Re: [Bastión Hueco] Demostración
Publicado: Mié Ene 02, 2013 2:29 am
Saeko acababa de hacer un comentario que interpreté como grosero, pero en el momento en que tenía pensado realizar mi cansada replica el Maestro Ryota intervino, por lo cual callé para escuchar que tenía que decir.
—Es suficiente, Saito, Saeko —dijo el Maestro haciendo una seña con su mano—No quepa duda de que ambos me habéis sorprendido bastante.
Aquello significaba algo bueno, sin duda. Por lo que sabia no era nada fácil sorprender al Maestro de los Maestros, pero lo había logrado. Me autocorregí al instante, lo habíamos logrado, el Maestro Ryota también había sido impresionado por Saeko. ¿Que había mostrado ella de especial? Bueno, quizá un control mucho más notable que el mio, no cabia duda. Pero por lo demás, consideraba a Saeko alguien demasiado arrogante para mi gusto. Alguien que probablemente me vendería a mí o a cualquier otro aprendiz de Bastión Hueco por sus objetivos, o por simplemente quedar bien ante el Maestro Ryota y los demás.
¿Y tu no venderías a cualquiera de ellos por encontrar a Louise?
Ignoré aquello. Tenían que ser imaginaciones mias, y aunque quizá no lo fuesen... sabía que si volvía a entrar en aquél trapo no me sería tan fácil volver. Pero quizá tenía razón, no tenía casi ningún lazo que me uniese a los demas miembros del lugar. Pensar así hacía que una parte de mí recibiese un helado escalofrio por todo el cuerpo, quizá Saeko no era la única arrogante que había en aquella sala.
—Por lo que hemos podido presenciar, nuestras conclusiones son las siguientes —dijo Ariasu, acercándose a Ryota.—: los dos sois afines a la oscuridad. Saeko, tú demuestras bastante control, aunque al ser la primera vez que experimentas el poder de la oscuridad, no consigues enseñar todo tu potencial, ¡pero no te preocupes! ¡Es algo que se va a aprendiendo!
Aquella era la conclusión de la Maestra de Saeko, sin duda. No podía evitar pensar, cuanto sería el potencial que albergaria Saeko... ¿Sería mayor que el que yo mostraba? Y sin dudar a dudas otra gran duda me asaltaba. ¿Aquello que acababa de mostrar era todo el potencial que tenía en aquellos momentos? De ser así, tendría que preguntarme más tarde como empezar a controlarlo.
—En cambio, Saito. A pesar de que tú has logrado demostrar todo tu potencial, por poco pierdes tu corazón. Es un concepto diferente de perder el control, en relación a lo sucedido con Saeko. Tu compañera es capaz de controlar el poder poco a poco, mientras que tú lo has sacado de golpe.
Pensé en que aquello que acababa de decir mi Maestro era en parte postitivo y en parte negativo: Tenía un gran poder, pero por el momento no era capaz de controlarlo para nada en absoluto. Es más, perder el control hubiese sido mejor que lo que casi había sucedido hacia unos minutos. El control se puede recuperar, mientras que el corazón una vez que se haya ido, no vuelve.
—¡Esto es bastante interesante! ¡El poder de la oscuridad, actuando de manera tan distinta en diferentes corazones! ¿No crees, Ryota?—La Maestra Ariasu parecía observarnos más como a conejillos de indias que como aprendices y eso era algo que crispaba mis nervios, aunque intentaba restarle toda importancia.
—Tampoco es tan sorprendente, si nos ponemos a pensar y sacar conclusiones de los libros donde hemos adquirido conocimientos sobre este tipo de sucesos. Sólo que quizás, nunca lo habías presenciado, Ariasu. Lo que me sorprende es que lleguen a usar ese poder recién empezando su camino como portadores —A mi Maestro parecia restarle importancia al asunto. Incluso hizo enfadar a la Maestra Ariasu, a quien pude ver inchar los mofletes por el rabillo de mi ojo. Aquella escena me había hecho esbozar una leve sonrisa, Ariasu no acababa de caerme bien y que Ryota le hiciese aquellos cortes me alegraba en parte—. Ahora que habéis experimentado vuestra magia afín, ¿cómo os sentís? Por lo que veo, Saito, pareces agotado. ¿Y tú, Saeko? ¿Qué es lo que has notado?
Miré a Saeko la cual no articulaba respuesta. ¿Significaba eso que me cedia el turno de palabra? Decidí que quizá explicarme yo primero sería lo mejor, como había dicho el Maestro Ryota estaba más que agotado y no estaba como para esperar a Saeko toda la eternidad.
—Bueno Maestro, con el permiso de Saeko empezaré yo primero... —cogí un poco de aire, para no tener que parar demasiado mientras le intentaba explicar que es lo que había notado— Es cierto que he perdido el control, bastante... pero lo que me ha pasado ha sido algo con explicación. Una voz se me apereció, una voz que me provocó y que sabia pistas de...—miré a Saeko que se encontraba a mi lado. No creía que hiciese falta repetir que era lo que buscaba— bueno, sobre lo que usted sabe que ando buscando... Y no pude contener la rábia que sentí en mi interior cuando se fue dando por echo que no lo lograría. —Recordar aquello hizo que cerrase los puños con fuerza, pero no pasó de ahí— Y me gustaría que ambos me ayudasen a controlar ese potencial, quiero poder sacarlo todo... pero sin lugar a dudas, no quiero perder el control como ha pasado hoy. Por lo demás, no tengo demasiado que contar, como ya ha comentado Maestro, me encuentro bastante cansado y algo fatigado por los esfuerzos, pero nada grave. Espero que eso que les he explicado les ayude, si necesitan saber cualquier otra cosa pregúntenmelo después de que Saeko explique lo que tenga que explicar...
Dicho esto desconecté durante algunos segundos mientras Saeko explicaba lo que fuese que tenía que decir. En aquellos momentos otras preguntas rondaban por mi cabeza y dejé la mirada fijada en un punto de oscuridad sin darme cuenta: ¿Quién diablos era aquella voz? ¿Por qué tenía a Louise? ¿Lograría encontrar el lugar en el que estaba?... Necesitaba encontrar respuestas a mis preguntas, y tenía que darme prisa en encontrarlas.
—Es suficiente, Saito, Saeko —dijo el Maestro haciendo una seña con su mano—No quepa duda de que ambos me habéis sorprendido bastante.
Aquello significaba algo bueno, sin duda. Por lo que sabia no era nada fácil sorprender al Maestro de los Maestros, pero lo había logrado. Me autocorregí al instante, lo habíamos logrado, el Maestro Ryota también había sido impresionado por Saeko. ¿Que había mostrado ella de especial? Bueno, quizá un control mucho más notable que el mio, no cabia duda. Pero por lo demás, consideraba a Saeko alguien demasiado arrogante para mi gusto. Alguien que probablemente me vendería a mí o a cualquier otro aprendiz de Bastión Hueco por sus objetivos, o por simplemente quedar bien ante el Maestro Ryota y los demás.
¿Y tu no venderías a cualquiera de ellos por encontrar a Louise?
Ignoré aquello. Tenían que ser imaginaciones mias, y aunque quizá no lo fuesen... sabía que si volvía a entrar en aquél trapo no me sería tan fácil volver. Pero quizá tenía razón, no tenía casi ningún lazo que me uniese a los demas miembros del lugar. Pensar así hacía que una parte de mí recibiese un helado escalofrio por todo el cuerpo, quizá Saeko no era la única arrogante que había en aquella sala.
—Por lo que hemos podido presenciar, nuestras conclusiones son las siguientes —dijo Ariasu, acercándose a Ryota.—: los dos sois afines a la oscuridad. Saeko, tú demuestras bastante control, aunque al ser la primera vez que experimentas el poder de la oscuridad, no consigues enseñar todo tu potencial, ¡pero no te preocupes! ¡Es algo que se va a aprendiendo!
Aquella era la conclusión de la Maestra de Saeko, sin duda. No podía evitar pensar, cuanto sería el potencial que albergaria Saeko... ¿Sería mayor que el que yo mostraba? Y sin dudar a dudas otra gran duda me asaltaba. ¿Aquello que acababa de mostrar era todo el potencial que tenía en aquellos momentos? De ser así, tendría que preguntarme más tarde como empezar a controlarlo.
—En cambio, Saito. A pesar de que tú has logrado demostrar todo tu potencial, por poco pierdes tu corazón. Es un concepto diferente de perder el control, en relación a lo sucedido con Saeko. Tu compañera es capaz de controlar el poder poco a poco, mientras que tú lo has sacado de golpe.
Pensé en que aquello que acababa de decir mi Maestro era en parte postitivo y en parte negativo: Tenía un gran poder, pero por el momento no era capaz de controlarlo para nada en absoluto. Es más, perder el control hubiese sido mejor que lo que casi había sucedido hacia unos minutos. El control se puede recuperar, mientras que el corazón una vez que se haya ido, no vuelve.
—¡Esto es bastante interesante! ¡El poder de la oscuridad, actuando de manera tan distinta en diferentes corazones! ¿No crees, Ryota?—La Maestra Ariasu parecía observarnos más como a conejillos de indias que como aprendices y eso era algo que crispaba mis nervios, aunque intentaba restarle toda importancia.
—Tampoco es tan sorprendente, si nos ponemos a pensar y sacar conclusiones de los libros donde hemos adquirido conocimientos sobre este tipo de sucesos. Sólo que quizás, nunca lo habías presenciado, Ariasu. Lo que me sorprende es que lleguen a usar ese poder recién empezando su camino como portadores —A mi Maestro parecia restarle importancia al asunto. Incluso hizo enfadar a la Maestra Ariasu, a quien pude ver inchar los mofletes por el rabillo de mi ojo. Aquella escena me había hecho esbozar una leve sonrisa, Ariasu no acababa de caerme bien y que Ryota le hiciese aquellos cortes me alegraba en parte—. Ahora que habéis experimentado vuestra magia afín, ¿cómo os sentís? Por lo que veo, Saito, pareces agotado. ¿Y tú, Saeko? ¿Qué es lo que has notado?
Miré a Saeko la cual no articulaba respuesta. ¿Significaba eso que me cedia el turno de palabra? Decidí que quizá explicarme yo primero sería lo mejor, como había dicho el Maestro Ryota estaba más que agotado y no estaba como para esperar a Saeko toda la eternidad.
—Bueno Maestro, con el permiso de Saeko empezaré yo primero... —cogí un poco de aire, para no tener que parar demasiado mientras le intentaba explicar que es lo que había notado— Es cierto que he perdido el control, bastante... pero lo que me ha pasado ha sido algo con explicación. Una voz se me apereció, una voz que me provocó y que sabia pistas de...—miré a Saeko que se encontraba a mi lado. No creía que hiciese falta repetir que era lo que buscaba— bueno, sobre lo que usted sabe que ando buscando... Y no pude contener la rábia que sentí en mi interior cuando se fue dando por echo que no lo lograría. —Recordar aquello hizo que cerrase los puños con fuerza, pero no pasó de ahí— Y me gustaría que ambos me ayudasen a controlar ese potencial, quiero poder sacarlo todo... pero sin lugar a dudas, no quiero perder el control como ha pasado hoy. Por lo demás, no tengo demasiado que contar, como ya ha comentado Maestro, me encuentro bastante cansado y algo fatigado por los esfuerzos, pero nada grave. Espero que eso que les he explicado les ayude, si necesitan saber cualquier otra cosa pregúntenmelo después de que Saeko explique lo que tenga que explicar...
Dicho esto desconecté durante algunos segundos mientras Saeko explicaba lo que fuese que tenía que decir. En aquellos momentos otras preguntas rondaban por mi cabeza y dejé la mirada fijada en un punto de oscuridad sin darme cuenta: ¿Quién diablos era aquella voz? ¿Por qué tenía a Louise? ¿Lograría encontrar el lugar en el que estaba?... Necesitaba encontrar respuestas a mis preguntas, y tenía que darme prisa en encontrarlas.