The Amazing Spider-Man 2 — Still Crazy—
Qué triste es vuestra existencia.—
Habla por ti… Yo sigo luchando.A mi alrededor veía al resto de los Aprendices luchar. Parecía una especie de batalla campal, con todos peleando mientras yo continuaba avanzando. En cierto momento creí, lo pensé sinceramente, que estaban abriendo un camino para mí y para Kousen. Los encapuchados no parecían tener ningún problema para mantener a los reclutas más novatos a raya, aunque estos cumplían su cometido y apartaban a las figuras de nuestra carrera. Y aunque tenían problemas para enfrentarse a las réplicas, las cuales desaparecían y aparecían en la oscuridad, invocaban Sincorazón y atacaban con sus sables, oprimían con penumbras y aprisionaban en vórtices… seguían luchando.
Nos recordaba lo débiles que éramos.
Y sin embargo, estábamos todos juntos. Finalmente parecíamos una Orden. No había caos. Todos sabían lo que debían hacer y todos se sincronizaban como uno. Era como si tuviésemos una conexión invisible, creada a partir de nada, gracias a nuestro trabajo en equipo. O tal vez…
Tal vez sólo me lo estaba imaginando. Tal vez necesitaba esa pequeña pizca de optimismo mientras avanzaba a toda velocidad en dirección al gigantesco monstruo que era
Erased Data. Había sido elegido, sin quererlo, como el arma clave de aquella pelea… De verdad necesitaba creerme que todo iba a salir bien.
Si fallaba…
―
¡No, no, no! ¡No se toca al muchacho! ―se escuchó la voz de Shinju a un costado mío. Me giré justo a tiempo para ver una ilusión desvanecerse. Sonreí orgulloso al ver que sí, había ocultado mi presencia del enemigo.
―¡Erased!
Escuché una explosión al otro lado mientras avanzaba. Inconscientemente me detuve por un momento para ver qué ocurría, cuando noté que la réplica de Tandy caía al suelo tras haber alzado vuelo. No sabía que había ocurrido, pero el pequeño moguri se precipitó malherido, dejando una estela de datos detrás de sí.
Sin embargo, no podía detenerme por nada. Aparté la mirada y apreté los dientes, e incluso los párpados, en un esfuerzo por no volver a girarme, mientras continuaba corriendo con Kousen siguiéndome. Ya no quedaban más que unos cuantos metros para llegar al gigantesco pilar, el cual parecía ser más alto conforme más nos acercábamos a él.
Salté, esperando encontrarme con las manos de mi compañero para apoyarme. No obstante, el escenario cambió en sólo un segundo: decenas de tentáculos brotaron del suelo, el cual comenzó a resquebrajarse como si estuviese hecho de un fino cristal.
—
Habéis llegado tan lejos y seguís sin entender nada —rió la columna de oscuridad, mientras yo aterrizaba en el suelo resquebrajado tras haber perdido a Kousen a mitad del camino. Sujeté el disco con fuerza, pero aguanté las ganas de lanzarme contra los gigantescos tentáculos que habían aprisionado a mi compañero—
. Ni siquiera sabéis qué hacéis aquí. Habéis sido llamados para ser eliminados.El enorme apéndice de la bestia sujetó al joven y lo levantó en el aire con tremenda fuerza y poco esfuerzo. Lo agitó de un lado a otro y apretó su cuerpo, buscando hacerle el mayor daño posible. Me quedé de piedra por un momento, sin saber qué hacer: no podía seguir corriendo, no había por dónde seguir… El suelo se movía bajo mis pies en todas direcciones y los tentáculos no paraban de brotar de las penumbras, bloquéandonos el camino. Todavía no estaba lo suficientemente cerca como para teletransportarme hasta arriba…
Perdí el aliento cuando un peso me cayó súbitamente en el pecho. Caí al suelo. Tuve unos instantes, sólo unos instantes, para alegrarme por haber sido golpeado por Kousen y no por un tentáculo como había pensado en un principio. Sin embargo, en cuanto posé las manos en el piso para intentar levantarme, el poco alivio que había sentido se esfumó en un momento. Mi piel experimentó la familiar y terrible sensación de la Oscuridad proyectándose, extendiéndose como pequeñas garras para intentar asirme…
—
¡Apártate! —le ordené a Kousen con brusquedad, rodando como un tronco para quitármelo de encima y poniéndome en cuclillas con un preciso impulso de los brazos. Giré sobre mis talones para no perder de vista el objetivo; y entre el bosque de tentáculos que se había formado frente a nosotros, pude distinguir la figura del eidolon de Light enfrentándose a la bestia.
Así que había tenido razón… aquellas réplicas, por más que hubiesen sido programadas por
Erased, conservaban su fidelidad. Suspiré con alivio y me permití cerrar los ojos por un segundo, mientras me ponía de pie.
—
Perro malo.—
¡¡Xefil, ahora!!El escuchar mi nombre de nuevo puso mis sentidos en estado de alerta de nuevo. Mi cuerpo recordó una vez más que se encontraba a mitad de una pelea y el mundo pareció ralentizarse a mi alrededor.
Asentí con la cabeza, comprendiendo al instante. Silbé tan fuerte como pude, mirando a Kousen y esperando su ayuda. Casi al momento el chico se adelantó con sus alas, mientras yo comenzaba a correr de nuevo. Tampoco avanzamos tanto, puesto que el joven se detuvo en cuanto me vio saltar por segunda vez. Me apoyé en sus manos entrecruzadas, tras lo cual intentó levantarme con todas sus fuerzas. Me levanté sólo unos palmos, pero sabía que debía ser suficiente.
Hubo dos chasquidos. Aparecí frente a la criatura y preparé el ataque final.
Instantáneamente, la gigantesca mano del demonio me aprisionó en un preciso agarre. ¿¡Cómo!? ¡No había estado frente a él más que una décima de segundo! ¡Era imposible que hubiese podido predecir mi localización!
El disco amenazó con deslizarse lejos de mis dedos. Lo sujeté a duras penas con la punta de éstos, como si eso de alguna manera pudiese ayudarme. No obstante,
Erased seguía apretando todo mi cuerpo, por completo. No había ni una pulgada de espacio libre, no había manera alguna de liberarme; mucho menos de blandir el disco en su contra.
Doblé mi muñeca de manera casi inhumana, intentando al menos rasgar la piel del monstruo.
—
Muchos han fallado en el pasado. No creas que tu luz es especial. Gruñí y seguí quejándome, al no poder hacerlo con palabras. Me sacudí, de verdad creyendo que de hacerlo con la suficiente fuerza podría escaparme y poder contestar con el disco.
Y luego… me soltó. Fue tan rápido que no pude comprender qué estaba sucediendo. Simplemente el fatal abrazo se detuvo mientras yo salía disparado hacia arriba a una velocidad vertiginosa. Giré y giré en el aire, y por un momento me sentí perdido al estar apoyado en la nada. Logré detenerme, sin embargo, recuperar el equilibrio por unos instantes…
Había llegado a la cima de mi trayectoria. Todo debajo de mí se veía tan pequeño y tan lejano… y fatal. Si caía desde esa altura, no había hechizo que pudiese salvarme.
Y sin embargo…
Fruncí el ceño y clavé la mirada en el punto preciso en el que quería caer, completamente concentrado en ello. Las cadenas del mundo tiraban de mí, cada vez con más fuerza, con mayor velocidad… Caía y caía desde las alturas, y
Erased Data parecía no darse cuenta que venía a por él. Eché la parte superior de mi cuerpo hacia adelante y extendí el disco de Abraxas, mientras la gravedad comenzaba a hacer efecto en mí y arrastrarme hacia abajo.
Giré en forma helicoidal cuando llegué hasta su pecho. El disco de Abraxas, el arma que llevaba al frente, se clavó en su carne como si cortara mantequilla. Con todo el peso que llevaba debido a mi caída, se hundió y hundió en su carne, atravesando su ser. Pronto yo mismo fui incapaz de sostenerme y terminé por ser engullido por el gigantesco demonio.
Pero fue sólo un instante. Sólo un segundo de miedo e incertidumbre, de oscuridad y vacío, en el cual me vi perdido en el interior de aquel ser. No obstante, en ningún momento solté el disco y, creo, fue ésa mi salvación.
Pronto volví a caer. Ésta vez no había nada delante de mí salvo el suelo, que de igual manera parecía estar bastante lejano. Corregí mi postura, preparándome para el terrible impacto de varios metros de caída, y me permití voltear hacia atrás para contemplar el hoyo por el cual había atravesado a la criatura. Sonreí con orgullo mientras aterrizaba con una brusca voltereta; perdí el equilibrio a mitad del camino y me deslicé por el suelo, tras lo cual rodé varios metros por la oscuridad.
The Amazing Spider-Man 2 — We're best friendsHabía quedado bocabajo, pero incluso así me apoyé en mis brazos y alcé la cabeza, contemplando el final de
Erased Data. El monstruo se sacudía como si estuviese experimentando terribles convulsiones, al igual que hacían todos sus vasallos, incluidas las mascotas. Una especie de lluvia que fluía al revés, hacia arriba, comenzó a aparecer en el campo de batalla, mientras los pequeños cubos de datos se desvanecían en el aire.
Sentí que podía respirar de nuevo, como si hasta entonces mis pulmones hubiesen estado aprisionados. Intenté levantarme, pero apenas logré sentarme sobre mi pierna izquierda. Después de aquella temeraria maniobra, mi cuerpo ya comenzaba a temblarme, el efecto de la adrenalina rápidamente disipándose. Y estaba cubierto de oscuridad, también, que aunque poco a poco se disolvía, no me hacía sentir mucho más cómodo.
—
¡Xefil!Fui derribado al suelo por la influencia de alguien más. Sentí el peso de alguien caer sobre mi espalda, haciéndome caer cuando apenas intentaba levantarme. No me estrellé contra el piso, sin embargo, por lo que cuando lo atravesé por completo, reconocí al autor de aquella técnica.
—
¿Se… seguís de una pieza? —no le respondí a Ragun. Sencillamente asentí con la cabeza, temblando todavía, mientras me apartaba de él. Fingí una sonrisa, pero por ello mismo ésta me duró sólo unos instantes, tras los cuales tuve que darme la media vuelta.
Hundí mi rostro en mis manos. ¿Por qué me sentía tan mareado y nauseabundo? Si todo había salido bien…
Escuché el estruendo del pilar cayendo y del Avatar de Ronin precipitándose al suelo, golpeando con sus puños a su alrededor. Los encapuchados y las mascotas rugían de dolor, pero él… él reía. Reía y reía a carcajadas, como burlándose de nosotros.
Temí que lo que habíamos hecho estuviese mal. Temí que nos hubiese tendido una trampa por tercera vez. Temí que fuese a regresar de nuevo y tuviésemos que plantarle cara.
Temí haberme equivocado cuando todos habían confiado en mí.
Sin embargo, el disco que sostenía entre mis dedos empezó a temblar. Abrí los ojos y reparé en que una multitud de datos cruzaba el vacío hasta mi posición, girando y retorciéndose por el aire hasta caer en la superficie de mi nueva arma, la cual los recibía como una esponja absorbía el agua. Todos venían del gigantesco Avatar, o de los encapuchados, o de las Mascotas. Eran todos los datos de la Corrupción y el disco parecía estar aprisionándolos.
No más.
—
Datastream. El disco saltó de mis manos sin previo aviso. Surcó los aires como si tuviese consciencia propia y salió disparado hasta
Erased, al cual atravesó de lado a lado por última vez. Eché a correr mientras el Avatar desaparecía en una nube de Corrupción, la cual comenzó a reacomodarse y a girar como un vertiginoso huracán alrededor del disco. Éste lo absorbió todo como un agujero negro en sólo unos instantes; y para cuando yo llegué a recogerlo, todos los datos ya habían desaparecido.
Se sacudió sólo unos instantes, tras rebotar en el suelo. Y luego de eso, se quedó quieto por última vez, exhibiendo dos nuevas palabras en su superficie:
Data erased.
* * *
The Amazing Spider-Man 2 — We're best friends (cont)―
Mi maestro os está eternamente agradecido ―sonreí ante las palabras de Quorra, a quien justo acababa de devolverle el disco de Abraxas sin dudar ni una sola vez. Ella me ofrecía conservarlo y yo no lo quería en mi posesión, no con lo que había pasado con él ―
. Siempre seréis bienvenidos en la Red. Por favor, contad con mi ayuda en el futuro.Cuando la mujer invocó un vehículo nativo y nos dio la espalda, me permití respirar tranquilo. Había pasado ya un buen rato, durante el cual Crow y Fátima buscaron ponerse al corriente sobre lo sucedido en todo aquel caos. Me permití escuchar la conversación desde una distancia segura, puesto que no tenía ganas de hablar con ellos; me asustaba. E igualmente, tampoco tenía mucho interés por lo que estaban diciendo, pero mi conciencia me obligaba a escuchar de cualquier manera, por mis responsabilidades de Aprendiz y en honor a mi réplica en el Mundo Virtual.
Había pasado tanto en tan sólo unas horas… La versión virtual de Light seguía viva, o al menos lo había estado hasta hacía un rato. La Corrupción se había apoderado de él, pero… tal vez tras la destrucción de Erased, el chico ya se encontrase bien. No obstante, había desaparecido en la infinidad de La Red, al igual que el Incorpóreo de Andrei, presuntamente secuestrado por una joven programa que no era lo que parecía.
Y había habido bastantes muertes, también…
―
De todas las cosas extrañas que he visto hoy, vosotros dos os lleváis la palma.Me recorrió un escalofrío al escuchar la voz de Ronin. Tras haber luchado tanto contra
Erased y haber recuperado mis recuerdos del Reapers’ Game y Avatar, mi cuerpo parecía haber registrado ya su voz como una amenaza. Fue inconsciente el miedo que sentí por unos segundos, pero logré tranquilizarme al ver su jovial y paternal sonrisa.
Y recordándome a mí mismo que, desde un principio, nunca había dudado de él. Y había tenido razón en hacerlo.
No era el único allí. Toda la Orden estaba presente: desde el joven Akio hasta la demente de Yami, pasando por la tímida Rebecca, la estricta Lyn y la faceta severa de Kazuki. Igualmente era una sorpresa, no sabía si agradable, ver allí también al Maestro Ryota y a la Maestra Nanashi, acompañados por Ariasu. Iwashi no estaba presente, pero exceptuándola a ella... y a Andrei, todos los Maestros de la Llave-Espada estaban allí.
―
Llegáis tarde, para variar ―reprochó entonces Ban, el hermanito de Ragun, en un tono suficientemente alto para que los Maestros lo escuchasen―.
Una lástima que esta vez no haya muerto nadie.Reí con amargura, aunque en mi intento por disfrazarlo sonó más como un resoplido. Había sido una declaración cruda y no se suponía que fuese divertida, pero por alguna razón estuve de acuerdo con ella e inconscientemente lo demostré con aquella maleducada carcajada.
No era la primera vez que nos las arreglábamos sin los Maestros…
―
¡Una chuche para quien me explique qué pasa aquí! ―pidió Ronin―
: ¡De uno en uno, niños! ¡Sin empujaros!Estuve seguro que aquel sitio se convertiría en un maldito gallinero. Especialmente por parte de los Aprendices de Tierra de Partida, que siempre parecían querer matarse por sólo unos segundos de protagonismos. Imaginaba que en sólo unos segundos los más novatos se abalanzarían sobre Ronin, buscando sentirse importantes al explicar lo que ya era obvio o haciendo preguntas sinceramente estúpidas.
Yo era el único que merecía dar explicaciones. Yo era superviviente del Reapers’ Game, era el que tenía mayor cantidad de recuerdos. Y era el que había acabado con
Erased finalmente. De cierta manera, era más Asesino del Corrupto yo que Nadhia. Si alguien debía acercarse a los Maestros y hablar sobre lo sucedido, era yo.
Una pequeña parte de mí, esa que quería volverse Maestro con el tiempo, quiso hacerlo. Sin embargo, me sorprendí a mí mismo pensando con frialdad por enésima vez en el día. Pensé un vil “Que se jodan” y me di la media vuelta, alejándome del grupo que poco a poco había comenzado a formarse.
Pasé por un lado de Nadhia, que avanzaba en la dirección contraria y… la fulminé con la mirada. No le dije nada al pasar. Me arrepentí por ello casi al instante, casi al instante. ¿Qué derecho tenía para tratarla así, y sin razones claras? Sin embargo, ya no podía darme la vuelta y disculparme. Quería estar solo. En aquel momento, sentía que ni siquiera ella podía hacerme sentir mejor.
Me alejé hasta que quedé al final de todo el grupo donde, allí sí, me crucé de brazos y me dispuse a contemplar el enfrentamiento entre ambos bandos y la explicación de cualquier valiente que quisiera pretender que podía darla mejor que Joker o yo.
Alec, no Joker, me corregí. Sacudí la cabeza y resoplé, intentando calmarme. Estaba seguro que tendrían mucho que discutir, Maestros y Aprendices, por lo que me dispuse a escuchar en soledad, tiempo que también invertiría en intentar calmarme un poco.
―
Poco más tenemos por hacer aquí ―concluyó Ryota un poco más tarde ―
. Vámonos.―
Ya habéis oído, todos a casita.Y así… se cerraba aquel día. Sin mucho que decir. O eso quería pensar yo, que no tenía mayor deseo que arrojarme sobre la cama y dormir. O mejor, escabullirme al mirador de la torre principal y dormir, acompañado por la brisa.
Pero por supuesto que no iba a ser así…
—
No, no os vais aún.―
Tenemos un mensaje para vosotros.Resoplé y me di la vuelta. Sabía lo que iba a pasar, de cualquier manera. Toda una misa de explicaciones tendría que aguantarme. No me sentía bien, ni física ni emocionalmente, como para aguantar al resto del mundo hablando como cotorras. ¿No podían esperar hasta que nos fuésemos al castillo? ¿Llamar a una junta de Portadores por la mañana?
¿¡Era yo el único que estaba cansado!?
―
En el Reaper's Game tuvimos que colaborar todos juntos. Ni Tierra de Partida, ni Bastión Hueco. Hoy mismo muchos de vosotros habéis luchado codo con codo.—
¿No veis que hay un enemigo mayor ahí fuera? Andrei, Villanos Finales, ¡Erased Data! Todos intentan acabar con vosotros.―
La guerra no puede continuar. Sólo los que conseguimos colaborar, sin pensar en nuestras diferencias, conseguimos llegar hasta aquí. Si seguís así, vuestros enemigos serán los ganadores. Siempre.Hubo unos minutos de silencio tras las palabras de ambas réplicas. Ambas habían cumplido su cometido, yo lo sabía, de llevar el mensaje a Tierra de Partida. ¿Tal vez se me hacía tedioso porque yo ya lo había escuchado? Era posible que simplemente ya estuviese harto de escuchar sobre el Reapers’ Game y Andrei por todos sitios, no necesariamente que la pelea me hubiese fatigado. Aunque eso sí, caer como un cometa contra el enemigo “final”… ya era la segunda vez que pasaba y no podía decir que mi cuerpo lo agradecía precisamente.
Ronin y Ryota se acercaron el uno al otro, adelantándose a los dos bandos de Aprendices que casi inconscientemente se habían formado. Se miraron por unos segundos y una chispa de tensión pareció saltar en cuanto ambas miradas se encontraron. Nanashi y Kazuki hicieron ademán de interponerse, pero finalmente la admiración y el respeto que tenían por su superior, respectivamente, terminaron por dejarlos en silencio.
¿Qué estaba ocurriendo? No iban a…
―
Terminemos con esta guerra, Ronin.Abrí los ojos por la sorpresa. ¡Estaba esperando todo lo contrario! ¡Un “Nunca colaboraré contigo” o algo por el estilo! ¡No un “Hey, terminemos la guerra porque sí”! ¡No podía ser tan simple!
Se me escapó un <<Qué>>. Reculé un paso. ¿Estaban… firmando la paz?
―
¿Qué mariconadas son estas? ¡Venga un abrazo!Un abrazo de paz entre Tierra de Partida y Bastión Hueco. Eso era… ¡era imposible! ¡Era demasiado para ser verdad!
Cheshyre-Catastrophy RMX [Nemesis/Mad Xefil]―
¿De verdad te molesta tanto la posibilidad de paz…? No imaginaba que tuvieses esa pizca de sadismo…Chasqueé la lengua y me di la media vuelta, como si de alguna manera pudiese alejarme de la voz que acababa de volver. Había sentido su presencia de vuelta justo después de derrotar a
Erased, pero claro que había tenido que esperar el momento preciso para hacer uno de sus “astutos” comentarios.
―
Pero bueno, ¿Y nosotros qué? ¿A qué esperamos? ¡¡Abrazo Grupal!! ¡Esto hay que celebrarlo!¿Por qué me sentía tan molesto…? Mientras me alejaba caminando en dirección a las gradas destrozadas, me cuestionaba a mí mismo qué demonios me estaba ocurriendo. ¿No debía sentirme feliz porque la guerra hubiese terminado? ¿Tras haber derrotado a
Erased Data? ¿No debería estar celebrando; por qué alejarme de las personas que quería e irme a sentar en la oscuridad, en las ruinas de aquel coliseo destrozado?
¿Era por tener a Némesis de vuelta? ¿Me molestaba su presencia o... su presencia me obligaba a estar molesto? Era difícil de explicar, si aquellos sentimientos eran por culpa de la Locura o enfocados a la Locura.
Odiaba sentirme así y no saber la razón.
Me senté en el suelo y me recargué contra el muro, mientras sacaba el pequeño frasquito de mi bolsillo. No debía pasarme con la dosis, pero…
Quería callarla.
Efectos adversos (consulte a su médico si experimenta algunos de los enumerados en la sección ADVERTENCIA):
somnolencia, mareos, mayor salivación, constipación, pérdida del apetito, fiebre, dolor de garganta, malestar estomacal, falta de energía, sequedad en la boca, dolor de cabeza, agitación; ADVERTENCIA: temblores, contracción muscular, parálisis muscular, crisis convulsivas, desmayos, confusión, cambios en la visión, sangrado inusual, moratones, cambios en el comportamiento…
Miré la píldora que acaba de sacar y estaba a punto de llevarme a la boca. Aumentar la dosis podía significar… algo malo. No debía pasarme con ella, Sam me lo había advertido, pero...
¿Tenía que continuar viviendo con su molesta voz en mi cabeza? ¿Sabiendo su presencia dentro de mí?
Me descuidé y el bote de medicamento cayó al suelo, desparramando todo su contenido sobre la oscuridad. Las píldoras resaltaban como estrellas en aquel fondo negro…
―
¿Confías en Sam…? ¿Crees que esto puede ayudarte…?Me miré las manos que habían sostenido el disco de Abraxas. Todavía me temblaban. Sentía que no podía superar lo que acababa de ocurrir. La batalla no había acabado hacía más que un rato e incluso así se me antojaba tan lejana…
Todos habían confiado en mí. O eso había parecido, puesto que no había visto a ninguno quejarse. Había cargado con una responsabilidad tan grande sobre mi espalda y ahora que había logrado cumplirla satisfactoriamente, no sabía cómo sentirme. Parecía que todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor finalmente estaba alcanzándome, y no podía hacer más sino sentirme sobrecogido por las vueltas que mi vida como Aprendiz daba sin previo aviso.
Me llevé una mano a la frente, intentando amainar el dolor de cabeza. Dejé escapar un leve gruñido mientras la apoyaba contra el frío muro. Y miré, en la lejanía, el abrazo y el festejo del que había decidido no formar parte.
Sólo quería irme a casa y que el día terminara…