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Dalo por hecho, muchacho —Con un gesto grácil se despidió del joven—.
Y procura no preocupar a Myxa en su ausencia y no meterte en líos. Y ni acercarte a esa vieja loca de los gatos.-
Eso debería decirlo yo a ella, no me quites la frase.-Dijo dándose media vuelta y haciendo un gesto de despedida con la mano, cosa que le hizo mucha gracia a Ronin, pues estalló a carcajadas nuevamente.
Cuando aquel joven se perdió de la vista de ambos, el Maestro invocó nuevamente su llave espada.
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Bueno, pues ya podemos ponernos en marcha, jovencita. Si pensabas que íbamos a coger un tren, estás muy equivocada.-
¿No vamos a coger un tranvía? ¿Entonces como...?Para sorpresa de Myxa, Ronin lanzó su llave espada hacia el cielo, pero en vez de volver a caer, un vehículo aéreo regresó con las características de la llave espada que fue lanzada. Aquel extraño artilugio se posó levitando en medio de ambos.
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La Llave-Espada es nuestro medio de transporte, pequeña —Dijo sonriente mientras señalaba la mano diestra de Myxa—.
Esta forma se le llama Glider, y volaremos con ella hacia Tierra de Partida. Lanza tu arma al cielo y hará lo mismo que la mía ¡Oh, y una cosa más! De sus ropajes sacó una gema circular del tamaño de un pulgar y se la lanzó a Myxa, la cual recogió en el aire y se lo puso a la altura del ojo para observarla.
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Y ésta es tu armadura. Salir al intersticio sin protección puede salirte muy caro, jovencita. Tan sólo tienes que colocarlo en una parte de tu cuerpo, presionarlo y...
El mentor rebuscó entre sus ropajes hasta encontrar lo que estaba buscando. Acto seguido de presionarlo, aquel hombre fue rodeado en una cálida luz, la cual tras desaparecer dejó ver a una imponente armadura digna de todo un guerrero.
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Cuando quieras, Myxa.No hacía falta que lo repitiese dos veces. Con un hilo de sus prendas se colocó la gema en su cuello y la presionó, rodeándose de una rojiza luz como el atardecer, y su cuerpo se vio vestido con una armadura exquisita y reluciente.
Acto seguido, lanzó la llave espada al cielo y esta, al igual que la de su maestro, volvió con la forma de vehículo levitando delante suya.
Con gran entusiasmo, dió un salto y se posó encima de su Glider, el cual se balanceó algo brusco pero enseguida le cogió el tranquillo a permanecer encima suya. Con una gran sonrisa ocultada por su casco, dirigió la mirada a su Maestro.
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¿Nos vamos?