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Aquel día, el entrenamiento iba a ser algo peculiar en un mundo algo peculiar... eso añadido a que iban a ser acompañados por alguien bastante peculiar.
Tras una breve reunión de Maestros de la Llave-Espada, se aprobó que Yami llevara consigo tres acompañantes a una misión en un mundo, hasta ahora, muy poco explorado. Y aquello no era ningún secreto en la academia de Aprendices, puesto que la Maestra no tenía ningún problema en evaluar a los jóvenes conforme se cruzaba con ellos en los pasillos, cafetería, aulas, jardines:
"¡Tu atuendo es muy raro!", "Muy poco danzarín...", "Tu aura es muy anaranjada", "¿¡No te gusta el jazmín!?", etcétera, etcétera.
Sin embargo, Kairi, Mickael y Saxor serían diferentes. Si llegasen a encontrarse con la Maestra, esta los miraría boquiabierta tras examinarlos durante unos instantes y posteriormente diría algo como "¡Eres perfecto!" o "¡Adorable!". Si había algo en especial en ellos que hubiese llamado la atención de la mujer o si habían sido elegidos completamente gracias al azar, no lo sabrían nunca. Sin embargo, una cosa sí les dejaría clara:
—A ti te quiero ver a las once horas en la entrada del castillo... ¡Iremos a una Misión juntos! No traigas ropa ni objetos, no los necesitarás... ¡Pero, oh, trae tu coso volador!
La Maestra, obviamente, se refería al Glider, el vehículo capaz de levitar cuya forma era solamente un estado de la Llave-Espada alterado mágicamente. Pero... ¿los Aprendices debían llevar sólo su arma? ¿Significaba eso que era sólo un viaje breve? ¿O significaba que no tendrían dónde poner las cosas?
De cualquier manera, los Aprendices tendrían que prepararse y verse con la Maestra en, aproximadamente, una media hora. Eso les daba suficiente tiempo para pasarse por la tienda Moguri y comprar algunos objetos, incluso si Yami les había sugerido no llevarlos. ¿Les daría tiempo para una siesta, también? Probablemente. O de un desayuno caliente en los comedores; seguramente lo necesitarían. Si no lo habían hecho al despertar o si habían practicado antes, entonces también podrían tomar una duch--
—¡Y no te duches! ¡Sería un total desperdicio de burbujas!
¿O tal vez no?
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