Nadhia entró junto a Malik y Light en el vestíbulo del castillo, escuchando a Nanashi rugir de furia. Al parecer un aprendiz de Bastión Hueco había decidido lanzarse a la boca del lobo. Irritada por la situación y el descontrol de los novatos, Nadhia contempló, sorprendida, lo que había sido hasta entonces su hogar. Todo era tan blanco, tan vacío... daba pena mirar en lo que se había convertido el vestíbulo de Tierra de Partida. Además, tenía una sensación muy extraña. Como si alguien la estuviera observando desde algún punto de la sala, no muy concreto. Giró sobre sí misma, viendo como los últimos aprendices entraban junto a los maestros. Pero no encontró a nadie que la estuviera mirando precisamente a ella. Incluso parecía que todos estaban teniendo la misma sensación, mirando, nerviosos e inseguros, la sala que presentaba tres caminos distintos: dos pasillos a la izquierda y a la derecha y una puerta grande y dorada. Ni siquiera la estructura se le parecía al antiguo castillo.
Pensó en Tandy, e intentó apartarlo de sus pensamientos de la forma más fría posible. Tenía que confiar en que aquel cambio no había supuesto ninguna amenaza para los que se encontraban dentro del castillo. Pero Ronin no aparecía...
Escuchó a los maestros cerrar el portón, y se giró para contemplar, una vez más, el poder de los más poderosos de ambos bandos. Todos se unieron y formularon hechizos protectores dirigidos a la entrada, para evitar que los sincorazón entraran. Light, molesto, preguntó de forma grotesca a Alec qué hacía Bastión Hueco en Tierra de Partida. Nadhia echó un vistazo a su alrededor y no sólo había confusión, sino tensión y bastante desconfianza. Pero ella tan sólo tenía ojos para Chihiro: aquel sí que era un auténtico peligro para su hogar, e incluso para Ryota y el resto del bando contrario. No tenía ni idea de qué planeaba, ni por qué demonios había llegado con Bastión Hueco.
—
¡¡Silencio!! —Nadhia brincó al escuchar a Kazuki, quien se encontraba al lado de Ryota. Verle a él le hubiese provocado algún sentimiento extraño producto de los recuerdos que había heredado, pero quien realmente había llamado su atención en aquel momento fue el maestro Kazuki. Tan sólo lo había visto comportarse como un líder o un tutor cuando Chihiro estuvo a punto de matarlos a todos en Espacio Profundo—.
Mejor. Escuchadme atentamente. Olvidad por un segundo quiénes están con nosotros y pensad en nuestra situación. No es el mejor momento para matarnos.—
Ya tenemos a unos Sincorazón que se van a ocupar de ello —apuntó la maestra Ariasu.
Nadhia asintió de brazos cruzados, estando de acuerdo con Kazuki. En Monstruo ella fue siempre la que intentó que ambos bandos colaboraran. Si no habían querido, no había sido culpa suya. Espero, paciente, que Kazuki continuara su explicación, deseando que nadie más lo interrumpiera:
—
Seguimos en Tierra de Partida, sólo que… De una forma… Diferente. Es la otra cara de nuestro mundo, una que no conocemos y que sólo sale a la luz cuando el corazón del mundo está en peligro. —Nadhia ingirió la información lo mejor que pudo. Seria, siguió escuchando—.
Tenemos que organizarnos y devolver el castillo a la normalidad. Pero para eso necesitamos a Ronin. Debemos encontrarlo, tiene que estar en algún lugar de este castillo.Nadhia invocó, alarmada, la Llave-Espada como hicieron sus maestros. Una risa desconocida resonó por todos los rincones del vestíbulos, interrumpiendo a Kazuki. Al fondo del pasillo, justo frente a la gran puerta dorada, se alzaba una figura encapuchada. Sintió como se le paralizaba el cuerpo por unos instantes, recordándolo a
él. Quien le hizo tanto daño a Ryota y a Eileen. Y quien hace poco intentó renacer de nuevo en el mundo real.
Prácticamente se le había cortado la respiración, pero al escuchar su voz —o voces, mejor dicho— resonar en aquella sala blanca y vacía, y que el desconocido respondiera a la pregunta de la Maestra Lyn, inspiró aire y lo expulsó poco a poco, aliviada. Por lo pronto,
Erased ya no era una amenaza para Tierra de Partida.
El ente encapuchado hizo una reverencia un tanto exagerada, diría Nadhia. Enarcó una ceja, no muy segura de que debiera hacer desaparecer a Ángel Forjado. Espero, pues, a escuchar lo que les tenía que decir.
—
¿O vuestro juez? —su risa le impedía relajarse, empuñando su Llave-Espada y vigilando cada movimiento que realizaba. Y aquellas voces intercalándose en diferente timbre y volumen la estaban poniendo aún más nerviosa, ¿qué demonios era aquella cosa? Dudaba de que fuera un humano, a pesar del aspecto que le daba la capucha—.
No hace falta que os presentéis. Sé quiénes sois y qué queréis.
Buscáis devolver Tierra de Partida a su forma original,
aunque ahora que no está
Ronin,
solo uno de los aquí presentes tiene algo de idea sobre el tema, ¿verdad, Ryota? —Nadhia buscó alguna reacción por parte de Ryota, pero éste permaneció con la misma expresión en su rostro—.
El tiempo se l
e acaba a este mundo, si fuese otro estaría ya destruido, pero Tierra de Partida es diferente. Este lugar, el Castillo del Olvido es la última y más poderosa defensa del mundo. Sin embargo, un sincorazón se ha colado en su corazón. —Nadhia escuchó aquella noticia con los ojos muy abiertos. ¿Un sincorazón había logrado alcanzar el corazón de Tierra de Partida? Se habían esforzado mucho durante la contienda para mantenerlo a salvo, tanto Ronin como ellos—.
Y poco a poco se pudrirá…
Hasta que caiga en la oscuridad.
Con vosotros dentro, claro. Qué lástima, ¿verdad? Bastión Hueco no debería haber venido. Cuántas almas van a perderse. Amigos que quisieron ayudar a antiguos compañeros, personas incapaces de romper sus vínculos, fieles aliados de los Maestros… Todo para descubrir nuestro secreto. —un secreto. Nadhia comprendió entonces que Bastión Hueco no estaba allí para ayudarles. A pesar de que se imaginaba que algo así estaría relacionado con su aparición, sintió de nuevo una molesta espina en las entrañas. Estaba cansada de decepcionarse con algo que sabía que, por entonces, no iba a cambiar—.
¡Pero bueno! Todavía podéis consegui
r todos vuestro objetivo. Un secreto a cambio de devolver este m
undo a la normalidad, ¿no? Un nego
cio interesante, cuanto menos. Eso si los Sincorazón no destruyen este lugar antes, por supuesto.—
¿Y qué debemos de hacer entonces? —preguntó Kazuki.
—
Reunir las llaves e ir a la puerta dorada. «
¿Reunir las llaves?», se cuestionó Nadhia al escuchar al maestro Ryota. Para la suerte de unos pocos y para desgracia de otros, parecía saber bastante sobre el nuevo castillo y su función. Quizás demasiado para ser el líder del bando contrario.
—
¡Bingo! —aplaudió el encapuchado, señalando al maestro—.
Las Llaves Espada no sirven para esta puerta.
Necesitáis reunir las dos mitades de esa Llave y
traerlas aquí.
Al corazón de este mundo.Por un instante, Nadhia se alarmó al ver desaparecer al encapuchado, quien volvió a presentarse en el pasillo de la izquierda.
—
Hay una en lo alto del castillo. —Nadhia comprobó, entonces, que aquel ente, ser o guardián del castillo, desaparecía y aparecía en luz y oscuridad, no en una en concreto. Había cada vez más preguntas y misterios por querer resolver, pero no daría tiempo para todo. Tenían que darse prisa y salvar Tierra de Partida—.
Y otra en lo más bajo. No os puedo decir lo que os encontraréis allí puesto que la estructura de este castillo es un tanto… Especial.—
Es tal como dijo el Maestro Rayim entonces —mencionó Ryota—.
El Castillo del Olvido se transforma cada vez que alguien entra.«
¿El Castillo... del Olvido?»
—
¡Exacto! ¡Alguien ha hecho sus deberes! Lástima que n
o seas el heredero de la voluntad de Rayim, ¿verdad? Porque entonces sabrías lo que h
ay que hacer… U
na vez tengáis las Llaves.
Es algo que sólo se transmite entre los líderes de Tierra de Partida. Un conjuro
peligroso cuanto menos.
Pero, yo, claro, ¡no puedo decíroslo! Es posible que ni entonces sirviera. Nadie previó que el mismísimo Corazón correría peligro cuando apareciera el Castillo
del Olvido. ¿
No sería más fácil que os marcharais? ¡
Vamos, abrid un portal y escapad! —su carcajada volvió a hacer que Nadhia tensara cada músculo de su cuerpo, agarrando el mango de su arma hasta que sus dedos le dolieran—. ¿
O no podéis? ¡Probad, probad!Nanashi y Lyn fueron las maestras que intentaron abrir un portal. Pero tanto una como la otra no fueron capaces.
—
¿A qué estás jugando? ¿Por qué no podemos salir?—
No es cosa mía, eso os lo aseguro. Desde el momento en que llegasteis a este mundo, os encerraron. —estaban atrapados. Nadhia enseñó los dientes, furiosa. Habían caído en una trampa en su propio mundo, al que consideraba el sitio más seguro del intersticio. Pero estaba claro que no era así—.
Así que podéis salir a lu
char y morir como héroes o…
—
¡Chihiro! ¿Qué estás haciendo? Tan sólo fue escuchar su nombre y el grito de alarma de Nanashi que Nadhia maldijo no haberle prestado atención durante los últimos minutos. Y entonces, sintió un extraño hormigueo de pies a cabeza, producto de aquel lugar y de lo que fuera lo que estuviera haciendo aquella mujer. Apareció entonces un destello dorado frente a ella ¡No, aquello no podía ser nada bueno!
—
Este lugar está lleno de recuerdos —dijo la vieja amiga de Kazuki, pausadamente—.
Es casi el Corazón de este mundo. Aquí late su esencia… Lo cual significa que es un portal perfecto.Fue Zephyr quien ideó este Castillo, ¿no es cierto?«
¿Zephyr?», se preguntó Nadhia. Los recuerdos afloraron y se acordó de por qué le sonaba tanto aquel nombre. Una vez fue con Ronin a un mundo desértico, llevando una estatua al Templo de la Reminiscencia. Junto a Saeko había superado la Prueba para acceder a su interior y Nanashi les había contado cosas sobre él. Sorprendida, Zephyr no sólo había creado con ilusiones aquel templo lleno de recuerdos y voces del pasado: también había fortalecido en su época las defensas del castillo.
—Ya
veo lo que pretendes hacer. Sí, fue él.—
Entonces sólo tenemos que preguntarle.—
¿¡Qué...!?Tras un nuevo resplandor, Nadhia mantuvo el equilibrio gracias a tener invocada su arma. Se sintió de pronto muy mal, como si un gigantesco hechizo de gravedad cargara sobre sus hombros. El suelo temblaba, y Nadhia maldecía entre esfuerzo a Chihiro, creyendo que aquella desagradable sensación era obra suya para que no la detuvieran.
«
¿¡Qué demonios estás haciendo, bruja...!?», tosió, y por un instante pensó que iba a perder el conocimiento, mareada y sintiendo que le faltaba el aire. Sin embargo, acabó a los pocos segundos y pudo permanecer en pie.
Cuando lograra recuperarse, vería que Chihiro estaba empapada en sudor, y su rostro expresaba dolor. Vio entonces como un corte en el aire formaba tras la mujer una especie de portal. Se escuchaban voces al otro lado, y a ella llegó un olor familiar, como el de la arena mojada cuando llovía. Pero visiblemente, sólo podían ver el corte de alrededor y un muro oscuro, que nada tenía que ver con el blanco y vacío del nuevo castillo.
Nanashi reaccionó y agarró a Chihiro, sin compasión por el deplorable estado en el que se encontraba. Nadhia tampoco pudo, a pesar de serlo por naturaleza. No podía confiar en ella.
—
¿Qué pretendes?—
El Castillo del Olvido no se llama así por nada —explicó, a duras penas recuperándose—.
Este lugar recopila y enlaza el tiempo con las memorias de todo lo que ha acontecido en este mundo. Eso significa que puedo abrir una brecha que conecte con un momento concreto del pasado. Como cuando Zephyr ideó la creación de este lugar. «
¿Qué acabas de decir?», Nadhia abrió los ojos de par en par. Sabía que Chihiro era poderosa y muy peligrosa, pero... ¿había sido capaz de abrir un portal que viajara en el tiempo? ¿Ver a Zephyr, quien había muerto hace cientos de años? Nadhia bufó, no creyéndose ni una sola palabra. Olía a trampa, por mucho que percibieran voces y olores de un sitio completamente distinto. Podía ser un portal cualquiera a otro mundo para caer dentro de un pantano apestado de caníbales. «
Pero ni Lyn ni Nanashi han sido capaces... ¿cómo podría ella...?»
—
¿Y por qué ibas a ayudarnos? —intervino Lyn, seguida de muchos aprendices. Pero Ryota les interrumpió, dejando que Chihiro se explicara.
—
Por si no os habéis dado cuenta, estamos aquí encerrados. Necesitamos recuperar las cadenas de Tierra de Partida o dará igual que el mundo regrese a su estado original. Y aunque hay otros Maestros que deben saberlo aparte de Zephyr, no puedo viajar a tantos tiempos seguidos.Abrir un portal al pasado. Sabía que Chihiro era una maga muy poderosa de afinidad Tiempo. Pero llegar a extremos de abrir una brecha en el espacio-tiempo le resultaba tan exagerado y fuera de lugar...
—
Así pues, iré al pasado yo sola.—
No, no irás —Nadhia agradeció el gesto de Kazuki de agarrarla antes de que ella misma le lanzara un
Perla sin previo aviso—.
No podemos confiar en ti.—
Sois enemigos dispuestos a mataros los unos entre los otros. O con rebeldes entre vuestras filas. ¿De verdad tenéis alguna otra…?Nadhia se giró, al igual que todos los presentes, hacia los portones de la entrada. Vislumbró la oscuridad a los bordes de los mismos y vio, alarmada, como se ponía la entrada al rojo vivo y las barreras mágicas de sus maestros se iluminaban, peleando contra la fuerza de los sincorazón.
Como decía el encapuchado, no había tiempo para discutir sobre la existencia de varios mandos. Si no hacían algo, perecerían allí, y el mundo también. Y quizás fuese el fin de la Orden. Nerviosa, intercaló una mirada con Malik, quien parecía igual de confuso y tenso que ella.
—
¿Qué pasará si logra entrar? Quizás no alcance el Corazón, pero… Tiene muchas presas que atrapar.Otro estallido, y uno de los goznes salió disparado.
Todos miraron a Kazuki, quien parecía asustado por el hecho de haberse convertido en el líder temporal de Tierra de Partida. Agarrando a Chihiro por el brazo, les observó, no muy seguro de que su elección fuera la correcta. Nadhia entendía que podía tener miedo, pero en aquel momento necesitaban que decidiera, igual que lo hizo Ronin para conducirlos a la batalla contra los sincorazón.
«
Vamos, Kazuki. Confiamos todos en ti», animó en la distancia, esperando una orden.
—
Kazuki… —Yami se acercó con una sonrisa hacia él, y dijo exactamente lo mismo que Nadhia, y de seguro muchos aprendices de Tierra de Partida, pensaban en aquel momento—.
Confiamos en ti.Pero Yami no recibió una sonrisa. Kazuki parecía muy inseguro, y no le culpaba por ello. Se había convertido en líder en una situación peligrosa, peliaguda y tensa. Sincorazón, Bastión Hueco y, para colmo, la presencia de Chihiro.
Finalmente, escuchando el tercer golpe de los portones, Kazuki se enfrentó al líder de Bastión Hueco:
—
Necesitamos sobrevivir. Pero no olvidaré esto. Ninguno lo haremos. Tú no entrarás al Castillo. Te quedarás aquí, defendiéndonos a todos.—
¿Y tú?—
Yo entraré al Castillo y acompañaré a los que bajen. Y ella vendrá conmigo.—Nadhia sintió un cosquilleo desagradable en el estómago. Aunque Kazuki la tuviera vigilada, sabía que podía escurrirse con mucha facilidad. Se escapó en Espacio Profundo estando el maestro con ellos, y también podía usar de rehén a cualquier aprendiz para salirse con la suya—
. No pienso dejarla cerca de vosotros.—
Entonces estaremos en desventaja. ¿Cómo sabremos que no nos traicionaréis?—
Uno de vosotros puede pasar. Puede ir a buscar la otra Llave —aceptó Kazuki, muy al pesar de todos—.
No podemos hacer nada si no tenemos las dos, así que estaremos empatados. Pero todos los demás Maestros y aprendices más fuertes permanecerán aquí, defendiendo la entrada.Nanashi iría a los pisos superiores. Aunque Nadhia había admirado en el pasado a la maestra, ahora era como la mano derecha de Ryota. Y quien había gritado el inicio de la guerra. Pero confiaba en que fuera lo suficientemente madura, agradeciendo que fuera ella y no Ariasu, por ejemplo.
Para su sorpresa, Lyn se atrevió a dar el primer paso para probar el supuesto portal que daba al pasado. Seguida de una aprendiz del bando contrario, que parecía brillar por sí misma con su presencia. De cabello rubio y traje verdoso, sonrió desafiante. Tanto una como la otra se miraron, enrabietadas. Parecía haber rivalidad entre ellas, pero Nadhia desconocía hasta qué punto.
—
¡No hay tiempo para esto! ¿Vais a entrar o no? ¡No puedo mantenerlo abierto para siempre!Que les quedarían más años por delante, decía. Bufó, nerviosa y tensa, sin saber qué hacer. Por una parte, quería ayudar a buscar las llaves y al maestro Ronin. E ir con Chihiro sería la opción más sensata. No se fiaba de ella, ¿y si el portal se cerraba y no volvía nunca más al presente? Aunque pudiera vivir, la idea de alejarse de todo lo que amaba no le hacía ni pizca de gracia. Le escuchó decir que un portal aparecería dos días después para que pudieran volver. ¿Dos días? ¿Pasarían dos días también en el presente? ¿Qué ocurriría durante su ausencia si decidía acompañar a la maestra Lyn?
En aquel debate interno Nadhia tuvo que interrumpirse al ver a Fátima. Quiso acercarse a su amiga, aliviada de que estuviera a salvo, pero Ryota dio la orden junto a Kazuki de que los aprendices más fuertes se quedaran defendiendo la entrada junto a los maestros. Ragun también fue llamado a la batalla, pero a Nadhia se le descompuso el rostro al ver como Fátima se acercaba a Malik para darle un beso de despedida. No pudo decirle nada. Ni a Ragun tampoco. Tan sólo desearles suerte mientras los veía alejarse y encararse frente a los dos grandes portones.
Nadhia hizo un esfuerzo, aún con el quebradero de cabeza, para posar una mano sobre el hombro de Malik.
—
Los maestros no permitirán que le pase nada, y es muy fuerte —dijo con sinceridad, aunque no podía evitar preocuparse por su mejor amiga, y quien era ahora la persona más importante de Malik. Esperando una respuesta de éste, buscó con la mirada a Xefil, pero no lo encontró por ninguna parte. Y se paró en Chihiro—.
Malik, no sé qué hacer. Esa mujer... es el demonio. No me fío de ella.Nadhia observó a los que iban entrando en el portal que daba al pasado. Iban desapareciendo poco a poco...
—
¡Tú! No tuvo tiempo a que aquel curioso personaje delatara como lo señalaba descaradamente, pues desapareció tras el portal. ¡El vampiro de Ciudad de Paso! ¡El que le había hecho pasar un calvario en Ciudad de Halloween! Apretó los dientes, sorprendida y furiosa a partes iguales. Al guiñarle un ojo a la aprendiz del bando contrario, daba a entender que eran de los suyos. ¡Era un maldito aprendiz! ¡Aquel imbécil chupa sangre con complejo de viejo verde iba a ir al pasado!
Pero la rabia se desvaneció al ver la imagen de Hana atravesando también el corte de aire invocado por Chihiro. Y al ver a Saeko entrar... supo entonces lo que debía hacer.
—
Malik, sé que te pido mucho diciéndote esto —Nadhia siguió mirando el portal, evitando el contacto directo con sus ojos—,
pero creo que alguno de nosotros debería ir a los pisos inferiores y vigilar a Chihiro. Yo... yo no puedo. Fui a un sitio donde Ronin me habló sobre Zephyr, donde también pude saber cómo lucía físicamente, al menos a una cierta edad —Nadhia recordaba su aspecto, el de un hombre de mediana o avanzada edad, calvo y bonachón. Lo había visto en el Templo de la Reminiscencia junto a Saeko. No podía permitir que fuera la única que fuera a buscarle para pedir ayuda. No habiendo acompañado a Ronin la última vez—.
Seré más de ayuda... a dónde quiera que vayamos, que aquí. Y... —exhaló aire, nerviosa—
Lo siento. Querría acompañaros, a ti y a Light. Aceptando fuera cual fuera la respuesta de Malik, le regaló una sonrisa y haría desvanecer su Llave-Espada en un baño de luz y plumas. Se giró y, dando un último vistazo a su alrededor, avanzó decidida hacia el portal.
Se prometió que regresaría. No dejaría a Tandy solo de nuevo.