[Selva Profunda] Dos Mundos

Trama de Enok y Sorkas + Gata + Fyk

La aparición del bando de Bastión Hueco ha colocado a la Orden de los Caballeros de la Llave Espada en una tensión creciente difícil de remediar. ¿Llegarán a enfrentarse ambos bandos en conflicto, o será posible la paz?

Moderadores: Suzume Mizuno, Astro, Sombra

Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Soul Eater » Lun Ago 11, 2014 9:17 pm

La Llave los atrae como si fuera miel a las moscas

Retiro la mano de mi rostro deseando no encontrar en ella ninguna marca de sangre que me indicase que el arañazo había sido más peligroso de lo que me creía, mientras contengo una carcajada irónica.

Ya sabía yo que tenía que haber una trampa por algún sitio— pienso cada vez más enfadada recordando el momento en el que Ryota me ofreció la llave espada —¿Cuál es el sentido de un arma que en vez de protegerte atrae a los enemigos?

Pero ya se multiplicaban más de lo normal antes de que llegáramos...

Ignorando por completo su comentario, sin estar en absoluto interesada por el comportamiento de las extrañas criaturas, me apresuro en formular mi pregunta con un ácido tono de voz.

¿Y cuál es el sentido de todo esto?

Desde luego, la mirada que me lanza en la que puede leerse claramente lo estúpida que me considera, no sirve para mejorar mi humor.

Para predecirlos, por supuesto. Y así reducir sus números y la amenaza que suponen. O controlarlos, según algunos…— sus últimas palabras, pronunciadas tan bajo que me veo obligada a forzar el oído para escucharlas, son precisamente las que más captan mi atención.

¿De verdad se puede controlar a los sincorazón?— Por alguna razón, la idea no me resulta especialmente descabellada, sino incluso bastante lógica y creíble, aunque no tengo demasiado claro el origen de esta convicción. Abro la boca para preguntar, pero me veo interrumpida por la pelirroja, que parece haber puesto punto y final al turno de preguntas.

Hmm... intenta apuntar con tu Llave allí, a la laguna— ordena, señalando a un lugar incierto entre la masa de agua. —Desde luego, no le costaría nada ser un poco más precisa— pienso recordando también el “aquí” que tantos problemas me había dado cuando me indicó el lugar de nuestro encuentro.

Más que molesta por su trato, por el escozor de la herida en mi cara, y por la situación en general, me tomo sus palabras al pie de la letra y acercándome un par de pasos al borde del precipicio, invoco la llave y señalo al lago con la punta.

Ya he apuntado— replico, poniendo especial énfasis en la última palabra, deseando conseguir sacar a Wix de sus casillas. Realmente, no es que me importe demasiado cansarme un poco más para bajar hasta allí, pero me apetece tomarme una pequeña venganza contra la mujer, por infantil que resulte. Ya he obedecido suficiente por hoy.
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Re: Rona #15 - Dos Mundos

Notapor Sheldon » Mar Ago 12, 2014 5:55 pm

¿Una pitón? —preguntó la chica sin llegar a creerse totalmente las palabras del aprendiz quitándole a su vez importancia—. Oh… B-bueno, es sólo un animal…— añadió mientras Enok se exasperaba aún más y comenzaba a ser presa del nerviosismo.

En apenas un segundo, la situación cambió de repente. De entre los arbustos y grandes árboles apareció el largo cuerpo rojizo de la serpiente y su deformado rostro engrandecido por unas fauces gigantescas abiertas y en actitud depredadora. Se dirigía directamente hacia Enok, dispuesto a terminar con él pero de forma también instantánea tropezó con un muro invisible que la hizo detenerse en seco golpeando y rebotando en el acto.

¡Está herida! —informó la maestra para acto seguido guiar al aprendiz tras suya—. No va a dejarnos en paz a menos que la… —comentó la muchacha mientras tragaba saliva asustándose de las propias palabras que se habían dibujado en su mente. Enok la miró aún con la respiración entrecortada, asustado y temeroso de lo que podía derivar aquella argucia—: Pero no podemos hacer eso. Esto es solo su naturaleza… Así que vamos a… vamos a correr.—reemplazó restándole importancia.

Lo que continuó fue a ojos de Enok una muestra de la utilización de magia muy avanzada. El chico poco entendía lo que estaba sucediendo. Sobre la palma de una de sus manos apareció un orbe circular violáceo que levitaba cual ser vivo. Su interior se constituía de redes de un color intenso difícilmente descifrables. La otra mano fue utilizada para tomar el brazo de Enok. El aprendiz dio un respingo cuando sus dedos se entrecruzaron. Eran cálidos y suaves, como si de una capa de lino se tratase.

Mientras tanto, la pitón se preparaba para la contraofensiva. Sin embargo, en cuanto hubo tomado posición, la esfera púrpura que la chica había invocado se dedicó a distraer al animal girando a gran velocidad a través de él y emitiendo luces extrañas.

Vas a sentirte más fuerte de lo normal —comunicó la muchacha. Activado por las palabras, un sentimiento invadió la entereza del joven, una sensación que se extendió como la pólvora a su mente y que le provoco una apertura de puertas, un aumento del entendimiento y una observancia de lo que le rodeaba como algo muy simple y fácil de entender, una especie de nuevo conocimiento pero demasiado tentador para ser duradero—.Necesito que a mi señal, dispares algún hechizo que la empuje o atonte, ¿de acuerdo?

Enok la miró, la observó, intentó descifrar sus intenciones. ¿No sería mejor escapar, dejando que el animal no sufriese más? Dañarla más, ¿qué sentido tenía aquello?

La chica continuó haciendo alarde de su superior magia, ahora invocando tentáculos de agua.

Y, finalmente, la señal... El chico levantó la llave-espada y pronunció unas sílabas truncadas que finalizaron en un tajante aunque débil:

No.

Había algo más elevado para Enok que su supervivencia y eso era la ley moral dentro de él. Carecía de sentido seguir con aquel juego, dañando sin sentido a un animal en el que estaba escrito la caza de sus presas. Pero ya no se encontraba en una situación de menor condición. Ahora eran ellos los superiores y no restaba su acción de la acción de un tirano. Además, teniendo el poder de escapar, usarlo era menospreciarse. Por muchas normas que fueran rotas, la vida era superior a ellas.

Por eso, se dio la vuelto y corrió. Dolorido, cojeando y sin pronosticar una victoria pero a sabiendas de que obraba en base a sus normas.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Final Fan » Jue Ago 14, 2014 10:32 pm

Asomado en la entrada de la tienda con Jane miré a Clayton. Luego a la Maestra Yami. Y por último al hombre que se escondía entre las plantas.

Pues ahí está —comenté—. Digoooo que no uga uga, ¿no? Profesora Rebecca pondrá contenta cuando sepa, sí.

Me costaba seguir manteniendo el paripé del niño tribal, pero es que no era para menos. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que ahora que nos encontrábamos ante el objetivo de nuestra misión no tenía ni idea de cómo actuar. Pude notar cómo aquella persona nos observaba con cautela, como esperando algo. ¿Por qué no había escapado del todo después del estruendoso disparo del arma de Clayton? Sería lo más seguro.

Lo único que tenía claro era que tenía que seguir fingiendo estar herido y así no iba a poder hacer gran cosa. La Maestra Yami ya había visto a su hombre bestia, ¿querría algo más de él?

Por cierto. ¿Yo imaginar cosas o antes ha dicho "señorita"? —le pregunté a la profesora, recordando cómo había imitado la palabra que había usado yo para referirme a Jane—. ¿Jane ser interesante para hombre de jungla? ¿Conocían de antes? Curioso, curioso.
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Ronda #16 - Dos Mundos

Notapor Zee » Dom Ago 17, 2014 12:35 pm

Fyk


¿Jane ser interesante para hombre de jungla? ¿Conocían de antes? Curioso, curioso.

A la pregunta de Fyk, la joven respondió alterada, casi como intentara defenderse. No había más que verle la cara, de sincera sorpresa, y una pizca de terror, para saber que no estaba mintiendo al respecto.

¡N-no! Nunca... nunca había visto algo así... —mientras tanto, el hombre asomaba un poco más su cuerpo a través del bambú, respondiendo a varios gestos y palabras cariñosas de Yami—. Tal vez... sólo le gustó esa palabra.

Holaaaaaa, señoooor —le hablaba la Maestra, intentando tranquilizarlo y que se acercara a ella—. Te conozco, sí, sí, te hemos visto antes, señor monito. ¡Ups! "Señor-hombre-monito".

Seeeeeee... ñor. ¿Señor? —intentó repetir, saliendo finalmente de su escondite y avanzando hacia Yami con pequeños saltitos. Sí, se apoyaba bastante en sus nudillos para avanzar, como un primate, como si hubiera aprendido que eso era lo correcto y no caminar erguido—. ¡Señorita! —exclamó, recordando la palabra que Fyk había gritado antes. Miró a su alrededor con una amplia sonrisa, hasta que sus ojos se toparon con los del niño. Entonces se colocó a su lado y prácticamente le gritó en la cara—: ¡Señorita!

Bueno, lo que Jane decía era cierto. Parecía que la palabra le había gustado, como si se hubiera prendado de ella, pero en realidad se encontraba bastante lejos del significado. Solamente se había confundido y había pensado que estaba diciendo otra cosa.

No puedo creerlo... Él habla de verdad... —murmuró la joven, sin poder creerse lo que veía. Observaba al individuo fascinada, con una amplia sonrisa, como si él de pronto significara muchas cosas; cosas buenas.

Hm, no me sorprendería que fuese un nativo jugándonos trucos —intervino entonces Clayton, dejando clarísimo su escepticismo. Se guardó su arma y se cruzó de brazos, vigilando al hombre y a Fyk con una ceja enarcada—. Y si ese es el caso, ¿por qué mejor no le preguntamos lo que necesitamos, señorita Porter?

A la par, el hombre-bestia "exploraba" a Fyk (a falta de una palabra más apropiada). Rodeaba al muchachito, lo olisqueaba y de vez en cuando intentaba tocarlo con la punta de los dedos. De verdad se acercaba mucho a él... tal vez demasiado. Se asió de la camisa del niño e intentó olerla más de cerca, cuando de pronto algo se le pareció ocurrir.

¡Tarzán! —exclamó, apuntando a su pecho con sus dos puños. Sonrió y miró a Fyk, expectante, como si esperaba que pudiese contestar su mensaje. Repitió el mismo gesto, dándose golpecitos en el pecho, y volvió a decir—: Tarzán.

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Enok


No.

¡Enok!

La protesta de Rebecca llegó demasiado tarde. Para cuando la chica intentó espabilar al Aprendiz, éste ya se había dado la media vuelta. Salió disparado, o al menos tanto como se lo permitía su pierna herida, intentando alejarse tanto como podía de aquel animal.

Su participación en aquella estrategia era crucial. Rebecca había confiado en él para administrar el golpe de gracia; no para lastimar a la serpiente, simplemente distraerla, empujarla, o atontarla. Necesitaban un hueco para escapar los dos. Enok prefirió abrirse un hueco para él solo.

Tomó una decisión equivocada. Y desgraciadamente no fue él quien pagó las consecuencias, sino la Maestra Rebecca.

Más le valía no voltear atrás. De lo contrario vería cómo, distraída por la desaparición del Aprendiz, la joven apartaba la mirada de su oponente. Preocupada por la seguridad de Enok, comenzó a buscarlo rápidamente con la mirada. Sus ojos se toparían por unos instantes, ante lo cual su cuerpo se relajaría un poco, solo un poco, cuando viera que él todavía se encontraba a salvo.

No le dio tiempo a girarse de nuevo. Furiosa por lo ocurrido, la serpiente se lanzó contra Rebecca. La Maestra alzó rápidamente una mano e intentó invocar su Llave-Espada para bloquear el ataque de alguna manera. El destello no se había disipado siquiera cuando uno de los colmillos de la serpiente se clavó en el brazo izquierdo de la joven, casi atravesándolo.

Rebecca aulló de dolor. Su reacción retardada fue suficiente para apartar a la pitón unas pulgadas y apartarse de ella, por lo que las cosas no empeoraron. Enok podía aferrarse a ello: pudo haber sido mucho peor. Cambió la mano con la que blandía la Llave y luego la lanzó directamente hacia el hocico del animal, que por reflejo atacó el proyectil intentando darle una mordida. La Maestra aprovechó e imitó a Enok, echando a correr.

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Gata


...

...nada.

No ocurrió absolutamente nada.

Ya he apuntado —siseó la chica, intentando de alguna manera retar a Wix. O sólo exasperarla. De cualquier forma, no le funcionó. La Guardiana contaba con una increíble paciencia, por lo que podía verse.

Eso era lo que aparentaba, al menos. Todos en Bastión Hueco sabían (o casi todos, tal vez Gata no lo sabía todavía) que Wix era un Incorpóreo. No tenía corazón. Era una existencia vacía y sin sentimientos, no podía entender las reacciones emocionales de las personas... "comunes".

Por lo tanto, no se sintió ni mínimamente ofendida por el tono de la Aprendiza.

Raro —expresó, balanceándose en el borde del acantilado para ver la alguna de tan cerca como podía—. Previas incursiones habían mostrado que algo en este sitio... fallaba. La energía simplemente no funciona como debe. Y con ella, los Sincorazón tampoco.

La Guardiana se pasó una mano por el cabello, pensativa.

Si no tienes alguna otra idea, lo mejor es que nos vayamos —sugirió—. De otra manera, las bestias podrían volver a aparecer.

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Fyk & Enok


Habla y se está... ¡creo que se está presentando! —dijo Jane, en caso de que no hubiesen comprendido. Aunque no era nada complicado; parecía que el único que no había entendido la situación era Clayton, a juzgar por el gesto en su rostro.

¡Oh, Tarzán! ¡Señor Tarzán, es un gusto conocerlo! —exclamó la Maestra; acto seguido, imitó el gesto del hombre-bestia y se presentó—. Ya... mi... Yami.

¡Oh, esto es tan impresionante! ¡Yo también! —la joven exploradora se unió a Yami, y ahora ambas rodeaban a Tarzán y a Fyk. Las dos estaban más que fascinadas—. Soy Jane. Jane.

Tarzán... —repitió el hombre, señalándose. Luego apuntó hacia las dos mujeres y repitió, completando el ciclo—: Jane. Yami. Tarzán, Jane, Yami.

Poco antes de que Tarzán terminara, la maleza se agitó una vez más. Y antes de que pudiese repetir por segunda vez los nombres de las dos jóvenes, de entre los bambúes brotaron Enok y Rebecca. Uno arrastrando la pierna y la otra manchada de sangre en un costado. Cuando el salvaje hombre vio el estado en el que se encontraban, rápidamente saltó hacia ellos.

Apartó gentilmente la mano de Rebecca, con la cual se cubría la herida y murmuró con seriedad:

Hista.

Enok tendría que poner al resto del campamento al día sobre lo que había sucedido en su ausencia. Y pronto, porque Rebecca había sido mordida por una Hista letal.

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Enok 16

Notapor Sheldon » Lun Ago 18, 2014 2:36 pm

¡Enok!

No volvió la vista hacia atrás, tan solo siguió su camino mientras gotas de desesperación recorrían todo su cuerpo, nervios encrespándose cada vez más a causa de la sobreexcitación y de esa sensación que lentamente se apagaba por todo su cuerpo. De cualquier manera, desconocía el interés que aquella mujer tenía sobre Enok, lo que le movía a urdir planes conjuntamente. En el caso de que fuese una aprendiz tan solo debía limitarse a proteger su vida.

De pronto a sus oídos llegó un severo grito seguido de unos siseos lejanos. La sangre del chico se heló pero continuó corriendo. Tan solo giró unos centímetros la mirada hacia atrás. No. No deseaba observar aquello que había ocurrido, fuese lo que fuese. Ya se ocuparía su mente de recrear las consecuencias de sus actos.

Antes de que pudiese retomar sus desesperados pensamientos escuchaba tras de si una serie de pisadas rápidas y desesperadas. No le hizo falta unir más cabos para llegar a la cuenta de que se trataba de la joven que imitaba al aprendiz, corriendo hacia un largo a salvo. No dirigió ninguna palabra a su compañera, hubiese sido un exceso de orgullo. Lo que si llegaría a comprender era su más que posible enojo e incluso represalia. Estaría dispuesto a aceptarla porque sabía perfectamente porque y como había actuado.

La maleza poco a poco comenzaba a disminuir y la luz filtrada entre las hojas era cada vez mayor. Un claro en el bosque empezaba a ser cada vez más plausible. Antes de atravesar una pared de árboles, Enok volvió la vista hacia atrás por primera vez. La chica no se había detenido, sino que continuaba corriendo desesperada. Solo un reguero de sangre pudo verse en su silueta, ya que como una exhalación desapareció entre los árboles.

Todavía sentía dolor en su pierna, había estado sangrando durante todo el trayecto al parecer igual que su compañera. La vista que se le antojaba a Enok le dejó petrificado durante segundos. Creyó ver a lo lejos las escamas ocres de la serpiente, pero tan solo fueron los reflejos desnaturalizados sobre las hojas.

Se volvió y adentró entre los árboles.

Un enorme claro rodeado de maleza y sobre el que recaían todos los rayos de luz que no podían colarse entre los árboles se desdibujó ante las pupilas del muchacho. Se encontraba habitado justo en aquel momento por un grupo de personas. Antes de que pudiese fijarse en nada más, la mirada de Enok dio de bruces con la figura imponente de un hombre, o al menos eso aparentaba. Un alborotado, salvaje y muy largo pelo caía sobre su espalda, unos rasgos extremadamente afilados aunque profundos y un cuerpo prácticamente desnudo encorvado y configurado a través de erráticos movimientos eran las pistas que inducían a la conclusión de que aquel no era un humano normal.

El ser se acercó a su compañera en un poderoso salto y examinó la herida que le había producido el animal. Enok lo observó de cerca. La herida tenía una pinta horrenda y muy peligrosa.

Hista. —dijo el hombre encorvado con un tono de voz primitivo.

Enok agachó la mirada y al cabo de unos segundos la volvió a levantar. Una lágrima se deslizó a través de su mejilla. Se encontraba aprisionado por sus pensamientos, recapacitando sobre su actuación y el dolor que indirectamente le había provocado a su compañera. Pero había actuado por él mismo y no se podía imaginar haciendo daño a alguien o algo inocente, por muy agresivo que hubiese sido.

Un par de miradas inquisidoras fueron lo suficiente para hacerle entrar en razón y darse cuenta de que aquellas personas esperaban algo. Las observó superficialmente hasta encontrar dos figuras que reconocía: Fyk y su Maestra, Yami. Justo cuando su mirada se entrecruzó sintió la necesidad de llorar en su regazo y lamentarse de aquel mundo de ambiguas decisiones.

Pero no lo hizo y se lamentó por ello.

Acompañé a-a-al gorila has-hasta una char-ca...Bueno, no...Eso-Eso no importa...Una ser-serpiente ro-roja me atacó...y-y-y luego me-me encontré con e-e-ella— dijo apresurado bajando los ojos unos centímetros—. E-E-Ella intentó matar...la pe-pero yo no-no-no —Enok se detuvo— la ayudé. Haced algo...por favor.haced lo que yo no pude hacer.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Soul Eater » Mié Ago 20, 2014 2:55 am

Nada perturba la eventual apacibilidad del acantilado, a pesar de mi gesto. Las comisuras de mis labios se curvan ligeramente, en un amago de sonrisa. —¿De verdad se esperaba que fuera ocurrir algo?— A todas luces, parece que estaba equivocada, lo cual me complace de alguna manera.

Raro— es lo único que se le ocurre decir, sin molestarse en absoluto ni por mi tono ni por su error. Su frialdad resulta casi envidiable y, hasta cierto punto, inhumana. —Previas incursiones habían mostrado que algo en este sitio... fallaba. La energía simplemente no funciona como debe. Y con ella, los Sincorazón tampoco.

La escucho sin prestarle demasiada atención, más ocupada vigilando a mi alrededor temiendo que aparezcan más enemigos, y sin acabar de entender del todo de lo que está hablando. Y por otro lado, tampoco es que sus palabras me interesen en absoluto.

Si no tienes alguna otra idea, lo mejor es que nos vayamos— dice ella finalmente, causándome una ligera sorpresa. —¿Si no tengo alguna otra idea? ¿Desde cuándo soy yo la que tiene que tenerlas? Me habéis dicho que obedezca, no que piense…— Me encojo de hombros, indiferente. —De otra manera, las bestias podrían volver a aparecer.

Lanzo una última mirada a la laguna, más por curiosidad que otra cosa, antes de dirigirme bruscamente a Wix. —Entonces vámonos cuanto antes. Yo no sé usar ninguna fuerza extraña, ni ninguna energía, así que no puedo hacer más— digo recordando cómo ella había atraído a los sincorazón sin aparente esfuerzo.

Bueno, realmente no es del todo cierto. Podría bajar a la laguna, pero no me apetece en absoluto, y no pienso hacerlo a no ser que me obliguen. Además de que por todo lo que ha dicho la mujer, nada hace pensar que vaya a conseguir algo abajo que no pueda lograr desde aquí.

Y sobretodo, no tengo el menor interés en descubrir que es lo que está ocurriendo. Solo estoy aquí porque me han arrastrado a la fuerza, y todavía no me han enseñado nada que justifique mi cooperación. En lo que llevo de “misión”, solo he acabado perdida y me han arañado la cara. Mi única intención es volver al castillo antes de que me ocurra algo peor.

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No estoy segura de si este es el último post, pero por si acaso, me gustaría agradecer a los dos GMs el esfuerzo que han realizado durante toda la trama. Muchas gracias por la dedicación y el trabajo.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Final Fan » Vie Ago 22, 2014 1:06 am

¿S-señorita?

Por instinto, puse las manos delante de mí cuando aquel hombre se me puso a medio palmo de distancia. A saber qué interruptor había accionado en su cabecita con aquella palabra. Todos parecían muy sorprendidos por el hecho de que pudiese hablar.

¡Tarzán! —soltó, señalándose al pecho—. Tarzán.

Según la señorita Jane se estaba... ¿presentando?

Oh, ya sé —así que él se llamaba Tarzán. Señalé entonces a mi propio pecho—. ¡Fyk! ¡Fyk!

Las presentaciones siguieron un rato, hasta que...

¡Ma-mae-ma-pro-profesora Rebecca! —exclamé, saltando en el aire.

Me forcé a manterme quieto al recordar que debía fingir estar convaleciente. Tarzán acudió a ella en un santiamén, afortunadamente. Enok también estaba allí e intentó explicarnos a todos lo que había ocurrido, pero estaba tan nervioso que los detalles fueron bastante inconspicuos. Había llegado a entender que la Maestra Rebecca había sido atacada por una serpiente. Podríamos empezar a tratarla con magia, pero con tanta gente de aquel mundo mirando estábamos atrapados. ¿Es que íbamos a estar capados siempre? Aparte de un Cura bien convocado, mis conocimientos de enfermería eran nulos.

¿Veneno? ¿Hay cura? ¿Grave? ¿Es grave? —pregunté, empezando a pensar lo peor—. Profesora, ¿está bien? ¿Puede hacer usted... algo? —añadí. Seguro que se guardaba algo bajo la manga. Seguro.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Zee » Dom Ago 24, 2014 5:22 pm

Gata


Entonces vámonos cuanto antes. Yo no sé usar ninguna fuerza extraña, ni ninguna energía, así que no puedo hacer más.

Wix clavó su mirada en Gata, frunciendo el ceño en señal de desaprobación. Había habido algo en aquella frase que la había molestado (molestado tanto como podía hacerlo un Incorpóreo), pero cuando le respondió a la Aprendiza, lo hizo con la misma voz falta de emoción que solía tener siempre:

Elegida por la Llave-Espada —le dijo, adelantándose en su dirección; se le plantó enfrente y posó su intimidante mirada en la de ella—. Incontables han deseado el poder que tú tienes. Algunos mataron para intentar conseguirlo, arrebatarlo a quienes lo poseían. Otros perdieron su vida estudiándolo, con la esperanza de ganárselo. Las leyendas cuentan que en algunos lugares se le consideró un poder otorgado por los dioses, o el universo.

>>Y tú no aprecias el regalo que Ryota te dio. Aún tienes mucho que entender, Aprendiz.

>>Concretamente, de apreciación. Y responsabilidad.


Terminó de hablar y retrocedió, pero no quitó sus ojos de encima de Gata. En realidad, quiso observar su reacción. Su expresión, sus palabras, intentando adivinar sus pensamientos y cómo le había afectado lo que le había dicho. Escucharía su respuesta, si es que tenía alguna, pero ya no respondería a ninguna pregunta. Lo que había sido dicho estaba dicho.

Volveremos, entonces. A Bastión Hueco —dijo, dándose la vuelta. Hizo ademán de seguir caminando por donde habían llegado, pero en realidad sólo avanzó unos cuantos pasos antes de extender la mano al frente.

Sus dedos extendidos sólo apuntaban al vacío. Sin embargo, la mujer cerró los ojos y los músculos de su mano se tensaron, como si intentase sujetarse a algo invisible e intangible, pero que de todas maneras seguía allí. Pequeños hilos de oscuridad, tan diminutos que Gata apenas podía verlos, brotaron de sus yemas y se extendieron como una telaraña frente a la mujer.

El espacio entre ellos pronto se llenó con penumbras. Y en un simple parpadeo, frente a la Guardiana se alzaba una puerta hecha de completa oscuridad, sombras vivas y en movimiento. Era imposible ver al otro lado, por supuesto, pero su forma y profundidad dejaban claro su propósito.

Esta es la otra manera en la que viajan los Maestros. Usando la oscuridad o la luz que une a los mundos —explicó, sin girarse para mirar a la joven. Sus ojos seguían puestos sobre el portal—. El interior puede ser… sobrecogedor, así que prepárate. Tal y como rechazas la tiranía de la luz, espero que puedas resistir el abrazo de la oscuridad.

Dicho eso, Wix se adelantó dos pasos hasta que quedó a sólo unas pulgadas del pasillo. Se giró levemente y en silencio apremió a Gata para que la siguiera, apuntando al portal con su palma abierta.

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Enok & Fyk


¿¡Gorilas!?

La exclamación de Clayton estuvo muy fuera de lugar. Parecía que el cerebro del guía tenía la misma capacidad de atención que el de un pájaro pequeño. Se había olvidado de Tarzán con la llegada de Rebecca y ahora parecía haberse olvidado de Rebecca con la mención de los gorilas. Alzó su arma y miró a su alrededor, alerta, como si esperase encontrarse con los animales en cualquier momento.

Jane también se sorprendió un poco ante las palabras de Enok, pero ella sí supo distinguir que no era el momento indicado. Se adelantó hasta Rebecca y, no sin antes pedirle permiso, examinó la herida. Tarzán observaba desde muy cerca, rodeando impaciente a la joven para buscar un ángulo cómodo, y gruñía por lo bajo cosas ininteligibles pero que, a juzgar por su tono de voz, reflejaban algo de preocupación.

Enok entonces añadió que aquello había ocurrido mientras intentaban matar a la serpiente. Casi al instante Rebecca giró su mirada hacia él, extrañada, y luego hizo ademán de intervenir. Fue Yami quien se le adelantó:

¡Rebequita nunca mataría un ser inocente, no, señor! No deberías ser un pajarito mentiroso, porque a los niños mentirosos no se les da postre.

Inten… intentaba distraerla, solamente. Supongo que… ay, me descuidé

No mencionó que Enok había sido quien había retrocedido en el peor momento, aunque sí lo miró directamente. Parecía algo decepcionada, aunque sin duda no lo culpaba por la herida que la serpiente le había hecho.

Al menos pudimos huir…

La herida por poco y va de lado a lado… —señaló Jane, observando la profundidad de la lesión y el ancho del brazo de Rebecca. Los demás no podían ver tan bien, pero podrían confiar en su palabra—. ¿Qué clase de serpiente era? ¡No hay serpientes que puedan ser tan grandes como para hacer esto!

¡Uh, Hista! —exclamó Tarzán. Nadie supo luego qué fue lo que se le metió en la cabeza (especialmente porque nadie podía entenderlo), cuando de pronto salió disparado del campamento y volvió a meterse en la jungla.

Todos se encontraban inquietos y alarmados. Los síntomas en la Maestra Rebecca ya habían comenzado a mostrarse: estaba sudando mucho, empapada, y su piel se había tornado pálida como el papel; la herida había dejado de sangrar tanto, por lo que podían asumir que la presión de la joven había bajado drásticamente, al igual que, muy seguramente, el ritmo de su corazón.

Per… perdón, qui-quiero vomi… —la joven se llevó la mano sana al estómago y reprimió una arcada.

Tal vez era hora de usar un hechizo sanador. ¡Qué importaba que todos estuvieran viendo, si su vida estaba en riesgo!

Tiene que haber una manera para contrarrestarse… —señaló Jane; sin embargo, ella también mostraba una expresión desesperada y se había revuelto el cabello al pasarse la mano varias veces para intentar tranquilizarse. Cuando Fyk le insistió en que solucionara aquello, pareció alarmarse todavía más—. ¡N-no lo sé! ¡Tiene que haber algo, pero…! —balbuceó—. Si al menos pudiéramos tratar los síntomas; claramente el veneno es neurotóxico y…

¡Señorita!

Nadie había visto a Tarzán llegar. Había brotado del bosque de bambús con un amplio salto, pero ágil y silencioso, y había aterrizado detrás de la Maestra Yami. Por alguna razón, llevaba una gran sonrisa de satisfacción en su rostro, y en su mano derecha llevaba…

¿Un ramo de flores?

Entusiasmado por su idea, se adelantó con varios saltos hasta Jane y Rebecca, a quienes les ofreció aquel curioso regalo.

O-oh, el… morado es mi color… preferido… yo… —no era el mejor momento, en absoluto, para ponerse románticos, pero aun así Rebecca agradeció el regalo de Tarzán.

Excepto que sus intenciones eran malinterpretadas. No era un regalo. Fue Jane quien se dio cuenta, pues sólo ella tenía los conocimientos suficientes para saber…

¡Belladona! ¡Estas son flores de belladona! —de pronto, la sonrisa que Tarzán llevaba dibujada tuvo muchísimo sentido; pronto fue compartida por Jane, que volvió a verse radiante, iluminada por una gran idea—. ¡Oh, Tarzán, ha salvado la vida de la profesora Rebecca! ¡Sin usted… ah!

No había más tiempo para hablar. Rebecca ya no pudo mantenerse en equilibrio y comenzó a desvanecerse; si no fuera por Tarzán y Jane, habría caído al suelo. Siguiendo las órdenes de la joven, Clayton se apresuró a traerle un molinillo donde machacar la planta, y una jeringa de cristal.

Tomó apenas unos minutos sacarle el extracto a las pequeñas bayas y a las raíces de la planta, y ponerlo todo dentro de la jeringuilla. Jane estaba temblando, pero aun así (¿experiencia, tal vez?) se las arregló para inyectarle un poco en la zona de la herida. Lo que sobró se lo dio a la joven a beber y se lo frotó encima de la herida.

N-no estoy segura de la dosis, pero… debería detener los síntomas hasta que el veneno abandone el cuerpo —comentó Jane, aliviada. Los signos feos, como las convulsiones, afortunadamente se los habían evitado. Si la exploradora no se había equivocado, pronto la Maestra comenzaría a sentirse mejor.

La Maestra Yami carraspeó, entonces, intentando atraer la atención de todos.

Deberíamos volver para que a nuestra querida Bequita se le atienda como es debido —sugirió—. Volvemos a nuestro barco y le damos su jarabe; hm, hm, rico, rico. Y cuando se sienta mejor y esté lista para luchar con viboritas otra vez, visitaremos de nuevo. ¡Podemos hasta ver a los gorilas juntos, maravilloso!

Tenían tiempo para las despedidas, afortunadamente. Si necesitaban hacer preguntas o comentarios, o simplemente tener una conversación antes de partir, era ese momento. Podrían hasta intentar enseñarle algo a Tarzán.

Pero pronto tendrían que irse. Y dependería de ellos si querían volver.

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Y con esto, terminamos. Queda una ronda para despedidas y todo lo que esto conlleve.

Y no sólo eso, sino que el final de esta Trama supone la apertura del arco de Selva Profunda. Los invito a participar en próximas Tramas si llegan a tener tiempos y ganas. Puedo prometer más interacción con NPCS (incluidos los animales, ¿por qué no?) y participación en la historia del mundo; la cual, debo decirlo, intentaré confluir con la trama del libro original de Rice Burroughs y posiblemente la serie de TV.

Para la próxima ronda califico y cierro (:

Próxima fecha límite: 28 de Agosto
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Fin Enok

Notapor Sheldon » Mar Ago 26, 2014 3:36 pm

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¿¡Gorilas!?— exclamó una de las personas que se encontraba en el grupo mientras tomaba una escopeta que llevaba en el regazo. Era un hombre maduro, muy rudo y con voluminoso vello por todo su cuerpo, apelmazado a través de sus brazos. Tenía el pelo casi rasurado, el cual terminaba en numerosas canas. Unos grandes ojos, una larga nariz, una dentadura sana y perfecta y un mentón muy afilado en una expresión retorcida completaban el rostro del señor. Con su intervención dejó claro que la situación le importaba poco.

Otra de los participantes del grupo supo reaccionar de mejor manera. Era joven aunque comparada con Yami parecía tener más edad. Su cabello era largo, coloreado de un castaño muy vivo. Rasgos alargados aunque inocentes. Quizás enamoradiza aunque nerviosa en sus movimientos. Esta se adelantó hacia la herida de la chica y la examinó detalladamente.

Mientras tanto, el restante de los desconocidos gastaba los segundos observando nervioso el estado de la herida. Enok se fijó algo más en él. No sabía decir o definir la extraña atracción que había sentido desde que lo había visto. El físico del hombre empezaba a calar en los pensamientos del muchacho. Sin embargo, pronto olvidó todo.

¡Rebequita nunca mataría un ser inocente, no, señor! No deberías ser un pajarito mentiroso, porque a los niños mentirosos no se les da postre.—reprimió Yami ante las palabras de Enok, su aprendiz. El chico dio dos pasos hacia atrás, azorado, sintiéndose cada vez más compungido.

Inten… intentaba distraerla, solamente. Supongo que… ay, me descuidé— esta vez fue la tal Rebecca quien habló acompañando sus palabras con una mirada directa. Los ojos no eran el reflejo de alma sino una herramienta de las emociones. Ella sentía tristeza o decepción, dolor ante sus heridas y un interés por protegerle, un extraño afán—.Al menos pudimos huir…

Enok dirigió su mirada al suelo. Su herida aún sangraba aunque con mucha menos insistencia que antes. Al contrario que a Rebecca, nadie se había preocupado por su salud y por la herida que le había producido la misma serpiente. Escupió de una bocanada todo el aire que guardaba en aquel momento en sus pulmones.

En unos minutos el lugar se había envuelto en una dolorosa tensión. Rebecca empeoraba por momentos y nadie sabía como actuar. ¿Por qué no le curaba nadie? Yami tendría hechizos de curación. ¿Qué importaba que se enteraran aquellas personas de que eran Portadores? ¿Acaso no lo sabía la gente de otros mundos ya? Pero él no podía hacer nada más ya.

Se dio la media vuelta y avanzó hasta lograr ocultarse en el follaje, alejado de las miradas. Se internó en la selva unos pasos sin perder nunca de vista el campamento y sin arriesgarse a encontrar otro depredador. Por suerte aún guardaba un mínimo de fuerzas. Invocó su llave-espada aunque intentó ocultar los destellos de luz convocándola bajo un arbusto. Extendió su pie herido sobre una cama de hojas que había dispuesto rápidamente.

La herida no tenía una pinta favorable. La sangre empezaba a coagularse sobre la zona aunque el escozor no cesaba ni por un momento. Enfocó la punta de su arma sobre unos metros de la hemorragia y susurró la palabra “cura”. Instantáneamente, un polvo verdusco rozó la herida aliviando superficialmente el aspecto de esta. Sin embargo, no consiguió sanar completamente al chico sino que simplemente aceleró el proceso de curación. Al menos el reguero de sangre había sido cortado.

Se incorporó y apoyó el pie herido sobre el suelo cerciorándose de que podía andar sin cojear tanto como lo hacía antes. Lentamente se acercó hacia el claro del bosque. Se sentó sobre el tronco de un árbol desde donde podía observar a sus compañeros. Hablaban apresuradamente, con nerviosismo y miedo ante la muerte y el dolor. Enok se rió al pensar en ello, Eran carcajadas silenciosas, de perdón , vacías y melancólicas.

Era evidente que iba a recuperarse. No la dejarían morir cuando tenían métodos en sus manos para hacerla sanar. Resultaba innecesario el teatro que ante sus ojos como un espectador se estaba desarrollando. Pero debía reconocer que los actores y actrices eran bastante buenos.

Cuando finalmente el grupo halló la solución para contrarrestar el problema, Enok simplemente salió de su reclutamiento. Con las manos en los bolsillos de su pantalón, con rasguños por toda las piernas y la cabeza gacha se acercó al grupo.

Volvemos a nuestro barco y le damos su jarabe; hm, hm, rico, rico. Y cuando se sienta mejor y esté lista para luchar con viboritas otra vez, visitaremos de nuevo. ¡Podemos hasta ver a los gorilas juntos, maravilloso!—Fueron las palabras que pudo escuchar de Yami. Levantó la mirada y la dirigió a todos los presentes asintiendo de vez en cuando.

Miró extrañado a una plaza vacía ante un recuerdo fugaz que le había asaltado. ¿No faltaba alguien allí? Puede que todo hubiesen sido imaginaciones suyas.

Así que se dio la vuelta y esperó a que se pusieran en marcha de vuelta a Tierra de Partida. Estaría dispuesto a escuchar las reprimendas ante sus actos. Pero, extrañamente y por todo lo que se pudiese decir o hacer, él se encontraba inmensamente satisfecho de aquel día. Sabía que muchas habían sido las cosas que se le habían escapado de su entendimiento, presencias que tan solo había notado como lejanas. Tampoco entendía como su futuro se había enredado aquel día sin siquiera hacer nada con un pasajero extra de aquel vuelo, un miembro que no habían visto pero que no por ello dejaba de ser menos real. Una pasajera, a decir verdad...

Respiró hondo.

Su verdadero entrenamiento acababa de comenzar.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Soul Eater » Mar Ago 26, 2014 8:19 pm

La mirada de Wix es gélida, y a pesar de mi resolución, la falta de expresión de sus ojos me producen una horrible incomodidad, un ligero miedo, que me obligan a cambiar alternativamente el peso de mi cuerpo de una pierna a otra, a pesar de que no varío en absoluto la expresión de mi rostro.

Elegida por la Llave-Espada.— No puedo evitar sentir que, con esas palabras, se está dirigiendo a otra persona, a alguien que no soy yo. —Incontables han deseado el poder que tú tienes. Algunos mataron para intentar conseguirlo, arrebatarlo a quienes lo poseían. Otros perdieron su vida estudiándolo, con la esperanza de ganárselo. Las leyendas cuentan que en algunos lugares se le consideró un poder otorgado por los dioses, o el universo.

Desvío la mirada y agacho ligeramente la cabeza, entre cohibida y despectiva, sin terminar de definirme en ninguno de los dos sentimientos. Cada vez me queda más claro que esa llave es un arma de doble filo, que ata tanto como libera. Me pregunto si todas esas personas a las que se está refiriendo lo supieron antes de consagrar su vida a ella, o si, como yo, solo la vieron como un medio para aumentar su propia fuerza, sin importar el coste.

Y tú no aprecias el regalo que Ryota te dio. Aún tienes mucho que entender, Aprendiz. Concretamente, de apreciación. Y responsabilidad.

Me muerdo los labios, conteniendo una réplica cortante. Ryota no me “regaló” nada. Hicimos un trato: él me entrenaba y yo obedecía. Si no me han entrenado en serio, lógicamente yo no tengo que obedecer en serio. Aun así, prefiero callarme. Wix ya ha demostrado con creces que puede hacerme tanto daño como Ryota, y finalmente he conseguido molestarla, aunque sea un poco. No tengo intención de cruzar la línea y enfrentarme a algo más serio.

Volveremos, entonces. A Bastión Hueco— Me encojo de hombros, alegrándome por dentro. —Por fin…— es el único pensamiento que se me pasa por la cabeza, olvidando por completo las palabras de la pelirroja. Ya tengo bastante con cuidar de mí misma y sobrevivir como para preocuparme por lo que significa portar una llave espada. ¿Quién se cree que soy?

Sin embargo, en lugar de ordenarme invocar mi Glider, como esperaba que hiciera, la mujer extiende las manos y la oscuridad comienza a concentrarse hasta que un inmenso agujero se abre ante nosotras, como una enorme boca hambrienta.

Esta es la otra manera en la que viajan los Maestros. Usando la oscuridad o la luz que une a los mundos. El interior puede ser… sobrecogedor, así que prepárate. Tal y como rechazas la tiranía de la luz, espero que puedas resistir el abrazo de la oscuridad.

Pero es que yo no rechazo…— comienzo a murmurar, pero termino sacudiendo la cabeza sin más ganas de explicar que a mí todo eso me da exactamente igual. ¿Tan extraño es eso? —Da igual. Y no esperes que me asusté por ese pasillo. No considero a la oscuridad un peligro.

Mientras avanzo, sin miedo ni falso coraje, hacia el tenebroso portal añado para mis adentros —Es más, la veo como una aliada. Te permite esconderte y aislarte del resto del mundo— Sin embargo, junto antes de entrar, siento una corriente de aire, al igual que la sensación de que algo, o alguien, me está llamando.

Vuelvo la cabeza, sin que haya nada a mi espalda. Miro a Wix que se mantiene expectante, con la mano abierta ante el pasaje, y finalmente termino internándome en él, sin mediar palabra, con un extraño desasosiego que nada tiene que ver con las penumbras.

Una palabra me había venido a la mente. Una palabra cuyo significado soy incapaz de adivinar: Enok.
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Final Fan » Jue Ago 28, 2014 10:50 pm

¡N-no lo sé! ¡Tiene que haber algo, pero…! Si al menos pudiéramos tratar los síntomas; claramente el veneno es neurotóxico y…

No, no, no digo usted...

Con "Profesora" me había referido a la Maestra Rebecca, a la que había recomendado sucintamente que intentase curarse con algún hechizo, si es que se sabía alguno que la pudiese ayudar. Sin embargo, Jane pareció malinterpretarme y se puso todavía más nerviosa. Lo bueno fue que, tras la aparición de aquellas flores de belladona, todo parecía estar bajo control.

Yami nos sugirió irnos de allí pitando, con lo que yo estaba claramente de acuerdo. Era prioritario llevar a la Maestra Rebecca a la enfermería de Tierra de Partida. Antes de "embarcarnos", le preguntaría a la Maestra Yami si sabía en dónde estaba Sorkas para saber si debía quedarme rezagado y buscarlo antes de irme.

Bueno, placer ha sido, sí. Muy, muy gracias por ayudar con herida, mucho agradecido —le dije a Jane. Luego me dirigí a Tarzán—. Y muy, muy gracias a usted por cura cha-chachi, chí. ¡Pero señorita no es palabra para ir usando así como así! ¡Cuando aprendas más hablar, hablamos!
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Re: [Selva Profunda] Dos Mundos

Notapor Zee » Lun Oct 13, 2014 9:05 am

Fue delicioso.

El sabor que inundó su boca estaba más allá de lo inenarrable. Era dulce, muy muy dulce, justo en el borde de lo empalagoso pero sin llegar serlo. E incluso aunque lo hubiese sido, pronto habría sido eclipsado por el agradable regusto picante y fresco que dejaba tras bajar por su garganta. La consistencia espesa y viscosa del jugo lo volvía todo mucho mejor, también: era como estar bebiendo jarabe. Jarabe de caramelos de menta. Era vigorizante y… casi reparador.

La cáscara se había resistido un poco. En retrospectiva, había sido la peor parte de morder la fruta. Era delgada pero muy dura, además de rasposa y… bueno, peluda. Casi como si hubiera intentado comerse un kiwi sin pelarlo antes. Pero, asombrosamente, pronto se desvaneció en su boca en cuanto la masticó y la mezcló con la pulpa. Constituida por fibras y repleta de ese jugo mentolado, era muy fácil de morder y de tragar, aunque el inconveniente era que no dejaba de mancharse los labios y mejillas.

Probablemente terminaría muy pegajoso. Ojalá no se le quedara alguna mosca allí adherida o algo, sería muy desagradable.

Comerse la gigantesca fruta morada había sido una buena decisión. ¡Qué demonios! Para eso estaban las frutas, ¿no? ¡Evolución! Árbol hace fruta, árbol pone semilla en fruta, animal come fruta, animal come semilla, animal excreta semilla, bebé crece. ¡Sí, preservación de la especie en su máximo esplendor! Pero él no podría tragarse una semilla de ese tamaño. Era todo un hueso, en realidad, tan grande como su puño. Y si llegaba a hacerlo en algún descuido, sacarlo sería muchísimo más complicado. Y doloroso.

Igualmente Sorkas dejó el festín a la mitad. Era demasiado para él. Ya llegaría algún otro animal y se la llevaría lejos, continuando con el ciclo de la vida. Ahora lo mejor que podía hacer era recostarse en la frondosa canopia y… digerir. Tal vez echarte un sueñito, también. Al fin y al cabo, ya iban cuatro Portadores (dos Maestras incluidas) además de él, ¿qué tan importante sería su ausencia?

Ya estaba a punto de caer dormido y vivir aventuras sin igual en el mundo de los sueños cuando…

Aparecieron. Docenas y docenas de ellos cruzaron las ramas y el follaje que cubrían una de las entradas al refugio de Sorkas. Para sus gigantescos cuerpos, no fue problema alguno quitarse de encima la vegetación. Avanzaron todos juntos como un gran grupo hacia el enorme árbol bajo el que Sorkas descansaba, lenta y majestuosamente.

Gorilas.

No notaron su presencia. Se había disfrazado contra la canopia al echarse sobre ella, y ahora se encontraba cubierto por los trozos de corteza y hojas que la componían. Algunos de los que pasaron por allí, especialmente el líder, olisquearon el aire a su alrededor con curiosidad. Ninguno fue capaz de encontrarlo ni miró en su dirección. Podía sentirse aliviado. Sólo tenía que esperar a que se fueran, entonces podría levantarse e irse de allí. Ya sólo quedaban unos cuantos...

¿Pero qué era ese ruido?

—Huele curioso, ¿eh? ¿No te parece?

—Seh, bastante dulce y... ¡puf! ¡Pica! ¿Qué demonios es eso?

Oh, pero si eran sólo un grupo de gorilas adolescentes conversando, nada de que preocuparse.

...

...un momento, ¿cómo...?

—Es la fruta ésa fea de allí, ¿que no la veis, cegatones? Algún babuino demente le habrá dado unas mordidas.

¿...los gorilas... hablando...?

—¿Pero de qué estás hablando, Kortuk? ¿Esa ciruelilla de allí? No me digas que-- Oooooh, rayos.

—¿Qué, qué?

Sorkas se había vuelto loco. Loco por insolación.

—¿No lo sabes? ¡Los bonobos lo estaban comentando el día de la catarata!

—¡Sólo suéltalo!

—¡Es una de las frutas de La, sus sirvientes las estaban cultivando, tío! ¡Y ahora alguien se la ha zampado! ¡Jooooooooo! ¡Hay que largarnos de aquí, hay que decirle a Kerchak antes de que esos fenómenos de dos patas regresen!

—Nos estás vacilando, vale ya...

—¿Te parece ésta la cara de alguien que os está vacilando? ¿Eh? ¡No! ¡Ésta es mi cara para vacilar! ¡Ésta- no! ¡Ahora muévete, hay que dar el aviso!

Y dejando a Sorkas tan confundido, simplemente se alejaron corriendo.

*¨*¨*

El brillo que el encantamiento despedía era hipnótico y cautivador. También era algo reconfortante, tranquilizador para su alma, pero eso ya no sabría si atribuirlo al hechizo o a la Maestra que lo convocaba. La mano de Rebecca pasaba por encima de su pierna con cuidado y delicadeza, subiendo y bajando lentamente conforme la herida iba cerrando poco a poco. La luz verdosa parecía acariciarlo también, llenándole la zona con una reparadora calidez; y los pétalos rosados, etéreos y casi transparentes, caían sobre su piel y acababan con el escozor en un instante.

Lamento no haberte puesto más atención en ese momento, Enok —se disculpó Rebecca, posando su mano sobre su piel para darle los últimos toques: sólo quedaba la piel, la herida a esas alturas parecía más una mancha que nada. Si no fuera por la sangre seca, nadie sabría que allí lo habían lastimado—. No estaba exactamente, um… bien

>>Me alegra que a ti no te haya inyectado veneno. …pudo haber sido peor… para los dos.


Sí, aquello se había quedado sin explicación, lo de Rebecca prácticamente agonizando y él encontrándose perfectamente bien. Seguramente lo había notado tras ponerse a pensar un poco. ¿Había sido la naturaleza de la herida o decisión propia del animal? Y si hubiera sido esto último, ¿por qué lo había decidido así? ¿A quién había decidido matar y a quién devorar? ¿Había diferencia alguna entre ambas cosas?

Debiste decir algo cuando llegamos los dos al campamento… merecías ser cuidado tanto… o más que yo, como Aprendiz —continuó. Detuvo también el hechizo, dando por acabado finalmente su trabajo. Habían vuelto a la casa del árbol para eso, para descansar un poco, cuidar de sus heridas como era debido y buscar a su compañero extraviado—. Aunque también… es, um, es bueno que hayamos esperado para curarte. ¿Sabías que las heridas que son sanadas con magia dejan con frecuencia cicatrices y secuelas si se hacen apresuradamente; por ejemplo, en batalla? —explicó con una sonrisa que, aunque lo intentó, no pudo ocultar. De verdad le gustaba conversar sobre magia, ¿verdad?

Aunque pareció de pronto darse cuenta de qué estaba hablando, pues apartó su mano derecha con rapidez y ocultó la mitad de su rostro con su cabello. Sin quererlo siquiera, había atraído la atención de Enok a un tema algo… incómodo. Ella misma exhibía cicatrices en la mitad de su cuerpo, después de todo.

Otras cosas son imposibles de reparar —terminó en un susurro. Las palabras sabrían amargas incluso para Enok, que no las había pronunciado.

Rebecca forzó una sonrisa y se levantó de la madera donde había estado arrodillada. Las tres figuras que entraron a la cabaña fueron una muy buena excusa. Fyk y Yami, quienes habían buscado a Sorkas en los alrededores de la casa del árbol, habían vuelto exitosos. La Maestra cargaba con éste último del brazo, puesto que si bien no se hallaba completamente inconsciente, no parecía poder mantenerse en pie de manera adecuada.

Nos lo hemos encontrado bajo la cabaña, derrumbado en el suelo y sabrá Dios qué habrá comido. ¡Mira sus pupilas, Bequita, son como dos pequeños hoyos negros superdensos que lo tragan todo! ¿Algún honguito atractivo de la selva? ¿Los vapores de una planta quemada por casualidad? Ay, no, mi pajarito...

*¨*¨*

Casi la encontraban. La pelirroja con corazón roca y la paliducha inconforme, por poco y hallaban el secreto en su catarata. Se habían quedado de pie observándola detenidamente y luego una de ellas, la pequeña, había sacado una especie de báculo de metal. Había apuntado directamente hacia la laguna y había removido las energías, ella lo había percibido. Y lo había ocultado: las dos mujeres creyeron sus esfuerzos infructuosos.

Fuese lo que fuese aquel artefacto, despedía magia. Y luz. Y oscuridad. Las bestias de las penumbras se agitaban.

Vio a las dos partir en una puerta hecha de estrellas. Aquello fue el punto definitivo que la obligó a reconocerlas como individuos de gran poder. De un poder incluso superior al de ella, tal vez.

No. ¿Cómo se le ocurría pensar eso siquiera? Sólo estaban fuera de su comprensión, eso no las hacía mejores. Después de todo, ella tenía la magia de sus ancestros, de un pueblo difunto, en sus manos; el obsequio de una fortuna sin igual, incomparable a cualquier cosa que la jungla pudiese ofrecerle; y el privilegio de su sangre real, reflejada en su insuperable belleza.

Sólo necesitaba entenderlas. Adquirirlas. A ellas o a aquel báculo singular. Y lo haría, estaba segura, a su debido tiempo.

Y entonces demostraría por qué ella, Reina La, era superior.

*¨*¨*

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¡Buf!

Soul Eater, recibes 64 PX. Subes de nivel. Estoy bastante alegre de haber trabajado contigo, en serio. Habiendo sido la única de Bastión Hueco en apuntarse a la Trama, te sentí siempre muy desbalanceada comparada con el resto, muy ajena a la historia y a los NPCs. Pero supiste sacar lo mejor de las cosas; y lo que es mejor que eso, de una manera que personalmente considero única y llamativa.
El enfoque que le das a Gata me agrada bastante y creo que es un personaje con mucho potencial, en particular por toda esa hostilidad y esas ganas de desafiar a todo el mundo. Necesitas darle un poco más de cuerpo, hacerlo todo más sustancioso con acciones que reflejen inequívocamente su personalidad: por ejemplo, de verdad hacer o decir lo que piensa es un buen comienzo. Porque por dios, la niña piensa mucho.
Errores, sorprendentemente, no encontré muchos. Y digo sorprendentemente porque lo último tuyo que leí antes de esta Trama fue directamente tu Prólogo, y la mejoría destaca al instante. Los que sí tengo que señalar y que bajan tu puntuación, solo un poco, son básicamente tres cosas:
La primera y menos importante es el uso de los guiones que tuviste al principio de la Trama. Creo que no tengo que decirte nada al respecto, porque después de unas rondas entradas en ella, lo corregiste y cambiaste a guión largo. Así que solucionado ya está.
El segundo punto es que, sumergidos en los pensamientos de Gata, puede costar conectar las ideas. Hay algunas frases que se leen demasiado apresuradas, sin puntuación en ellas que le den al lector un sitio de dónde asirse. Esto es peligroso, porque si los detalles no se acomodan en el sitio correcto y en la medida apropiada, la idea principal puede perderse. Igualmente, es algo que no te he visto hacer muy frecuentemente, pero te lo señalo para que tengas más cuidado.
Lo último es algo que he visto contadas veces, pero que ha destacado en cuanto pasé mis ojos por encima: algunas de tus expresiones no cuadran. Por ejemplo, cuando Wix le ha dado la reprimenda a Gata por no apreciar su don, has señalado que la chica se siente “cohibida y despectiva”. ¿Despectiva? En todo caso es Wix la que está siendo despectiva con Gata. Es el último ejemplo que vi, y por eso el primero que se me vino a la cabeza.
Y finalmente tienes los problemas comunes con la repetición de palabras. Nada grave, pero te sucede de vez en cuando y puede llegar a ser algo chocante para el lector.
¡Sigue así! Sé que puedes ser mucho mejor. Y aprovecha muchísimo a tu personaje.


Sheldon, recibes 46 PX. Subes de nivel. Muchacho, tú eres un caso complicado. Y cuán complicado…
Esta sentencia que voy a darte no es sólo mía. Creo que al menos otros dos o tres GameMasters lo han comentado en algún punto aleatorio de nuestras reuniones: tu estilo es demasiado cargado. Si estuviéramos en Europa del siglo XVII, los críticos te amarían. Desgraciadamente, no estamos vaciando nuestra espiritualidad; estamos… roleando. Y es difícil para muchos seguir el hilo de un estilo que pretende pasar por barroco pero se aleja muchísimo de cualquier concepto estético y armónico. Hay una diferencia entre ser detallado y ser excesivo; necesitas aprender a marcar mejor esa línea.
Los fallos que te señalo a continuación son consecuencia del estilo que has intentado adoptar últimamente (porque en un principio, cuando llegaste al rol, tus escritos no eran así). Cuando intentas extenderte en detalles, terminas por perder el enfoque y el sentido de tus frases, al grado de que en (contadas) ocasiones, ¡ni siquiera terminaste la frase que empezaste en primer lugar! Y cuando te llegan a faltar las comas y todo se apresura y se comprime en un espacio demasiado pequeño para que podamos comprenderlo porque de pronto está avanzando muy muy rápido pues terminamos por ver que liberamos un salvaje huracán de confusión que—
Ah, allí está el siguiente punto. Las metáforas y analogías. Son una herramienta fantástica, pero hay que saber usarlas bien. Las tuyas llegan a ser muy, muy forzadas, tanto que ni siquiera hay punto de comparación entre los dos sujetos que intentas contrastar. Creo que esto lo haces porque, estando tan acostumbrado a detallar absolutamente todo lo que escribes, no soportas una frase directa y mundana, y necesitas añadirle algo que la adorne. Y a veces la decoración es demasiado chocante para soportarla.
Muy unido a esto se encuentra tu uso incorrecto de ciertos adjetivos, lo que termina creando expresiones que no son funcionales. “Un rostro empapado en una línea tenue de indiferencia”… Jane teniendo movimientos “enamoradizos aunque nerviosos”… “Enormes y agresivas manchas”… Agregas la palabra incorrecta a la mezcla y de pronto ya tienes tu receta para el desastre. Por esto mismo también interpretas de una manera completamente equívoca a otros personajes, como cuando dijiste que Fyk y Sorkas “se acercaron con cierto aire de desdén” a las Maestras, o que podías ver “desesperanza en los ojos de Yami” mientras examinaba la foto. Usas palabras que crees que pueden sonar bien, pero que no cuadran para nada con el escenario que se te presenta, por lo que terminas alejándote un amplio trecho del significado original y contradiciéndote con los posts de tus compañeros.
Veo también que de vez en cuando te fallan las tildes del pretérito en primera persona (‘quedo’ en lugar de ‘quedó’, por decir algún ejemplo), algunas tildes diacríticas y… algunos otros detalles, como poner ‘hacía’ en lugar de ‘hacia’.
Además, el metagame con Terk haciéndote señas… no sé qué justificación tomaste para llegar a tal razonamiento, pero… pues… no…? No tenías que descifrar su mensaje, simplemente seguirle el juego, pero aun así… puf, ha sido un tiro en la oscuridad, ha chocado demasiado y ha terminado por quitarte puntos. (Si quieres saber a qué se refería Terk, estaba llamando a Enok y a Yami “Tarzán”. No sólo es el nombre del conocido personaje, pero también significa “Aquél sin pelo” en el idioma de los gorilas. ¿Ves? La idea no era que descifraras el mensaje, sino que continuases interactuando con Terk).

Flan, no recibes puntaje por ser extra. Igualmente, creo que lo menos que esperas es una opinión. Por el poco contenido de tus posts (bueno, 'poco' relativo a los de los demás) no hay muchas cosas que se puedan señalar, así que siento no poder extenderme tanto como con Soul y Sheldon.
Es bastante raro ver a alguien que se concentre por completo al más puro estilo RPG, con todo mundo repitiendo los posts una y otra vez. No sé si es refrescante o chocante, francamente; debe ser opinión personal, por lo cual no quisiera en futuras ocasiones tomarlo como algo a calificar.
Tienes lo usual, algunas palabras repetidas por aquí y allá.

Sorkas, recibes 6 PX. Where the fuck were you mate? No puedo darte más porque participaste en tan pocas ocasiones que prácticamente no estabas aquí. Entre tus errores tengo que señalar el estilo tajante y apresurado, la falta de varias tildes y la repetición masiva de palabras.
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