Gata—
¿La llave espada?La Guardiana asintió con la cabeza, aunque lentamente, como si sólo la hubiese convencido a medias. Su mirada seguía perdida en la extensa laguna que la catarata formada, tal vez esperando que al contemplarla pudiese hallar alguna clase de explicación. Pero, salvo la belleza natural, aquel escenario no tenía mucho más que ofrecer.
—
La Llave los atrae como si fuera miel a las moscas —señaló. Removió la tierra con la punta de una de sus botas, comenzando a hacer garabatos en ella distraídamente—.
Pero ya se multiplicaban más de lo normal antes de que llegáramos...—
¿Y cuál es el sentido de todo esto? —replicó la Aprendiza con justificado enfado. Wix se giró hacia ella y la miró como si estuviese lidiando con una pregunta tan tonta que no sabía ni por dónde comenzar.
—
Para predecirlos, por supuesto. Y así reducir sus números y la amenaza que suponen —su mirada volvió a caer en la laguna. Bajando la voz, agregó—:
O controlarlos, según algunos...
>>Hmm... intenta apuntar con tu Llave allí, a la laguna —pidió luego, en actitud meditativa. Parecía haber tenido una idea... ¿pero cuál sería ésta?
¿Y era necesario acercarse? Es decir, bajar era en teoría, posible. ¿Pero en la realidad? Claro que podía hacerlo desde allí arriba, ¿pero no sería más efectivo acercarse a... a... a donde fuese que Wix hubiese apuntado?
¿Y no iban a llegar más Sincorazón? A lo mejor seguir moviéndose sí era una mejor idea...
Enok—
¡E-E-Es una pi-pi-pitón! Me-Me persigue...—
¿Una pitón? —repitió la Maestra, alarmada por las palabras del joven. Queriendo confirmarlas, intentó mirar por encima del hombro de él; no obstante, la misma maleza de la que él había salido le impidió a Rebecca ver más allá de donde se encontraban—.
Oh… B-bueno, es sólo un animal…Si la Maestra no hubiese estado mirando en aquella dirección, muy probablemente no habría habido manera de evitar lo que vino a continuación: la joven soltó un grito de sorpresa cuando, sin previo aviso, una gran parte del cuerpo de la serpiente y su enorme cabeza brotaron como una lanza desde el otro lado de la vegetación. Cerró sus fauces con fuerza en cuanto tuvo a Enok cerca (que, con ese preciso placaje, fue en una milésima de segundo), intentando inyectarle su letal veneno o, tal vez, aplastar su cráneo de una vez. Sin embargo, lo único con lo que se encontró, para suerte del chico, fue un muro invisible contra el que prácticamente rebotó debido a la fuerza que llevaba.
—
¡Está herida! —exclamó la Maestra, reconociendo el trabajo que Enok había hecho. Aprovechando que el animal se encontraba atontado por el golpe que se había dado, Rebecca tomó al Aprendiz por los hombros y lo guió a que se colocara detrás de ella—.
No va a dejarnos en paz a menos que la… —tragó saliva y sus ojos se abrieron, como si no pudiese creerse lo que estaba a punto de decir… y al final, ni siquiera lo dijo—:
Pero no podemos hacer eso. Esto es solo su naturaleza… Así que vamos a… vamos a correr.Con una mano Rebecca convocó un orbe de color violeta, pequeño, del tamaño de un puño cerrado, que comenzó a flotar a su alrededor. Brillaba con intensidad y en su interior se revolvían finas redes de plasma, parecía estar a punto de estallar en cualquier momento. Con la otra, tomó con fuerza la mano de Enok y entrecruzó sus dedos con los de él.La serpiente volvió a la carga, levantando la parte anterior de su cuerpo a varios metros sobre el suelo y danzando hipnóticamente, midiendo el espacio entre ella y sus presas, preparada para saltar de nuevo.
Rebecca se había preparado, empero, puesto que en cuanto la pitón se levantó de nuevo, el pequeño orbe violeta salió disparado en su dirección y empezó a girar alrededor de su cabeza, distrayéndola. De la superficie de aquel hechizo brotaron delgados rayos de luz, demasiado bien delineados y… coloridos, como para ser un hechizo
Perla o algo parecido. Aquello era ardiente plasma, focalizado hacia un solo punto. Láseres.
Aquello les hizo ganar tiempo.
—
Vas a sentirte más fuerte de lo normal —explicó Rebecca. En ese momento, Enok sintió una mágica calidez brotar de los dedos de la chica, pasar a los suyos propios y subir por el interior de su brazo hasta su pecho. No desapareció su fatiga ni sus heridas se cerraron, pero de pronto sintió como si… como si comprendiera muchas cosas, como si el mundo se hubiese vuelto más sencillo y pudiese entender el funcionamiento de todo lo que le era invisible. Era difícil de explicar, pero… muy probablemente le sería más fácil hacer magia; y ésta sería más fuerte, también—.
Necesito que a mi señal, dispares algún hechizo que la empuje o atonte, ¿de acuerdo?Y entonces Rebecca lo soltó. La Maestra dio un amplio salto hacia el frente, levantándose con una gracia y precisión de la que ningún Aprendiz podía presumir todavía. Su pequeño láser se apagó y la pitón le prestó total atención, girando sus fauces hacia ella. La joven abrió sus brazos en el punto más alto de su trayectoria y dio un amplio giro sobre su eje, golpeando a la serpiente con dos fuertes látigos de agua que parecían haber salido de la nada. El animal retrocedió, adolorido, mientras Rebecca aterrizaba tan suavemente que bien podría haber sólo bajado un escalón.
Sus brazos estaban envueltos en agua que ella misma había convocado. Fluía y adoptaba una forma imposible alrededor de su piel; parecía viva y parecía estar obedeciéndola. Uno de aquellos… ¿tentáculos? se levantó y…
¡Oh, esa era la señal!
Fyk—
¡¡SEÑORITA JANE!!El grito de Fyk atrajo la atención de la joven exploradora, que por unos instantes apartó los ojos del imposible combate que estaba ocurriendo frente a ella para mirar al pequeño niño azul que se había escapado de la tienda. No pudo abrirlos más porque se le habrían salido de las órbitas, pero sí se mostró sorprendida cuando, cojeando con un pie, el Aprendiz empezó a andar hacia ella.
—
¡Ay, no, ay, no! ¡Fykhjaal, ay, no! —intentó alertarle, sacudiendo frenéticamente sus manos y negando con la cabeza. El Aprendiz ya se había decidido de cualquier manera, por lo que las advertencias de Jane no sirvieron de nada: Fyk se arrojó sobre ella con todo su peso. No habría sido diferente de haber sido él un saco de patatas.
—
¡Se-! ¡Se-! —escucharon que el misterioso hombre se esforzaba por pronunciar, mientras forcejeaba con la iracunda bestia, intentando a la vez quitársela de encima y no ser alcanzado por sus dientes o garras.
—
¡Aay, ay, ay! —actuó entonces el chico, activando inmediatamente los instintos maternales de Jane. La joven dejó de prestarle atención a la pelea (algo que había vuelto a hacer tras ver cómo el hombre-bestia intentaba articular palabras) y se la dirigió por completo a Fyk—.
¡Yo proteger señorita Jane...! ¡Ay...!—
¡N-no, señor! ¡Tú n-no esta-tás en condiciones de pr-proteger a nadie! —la voz se le quebraba debido al terror que sin duda debía sentir en ese momento. Sin embargo, no permitió que aquello le impidiera actuar y cargó con Fyk en brazos (con esfuerzo, por supuesto, que al fin y al cabo ella era pequeña y menudita).
En aquel momento escucharon el golpe seco de alguien cayendo al suelo. Al parecer, el hombre-bestia se había quitado de encima al leopardo con una certera patada doble y lo había alejado al menos medio metro. El misterioso joven nativo se incorporó, o tanto como podía en su curiosa postura, alzó la lanza sobre su cabeza y gritó triunfante:
—
¡¡SENORRITAAAAAAAA!! O bueno, lo que se decía “triunfante”… no tanto. Él sabía,
especialmente él sabía que la pelea no podía terminar tan fácilmente. Giró su cabeza hacia Jane y Fyk y les apremió con sonidos indescriptibles aunque levemente articulados. ¿Sería un nativo con su propio idioma? Sus primitivos vocablos no podrían entenderlos, pero sus gestos sí: apuntaba con su palma abierta a la tienda de campaña y daba saltitos en su sitio, apresurándoles para que se refugiaran.
—
¡Sabor ah uh butuk marchak Tarzán! —exclamó luego, girándose hacia el leopardo, ante lo cual éste le respondió con un fuerte rugido. ¿Acababa de insultar a su madre o algo?
La bestia se lanzó contra él, olvidándose por completo de Fyk y Jane, que tuvieron tiempo de sobra para escapar hasta la tienda de campaña. Sin embargo, la curiosidad pudo con la joven, quien se quedó escondida a medias detrás de la entrada de tela e intentó seguir contemplando la salvaje lucha. Si el chico decidía asomarse también, vería cómo en ese momento el ágil hombre eludía al animal al escalar el improvisado poste de bambú donde habían colgado una bandera. Se quedó allí arriba apoyado en un solo pie, exhibiendo un sentido del equilibrio y un tono muscular increíbles, más de lo que cualquier Portador de la Llave-Espada había conseguido en sus entrenamientos. En su rostro se dibujó una sonrisa altiva. Ya sabía que el leopardo no podía alcanzarlo allí.
—
¡Señorito bestia!El grito de Yami vino desde el límite del campamento. Sólo el hombre-bestia se giró en aquella dirección, mientras que el leopardo prefería seguir intentando subir por el asta de la bandera. De inmediato empezó a gesticular a las dos figuras que volvieron a entrar en el refugio: la Maestra Yami y Clayton.
—
¡Pero qué magnífico ejemplar! —exclamó entonces el cazador, mostrando una enorme sonrisa. Claramente la impecable piel del leopardo llamó su atención; no tardó, pues, en sacar su confiable rifle y disparar sin perder el tiempo en tonterías como apuntar.
¡Bam!El disparo pareció sacudir a todo el campamento. No acertó a nadie, pero sí que tuvo su consecuencia: completamente aterrorizados, tanto el leopardo como el hombre-bestia se apresuraron a retroceder hacia la jungla. El primero salió corriendo tan veloz como el anterior proyectil, mientras que el segundo bajó de un amplio salto hasta que pudo esconderse entre las altas cañas.
Sin embargo… no se fue. Como a cualquier hombre, la curiosidad era más grande. Permaneció refugiado detrás de la vegetación, observando… y esperando un momento para salir.
O tal vez a alguien que lo tranquilizara.
Hola, chicos, estoy de vuelta.
Estoy muy seguro de que extrañarán a Astro, porque ha hecho un trabajo magnífico e impecable. Un grandísimo agradecimiento a mi compañero por reemplazarme durante esta larga ausencia. Y claro, un aplauso, que de verdad se lo merece (::::
La buena noticia es que ya casi terminamos. ¡Un par de rondas más y nos vamos a la siguiente Trama!
Próxima fecha límite: 14 de Agosto