo más obvio.

Aquello no me convencía demasiado. Kazuki nos había dicho lo poderosa que era y yo sabía lo que les había costado a él y a mis padres capturarla. No le hacía falta un arma de Espacio Profundo para hacernos frente. Lo del hangar me resultaba más lógico, podría ser una de nuestras opciones. Estaba a punto de decírselo a Nadhia, cuando mi Maestro salió de una de las puertas, la que llevaba al... ¿huerto? ¿Qué hacía allí?

—Oh, eh... Chicos. ¿Habéis encontrado algos. Dadme eh... un informe de la situación. ¿Habéis eh... encontrado algo raro? —preguntó, tras un largo bostezo.

¿En serio se había parado en la granja para dormir sobre una pila de heno? Negué rotundamente con la cabeza, descartando la idea.

—Por ahora nada, Maestro Kazuki. H-hemos ido a la zona residencial para comprobar qué tal estaban los civiles. Temimos por su seguridad, por si a la fugitiva se le ocurría tomar rehenes... pero no había nadie.

Me extrañó que Nadhia no hablase del encuentro con Yuleola, que ahora estaría informada de la situación. Pero me extrañó más la forma en la que se acercó a una de las puertas tras decir aquello.

"3.A. Pruebas -Sólo personal autorizado-"

—Sólo personal autorizado... —musitó—. ¿Y si... la fugitiva busca algo de la nave antes de marcharse? Es que... Maestro Kazuki, desde el comienzo de lo de... las naves, los Sincorazón... ¿no debería haber huido ya, aprovechando la confusión? Le habría dado tiempo de sobra, ¿no? Incluso antes de que llegásemos nosotros, ¿no? Y si... ¿acaso nos estamos equivocando?

—¿Que busca algo aquí? No estarás insinuando que... ¿que era su plan desde el principio? —deduje, alarmado de repente— No sé qué puede haber en la sala de pruebas, pero... ¡desde el Cerebrum podría controlar la nave por completo! ¡Deberíamos buscar en los dos sitios!

[Sombra]

Fyk y Nadhia

El maestro escuchó interesado la teoría de Nadhia, sin embargo, cuanto más hablaba más pálido se ponía, se estaba temiendo lo peor, al menos eso parecía. ¿Qué clase de pruebas llevaban a cabo en aquel lugar? ¿Qué habría tan peligroso en la Cámara Cerebrum?. En cierto punto, Kazuki parecía como si hubiese viajado a otro mundo.

—Chihiro... ¿Qué estás buscando? —murmuró Kazuki apenado —. Bien eh... Esto es lo que haremos ahora. Vosotros iréis por uno de los dos caminos y yo iré por el otro. Si la encontráis pulsad el Busca sin dudar y acudiré cuanto antes.

En cuanto hubiesen elegido que camino coger, el maestro se metería en la otra, aunque justo antes de que se separaran el hombre les dedicó unas valiosas palabras:

—Suerte, y bajo ninguna circunstancia os enfrentéis a ella.

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Kazuki irá entrando en puertas de manera aleatoria por lo que podéis ir tachando en las que entre si no se encuentra con la Reclusa. Tenéis tres oportunidades para encontrarla, si falláis Game Over. Pensad bien que puede buscar la reclusa en Espacio Profundo.

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1.A-Laboratorio
2.A-I+D
3.A-Pruebas -Solo personal autorizado-
4.A-Archivos
5.A-Cerebrum -IA de la nave-
6.A-Base del Cuerpo de Defensa
7.A-Dojo
8.A-Armería
9.A-Huerto/Granja/Piscifactoría
10.A-Acceso al Hangar C-005
11.A-Acceso a Zona Residencial

*Las tachadas son zonas en las que la Reclusa no está o habéis descartado.

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Ivan

La cabeza de la Neosombra fue partida en dos como si se tratase de una sandía. Del inerte cuerpo, empezó a surgir una niebla de oscuridad que fue envolviéndo al monstruo y desintegrándolo.

Por su lado, Gantu había estado atizando puñetazos contra la barriga del ser sin hacerle moverse lo más mínimo hasta que cuando su compañero fue eliminado se levantó para dar un potente manotazo al ser que lo lanzó contra una de las paredes.

Tras eso, se enfocó en Ivan corriendo hacia él tras darse un golpe en la panza que hizo que esta se volviese roja. Un golpe de aquel podría dejarle inconsciente, pero tenía tiempo de sobra para esquivarlo. El problema era... ¿Y si cambiaba de trayectoria y lograba alcanzarle? Tendría que saber esquivar en el momento justo.

[Soul Artist]

El cuerpo del enemigo desapareció como una Sombra normal, sin una explosión impresionante ni nada de lo que esperaba. Para lo fuerte que había resultado ser al enfrentarme a ella me decepcionó notablemente, pero al menos lo había derrotado. Ningún corazón surgió de él, al contrario que los Sincorazón con emblema, dato que apunté de inmediato en mi mente para cuando estuviese en casa y pudiese escribir mis informes.

El otro Sincorazón al que se enfrentaba Gantu se defendía sin problemas contra este. Más que defenderse, más bien parecía que ni se inmutaba por los ataques de su enemigo, como si le diese completamente igual. Pensé en que mis acciones empezaban a ser tan inútiles como aquellos golpes: acabar con uno o dos Sincorazón no iba a salvar al mundo. Pensé en que, si aquella mujer estaba relacionada con los Sincorazón de algún modo, quizás para eliminarlos a todos necesitase investigar su celda de una vez por todas.

Pero no tuve tiempo para ello. Viendo que había eliminado a la sombra, el Sincorazón gordinflón se levantó del suelo y clavó su mirada en mí. Con un golpecito en su estómado echó a correr hacia mí. ¿Qué planeaba? Aquella forma de brillar... ¿Qué significaba?

Me pasé unos pocos segundos intentando sacar una conclusión a aquellas preguntas, pero aquel enemigo seguía corriendo hacia mí. A aquella velocidad me acabaría alcanzando... Y no eran ganas. Cegado por mi inexperiencia, apunté mi Llave Espada hacia él y fruncí el ceño.

—¡Hielo!

Menudo error.

[EspeYuna]

Fyk tenía razón. Si se había podido enfrentar a sus padres y a un Maestro, no le haría falta un arma de Espacio Profundo, por muy compleja que fuera. Y deduje que en el Hangar tampoco podía estar, si era el mismo por el que habíamos pasado poco antes de llegar allí.

Observé cómo el Maestro Kazuki atendía a mis palabras. ¿Había acertado? Se encontraba pálido, como si se temiese lo peor.

—¿Que busca algo aquí? No estarás insinuando que... ¿que era su plan desde el principio? —dijo Fyk, bastante alarmado con mis palabras— No sé qué puede haber en la sala de pruebas, pero... ¡desde el Cerebrum podría controlar la nave por completo! ¡Deberíamos buscar en los dos sitios!

—¿¡C-controlar la nave!? —repetí las últimas palabras de mi compañero. Controlar toda la nave supondría controlar el mismo mundo en sí. Espacio Profundo estaba en grave peligro.

—Chihiro... ¿Qué estás buscando? —murmuró Kazuki, con cierta pena en el tono de su voz. ¿Chihiro? ¿Así se llamaba la fugitiva? —. Bien eh... Esto es lo que haremos ahora. Vosotros iréis por uno de los dos caminos y yo iré por el otro. Si la encontráis pulsad el Busca sin dudar y acudiré cuanto antes.

—De acuerdo —asentí y me di la vuelta para encontrarme con Fyk—. ¡Vamos al Cerebrum entonces!

Antes de que cruzásemos la entrada hacia el Cerebrum, el Maestro Kazuki nos dedicó unas palabras:

—Suerte, y bajo ninguna circunstancia os enfrentéis a ella.

"No enfrentarnos a ella". Sabíamos que era peligrosa, pero la palidez de nuestro Maestro parecía recalcar aquellas palabras, como si de verdad temiese por nuestra seguridad. Pulsaríamos el Busca, sí. Pero bien sabía que Fyk no se quedaría de brazos cruzados, pues era su hogar y quería protegerlo. Yo tampoco iba a quedarme parada, sin hacer nada.

Pulsaríamos el Busca enseguida, llegaría Kazuki y los tres nos enfrentaríamos a ella. Si él pudo capturarla una vez, esto sería pan comido, pues conocía sus habilidades y quizás su punto débil.

...

En realidad, tenía miedo. A pesar de querer ocultarlo, el corazón me latía de forma violenta. Sobretodo tras haber hablado con el Maestro Kazuki. Era normal que los aprendices se escondiesen tras la sombra de los Maestros... es decir, no literalmente, sino que... confiábamos en ellos. Si nuestro Maestro tenía aquel rostro de preocupación, nos lo transmitía, sintiéndonos algo inseguros.

Nosotros no éramos como Kazuki. Él era Maestro desde hace ya tiempo, nosotros éramos unos simples aprendices. Fyk puede que llevase más tiempo que yo en Tierra de Partida, pero yo era apenas una recién llegada. Me había enfrentado a los Sincorazón, incluso a una persona, a Xinjat...

Recordé cuánto me asustó luchar contra él. Una persona con corazón. Me daba miedo pensar en que esta vez, recluir a la mujer no fuese suficiente, que tuviésemos que... ¿acabar con ella? ¿Matarla?

Y no sólo temía por nosotros, ni por la nave entera. Había alguien que me preocupaba, una persona que no había llevado consigo un Busca.

¿Y si Kit se encontraba con la fugitiva? ¿Y si le pasase algo por no ir tras él?

...

"Tengo miedo, Cédric"

[Final Fan]

—De acuerdo —decidió al final Nadhia—. ¡Vamos al Cerebrum entonces!

Asentí con ímpetu y puse corrí hacia la puerta del Cerebrum. Antes de que se abriese, sin embargo, el Maestro Kazuki nos dedicó unas palabras de consejo.

—Suerte, y bajo ninguna circunstancia os enfrentéis a ella.

Me sorprendieron aquellas palabras, pero no pude replicarle antes de que se metiese en la puerta de la sala de Pruebas. Nos había deseado suerte con aquel tono serio que últimamente había empezado a caracterizarlo... pero me chocó más que nos dijese que no nos enfrentásemos a ella. Kazuki ya se había enfrentado con Chihiro, como la había llamado... ¿así que sabía de antemano que nosotros no podríamos con ella? ¿Desde un principio era obvio que no teníamos posibilidades?

Tragué saliva y me aseguré de tener el busca a mano antes de entrar en la puerta del Cerebrum. Tenía que accionarlo lo más rápido posible si veíamos a nuestra enemiga.

[Sombra]

Fyk y Nadhia

Los dos acabaron en un larguísimo pasillo que se extendía en línea recta por lo menos doscientos metros. Había numerosos sistemas de seguridad en forma de cañones láser acoplados por las paredes mostrando que aquella seguridad era casi infranqueable, sin embargo, si lo que buscaban era volver atrás les resultaría imposible pues una barrera invisible acababa de aparecer tras ellos bloqueando el camino. Solo podían avanzar hacia una puerta al fondo.

Ninguna de los cañones se activó en ningún momento, pero imponían demasiado ya que todos apuntaban hacia ellos y les seguían como si tuviesen vida propia y les vigilasen.

En cuanto llegasen al fondo, la puerta se abriría sin más llegando a una cámara de un tamaño muy pequeño con numerosas tuberías y maquinarias incomprensibles para ellos si no tenían conocimientos de biotecnología. En medio de la sala, en un tubo de cristal (claramente blindado por sus diez cm de grosor) había una especie de esfera con numerosos tubos que suministraban y retiraban una especie de masa que recordaba a un cerebro. Al fondo de la sala, había una pantalla de televisión con unas palabras.

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*
Eso es el tubo con el "cerebro" dentro. Si habéis jugado a Metroid Prime Hunters de DS os sonará mucho xDD

"3L3CC10N 3QU1V0C4D4"

En cuanto leyesen eso, tres sincorazón Soldado aparecerían de unos portales de oscuridad que se fueron tan rápido que casi ni pudieron verlos. ¡Una trampa!

Los tres sincorazón habían aparecido esparcidos por la pequeña estancia de menos de doce metros cuadrados, tenían sitio para luchar, pero tendrían que tener cuidado de no usar habilidades que pudiesen poner el peligro el Cerebrum.

No les convenía enfadar a una Inteligencia Artificial que controlaba toda la nave.

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Habéis acabado en una de las emboscadas de la Reclusa, que pena... Os quedan dos oportunidades para encontrarla. Suerte~~

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Ivan

El hielo salió disparado contra el Grandullón, pero este, en cuanto chocó contra su barriga no se vio para nada inmutado. Es más, continuó corriendo sin siquiera notar aquel ataque.

Ivan se vio arrollado por el barrigazo de la criatura lanzándolo contra una de las paredes de la cárcel abriendo en la parte posterior de su cabeza una fea herida que sangraba bastante.

En ese momento, Gantu volvió a levantarse de su sitio y saltó sobre la espalda del sincorazón con una especie de espada de energía que logró asestar un golpe letal en la criatura.

El sincorazón obeso tan solo se volatilizó soltando un corazón hueco y sin brillo, un corazón que caería de nuevo en la oscuridad al no haber sido liberado haciendo que un nuevo sincorazón surgiese de sus cenizas como si de un ave fénix se tratase.

Ivan podría levantarse, pero sus nauseas y mareos podrían llegar a causarles verdaderos problemas a la hora de caminar. Sentiría que estaba al borde del desmayo.

Podría ir hasta la celda de la reclusa y registrarla donde quizás encontrase una pista sobre su paradero, algo como una nota o cualquier objeto personal que perteneciese a la mujer o también podría salir de allí en busca de sus compañeros. La elección reposaba en los hombros del muchacho.

[Final Fan]

Al atravesar la puerta, una barrera invisible parecida a las que aparecían en el Coliseo del Olimpo durante los combates nos encerró en aquel lugar.

—¿Será esto normal...? —musité—. ¿Auto-defensa de la nave?

Tras sopesar la idea, decidí no darle vueltas y seguir adelante. El largo pasillo que había tras la puerta de acceso a Cerebrum era "intimidante", en una palabra. La larga estancia dejaba ver al fondo una puerta parecida a la que acabábamos de atravesar, hasta ahí nada inusual. Sin embargo, que sendas hileras de cañones de energía nos estuviesen apuntando, siguiéndonos incluso a medida que caminábamos, no me ayudaba a tranquilizarme ni a dejar de pensar...

—Nadhia, ¿crees que he reaccionado bien? ¿Debería preocuparme más por mi hermana?

No sabía por qué le preguntaba eso a ella concretamente, pero no pude evitar decir algo. Kaara se había ido sola en una nave y a saber en qué mundo habría acabado. La última vez que la vi mencionó que "había aprendido a luchar"... ¿cuánto tiempo se habría estado preparando para irse?

—P-perdona, tú ni siquiera la conoces —recordé, suspirando.

Al fin llegamos a la entrada al Cerebrum sin ninguna incidencia. Estábamos a punto de atravesarla.

—No estoy seguro de si quiero que esté aquí, ¿sabes? —le dije a Nadhia, con una sonrisa nerviosa.

Tragué saliva y al fin llegamos a nuestro destino... y me di cuenta de que llamar "inquietante" al pasillo que acabábamos de cruzar era exagerar. Aquel lugar daba bastante repelús, con tuberías que salían de las paredes e iban a dar a un gran tubo que había en el centro, con... ¿un cerebro? "Cerebrum".

—Cuidado, podría estar ocultándose —advertí a Nadhia, Llave Espada en mano.

Examiné cuidadosamente el lugar y reparé en una pequeña pantalla que parecía dejar leer un mensaje. Me acerqué a ella.

"3L3CC10N 3QU1V0C4D4"

Los ojos se me abrieron como platos en cuanto me di cuenta de qué significaba aquello.

—¡Es una trampa!

Casi como si los hubiese invocado yo, tres sincorazón Soldado aparecieron en varios puntos de la sala. No nos convenía nada aquella situación... ¡estábamos perdiendo el tiempo y además el Cerebrum podría verse dañado!

—¡Tenemos que acabar esto cuanto antes y no romper nada! —avisé.

Aún así, me di cuenta de que sería mejor no utilizar nuestras habilidades mágicas en aquel combate. ¡Teníamos que reservarnos para nuestro objetivo! Me lancé contra el sincorazón que tuviese más cerca aprovechando mi velocidad. Hice una finta para ponerme tras él y me lancé a su espalda para tirarlo al suelo. Con el sincorazón boca abajo y yo encima de él, le propinaría una serie de puñetazos rápidos para rematarlo con un golpe de Llave Espada.

[EspeYuna]

Tanto Fyk como yo acabamos en un largo pasillo con un gran arsenal de cañones, seguridad de la nave podría ser. Un pequeño escalofrío me recorrió la espalda, seguramente por la impresión que me produjo el paisaje de aquel estrecho pasillo. Di dos pasos hacia atrás, pero choqué con algo invisible. Me giré y me encontré con una barrera mágica. Sabía de su existencia por haber oído hablar de ellas, pues se usaban en combates oficiales, como por ejemplo en los torneos del Coliseo del Olimpo. Pero jamás los había visto. Y es más, actuar de repente, en Espacio Profundo... qué extraño.

—¿Será esto normal...? —dijo Fyk—. ¿Auto-defensa de la nave?

—Entonces... ¿esta barrera de luz no es normal que sea invocada aquí en tu nave? —pregunté, aunque yo misma ya me estaba dando la respuesta, incluso con el rostro perturbado de Fyk.

El pequeño siguió adelante, por lo que no le pregunté más. Bastante tendría en la cabeza como para responder a todas mis cuestiones. Y ya era suficiente con tener que guiarme a mí por todos los sitios de la nave. Tenía claro que cuando llegase de nuevo a Tierra de Partida, estudiaría la geografía de cada mundo, al dedillo. O los exploraría más a menudo por mi cuenta, en solitario. Aprender a valerme por mí misma, para poder ayudar a otros.

Sin embargo, algo no pintaba bien en todo aquello: ¿era mi imaginación o los cañones que atravesaban el pasillo nos seguían, apuntando de forma amenazante contra nosotros? Me estaba poniendo nerviosa, agarrando Aguacero con fuerza, quizás demasiada. Tenía que tranquilizarme, pero era imposible. Observaba de reojo cada uno de los cañones mientras seguía a Fyk, quien de repente me preguntó algo que no me esperaba en aquel momento.

—Nadhia, ¿crees que he reaccionado bien? ¿Debería preocuparme más por mi hermana? —me quedé en silencio, sin saber muy bien qué contestarle, pues me había pillado por sorpresa con aquella pregunta. Ante mi primera reacción, Fyk suspiró— P-perdona, tú ni siquiera la conoces.

Me acerqué a él y rocé con mi mano libre su cabecita azulada.

—Fyk, yo creo que has reaccionado de la manera correcta —le dije, animándolo—. Pensé que querrías ir a buscarla, que no te atreverías a seguir con esto, pero aquí estás, dándolo todo por tu hogar, a pesar de no saber dónde está tu hermana. Y-yo tengo un hermano. Dan... Si me hubiese pasado todo esto a mí... —tragué saliva. ¿Qué habría pasado? Sí, sí que lo sabía— ...seguramente, habría ido a buscarle. Fyk, eres muy valiente.

Aquellas palabras, cada una de ellas, eran sinceras. Por una parte quería animarlo, pero de verdad creía que Fyk era un niño muy valiente y decidido, mucho más que yo. Y bastante inteligente para su edad. Lo admiraba. A él y a Ragun. Parecían tan especiales, tan fuertes... a diferencia de mí, que ahora temblaba como un flan por aquella situación que, si no nos dábamos prisa, se nos podría ir de las manos con mucha facilidad.

Llegamos a la entrada del Cerebrum, o eso al menos era lo que parecía ser.

—No estoy seguro de si quiero que esté aquí, ¿sabes? —me dijo Fyk, dirigiéndome una sonrisa nerviosa.

—Ya somos dos —dije, inspirando aire—. Vamos.

El Cerebrum resultó ser un sitio mucho más escalofriante que el gran pasillo de cañones que nos había amenazado con anterioridad. ¿A-aquello era un cerebro? Flotaba dentro de lo que parecía ser un gran tubo de cristal. Ni quería pensar en aquel momento de qué estaba constituido el líquido por el que ese cerebro andaba flotando. "Puaj", pensé de forma inconsciente. Me resultaría curioso, e incluso gracioso, si no fuese porque el ambiente era silencioso y desolador. Demasiado.

—Cuidado, podría estar ocultándose —me advirtió Fyk, con su Llave-Espada agarrada con firmeza, de la forma tan curiosa que tenía de portarla, hacia atrás. Yo le imité, examinando cada palmo del lugar.

Fyk se acercó a una pequeña pantalla. Le seguí, abriendo los ojos tanto como lo hizo él.


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—¡Es una trampa!

Tres Soldados aparecieron en varios puntos del Cerebrum. Alcé mi Llave-Espada, chasqueando la lengua, enfurecida.

—¡Maldición!

—¡Tenemos que acabar esto cuanto antes y no romper nada! —me avisó Fyk. Era cierto, aquel lugar parecía muy sensible. Cualquier botón que tocásemos, cualquier mísero movimiento en falso y la nave podría ir en contra de sus propios habitantes... o contra nosotros, quizás. Había pensado en utilizar magia, pero era demasiado arriesgado en un lugar tan pequeño como aquel, y más si fallaba y destruía parte del Cerebrum. También debía reservar mi especialidad para la fugitiva. El cristal que contenía aquella masa cerebral parecía bastante frágil. Al mísero golpe... ¡no, no podía permitirlo!

Fyk se lanzó contra el Soldado que estaba más cerca suya, a gran velocidad. Yo no fui menos.

—¡Venid a por mí! —grité a los otros dos soldados, dando unos cuantos pasos hacia atrás, saliendo de la zona del Cerebrum para conducirlos al de los cañones.

Una vez allí, y suponiendo que alguno de los dos habría prestado atención a mis palabras y al palpitar de mi corazón, le clavé sin remordimiento alguno mi Aguacero. Imité a Fyk y lo clavé contra el suelo.

¿Los cañones atacarían? ¿Diferenciarían entre los buenos y los malos? ... ¿y si Chihiro no sólo había aprendido a manejar el ordenador para dejarnos el mensajito?

¡Oh no!

Mientras ejercía mi pobre fuerza sobre el Sincorazón, me acordé de la barrera de energía que había aparecido hace unos instantes. ¿Estábamos atrapados? ¿Tendríamos que vencer a los tres Soldados para salir de allí?

¡Maldita sea, Kit! ¿¡Dónde estás!?

[Soul Artist]

—¿Dónde estoy...?

Nota mental: no volver a atacar de frente a uno de esos gordinflones. No al menos mientras tuviese un aura roja a su alrededor.

El golpe que me había llevado me había atontado por completo, olvidándome de mi propio nombre o mi localización por unos instantes. Había sido arrojado con fuerza hasta la puerta de una de las celdas y me dolía bastante el estómago, incapaz de levantarme. Hice un esfuerzo mientras Gantu se encargaba definitivamente de mi enemigo, intentando ponerme de pie apoyándome en la pared. Noté algo húmedo en mi cabeza y me llevé la mano de manera inconsciente para mancharme la palma de... ¿Sangre?

—Oh, genial...

Debía hacer... Algo. El golpe me había dejado completamente atontado; si en aquel momento me hubiesen dicho que me llamaba Yagari Hitori, me lo hubiese creído. Notaba cómo las fuerzas me volvían a abandonar las piernas y caía al suelo arrastrándome en la pared. Había sido un golpe demasiado fuerte; sangraba y además sudaba. Necesitaba descanso...

—Capitán Gantu... La celda de la reclusa... Puede haber algo... —comenté casi entre jadeos a mi compañero alienígena—. Por favor... Yo necesito descansar un poco...

Solo tenía que recuperar el aliento. Recuperar el aliento y no cerrar los ojos... No cerrarlos.

[Sombra]

Nadhia y Fyk

El sincorazón al que Fyk se había enfrentado acababa de desaparecer al haber sido atravesado con su llave espada liberando un rojo corazón. Lo mismo pasó con el último de los dos Soldados a los que Nadhia se había enfrentado, pero todavía quedaba uno, claramente debilitado. Sin embargo, no pasaron ni unas décimas de segundo para que todas las torretas apuntasen al unísono al que quedaba para que varias de ellas acribillasen de manera eficaz al sincorazón haciendo que un corazón vacío saliese del cuerpo de la criatura. Aquellas torretas tenían sin duda una puntería excesivamente buena, no habían fallado ni un disparo ni habían puesto a Nadhia en peligro.

Tras la eliminación del último de los Soldados las torretas volvieron a la normalidad, siguiendo a la chica, pero sin llegar a dispararle.

Un sonido se escuchó al final del pasillo, la barrera había sido eliminada.

Podían optar por explorar un poco la pequeña estancia del Cerebrum (con riesgo a que apareciesen nuevas hordas de sincorazón) o volver al pasillo, donde seguramente Kazuki les esperaba en caso de que hubiese fallado a la hora de encontrar a la reclusa Chihiro.
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Ivan

—¡Eh, humano! ¿Estás bien? —se preocupó (aunque pareciese realmente sorprendente viniendo de él) por el joven.

—Capitán Gantu... La celda de la reclusa... Puede haber algo... Por favor... Yo necesito descansar un poco...

El ser que parecía una especie de ballena bípeda (o tal vez un tiburón) se acercó al joven y le tendió unas pastillas que sacó de un bolsillo del ceñido uniforme.

—Estas pastillas sirven para que dejes de sentir dolor y mareos, no cura heridas como una poción, pero al menos crea esa sensación —aclaró antes de que el muchacho pudiese preguntar nada a lo que continuó hablando:—. El efecto dura cerca de dos horas y funciona desde el momento que te la tragas. No te preocupes, no daña a los humanos.

El ser caminó hacia una celda del fondo que estaba abierta y empezó a mirar por ella. Seguramente, aquella había sido la celda de la famosa Chihiro.

Si Ivan decidía tomar la pastilla, podría caminar con normalidad e ir a ayudar. Gantu tan solo estaba mirando por encima, pero tal vez si rebuscaban lugares más concretos... La celda estaba recubierta de metal blindado, tenía una cama, un escritorio con tres cajones, sobre él habia varios libros y finalmente, en una esquina un armario. No tenía decoración alguna por lo que aparentaba ser un aburrimiento estar allí encarcelado.