The End & The Beginning
Publicado: Mié Feb 05, 2014 9:45 pm
—¡No! ¡¡No!!
—No morirás tras esto, pero perderás algo que has demostrado no tener al crearnos y atacar este mundo. Esta es mi decisión.
Nadie detuvo a Joker. El Game Master se las arregló para que ninguno de sus compañeros detuviera su avance hacia el que había sido su creador. Le dio igual el pasado compartido con él, o que ya no supusiera ninguna amenaza para nadie en aquel mundo: estaba decidido a cometer un crimen para sentirse mejor consigo mismo.
En las manos del Reaper apareció una Llave Espada en honor a Ragun, uno de los jugadores caídos el quinto día y a quien había intentado asesinar. Empujó a Andrei al suelo y este intentó escaparse, pero las esposas que le había puesto Fátima evitaron que pudiese ir a ninguna parte. Tampoco había muchas más opciones adonde huir, igualmente.
Los ojos del gitano habían mostrado miedo hasta aquel momento, y lo seguían haciendo. Pero un nuevo sentimiento se registró en sus pupilas mientras colocaba la Llave Espada sobre el pecho del muchacho. Un sentimiendo tan profundo, tan fuerte, que pudo quedarse registrado en su mente y sus recuerdos a partir de aquel momento: algo que marcaría el resto de su existencia. El odio.
—Lo siento.
La punta del arma de Joker atravesó el pecho de Andrei y este gritó de dolor. Su cuerpo comenzó a brillar fuertemente y al apartar el arma de él, el Reaper pudo contemplar el brillante corazón de su enemigo saliendo de él y volando hacia el cielo. Este se vio capturado por sombras surgidas de la nada y un Sincorazón rojo como las ropas del joven apareció, poseyendo un poderoso escudo. El poderoso enemigo cayó frente a los Reapers e hizo temblar toda la plataforma, dirigiendo sus tapados ojos hacia ellos.
Pero antes de que pudiese ser atacado un fuerte viento tiró del cuerpo del Sincorazón, arrastrándolo hacia la nada. Un portal de luz gigantesco apareció frente a los Reapers, amenazando con tragárselo todo. Algunos restos del castillo destruido fueron succionados por el portal, haciéndolos desaparecer tras de sí.
—El portal se ha abierto.
Andrei se enderezó del suelo y se colocó de rodillas con la mirada perdida, balanceando la cabeza lentamente y sin control. La piel del joven se había vuelto más blanca, y una marca había aparecido en su ojo izquierdo: ya no era humano. En aquel momento parecía más un zombi que otra cosa.
El Incorpóreo de Andrei siguió repitiendo aquellas palabras una y otra vez por lo bajo, sin atender ni contestar a ninguna de las preguntas que le hicieran: sencillamente, ya no estaba capacitado para ello. Sólo podía significar una cosa, y era lo que tanto habían perseguido: el mundo real estaba al otro lado. Lo habían logrado.
Sólo que habían pasado tantas cosas que ya no podían garantizar querer salir. Habían prometido ser los protectores del Mundo Virtual, que lucharían por él y lo salvarían de amenazas como Andrei. Si ellos lo dejaban abandonado, ¿quién podía asegurar que otros como él no regresasen? Necesitaba protección y gente que lo reconstruyera. Era necesario.
Y sin embargo, tampoco podían dejarlo tal cual. Para cerrar aquel portal que se lo tragaba todo, alguien debía salir al otro lado y sellarlo. Es más, podrían cerrar definitivamente el acceso al ordenador de Villa Crepúsculo y evitar que nadie, nunca más, entrase.
Eileen nunca quiso que nada de aquel mundo saliera al real, y tenía sus motivos. Aunque la Corrupción y Erased Data hubiesen sido eliminados, nada podía asegurar que otra clase de males surgiera una vez fuera. Pero también, alguien debía avisar de esos males a Tierra de Partida y Bastión Hueco. Y devolver a Andrei a su mundo, ahora humillado.
Aquella era la elección final. No había más tras aquello, no allí. El fin sería donde sus nuevas vidas comenzarían.
—No morirás tras esto, pero perderás algo que has demostrado no tener al crearnos y atacar este mundo. Esta es mi decisión.
Nadie detuvo a Joker. El Game Master se las arregló para que ninguno de sus compañeros detuviera su avance hacia el que había sido su creador. Le dio igual el pasado compartido con él, o que ya no supusiera ninguna amenaza para nadie en aquel mundo: estaba decidido a cometer un crimen para sentirse mejor consigo mismo.
En las manos del Reaper apareció una Llave Espada en honor a Ragun, uno de los jugadores caídos el quinto día y a quien había intentado asesinar. Empujó a Andrei al suelo y este intentó escaparse, pero las esposas que le había puesto Fátima evitaron que pudiese ir a ninguna parte. Tampoco había muchas más opciones adonde huir, igualmente.
Los ojos del gitano habían mostrado miedo hasta aquel momento, y lo seguían haciendo. Pero un nuevo sentimiento se registró en sus pupilas mientras colocaba la Llave Espada sobre el pecho del muchacho. Un sentimiendo tan profundo, tan fuerte, que pudo quedarse registrado en su mente y sus recuerdos a partir de aquel momento: algo que marcaría el resto de su existencia. El odio.
—Lo siento.
La punta del arma de Joker atravesó el pecho de Andrei y este gritó de dolor. Su cuerpo comenzó a brillar fuertemente y al apartar el arma de él, el Reaper pudo contemplar el brillante corazón de su enemigo saliendo de él y volando hacia el cielo. Este se vio capturado por sombras surgidas de la nada y un Sincorazón rojo como las ropas del joven apareció, poseyendo un poderoso escudo. El poderoso enemigo cayó frente a los Reapers e hizo temblar toda la plataforma, dirigiendo sus tapados ojos hacia ellos.
Pero antes de que pudiese ser atacado un fuerte viento tiró del cuerpo del Sincorazón, arrastrándolo hacia la nada. Un portal de luz gigantesco apareció frente a los Reapers, amenazando con tragárselo todo. Algunos restos del castillo destruido fueron succionados por el portal, haciéndolos desaparecer tras de sí.
—El portal se ha abierto.
Andrei se enderezó del suelo y se colocó de rodillas con la mirada perdida, balanceando la cabeza lentamente y sin control. La piel del joven se había vuelto más blanca, y una marca había aparecido en su ojo izquierdo: ya no era humano. En aquel momento parecía más un zombi que otra cosa.
El Incorpóreo de Andrei siguió repitiendo aquellas palabras una y otra vez por lo bajo, sin atender ni contestar a ninguna de las preguntas que le hicieran: sencillamente, ya no estaba capacitado para ello. Sólo podía significar una cosa, y era lo que tanto habían perseguido: el mundo real estaba al otro lado. Lo habían logrado.
Sólo que habían pasado tantas cosas que ya no podían garantizar querer salir. Habían prometido ser los protectores del Mundo Virtual, que lucharían por él y lo salvarían de amenazas como Andrei. Si ellos lo dejaban abandonado, ¿quién podía asegurar que otros como él no regresasen? Necesitaba protección y gente que lo reconstruyera. Era necesario.
Y sin embargo, tampoco podían dejarlo tal cual. Para cerrar aquel portal que se lo tragaba todo, alguien debía salir al otro lado y sellarlo. Es más, podrían cerrar definitivamente el acceso al ordenador de Villa Crepúsculo y evitar que nadie, nunca más, entrase.
Eileen nunca quiso que nada de aquel mundo saliera al real, y tenía sus motivos. Aunque la Corrupción y Erased Data hubiesen sido eliminados, nada podía asegurar que otra clase de males surgiera una vez fuera. Pero también, alguien debía avisar de esos males a Tierra de Partida y Bastión Hueco. Y devolver a Andrei a su mundo, ahora humillado.
Aquella era la elección final. No había más tras aquello, no allí. El fin sería donde sus nuevas vidas comenzarían.
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