—Bienvenido de nuevo, farolillo —el Aprendiz le recibió con los brazos abiertos. ¿Yo? No tanto. Me limité a mirarlo con los brazo cruzados sobre el pecho.
—No… ¡No bajéis la guardia! —Alec dio un grito, sonaba alarmado. Me giré para mirarle, expectante.
El chico solía ser bromista y despreocupado, pero cuando se ponía serio, era que algo iba mal, realmente mal. Volví a centrar mi atención en el Light de datos, mientras mis músculos se tensaban, listo para entrar en acción si la cosa se torcía.
—El Light de datos se sacrificó entrando en un lago de pura de corrupción. Quedó totalmente corrompido y a merced del control de Erased Data, pudo llegar a resistir su control durante unos segundos, pero al exiliar a Erased, fue arrastrado junto al resto de seres corruptos que lo seguían.
—¿Control? No...
Erased. Siempre, nos contaran lo que nos contaran de aquella historia, aquel “juego”, como lo llamaban ellos, su nombre aparecía en él. Y siempre implicaba horror y muertes. Me planteé la idea de si dejar vivir a la copia había sido una elección sabia.
—Sabes que tengo razón porque él estuvo allí cuando perdisteis a Light. Podrá seguir portando a Ragun, la espada del puro equilibrio, pero su verdadero dueño murió aquel día ¡y no voy a dejar que un títere de Erased la mancille!
Miré el arma que Ocus había mencionado. El nombre del que hacía gala parecía mostrar un cariño hacia el Aprendiz del mismo nombre.
―No, ¡no! ¡¡Erased es mi amigo, él me ha mostrado el camino!!
"Tu amigo". Definitivamente estaba perdiendo el control. Su voz sonó algo desquiciada, y sus ojos volvieron a fundirse en el color dorado de la corrupción. Ragun fue el primero en gritar:
—¿¡Es que eres idiota!? ¡Mira lo que has provocado!
—¡No es momento para eso!
Invoqué mi Llave, en primera línea de defensa. Sin embargo, la réplica fue directa a por Jess, que no pudo hacer otra cosa que recibir el golpe. La fuerza endiablada de la copia la mandó volando por encima de la barrera metálica.
—¡Jess! ¡No te atrevas a tocarla, pedazo de mierda!
Me lancé a por él sin dudarlo, con el arma en ristre. Intenté acertarle un golpe, pero el hijo de puta era rápido, además de fuerte. Me ensartó la espada a través del hombro, sin ser capaz de moverme del sitio. sin embargo, mi otro brazo no estaba inutilizado. Alcé la mano, y con un rápido movimiento de muñeca, le lancé un Electro. Horrorizado, observé como la copia permanecía impasible, arrancándole solamente un leve quejido con el hechizo. Sacó el filo de mi hombro, y me derrumbé inmediatamente. Respiraba pesadamente. No me había percatado de cuánto dolía hasta que había extraído el arma. Era como tener fuego en la clavícula.
Desde el suelo vi como se lanzaba a por Bavol, que mantenía la hoja del arma cruzada con la suya. Estaba completamente fuera de sus cabales. Debíamos pararle cuanto antes, incluso si eso significaba poner fin a su vida, para evitar perder las nuestras.
―Rechazo vuestra luz. Rechazo vuestro reino ―sus palabras fueron claras y duras―. Y no puedo rechazar quién soy.
>>Mi nombre será Dark Light. Y seré ahora y por siempre vuestro enemigo.
─Light, ¡ya basta! ─Ragun usó un tono de súplica ─. Tú eres tú, ¿a quién le importa lo que digan?
El joven de pelo morado placó a Bavol, apartándole de Dark y ocupando su puesto frente al arma del filo de oscuridad.
─Además, me debes un helado de sal marina en Villa Crepúsculo, lo prometiste: Lo tomaríamos con Xefil, Nadhia y los demás, ¿recuerdas?
>>¡No voy a dejarte caer! Te obligaré a levantarte una y otra vez, las veces que haga falta.
Mientras Ragun mantenía entretenido a la copia, observé como el verdadero Light se acercaba a Bavol, y le ponía la mano en el hombro. Acto seguido, este siguió a Crow a la zona del generador, y subió a una de la plantas con un Doble salto.
El joven volvió a acercarse a su copia, al lado de Ragun, para mantener ocupado a Dark, y que los otros pudieran seguir a Crow.
─¿Por qué dices que somos tus enemigos? ¡Recuerda quién eres de verdad y quiénes son importantes para ti!
>>Tu espada tiene el nombre de alguien muy especial para ti, ¿verdad? ─le dijo, refiriéndose, obviamente, al Aprendiz que se encontraba a su lado─. ¿Estarías realmente dispuesto a utilizarla contra esa persona? ¿La matarías y romperías tu promesa?
Todos se habían movilizado ya, era mi turno para hacer algo. Me levanté del frío suelo, jadeando, ignorando el ardiente dolor que recorría todo mi hombro izquierdo; ya no podía dar mandobles ni golpes fuertes con ambas manos, solo me quedaba mi mano derecha para empuñar la Llave. No necesitaba más. Me acerqué a los que quedaban allí conmigo, y no habían acompañado a Crow. Ellos nos necesitaban. Debíamos mantener al Light corrupto ocupado, si queríamos que llegaran al generador. Me quedé unos pasos más atrás de los dos chicos, en posición de guardia de esgrima. Estaba listo para atacar si el joven de datos volvía a sufrir un ataque de ira.