Hacía días que corrían rumores en Villa Crepúsculo sobre un hombre con gabardina que repartía una misteriosa invitación a un club exclusivo. Al menos, esa era la versión más extendida, puesto que variaban desde el aspecto de dicho personaje (que bajo la gabardina llevara camisetas con estampados o armas) hasta lo que supuestamente ofrecía (un pase gratuito para la playa o una entrada a un combate). Cualquiera de estas historias, o varias de ellas, debían de haber llegado a oídos de Yui.
Por eso no debió sorprenderse cuando recibió la invitación. Salvo que, en su caso, no se la presentó el hombre con gabardina, sino que se la encontró por casualidad. Tal vez se coló bajo el marco de su puerta, o la encontró tirada en la calle, o alguien se la dio sin querer...
Y pese a que ella no era, sin ninguna duda, el destinatario real, habiéndole echado el guante a una de las invitaciones, pudo comprobar de qué iba el asunto:
¡Compita por el primer puesto y gane nuestro fantástico premio!
¡¡Un helado de sal marina!!
PD. No se admiten polis.
Al final, se trataba de una especie de competición de lucha a la que el hombre con gabardina invitaba a participar. Y no había nada de legal en ella, por supuesto. Estaría situada en el callejón y, según la hora que figuraba en el pase, faltaba al menos una hora para su comienzo. Yui podía elegir entre asistir o pasar del tema. Total, nadie la esperaría que se presentase.