[Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Fátima Laforet, Ragun, Malik & Nikolai Everard + Saxor Meian & Bavol Trené

La aparente traición de Tierra de Partida en un acuerdo de paz provocó el anuncio de la guerra por parte de Bastión Hueco. Los aprendices deben enfrentarse entre sí, entre antiguos amigos y compañeros. ¿Cómo lograrán sobrevivir cuando otras amenazas acechan?

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Saxor » Sab Abr 18, 2015 3:06 pm

Antes de que pudiera siquiera esperar a que Malik leyera el mensaje, él mismo se presentó justo delante de mí. Me dio un pequeño sobresalto, pero eso me venía mejor, menos tiempo tendríamos que perder.

Hola —tras saludar, me alejó un poco más de Hércules y Fil—. No tengo mucho tiempo, las cosas se han complicado y tengo que ir al Inframundo, sea lo que sea que me respondieras, ¿qué era?

Oh, pues qué casualidad. Yo también voy a ir al Inframundo. Al parecer, si encuentro pruebas de que Hades gafó los Juegos, otros dioses pueden intervenir y anular los "contratos". Ese caballo alado de allí me va a llevar al Inframundo, y era para saber si te venías conmigo.—le expliqué la situación. Entonces volví a mirar a Pegaso—Pero si tú también tienes que ir, entonces no hay problema. Ah, y lo siento mucho, pero no he podido decirle nada a Fátima, el torneo ya ha empezado—tras esa pequeña conversación, y que Guilmon entrara en el teléfono, regresamos a donde estaba Pegaso, y me subí encima de él.

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Bueno, creo que y-¡Aaaaaaah!—el caballo salió disparado a los cielos con una velocidad extremadamente alta, casi sin previo aviso. Por poco me caía, así que tuve que agarrarme al cuello para no convertirme en un cadáver. El despegue dio bastante sobresalto, pero el caballo voló con tranquilidad por unos cinco minutos... Hasta que le dio por caer en picado.

Lo de ir al Inframundo no será literal, ¡¿verdad?!

Con una velocidad cada vez más pronunciada, nos acercábamos al suelo en una caída que no dejaría de mí nada más que una mancha en el suelo. Y justo antes de acabar con nuestra existencia, Pegaso cambió de rumbo en el último instante y se introdujo en un extraño agujero prácticamente oculto de primeras, y seguimos cayendo en una oscuridad absoluta. Cada vez podía sentir más cómo la temperatura bajaba progresivamente, y me entraron escalofríos de vez en cuando.

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Y por fin, al menos por la apariencia del lugar, llegamos al Inframundo. Era una zona oscura y fría. Era un lugar digno de ser llamado el reino de los muertos. Nos encontrábamos sobrevolando un río iluminado por antorchas hechas con huesos, que dejaban a la vista una gran cantidad de esqueletos. Al final aterrizamos en una zona con suelo, lo que nos permitió bajar del caballo. Todo el pelo que tenía se había erizado y despeinado con la fuerza del viento.

Oye, mírate en el reflejo del agua, quiero ver tu ridículo peinado.

En aquella fría y apestosa caverna, pudimos ver dos posibles vías. Ambas eran dos enormes puertas, solo difiriendo en el color: La de la derecha tenía pintura azul, la de la izquierda verde. Lo malo es que no había nada que las distinguiera, ni nos dijera qué camino llevaba a lo que quería cada uno. Mientras pensaba cuál podría ser, sin éxito, Guilmon había vuelto a salir. Se tapó la nariz ante la peste del lugar.

¿Qué hacemos? Podríamos decirnos lo que tenía pensado hacer cada uno, y si acabamos en el camino del otro, terminarlo.—propuse mi sugerencia. Si aceptaba, le comentaría que tenía pensado buscar las pruebas en sus aposentos, tanto sobre lo de las almas como lo de los sincorazón que se apuntaban misteriosamente. También esperaba que me comentara lo que intentaba hacer para liberar las almas.

Miré una vez más, con una cara de preocupación, las dos opciones. Seguía siendo una cuestión de azar, aunque nos hubiéramos repartido el trabajo. Al final, me decanté por la derecha, por lo que la señalé.

Creo que voy a ir por la azul. Pegaso puede ir contigo, si quieres.—propuse, tras lo que me encaminé hacia el portón azul. He de decir que, aunque de primeras parecía imposible de abrir, logré abrirla con algo de esfuerzo. Vía libre.

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Saxor y Guilmon se va por la azul.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
Especial libre: Halloween [Ciudad de Halloween] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2012! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Historias de San Valentín [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: Venid, mis pequeños [Villa Crepúsculo] [Perdición]
Especial libre: ¡Feliz Navidad 2013! [Bastión Hueco] [Perdición]
Especial libre: La mansión encantada [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: El laberinto de los corazones [???] [Rebelión]
Especial libre: ¡Los reyes han llegado! [Tierra de Partida] [Rebelión]
Especial libre: La Mansión Encantada II: La Venganza [Ciudad de Halloween] [Rebelión]
Especial libre: World War Christmas [Tierra de Partida] [Colisión]
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Sab Abr 18, 2015 7:05 pm

Una vez que Nikolai (junto a su asistente, Saic) y Ragun atravesaron el portón por el que el encapuchado de la barba había pasado, este se cerró de inmediato. Volver atrás ya no era una opción, de modo que no les quedó otra que seguirle por una gruta descendiente, igual de “acogedora” que la sala anterior y con un montón de luces tintineantes que te daban la sensación de estar adentrándote en una cripta.

Puesto que su guía ni se molestó en dirigirles la palabra y su marcha tiraba a lenta, ambos aprendices tuvieron tiempo de sobra para charlar entre ellos, y Ragun aprovechó la ocasión para responderle a Niko, con todo lujo de detalles, por la pregunta de antes.

Al igual que Alec, fue un antiguo aprendiz de Tierra de Partida, abandonando la Orden por la ferviente creencia en la supremacía de la Luz que tenía. Pero más que por el repudio que pudiese sentir por ellos, lo hizo por el temor a que el bando contrario tomase en un futuro medidas tan extremas como una purga de todo lo que estuviese relacionado con la Oscuridad.

Ir exterminando a los afines de un elemento en concreto le parecía algo demasiado extremo, incluso para los tiempos que estaban viviendo. Pero como había comentado Ragun, quien sabe cómo estarían las cosas en un par de siglos. Había leído ya a tantos fanáticos que le resultaba imposible negar que alguien pudiese llevar a cabo un acto tan atroz.

Por una parte, entiendo tu postura con que todos y cada uno de los elementos son necesarios —declaró, llevándose la mano al mentón—. Da la casualidad de que tienes delante a alguien que lleva desde los nueve años estudiando la teoría elemental para hacer algo al respecto con esa idea de “Blanco y Negro” que tiene la gente hoy en día.

>>Respecto a mi opinión sobre todo este asunto de la guerra… supongo que ya te habrás imaginado que no soy muy partidario de las matanzas. Sí, claro que intentaría defender los ideales de Bastión Hueco si fuese necesario —soltó un largo suspiro—, pero no quitándole la vida a alguien a quien ni conozco.

Además de sus ideales, le llamó la atención cierto detalle del discurso de Ragun. Uno que le escamó bastante.

Por cierto… —le miró con extrañeza—. ¿Qué has querido decir con “somos” cuando has mencionado a los Sincorazón?

Algunos sincorazón por algún motivo ganan "conciencia" volviéndose humanos. No entiendo los detalles ni estoy seguro de por qué yo acabé convirtiéndome en humano también, pero lo cierto es que fui uno.

Niko abrió los ojos, perplejo. Bombazo al canto.

¿Me estás diciendo que eres, en parte, un Sincorazón? —le preguntó con incertidumbre, pasándose la mano por la nuca—. La Orden de Bastión Hueco no deja de sorprenderme con sus miembros.

Vale, eso le había pillado desprevenido, pero no llegó a tener tanto impacto tras los últimos episodios que tuvo con algunos de los habitantes más variopintos del bastión. Aun así, no había oído hablar de algo tan extraño como un aprendiz Sincorazón. ¿Ambos conceptos podían ser compatibles?

Conocí a otro más hace algún tiempo llamado Mateus Palamecia, pero él odia a los portadores. Es el líder de los Villanos Finales.

Ya he oído hablar de ese tipejo —espetó con tono despectivo—. Aun no entiendo cómo el líder de una organización criminal se ha convertido en el alcalde de mi mundo.

La información de Ragun no hizo más que sumarse a las incógnitas que envolvían a aquel hombre. Primero fue el tema de su misterioso retorno tras haber sido ejecutado por la Orden, y ahora esto. ¿Quién o qué demonios era?

Tras llevar un buen rato bajando, se toparon con una inmensa capa de niebla delante de sus narices, tan densa que no dejaba ni ver que había más allá. Sin embargo, el barbudo no fue reacio a meterse de lleno, siguiendo con su ritmo sosegado y perdiéndose entre la bruma.

Seguid recto. —Pudo escucharlo justo después de que la niebla se lo tragase del todo.

Nikolai ladeó la cabeza, haciéndose a la idea de que no les quedaba más remedio que hacerle caso y seguirle. Antes de nada, le pidió a Saic que se volviese a meter en el móvil por seguridad y, una vez mentalizado, se internó de cabeza en la niebla.

Pronto comprobó que seguir las indicaciones del tipo de la capucha no iba a ser tan fácil. No veía ni al guía, ni a Ragun, ni a él mismo. Encima, moverse por allí era todo un suplicio, siendo lo más parecido a estar atrapado en una tela de araña, y con tal opresión en el pecho que le costaba respirar con normalidad.

… Aunque eso fue lo de menos.

Sin previo aviso, el aprendiz sintió un tremendo golpe en el hombro, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo. Segundos después, escuchó otro batacazo muy cerca de donde se encontraba, imaginándose que su compañero también había sido víctima de un ataque a traición.

<¿Sincorazón?>, fue lo primero que pensó tras incorporarse lo más rápido que pudo, preparándose para combatir al responsable.

Vivos...

<¿Qué…?>

Entonces, parte de la niebla que los rodeaba comenzó a disiparse, revelando a un Ragun igual de desconcertado que él. Viró la cabeza en todas direcciones, buscando al propietario de aquella voz.

Éste no es vuestro lugar...

Su sorpresa fue mayúscula cuando advirtió que los que estaban saliendo de la niebla no eran Sincorazón, si no… ¿personas? No, había algo raro en ellos; sus cuerpos, además de ser traslúcidos, emitían un resplandor azulado, asemejándose al concepto que tenía de fantasma o, más bien… de alma.

Más que espanto, lo que le produjo contemplar a aquellos espectros fue inquietud. Inquietud de temerse que él mismo pudiese acabar de la misma manera si no cumplían con el encargo de Hades.

Ragun...

De entre todas las almas, una en particular se aproximó hacía ellos. Se trataba de un joven embutido en una armadura similar a las de los guerreros que se habían apuntado al torneo, siendo el detalle más inquietante el enorme agujero que le atravesaba el pecho. Daba lástima de solo pensar que alguien de su edad hubiese encontrado la muerte tan pronto.

Espera, ¿acababa de nombrar a Ragun? ¿Lo conocía de algo?

Tú me mataste...

Nikolai se quedó totalmente desconcertado ante eso. ¿Qué su compañero lo había matado? La situación se estaba volviendo más retorcida por momentos.

Pero eso era lo de menos, las almas acabaron rodeándolos mientras se acercaban con intenciones que debían traer nada bueno. El dolor que aun sentía en el hombro corroboró que, por el mero hecho de que fuesen fantasmas, no significaba que les pudiesen hacer nada.

No estaba dispuesto a quedarse para comprobarlo.

¡Piro!

Nikolai alzó el brazo y disparó una bola de fuego hacia uno de los espectros que les cortaban el paso. No estaba completamente seguro de que diese resultado, pero si conseguía disipar a varios de ellos con el hechizo, aprovecharía la oportunidad para salir corriendo y escapar.

¡Ahora, rápido! —avisó a su compañero.

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▪ Piro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3]. Ataque básico del elemento Fuego. Proyectil ígneo lineal. Con muy pocas posibilidades de producir quemaduras en el enemigo.

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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Lun Abr 20, 2015 1:39 am

Estupendo —murmuró Malik con cierta ironía.

Subió al caballo alado tras Saxor. Tenían demasiados problemas. Por un lado, buscar esas supuestas pruebas, por otro, la cerradura. Sabía que debía informar al muchacho sobre ese asunto, pero no quería cargarlo con más preocupaciones. Ya tenía bastante con lo suyo, pero... Aquel era un problema serio, tenía derecho a saberlo, se suponía que confiaba en el equipo, que era adulto y compartía la responsabilidad. En ausencia de Fátima no sabía quién debería ser el líder táctico, pero suponía que de algún modo debía ser consecuente y encargarse de la situación. Quería ayudar a a Saxor con las pruebas, impedir que robaran las almas condenadas... Pero también quería desenmascarar a Hades y sus planes de abrir la cerradura.

«Luego».

Volar en el caballo alado fue mucho más caótico que hacerlo en glider, y tuvo que agarrarse fuerte al muchacho, que también tuvo que sujetarse al cuello del animal, para no caer. Estaba seguro de que a Fátima no le habría gustado nada de nada. A él... bueno, a él le fascinó. Ni siquiera los giros cerrados, la caída en picado, la velocidad. Ojalá hubiera podido volar en aquel caballo él solo, sin prisas.

La bajada al Inframundo no se pareció en nada a los relatos mitológicos de los libros. Como el viaje, lo suyo fue una rápida sucesión de paisajes, rocas, y oscuridad. Oscuridad fría y viscosa, el olor y el río... Malik vio el río y los esqueletos en el agua y tragó saliva. Muy tétrico, muy del reino de los muertos, sí. Al aterrizar, bajó un poco mareado y apoyándose en el flanco del caballo, echó un vistazo al lugar. Por supuesto no le dio buena espina, pero no podía esperarse nada bueno de ese sitio. No quería pensar que el reino de los muertos era malo, porque la muerte no era malvada, pero... Un escalofrío le recorrió la espalda.

¿Qué hacemos? Podríamos decirnos lo que tenía pensado hacer cada uno, y si acabamos en el camino del otro, terminarlo.

No creo que sea prudente separarnos, pero... creo que tenemos tareas muy diferentes y deberíamos abarcar el máximo terreno posible. Yo... tengo que encontrar a Hades primero, hay unas cuantas tareas que necesita que se hagan para él, y quizá a cambio de eso acepte un trato.

«No le estoy diciendo la verdad, ¿por qué? ¿No quiero que se preocupe más, que se enfoque en su búsqueda? ¿No confías en él? ¿O quieres la gloria para ti si ganas?». No supo responderse a sí mismo. No quería saber si podía ser aquella última opción. Miró hacia las puertas, palmeó el cuello de Pegaso para intentar tranquilizarlo y le acarició la crin. Era un animal magnífico, envidiaba al dueño...

Creo que voy a ir por la azul. Pegaso puede ir contigo, si quieres.

¿Seguro? —Miró al caballo alado y suspiró. La verdad era que le iría bien compañía en ese sitio. Observó los pasos de Saxor, que le llevaron a la puerta azul, a empujarla, y se mordió la lengua—. ¡Saxor! —Exclamó, llamándolo antes de que se fuera. Por un instante pensó en decírselo, contarle de verdad lo que iba a hacer, pero volvió a tragárselo y sucumbió a la extrema prudencia—. Ten cuidado por ahí, no sabemos qué puede haber.

Dicho aquello se dirigió a Pegaso y volvió a acariciarlo, apesadumbrado, un poco culpable. Si algo salía mal sería culpa suya, pero... No tenía que salir mal como la última vez, sólo iba a averiguar que quería Hades de la cerradura, no a formalizar ningún trato. Los maestros se lo agradecerían.

No tengas miedo, amigo —murmuró al animal.

Palmeó su cuello de nuevo y comenzó a caminar indicando que le siguiera hacia el portón verde. No le costó abrirlo, ya que al empujar un poco, las puertas se abrieron.

Ahora ya sólo le quedaba encontrar la cerradura, y a Hades.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Sombra » Mar Abr 21, 2015 1:53 am

Los cuatro atravesamos la enorme puerta con marcas verdes siguiendo a nuestro guía. Una vez pasamos al otro lado, el portón se cerró abruptamente haciendo un estruendoso ruido que logró hacerme pegar un respingo.

Por algún motivo el Inframundo lograba que cualquier tontería me asustase.

La gruta que nos esperaba descendía a algún punto desconocido y varias "bolas" de luz flotaban por el lugar. ¿Eran espíritus? Lo cierto era que prefería no saberlo, prefería dejarlo en que eran antorchas mágicas... O algo por el estilo.

Durante el recorrido Nikolai y yo pudimos hablar sin tapujos. Nuestro guía no nos dijo nada, simplemente caminaba delante de nosotros, por lo que nada nos impedía charlar. Expliqué mi opinión respecto a la guerra y Tierra de Partida mientras mi compañero escuchaba con interés mis palabras.

Por una parte, entiendo tu postura con que todos y cada uno de los elementos son necesarios —comenzó a decir con la mano en el mentón—. Da la casualidad de que tienes delante a alguien que lleva desde los nueve años estudiando la teoría elemental para hacer algo al respecto con esa idea de “Blanco y Negro” que tiene la gente hoy en día.

>>Respecto a mi opinión sobre todo este asunto de la guerra… supongo que ya te habrás imaginado que no soy muy partidario de las matanzas. Sí, claro que intentaría defender los ideales de Bastión Hueco si fuese necesario. pero no quitándole la vida a alguien a quien ni conozco.

Cada uno tiene su propia opinión respecto a la guerra. No todos los miembros de Tierra de Partida y de Bastión Hueco serían capaces de arrebatar otras vidas —opiné.

Suponía que aquellos capaces de pelear a muerte éramos aquellos que prácticamente habían vivido o sido criados en mundos donde cada día era un desafío, una pelea a vida o muerte. Por supuesto, no podía olvidar los seis años que había pasado en Mundo Inexistente antes de encontrar a Kazuki... Y todo lo que había tenido que hacer para sobrevivir.

Por cierto…

Dirigí una mirada curiosa al aprendiz.

¿Qué has querido decir con “somos” cuando has mencionado a los Sincorazón?

Durante unos instantes no supe qué decir, a pesar de que no era ningún secreto en Bastión Hueco tampoco sabía a ciencia cierta que todo el mundo pudiese tomarlo bien. ¿Y si su familia había sido asesinada por sincorazón? Tal vez podía odiarme solo por eso, aunque en el fondo fuese una tontería odiar una especie por algo así. Sería como odiar toda la humanidad porque un hombre asesinase a algún conocido. Carecía de lógica.

Algunos sincorazón por algún motivo ganan "conciencia" volviéndose humanos. No entiendo los detalles ni estoy seguro de por qué yo acabé convirtiéndome en humano también, pero lo cierto es que fui uno.

¿Me estás diciendo que eres, en parte, un Sincorazón? —volvió a preguntar sorprendido—. La Orden de Bastión Hueco no deja de sorprenderme con sus miembros.

Incorporeos, vampiros, sincorazón, brujos, zombies, exdiosas... La verdad es que tenía razón en eso último. Éramos un grupo lleno de individuos bastante... Particulares.

Conocí a otro más hace algún tiempo llamado Mateus Palamecia, pero él odia a los portadores. Es el líder de los Villanos Finales —continué explicando mencionando adrede a aquel personaje. Si no lo conocía aún no era mala idea ponerle al día con aquellas cosas.

Ya he oído hablar de ese tipejo —respondió con un tono despectivo, eso significaba claramente que lo conocía—. Aun no entiendo cómo el líder de una organización criminal se ha convertido en el alcalde de mi mundo.

—En parte fue mi culpa... —Murmuré casi de forma inaudible.

Si tan solo hubiese sido más fuerte, si hubiese derrotado a Barbaricia, a Rubicante y a Scarmiogle... Pero aquellos tres bastardos eran muy fuertes, más si estaban juntos.

Al cabo de un rato caminando por aquella gruta una espesa niebla nos envolvió por completo. Aquella "blanca oscuridad" era terrible, no podía tratarse de una niebla normal. Ni siquiera era capaz de ver mis propias manos, dudaba que pudiese verlas incluso si las ponía justo delante de mí.

Escuchar los pasos de Nikolai cerca de donde estaba era un alivio, al menos me sentía en cierto modo más seguro.

Seguid recto. —Ordenó nuestro misterioso guía.

No había muchas más opciones en aquel momento, y si me daba la vuelta para volver atrás en aquel momento cabía la posibilidad de que acabase perdido. En aquel momento maldije no conocer ningún hechizo afín a Viento para poder disipar la niebla de alguna forma... Incluso notaba que me costaba respirar en aquel lugar.

Tras unos instantes escuché un fuerte golpe venir de algún punto no muy lejano, me giré instintivamente e invoqué mi llave espada. Pensándolo bien... Si los sincorazón podían detectarnos por los corazones a ellos no les costaría nada moverse por aquella niebla y darnos caza. Abrí la boca para asegurarme del estado de mi compañero:

¿Te encuentras bi...?

Me vi interrumpido por un fuerte golpe en la barbilla, que por poco hizo que mordiese mi lengua. Traté de golpear con mi llave espada a mi atacante, pero fue inútil.

Éramos como unas ovejas en medio de una manada de lobos.

Vivos...

Una voz cavernosa y fantasmagórica hizo eco a nuestro alrededor. La niebla se disipó levemente permitiéndome ver una vez más a Nikolai, que también parecía nervioso en busca de nuestro agresor.

Éste no es vuestro lugar...

De entre la niebla varias personas surgieron sin previo aviso... ¿Pero eran personas realmente? No, aquel lugar era el inframundo, el hogar de los muertos. Aquellas personas eran espíritus, algo que me lo confirmaba que su cuerpo pareciese traslúcido y con un brillo azulado. En mi anterior visita a aquel lugar no había visto ninguno, ¿no?

Ragun... —Llamó uno de aquellos seres.

Cuando lo vi mi rostro se puso blanco y mis ojos se abrieron como platos. El espíritu que destacaba entre todos los demás se había aproximado a nosotros, aquel que portaba una armadura de gladiador... Aunque no era aquel detalle lo importante ni lo llamativo. Su pecho mostraba un gran agujero que lo atravesaba de lado a lado, aquello era lo que a mí me importaba.

Si viese solo su cara o escuchase su nombre, por triste que sonase no podría recordarle... Pero teniendo en cuenta el mundo en el que estaba, lo que el Inframundo representaba... Sabía más que de sobra quien era aquella persona.

Tenía mis razones para ello.

Tú me mataste...

Instintivamente di unos pasos hacia atrás mientras mis labios temblaban de puro terror. Siempre había creído haberlo superado y ser casi insensible a ello... Pero aquella persona no había merecido morir, solo había sido una víctima.

No era capaz de moverme, de gesticular ni de decir nada. ¿Qué debía hacer? ¿Excusarme? ¿Acaso había forma de perdonar a aquel que le había asesinado? Apreté con fuerza el mango de mi llave espada... Aquella que había provocado aquella herida mortal. Todavía estaba grabado a fuego en mi memoria las últimas palabras de aquella persona... Y como utilizaba su propia sangre para que la llevase encima... Para siempre.

Fue entonces cuando una bola de fuego salió disparada hacia el frente. Nikolai había sido capaz de reaccionar a tiempo consiguiendo sacarme de aquella especie de estado de shock.

¡Ahora, rápido! —apremió el aprendiz tratando de continuar nuestro camino. No me hice el remolón, y al igual que él empecé a correr tratando de dejar atrás a aquel fantasma de mi pasado... Literalmente.

Obviamente no quería que nos alcanzasen por lo que si fuera necesario lanzaría una Flama Tenebrosa para librarnos de los que pudiesen surgir frente a nosotros. No quería estar más allí.
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Ronda #10 - De cero a héroe

Notapor Astro » Jue Abr 23, 2015 9:06 pm

Bavol



¡Lárgate, pringao, estoy ocupado!

La respuesta que Bavol se encontró por parte de El puto amo no fue la más amigable del mundo. Su contrincante no le hizo ni caso, despachándole con un gesto brusco del brazo mientras seguía engullendo todo lo que había en la mesa. ¡Menudo desagradable!

Tras su charla con Fátima, no tuvo tiempo de mucho más. El encargado avisó que ambos combatientes se preparan, pues el combate iba a empezar. El puto amo y el pequeño aprendiz avanzaron por el túnel hasta llegar a la arena, donde fueron recibidos por una gran ola de aplausos. Iban dirigidos especialmente hacia Bavol, quien incluso pudo escuchar que varios espectadores gritaban su alias para darle ánimos.

¡Recordad, quiero un combate limpio! ¡En sus puestos! —anunció Fil, levantando el brazo.

¡Estás muerto, pringao! —exclamó el rival, ajustándose la capucha.

¡¡Bavolio Trené III contra El puto amo!! ¡Comenzad!

El brazo del sátiro bajó a toda velocidad, iniciando el combate.

... Que acabó en un visto y no visto.

Y no fue porque Bavol fuese muy fuerte, o porque su rival fuese tan fuerte que eliminó al gitano en un segundo. No, todo lo contrario. En cuanto dio comienzo, Pluto había echado a correr a toda velocidad hacia Bavol, pero tropezó con su propia capa cuando estaba apunto de alcanzarle, cayendo al suelo de cabeza. El aprendiz no tuvo más que apartarse: El puto amo acabó rodando sobre sí mismo como una pelota hasta caer fuera del ring.

E-esto... —A Fil le costaba dar crédito a lo que acababa de ver—. ¡Ha salido fuera! ¡El ganador es Bavolio Trené III!

Una oleada de risas por parte de los espectadores no tardó en llegar. Sí, había sido patético, pero Bavol ni siquiera había tenido que hacer nada. Eso era bueno, ¿no?

Una de las sorpresas mayores sería descubrir lo que escondía El puto amo debajo de su capucha. Al levantarse, se le había caído, junto con... ¡¿Unos brazos?! Espera, no, no eran unos brazos reales. Parecían hechos de plástico, y parecían servir para simular que uno tenía más músculos de los que realmente tenía...

Porque el verdadero cuerpo del perdedor, desde luego, no tenía ni pizca de músculo.

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¡Ha sido a propósito! —se apresuró a decir, colocándose bien las gafas—. ¡Este sitio es una mierda, me largo!

Puede que Bavol le reconociera. Derhe Yeno, el aprendiz de Tierra de Partida del que nadie se acordaba nunca. ¡Los rumores decían que ni siquiera tenía maestro!

Entre aplausos y vítores de ánimo, el pequeño aprendiz tuvo que volver al gimnasio con la victoria en el bolsillo. Lo último que vería antes de entrar en el túnel, sería a Derhe montando una escena porque no quería ir a la enfermería. ¡Menudo drama!

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Fátima & Bavol



La estancia de Fátima en el gimnasio no dio demasiados frutos. Fortuno no hacía nada. Literalmente, nada. Se limitaba a estar de pie, junto a Enhebrador y otro bruto, Cuchillo, observando a los demás participantes en un inquietante silencio. Incluso daba la sensación de que ni parpadeaba, aunque era difícil estar seguro de ello.

Por otra parte, intentar acercarse a Gafas fue un fracaso absoluto. El hombrecillo huyó corriendo de ella, con la cara roja como un tomate, mientras escribía a toda prisa en un pequeño trozo de pergamino. Encima, Mogucles, el moguri cosplayer, se dedicaba a asegurarse de que su disfraz de Hércules siguiese en perfectas condiciones mientras hacia posturitas delante de un espejo. Salvo que le divirtiera observarle, a Fátima no le sirvió de nada.

Tras el jaleo de risas y aplausos, Bavol volvió al gimnasio. Completamente ileso, y victorioso. Ambos aprendices podían charlar entre ellos, o no, pero tendrían que matar el tiempo de alguna manera mientras los combates seguían avanzando. Los demás participantes, o estaban entrenando, o directamente no hacían nada. La calma que se respiraba en el ambiente era demasiado notable... Sobre todo, si se comparaba al ruido que hubo antes de la ronda eliminatoria.

Al menos, podían ir viendo quién ganaba cada combate. Cuchillo acabó con su oponente con facilidad, convirtiéndose en el próximo objetivo de Bavol; y lo mismo consiguió Enhebrador, aunque su combate al parecer dio algún que otro problema. Según pudieron oír que le decía un encargado a otro, el enmascarado se había cebado con el tal Percy Jackson, dejándole en muy malas condiciones. Encima, la sangre en las botas del hombre parecía confirmarlo. Ugh.

Agatocles venció en un combate reñido a Deo. Ela volvió a tener la pelea más corta de todas, incluso más que la de Bavol, consiguiendo que el público soltará una gran exclamación que se escuchó hasta en el gimnasio. Sin nombre lo tuvo difícil, pero también consiguió ganar y pasar a la siguiente ronda.

Finalmente, llegó el turno de Fátima. Su combate esperaba.

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Fátima



¡Siguiente combate! ¡Fortuno contra Laforet!

Ambos participantes se habían subido al campo de batalla, entre aplausos y gritos de los ansiosos espectadores. Comparada con el bruto que tenía delante, Fátima era un auténtico tapón: le sacaba al menos dos cabezas de altura, y parecía que pudiera arrancarle un brazo de un tirón. Desde luego, no era un rival al que pudiera sacar fuera de una patada.

¡Recordad, quiero un combate limpio! ¡En sus puestos! —Fil levantó el brazo—. ¡Comenzad!

En cuanto el sátiro bajó el brazo, algo ocurrió. Algo malo, sin duda. Una extraña y desagradable sensación (aunque familiar, a su vez) envolvió a Fátima, al mismo tiempo que una barrera invisible rodeaba todo el campo de combate. Fortuno se dobló sobre su estómago, mientras una gran cantidad de oscuridad le envolvía. Levantó la vista bruscamente, clavando sus ojos en la joven. Uno brillantes, brillantes ojos amarillos.

En un instante, había cambiado, desvelando su auténtica forma. La de un sincorazón Brujo.

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Fuera de la barrera, a Fil parecía que iba a darle algo mientras gritaba de aquí para allá. Los espectadores observaban con una mezcla de asombro, terror y expectación, confiando en que la barrera mantenía al monstruo encerrado.

Encerrado con Fátima, claro. Un Piro+ salió de la vara del sincorazón, directo hacia ella.

Ya no había escapatoria, debía luchar.

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Bavol

Mientras tanto, a Bavol le tocaba esperar en el gimnasio a que Fátima terminara y le volviera a tocar a él. Era bastante aburrido, para qué negarlo, aunque entonces hubo un par de detalles que pudieron llamar su atención.

Ela, el misterioso participante de la capa morada, había salido sin que ningún organizador se diese cuenta por la puerta lateral del gimnasio, hacia fuera. ¿A dónde iba? ¿Y con qué intenciones? Tal vez podía seguirle y descubrirlo... Pero claro, le podían pillar.

Por otra parte, vería que Mogucles, el moguri disfrazado, se había puesto a hablar con Agatocles y Sin nombre. Si estiraba un poco la oreja, llegaría a escuchar que estaban hablando sobre algo relacionado con Hércules. Igual acercarse y unirse a la charla resultaba útil, a saber.

Unos gritos provenientes de la arena también le alertarían. Uno de los encargados llegó corriendo al gimnasio para hablar con el responsable que vigilaba a los participantes, y aunque intentó susurrar, todos los presentes pudieron oírle. Uno de los combatientes se había transformado en un monstruo de ojos amarillos. ¿Qué estaría pasando en el combat ede Fátima?

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Saxor



Una gran sala esperaba a Saxor y a Guilmon tras la puerta azul. Un gran espacio vacío, en el que aparentemente no había nada. En realidad, se respiraba mucha calma en el ambiente... Demasiada calma. Lo único que el aprendiz encontró a su alrededor fueron pequeñas esferas blancas que flotaban en el aire, brillando con una luz débil. Si las tocaba, se deshacían sin más como si fuesen de humo.

Avanzando por aquel lugar, Saxor tropezaría con una pequeña montaña de huesos en el suelo. Huesos humanos, por supuesto, con calavera incluida. Qué mal rollo. La única vía para seguir avanzando era una grieta en la pared por la que parecía alargarse un túnel, pero cuando el aprendiz se acercó, aparecieron los amigos de los que nunca podían librarse.

Sincorazón. Tres Perros rabiosos y un Lancero, concretamente.

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3x
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1x
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Por supuesto, los cuatro monstruos de la oscuridad tenían ganas de guerra. Aprendiz y mascota estaban solos en el Inframundo, ¿podrían defenderse bien?

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Nikolai & Ragun



El Piro de Nikolai funcionó, aunque no del todo. Si bien abrió un hueco en el círculo de almas hambrientas que les rodeaban para que los aprendices pudieran echar a correr, no sirvió para destruirla. La alma afectada volvió a recomponerse sin ningún problema, y lo mismo sucedió cuando Ragun disparó una Flama. Los hechizos podían abrirles el camino, pero no acabar con ellos.

Al fin y al cabo, ellos ya estaban muertos.

La carrera a través de la niebla fue angustiosa. Los aprendices seguían sin ver por dónde iban, ni siquiera sabían dónde estaría la salida o en qué dirección estaban corriendo. Pero sí que escuchaban a su espalda los lamentos de los muertos que les perseguían, y en más de una ocasión llegaron a ver una espeluznante cara huesuda que salía de la niebla para abalanzarse sobre ellos.

Más de uno lo logró. Un muerto agarró a Nikolai del hombro, atravesándole con su mano todo el pecho. Su mano pasó limpiamente, sin dejar ninguna herida visible, pero para el aprendiz fue como si le hubiesen clavado una espada. Dolía a rabiar. Lo mismo ocurrió con Ragun, a quien el gladiador al que asesinó le arrolló de pronto, tirándole al suelo y clavando su mano en su cabeza. El cerebro de Ragun parecía estar ardiendo de dolor.

¡Ni siquiera sabes mi nombre, ¿verdad?!

Un temblor fue su salvación. Bueno, más o menos. El brusco movimiento del suelo hizo que las almas desparecieran entre humo, liberando a ambos aprendices, e incluso también consiguió que la niebla empezase a despejarse poco a poco. Pero lo que había empezado siendo un leve temblor, enseguida se convirtió en un auténtico terremoto. Todo temblaba, enormes grietas se abrían bajo sus pies, y gigantescas estalactitas de piedra caían desde el techo (una estuvo apunto de aplastar a Nikolai).

En definitiva, los aprendices debían de salir de allí antes de que el suelo se desmoronara. Entre la cada vez menos densa niebla, verían que al fondo dos candelabros de luz azul iluminaban lo que debía ser la entrada a unas escaleras hacia arriba. ¿Su salvación? Parecía ser la única.

Pero llegar hasta allí no sería fácil. Además de la lluvia de estalactitas, el suelo temblaba con mucha fuerza, y cada vez había más grietas y desniveles. Avanzar sería difícil.

Pero se les acababa el tiempo. Debían de salir de allí. Ya.

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Malik



Un gran ruido, eso sería lo primero que alertaría a Malik tras cruzar la puerta verde y haber andado un poco, acompañado de Pegaso. Parecía que algo, más delante, se estaba derrumbando. Incluso podía sentir pequeño temblores si prestaba atención. Desde luego, no era la mejor señal para avanzar por allí, sobre todo porque empezaba a aparecer una niebla que lo nublaba todo.

¿Seguro que ese sería un camino seguro? No tenía pinta, desde luego. Pegaso lo confirmaba, relinchando y dando pasos hacia atrás, como si seguir avanzando le diera miedo.

Fue entonces cuando algo golpeó a Malik en la cabeza. Al mirar hacia arriba, descubriría el causante: un murciélago. El pequeño animal, que desprendía un extraño brillo dorado, soltó una risita y echó a volar, dando un par de vueltas alrededor de Malik antes de dirigirse a toda velocidad por el camino por el que habían venido.

Pegaso no se lo pensó dos veces, y lo siguió. Cuando Malik lo hiciera, se llevaría una sorpresa: justo al lado de la puerta cerrada, había aparecido un camino que antes no estaba. Seguía siendo un oscuro túnel, pero al menos no parecía haber temblores ni niebla por allí. El murciélago estaba colgado del techo, observando al aprendiz, como si esperara que le siguiera. Pegaso, por su parte, levantaba la cabeza sin parar, observando al animalillo con mucha curiosidad.

Malik tenía varias opciones. Ir por el primer camino, el que llevaba a la niebla y los temblores; adentrarse por la misteriosa gruta que había aparecido de la nada junto al murciélago; o volver a abrir la puerta e ir por la azul junto a Saxor.

¡Más decisiones!


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Tabla Juegos actualizada:

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Fátima
VIT: 32/32
PH: 18/46

Ragun
VIT: 100/104
PH: 34/52

Malik
VIT: 64/64
PH: 25/26

Nikolai
VIT: 26/26
PH: 10/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 3/6

Saxor
VIT: 50/50
PH: 27/34

Guilmon
VIT: 30/30
PH: 9/14

Bavol
VIT: 40/40
PH: 19/30

Fecha límite: miércoles 29 de abril.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tidus Cloud » Dom Abr 26, 2015 3:38 am

Bavol enmudeció ante el comentario tan positivo de su compañera. La recordaba mucho más agobiada y preocupada por todas las cosas malas que pudieran ocurrir. Fue tal la sorpresa que ni siquiera se molestó en decirle nada por revolverle el pelo.

Así que si quieres ganar, ten cuidado y sé más inteligente que todos ellos. —El pequeño la miró directamente a los ojos cuando Fátima se puso a su altura—. Porque lo eres, ¿no? Si por un error tonto acabas fuera sería una pena.

La miró de arriba abajo un momento y después esbozó una media sonrisa llena de confianza, quizás demasiada. Asintió decidido y quizás por primera vez desde que la conocía, le respondió:

Te haré caso, Fati, tendré cuidado.

¡A por él! ¡Ni se te ocurra perder! —le animó su compañera con una palmada en el hombro.

¡Claro que no, te demostraré lo fuerte que soy! —exclamó muy contento.

Con el aviso del encargado, Bavol echó a correr hacia la arena, no sin antes despedirse de la Aprendiza con un entusiasmado movimiento de mano y sacarle la lengua descaradamente a su contrincante por haberle tratado con tanto desprecio.

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Nada más llegar a la arena, escuchó entre los numerosos aplausos cómo algunos vitoreaban su nombre (o al menos el alias con el que se había apuntado a los Juegos). Para corresponder a todos aquellos apasionados fans, el gitano se plantó fijamente en el suelo, les echó una mirada solemne y elevó un brazo haciendo con la mano el signo de la victoria.

¡Recordad, quiero un combate limpio! ¡En sus puestos!

¡Estás muerto, pringao!

¡Pringado tú! ¡Te vas a enterar de lo que es bueno!

¡¡Bavolio Trené III contra El puto amo!! ¡Comenzad!

El pequeño se lanzó directo a por su oponente en cuanto Fil bajó su brazo. Sin embargo, a mitad de camino se dio cuenta de que su oponente se había tropezado con su capa, de manera que, aprovechando la situación, decidió simplemente apartarse para ver si así conseguía obtener ventaja. No se equivocó. Pluto acabó fuera del ring él solito.

E-esto... ¡Ha salido fuera! ¡El ganador es Bavolio Trené III!

Miró a su oponente aún en el suelo, pensando en la forma tan tonta en la que lo había vencido, y se encogió de hombros mientras el público estallaba en risas. Quizás en otra ocasión habría sentido algo de pena por él, pero teniendo en cuenta lo cretino que había sido con él, llegó a la conclusión de que se lo merecía.

Aunque hubiera sido fácil, era una victoria al fin y al cabo, así que decidió celebrarlo como correspondía elevando esta vez ambos brazos para hacer el gesto de la victoria con las dos manos, mientras sonreía muy contento. Aquélla sería la pose que pondría cada vez que ganara un combate.

¡Ha sido a propósito!

Se giró al escuchar aquella afirmación y no pudo evitar asombrase al darse cuenta de que Pluto era en realidad Derhe. Sabía de sobra quién era, todo el mundo conocía la incompetencia del Aprendiz gordinflón en Tierra de Partida, además de que habían compartido misión hace muy poco en Atlántica.

¡Este sitio es una mierda, me largo!

Cualquier mínimo rastro de pena que pudiera sentir por él se borró al instante. Dado que su combate ya había acabado, Bavol se volvió al gimnasio, no sin antes ver la escenita que montaba Derhe. ¡Qué pesado era siempre!

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No te lo vas a creer, Fati —comenzó diciendo con una sonrisa pintada en los labios.

A su vuelta, nada había cambiado en el gimnasio. Los tipos siniestros seguían en silencio en un rincón dando mal rollo, el de las gafas apuntaba cosas en un pergamino y el moguri hacía posturitas en un espejo. Un grupo la mar de curioso, tal y como había pensando al principio.

Pluto era Derhe. Ya sabes, el Aprendiz ese, gordo, que anda por ahí y nunca hace nada. —indicó soltando una risilla al final—. Ha sido más fácil de lo que creía.

No hubo mucho más que hacer el resto del tiempo, nada aparte de ver quiénes iban venciendo en el resto de combates. Ya se iban viendo quiénes eran los luchadores más fieros. Entre ellos se encontraba Enhebrador, que si todo iba bien, sería uno de sus futuros contrincantes. Tendría que ir pensando una estrategia para enfrentarse a un tipo tan peligroso, aunque primero tendría que derrotar a Cuchillo, uno de sus compañeros. Quizás podría probar primero en él la idea que se le había ocurrido…

No pasó mucho más tiempo hasta que le llegó el turno a su compañera de combatir.

¡Mucha suerte, Fati! —le deseó mientras ella se dirigía a la arena.

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Esperar a que un combate acabara no era la cosa más divertida del mundo. Permaneció todo el rato sentado en un banco haciendo muecas y ruiditos con la boca para intentar amenizar un poco la situación.

Uno de los participantes había abandonado el recinto sin que el organizador se diera cuenta y, aunque tenía curiosidad dado que se trataba del luchador más poderoso, prefirió no entrometerse. No quería que le pillaran y que por aquella tontería acabara expulsado de la competición. Tenía que ser cuidadoso con aquellas cosas, por una vez haría caso a su compañera.

No obstante, se percató de que un grupillo de luchadores se había reunido para hablar entre ellos y, por lo poco que pudo escuchar, estaban hablando de Hércules. Como no tenía nada mejor que hacer, decidió acercarse para unirse a la conversación, quizás así aprendería algo más sobre ser un héroe.

Ey, ¿qué tal? —saludó el gitano—. Me he enterado de que estabais hablando de Hércules. Le admiráis mucho, ¿no? —afirmó echando una mirada al moguri—. Bueno, es normal, si es un héroe, tiene que ser muy fuerte… Pero, bueno, seguro que necesita ayuda. Y para eso estamos nosotros aquí, para sustituirle y ser los nuevos héroes, ¿no creéis? —concluyó risueño.

Le contestaran o no los otros participantes, unos gritos llamaron su atención. Se trataba de uno de los encargados, que estaba asegurando que uno de los luchadores se había transformado en un monstruo de ojos amarillos. Fue entonces cuando Bavol se acordó de la misión que Lyn les había encargado.

Así que al final ha sido buena idea participar en los Juegos… —susurró para sí mismo.

No sabía si le estaba permitido abandonar el recinto para ver cómo estaba transcurriendo el combate y no quería arriesgarse. De todas formas, tenía otro motivo más: estaba seguro de que Fátima le derrotaría. Quizás se preocupara demasiado muchas veces, pero si había algo que no le faltaba, era fuerza. Ni por un solo segundo se le pasó por la cabeza que fuera ella quien se había transformado en sincorazón, le parecía totalmente imposible, sobre todo teniendo en cuenta su poder.

La conozco, tranquilos, acabará con él en dos segundos. El que tendría que preocuparse es al que lo toque contra ella… —Echó una nueva mirada descarada a Gafas y Mogucles—. Lo que no entiendo es cómo se les ha colado un… —calló un momento, estuvo a punto de decir sincorazón— monstruo. Ese tipo estaba con esos dos tan siniestros… ¿Serán los otros dos también…? —dejó la pregunta en el aire mientras buscaba con la mirada a Cuchillo y Enhebrador.

Puede que sin quererlo hubieran dado con la causa del aumento de sincorazón en el Coliseo del Olimpo. Fuera cierto o no, tendría que esperar a que Fátima terminara su combate para decidir qué hacer. Él, por su parte, tendría un ojo puesto en aquellos dos hombres mientras tanto.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Mié Abr 29, 2015 5:04 pm

El proyectil ígneo que disparó Nikolai consiguió lo que se proponía… más o menos. El fantasma al que le toco recibirla estalló en pedazos, pero fue cuestión de segundos que se volviese a materializar, cómo si no hubiese pasado nada. Ragun también puso de su parte con otro hechizo y, pese a que obtuvo el mismo resultado, fue más que suficiente para abrirles el paso y escapar del corrillo de espectros.

Y si estar caminando por la niebla ya era de por sí un suplicio, correr a través de ella era mucho peor. Sin visión alguna, se arriesgaba a darse de bruces contra una pared, y con los espeluznantes gemidos que se escuchaban detrás suya, a cualquiera se le ocurría aminorar la marcha. Claro que aquello fue la menor de sus preocupaciones cuando los malditos muertos empezaron a salirles al paso, lanzándose a por ellos cual manada de hienas hambrientas.

Niko logró esquivar por los pelos algunas de las raquíticas zarpas de sus persecutores, pero la desorientación y el estupor del momento no tardaron en jugársela cuando una de las almas le pilló con la guardia baja y le aferró del hombro.

Sus intentos de zafarse del agarre se vieron frustrados en cuanto sintió una terrible punzada en el pecho. Con ojos temblorosos, contempló cómo el brazo del condenado le había atravesado por completo, sin causarle daños físicos. Fue entonces cuando una sensación de ardor le hizo retorcerse de puro dolor, siendo lo más semejante a que le estuviesen quemando las entrañas.

Llegó a escuchar no muy lejos de allí el vocifero del fantasma que afirmó haber sido asesinado por Ragun, quedando en murmullos incomprensibles debido a que la angustia le estaba nublando los sentidos. Incluso llegó a pensar que el suelo sobre el que estaba moviéndose.

Sin embargo, aquello último no fue producto de su imaginación. El suelo comenzó a temblar con más fuerza, lo que, para fortuna de los aprendices, ahuyentó a los espectros. Una vez liberado, Nikolai se llevó la mano al pecho como si le llevase la vida en ello, respirando agitadamente y con la cara empapada de sudor frío.

Pero poco duró el alivio cuando una de las estalactitas del techo le sorprendió al estrellarse muy cerca de donde estaba, obligándole a retroceder. El pedrusco no le aplastó de milagro, pero poco faltó para que le diese un infarto del susto que se había llevado.

<Salir de las brasas para luego caer en el fuego>, esbozó una mueca de desazón. Todavía seguía un poco pálido de tantas malas experiencias seguidas.

Grietas, desniveles y rocas precipitándose sobre sus cabezas. La gruta entera se había convertido en una trampa mortal que poco tardaría en sepultarles vivos. El lado bueno era que la niebla también comenzó a disiparse, revelando dos luces azuladas que brillaban al fondo de la cueva, haciéndose más visibles según iba decreciendo la bruma, hasta que…

¡Ragun, allí! —advirtió, señalando hacia el frente. Dos candelabros prendidos con unas llamas azules iluminaban unas escaleras que ascendían a la parte superior de la ruta.

La cuestión era la siguiente: ¿Cómo llegar hasta allí sin ser pasto de las rocas?

¡Agárrate a mí!

Espera… ¿qué?

Nikolai le echó una mirada escéptica a Ragun. En otra situación, su comentario se habría llevado algo más que un reproche, pero juzgando que aquel no era precisamente un momento para bromas, decidió seguir las instrucciones de su compañero, aferrándose a él.

No sé lo que tienes en mente, pero espero que nos libre de convertirnos en tortitas.

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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Mié Abr 29, 2015 9:15 pm

La puerta encerraba un gran estruendo. En cuanto atravesó el umbral junto al caballo alado, Malik notó el ruido, como si un montón de rocas y cascotes estuvieran derrumbándose. No le dio buena espina, sobre todo porque no parecía algo lejano, el suelo temblaba. La neblina tampoco ayudaba a mejorar el ambiente.

Por supuesto, era el Inframundo, no podría haberse esperado otra cosa.

Acarició el cuello de Pegaso para tranquilizar al animal y quizá tranquilizarse a sí mismo. Debía recordarse que no estaba solo allí y que su objetivo era demasiado importante como para asustarse. Aun así tenía miedo, claro. Aquel lugar era el mismísimo reino de los Muertos, su rey estaba en alguna parte, al igual que la cerradura, y él tenía que encontrarla. Prefería que Hades no estuviera cerca, pero... Debía sonsacarle también para qué quería abrirla de verdad.

Bien, vamos allá... —murmuró inspirando hondo.

Fue entonces cuando algo le golpeó la cabeza. Se tragó una palabrota y miró hacia arriba, justo a tiempo para atisbar un animal volador, brillante y dorado, que reía. Retrocedió un paso a la vez que el bicho giraba un par de veces a su alrededor, antes de levantar más el vuelo e irse hacia la puerta.

«¿Un murciélago?».

Enseguida le picó la curiosidad como si fuera un escorpión. Giró la cabeza hacia el camino por el que habían venido y vio cómo Pegaso ya se prestaba a seguir inconscientemente al animal misterioso. No habían caminado mucho, de modo que tampoco le llevo mucho volver al punto de partida. Allí, junto a las puertas, había aparecido un camino nuevo, oscuro como un túnel. En cambio había desaparecido la niebla y los temblores y Pegaso no parecía tan nervioso. Eso era bueno, suponía.

Malik caminó todo lo tranquilo que puedo hasta situarse bajo el murciélago dorado, observándolo con tensa curiosidad aún. Era demasiada casualidad que algo así apareciera de la nada. Miró de reojo al caballo, quien parecía tan curioso como él y no tan asustado como antes. Quiso pensar que era buena señal, los animales eran mucho más perceptibles a los peligros que los humanos, así que se fiaría de Pegaso. Además, quizá aquel fuera el camino que llevaba a la cerradura, tenía que explorar todo lo que pudiera.

Muy bien, iremos por ahí si es lo que quieres... —dijo, como si hablara con el murciélago—. Vamos, Pegaso.

Palmeó el lomo del caballo y echó a andar por el camino nuevo, esperando que el murciélago se adelantara porque no parecía que hubiese ninguna luz más aparte de la que desprendía su nuevo acompañante.

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Escojo el camino del murciélago
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Saxor » Jue Abr 30, 2015 12:08 am

Malik parecía tener un plan que abarcaba un punto de vista prácticamente opuesto al mío. En vez de anular el "contrato", él quería negociar con el propio Hades. Mi expresión cambió ligeramente en una ligera desaprobación, pero rápidamente tensé la cara para que no se me notara más de la cuenta. Aunque seguro que lo habría notado. No se me daba nada bien controlar emociones repentinas. Estuve a punto de irme con Guilmon cuando Malik me interrumpió. Me giré para preguntarle.

¿Sí?

Ten cuidado por ahí, no sabemos qué puede haber—ante su advertencia, solo pude asentir. Ya sabía perfectamente que debía tener cuidado. Era el reino de los muertos, después de todo.

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Lo primero que pude ver al atravesar la puerta fue una especie de "sala", por así decirlo, y bastante amplia, tanto por lo ancho como por lo alto. Era tan amplia que parecía raro no encontrar ningún bicho en el camino. Bueno, realmente sí que había algo: una especie de pequeñas condensaciones de humo esféricas, repartidas por toda la zona. No intenté tocarlas, aunque Guilmon sí que lo hizo accidentalmente mientras olía una de ellas con el hocico. La esfera se deshizo en humo, e hizo a Guilmon estornudar.

La verdad, como se suponía que estaba buscando pruebas de que Hades hubiera hecho tales artimañas, tenía que ir lo mayor de incógnito posible... Y atravesar una zona tan extensa no concordaba con esa intención, aunque no hubiera más remedio. Tras suspirar por no poder remediarlo, me encaminé hacia la única vía para continuar: una grieta en la pared. Sin embargo...

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Nada más acercarme a la grieta recibí la bienvenida de cuatro sincorazón, lo que provocó que Guilmon empezara a gruñir con furia. Tres de ellos eran de un tipo canino que ya conocía de antes, mientras que el caballero de la lanza no lo había visto nunca. Rápidamente invoqué mis dos armas, iluminándose ligeramente mis ojos amarillos de camino. Por aquel encuentro anterior, ya sabía que los Perros Rabiosos eran agresivos y atacaban a mordiscos.

Era por eso por lo que empecé atacando al perro que estuviera más a la derecha, dejando a los otros dos para Guilmon. Si el perro atacaba, procuraría meter el filo de la espada entre sus dientes, intentando golpearlo de paso. Aunque claro, intentaría atacar primero. Por parte del sincorazón de la lanza, no sabía cómo se comportaba, por lo que me mantendría atento y a la defensiva. Si intentaba atacarme con ella, intentaría desviarla con mi Espada Mediana para evitar el golpe, y aprovecharía para propinarle un rápido tajo ya que no podría defenderse.

Por su parte, Guilmon mostró tanta agresividad como los propios perros. Con el primero intentó apartarlo a zarpazos, mientras que con el segundo incluso intentó morderlo. Si alguno de ellos llegaba a morderle, intentaría quitárselo de encima corriendo hasta la pared para estrellarlo con la misma.
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Gracias a Ita por la firma~
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RolKHWorld: Cronología
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Primer Arco: Corrupción

1ª Saga
Prólogo: Sólo los más fuertes... [Bastión Hueco]
Encuentro: Recién llegado [Tierra de Partida]
Trama: Un paso atrás [Tierra de Partida]
Trama: Y digo ¡salta! [Coliseo del Olimpo]
Encuentro: La ciudad eterna [El Mundo Inexistente]
Encuentro: Persecución enmascarada [Villa Crepúsculo]
Encuentro: Un lugar al que regresar [Espacio Profundo]
Trama: ¿¡Es que nadie piensa en los niños!? [Islas del Destino]
Misión: Cuidado con los asteroides [Espacio Profundo]
Encuentro: Perros, lagartos y osos parlantes [Bosque de los 100 Acres]
Encuentro: Las apariencias engañan [Tierra de Partida]
Trama: ¡Se me ha metido placton en la nariz! [Atlántica]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Primera parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella: Ruta 3 (Segunda parte) [Bastión Hueco]
Evento Global: Ocaso de una estrella (Parte final) [Bastión Hueco]

Segundo Arco: Perdición

2ª Saga
Misión: Dulces olores [Monstruo] (Inconclusa)
Trama: Ángeles Caídos [Intersticio entre los mundos]
Encuentro: Laberinto Paranoico [Espacio Paranoico]
Trama: Alianza en las Penumbras [El Mundo Inexistente]
Encuentro: ??? [???]
Encuentro: Pasado olvidado [Ciudad de Paso]
Encuentro: Coincidencias alarmantes [País de Nunca Jamás] (Inconcluso)
Trama: Cada loco con su tema [País de las maravillas]
Evento Preglobal: The End Is Where We Begin (Day 0: The Introduction) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 1 - Sector 1: Crepúsculo) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 2 - Sector 3: Ocaso) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 3 - Sector 4: Túneles) [¿Villa Crepúsculo?]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 4 - Sector 3: Ocaso) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: The End Is Where We Begin (Día 5 - Sector 2: Atardecer) [Villa Crepúsculo Virtual]
Evento Global: Datastream (Primera parte) [La Red]
Evento Global: Datastream - Ruta de la Eliminación (Segunda parte) [La Red]
Evento Global: Datastream (Parte final) [La Red]

Tercer Arco: Rebelión

3ª Saga
Trama: Crisis de tierras sin dueño [Ciudad de Paso]
Encuentro: Día de monos [Selva Profunda]
Trama: Asalto a la Torre [Torre de los Misterios]
Trama: De cero a héroe [Coliseo del Olimpo]
Trama: En busca del corazón [Espacio Paranoico]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Primera parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido - Ruta del Caído (Segunda parte) [Castillo del Olvido]
Evento Global: El Esclavo del Olvido (Parte final) [Castillo del Olvido]
Secret Episode: Another Side, Another Story - The Last Twilight [Villa Crepúsculo]

Cuarto Arco: Colisión

4ª Saga
Trama: Leyendas se contarán [Tierra de Dragones] (en proceso)


No Canon
Especial libre: San Valentín [Tierra de Partida] [Corrupción]
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Jue Abr 30, 2015 12:42 am

Suspiró. Nada. Bueno, ¿qué había esperado? ¿Pillar por casualidad alguna conversación interesante? ¿Un movimiento sospechoso? Ridículo. Seguía rumiando para sus adentros cuando Bavol regresó trotando de su combate.

No te lo vas a creer, Fati.

¡Eso sí que ha sido rápido!—dijo, sonriendo con sincero alivio.

Pluto era Derhe. Ya sabes, el Aprendiz ese, gordo, que anda por ahí y nunca hace nada. —Frunció el ceño mientras el niño se reía. ¿Derhe?—. Ha sido más fácil de lo que creía.

¿Y qué se supone que hace aquí? Debería estar ayudándonos en… No, retiro lo dicho. Me alegra que no nos lo hayan encasquetado—reconoció, aunque de poco valía. Todos iban a acabar en el mismo saco, ¿no?—. En cualquier caso me alegro. Un oponente menos.

Y otro, sin embargo, cuya alma iba a acabar en manos de Hades. Joder. Mientras tanto pudieron escuchar el resultado de los demás combates. Una vez más, Ela terminó el combate tan rápido que apenas sí podría catalogárselo como tal. Igualmete peligrosos parecían ser Enhebrador y Cuchillo, el próximo oponente de Bavol. Fátima decidió tomarse un Éter, por si acaso, cuando vio que le llegaba el turno. Una vez la llamaron se puso en pie, invocó la Llave Espada y respiró hondo.

¡Mucha suerte, Fati! —le deseó mientras ella se dirigía a la arena.

Gracias. Suerte también con ese tal Cuchillo.

*



¡Siguiente combate! ¡Fortuno contra Laforet!

Fátima observaba, inquieta, al tal Fortuno. Se trataba de un tipo enorme, gigantesco. Eso significaba, probablemente, que sería lento. ¿Debía arriesgarse a luchar cuerpo a cuerpo, confiando en ser más veloz que él, o sería mejor volver a atacara distancia…? No le hacía gracia acercarse, eso lo tenía claro. Si cometía un solo error, podía pagarlo muy caro.

¡Recordad, quiero un combate limpio! ¡En sus puestos!¡Comenzad!

Fátima flexionó las piernas y cerró las manos con fuerza en torno a la empuñadura. Entonces un escalofrío le trepó por la columna y experimentó una sensación que conocía bastante bien. Y que no le gustó nada. Captó un reflejo por el rabillo del ojo y, cuando quiso darse cuenta, se encontró con que una barrera había rodeado la arena.

«Oh…».

Clavó la mirada en Fortuno y dio un respingo al ver que el hombre estaba envuelto en una ola de oscuridad. De pronto en medio de su rojo resplandecieron unos ojos amarillos.

Y delante de ella ya no había ningún hombre, sino un Sincorazón.

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No tuvo tiempo para pensar en Fil o el público, puesto que la criatura arremetió contra ella con un Piro+. Intentaría esquivarlo lanzándose a un lado y después emprendería la carrera, lo más rápido posible, contra el Sincorazón. Cuando estuviera lo suficiente cerca efectuaría un Aturdidor y, si conseguía aturdir o dejar fuera de combate durante unos instantes al monstruo, arremetería con la Llave Espada. Si no, retrocedería lo más rápido posible. Sabía que ese tipo de Sincorazón se teletransportaban, así que estaría atenta para evitar sus ataques. Si era necesario usaría un Doble Salto para esquivarlos.

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Éter

▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

▪ Doble salto (HC) [Nivel 3] [Requiere Elasticidad: 4]. El usuario es capaz de saltar mucho más alto que los demás, alcanzando lugares más inaccesibles.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Re: Ronda #10 - De cero a héroe

Notapor Sombra » Vie May 01, 2015 2:38 am

Nikolai & Ragun




Niko y yo corrimos entre la niebla pasando a través de aquellos terribles espíritus que nos cercaban. Uno de los hechizos atravesó a uno de aquellos fantasmas, pero aquello no le hizo daño. Claro que no, tras unos segundos simplemente se recompuso... Pero claro, tenía que tener en cuenta que ya estaban muertos.

¡Cuidado! —Alarmé a mi compañero cuando una mano esquelética trató de agarrar al aprendiz.

Los gemidos lastimeros a nuestras espaldas, delante y a los lados no dejaban de sonar, era desesperante. Teníamos que salir de allí o me volvería loco.

Esquivé como pude las caras y los brazos que nos salían al paso. Cada vez había más de aquellas criaturas y...

¡¡¡Aaah!!! —Grité con todas mis fuerzas cuando el gladiador que había sido poseído por Gárland se abalanzó sobre mí tirándome al sueño, atravesándome con su mano la cabeza.

Dolía, joder. Dolía muchísimo. Era como si me estuviese quemando el cerebro y estimulando todos y cada uno de los nervios que controlaban la sensación de dolor. Sentía como si me hubiesen puesto un clavo ardiendo en pleno cerebro.

¡Ni siquiera sabes mi nombre, ¿verdad?!

No contesté, fue imposible que lo hiciese en aquel momento. Los gritos que salían en mi boca, lo que estaba sufriendo no me permitía articular palabra alguna.

No podía engañarme a mí mismo. Estaba aterrorizado. Aquella persona me había odiado hasta el final, era su culpa. Era su culpa por haberse puesto aquella armadura. ¿Pero por qué no podía evitar sentirme tan culpable?

¿Acaso había otra posibilidad?

Era imposible que hubiese podido hacer algo para remediar aquel final. No podía cambiar lo que ya había pasado, y aún así... Aunque sabía que debería haber buscado más alternativas antes de sentenciarle a muerte... Aquel momento no era el más oportuno para pensar. Simplemente había actuado, debía detener el Cristal Negro de alguna manera, no podía permitir que Tebas fuese destruída.

Me arrepentía, ¿pero qué iba a hacer? Aquello era una mancha oscura de mi vida, una de muchas.

<<Muévete, venga. Has llegado hasta aquí, ¿te vas a dejar vencer por tus errores?>>

Sí... Mis errores. Mi primer gran fracaso como aprendiz, uno de muchos.

Alcé mi mano hacia el gladiador, no para atacarle con un hechizo, sino tratando de agarrar su propio brazo.

Lo... Siento —dije con hilillo de voz.

No hubo respuesta, no hubo nada. Un tamblor hizo que todos aquellos fantasmas se desvanecieran como si jamás hubiesen estado allí. Me puse en pie cuando otro gran temblor sacudió hasta los cimientos de las cavernas. Pronto enormes grietas se dibujaron por el suelo y algunas de las paredes, varias estactitas hasta el suelo estallando en mil pedazos. Tenía que haber una salida, el lugar al que aquel anciano nos llevaba.

¡Ragun, allí!

Mis ojos se toparon entonces con unos candelabros de luz azulada. Me mordí los labios nervioso. Si íbamos corriendo no llegaríamos a tiempo los dos.

Corrí hacia Nikolai y le ofrecí mi mano.

¡Agárrate a mí! —Ordené en ese instante.

Espera… ¿qué? —Dudó el aprendiz.

Sin embargo, pronto accedió a hacer lo que había dicho. No teníamos muchas más posibilidades tampoco.

No sé lo que tienes en mente, pero espero que nos libre de convertirnos en tortitas.

Alas del Solsticio —murmuré. Un par de alas negras surgieron en mi espalda. Di un par de aleteos rápidos mientras cogía carrerilla y me lancé al aire sujetando con firmeza a Nikolai tratando de esquivar las rocas mientras me dirigía a aquel lugar.
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Ronda #11 - De cero a héroe

Notapor Astro » Lun May 04, 2015 2:31 pm

Bavol


¡Hércules es el mejor, kupó! ¡Salvó a la ciudad cuando estaba siendo arrasada por monstruos día y noche, kupopó! —exclamó Mogucles, el moguri cosplayer, dando saltitos en el aire—. Todos aquí queremos ser tan fuertes como él, y convertirnos en grandes héroes siguiendo su ejemplu, kupó.

Agatocles y Sin nombre asintieron a las palabras del pequeño, completamente de acuerdo con sus palabras. Pero hubo alguien que no parecía tan de acuerdo...

¿Acaso es Hércules un héroe verdadero? ¿O nos está engañando a todos?

Se trataba de Gafas, el participante más escuálido de todos. Incluso Bavol parecía tener más músculo que él, a pesar de que el primero debía rondar los veinte años.

¡Pues claro que lo es, kupó! ¡Hércules es el héroe más grande de Grecia! —respondió el moguri, enfadado.

Pues yo creo que oculta algo a todo el mundo. Algo gordo. —Se colocó bien sus gafas, antes de sacar un pequeño rollo de pergamino del bolsillo de su túnica—. Todo el mundo ha oído hablar del rumor de que Hércules es el hijo del mismísimo Zeus, y la gran mayoría lo da por cierto. Sin embargo, si es en realidad un dios, ¿por qué está aquí, entre mortales, y no vive en el Olimpo!

»¡Ajá, pues aquí está lo que he averiguado! Según mis fuentes, Hércules perdió sus poderes de dios, y para poder volver a serlo primero necesita convertirse en un héroe verdadero. ¿Lo veis? ¡No es un auténtico héroe, nos engaña a todos!

—Qué historia tan absurda.

—Sí, está chiflado.

¡Mentiroso, kupó! ¡No digas mentiras sobre Hércules, kupopó! ¡Voy a machacarte en nuestra pelea!

P-p-pero...

Los otros tres candidatos a héroe se alejaron de allí, dejando a un Gafas cabizbajo y deprimido porque nadie le creía. ¿Lo haría Bavol? Podía hablar un poco con él, aunque no demasiado, porque por el sonido que llegaba desde la arena, parecía que el combate de Fátima ya había acabado...

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Nikolai & Ragun



La idea de Ragun parecía la idónea. Su fuerza le permitía cargar con Nikolai sin demasiados problemas, y avanzar por el aire hacía mucho más sencillo llegar hasta los candelabros, esquivando las rocas que caían con cuidado.

Lo dicho, parecía la idea correcta. Hasta que las Alas del Solsticio desaparecieron de golpe, sin explicación alguna, enviando a ambos aprendices hacia el oscuro abismo que se habría bajo ellos.

No hubo alas ni hechizos que pudieran salvarles. El Inframundo les reclamaba.

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Malik



El camino que seguía al murciélago era un oscuro túnel que descendía cada vez más y más. Resultaba un poco complicado avanzar, entre la oscuridad (aunque el resplandor dorado del murciélago ayudaba bastante) y algunas zonas estrechas. De hecho, Malik tuvo que empujar alguna vez de Pegaso para que pudiera pasar por algún hueco.

Tras una breve pero dura caminata, encontraron la salida del túnel. Y lo que se encontraron, desde luego no parecía propio del Inframundo.

Una gruta, llena de luz y de vida, donde destacaba una preciosa fuente de agua cristalina que brotaba de entre las rocas. Flores de pétalos dorados se repartían por todo el suelo, iluminando con un leve brillo la estancia. La gruta era muy grande, pero era bonita a su manera.

En el techo, se acumulaban un grupo de murciélagos colgados de las rocas. Ninguno de ellos desprendía luz dorada, y si Malik se fijaba no vería tampoco al murciélago que habían estado siguiendo. O había perdido su brillo al unirse a los demás, o simplemente había desaparecido.

El aprendiz pudo curiosear a su gusto la ruta, mientras Pegaso fue directo a beber agua de la fuente. Pero no pasaría mucho tiempo antes de que algo ocurriera.

¿Quién eres...?

Una voz, femenina, resonó por toda la gruta. Era imposible saber de dónde venía, porque de hecho parecía venir de todas partes.

Un mortal, qué curioso. ¿Qué buscas en el Inframundo, pequeño brote? ¿Tanto deseas la muerte?

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Saxor



No fue demasiado complicado, ni tampoco sencillo, pero el dúo de aprendiz y mascota consiguieron librarse de los sincorazón con alguna que otra herida. Saxor se llevó un golpe en el costado por parte del lancero antes de ser destruido, y Guilmon un par de mordiscos en la cola, pero nada grave.

Así pues, tenían el camino libre para avanzar por la grieta de la pared. Un camino descendiente les esperaba, todavía rodeados de aquellas esferas que flotaban en el aire, pero sin enemigos a la vista.

Todo estaba tranquilo hasta que, al girar una esquina, se toparon con alguien de bruces. ¡Un esqueleto viviente!

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¡Eh, tronco, mira por dónde vas!

El huesos, que tenía cara de pocos amigos, llevaba una afilada espada en la mano. Miró a Saxor de arriba abajo, indeciso, como si no supiera cómo reaccionar ante él.

¿Quién eres...? Espera, ¿eres el envido de Pena y Pánico? ¿Traes el mensaje?

Vaya, menudo dilema. Saxor podía arriesgarse a entrar en su juego, echar a correr, e incluso atizarle hasta dejarle en los huesos (bueno, eso sería difícil). Pero debía responder rápido, o el esqueleto sospecharía.

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Fátima



¡Victoria! Fátima acertó de pleno con su plan: el sincorazón Brujo era inmune a la magia, pero a su vez era bastante vulnerable a los golpes físicos. El Aturdidor y varios golpes de la llave espada fueron suficientes para derrotarle y liberar el corazón, aunque no sin que un Electro cayera sobre el hombro de la aprendiza en el último momento. Auch.

Sin el sincorazón, la barrera que rodeaba el campo de pelea desapareció.

¡El monstruo ha sido destruido! ¡La ganadora es Laforet!

Una auténtica ovación de aplausos y gritos de ánimo envolvieron a Fátima, la jovencita que había conseguido acabar con un monstruo de ojos amarillos y salir sólo con un hombro levemente herido. ¡Qué proeza!

Enseguida, le indicaron que debía volver al gimnasio con los demás. Había superado una nueva ronda.

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Nikolai



Despertar. Doloroso despertar. A Nikolai le dolería todo cuando recobrara la consciencia: desde luego, la caída no había sido agradable. Al menos, no parecía tener nada roto... A simple vista.

Tardaría un poco en percatarse de dónde estaba. La oscuridad casi total no ayudaba, pero las esferas de gas luminoso servían para hacerse una idea. Al parecer, había caído al abismo que se había abierto tras los temblores. No había rastro alguno de Ragun, ni obtendría respuesta si le llamaba a gritos. Los móviles no tenían cobertura alguna allí abajo, así que intentar contactar con él por ese medio tampoco serviría.

Todo estaba lleno de rocas, grietas, e incluso había esqueletos tirados por todas partes. Destrucción por todas partes, y ni una forma clara de subir. Pero, cuando Nikolai avanzase un poco, se encontraría con una cara conocida.

O con una barba, mejor dicho. El guía de la capucha, el que les había llevado hasta la niebla para luego dejarles en medio de un ataque de almas furiosas, estaba plantado allí delante, observando al aprendiz en absoluto silencio. Ni siquiera se movía.

¿Qué haría allí...? ¿Y cómo debía reaccionar Nikolai ahora?

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Bavol (& Fátima)



Con el regreso de Fátima de su combate, y su posible puesta al día con Bavol sobre lo que había pasado en la arena, siguió el último combate de la ronda. Tras cinco minutos, Gafas se hizo de alguna manera con la victoria, volviendo con los demás y convirtiéndose en el siguiente oponente de la aprendiza.

Como anunciaron los encargados, la siguiente ronda empezaría enseguida, puesto que los Juegos iban con retraso al horario esperado. Hubo poco tiempo para que los dos aprendices pudieran compartir opiniones, antes de que a Bavol le tocara luchar.

Su oponente, Cuchillo.

Igual que en la ocasión anterior, el pequeño gitano fue recibido con aplausos y gritos de ánimo. ¡Se había convertido en uno de los favoritos del público! ¿Se debería a su juventud? A saber.

¡Bavolio Trené III contra Cuchillo! ¡En sus puestos!

Cuchillo, igual que Fortuno, era uno de los gigantes que no había pronunciado palabra alguna. Seguramente...

¡A luchar!

... Porque no era del todo humano.

Fue bajar el brazo Fil, y una barrera envolvió todo el campo de batalla. El cuerpo de Cuchillo se envolvió en oscuridad, desvelando su auténtica forma, la de un sincorazón Invisible.

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Era su turno de limpiar el Coliseo de sincorazón infiltrados. Sin embargo, su rival era más fuerte que los sincorazón a los que acostumbraba a combatir, ¿podría hacerlo él sólo?

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Ragun



Despertar. Doloroso despertar. A Ragun le dolería todo cuando recobrara la consciencia: desde luego, la caída no había sido agradable. Al menos, no parecía tener nada roto... A simple vista.

Cuando consiguiera centrarse, descubriría donde estaba: justo en el borde del abismo que se había abierto, al lado de los candelabros de fuego azul que habían intentado alcanzar. De alguna manera, había tenido la suerte de acabar allí. Sin Nikolai. No había rastro alguno de su compañero por los alrededores, y lo más probable era que hubiese caído hacia el fondo. ¿Habría sobrevivido?
Llamarle a gritos no serviría de nada. Y encima, los móviles no tenían cobertura allí abajo, genial.

Así pues, tenía dos opciones. O seguir avanzando por las escaleras de los candelabros, que ascendían hacia una zona superior, o arriesgarse a bajar (ya fuese a pie o usando de nuevo las alas) hacia el abismo en busca de Nikolai.

De Ragun dependía qué hacer.

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Fátima



Tras los tres primeros combates, llegó el último de la segunda ronda, el turno de Fátima. La espera había sido tranquila, sin nada que destacar, con cada participante perdido en su mundo. La semifinal estaba a la vuelta de la esquina, y nadie quería perder.

Sin embargo, sí que ocurrió algo cuando Fátima fue a levantarse para prepararse. Ela, el extraño participante de la capa morada, que una vez más había ganado su combate en tiempo récord, se había plantado justo detrás de la aprendiza. No había hecho ni el más mínimo ruido, y muy posiblemente pudo asustarla.

Sabes lo que está en juego. Mas, sin embargo, no luchas para ganar. ¿Por qué?

Fátima sólo tuvo tiempo para darle una respuesta rápida: los encargados le metían prisa para que saliese a luchar. Con su respuesta, Ela (cuya voz sonaba con un toque femenino) asentiría y se alejaría sin más. Tan misteriosa como siempre.

En la arena, Gafas le esperaba. Se notaba que estaba nervioso, y sus piernas temblaban como un flan mientras se ponía una y otra vez las gafas bien.

¡Laforet contra Gafas! ¡En sus puestos!

»¡A luchar!

Afortunadamente, aquella vez no hubo transformación. Gafas era humano, y por lo tanto... Bueno, de suerte no había nada, porque Fátima sabía lo que significaría ganarle.

Además, su rival no hizo nada cuando el sátiro bajó el brazo. Se quedó en su sitio, sin ninguna arma visible encima, esperando que ella tomara la iniciativa.

¿A luchar...?



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Tabla Juegos actualizada:

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Fátima
VIT: 27/32
PH: 30/46

Ragun
VIT: 85/104
PH: 21/52

Malik
VIT: 64/64
PH: 23/26

Nikolai
VIT: 11/26
PH: 6/18

Saic
VIT: 14/14
PH: 0/6

Saxor
VIT: 48/50
PH: 25/34

Guilmon
VIT: 27/30
PH: 7/14

Bavol
VIT: 40/40
PH: 19/30

Fecha límite: domingo 10 de mayo.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Drazham » Jue May 07, 2015 9:50 pm

Vaya, que práctico.

Nikolai se permitió contemplar las dos alas negras que habían brotado de la espalda de Ragun. Admitió que la ocurrencia del aprendiz fue buena, aunque… ¿alas de oscuridad? No es que lo viese imposible, pero nunca llegó a comprender la lógica de que dicho elemento pudiese otorgar la capacidad de volar. Misterios de la Dualidad Universal, supuso.

Ragun agarró fuerte a Niko y alzó el vuelo. Haciendo gala de una maniobrabilidad notable, avanzó por el aire, esquivando todas las piedras que se desprendían del techo. Ya lo tenían hecho. Un par de aleteos más, y alcanzarían la salida de la gruta.

Sin embargo, lo que estuviese detrás de todas las catastróficas desdichas que les habían ocurrido desde que llegaron al inframundo decidió meter baza una vez más.

Misteriosamente, el dúo se frenó en seco, quedando suspendidos en el aire unos instantes. Nikolai, sin saber muy bien que es lo que estaba pasando, alzó la vista de inmediato, y al descubrir que las alas de Ragun se habían esfumado, se le hizo un nudo en la garganta.

Definitivamente, había alguna fuerza mayor que no quería que saliesen vivos de allí.

<Tiene que ser una broma…>

Broma o no, la ley de la gravedad hizo su función y ambos se precipitaron a la enorme grieta que se había formado en el suelo de la cueva.

***


¡Señor Niko!

Lo primero que sintió Nikolai cuando recuperó parte de la consciencia fue el frío suelo debajo de su cara. Intentó abrir los ojos, pero los párpados le pesaban una barbaridad. Sus sentidos seguían medio aletargados, y cada vez que intentaba mover una parte de su cuerpo, sentía un terrible dolor en forma de pinchazo. ¿Qué demonios había ocurrido?

¡Señor Niko!

Ah, sí… había intentado sobrevolar una cueva a punto de derrumbarse, saliéndole el tiro por la culata y cayendo desde varios metros de altura. Gran suerte la suya; Ya era la segunda vez que le ocurría en el mismo día, aunque en esta ocasión, acabó con algo más que un moratón en la rabadilla.

¡Señor Niko!

Ah…

Desconcertado, abrió los ojos de par en par, topándose con dos fulgurantes luces azuladas delante suya. Tras retroceder un poco por el susto, encontró a su asistente, Saic, mirándole con preocupación. Debía de haber salido del móvil por su cuenta.

¡Por fin responde! —dijo el asistente, aliviado—. Había salido para comprobar que era el alboroto de antes y le encuentro tendido en el suelo, inconsciente. ¿Se encuentra bien?

Creo que saldré de ésta —confirmó, frotándose la sien. Aparte de las numerosas magulladuras de su cuerpo, no parecía tener nada grave.

El joven se incorporó lentamente, resintiéndose de sus doloridas articulaciones. Se sentía como si le hubiesen dado una soberana paliza y hubiesen arrojado lo que quedaba de él a un callejón oscuro y sucio.

Y salvo por lo de “callejón”, el lugar en donde estaba se podía calificar como tal. De no ser por las volutas de luz que flotaban por la estancia, no habría reparado en la escombrera que tenía a su alrededor. Halló por todas partes restos de lo que quedaba de la cueva, y otro tipo de restos que no auguraban nada bueno: la ingente cantidad de esqueletos indicaba que no eran los primeros en caer en aquella trampa con forma de cueva.

Y ahora que se fijaba, ¿dónde estaba Ragun?

¡¡Ragun!! —le llamó con un potente bramido—. ¡¿Estás ahí?!

Su voz resonó por toda la cueva, sin obtener ninguna respuesta. El móvil tampoco sirvió, ya que al sacarlo, se encontró con el precioso aviso “Sin señal” en la pantalla. Genial, ¿y ahora que hacía?

¿S-señor Niko?

Niko le dirigió la mirada a Saic, quien estaba señalando con una expresión de incertidumbre a cierta figura de la que no se había percatado antes por la oscuridad. Y la conocía bastante bien.

<Tú…>.

El encapuchado de la barba. El tipo que supuestamente los iba a guiar hasta la sauna que Hades quería que abriesen, desapareciendo al rato y dejándolos a su suerte en medio de una cueva infestada de espectros rencorosos. ¡Y ahora tenía la desfachatez de dejarse ver, después de haber estado a punto de morir aplastados!

Nikolai tuvo que reprimir su impulso de echarle las manos al cuello y estrangularle. No tenía el cuerpo para esos trotes y tampoco era el momento más apropiado para comenzar una trifulca. Pero esto no iba a quedar así, claro que no. Dio un par de pasos y se encaró al encapuchado, manteniendo una distancia prudencial y fulminándolo con la mirada.

Era una persona paciente, pero como a todos, la paciencia se le acababa tarde o temprano. Y la suya ya estaba al borde de agotarse.

Quiero respuestas —sentenció, tajante—. Primero: ¿lo de abandonarnos en medio de una jauría de almas a las que les repugnaba nuestra presencia formaba parte del trayecto? No es por nada, pero de poco sirve que muramos a mitad de camino si no llegamos a la sauna.

>>Y hablando de la susodicha, segundo: ¿qué es realmente? Hasta ahora he preferido no meter las narices en el tema al estar dependiendo mi vida de que deshagamos el sello. Pero en vista de que ni el trato con Hades me está asegurando que vaya a salir de una pieza de aquí, ya me empieza a mosquear todo este asunto.

Y si mal no recordaba, antes de partir al Inframundo, Hades les ofreció ciertas monedas que tenían como propósito protegerles. Qué curioso que, nada más se las quitasen, empezasen a torcérseles las cosas.

>>Y tercero: las monedas. Sí, esas con la pintoresca forma de una calavera y que te tomaste la molestia de "tomar prestadas" —puntuó con un tono ácido—. ¿Qué función tienen exactamente? Según Hades, tendrían que protegernos. Pero comprobarás por tu cuenta que no cumplen muy bien con su labor.
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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Suzume Mizuno » Vie May 08, 2015 5:42 am

¡Mierda!—farfulló cuando el Electro le acertó en un hombro. Soltó un gruñido de dolor y retrocedió, con los ojos irritados, llevándose una mano a la zona herida. ¡Cómo escocía!

El dolor, sin embargo, quedó bastante de lado cuando comprobó que había podido eliminar al Sincorazón. ¡Y a la primera! La ovación le arrancó un asomo de sonrisa. Saludó con un gesto, agradecida, y por primera vez desde que se había enterado de lo que iba a suceder, Fátima se sintió un poco animada.

¡El monstruo ha sido destruido! ¡La ganadora es Laforet!

Asintió para sí misma y salió de la arena masajeándose el dolorido hombro. No sabía si merecía la pena malgastar una poción en curárselo, porque quizás iba a necesitar estar en sus plenas facultades para el siguiente combate. Con todo, decidió dejarlo para más tarde.

Uno menos.

*


Mientras esperaba, sentada en el gimnasio, a que le tocara su turno y Bavol regresara de su enfrentamiento, tuvo tiempo para meditar. Para empezar, qué diantres hacía un Sincorazón ahí. No sabía que tuviesen la suficiente inteligencia ya no para firmar un documento y responder a un cuestionario, sino para hacerse pasar por una persona. ¿Significaba eso que había alguien detrás, indicándole lo que tenía que hacer? Pensó de inmediato en Ragun y su compañero de Bastión Hueco al que, por cierto, no había vuelto a ver. ¿Quizás tendrían algo que ver? Se retorció con ansiedad un mechón de pelo. Si los descartaba, ¿acaso quedaba alguien más? No tenía ni idea de si Fortuno había mostrado su verdadera forma porque había luchado contra ella o si lo habría hecho igualmente contra cualquier otro adversario, pero… No, era imposible que alguien supiera que justo unos Caballeros iban a apuntarse al torneo. Y también era ridículo pensar que un Sincorazón quería convertirse en aprendiz de Héroe. Así que tenía que haber algo más.

El qué, no tenía la más remota idea.

Frustrada, se levantó porque pronto sería su turno. Iba a calentar un poco las piernas cuando se percató de que no estaba sola. Giró con brusquedad, dispuesta a invocar la Llave Espada, aunque se contuvo en el último segundo. Así, vio que el tal Ela, el combatiente más mortífero de todos, se había acercado sin que se diera cuenta. No gritó, aunque el corazón se le subió a la garganta, y durante un momento no supo qué hacer, si atacar o retroceder.

Sabes lo que está en juego. Mas, sin embargo, no luchas para ganar. ¿Por qué?—Tenía una voz con un timbre femenino.

Parpadeó varias veces, asombrada. ¿Lo que estaba en juego? ¿Cómo diantres lo sabía? ¿Se lo habría escuchado decir a Saxor? ¿O… o tenía algo que ver con Hades? Las preguntas se le acumularon y pugnaron por salir con atropello de su boca. Y lo habrían hecho si no hubiera oído que comenzaban a llamarla. Maldijo para sus adentros, apretó los puños y clavó la mirada en Ela.

¿Cómo sabía que no luchaba para ganar?

Quiero proteger al niño que vino conmigo. Quiero que gane él—dijo, preguntándose si no estaría poniendo a Bavol en peligro. Sin embargo, Ela era su oponente. No el de Bavol.

Ela no respondió, se limitó a asentir con la cabeza y marcharse. Fátima tuvo que contener las ganas de perseguirla y obligarla a decir qué era lo que sabía y se dirigió hacia la arena, con un creciente sentimiento de preocupación. No le hacía nada de gracia la idea de enfrentarse a ella, o él, lo que fuera. Sin duda sería un combate difícil, si es que llegaba a superarlo.

No, no podía pensar así. No iba a permitir que Bavol tuviera como rival a alguien tan peligroso.

Aunque primero tenía que vencer a su oponente.

¡Laforet contra Gafas! ¡En sus puestos!¡A luchar!

Llave Espada en mano, Fátima flexionó las rodillas y se puso en posición de guardia. Su enemigo era el tipo flacucho que se había quedado colgado del techo, si no se equivocaba. Temblaba y parecía carecer de todo tipo de habilidades de combate, pero no se fió. En todo caso maldijo porque no se transformó ni resultó ser un Sincorazón. Lo habría preferido mil veces.

Y, además, tampoco parecía dispuesto a atacarla.

«¿Una trampa? ¿Está fingiendo o de verdad tiene miedo?».

No podía perder tiempo comprobándolo, no sin arriesgarse a caer en un grave error. La vida de Bavol estaba en juego. Aquel tipo no parecía fuerte, si tenía alguna clase de habilidades deberían ser de magia. Así que lo más lógico —o eso esperaba— era la lucha cuerpo a cuerpo.

Se lanzó al frente. Si Gafas intentaba atacarla a distancia, intentaría esquivarlo echándose a un lado o, si veía que era imposible de esa manera, efectuando un Doble Salto. Si se daba este caso, asumiría que Gafas era peligroso y atacaría desde lejos con un Tiro Mortífero.

Si Gafas no trataba de defenderse, se arrojaría sobre él y trataría de derrotarlo sin ninguna habilidad, a golpe limpio de Llave Espada. Sólo si veía que era peligroso cuerpo a cuerpo o que tenía una resistencia inusual, usaría un Aturdidor y después retrocedería a toda velocidad para valorar la situación.

Spoiler: Mostrar
En caso de que Gafas intente atacar a Fátima mientras ella se acerca y no pueda esquivarlo echándose a un lado:

▪ Doble salto (HC) [Nivel 3] [Requiere Elasticidad: 4]. El usuario es capaz de saltar mucho más alto que los demás, alcanzando lugares más inaccesibles.

Seguido de:

▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.

Si, en cambio, puede alcanzarlo sin problemas pero resulta que presenta resistencia o Fátima ve que no va a poder vencerlo sin habilidades, usará un:

▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] [Fuerza: 12] Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Coliseo del Olimpo] De cero a héroe

Notapor Tanis » Vie May 08, 2015 10:11 pm

Avanzar por aquel túnel oscuro habría sido prácticamente imposible de no ser por la luz dorada del murciélago, que continuaba volando delante de él como una linterna. El brillo era pobre, pero en la más profunda tiniebla bastaba para poder andar sin chocarse contra las paredes. El camino era silencioso, pero no falto de complicaciones. A duras penas pudo pasar por algunas partes, tan estrechas que tuvo que empujar a Pegaso para ayudarle a seguir.

«Este camino... No sé si me está llevando a la cerradura, pero me está llevando al Inframundo del Inframundo», pensó al notar que bajaban y bajaban y bajaban.

No fue otro Submundo lo que se encontró al final del túnel, si no una cueva enorme y luminosa, que no encajaba para nada con todo lo demás. Lo único que se podría considerar tétrico eran los murciélagos que pendían del techo y dormían sin inmutarse. Malik miró hacia arriba, intentando localizar al que le había guiado, quizá para darle las gracias, pero no le encontró. No vio ningún punto más brillante que los demás.

Dejó que Pegaso avanzara hasta la fuente de agua y él camino despacio, mirando en derredor. El suelo estaba cubierto de flores doradas. Parpadeó repetidas veces, después de tanta oscuridad, la luz le hacía daño a los ojos y de vez en cuando tuvo que pellizcarse el puente de la nariz para mitigar un poco la “migraña”. No pasó mucho antes de que, justo cuando se acercaba a la fuente y al caballo alado, una voz le detuviera.

¿Quién eres...?

Malik miró en derredor de nuevo, de repente tenso y en guardia. No había nadie allí, salvo el animal y él, pero había sonado una voz, una voz femenina.

Me llamo Malik —contestó, consiguiendo mantener la cabeza fría.

No tenía por qué ser un enemigo, tenía que estar tranquilo, alerta pero tranquilo.

Un mortal, qué curioso. ¿Qué buscas en el Inframundo, pequeño brote? ¿Tanto deseas la muerte?

«No, ni por asomo».

Dio un par de pasos hacia el centro de la gruta, todavía mirando a todas partes y ninguna porque era muy raro hablar con alguien que no estaba presente. Se consolaba pensando que de haber peligro inminente, Pegaso lo notaría, ¿verdad?

No la deseo, dama de la gruta, sólo estoy buscando al señor del Inframundo, y mucho me temo que me he perdido por seguir a uno de vuestros murciélagos... si es que son vuestros.

«Que no sea una trampa, que no sea una trampa».

Me ayudaría mucho saber dónde estoy, y cómo puedo encontrar a Hades.

Estaba siendo diplomático, lo último que necesitaba era enfadar a cualquier ser que habitara en ese sitio.
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Tanis
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