[Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Trama de Maya, Gonax, Lune y Jeanne + Ragun

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Sombra » Vie Ago 15, 2014 2:03 am

Al utilizar el Éter Sangriento pude sentir como una porción de mi poder mágico se recuperaba con suma rapidez, la misma con la que mi cuerpo se deterioraba levemente por utilizar algo semejante. Por suerte sabía que el efecto secundario de aquella habilidad no duraba para siempre, bastaba con descansar un día entero para volver a mi estado habitual.

Varias Gárgolas sincorazón intentaron darme caza poniéndose en frente, justo lo que quería desde el momento que se me había ocurrido utilizar aquello. Di un paso con fuerza hacia el frente y me vi lanzado como una bala hacia delante, no logré darle a todos los sincorazón pero pude ver como tres de ellos eran liberados, aunque cuatro de ellos habían sobrevivido al haber volado hacia el techo. Me mordí el labio cuando varias heridas se abrieron a lo largo de mi rostro tras utilizar aquella habilidad. Por un segundo creí que las cuatro Gárgolas restantes se lanzarían contra mí al descubrir que presionar mi cuerpo con los poderes que poseía traían graves consecuencias sobre mí, como por ejemplo hacer que todo mi cuerpo sufriese un entumecimiento momentaneo a causa del esfuerzo realizado.

El silbido de una flecha rasgando el aire del salón de baile hizo que levantase la cabeza (con bastante esfuerzo) falló, sin embargo una segunda acertó contra una de las alas de la Gárgola que se precipitó contra el suelo. No podía volver a volar, eso parecía al menos.

¡Ey! ¡Aguantad todos la respiración, rápido!

Cuando escuché aquella advertencia obedecí sin más a la par que giraba la cabeza empezando a poder moverla sin problemas. Mi cuerpo empezaba a reaccionar nuevamente. Cerca de la entrada estaba Maya, una niña que pertenecía a Tierra de Partida y a su lado parecía acompañarle un joven delgado y de cabello negro que portaba un arco por lo que pude deducir que él era el que acababa de derribar a uno de los sincorazón.

Una especie de nube de gas rosado salió desde la boca de la niña. Me tapé la cara con la bufanda roja que llevaba puesta tratando de evitar respirar aquella cosa. Al poco (ya pudiendo moverme perfectamente) me di cuenta de que la totalidad de los sincorazón estaban como borrachos. Tenían un aspecto más ridículo que temible en aquel momento.

¡¡Leinessia!!

Al volverme vi a la princesita corriendo hacia la portadora que por algún motivo (a pesar de no tener heridas graves) parecía estar en las últimas. Crusty no pudo evitar correr al centro de aquel lugar para continuar su cometido como guardaespaldas por muy peligroso que fuese aquello.

¿Te encuentras bien? ¿Cómo puedo ayudarte? ―la damisela, tan inocente como pura se acercó a la portadora de aspecto moribundo.

Nuevamente, viendo que Crusty estaba con la chica volví a encararme a los sincorazón todavía borrachos. Cargué rápidamente contra el del ala herida y esperé tener alguno más cerca para atacarle también, aunque viendo que ya había dos portadores del bando enemigo allí lo mejor que podría hacer sería retirarme. Una estaba en las últimas, pero Maya parecía estar en perfecto estado. Yo ya estaba herido de por sí y casi ni tenía magia en aquel momento. Una retirada a tiempo era una victoria, pero estaban bloqueando la única salida.

¡Crusty, Leinessia. Sacad a la chica de aquí! ¡Maya, ayúdame a cubrirles! ―grité. En realidad solamente estaba condicionando mi huída. Aunque estábamos en guerra los de Tierra de Partida eran demasiado blandos por lo general. Si me mostraba como alguien que pretendía ayudar desinteresadamente incluso a un enemigo no se atreverían a meterse en un combate contra mí. Ya tendría otra ocasión de reducir las filas de los soldados de Ronin en el futuro.

Me coloqué en posición defensiva cerca de Leinessia con la intención de protegerles de las Gárgolas si intentaban atacarles.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Luneshine » Dom Ago 17, 2014 5:30 pm

Fallé la primera flecha, pero la segunda acertó en uno de los monstruos voladores. Le dio en el ala, perforándola, y el monstruo chilló, para luego caerse en picado hacia el suelo.

Sonreí disimuladamente sin bajar la guardia. Cargué otra flecha, pero no disparé, debido a que algo pasaba con Jeanne. La seta, que al principio recibió los golpes de la aprendiza, saltó delante de esta. Jeanne dio unos pasos atrás, pero no fueron suficientes, pues el Sincorazón contrajo su cuerpo y soltó un humo purpura. Unos pocos segundos después, la chica se desplomo al suelo.

No tenía buena pinta, tosía, y al parecer le costaba respirar.

¡Mierda! —susurré mientras andaba en dirección de Jeanne para ayudarla.

¡Ey! ¡Aguantad todos la respiración, rápido!

Escuché la voz de Maya. ¿Ella ya estaba aquí?, seguramente había llegado antes que yo. Hice lo que me pidió sin rechistar. Si ella lo decía, sería por algún motivo, y lo pude comprobar casi en seguida. De repente toda la sala se llena de un humo rosado. Sí, había sido una buena idea taparse

Poco después, todos los Sincorazones se quedaron medio atontados, y la chica corrió en dirección de las Sombras, haciendo aparecer su llave espada, para acabar en seguida con todos.

En seguida, corrí hacia Jeanne, pero antes de que pudiera hacer nada, alguien se me adelantó.

¡¡Leinessia!!

Una dama fue a socorrer a mi compañera que yacía en el suelo. Luego, uno de los guardias corrió para ayudar a las chicas.

Yo, sin pensarlo dos veces, me acerqué a la Seta, quedándome lo suficientemente lejos por si en algún momento el Sincorazón me intentase atacar yo pudiera esquivar o alejarme de él a tiempo. Ahora era el momento de actuar. Miré de reojo a las chicas y el guardia.

Alejarla de aquí, a un lugar seguro.

En el momento que acabé de hablar, el otro chico gritó.

¡Crusty, Leinessia. Sacad a la chica de aquí! ¡Maya, ayúdame a cubrirles!

Lo miré extrañado. No daba una buena impresión, o tal vez era mi desconfianza natural hacia personas desconocidas, pero algo me decía que no debía fiarme de él.

Dirigí mi atención a la Seta. Lo mejor sería alejarla de Jeanne, antes que soltará otra vez su veneno. Lancé un hechizo Piro hacia el Sincorazón, y si el monstruo aparentemente inofensivo intentase hacerme lo mismo que a Jeanne, o mostrase alguna señal, saldría corriendo inmediatamente, para luego dispararle una flecha desde la distancia. En el caso de que el Sincorazón no se muriera con el Piro y una flecha, dispararía tantas como haga falta para acabar con él.
Avatar de Usuario
Luneshine
5. Fantasma Farol
5. Fantasma Farol
 
Mensajes: 124
Registrado: Lun Dic 09, 2013 8:57 pm
Dinero: 4,333.77
Ubicación: En ningún lugar
Sexo: Masculino
Karma: 0

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Zodiark » Lun Ago 18, 2014 4:45 pm

Mi hechizo funcionó a la perfección y no me costó mucho trabajo acabar con las pequeñas Sombras. Era momento de ocuparse de los demás, que seguían aturdidos.

Miré a mi alrededor para comprobar la situación, y entonces fue cuando vi a Jeanne, a la cual parecía que le costaba respirar. Al principio pensé que su estado se debía a mi hechizo, y comencé a sentirme bastante mal por ello, pero luego lo pensé dos veces y me di cuenta de que mi Dulce Aroma nunca había tenido un efecto tan mortal en nadie. En cualquier caso, la chica necesitaba ayuda. Eché a correr hacia ella, pero antes de poder avanzar mucho oí una voz que hizo pararme en seco:

¡¡Leinessia!!

Una dama arrancó a correr hacia Jeanne, y el hombre que había gritado lo que parecía ser su nombre parecía bastante preocupado y tenía la cara pálida. Supuse que quería protegerla y le preocupaba que se adentrara tanto en el campo de batalla. Así pues, para ayudarles, volví a iniciar la carrera y me dirigí hacia ellas.

¿Te encuentras bien? ¿Cómo puedo ayudarte? —preguntó la tal Leinessia, sosteniendo a mi compañera para que no se cayese al suelo.

A… A… Aire —respondió ésta a duras penas, forzando su respiración.

Ojalá tuviera algún hechizo para ayudarte...—intervine, preocupada, y sintiéndome algo culpable por no poderla socorrer de ninguna forma.

Miré a mi alrededor, buscando desesperadamente una solución al problema antes de que fuese demasiado tarde, y entonces me di cuenta de que el asunto no terminaba ahí: los sincorazón seguían pululando borrachos por el salón de baile, y no creía que el efecto de mi magia fuese a durar mucho más. Mientrastanto, el hombre que estaba preocupado por la dama se acercó corriendo para ayudar a su protegida.

¡Crusty, Leinessia. Sacad a la chica de aquí! ¡Maya, ayúdame a cubrirles! —exclamó Ragun antes de acercarse a Leinessia para cubrirla.

¡Vale! —contesté, después de unos segundos de incertidumbre, pues no me esperaba que Ragun fuese a querer colaborar conmigo y mucho menos salvar a Jeanne dada la situación.

De la misma forma en que el chico sombrío se colocó cerca de Leinessia para protegerla, yo hice lo mismo con el otro hombre, que al parecer se llamaba Crusty. Invoqué mi Llave Espada y me puse en guardia para escoltar a los tres hacia la salida.

¡Lune, cúbrenos desde lejos con tus flechas! ¡No podemos permitir que se acerquen a Jeanne o...!
Imagen
Imagen
Imagen

~Awards~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen

ImagenImagenImagen
Avatar de Usuario
Zodiark
72. Ducky Goose
72. Ducky Goose
The Unknowns
 
Mensajes: 2142
Registrado: Lun May 14, 2012 3:40 am
Dinero: 5,145.82
Banco: 1,816,912.05
Ubicación: Ultimate Academy for Gifted Juveniles
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Tumblr: sodasalvaje
Youtube: Dacobue
Instagram: @soda_93
Estantería de objetos
Karma: 103

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Nell » Mié Ago 20, 2014 1:32 am

Ragun acabó sin problemas con la Gárgola herida. Una menos, quedaban tres.

Entonces, Maya y Ragun se dirigieron a la vez hacia Jeanne (aunque por motivos diferentes), a quien Leinessia sostenía, asintiendo a su petición y tratando de ponerla en pie para cumplir su deseo y llevarla hacia la salida. Ambos aprendices se pusieron de acuerdo y, al ver las intenciones de Maya de protegerle, el hombre se lo agradeció con un gesto de cabeza y alcanzó a su protegida ileso.

Leinessia, tenemos que salir de aquí. ―Se acabaron las formalidades―. La hora se acerca.

La joven, aún muy asustada por la presencia de todos los sincorazón, asintió y dejó que Crusty cargara con Jeanne sobre sus brazos. Le rodeó el brazo para que tirase también de la damita y ambos corrieron hacia la salida.

Por otro lado, el Piro de Lune eliminó de golpe al Hongo negro que ya había dejado Jeanne debilitado, sin hacerle falta la flecha.

Con todos los sincorazón borrachos, Leinessia, Crusty y Jeanne llegaron a salvo al otro extremo de la sala. Como mucho, una Gárgola piripi intentó atacarles, llevándose una estocada de Ragun que le hizo cambiar de parecer y unirse a sus otras dos compañeras en el balanceo de la lámpara. Por lo tanto, Maya, Ragun y Lune, los únicos aprendices en pie que se quedaban a luchar (si es que los dos primeros no optaban por irse definitivamente), se encontraban solos ante siete sincorazón (tres Gárgolas y cuatro Hongos) cuyos efectos ebrios comenzaban a disiparse.

Entonces, la pared a su izquierda explotó.

Los guardias cercanos, los pocos que se habían quedado y miraban a las criaturas contra las que no sabían combatir, se arrojaron a un lado o cayeron al suelo por la onda de oscuridad que emanó del recién abierto boquete. Entre el humo, que se despejó rápido, apareció una dama que corría hacia la sala.

Diana. O Dianalesca, para algunos.

A pesar de ver el panorama, la aprendiza les ignoró deliberadamente y se dio la vuelta, hacia el origen de la brecha, la persona que aparecía ahora por ella: Yami. Sus manos estaban rodeadas por halos de oscuridad, que ascendían por todo su brazo hasta los hombros, donde se disipaban como niebla. Incluso de su boca manaba vaho de la misma tonalidad.

Te lo advertimos. ―La voz de Yami retumbaba, como si más personas hablaran con ella al mismo tiempo. Ninguno pudo evitar el escalofrío y la horrible sensación de que, efectivamente, allí había más presencias cerniéndose sobre ellos―. No fue una buena idea provocarnos.

Diana ignoró la pulla y alzó los brazos. Con ellos, cientos de gruesas enredaderas surgieron del suelo, abriéndose hueco con facilidad entre el mármol, ramificándose cada una de ellas hasta formar una pared completa que taponaba el agujero o, lo que era más importante, ponía distancia entre ella y la terrible Yami.

Se volvió de nuevo, dirigiendo su mirada directamente hacia Ragun y demostrando que le había visto nada más entrar. El grupo no había continuado huyendo por culpa de la escena que estaba teniendo lugar.

¡Tú! ―le gritó, mientras echaba a correr por delante de él, hacia la otra pared lateral, situada en el extremo opuesto al del boquete―. ¡Ven aquí! ―no mencionó nada de su anterior encuentro, aunque era comprensible visto que la perseguía una Maestra.

Justo en ese momento, verían cómo una humareda negra se colaba entre las enredaderas que habían taponado el boquete. Poco a poco, estas comenzaron a pudrirse hasta deshacerse y caer en pedazos en el suelo, surgiendo tras ellas nuevamente la figura de Yami. Diana puso cara de dolor, poniéndose otra vez de frente a su enemiga.

Maya, Lune… Venid.

Estaban en guerra, al fin y al cabo. La aparente colaboración entre ellos había sido pura fachada, o el recuerdo de sus anteriores amistades, cuando nadie les hubiese condenado por echarse una mano en pos de eliminar sincorazón. Ahora, eso no era una excusa para que cesara la lucha entre ambos bandos.

Y había llegado el momento de que tomaran partido en ella.

Por otro lado, ajenos a la rivalidad entre las facciones, Crusty tiró de Leinessia, llevándose consigo a Jeanne también, y reiniciaron su carrera hacia el exterior. Tras atravesar el largo pasillo, dieron con el jardín donde hasta hacía poco la aprendiza también había acudido en pos de Dianalesca. En él, había decenas de invitadas reponiéndose del susto, quejándose a unos guardias que impedían la entrada de nadie (aunque no la salida) o intercambiando sus impresiones con las demás.

Crusty las guió hasta un rincón apartado, en busca de privacidad. Allí, depositó a Jeanne con cuidado en el suelo. Tal y como había supuesto, el aire le vino bien y le ayudó a aclarar la mente, aunque seguía igual de debilitada. Crusty se marchó, dejándola un momento a solas con Leinessia, quien colocó la cabeza de la aprendiza sobre su regazo para que estuviera más cómoda.

Esperaba con tantas ganas esta noche… ―comenzó a murmurar, casi más para sí misma que para Jeanne, a quien creía inconsciente―. Y todo se ha echado a perder. Qué criaturas tan… terribles. Mi sueño se ha roto en pedazos. Ya no habrá más oportunidades.

Una lágrima cayó sobre el rostro de Jeanne. Leinessia había comenzado a llorar.

Entonces, Crusty regresó. Nada más ver a su protegida, comenzó a murmurarle palabras para consolarla, que le llegaban a medias a la aún adormecida Jeanne: «Lo siento… nadie podía predecirlo… podemos volver a intentarlo… habrá más ocasiones… no te desesperes…». Leinessia respondió con negaciones de cabeza, incapaz de hablar.

Rendido, el guardaespaldas se inclinó sobre Jeanne, agarrándola por detrás la cabeza para inclinársela y vertiéndole un líquido por los labios. Si se resistía, el hombre haría fuerza con tal de que tragara.

Es un antídoto. He conseguido hacerme con uno. Los médicos comienzan a llegar para revisar el estado de los invitados, y no lo echarán en falta. ―Parecía un caballero con las prioridades claras, pese a la moral no tan noble de la que hacía gala―. Bébaselo y se repondrá.

Y efectivamente, Jeanne comenzó a sentirse muchísimo mejor. Su cuerpo ya no se debilitaba, a pesar de que todo el esfuerzo le había dejado en las últimas. Podía ponerse en pie, aunque muy loca tenía que estar para volver al combate, puesto que bastaba un poco de viento para dejarla por completo K.O.

Leinessia esbozó una sonrisa triste al verla medianamente recuperada. Tanto ella como Crusty se pusieron en pie, este último agarrándola del brazo.

Nosotros nos marchamos ―le confió―. ¿Qué va a hacer usted? ―volvió a salirle el tono caballeresco.

Buena pregunta. ¿Qué iba a hacer ella?



Spoiler: Mostrar
Os he hecho un esquemita para que veáis más gráficamente la situación:

Imagen


VIT de Ragun: 44/74
PH de Ragun: 4/44
VIT de Jeanne: 1/8
PH de Jeanne: 6/6
VIT de Maya: 30/30
PH de Maya: 18/30
VIT de Lune: 5/5
PH de Lune: 2/4


Fecha límite: 26 de agosto.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Sombra » Mié Ago 20, 2014 3:11 am

Pude rematar a una de las gárgolas heridas que había por el suelo mientras me dedicaba a crubrir hasta la puerta a Crusty, Leinessia y la chica fiambre.

Leinessia, tenemos que salir de aquí. ―pidió Crusty, esta vez sin formalidades mostrando lo serio que era todo aquello―. La hora se acerca.

Se notaba que ambos civiles estaban asustados por los sincorazón. Leinessia a penas podía disimular el miedo, aunque Crusty parecía poder soportarlo. Lo más seguro es que el guardaespaldas hubiese luchado contra la muerte en más de una ocasión. No conocía su pasado, pero podía imaginar eso dado que no cualquiera podría soportar ver unos "demonios" y mantenerse estóico.

En ese momento, una bola ígena salió disparada por el cielo acertando a uno de los extraños hongos. La reacción que habían tenido Leinessia y Crusty frente a la invocación de mi llave espada había sido de asombro por lo que creía que la magia no existía en aquel mundo. ¿Sería algún mago de allí o...? No podía asegurarlo, pero cabía la ligera posibilidad de que también perteneciese a Tierra de Partida. Tendría que tenerlo en cuenta y recordar su rostro por si las moscas.

Durante la escolta tan solo una Gárgola tuvo narices de acercarse, aunque de poco le sirvió cuando logré repelerla de un golpe. Me sorprendió que percibiese el peligro como para poder decidir por sí misma apartarse y no atacarnos. Sonreí comprendiendo que tal vez no estaba tan lejos de empezar a controlarlos como mis Maestros podían hacer.

Leinessia y Crusty se marcharon cargando a la aprendiz que posiblemente moriría en unas horas a lo máximo. Mi pequeño plan había salido muy bien teniendo en cuenta que habiendo ayudado a uno de los suyos no sería demasiado noble ir a atacar a alguien que había colaborado aunque fuese un enemigo. Como siempre, mis planes salían a la perfec...

¡Brum!

Una potente explosión seguida de una onda de oscuridad en la pared de la izquierda del salón hizo que los guardias se tirasen al suelo, les imité lanzándome a un lado evitando cualquier posible escombro que pudiese ir hacia mí. Por poco se me sale el corazón en aquel momento. Un enorme boquete en la pared acababa de formarse y un denso humo mezclado con polvo impidió que viese claramente que había ocurrido... Aunque pronto vi algo.

Diana corría hacia la sala a través del boquete. Desconocía por completo si ella había hecho eso, de ser así no pude evitar sorprenderme ante aquella muestra de poder. Yo no podría hacer algo así ni de broma, al menos no por ahora. Sentí rabia en cuanto la vi junto a esa típica sensación de enamoramiento que su simple presencia provocaba. Era muy molesto dado que yo no sentía nada por ella.

Pero no me dio tiempo a decir nada, ni a pensar demasiado en lo que había acontecido antes. Todavía me dolía el cuerpo de aquellos latigazos de antes, no era alguien para cuestionar fetiches ajenos que incluyesen enredaderas como si fuesen tentáculos o látigos pero admito que aquella chica tenía un gusto extraño para sus ataques.

Escuché unos pasos entre los escombros y levanté mi mirada dirigiéndola al boquete al igual que Diana hacía. Yami, una de las Maestras de Tierra de Partida estaba al otro lado con sus manos rodeadas de energía oscura que ascendían hasta aproximadamente sus hombros. El aliento de la mujer parecía emitir también aquella clase de energía dándole un aspecto que se podía considerar... Peligroso. No me gustaba mucho como podía acabar aquello, menos aún si teníamos en cuenta que éramos enemigos.

Te lo advertimos. ―su voz distorsionada hasta el punto de parecer que varias personas hablaban a la vez hicieron que mis pelos se pusiesen de punta. No me estaba gustando nada aquello, podíamos acabar jodidamente mal, por no decir muertos si no nos largábamos de allí―. No fue una buena idea provocarnos.

La antigüa diosa no hizo caso a sus palabras, levantó sus manos como concentrándose en todo lo que la rodeaba para rodear energía y cientos de plantas y enredaderas gruesas como troncos empezaron a surgir del suelo levantando las plaquetas de mármol en el proceso para formar una pared verde y de aspecto resistente a pesar de estar hecha solo de plantas.


¡Tú! ―exclamó refiriéndose a mí―. ¡Ven aquí! ―instó a que huyésemos.

No me dio tiemp a contestar, las plantas empezaron a pudrirse volviéndose de un color oscuro antes de morir definitivamente. Yami volvía a la carga.

Maya, Lune… Venid.

Eso si al segundo no se lo comían los sincorazón que tenía a su alrededor, claro. Todas las setas estaban cerca de él y las gárgolas estaban en la lámpara a medio camino entre su querida Maestra y él. No lo había visto en acción, pero su complexión delgaducha le hacía parecer más un muerto de hambre que un guerrero. Tal vez estaba especializado en magia, eso no lo sabía.

Conjuré dos nuevos Éter Sangriento para recuperar una cantidad decente de magia y así poder hacer algo que podría salvarnos a Diana y a mí. Los Maestros por lo general (por lo que había podido comprobar) nos superaban en velocidad, fuerza, agilidad, magia... en todo. Podíamos tratar de escapar, pero nos alcanzaría. Solo quedaba una opción en ese caso. Deseé por lo bajo que funcionase.

Hoy no es tu día, Maestra ―grité apuntando mi llave espada contra la mujer―. ¡Petra!

No quise esperar a ver como la mujer se convertía en roca dado que cabía la posibilidad de que fuese inmune a dicho hechizo. No sería el primer enemigo al que me enfrentaba que era invulnerable a cierto tipo de ataques. Desmaterialicé mi Llave Espada cambiándola por la Cadena de Memorias. No sabía que clase de habilidad había utilizado Yami hacía unos momentos, pero de no lograr petrificarla lo mejor que podía hacer en aquel momento era tener mi látigo presente para que no pudiese realizar su última habilidad para destrozar paredes. Era una suerte que mi látigo poseyese esa extraña facultad de evitar que los enemigos pudiesen utilizar dos veces seguidas las mismas habilidades Si podía destruir una pared con esa facilidad prefería no saber que podría hacernos a nosotros por lo que tener el "seguro" de que no pudiese lanzar aquel hechizo de nuevo era una buena idea.

Que no os coman las chinches ―lancé la burla a los aprendices dejándolos tirados con los sincorazón. Ya se las apañarían allí solos, con un poco de suerte morirían allí mismo al quedarse solos sin su querida Maestra―. Vamos ―apremié a Diana.

Me pregunté como reaccionaría una Maestra ante la muerte de dos de sus aprendices sin que pudiese hacer nada para evitarlo.
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor GonaxHS » Vie Ago 22, 2014 1:49 am

El hada madrina de Cenicienta era una abuelita realmente agradable. Devolvió a la joven su esperanza y su vestido, para acudir al siguiente baile. Porque ese no era el indicado para ella, dijo la hada. Pidió a Cenicienta que volviese a la casa, porque era peligroso permanecer fuera debido a “fuerzas oscuras”. <<¿Tendrá algo que ver con la misión?>>

Por esta noche ya he acabado .

Un momento, Hada.

Cenicienta seguía esperando a que la siguiera adentro pero yo tenía una ultima pregunta para la tierna abuelita. Quizás ella pudiese desvelar el misterio del por que los sincorazones no se atrevían a llegar al corazón del bosque.

¿Que quieres decir exactamente con fuerzas oscuras?

Parecia que por fin me acercaba a algún tipo de conclusión. Y si su información no me llevaba a ningún lado, iría a buscar a Ragun al castillo para preguntarle si el tenía algo.

Spoiler: Mostrar
Dios, me he quedado completamente fuera de onda. Espero no haber molestado mucho. Desde aquí seguiré hasta el final.
Imagen

Thankiu Aru
Avatar de Usuario
GonaxHS
8. Gárgola
8. Gárgola
 
Mensajes: 218
Registrado: Jue Oct 17, 2013 8:12 pm
Dinero: 8,308.88
Banco: 15,275.00
Ubicación: Mi habitación, probablemente
Sexo: Masculino
Karma: 0

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor 15nuxalxv » Vie Ago 22, 2014 6:04 pm

Spoiler: Mostrar


Me gustaría haberle agradecido a Lune, Maya y el otro portador su preocupación por mí, pero la tos y la fatiga que reinaban en mi interior me impedían hacer gran cosa. De no ser por el ardor de mi aparato respiratorio, seguramente habría perdido el sentido.

Alguien llegó hasta nosotras mientras la joven trataba de ayudarme a ponerme en pie. Me apoyé en el hombro de ella, intentando controlar el balanceo que sufría por culpa del mareo.

Leinessia, tenemos que salir de aquípese a mi aturdimiento, pude advertir el tono autoritario de aquella voz masculina, la misma que había llamado a Leinessia cuando acudió en mi ayuda―. La hora se acerca.

<<¿La hora de qué?pensé>>.

La chica dejó que el hombre cargara conmigo, llevándome en volandas. Me rodeó el brazo con el objetivo de no dejar atrás a la noble.

Dejé que me alejaran de la batalla. La fatiga estaba creciendo en mí, y su abrazo era tan cálido… Tenía los sentidos entumecidos, como si flotara sin rumbo por el Intersticio de los Mundos. Tal vez fuera a morir, ¿pero qué más daba? Así descansaría.

De pronto, una ráfaga de viento me abofeteó en el rostro, despertándome de mi estado. Mi primera respuesta fue buscar oxígeno, y me maravillé cuando noté que entraba en mis pulmones con más facilidad. El mareo se durmió y mi cerebro comenzó a salir de aquél letargo en el que se había encontrado los últimos minutos. Aun así, aún me sentía débil y no era capaz de moverme apenas.

Spoiler: Mostrar


Observé lo que había a mi alrededor: vi a mi salvador, un hombre de complexión fuerte, pelo corto castaño claro y lentes rectangulares; y a Leinessia, que era una bella joven de mi edad de cabellos del color de la plata y tez pálida como la nieve. Estábamos en el patio donde había dejado a Lune con la muchacha rubia. Parecía que había pasado una eternidad desde aquello.

En él, las gentes de la nobleza que habían huido de los sincorazón se recuperaban de la vivencia (seguramente muy lejana a sus quehaceres diarios), coméntandola. Incluso había damas que se quejaban a los guardias por no dejarles entrar en el castillo. ¿Es que no paraban de cotorrear nunca?

El castaño nos dejó a Leinessia y a mí (poniéndome en el suelo) en un lugar aislado del barullo. Cuando se marchó, la muchacha apoyó mi cabeza en su regazo, mientras yo yacía boca arriba, con los párpados bajados. Cansada.

Le sonreí como muestra de agradecimiento, y no sólo por aquel gesto. Por todo.

Esperaba con tantas ganas esta noche…la dejé hablar, sin interrumpirla. Tal vez creyera que me había desvanecido―. Y todo se ha echado a perder. Qué criaturas tan… terribles. Mi sueños se ha roto en pedazos. Ya no habrá más oportunidades.

Sentí verdadera pena por ella, acentuada aún más cuando noté algo húmedo vertiéndose por mi rostro. No tuve que abrir los ojos para saber que eran sus lágrimas. Pensé que se merecía una explicación, la razón por la cual el baile había sido un desastre, pero no se lo dije. No por las normas de la Orden, que también. Sino porque en ocasiones la verdad era demasiado dura. Y ahora necesitaba consuelo, no justificaciones.

Así que busqué su mano y la apreté con fuerza, tratando de infundirle ánimos. La miré, y le dediqué una sonrisa de empatía.

Su amigo volvió, y en cuanto vio su llanto comenzó a hacer lo mismo que yo. Fingí que estaba de nuevo inconsciente para darles más intimidad. Estaba claro que se conocían desde hace mucho, por el tono de preocupación de él. Ella no respondió.

Aquel silencio derrotó a las palabras consoladoras, que cesaron. Entonces, una mano me cogió la nuca y me inclinó la cabeza. Noté un líquido en mis labios. Abrí los ojos alarmada, y vi al acompañante de Leinessia dándome una bebida. Tenía la boca seca, así que acepté lo que me daba. Tenía un sabor extraño, pero revitalizador. Aún así tragué con cautela, hasta que le oí decir:

Es un antídoto. He conseguido hacerme con uno. Los médicos comienzan a llegar para revisar el estado de los invitados, y no lo echarán en falta me sorprendí ante esa declaración, contando su posición en la pirámide social. No obstante, no era la primera vez que veía comportamientos impropios esa noche, así que no le di muchas más vueltas―. Bébaselo y se repondrá.

Me lo terminé como una niña pequeña y obediente que quería postre, y en efecto, hizo que me recuperara del envenenamiento. Noté que mis fuerzas ya no mermaban, aunque se habían reducido notablemente.

Me incorporé hasta quedarme sentada junto a Leinessia, que me sonrió. Sin embargo, no pudo disimular su tristeza.

Infinitas gracias a los dos por llevarme de allí. Este baile ha acabado fatal, pero seguro que harán más. Confiad en mí ese pronóstico se lo dirigí a Leinessia. No soportaba las caras tristes.

Tal vez tardaran tiempo en organizar otro, pero viendo la desesperación del Rey por recibir nietos, estaba segura que no se rendiría tan fácilmente. Un noventa y nueve por ciento segura.

Ambos se levantaron, Leinessia asida del brazo por el caballero.

Nosotros nos marchamosdeclaró él―. ¿Qué va a hacer usted?

Había recordado sus modales, pensé mientras me ponía derecha yo también. Me costó mucho esfuerzo, estaba muy debilitada.

Creo que iré a ver a esos médicos de los que ha habladohablé lo más respetuosamente que supe―. El veneno muy mal me ha dejado. Espero volver a verles, aunque de otra manera preferiría que fuera, sinceramente.

Me despedí con una reverencia (no tan grácil como lo hubiera sido de haber estado en plenas facultades físicas) y me alejé de la pareja. Me dispuse a hacer lo que les había anunciado. En cuanto los alcanzara, le diría a alguno de ellos:

Me siento muy débil, doctor. ¿Podrían darme algo para recuperar las fuerzas, por favor?

Tenía las esperanzas de conseguir una Poción, pero no olvidé que se suponía que era una noble del lugar y que no conocía su existencia. Si lograba hacerme con una (confiaba que mi aspecto trasluciera lo agotada que estaba), la bebería allí mismo. Si no resultaban tan amigables… no tendría otro remedio que utilizar la misma técnica que había utilizado mi rescatador.

En cuanto hiciera esto, caminaría hacia el lateral del castillo, intentando no ser vista. Los guardas no permitían la entrada, así que tendría que encontrar un camino alternativo. Una vez dentro, tendría que decidirme si volver con Lune y Maya (y meterme de cabeza en el lugar de mi accidente), o internarme en el castillo y buscar personas que necesitaran ayuda. Entre ellas, al rey y al príncipe, quienes no había visto desde la pelea.

Pero ahora debía de preocuparme por algo más inmediato: conseguir entrar.
Avatar de Usuario
15nuxalxv
49. Mandrágora
49. Mandrágora
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 1461
Registrado: Dom May 20, 2012 3:55 pm
Dinero: -600,907.82
Banco: 33,068.83
Ubicación: Kimbolton Castle
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 14

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Luneshine » Dom Ago 24, 2014 9:53 pm

El piro acabó con la seta inmediatamente. Agradecí en mis adentros el hecho de que el monstruo ya estaba bastante debilitado gracias a los golpes de mi compañera, lo que me facilitó mucho la vida, y quitó la necesidad de usar mis flechas. Uno menos del que preocuparse.

Me puse en guardia. A pesar de haber tenido cierta facilidad con mi segundo ser de la oscuridad, tendría que tener cuidado con los siete Sincorazones restantes si no quería acabar como Jeanne. Ella solo había sido atacada porque ella le había asestado unos porrazos primero, así que si no me acercaba mucho, y ni las molestase, ellas harían lo mismo conmigo, o eso esperaba.

Por lo que realmente tenía que preocuparme era por los voladores, que colgaban de la lámpara, balanceándola peligrosamente. No podía quitarles los ojos de encima, por si percibiera el más mínimo movimiento, yo pudiera defenderme, aunque hubo un momento en que aparte un poco la vista para mirar lo que ocurría con mis compañeros. El que suponía que sería el guardia privado de la dama llevaba a Jeanne en sus brazos, llegando a la puerta. Maya y el otro chico los seguían, alertas ante cualquier amenaza.

La retirada de Jeanne ocurrió sin incidentes, lo que de cierto modo era una buena noticia, teniendo en cuenta que en el salón había criaturas malignas que en teoría les tendría que haber atacado. La verdad es que estaba nervioso por eso, o por el hecho de que estaba en la otra punta de la estancia sin nadie que me cubriera la espalda.

¡Maldita curiosidad! Si no hubiera venido a ver lo que había ocurrido no estaría ahora rodeado de Sincorazones. Ahora lo sabía, la curiosidad mató al gato, o lo mataría si yo no…

La explosión hizo que perdiera el equilibrio y cayera de rodillas en el suelo. Instintivamente me tapé la cara con mi brazo derecho para protegerme de algún posible trozo de pared que saliera volando. Cuando por fin la explosión ceso (no fue más que unos segundos, pero para mí parecían minutos) conseguí levantarme y pude observar que lo había provocado, o más bien quien.

Cuando por fin el humo se dispersó, pude ver como en la pared a mí derecha se había abierto un agujero, y de él salía corriendo Lady Dianalesca. ¿Habría sido ella la que había creado el boquete? Lo dudaba, porque en seguida se giró y del agujero salió la maestra Yami. De sus manos salía halos de oscuridad, que subían hasta sus hombros. De su boca salía lo mismo, convirtiendo la tarea de mirarla en algo dificultoso, por lo asustador que se había vuelto la simpática imagen de la maestra.

Te lo advertimos. ―su voz sonaba como un coral de personas hablando lo mismo al mismo tiempo. Un escalofrío recorrió toda mi espalda―. No fue una buena idea provocarnos.

Recordé las leyendas que mi padre me contaba para asustarme por las noches. Hablaba sobre cómo algunos demonios poseían el cuerpo de las personas para hacer el mal. Esas personas perdían todo el sentido de la cordialidad y se convertían en monstruos, sus voces cambiaban por la de varios demonios hablando a la vez, y sus cuerpos empezaban a flotar en el aire. Hubo un tiempo en que me burlaba de esos cuentos delante de mis padres, pero por las noches tenía miedo de dormir y de algún monstruo me cogiera.

Delante de mí había una mujer que tenía toda la pinta haber sido poseída, y eso me dejo paralizado, muerto de miedo, recordando las noches de niñez que pasaba en vela, pero esta vez no era mi imaginación que me jugaba una mala pasada. Era real.

De la nada, unas enredaderas comenzaron a brotar del suelo, taponado el boquete. Supe que era obra de Lady Dianalesca porque tenía los brazos levantados, como conjurando un hechizo. En seguida miro al otro chico.

¡Tú! ―grito, para después correr hacia la pared opuesta al agujero ―. ¡Ven aquí!

Comprobado, el otro chico era del bando contrario al mío.

En seguida las plantas empezaron a pudrirse en una bruna negra. En pocos segundos el boquete ya estaba de nuevo abierto, y Yami se encontraba tras él.

Maya, Lune… Venid.

¡Mierda!

Mi pánico mental se había dispersado tras la llamada de la maestra. ¿Qué esperaba que hiciera?, ¿acudir a su lado y participar de una guerra de la cual yo desconocía hacia unas horas? Si hubiera sabido que cabía la posibilidad de morir a manos de otros aprendices jamás habría aceptado la oferta de Ronin.

Sacudí la cabeza para pensar mejor. No servía de nada lamentarse ahora. Si ya estaba metido en esto, lo mejor sería sobrevivir.

Hoy no es tu día, Maestra ―el chico del cual desconocía el nombre apunto a la maestra con su llave ―. ¡Petra!

En seguida él mostro su intención de marcharse y abandonarnos ante los Sincorazón, que por casualidad me tenía rodeado. Sabía que había algo en él no me gustaba.

Mire a mí alrededor. Cerca había una puerta, pero una seta la estaba “vigilando”. Si ocurriera cualquier cosa, tendría un sitio por el cual escaparme, pero antes tendría que librarme del monstruo.

Que no os coman las chinches ―él dijo.

No me gustaba el rumbo en el cual estaba tomando las cosas. Nos íbamos a quedar solos ante los Sincorazones.

Observe a Maya. Esperaba con ganas que ella me apoyase en la extraña idea que había surgido por mi mente. Pretendía atraer al joven hacía mí, y en el momento justo, lanzaría una flecha hacía la unión entre la lámpara y el techo, con la esperanza de que se cayera, y con la confusión, poder escapar por la puerta.

Maya ―grité―. No dejes que se escapen.

La mire nervioso, esperaba que ella comprendiera que lo que quería era traerlos hacía el centro de la sala. Señale al suelo con el dedo índice al centro de la estancia.

Cogí una flecha y apunté hacia el muchacho. La distancia que había entre nosotros era muy grande, pero confiaba en que, con un poco de suerte, le acertara, o al menos le llegara la advertencia de que yo no lo iría dejar escapar.

Después de eso, salí corriendo en dirección a la pared que había a mi espalda, la pared de la puerta. Cuanta mayor la distancia entre mí y mi enemigo, mayor serían mis probabilidades de salir ileso de allí. Mire hacía el la lámpara de la cual colgaban los tres monstruos voladores. Cogí otra flecha, con la esperanza de poder utilizarla.

En caso de que mi plan funcionase, intentaría huir por la puerta. En el caso que no, también intentaría huir. El plan principal era sobrevivir.

Spoiler: Mostrar
¡Voy a morrir! :cry:
Avatar de Usuario
Luneshine
5. Fantasma Farol
5. Fantasma Farol
 
Mensajes: 124
Registrado: Lun Dic 09, 2013 8:57 pm
Dinero: 4,333.77
Ubicación: En ningún lugar
Sexo: Masculino
Karma: 0

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Nell » Lun Sep 01, 2014 3:22 am

El salón del baile


El plan de Ragun era distraer a la Maestra y salir por patas. No era un mal plan, contando que Yami estaba más concentrada en los movimientos de Diana. Se autolesionó con Éter Sangriento para suministrar más magia a su cuerpo y trató de convertir a la mujer en piedra… sin éxito. Seguía faltándole poder.

Aun así, ya puestos, se fue pitando hacia la salida más próxima. Para cuando hubiera atravesado el umbral, comprobaría que nadie le seguía. Ni los de Tierra de Partida, ni Diana. Si hubiera mirado atrás, vería que echaba chispas de furia, como comprobaría por sus chillidos:

¡Maldito cobarde! ¡Tienes enfrente a los culpables del estado del Maestro y te atreves a huir! ―le echó en cara―. ¡Gracias a estúpidos como tú no hacemos más que darles victorias! ¡Juro que si perdemos esta guerra, te perseguiré para que lo pagues!

No te distraigas, Diana ―le aconsejó dulcemente Yami, mientras extendía los dedos hacia ella. Incluso en esa dulzura habitual había algo siniestro.

Diana estaba demasiado concentrada en insultar a Ragun que no lo pudo esquivar. Brumas de oscuridad brotaron de los dedos de Yami, directos hacia la aprendiza, rodeándola por completo.

Mis… ¡mis ojos! ―exclamó Diana, agitando los brazos en el aire en un intento de despejar la nube que la cubría.

Eso la mantendrá distraída unos segundos ―murmuró Yami, dirigiéndose rápidamente hacia Maya, la única que se había quedado―. Ve tras Lune, rápido. Quería manteneros vigilados porque el poder de Diana le influenciará demasiado, pero el otro ha salido corriendo, así que podré retenerla yo sola. Tenéis que marcharos de este mundo. No quiero inmiscuiros en el combate de hoy.

Porque, efectivamente, Lune se había marchado durante todo el altercado por la puerta del extremo, hacia el interior del castillo, no sin antes malgastar flechas. En primer lugar, no atinó ni de lejos la conexión que tenía la lámpara con el techo (de haberlo hecho le habría dado igual porque era de metal; y en segundo, al intentar dar a Ragun mientras escapaba, falló y se chocó contra la pared.

Por si eso fuera poco, a las Gárgolas que colgaban de la lámpara no les sentó muy bien que pasara una flecha silbando entre ellas. Dirigieron toda su atención hacia Lune, por fin sobrios, y se abalanzaron sobre el muchacho. Tuvo que adelantar su plan y echar a correr hacia la puerta para despistarles. Los Hongos no le detuvieron, ni trataron de seguirle (de hecho, eran muy lentos), por lo que llegó ileso para cerrar tras de sí el portón. Y aun después siguió corriendo.

Date prisa ―le urgió Yami a Maya―. Yo te cubriré para que no te ataquen los sincorazón.


Lune


El castillo era demasiado grande. Recorrió varios pasillos, perdiéndose por completo, hasta por fin estar seguro de que nadie le seguía (y a saber si los sincorazón habían pasado la puerta). Ahora que había conseguido escapar de la batalla, de la guerra, tendría que marcarse un rumbo o un destino más concreto.

Estaba todo silenciosamente tranquilo. Los guardias que solían pulular por aquellos pasillos habían evacuado a las invitadas, ido a pedir refuerzos o se habían quedado plantados en el salón de baile, a un lado. Solo le llegaban unos murmullos, desde una de las habitaciones. Al acercarse más, podría ver desde la puerta lo que ocurría dentro.

Majestad, ha sido inesperado. ¡Aparecieron de la nada!

Era un saloncito utilizado generalmente para las recepciones diplomáticas. En su interior, había dos guardias de espaldas a Lune, y más al fondo, dos hombres uniformados con insignias militares que discutían. Uno de ellos, el más regordete, tenía la cara roja de furia.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Y parecía el jefe, dado que el otro, más que furioso, temblaba de miedo.

¿¡Quieres decir que la fiesta para buscarle esposa a mi hijo ha sido frustrada por unas criaturas negras!? ¡¡Llevo meses organizando este baile!! ¡Mi hijo necesita desposarse cuanto antes! ¡Y tú lo has echado a perder!

¡No, Majestad, yo no…! ¡AHHHH!

El rey había cogido una espada decorativa que había encima de la chimenea y había comenzado a enarbolarla contra su consejero. El pobre hombrecillo comenzó a huir por toda la habitación, escondiéndose tras los sofás, bajo las mesas y pasando por encima de los muebles para esquivar al enfurecido padre. Este, ni corto ni perezoso, destrozaba el mobiliario solo por tratar de atraparle.

Majestad, ¡os imploro vuestro perdón! ¡Pero debemos sacaros del castillo! ―se puso de rodillas para implorarle.

¡¡AGH!! ―Ni caso, de hecho las súplicas del consejero lo enfurecían más, y este tuvo que echarse a un lado para esquivar la nueva estocada.

A esta incongruente escena se le unía el hecho de que ninguno de los dos soldados se inmutaba de la disputa que tenía lugar frente a sus narices. Aunque lo que decía el consejero era cierto: si aquel era el rey, había que ponerle a buen recaudo, por si acaso los sincorazón alcanzaban esa zona.


El exterior


Uno de los médicos atendió la petición de Jeanne, asintiendo con la cabeza y mirándola de arriba abajo para comprobar su estado.

¿Algo para darte? Querrás decir que te atienda, estás gravísima ―urgió el médico, gritando al resto de sus compañeros para que se encargaran de un par de pacientes que había estado examinado hasta ese momento―. ¿Cómo te has hecho esto? El resto han salido intactas. Afectas psicológicamente o hiperventilando, pero intactas.

Y de su maletín, comenzó a sacar vendas, agujas e hilos. Una risa si lo comparaba con la más miserable de sus pociones; sin embargo, Jeanne no había tenido en cuenta que en aquel mundo no tenían pócimas mágicas para sanarse. El antídoto sí solía ser algo más común, porque estaba hecho a base de hierbas medicinales.

Tuvo que tumbarse, a instancias del médico, y dejar que le vendara todo lo que vio ligeramente amoratado como medida de seguridad, por si se había roto algo (que no). Y que suturara con hilo y aguja el zarpazo del sincorazón, lo cual dolió bastante. Tenía que soportarlo para no revelar que pertenecía a otro mundo, porque el médico de ninguna manera, por su moral y ética, la hubiera dejado irse de rositas después de examinarla.

Ahora, guarda reposo aquí. Voy a hablar con un par de colegas para que te traslademos a un lugar mejor.

Una vez se hubo marchado el médico, Jeanne pudo escapar. Con la idea de rodear el patio para hallar otra entrada, comenzó a bordearlo hasta que se paró de lleno al ver que salía alguien más del salón del baile: Ragun. Estaban a una considerable distancia para esquivarse ambos… o para enfrentarse.

Si Jeanne ignoraba al chico (o el propio Ragun si tomaba el camino) y rodeaba el edificio en busca de otra vía de entrada, hallaría la puerta principal, que desgraciadamente ya estaba repleta de soldados. Todos ellos, como alcanzaría a escuchar, eran los refuerzos y se estaban preparando para entrar a tropel a deshacerse de la amenaza. Y de cualquiera que estuviera implicado en el asalto.


Gonax


Al ver que Gonax no iba a seguirla, Cenicienta simplemente sonrió y le despidió con la mano, buscando refugio en su casona como le había pedido su Hada Madrina.

Esta, por el contrario, demoró un poco más su partida para responder al muchacho:

Criaturas que no pertenecen a este mundo. Ten cuidado con ellos, pequeño, porque te quitarán lo más preciado para ti: tu corazón, tu futuro… y tus sueños.

Dio con la varita un toque a Gonax en la nariz y desapareció con un resplandor.

Entonces, aparecieron pequeñas luces brillantes en el suelo, formando un camino hacia la espesura y más allá. Podía seguir las señas del Hada o, como había sido su plan inicial antes de la inesperada dirección, poner rumbo hacia el castillo para buscar a Ragun, a quien hallaría casi en línea recta si no se demoraba mucho en su decisión.



Fecha límite: 7 de septiembre.


VIT de Ragun: 28/66
PH de Ragun: 14/44
VIT de Jeanne: 2/8
PH de Jeanne: 6/6
VIT de Maya: 30/30
PH de Maya: 18/30
VIT de Lune: 5/5
PH de Lune: 2/4


Spoiler: Mostrar
Notas:
- Este es, salvo que algo se tuerza, vuestro penúltimo post.
- Sombra y Gonax os podéis poner de acuerdo para encontraros.
- Ídem con Maya y Lune.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor 15nuxalxv » Mié Sep 03, 2014 11:56 pm

Spoiler: Mostrar


Un médico escuchó mi petición, mientras asentía con la cabeza y me analizaba con ojo crítico.

―¿Algo para darte? Querrás decir que te atienda, estás gravísima ―replicó el hombre tras pedir a gritos a sus compañeros que atendieran a otros pacientes―. ¿Cómo te has hecho esto? El resto han salido intactas. Afectas psicológicamente o hiperventilando, pero intactas.

Tenía que hacer preguntas, claro. No lo culpé, cualquiera hubiese tenido curiosidad. Improvisé una respuesta esquiva,fingiendo ser una noble repipi e insoportable (algo no muy extraño en aquel mundo):

¡Ay, señor doctor! ¡Mejor no pregunte! No soporto recordarlo… ¡Qué descortesía! ¡Qué ultraje! ¡Como el rey no responda ante esto, pienso decirle a mi padre que tome cartas sobre el asunto! ¡Soy una invitada de honor, todas estas sucias ratas deberían comer de mi mano!

Seguí lanzando improperios a todo lo que se me pasaba por la cabeza (las demás invitadas, la comida, las cortinas…), mientras observaba como el doctor sacaba de su maletín el material sanitario que creyera conveniente: vendas, agujas, hilos… Enmudecí cuando me di cuenta de mi grandísimo error (de novata, sin duda): si no sabían lo que eran los sincorazón, era totalmente improbable que conocieran las Pociones. ¿Cómo no se me había ocurrido? Supuse que estaba tan exhausta que no había pensado con claridad.

Me tumbó y comenzó con la inspección, usando vendas para cubrir algunos cardenales que habían aparecido durante la lucha (aunque algunos, más verdosos, eran de las sesiones de entrenamiento en Tierra de Partida). Supuse que era para evitar lesiones graves, recordando cómo se le había oscurecido el brazo a Judith cuando se le rompió. Luego, se puso manos a la obra con el zarpazo de la Sombra: cogió el hilo y lo pasó por el ojo de la aguja, y (contuve la respiración), comenzó a suturar.

En Port Royal no teníamos una Medicina muy avanzada (al menos, no al alcance de la clase baja), así que no era la primera vez que me cosían una herida. Pero se suponía que era una noble, así que me quejé todo lo que me dio la gana. Insulté a su mujer, a su madre y a su gato; prometí que mi papaíto se lo haría pagar caro, incluso le escupí en la cara.

Me sentía mal por el pobre; pero no podía negar que me gustaba.

Cuando terminó, me percaté que tenía los nudillos blancos de tanto apretar los puños. Relajé el cuerpo y observé cómo había quedado. Me iba a quedar una linda cicatriz.

―Ahora, guarda reposo aquí. Voy a hablar con un par de colegas para que te traslademos a un lugar mejor.

En cuanto se dio la vuelta, me levanté y huí lo más rauda posible. Comencé con mi plan de buscar una entrada secundaria al castillo; pero lo que me encontré fue inesperado.

El misterioso Portador que había luchado en el salón de baile, saliendo de él. No parecía malherido, así que me dediqué a mirar tras él, buscando a Maya o a Lune (o a la Maestra Yami, todo era posible).

Pero nadie salió. ¿Dónde estaban mis compañeros? Si él había salido corriendo, sólo había dos opciones: o tenía prisa por ir a algún lugar; o por marcharse de otro. En este caso, del salón de baile. ¿Acaso había huido?

Durante la pelea poco me había importado, pero pensándolo en frío, no sabía absolutamente nada de él. Y los rumores sobre la guerra… Desde luego, no debía fiarme del primero al que viera empuñar una Llave Espada. No hasta esclarecer mis dudas sobre un posible enemigo. Además, si no había venido con nosotros, había pocas posibilidades de que se tratara de un alumno de Tierra de Partida; pensé.

Aunque no podía negar que, fueran cuales fueran sus planes, había distinguido su voz cuando me encontraba entre delirios. Y me ayudó a escapar. Así que me limité a decir:

Gracias por lo de antes.

Después, proseguí mi camino; sin dejar de observarle hasta que desapareciera de mi vista. Había visto su poder y yo estaba débil; no sería inteligente enfrentarme a él. Aunque recordé un detalle:

Creo que no hemos llegado a presentarnos no sabía si iba a responder o no; en caso de que lo hiciera, replicaría―. Mi nombre es Jeanne; Jeanne Mars.

Tras aquel fugaz encuentro, seguí dando un rodeo por las inmediaciones del enorme castillo. Desgraciadamente, el único acceso que encontré fue la puerta principal; la misma que estaba llena de soldados dispuestos a entrar para acabar con las amenazas. Debía de haberles llegado la noticia del accidente.

No creí que dejaran entrar a un supuesto civil al palacio, así que no me quedaba otra alternativa que esperar que mis compañeros regresaran. Además, así descansaría un poco del mal trago que había pasado.

Me senté en un rincón donde pudiera observar bien la entrada (no quería despistarme y no verlos salir), aunque bastante lejos de los doctores. No quería que el médico me encontrara y me llevara consigo. Resultaría un auténtico problema.

Respiré el fresco viento nocturno y observé el cielo estrellado. Pese a todo, aún podía disfrutar un poco de la noche.

Spoiler: Mostrar
EDIT por los colores.
No puedo creer que ya falta tan poco D: . Me lo he pasado genial en esta trama :3. Sobre todo en la parte en la que Ragun quería comerme el corazón.
Avatar de Usuario
15nuxalxv
49. Mandrágora
49. Mandrágora
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 1461
Registrado: Dom May 20, 2012 3:55 pm
Dinero: -600,907.82
Banco: 33,068.83
Ubicación: Kimbolton Castle
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 14

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Sombra » Jue Sep 04, 2014 1:13 am

El salón del baile


¡Maldito cobarde! ¡Tienes enfrente a los culpables del estado del Maestro y te atreves a huir! ―gritó la chica insultante―. ¡Gracias a estúpidos como tú no hacemos más que darles victorias! ¡Juro que si perdemos esta guerra, te perseguiré para que lo pagues!

¡Una retirada a tiempo es una victoria también! ―respondí―. ¿¡De verdad crees que vas a poder contra...!?

>>¡Cuidado!

No te distraigas, Diana ―tras decir aquellas palabras la psicópata usó una extraña habilidad para atraparla. Diana no pudo esquivarlo porque había cometido un error fatal: Dejarse guiar por las emociones.

Mis… ¡mis ojos! ―soltó un quejido mientras se movía erraticamente tratando de librarse de la bruma que la cubría por completo.

Ve tras Lune, rápido. Quería manteneros vigilados porque el poder de Diana le influenciará demasiado, pero el otro ha salido corriendo, así que podré retenerla yo sola. Tenéis que marcharos de este mundo. No quiero inmiscuiros en el combate de hoy ―ordenó. Por supuesto, no quería que sus aprendices vieran de que pasta estaba hecha Tierra de Partida. Una panda de sanguinarios.

No pude irme, no en aquel momento al menos. Abandonar a Diana era algo que no podría perdornarme, no por estar afectado por su habilidad (cosa que influenciaba un poco), pero también era una compañera. Una poderosa luchadora.

No hice gesto alguno dado que pretendía no llamar la atención, tan solo me limité a clavar mis ojos en la que una vez me había parecido la "Divertida Maestra Yami". Odiaba admitirlo, pero aquella mujer ahora me estaba asustando de verdad. Utilicé un último Éter Sangriendo, saqué mi teléfono móvil escribiendo un breve mensaje a Ariasu:

Yami ha aparecido. Está tratando de matarnos a Diana y a mí, nos encontramos en el salón de baile del Palacio.


Petra ―murmuré. Estaba distraida cubriendo a sus aprendices en la retirada por lo que veía imposible que esquivase de alguna manera mi magia salvo que fuese inmune. Comprobé si había funcionado y si Diana estaba libre ya de aquella habilidad al haber dejado a aquella desgraciada sin su capacidad de moverse o utilizar magia―. ¡Diana, corre! ―repetí aquel grito mucho más serio que antes, como una orden.

>>Si acabas muerta de nada servirá que consigas vengarte por el Maestro. Podrás hacerlo en el futuro, te lo prometo.

De lo contrario, si mis palabras no la alcanzaban y el Petra no funcionaba... Tendría que ayudarla. Ella era un miembro importante de Bastión Hueco, como Alexis, Shinju, Saeko, Saito o Ban. Éramos pocos y era por ese motivo que tenía muchas más razones para no dejar a nadie atrás. En el caso de quedarme allí y unirme a la pelea al menos sabía que seríamos rescatados.

***

Spoiler: Mostrar
Esto ocurriría si el plan de petrificar a Yami y salir por patas funciona. Esta parte la añado igualmente porque no quiero que parte del post de Jeanne se vaya a la mierda por mi culpa :V


Había la posibilidad de que todo hubiese salido bien y que Diana y yo pudiésemos escapar de las garras de Yami al haber logrado petrificarla (o al menos retenerla un poco) En ese caso saldría a los jardines de palacio. Estaba lleno de civiles, por lo que dudaba que Yami se arriesgase a pelear allí en medio si no quería acabar con vidas inocentes.

Gracias por lo de antes.

Al girarme vi a la chica de antes, la que había ayudado a escoltar junto a Leinessia, Crusty y Maya. No negaba que me sorprendía verla viva todavía. ¿Acaso tenían antídotos? No había contado con eso. En todo caso, dejaría que Diana se adelantase un poco para que pudiésemos hablar a solas. Ella no sabía que era una aprendiz, de saberlo seguramente me miraría fatal por lo que estaba a punto de intentar.

No hay de qué. Tu habrías hecho lo mismo ―en realidad no tenía ni idea, pero nunca estaba mal ganarse la confianza de algunos miembros de los enemigos para que dudasen. Quizás incluso con el tiempo se venía con nosotros, no perdía nada por intentarlo.

Creo que no hemos llegado a presentarnos dudó unos instantes.

Cierto ―confirmé asintiendo con la cabeza.

Mi nombre es Jeanne; Jeanne Mars.

Lo sé. Te he estado observando desde que llegaste a este mundo. A ti y a tus compañeros ―mentí, aunque a pesar de eso era capaz de hablar con bastante naturalidad. De todas formas no tenía forma de desmentir mis palabras―. Sobre todo a ti ―sonreí de una forma algo tímida simulando algo de dulzura―. ¿Segura que no querrías venir conmigo? La verdad es que odiaría tener que enfrentarme a ti en el futuro. Pareces una persona genial y... Me interesas, Jeanne. Creo que fue algo a primera vista, la verdad es que me habría gustado conocerte en otras circunstancias.

>>Por cierto. Me conocen como Ragun, aunque me llame Alexander. Puedes referirte a mí como prefieras.

No esperé a ver su reacción dado que no esperaba que viniese conmigo. Si lo hiciese sería muy ilusa de hecho, pero al menos no me vería como una amenaza por el momento y aquello la haría dudar si nos volvíamos a ver. Cuando me di la vuelta y me alejé hacia el bosque para perderla de vista... Sonreí nuevamente.

Spoiler: Mostrar
Resumen del post:
Tras enviar el mensaje a Ariasu pueden ocurrir dos cosas:
Si Yami es petrificada y Diana y Ragun se van Jeanne y Ragun tienen la pequeña charla.

Si no es petrificada Ragun se queda a ayudar a Diana y a hacer tiempo hasta que Ariasu aparezca a salvarles el culo.

Spoiler: Mostrar
Ragun x Jeanne OTP
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor GonaxHS » Vie Sep 05, 2014 8:04 pm

¿Que quieres decir exactamente con fuerzas oscuras?

Criaturas que no pertenecen a este mundo. Ten cuidado con ellos, pequeño, porque te quitarán lo más preciado para ti: tu corazón, tu futuro… y tus sueños.

Eso fue todo por respuesta, tras lo cual el hada de Cenicienta se desvaneció dejándome solo. Y con las mismas preguntas que responder. Solo la advertencia de poder perderlo prácticamente todo. Pero, cuando ella desapareció, unas luces empezaron a brotar del suelo y a extenderse hacia el bosque. Sin duda era obra suya. ¿Quería ayudarme? El camino se dirigía lejos del castillo al que pretendía ir para encontrarme con Ragun. Hacia ya tiempo que lo había perdido de vista, como a Shinju (bueno, y a Diana también. Pero prefería alejarme un poco de ella.) Decidí seguir el camino dejado por el hada.

Avanzaba a paso ligero siguiendo las luces, que parecían continuar indefinidamente. ¿Me encontraría con algo importante?
Imagen

Thankiu Aru
Avatar de Usuario
GonaxHS
8. Gárgola
8. Gárgola
 
Mensajes: 218
Registrado: Jue Oct 17, 2013 8:12 pm
Dinero: 8,308.88
Banco: 15,275.00
Ubicación: Mi habitación, probablemente
Sexo: Masculino
Karma: 0

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Luneshine » Lun Sep 08, 2014 1:59 am

Mi plan había fracasado en todos sus aspectos.

Estaba caminando por los pasillos del enorme castillo mientras pensaba en mi vergonzosa retirada. Las dos flechas fallaron, dejando en ridículo a un cazador experimentado, y si eso no fuera poco, los Sincorazones voladores se molestaron y empezaron a perseguirme mientras huía con mi orgullo herido en lo más hondo. Y no podía evitar pensar en lo estúpido que había sido creyendo que mi plan funcionaria.

¡Ridículo!

Ya había aminorado la marcha. Al principio había corrido, intentando escapar de los Sincorazones, o tal vez intentaba huir de mi vergüenza, como cuando lo hacía cuando era pequeño y corría cuando tenía miedo de algo. No estaba seguro, pero eso no evito que corriera, entrando en el primer pasillo que se me presentara delante, sin importarme adonde me llevaría. Por supuesto, cuando consideré que ya me había alejado suficiente del Salón de Baile y decidí caminar normalmente, no pude evitar pensar en todas las estupideces que había cometido esta noche. Empezando por haber aceptado venir a este estúpido baile, pasando por el extraño hecho de haber perseguido a Dianalesca como un perrito, y acabando por correr como un poseso por el castillo, teniendo como consecuencia acabar perdido.

Y allí estaba yo. Caminando con mi arco en la mano, sin rumbo a seguir, en un mundo desconocido y con un silencio asustador a mi alrededor. Las cosas no podrían ir peor…

Me preguntaba qué había ocurrido con mis compañeras cuando escuche unas voces no muy lejos. Me alegré al descubrir que no estaba solo en el castillo. Tal vez las voces eran de algunos guardias que buscaban a alguien que se habría perdido. Con un poco de suerte, ellos me ayudarían a salir de este laberinto.

Las voces provenían de una sala. Pude ver por la puerta abierta que dentro de esta había dos guardias que observaban a una curiosa escena sin inmutarse. Dos hombres, uno alto y delgado, y el otro bajito y rellenito, con la cara roja como un tomate, estaban discutiendo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Majestad, ha sido inesperado. ¡Aparecieron de la nada!

Dijo el más alto, prácticamente implorando.

¿¡Quieres decir que la fiesta para buscarle esposa a mi hijo ha sido frustrada por unas criaturas negras!? ¡¡Llevo meses organizando este baile!! ¡Mi hijo necesita desposarse cuanto antes! ¡Y tú lo has echado a perder!

Si el señor había organizado una fiesta para buscarle una esposa a su hijo, significaba que él era alguien importante de ese mundo, aparte, el delgado lo había llamado de majestad. ¿Sería el rey?

¡No, Majestad, yo no…! ¡AHHHH!

El bajito cogió una espada de la pared y empezó a golpear a todo que tenía por delante, persiguiendo al pobre delgado por toda la estancia. No pude evitar pensar en lo cómica que era la situación.

Majestad, ¡os imploro vuestro perdón! ¡Pero debemos sacaros del castillo!

Él pobre suplicaba mientras se escondía detrás de los muebles y el rey, los destruía.

¡¡AGH!!

Si aquel era realmente el rey, el hombre alto tenía razón: no podían quedarse aquí, esperando a que los Sincorazón apareciesen. Aparte, si ellos se marchaban, yo podría ir con también y salir del castillo.

Majestad― dije con una lo suficiente fuerte como para hacerme oír, pero sin faltar el respecto.

Hice una pequeña reverencia, un poco desastrosa por mi falta de práctica. Jamás había conocido a nadie de la realeza, lo que me dejo bastante nervioso.

Espero no ofenderos― di una pequeña pausa ―. Creo que vuestro consejero tiene razón, no es una buena idea quedarse aquí mientras los… ehhh… los monstruos oscuros pasean por vuestro castillo.

Sabía que no debía mencionar la verdad sobre los Sincorazón. Eso sería cometer una infracción en las principales reglas de Tierra de Partida, así que me inventé una mentira.

En mi reino los cazadores son gente importante de la nobleza― alcé un poco mi arco para que el rey se fijase en él―. Y yo soy uno de ellos. Lo que significa que estoy familiarizado con la presencia de esos monstruos que normalmente viven en los bosques.

>>Lo mejor para usted es marcharos a los jardines y dejar que vuestros guardias destruyan la amenaza ―mire a los dos soldados plantados delante de la puerta ―. No dudo de la capacidad de vuestros guerreros, pero talvez no se hayan enfrentado nunca a los Sin… quiero decir, los monstruos oscuros― esperaba que el rey no se hubiera percatado de mi desliz ―. Si me permitís escoltaros hasta los jardines, me concederíais un enorme honor. Ya he destruido a un par de esas criaturas sin recibir daño alguno.

Mentí, pero si quería ganármelo, tendría que aparentar que si algo ocurría, yo podría defendedlo.

Si el rey aceptaba mi propuesta lo seguiría callado, y si él me preguntaba algo, le contestaría cortésmente. Con un poco de suerte, no me volvería a encontrar con los Sincorazones en lo que quedaba de noche y no me quedaría en ridículo nuevamente.
Avatar de Usuario
Luneshine
5. Fantasma Farol
5. Fantasma Farol
 
Mensajes: 124
Registrado: Lun Dic 09, 2013 8:57 pm
Dinero: 4,333.77
Ubicación: En ningún lugar
Sexo: Masculino
Karma: 0

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Zodiark » Lun Sep 08, 2014 5:09 pm

Maya, Lune… Venid.

Observaba, algo aterrada y sorprendida, lo cambiada que estaba la maestra Yami. A pesar de su usual actitud alegre y despreocupada, parecía que la guerra, y la presencia de Diana y Ragun en aquel luga, hacía que sacara su lado oscuro. Sus poderes oscuros habían convertido la sala de baile en un lugar bastante siniestro, y su voz sonaba como si un ente del más allá la hubiese poseído. Nunca la había visto así, y no sabía de lo que sería capaz, pero una cosa estaba clara: Yami era más poderosa de lo que creía.

Corrí hacia ella, alejándome de los aprendices de Bastión Hueco, y acto seguido Lune y Ragun hicieron sus primeros movimientos. Por una parte, mi compañero trató de tirar de un flechazo la araña del techo, pero fracasó estrepitosamente. Nuestro enemigo, sin embargo, optó por ir directamente a por Yami, lanzándole un hechizo Petra, que también falló. Ambos huyeron por distintas salidas para alejarse de la trifulca.

Pero yo no sabía qué hacer. Sabía que era peligroso, pero observaba a Diana y sólo quería hacerle pagar por lo que me había hecho momentos antes. Había arruinado el baile y, además, trató de matarme cuando yo sólo intentaba protegerla. No estaba a favor de ninguna guerra, y ella tampoco, pero aun así me atacó al verme. Y ahora, estaba a punto de lastimar a una de los nuestros. No podía permitir que nos hicieran daño.

¡Maldito cobarde! ¡Tienes que enfrente a los culpables del estado del Maestro y te atreves a huir! ―gritó Diana, furiosa, mientras Ragun huía por la puerta―.¡Gracias a estúpidos como tú no hacemos más que darles victorias! ¡Juro que si perdemos esta guerra, te perseguiré para que lo pagues!

¡Una retirada a tiempo es una victoria también! ―respondió el chico―. ¿¡De verdad crees que vas a poder contra...!?

Pero entonces, Yami extendió sus dedos hacia la muchacha rubia y comenzò a preparar algún tipo de hechizo.

¡Cuidado! —exclamó el chico, dando media vuelta y volviendo al foco del conflicto.

No te distraigas, Diana.

La oscuridad surgió de las yemas de los dedos de Yami, y se dirigió hacia Diana, rodeándola. Empezaba a comprender por qué Yami era una Maestra, pues su poder era más grande de lo que imaginaba. Controlaba la oscuridad, pero no dejaba que la oscuridad se apoderase de ella, y aquello tenía mérito. No era como Ragun, que era un chico sombrío, Yami se mantenía fiel a la luz, al mismo tiempo que utilizaba la oscuridad para protegerla. Para mí era casi como la personificación del equilibrio entre la luz y la oscuridad. Y todavía no sabía qué ases podía guardarse bajo la manga.

Mis… ¡mis ojos! ―se quejó Diana dentro de la nube de oscuridad.

Eso la mantendrá distraída unos segundos —se dirigió a mí la Maestra, murmurando―. Ve tras Lune, rápido. Quería manteneros vigilados porque el poder de Diana le influenciará demasiado, pero el otro ha salido corriendo, así que podré retenerla yo sola. Tenéis que marcharos de este mundo. No quiero inmiscuiros en el combate de hoy.

La observé preocupada. Sabía que era fuerte, pero Diana también. ¿Estaría bien? Además, también Ragun estaba allí, y aunque sólo fuese un aprendiz, era uno de los más poderosos que conocía. ¿Sería capaz la Maestra de vencer estando en inferioridad numérica?

Pero, por otra parte, teniendo en cuenta la humillación que sentí a manos de Diana, era probable que sólo me convirtiera en un estorbo durante aquella batalla. Sí, lo mejor sería marcharme...

Date prisa. Yo te cubriré para que no te ataquen los sincorazón.

Con la situación no me había dado cuenta, pero los Sincorazón que habían quedado seguían pululando libremente, habiendo dejado ya atrás el efecto de mi hechizo. Decidí obedecer a Yami, así que asentí con la cabeza y me dispuse a dar media vuelta para buscar a Lune y regresar a Tierra de Partida en nuestros gliders, pero entonces me di cuenta de que un nuevo hechizo Petra lanzado por Ragun iba a impactar contra la Maestra.

¡Maestra, cuidado! —exclamé mientras le lanzaba un Mutis a Ragun como acto reflejo, aunque suponía que ya era demasiado tarde.

No, no podía irme sin más. Tanto si el hechizo de Ragun funcionaba como si no, debía quedarme junto a Yami. No me gustaba desobedecer a mis maestros, pero con los de Bastión Hueco mostrándose tan hostiles contra nosotros, no podía abandonarla a su suerte, igual que Ragun tampoco iba a abandonar a Diana. No podía permitir quedar como una cobarde delante de Diana y Ragun, aunque huir fuese la orden que me dio la Maestra. Sería demasiado humillante. Me quedaría detrás de Yami, cubriéndola desde la retaguardia y protegiéndola de los sincorazón si alguno decidía atacarla, mientras ella se concentraba en los de Bastión Hueco.

Siento desobedecerla, Maestra —murmuré, dirigiéndome a ella, y colocándome en guardia con mi arma por delante, sólo si el hechizo Petra de Ragun no funcionaba—. Pero como guerrera de la Llave Espada no puedo huir. No en un momento así.

Si, por otra parte, el hechizo de Ragun surtía efecto y Yami se convertía en piedra, tendría que proteger el cuerpo de la Maestra yo sola, tanto de los Sincorazón como de los aprendices de Bastión Hueco, si optaban por no huir y rematarnos.
Imagen
Imagen
Imagen

~Awards~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen

ImagenImagenImagen
Avatar de Usuario
Zodiark
72. Ducky Goose
72. Ducky Goose
The Unknowns
 
Mensajes: 2142
Registrado: Lun May 14, 2012 3:40 am
Dinero: 5,145.82
Banco: 1,816,912.05
Ubicación: Ultimate Academy for Gifted Juveniles
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Tumblr: sodasalvaje
Youtube: Dacobue
Instagram: @soda_93
Estantería de objetos
Karma: 103

Re: [Castillo de los Sueños] ¡Bibidi babidi bu!

Notapor Nell » Lun Sep 29, 2014 4:56 pm

Spoiler: Mostrar
Lo siento por la pérdida del diálogo entre Jeanne y Ragun, pero salvo que se cambiaran los hechos de sitio (que Ragun saliera de verdad y luego volviera adentro) no ha podido suceder. La verdad es que no me importa ser flexible en este asunto, y si queréis hablarlo y hacerlo canónico en ese orden, por mí no hay problema (daría igual porque Ragun regresaría a la sala de baile y Yami y Diana seguirían luchando).



El salón del baile


Yami no estaba tan distraída como para no ver venir el hechizo, puesto que sus aprendices ya se habían refugiado. Sin embargo, no lo esquivó: lo bloqueó. Una translúcida esfera recubrió por completo a la Maestra, frenando la magia. Diana, ajena a lo que ocurría por su temporal ceguera, tanteaba en el aire para avanzar y asintió a las palabras de Ragun.

Sin embargo, con o sin la Maestra todavía intacta, y aunque Diana consiguiera huir con la bruma oscura cubriendo sus ojos, Ragun comprendió de inmediato que para él sería imposible. La barrera con la que se había refugiado Yami no era tan simple como parecía. Los ataques reflectaban sobre ella.

El mutis de Maya llegó después, pero ya no hacía ninguna falta. Ragun quedó totalmente petrificado por su propia magia.

¡Ragun! ¿Qué está pasando? ¡Contesta! ―balbuceó Diana―. ¡Ni se te ocurra luchar contra Yami!

Finalmente, se deshizo de la nube con un simple hechizo de luz para observar cuál era el estado de su aliado. Miró con odio a Yami y Maya, como si fuera su culpa, y convocó cientos y cientos de zarzas que formaron una barrera entre ambos bandos, llegando hasta las paredes laterales. No pararon de crecer y crecer, engrosando la mata de plantas.

Yami se puso de inmediato manos a la obra, conjurando una masa de oscuridad con forma de llamas que iba pudriendo la vida de las zarzas. Maya, por otro lado, podía colaborar cortándolas directamente.

Para cuando terminaron de hacer un hueco (aunque seguían creciendo algunas), vieron a través cómo Diana se había cargado con el petrificado Ragun, cogiéndole por las axilas, y corría con él hacia la salida. La Maestra hizo gala de nuevo de sus llamas, que cubrieron todo el suelo de su retirada, aunque eso no les impidió desaparecer por el otro lado del pasillo.

Eso será suficiente. ―Lentamente, el aspecto de Yami volvió a la normalidad. Sonrió con su característica inocencia a Maya, como si nada hubiera pasado―. Gracias por quedarte. Ahora, limpiemos este sitio de los últimos sincorazón y de todas estas plantitas. ¡Puede que el baile se reanude y alguien nos invite a bailar!


Lune y Jeanne (+ Maya)


Aunque las intenciones de Lune eran buenas, no calmó a su Majestad; por el contrario, le dio un nuevo objetivo aparte de su consejero.

¿Y hay buenas cazadoras en ese reino tuyo que hayas traído contigo para presentárselas a mi hijo, eh? ―se acercó a él, con la cara completamente roja, y le agarró de la camisa―. ¡Los monstruos no son el problema! ¡El problema es que si un anciano como yo quiere ser abuelo, necesitará antes una nuera! ¡Y para tener una nuera, el alcornoque del hijo tendrá que quedarse prendado de una bella dama! ¿¡Cómo va a hacerlo si ni siquiera se presenta!?

Retrocedió para coger un jarrón cercano y se lo lanzó a Lune, el cual tuvo que esquivar ese, y otros cuantos objetos más. Por si fuera poco, el rey se hizo con la espada decorativa restante (puesto que la otra la había lanzado en algún momento) y le persiguió por toda la habitación tratando de ensartarle. El pobre aprendiz se dio cuenta de que había sustituido al Gran Duque en su papel, quien ahora suspiraba de alivio en un rincón.

Nada de lo que gritara o suplicara haría entrar en razón a su Majestad, quien no cesó en la persecución hasta que estuvo extenuado, echándose sobre el sillón. Junto con el cansancio, se extinguió la rabia, sustituyéndose por pena mientras murmuraba para sí que nunca, nunca, nunca lograría ser abuelo.

Después de toda la escenita, el rey finalmente aceptó dejar el castillo, dando además la orden de que se enviara inmediatamente a un mensajero para localizar a su hijo, el cual tendría que haber llegado hacía rato.

Salieron por la entrada principal, donde todos los soldados esperaban la evacuación de su señor para entrar a registrar el castillo y asegurarse de eliminar a todas las criaturas. Para entonces, su Majestad ya no prestaba atención a Gonax, sino que refunfuñaba consigo mismo y con el Gran Duque. El chico, en cambio, vería a Jeanne cerca, quien descansaba de sus heridas.

No tendrían que esperar mucho hasta que Yami y Maya hicieran también acto de presencia, procedentes de los jardines, los cuales habían rodeado hasta la entrada principal. Entre las dos, habían derrotado a los sincorazón restantes con rapidez, así como eliminado todo resto de las zarzas, antes de salir por patas para que los guardias no las pillaran allí. Desgraciadamente, no habían podido hacer nada por el boquete de la pared.

¡Oh, cielos, lo destrozamos todo! ―se lamentaba Yami a Maya, mientras avanzaban hacia los dos aprendices―. ¡Nanashi nos va a regañar…! Ronin, Ronin es el que regaña ahora ―se recordó―. Lyn también se enfadará, pero una tarde de compras y toooodo quedará perdonado. ¿Tendremos que enviarles dinero para las reparaciones…? ¡Hola, Jeanne! ¡Hola, Lune!

Se acercaron a ellos y formaron un corro. Yami les contó, varias veces para asegurarse, y asintió para sí misma, muy satisfecha.

¡Bien, bien, esta vez no se nos perdió ninguno de los chocobitos! ―se alegró―. Pero, ¡ha sido tan triste! ¡El baile se ha echado a perder! ¿Alguno bailasteis? ¿Sí? ¿No? ―En su cara verían que se le acababa de ocurrir una idea. Probablemente terrible―. ¡Ya lo tengo! ¿Y si bailamos todos juntos? Mirad, así.

Agarró las manos de Jeanne y Maya, las dos que tenía al lado, y animó a ambas para que a su vez cogieran a Lune. Su intención era que formaran un corro unido y giraran en círculos entre ellos. De sumarse alguno de los aprendices a la iniciativa (a la cual estaban a tiempo de huir), escucharían a Yami cantar una curiosa canción sobre un corro de la patata.

Justo en ese momento, el gran reloj que coronaba el castillo dio las doce, acompañando la hora con las campanadas.

Después de girar (si es que alguno se sumaba), Yami les preguntaría por encima qué habían hecho, aunque sin mucho interés. Solo cuando acabasen, la Maestra se percataría de algo importante.

¡Oh no! ¡Me quedé sin ver al príncipe! ¿Dónde estará?


Gonax


El camino de luz le llevó hasta un camino de gravilla en sí, en el que se encontró una insólita escena. En mitad de este, había un carruaje real tirado en el suelo, con algunas ruedas todavía girando como si hubiese ocurrido hacía poco. Los caballos que hasta entonces habían tirado de él andaban sueltos, pero cerca del lugar del accidente. Por suerte, ninguno se había encabritado, y algunas personas (que parecían criados) los estaban atrapando.

Aparte de estos criados, había guardias alrededor del carruaje volcado, calibrando si podrían alzarlo o no, así como rescatando los objetos de valor que se hubieran quedado dentro.

Sin embargo, solo dos personas acapararían la atención de Gonax: la primera era Shinju, cruzada de brazos en mitad del camino y con aspecto de estar sumamente aburrida; el otro, un hombre engalanado, de traje amarillo, que trataba de hablar con ella (y ante el que la chica no estaba muy receptiva).

Spoiler: Mostrar
Imagen


No sé cómo agradecer su ayuda, mi señora. Esas criaturas nos tendieron una emboscada, y me temo que ninguno de mis hombres estaba preparado para combatirlas. Le debemos la vida ―decía en ese momento el hombre―. Si me permitís saber vuestro nombre…

¡Bah! ¡Bobadas! ¡Solo lo hice porque ellos son mi objetivo! ―Le sacó la lengua… para disimular el leve enrojecimiento de sus mejillas. No debían de alabarla a menudo por sus buenas acciones―. Te… ¡Tengo que irme! ¡Idos al cuerno!

Se dio la vuelta y comenzó a dar grandes zancadas en la dirección contraria, con la intención de alejarse de ellos cuanto antes. Vio de reojo a tiempo a Gonax, echó una mirada al príncipe para asegurarse de que no aprovechaba para seguirla, y se acercó a él con la misma actitud.

¡Ah, tú! La verdad es que no he hecho mucho, salvo dar vueltas por ahí y matar sincorazón. Nuestra misión era averiguar por qué los sincorazón no avanzaban desde… ―Entrecerró los ojos, como si sospechara de algo, y miró a Gonax―. No avanzan hacia el sitio del que has venido, por lo que he podido comprobar. ¿Se te ocurre algún motivo?

Si Gonax tenía alguna teoría, podía decidir compartirla o no con Shinju. En todo caso, la aprendiza sacó el móvil y miró la pantalla mientras le escuchaba. Contara lo que contase, asintió y se guardó el aparato.

Diana me ha mandado un mensaje. Están cerca de aquí. ¡Por fin! Estoy harta de este maldito mundo. ¡No hay nada divertido! ¡Todo es tan… normal!


A las afueras


Cuando la piedra se deshizo y Ragun despertó, estaba tumbado en el suelo, en la postura rígida en la que se había quedado, rodeado de árboles. Primero la olió y, finalmente, la vio: Diana. Esta frente a él, sentada de espaldas sobre una roca. Se había cambiado su vestido por las mismas prendas que había llevado para la misión, lo que dejaba a la vista una nada envidiable cantidad de vendas en gran parte de su cuerpo. En ese momento, se estaba poniendo una última alrededor de la muñeca. Bajo ella, Ragun podría ver que tenía la piel ennegrecida.

Incluso en tan lamentable estado, seguía bellísima.

En cuanto Ragun hiciera notar su presencia, o al darse Diana la vuelta, esta vería que había despertado y se dirigiría a sentarse a su lado. Parecía cansada.

Por fin despiertas ―comentó―. Tuve que gastar toda mi magia para escapar de allí. No me queda ni una sola gota para un hechizo curativo. Patético. ―Ladeó la cabeza para que Ragun no pudiera mirarla, antes de iniciar su explicación―. Ni entre los dos habríamos podido con Yami. Pensé… que uno podría distraerla mientras el otro se cargaba a todos los aprendices presentes que pudiera. Lo reconozco, salió mal. Es que… me ponen de los nervios. Esos… niños. Siempre van por ahí como si fueran guerreros increíbles de la luz, como si no pudieran hacer nada mal. Ni cometer errores.

»Es igual ―suspiró―. No voy a disculparme por lo de antes ―dijo, refiriéndose al puñetazo con el que habían iniciado la noche―, pero sí te tengo que dar las gracias por haber vuelto a ayudarme. Supongo. Y ni se te ocurra pensar que puedes fardar por ahí de lo que acabo de decir, o juro que no será el último.

Calló y no dijo nada más. Había dado todas las explicaciones que creía necesarias, pero no incluyó en ellas el vestido con el que Ragun la había visto interrumpir en el baile. Y comprobaría, si se lo preguntaba, que mantendría el silencio sobre ese asunto.

Minutos después, Shinju y Gonax aparecieron entre la maleza. La aprendiza se sorprendió del estado malherido de su compañera, y se permitió reírse un poco de ella, antes de explicar que había estado luchando contra sincorazón en un camino y poco más. Diana, por su parte, contó que se había visto sorprendida por Yami dentro del castillo y que habían estado luchando, hasta que había logrado huir con Ragun.

Faltaban los relatos de Gonax y Ragun. En cualquier caso, ninguna de las aprendizas quiso continuar más tiempo en el mundo y ambas propusieron partir enseguida: Diana, por sus heridas; y Shinju, porque se aburría demasiado.



Puntuaciones: lunes 6 de octubre.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

AnteriorSiguiente

Volver a Tercera Saga

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado