Roxas se despierta en su cama, después de tener un sueño un tanto extraño,
y va corriendo al lugar de siempre para ver de nuevo a sus amigos.
- Hola chicos, ¿que hay?
- Pues nada, aquí pensando lo que haríamos hoy.
- Mira que sois los tres unos olvidadizos, ¿no habíamos acordado que íbamos a ir a la vieja mansión cruzando el bosque?
- Es verdad, se nos había olvidado por completo ya que estamos impacientes por que llega el torneo de struggle a la cuidad.
- ¡¿Qué qué?! ¿I cuando es, Hayner?
- Mañana.
- Pues teneis que empezar a practicar, ¿no chicos? – Dijo Olette un poco preocupada.
- Si, Olette tiene razón deberíamos empezar a practicar.
- Entonces Hayner y yo ya nos vamos.
- Si, Pence y yo habíamos pensado ir a prepáralo todo para el día de la exploración.
- Vale, quedamos en la plaza de la estación cuando acabemos.
Los cuatro salieron del lugar de siempre.
- ¡Nos vemos luego chicos! – Dijeron Hayner y Roxas demientras se marchaban.
Cuando llegaron vieron a Seifer i la pandilla.
- ¿Qué hay de nuevo, pardillos?
- Solo venimos a entrenar para el torneo así que no nos rayes, soplagaitas.
- Bueno pues os pasará como el año pasa que os dimos para el pelo.
- ¡Eso ya lo veremos! – Dijo Hayner rabioso.
- ¿Quieres comprobarlo? – Seifer rápidamente sacó su arma listo para luchar.
- Te complacería pero esta vez te vencerá Roxas por mí. ¡Ten Roxas!
En aquel momento Hayner le lanzó la porra de struggle a Roxas y empezó a luchar contra Seifer.
Después de unos cuantos movimientos evasivos para esquivar los ataques de Seifer Roxas estaba cansado pero aún así intentó darlo un golpe pero cuando este iba a darselo Seifer lo esquivo i le dio por la espalda.
- *jadeos* *jadeos*.
- Sabia que no iba un pardillo como tu a ganarme.
Roxas se cae al suelo i se desmaya, Hayner lo recoge y se lo lleva demientras le dice a Seifer:
- ¡Para Roxas es su primera vez, así que solo le falta practicar!
Después de salir del solar deportivo Hayner se dirigió hacia la calle del mercado donde dejó reposar a Roxas un rato mientras el compraba alguna poción para que se la tomara su amigo.
- ¡Roxas, despierta!
- Ah… que… ¿ha pasado?
- Te desmayaste después de pelear contra Seifer.
- He… ¿perdido?
- Si.
- Ohh… lo siento.
- Tranquilo no hay problema un tipo como Seifer es difícil de vencer pero así cuando mañana le demos una paliza la satisfacción será mayor, además ¿quien iba a perder contra un memo como tu?
- ¡¡Eee!!
En ese momento los dos se rieron y Roxas se levantó del suelo.
- Hora de reunirse con Pence y Olette.
- ¡Vale, nos vemos!-. Dijo Roxas mientras Hayner se iba corriendo.
A Roxas le seguía doliendo la pierna así que el fue mas lento.
Al torcer la primera esquina de la calle se encontró a una chica mas o menos de su edad.
- Hola, Roxas por fin te veo.
- ¿Quién eres? ¿Por qué sabes mi nombre?
- Tranquilo, me llamo Naminé y vengo a entregarte esto que te ayudará ante cualquier peligro, se activará cuando sea necesario.
Naminé le entregó a Roxas una especie de amuleto donde estaba dibujado un simbolo raro con una corno negra y una estrella amarilla.
- Gracias, Naminé. Bueno me he de ir con mis amigos. ¡Adios Naminé!
- Hasta otra... Roxas.
Roxas llegó a la plaza de la estación i subió a la torre.
- ¡Cuánto has tardado!
- Toma os he traído helados.
- Ya decía yo que tardabas mucho.
- Bueno ¿todo listo para mañana?
- Si, apuesto a que Roxas y yo nos enfrentamos. ¡Seguro que ganare yo!
- Eso ya lo veremos.
Tras esa pequeña conversación todos se rieron y se fueron a sus casas para descansar hasta el día siguiente.