[Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Ruta de Hana, Neru, Adam, Saeko, Nadhia, Aru y Kairi.

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Vie May 01, 2015 11:52 pm

Hana creyó en las palabras de Diana. Al fin y al cabo, como había dicho, les había mandado a una época diferente Y si bien a Bastión Hueco le convenía mantener el actual estado de Tierra de Partida, no les veía tan ruines como para deshacerse de algunos de sus miembros con tal de mantener las apariencias. Le consolaba también esa confianza en que Ryota la obligaría a abrir el portal de regreso. La última vez que se había fiado de Ronin las cosas no habían salido demasiado bien.

Después de que aceptara su oferta, partieron hacia el hospital. Puesto que la batalla apenas había finalizado, se podían contemplar los estragos de la contienda. Hana desvió la mirada de los cuerpos, recordándose que no le atañían. No pertenecía a ese mundo. No deberían importarle.

Tenemos que echar una mano.

No, este no es nuestro problema —Hana se dio cuenta de que sonaba tan despiadado como en su mente―. Cuando regresemos, dará igual que les hayamos ayudado o no.

Si ven que colaboramos, podríamos ganarnos su confianza. ¡Así que vamos!

Quiso rebatirla de nuevo con que ya había colaborado bastante en la muralla, jugándose la vida por personas que le eran totalmente ajenas, pero Diana ya se había adelantado. El destino de aquella gente le importaba bien poco: para cuando murieran, Hana ni siquiera habría nacido. Y por bastantes años de diferencia.

Sin embargo, tenían que seguir jugando a su papel de buenas samaritanas. Suspiró y aterrizó con Diana. Nithael estaba curando en ese momento a un niño (él sí que era un buen samaritano) y enseguida las reconoció.

¿Alguna de las dos tiene conocimientos de hechizos sanadores?—preguntó el ángel. Hana se abstuvo a contestar. Le quedaba poca magia—. Por favor, ayuda a los heridos más graves, lo suficiente para que puedan atenderlos dentro del hospital. Y Lirio, ven aquí y ayuda a acercarse a la gente.

Miró la fila, asintió y se dispuso a realizar la tarea. Aprovechándose de su fuerza, sujetaba a los heridos para que pudieran caminar o los transportaba, de hallarse inconscientes. No dijo ni mu, porque prefería no empatizar con ellos, sino escuchar. Así llegó una jugosa conversación hasta sus oídos:

—No entiendo qué ha pasado. ¿Vamos a morir todos?

—¡No seas ridículo! La señora Cornelia lo arreglará todo.

—Pero antes no había tantos Sincorazón…

Antes tampoco había chicos tan cobardes ―le espetó Hana, incapaz de contenerse. A tiempo, se le ocurrió una idea y decidió poner la situación a su favor―. ¿Qué te hace pensar que hay más? Puede que, simplemente, no hubiéramos visto tal cantidad hasta ahora ―inquirió―. O que nuestras defensas hallan menguado… Aparte de la barrera de los cristales que se ha desplegado, ¿no hay nada más que recubra el mundo de ataques exteriores?

Esperó a escuchar la respuesta del chaval y de los de su alrededor. Probablemente no se granjearía muchas amistades, pero lo que necesitaba era información, no colegas. En cuanto la tuviera, seguiría proporcionando ayuda, porque no quería atosigar ni parecer demasiado ignorante.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Sab May 02, 2015 12:30 am

Nada más revelar lo que me había comentado el Oso sobre Zephyr la aprendiza del cabello azul saltó, y con razón. Lo que no me esperé fue que dudase de mis palabras, incapaz de aceptar la posibilidad de que aquel a quien buscábamos estuviese muerto ya. No hice otra cosa que encogerme de hombros y devolverle una mueca de disgusto, resignada. Si no quería creerme, era asunto suyo, si tan dispuesta estaba a ir a la ciudad y preguntarle a todo el mundo, bien por ella.

Y no sería hasta poco después que empecé a darme cuenta de lo que quería decir: Chihiro nos había enviado a una época distinta. Tragué saliva con los ojos abiertos como platos, sorprendida. Cierto era que en su momento no había tenido idea de lo que había hecho aquella mujer en el Castillo del Olvido, pero si simplemente se había librado de nosotros… Inevitablemente sentí como si me hubiesen clavado una espada en el costado, una sensación amarga e incómoda. Aunque tampoco lograba entender su punto de vista, el por qué se había molestado en hacer eso cuando se suponía que estaba aliada con el maestro Ryota y mi bando, y en efecto, yo misma me quise asegurar antes de partir a Tierra de Partida de que no nos traicionaría, por supuesto, confié en las palabras del maestro.

Me crucé de brazos, nerviosa, ante la pequeña riña entre Neru y la supuesta Lirio, nombre claramente falso por lo que pude escuchar de su conversación con su compañero.

Pero fíjate, las cadenas todavía no existen. —respondí ante el planteamiento del chico, según el cual podríamos encontrar algo sobre Zephyr en los libros. Siempre podíamos intentarlo pero no estaba muy segura

****


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La situación no podía ser más negra. Con ese pensamiento en mente caminé por las calles, sumida en mí misma y con mi pequeño entre mis brazos, pensando qué decir cuando Assur nos preguntara sobre nuestros clanes. No podíamos conseguir ningún emblema, y tampoco creía posible que alguien nos permitiera unirnos al algún clan por las buenas. La única opción que nos quedaba era la de decir la verdad. Entonces y de improviso, la voz de Neru me devolvió a la realidad. Le observé de reojo, atenta.

¿Tú me ves bien? —respondí, desviando mi vista hacia la zona despedazada de mi armadura por unos instantes. Tragué saliva y continué—. No me importaría quedarme en esta época, ¿sabes? Pero hay gente del presente que me preocupa… —comenté, recordando a Nikolai, entre muchos otros maestros y compañeros

Y ya que habíamos sacado tema de conversación, me lancé, decidida a saber su opinión sobre el asunto de Assur y los clanes. Decirle la verdad al Caballero de la serpiente. Por supuesto que le pareció una locura, además de que era probable que no nos creyesen.

Tienes razón... —me resigné, suspirando

Cerré los ojos por un momento, sin dejar de avanzar, y guardé silencio. Durante los siguientes minutos quedé absorta en el ambiente de la ciudadela, intentando no dejar pasar ningún detalle y captando todo lo que pudiesen mis ojos, a fin de cuentas estaba viviendo yo misma y en persona el pasado de la Orden. Sorprendida observé personas heridas de un lado para otro, otras volviendo a sus casas, incluso un pequeño grupo cuidando de un rebaño de animales. Frente al alcázar también se reunía otro grupo de personas en torno a una fuente, repartiendo agua.

¿Eh?

Una señora mayor llamó nuestra atención desde una pequeña tienda. Escuché perfectamente las quejas que le dedicaron, alegando que no ofrecía gratis sus productos en una situación tan delicada, aunque ni yo misma lo hubiese hecho. Decidí acercarme, dispuesta a mirar los artículos que se encontraban a la venta mientras Neru decidía comprar los suyos. Para mi asombro, él mismo me regaló una de las pociones que había conseguido. La cogí, por supuesto, pero no con muy buenas formas. Le miré con el ceño fruncido y mala cara. Sabía que mi situación con él era diferente por la de veces que habíamos coincidido en las misiones, pero aun así seguía siendo de Tierra de Partida, no podía esperar que yo le devolviese el gesto, ni mucho menos.

Como prefieras.

Y me respondió con que eso era lo que hacían los amigos. Sin palabras me quedé, con el frasco de cristal en mi mano derecha y la boca abierta. Sí, no me quedaba duda de que era un completo idiota, ofreciéndole pociones a su enemigo. Yo tenía claro que no lo consideraba como tal, y nunca podría hacerlo a menos que decidiese abandonar a Ronin.

Pero no pude decirle nada, más bien, decidí no interrumpirle cuando una mujer de aspecto lamentable nos preguntó sobre la situación en el frente. Mi supuesto amigo se encargó de resumir la situación, y yo no aparté la mirada de encima, todavía mosqueada por sus palabras. En ese momento, un niño lleno de mocos chocó con Neru, llamando su atención.

Quedé al margen, todavía en silencio. Según él, quería llevarlo con sus padres. Pues genial.

Mira, creo que te estás equivocando conmigo —y seria, le señalé con la mano en la que sujetaba el frasco—. No soy tu amiga, y lo que yo haga no es de tu incumbencia, ¿vale? —bajé el brazo, guardando la poción y observando de nuevo el pequeño negocio. Pero por mucho que le dijese aquello, seguíamos juntos en nuestro viaje— Estaré por aquí.

Esperé de brazos cruzados a que se hubiera marchado, y entonces, compraría dos éteres a la señora. Estaban a mitad de precio, así que si no me salían mal las cuentas, ambos me saldrían unos 9.000 platines.

Gracias, y no le haga caso a esta gente. Yo no lo haría. —me despedí de ella, con una sonrisa cómplice

Me di la vuelta y suspiré, observando mi alrededor y sin saber bien por dónde empezar. Guardé mis objetos y agarré de nuevo a mi pequeño entre mis brazos. Por alguna razón, quedé hipnotizada con la fuente, a la cual me acerqué con calma para ponerme de rodillas y refrescarme la cara un par de veces.

Si nadie me decía nada o simplemente, no necesitaban mi ayuda, entraría con mi fantasmita en el alcázar, a la espera de poder encontrar algo útil. No sabía el qué, porque Zephyr estaba muerto y no teníamos ya razones para estar allí, pero por hacer turismo tampoco perdía nada. Y sentía curiosidad por saber cómo era el edificio por dentro.

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Saeko compra dos éteres y se queda con la poción de Neru :)
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Tsuna
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Ronda 8

Notapor Suzume Mizuno » Lun May 04, 2015 6:11 pm

El hospital


Antes tampoco había chicos tan cobardes.

El muchacho se volvió hacia ella con brusquedad, fulminándola con la mirada. La recorrió con la vista de arriba abajo y esbozó una mueca de repugnancia.

—Cierra la boca, bárbara de mierda.

¿Qué te hace pensar que hay más? Puede que, simplemente, no hubiéramos visto tal cantidad hasta ahora. O que nuestras defensas hallan menguado… .

—Cálmate —dijo el compañero, tratando de sujetarlo por el hombro—. ¿A ti qué te pasa, es que ni siquiera os enseñan lo básico antes de reclutaros? —Le dedicó una sonrisa despreciativa—. Los Sincorazón nunca nos han atacado con tanta fuerza, imbécil, ni con tanta precisión. Es la primera vez que se organizan tan bien en siglos.

Aparte de la barrera de los cristales que se ha desplegado, ¿no hay nada más que recubra el mundo de ataques exteriores?

Los dos se miraron y se echaron a reír.

—¿Y para qué íbamos a necesitarlo? No somos como vosotros, los de fuera. Nosotros podemos defendernos con nuestras propias manos. Ah, por cierto. —El mayor, el que la había estado respondiendo, se acercó, le puso una mano en el hombro y antes de que Hana pudiera reaccionar le asestó un puñetazo en la nariz que la mandó directa al suelo. Pudo escuchar cómo algo se quebraba—. La próxima vez que una bárbara como tú insulte a un Caballero ordenado se llevará algo peor.

No pudo responder, ni tampoco protestar. Se le había ennegrecido la visión. Ese chico sabía cómo había que golpear para dejar a alguien al borde de la inconscencia. Durante un agobiante minuto Hana no pudo respirar bien, ni tampoco ver con claridad. De pronto sintió algo fresco y vio una luz dorada. La pantalla de oscuridad se retiró y se encontró con el ángel inclinado sobre ella con una cejar arqueada.

Te agradecería que no me dieras más problemas. Si quieres insultar a la gente que está perdiendo a seres queridos, lo mejor sería que fueras a pelear directamente con ellos, en vez de atacarles por la espalda. No necesitamos lenguas afiladas en un hospital.

Dicho esto la cogió por un brazo y la levantó sin apenas hacer esfuerzo. Después regresó a ayudar a las personas que esperaban que les hiciera las curas más básicas antes de entrar al recinto. Los agresores no estaban a la vista. Mala suerte para Hana. Al cabo de un rato se acercó Diana, con cara de mal humor.

Tienes sangre, ¿qué te ha pasado? Oh, bueno, antes déjame contarte lo que he averiguado: es cierto que Zephyr desapareció hace décadas y que nadie ha vuelto a saber más de él, por lo que parece. En definitiva, Chihiro nos ha enviado a una época equivocada. Eso no significa, con todo, que no podamos encontrar un método para revertir el proceso de Tierra de Partida. Si Zephyr ya hizo todo lo que quería hacer en este lugar, por fuerza tiene que haber dejado datos. Por algún lado, claro. Yo voy a buscar al resto, tenemos que organizarnos y pensar qué hacer. Tú si quieres quedarte, adelante. Quizás puedas sonsacarle algo interesante a alguien.—Diana se quedó mirando al ángel en silencio unos instantes—. No tenía ni idea de que una vez hubo ángeles en Tierra de Partida.

Se encogió de hombros e invocó su glider.

Si Hana tuvo intención de seguirla, no pudo hacerlo porque de pronto sintió una presencia a su espalda y la cubrió una inmensa sombra. Nithael se había acercado a ella con el ceño fruncido.

¿Tu compañera ha mencionado a Zephyr? ¿Sucede algo con él?

No parecía enfadado, ni tampoco agresivo, aunque tampoco que estuviera preguntándolo por pura curiosidad. Su mirada era como un imán para Hana, que notaría que le costaba apartar los ojos.

****
La ciudadela


El niño se dejó coger en brazos y se abrazó a Neru, llorando y sorbiendo por la nariz.

Quiero a mamá —dijo entre gemidos.

Neru preguntó a varias personas, pero ninguna parecía reconocer al niño, ni tampoco a sus padres. En general le sugirieron que lo llevara al alcázar, donde se ocuparían de él.

—Pero no te hagas ilusiones, chico. Ningún padre dejaría a su hijo suelto. Lo más probable es que…—dijo un Caballero entrado en años, meneando la cabeza—. ¿De qué clan eres, pequeñajo?

El niño, haciendo un puchero, dijo:

Leo.. Leopardo.

En ese momento escucharon el suave zumbido de unos glider que sobrevolaban las calles a baja velocidad. El Caballero se apresuró a hacer señas y a gritar:

—¡Señor Hjalmar! ¡Hay un niño de su clan aquí! ¡No encuentra a sus padres!

A la vez, los dos glider descendieron y desmontaron sendos Caballeros, uno con el emblema de la Serpiente y otro con el de los Leopardos. El primero era Assur, mientras que el otro era moreno y parecía bastante más joven. Fue este el que dio un paso al frente, bajándose un pañuelo que le cubría la parte inferior del rostro y dijo:

Oh no, es el niño de Aenea y Rea… Ren, ¿no, campeón?—El niño se restregó una mano contra la moqueante nariz y asintió con la cabeza. Hjalmar suspiró y miró a Neru—. Te agradezco que te hayas hecho cargo de él. ¿A qué clan perteneces?

Es el muchacho que me ayudó en la muralla. Neru, ¿no es así?—Sonrió Assur—. Parece que te vamos a deber mucho, joven.

Ahora mismo no puedo ocuparme de Ren. Llévalo al alcázar y cuida de él, si te es posible, hasta que pueda recibiros. Aunque no parece que vayamos a tener tiempo, por lo que hemos estado investigando. Tened cuidado: podrían aparecer Sincorazón. Hasta que arreglemos el problema, no bajes la guardia.

Acto seguido continuaron de largo, encaminándose hacia el alcázar. Ren se volvió a limpiar la nariz con una manita y miró a Neru con intensidad. De pronto le tiró de un mechón de pelo.

Hambre —dijo. Parecía que se sentía lo suficiente cómodo en los brazos de Neru como para preocuparse por cuestiones distintas a la de encontrar a sus madres.

****
El alcázar


Adam y Kairi


Es alto secreto. Pero es muy importante que contactemos con él.

¿Pero estás sorda o qué? Zephyr desapareció hace mucho tiempo, más de cincuenta años. Seguramente esté muerto. ¿De qué van?—Levantó la mirada hacia Aki, que se encogió de hombros.

Mientras tanto, Adam se aproximó a la mujer «extravagante» y exclamó:

¡Hola, soy Adam! Me han dicho que podrías ayudarme, ¿tienes un momentito? ¿Sí? ¡Qué, bien!

La mujer se volvió hacia él con una sonrisa indescifrable y se limitó a arquear una ceja.

Estoy buscando a Zephyr, ¿te suena? Dicen que es calvo, y que está muerto. O que no, que está desaparecido, cada uno dice una cosa. ¿Sabes dónde podría encontrarle? Es muy... urgente... y eso.

La hermana del tal Assur abrió los labios, pintados con un carmín oscuro, pero antes de poder responder Kairi se plantó al lado de Adam y dijo:

Yo me llamo Kairi. De verdad es importante que encontremos a Zephyr. Mi... hogar y el de muchas personas dependen de ello.

Alternó la vista entre los dos. Había algo en sus ojos que les pondría los pelos de punta. Como si pudiera verlos por dentro. Averiguar lo que estaban pensando. Esa aura amenazante se desvaneció en cuanto sonrió y dijo:

Sabía que este sería un día de sorpresas, pero no que vendrían a preguntarme por alguien que desapareció hace medio siglo. Permitidme que os explique qué sucedió con Zephyr.—Pasó una mano por el hombro de ambos y los dirigió hacia la estatua del ángel. Sus dedos eran largos y frescos, con diseños estrambóticos en las uñas. Les recorrió un extraño escalofrío cuando entraron en contacto con su piel—. Hace mucho, mucho tiempo, hubo un señor al que se le iba cayendo el pelo que decidió marcharse de Tierra de Partida porque no le gustaba su política. Hace mucho, mucho tiempo, se escondió y nadie volvió a saber de él. Hace mucho, mucho tiempo, el clan de las Serpientes estigmatizó su figura para siempre.—Agravó la voz y puso una expresión amenazante—: Hace mucho, mucho, Zephyr traicionó a Tierra de Partida.—Después acarició el pelo de Kairi—. Qué cabello tan maravilloso. ¡Y qué colmillos, los tuyos!—Añadió, poniendo un dedo en uno de los labios de Adam y obligándole a levantarlo, dejando a la vista los dientes—. No creí que se permitiera a un vampiro entrar a la Orden. ¿Tanto cambiarán las cosas en el futuro?—Los observó y sonrió, burlona. No había nadie cerca. Es decir, los había alejado a propósito de la multitud para poder hablar con ellos sin interrupciones—. Lo lamento, Zephyr prometió no volver a Tierra de Partida y va a cumplir su promesa, hasta donde sé. Sin embargo, estáis buscando algo más, ¿verdad?—Dejó escapar una risa maliciosa y se pasó los dedos por el sedoso pelo—. Está aquí, eso no debe preocuparos. Pero hay que un precio que pagar. Quién sabe si estaréis dispuestos a ello.

Dicho esto les dio la espalda y se alejó con un paso elegante, sin volverse hacia ellos. Levantó una mano y se materializó en su dedo una mariposa de oscuridad que revoloteó hasta acomodarse en el cabello de Kairi.

Mostrad eso a los guardias, si queréis hablar conmigo, Catrina. Buena suerte con todo~.

Y se perdió entre la multitud antes de que pudieran responder.

Nadhia y Saeko



¿Podría ayudar...? —preguntó Nadhia al grupo que rodeaba a Lyn. Una de las ancianas asintió, sudorosa, y le dedicó una amable sonrisa— Tengo remedios y... creo que la conozco..

—Claro, hijita, adelante.

Se retiraron un poco para dejarles espacio. Cuando Nadhia hizo beber la poción a Lyn, la maestra tosió con debilidad y sus párpados temblaron, aunque no llegaron a abrirse del todo.

Lyn, soy Nadhia. No sé si vas a poder escucharme, pero... según dicen, nuestro objetivo está muerto. O que desapareció hace muchos años, no lo tenemos claro. Creo que voy a conseguir infiltrarme con los peces gordos de aquí. Necesito que ninguno os acerquéis a mí. Tengo un plan para acercarme a ellos y conseguir más información. Quizás Zephyr tuviera familia, o que realmente no esté muerto... Lyn... te necesitamos más que nunca. No creo que podamos hacer esto sin ti.

Antes de que pudiera terminar la frase, Lyn cerró una de sus manos en torno a la muñeca de Nadhia sin demasiada fuerza y la hizo apartar el recipiente de sus labios. Entreabrió los ojos y su rostro se crispó en una mueca de dolor:

¿Muerto? Joder. Estamos jodidos.—Se apoyó en los codos, intentando incorporarse, pero todavía se encontraba débil y tuvo que dejarse sujetar por Nadhia—. ¿Dónde está Diana? ¿Y los demás? ¿A salvo? —Cuando escuchara la respuesta de Nadhia suspiraría—. Tenemos que reunirlos a todos, hay que ver… qué podemos hacer.

Después le dio una palmadita, confiando en ella, y se dejó recostar en el suelo, exhausta.
Cuando Nadhia se dirigiera a la entrada, se encontraría con Saeko.

La muchacha había podido conseguir sus éteres, ganándose una sonrisa por parte de la anciana del puesto, y después de refrescarse en la fuente, ya que nadie se dirigió a ella, encaminó sus pasos hacia el alcázar.

Apenas tuvieron tiempo para intercambiar unas pocas palabras antes de que Assur y Hjalmar atravesaran la entrada. Assur reconoció a Saeko y se detuvo un instante para decirle:

Me alegra verte. Recuerda decir a los guardias que tú y tus compañeros hablaréis conmigo después de la reunión. No he olvidado que debo recompensaros.

Parece que vamos a atender a muchos muchachos sin emblema—observó Hjalmar, con la parte inferior del rostro cubierta por un pañuelo. Observó a las dos mujeres con una mirada indescifrable.

En ese momento escucharon el zumbido de un glider y unos cuantos aterrizaron a las puertas del alcázar. A su frente avanzaron Anisa y Zacharias quienes, por fin, se quitaron el casco.


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¡Anda, la pipiola! ¿Te ha dejado Cornelia atrás? Qué maleducada—sonrió el gigantesco anciano, revolviéndole el pelo a Nadhia con una de sus manazas, de modo que casi le arrancó la cabeza—. ¿Y esta es tu amiga?—Dio una palmada en el hombro a Saeko, tan fuerte, que se lo dejó hormigueando.


Me alegra que hayamos regresado todos sanos y salvos. ¿Está Cornelia entera?—añadió Anisa, mirando a Saeko y Nadhia en busca de una respuesta—. No os preocupéis, de momento hemos conseguido hacer retroceder a los Sincorazón. Pero ahora tenemos que dejaros, chicas. Debemos hacer una reunión y… ¿Dónde está Nithael?

Dijo que vendría.

Pues no podemos esperar a que aparezca, es ridículo—gruñó Zacharias, abriéndose paso hacia el interior del alcázar—. ¡Hay muchas vidas en juego, no vamos a esperar a que al señor emplumado le apetezca venir!


Los líderes se miraron entre sí. Anisa y Assur parecían claramente incómodos, mientras que Hjalmar se encogió un poco de hombros antes de echar a andar detrás de Zacharias.


****
Todos/Alcázar


Aproximadamente una hora después desde lo alto del alcázar comenzó a resonar el toque de una campana. La gente de la ciudadela se apresuró a congregarse en uno de los jardines traseros del edificio, donde había una tribuna de piedra con cinco tronos. Todos podrían buscar un sitio —incluyendo a Hana pues, una vez sonaron las campanas, Nithael se puso lívido, masculló algo como «han empezado sin mí» y se fue volando en dirección al alcázar. Así que a menos que quisiera investigar por la zona, podía dirigirse al mismo— mientras los líderes ocupaban sus asientos. Cornelia fue la única que se mantuvo en pie. A un lado, de pie y cruzado de brazos, detrás de los tronos se encontraba Nithael. Había recogido las alas, pero incluso a distancia podían percibir si se fijaban bien que sus plumas estaban ligeramente erizadas. Y que apretaba los labios, irritado.

Cornelia dio un golpe seco a una pequeña campana que llevaba consigo, imponiendo el silencio, y explicó la situación: la horda de Sincorazón se había concetrado en el sur de la muralla, pero grupos de Sincorazón rondaban los alrededores, interrumpiendo los caminos de unión con la Montaña y el Templo.

Por ello, mañana, con las primeras luces del alba, nos dividiremos en dos grupos. Unos irán al Templo, para asegurar a los Sacerdotes. Otro, hacia la Montaña. Hemos sabido que están sufriendo el ataque de los Sincorazón, ya que los aprendices de los clanes menores han desplegado también su barrera de emergencia. ¡No los abandonaremos a su suerte! ¡Hjalmar y Zacharias se ocuparán de su rescate, acompañados de un grupo voluntario de sanadores! La misión que acudirá al Templo será más modesta y la conformarán voluntarios con Anisa a la cabeza. Mañana, al amanecer, los respectivos líderes organizarán la defensa de la muralla y llamarán a todos los guerreros disponibles a sus puestos. ¡La seguridad de Tierra de Partida está en vuestras manos! ¡Recordad que incluso si no podéis luchar, cualquier mano resultará útil! ¡No os rindáis! Es una crisis más y la superaremos juntos.

Cada líder dio, a continuación, órdenes pertinentes sobre la organización de los grupos de defensa y ataque. La reunión se extendió unos minutos más antes de que los representantes de los Clanes dejaran la tribuna y se retiraran al interior del alcázar. El sol estaba a punto de ponerse y ya se avistaban las primeras estrellas en el cielo.

Mientras la multitud se separaba, pudieron escuchar todo tipo de comentarios.

—Juntos, claro. Bajo el control de los Unicornios.

—¡Si hubieran estado mejor organizados no habría pasado esto!

—Cornelia en persona debería ir a la Montaña, pero claro, son clanes menores.

Las luces de las casas volvieron a encenderse. Desde las murallas les llegaba alguna que otra explosión, pero de momento parecía que la barrera se mantenía bien. Si miraban hacia el cielo podrían distinguirla sin problemas, pues desprendía una suave luminiscencia azulada.
Diana se despidió de los aprendices diciendo que iba a buscar a Lyn y que se reunieran con las dos lo más rápido que pudieran. Les estarían esperando en el área del alcázar donde habían resguardado a todos los heridos.

Ellos, entre tanto, podían aprovechar para hablar e intercambiar información. También para visitar a los distintos líderes —o a Nithael, a quien vieron que se dirigía hacia la alta montaña donde, un día, se construiría el Castillo de Tierra de Partida—. Neru tendría que pensar qué hacer con Ren, que se había negado a soltarse de él y se le había quedado dormido encima, aferrando con fuerza el dedo pulgar del chico. ¿Dejarlo en manos de alguna mujer del alcázar, o llevárselo a Hjalmar?

En cualquier caso, si decidían dirigirse hacia los aposentos de los Maestros, no encontrarían problemas. Los guardias les abrirían paso. Así que podían ir pensando lo que querían preguntarles a los mismos, claro.


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Hana
VIT: 35/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 7/32

Saeko
VIT: 34/40
PH: 6/26
+ 2 éteres
+ 1 poción

Gengar
VIT: 53/58
PH: 0/20

Adam
VIT: 51/60
PH: 8/16

Neru
VIT: 9/26
PH: 17/22
+ 2 pociones

Kairi
VIT: 12/22
PH: 5/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 6/38



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Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker I


Fecha límite: miércoles 20 de mayo a las 23:59
Nos comprometemos a postear el 25 de mayo sin retrasos, e incluso antes, si es posible. Pero esperamos que comprendáis que entramos en el mes de exámenes y que necesitamos un respiro para centrarnos en los mismos. Pedimos sinceras disculpas por el retraso


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Si queréis, podéis hacer más de una ronda de interacción, ya que conviene que organicéis las preguntas que podríais hacer a los Maestros para obtener la máxima información posible.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Dom May 17, 2015 12:45 am

Quiero a mamá —dijo el niño, acucurrado en mis brazos como si de un pequeño koala se tratara

Shh...—le susurré al niño intentando tranquilizarle—. Tranquilo...Shh...

Caminé durante un buen rato a través de las calles, sin poder averiguar mucho sobre el pobre niño, comencé a preocuparme con el hecho de que nadie reconociera al niño.

—Pero no te hagas ilusiones, chico. Ningún padre dejaría a su hijo suelto. Lo más probable es que…—comentó el último guerrero al que pregunté justo antes de acabar aquella calle—. ¿De qué clan eres, pequeñajo?

Leo.. Leopardo.

A poco de que el niño respondiera, el Destino pareció sonreírme de nuevo. Un rápido sonido atravesó los cielos, y probablemente rompiendo la barrera del sonido, junto a una estela de luz que partía las nubes como si de algodón se tratara.

—¡Señor Hjalmar! ¡Hay un niño de su clan aquí! ¡No encuentra a sus padres!

Los dos rayos, que resultaron ser gliders, bajaron de inmediato para reconocer a una figura al instante: El Maestro al que me encontré en las Murallas y que había felicitado a Saeko y Hana por encargarse del dragón. El otro maestro, portaba un pañuelo que le tapaba la cara, pero el símbolo de un leopardo y la calidad de su armadura dejaba claro su estatus.

Oh no, es el niño de Aenea y Rea… Ren, ¿no, campeón?—"Ren" no hizo otra cosa salvo mojigatear un poco ante la pregunta desde mi brazo—. Te agradezco que te hayas hecho cargo de él. ¿A qué clan perteneces?

Ehm...yo...

Es el muchacho que me ayudó en la muralla. Neru, ¿no es así?—me cortó de repente Assur, detalle que agradecí infinitamente—. Parece que te vamos a deber mucho, joven.

Yo... sólo hago lo que está en mi mano—no pude evitar sonreír un poco ante el agradecimiento del Maestro—. Pero... ¿Qué hacemos con el niño?

Ahora mismo no puedo ocuparme de Ren. Llévalo al alcázar y cuida de él, si te es posible, hasta que pueda recibiros. Aunque no parece que vayamos a tener tiempo, por lo que hemos estado investigando. Tened cuidado: podrían aparecer Sincorazón. Hasta que arreglemos el problema, no bajes la guardia.

Asintiendo al hombre, sujeté bien al niño para que no sufriera ningún daño al levantarse los dos gliders. Una vez me destapé la cara y comprobé que ambos Maestros habían desaparecido, noté un pequeño apretón en mi manga.

Hambre.

Era hora de volver a la Ciudadela. Y de encontrar comida para el pequeño.

+ + +


Una enorme plaza era el lugar de reunión de aquella llamada. Un rato después de conseguir unas compotas y alimentar al niño a base de bien en la aldea, las campanas de la Ciudadela comenzaron a sonar, invitando a todos a esta plaza. Desde esta plaza podía ver que estaban todos allí, incluso Adam y Kairi, de los que no sabía nada desde que empezamos.

Por ello, mañana, con las primeras luces del alba, nos dividiremos en dos grupos. Unos irán al Templo, para asegurar a los Sacerdotes. Otro, hacia la Montaña. Hemos sabido que están sufriendo el ataque de los Sincorazón, ya que los aprendices de los clanes menores han desplegado también su barrera de emergencia. ¡No los abandonaremos a su suerte! ¡Hjalmar y Zacharias se ocuparán de su rescate, acompañados de un grupo voluntario de sanadores! La misión que acudirá al Templo será más modesta y la conformarán voluntarios con Anisa a la cabeza. Mañana, al amanecer, los respectivos líderes organizarán la defensa de la muralla y llamarán a todos los guerreros disponibles a sus puestos. ¡La seguridad de Tierra de Partida está en vuestras manos! ¡Recordad que incluso si no podéis luchar, cualquier mano resultará útil! ¡No os rindáis! Es una crisis más y la superaremos juntos.

Tras esto, cada líder se dirigió a su grupo de caballeros para dar un par de órdenes hacia ellos, mientras que poco a poco la gente empezaba a abandonar la plaza.

—Juntos, claro. Bajo el control de los Unicornios.

—¡Si hubieran estado mejor organizados no habría pasado esto!

—Cornelia en persona debería ir a la Montaña, pero claro, son clanes menores.

Oír aquello entre los que se alejaban me dió ciertos nervios. Parece que los problemas entre los caballeros de la Llave Espada no eran nada recientes... Lo que más me llamó la atención fue lo que comentó el último: ¿Qué era "la Montaña"? ¿Y porqué decía que "eran clanes menores"? Tras eso, Diana se acercó para comentarnos de que iba a ver a Lyn y que fuéramos a hablar con ellas en cuánto pudiéramos.

Una vez no quedaba nadie allí y estuviéramos medianamente juntos, comenté al resto de mis compañeros, y viajeros del tiempo, una cosa en la que llevaba bastante tiempo pensando: Necesitábamos un clan.

Creo que es necesario que nos inventemos un clan para fingir que pertenecemos a él. Al menos mientras sigamos aquí. Desde que llegamos no han sido pocos los que nos han estado preguntando sobre a que "Clan Menor" pertenecemos. Si no tenemos algún clan, puede que empecemos a llamar la atención, más que nada por el hecho de ser portadores de la llave espada y tal.

Y antes de que preguntaran, comentaría quién era el pequeño niño que se acurrucaba dormido en mi brazo

¡Oh! Y... éste es Ren. Al parecer es un aprendiz del Clan del Leopardo, el Gran maestre de su clan me pidió que lo cuidara hasta que localizara con los padres, por lo que ahora me acercaré a verle y preguntarle si se ha averiguado algo al respecto. Volviendo al asunto de los clanes... ¿Cómo podríamos crear un clan convincente? Necesitaremos un animal, maestro... Bueno, para Maestro tenemos a Lyn, pero como símbolo... ¿Qué se os ocurre?
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Dom May 17, 2015 8:04 pm

Nadhia... —mascullé su nombre, sorprendida por haberla encontrado a las puertas del edificio. Con lo grande que parecía la ciudadela y precisamente ella tenía que encontrarse allí.

Fruncí el ceño y me puse rígida de inmediato, todavía extrañada por lo que se había hecho en el pelo, a la defensiva. Seguía enfadada por cómo me había dado órdenes faltándome el respeto antes de ir al campo de batalla, pero no la iba a dejar de lado, todo lo contrario: me adelanté unos pocos pasos dentro del recinto recogiendo unos pocos mechones del pelo que se me habían humedecido, y cruzando mis brazos ante ella. Arqueé una ceja, interrogante, buscando las palabras adecuadas después de aquel berrinche que tuvimos las dos.

¿Y bien? —comprendiendo que igual me estaba malinterpretando, como si le estuviese ordenando algo, que también, decidí rectificar— ¿Cómo te ha ido?

Esperé con paciencia en el sitio, sin apartar mi mirada de ella y todavía cruzada de brazos. No me hacía mucha gracia hablar con Nadhia después de haber estado a punto de dejar morir a una de sus maestras, pero las dos, al final, estábamos juntas en aquel lío. Que hubiese decidido abandonar a Lyn a su suerte estaba más que justificado, tal y como había dicho el maestro Ryota antes de partir a Tierra de Partida esa misma noche. Yo no estaba obligada a salvar a nadie que estuviese bajo las órdenes de Ronin.

Exhalé un suspiro una vez hubiese dicho algo, si lo decía, y con cierta sensación nostálgica en el estómago me fijé en aquellos que entraban, porque destacaban sobre todos los demás: los maestros que yo misma vi en lo alto de las murallas. Aquel que se hacía llamar a Assur se dirigió expresamente a mí, retomando el asunto de la audiencia con él. Asentí con la cabeza varias veces, sorprendida todavía de estar hablando con un antiguo maestro.

Por supuesto. —Logré decir, emocionada, y ante el otro que mencionó el asunto de los emblemas no hice otra cosa sino esbozar una mueca de disgusto, consciente de que habíamos llamado demasiado la atención. Y no estaba segura de cómo se iban a desenvolver las cosas, porque o bien buscábamos un emblema o íbamos apañados.

Y de pronto unos Gliders alcanzaron el alcázar, dejando a nuestro lado la compañía de dos nuevos personajes. Me sentí intimidada por las confianzas que había ganado el primero de ellos repentinamente con Nadhia, ignorante de que yo iba a sufrir su mismo destino segundos después. El enorme hombre que portaba el emblema de los osos nos confundió con amigas, y todavía dolorida por el golpe, recuperé la compostura para dejar clara mi posición al respecto.

En absoluto... —Y miré a Nadhia por instinto, de reojo.

Ante la pregunta sobre Cornelia me limité a encoger los hombros, porque yo al menos no tenía ni idea. Contemplé curiosa el resto de la conversación sin llegar a intervenir. Al parecer faltaba Nithael y aún así optaron por seguir con sus cosas.

>Nos van a tener entretenidas. —Acto seguido me separé de ella, masajeando con suavidad el hombro donde me había golpeado el hombre y buscando con la vista algún guardia o Caballero importante. En cuanto estuviese segura, le advertiría tal y como me había aconsejado Assur—. Disculpe, Assur ha solicitado una reunión conmigo y mi grupo para más tarde. Espero que no haya ningún inconveniente.

Confiaba en que comprendiesen lo que eso quería decir y que no hubiera problemas más adelante. Entretanto, me dediqué a explorar el alcázar, contemplando con asombro las vidrieras y las imponentes estatuas…

****


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Fue gracias al toque de una campana cuando todos nos reunimos en uno de los jardines traseros del alcázar. Me mantuve expectante en aquel ambiente tan tenso, y también algo nerviosa por ver allí a los líderes de los clanes principales. Busqué un asiento y dejé caer mis manos sobre las rodillas, atenta.

Entonces dos grupos…


Muchas cosas se me escaparon, como el Templo del que habían hablado o la Montaña donde estaban los clanes menores. Lo único que había sacado en claro era que nos íbamos a dividir en dos grupos para abarcar el mayor terreno posible. Pero más que preocuparme por la situación, lo que me tenía nerviosa era el Sol, que estaba a punto de ponerse. ¿Qué se supone que le íbamos a decir a Assur? Por un momento me planteé seriamente la posibilidad que le había comentado a Neru, la de decir la verdad, pero tal y como el chico me había dicho, posiblemente no nos creyeran.

Clavé mi vista en la barrera plasmada en el horizonte, sus tonalidades azuladas me lograban mantener hipnotizada. Al cabo de unos segundos, con el eco de alguna que otra explosión de fondo, aparté la vista para ver mejor los jardines, y allí, a un lado, conseguí ver a Neru. Me quedé sorprendida al saber que todavía llevaba a aquel niño lleno de mocos encima, y no pude evitar compadecer al chico con un suspiro.

Con una mano apoyada sobre la cadera, nerviosa y sintiendo la brisa del ocaso en el rostro, escuché sin interrumpir su propuesta. No sabía a qué había venido aquel comentario suyo de que podíamos empezar a llamar la atención, cuando se hacía evidente que ya era demasiado tarde. Pero su idea era bastante buena y… una auténtica locura. Proponía nada más y nada menos que inventarnos un clan.

Fijé mi vista en Ren por unos momentos, pensando en algún animal que nos sirviera para un clan. Y uno particular me vino a la mente.

¿Un Búho? ¿Qué os parece? Aunque nos arriesgamos a que ya exista un clan así... —Terminé de sugerir, observando a los demás.

Fuera cual fuera su respuesta, me aseguraría de estar atenta antes de que se hiciese demasiado tarde para acudir ante Assur.
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Re: Ronda 8

Notapor EspeYuna » Lun May 18, 2015 4:24 pm

Nadhia caminó hacia la entrada una vez terminara de dar vueltas preguntando por su identidad o en qué año se encontraban, quitándose finalmente el casco por encontrarse agobiada tras tantas horas con él puesto. Y el ambiente del alcázar rodeada de heridos tampoco ayudaba mucho a soportar el mareo de permanecer con la armadura por mucho más tiempo. Pero hasta que no encontrara ropa, estaba obligada a no deshacerse de ella.

Pensó en las palabras de Lyn, preocupada por su estado. Pero con aquella poción y los cuidados de aquellas personas, seguramente la maestra se encontrara al día siguiente mejor para continuar la búsqueda de pistas sobre Zephyr y las cadenas de su hogar. Rezaba porque encontraran algo, recordando que Fátima, Light, Malik y los demás estaban en el presente luchando por sobrevivir, atrapados en el castillo. Se daba cuenta de que parte del valor por engañar en aquella época era por pensar en las personas que quería y había dejado atrás para llegar hasta allí.

Así que cuando vio a Saeko, se le revolvieron las entrañas. Parte de ella quería contestar a su pregunta. Por mucho que Saeko estuviera mostrando una actitud terca y mosca con Nadhia, ésta creía conocerla lo suficiente para pensar que de verdad le estaba preguntando sin rencores. Pero no podía mezclarse con ellos. Si Cornelia se enteraba de que el grupo sin emblema la conocía, ya no tendría razones para mantenerla a su lado, incluso sospecharía de sus orígenes. Pero si no mantenía contacto alguno con ellos y Lyn los avisaba de su misión infiltrándose entre los grandes mandatarios de aquella Tierra de Partida... quizás fuera la única que pudiera saber de primera mano algo de Zephyr entre la gente importante.

Y no se arrepintió de haberse quedado callada. Intentó mantener su rostro de confusión cuando dos personas se acercaron a ellas. Le alegraron las palabras del primero, pero el segundo se había dado cuenta de la falta de emblemas en sus armaduras. No pudo evitar preocuparse al pensar que directamente la habían relacionado con Saeko y el resto. Sólo podía esperar que Cornelia quisiera tenerla en sus filas durante los siguientes días, y que no llegaran a sus oídos el extraño caso de cerca de cinco o seis caballeros sin clan.

Escuchó de pronto un zumbido de los tan reconocibles glider y vio que dos caballeros se quitaban el casco al entrar al alcázar. Reconoció enseguida el emblema del Zorro y del Oso en sus pechos.

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Le sorprendió bastante la diferencia entre ambos: por una parte la líder de los zorros era bastante joven, suponía que mucho más que Cornelia. Tenía un rostro más infantil, pero bastante bello, con un pelo rubio reluciente y unos ojos la mar de enigmáticos. Y Zacharias, a quien ya conocía y le agradecía bastante su ayuda allá fuera, se lo esperaba más joven. Era un anciano canoso, pero con un cuerpo enorme y musculoso, casi cabría decir que el emblema de líder de su clan se lo había ganado a pulso con tan sólo su aspecto.

¡Anda, la pipiola! ¿Te ha dejado Cornelia atrás? Qué maleducada—Nadhia no pudo evitar sonreír incluyendo una desagradable mueca de dolor. Aunque la líder le había curado las heridas, tenía el cuerpo agarrotado de la batalla y las manazas de Zacharias revolviendo el poco cabello que tenía la dejaron peor que antes—. ¿Y esta es tu amiga?

¿Eh? —preguntó casi por inercia, y al darse cuenta de que se refería a Saeko, negó con la cabeza, nerviosa— No, ella no...

Me alegra que hayamos regresado todos sanos y salvos. ¿Está Cornelia entera?—agradeció la interrupción de la líder de los Zorros, asintiendo con la cabeza, pero sin decir una palabra más.

En menos de un cuarto de hora ya la habían relacionado con todos los caballeros que no portaban emblema, a pesar de haber tenido cuidado, advertir a Adam y a la maestra Lyn. Cuando los líderes las dejaron atrás, sólo pudo alejarse de Saeko sin despedirse, nerviosa. No podía hablar más con ella, porque tenía la sensación de que la oportunidad de estar con Cornelia sería única.

****


Y lo fue. Nadhia observó en su sitio el discurso de los líderes, y en especial, el de Cornelia. Con el jaleo de aquella llamada a toda la ciudadela para escucharla, se había enterado de que era su época de gloria.

Cornelia era la Maestra de Maestros en aquella Tierra de Partida perdida en el pasado. Tal y como Ronin lo era en el presente. Pero por alguna razón, su responsabilidad le parecía aún más enorme que la de su líder. Si aquello era cierto, Cornelia no sólo era la líder de los Unicornios, si no que también decidía sobre todos los demás. Ella era quien daba la última palabra en aquel lugar. Nadhia tragó saliva: más que admiración, ahora tenía miedo.

Mañana, al amanecer, los respectivos líderes organizarán la defensa de la muralla y llamarán a todos los guerreros disponibles a sus puestos. ¡La seguridad de Tierra de Partida está en vuestras manos! ¡Recordad que incluso si no podéis luchar, cualquier mano resultará útil! ¡No os rindáis! Es una crisis más y la superaremos juntos.

Mientras los demás líderes organizaban sus clanes, Nadhia no dejaba de pensar en cómo tratar con Cornelia, ahora que sabía que era la persona más importante dentro de los clanes. Escuchó a la multitud que se iba separando conforme acababan los discursos, y no pude evitar extrañarle los comentarios. Cornelia hablaba con gran porte, maestría y determinación, mostrando su preocupación por los que habían quedado atrapados fuera de las murallas. Pero...

—Juntos, claro. Bajo el control de los Unicornios.

—¡Si hubieran estado mejor organizados no habría pasado esto!

—Cornelia en persona debería ir a la Montaña, pero claro, son clanes menores.

... los comentarios eran negativos hacia su persona. Como si su mandato se hubiera convertido a ojos de los ciudadanos en una dictadura. Y le extrañaba porque no parecía ese tipo de persona.

Pero, ¿qué iba a saber ella? No entendía mucho de política, ni de organización militar. Nada del presente podría servirle en el pasado. Se sentía algo impotente en ese aspecto.

El caso es, ¿cómo sería Cornelia en realidad? A pesar de que su misión era bien diferente, recabar información, no podía evitar sentir curiosidad y desconcierto por la líder de los Unicornios.

Así que no esperó a sus compañeros, ni siquiera a que la vieran. Se dirigiría a uno de los ancianos que encontrara por el camino, y con cara desorientada y cansada, le pidió ropa y un lugar donde lavarse. Y por mucha pena que le diese, recordando las compras con su amiga Fátima, quemaría las de su presente para no dejar pista alguna de sus orígenes. Sólo conservaría las gafas protectoras de su cabello en torno a su cuello hasta que tuviera que enfrentarse de nuevo a otra batalla.

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Más tarde, cuando los guardas la dejaran pasar a ver a Cornelia, se encontró fuera de sus aposentos con la sensación de que haberse lavado no le había servido de nada. Le sudaban las manos y la sien, hecha un manojo de nervios. Cogió aire antes de dar tres golpes educados a las puertas.

Tenía el plan y su coartada bien organizado en su cabeza, las posibles respuestas a sus preguntas, las excusas a los caballeros sin emblema —aunque esa parte era todavía la que más le preocupaba— y sus razones por querer permanecer con ella hasta que, según ella, recuperara la memoria que en realidad sí conservaba.

¿Señora Cornelia? —preguntó, maldiciendo que la voz le saliera gangosa. Se aclaró la garganta antes de continuar— Soy Nadhia Hoghes.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Mié May 20, 2015 10:49 pm

¿Un Búho? ¿Qué os parece? Aunque nos arriesgamos a que ya exista un clan así...

Me parece una idea perfecta — comenté tras la idea de Saeko y para intentar romper el hielo que se había creado al ignorar casi todos a la pobre Saeko —.Si estáis todos de acuerdo podríamos usarlo de coartada.

El peso en mi brazo me hizo acordarme del pequeño Ren, que comenzaba a moverse ligeramente en él, como si de un koala aferrado a una rama se tratara.

Voy a acercarme a ver al Maestro del Clan leopardo. Después a lo mejor me acercaré a ver al Maestro Assur o a comprobar cómo se encuentra Lyn tras el ataque del Invencible. ¡Nos vemos luego!

Una vez mis compañeros contestaran, o no, me acerqué hacia lo que parecía el hogar del Clan Leopardo, decorado justo encima de su puerta principal con una pequeña vidriera, similar a la de sus armaduras. Educadamente, solicité permiso para pasar y así recorrí su interior hasta poder llegar hasta lo que sería el salón dónde se encontraría Hjalmar. Una vez localicé su salón, a no ser que alguien me lo impidiera o me preguntaran sobre el niño, volvería a tocar a la puerta esperando permiso.

Disculpe, ¿Se puede?—preguntaría en caso de poder entrar— Soy Neru, el chico al que le pidió que cuidara al pequeño Ren...
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Ronda #8 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Mié May 20, 2015 11:56 pm



Sabía que este sería un día de sorpresas, pero no que vendrían a preguntarme por alguien que desapareció hace medio siglo. Permitidme que os explique qué sucedió con Zephyr.

Adam sólo había tenido que pasar un momento con la mujer serpiente para entender a qué se refería Aki con lo de que ese clan eran unos raritos. Le daba repelús. ¡Casi parecía que sus ojos se clavaban en el cerebro, como si estuviera viendo dentro de él!

Agarrado del hombro, igual que Kairi, el vampiro dejó que le guiara hacia la estatua del ángel mientras seguía hablando.

Hace mucho, mucho tiempo, hubo un señor al que se le iba cayendo el pelo que decidió marcharse de Tierra de Partida porque no le gustaba su política. Hace mucho, mucho tiempo, se escondió y nadie volvió a saber de él. Hace mucho, mucho tiempo, el clan de las Serpientes estigmatizó su figura para siempre. Hace mucho, mucho, Zephyr traicionó a Tierra de Partida. Qué cabello tan maravilloso. ¡Y qué colmillos, los tuyos! No creí que se permitiera a un vampiro entrar a la Orden. ¿Tanto cambiarán las cosas en el futuro?

Am... Yo... Esto... Yo me llamo Adam.

Le pitaban los oídos. ¡¿Acababa de....?! ¡¿Y sabía qué era un....?! ¡Esta mujer era una bruja!

Lo lamento, Zephyr prometió no volver a Tierra de Partida y va a cumplir su promesa, hasta donde sé. Sin embargo, estáis buscando algo más, ¿verdad? Está aquí, eso no debe preocuparos. Pero hay que un precio que pagar. Quién sabe si estaréis dispuestos a ello.

Sí, sí, aquella mujer estaba un poco mucho rara. Demasiado rara.

Mostrad eso a los guardias, si queréis hablar conmigo, Catrina. Buena suerte con todo~.

Hizo aparecer una mariposa negra, que se posó en el pelo de Kairi, antes de marcharse.

Tendría que haberle hecho caso a Aki.

Adam se encogió de hombros, todavía con la cabeza hecha un lío, antes de ir a reunirse con los demás.

****

Con un toque de campana, todos nos habíamos reunido en los jardines traseros del edificio junto a la gente de la ciudad. Iba a haber un anuncio o algo así. Los líderes de los cinco clanes estaban sentados en tronos, acompañados de un ángel (¡un tío con alas, eso mola!). La mujer pelirroja, la que parecía la jefa de todos, se puso en pie y empezó a hablar sobre los sincorazón que habían atacado la ciudadela.

Por ello, mañana, con las primeras luces del alba, nos dividiremos en dos grupos. Unos irán al Templo, para asegurar a los Sacerdotes. Otro, hacia la Montaña. Hemos sabido que están sufriendo el ataque de los Sincorazón, ya que los aprendices de los clanes menores han desplegado también su barrera de emergencia. ¡No los abandonaremos a su suerte! ¡Hjalmar y Zacharias se ocuparán de su rescate, acompañados de un grupo voluntario de sanadores! La misión que acudirá al Templo será más modesta y la conformarán voluntarios con Anisa a la cabeza. Mañana, al amanecer, los respectivos líderes organizarán la defensa de la muralla y llamarán a todos los guerreros disponibles a sus puestos. ¡La seguridad de Tierra de Partida está en vuestras manos! ¡Recordad que incluso si no podéis luchar, cualquier mano resultará útil! ¡No os rindáis! Es una crisis más y la superaremos juntos.

Mucho bla bla bla. Adam no entendió todos los detalles de lo que decían, pero se limitó a cruzarse de brazos mientras terminaban de hablar. Con las explicaciones terminadas, la gente fue volviendo a sus casas, a salvo gracias a la muralla que ahora rodeaba todo. Incluso Diana se fue a por la maestra chucho.

Los demás aprendices se pusieron a hablar sobre grabarse un animal en la armadura, para no llamar la atención y fingir ser de algún clan, o algo así. Al vampiro eso no le interesaba, llevaba la armadura simplemente para que no le echaran a patadas del alcázar.

Tenía que hacer algo para matar el tiempo. Tal vez buscar a Aki, pero no tenía ni idea de dónde podría estar. Su otra opción era... Hablar con la bruja loca. Catrina. Agh, serpientes.

Resignado, se dirigió hacia su aposento acompañado, o no, por Kairi. Si ella no iba, le cogería la mariposa para que le dejaran pasar.

Una vez allí...

Toc-toc. Buenaaaaas~. Vengo a hacerte una visita a preguntar por ese precio que pagar para encontrar lo que estamos buscando. ¿Me ayudas, preciosa?
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Jue May 21, 2015 12:29 am

La mujer los miró con un aire misterioso. Luego sonrió y dijo:

- Sabía que este sería un día de sorpresas, pero no que vendrían a preguntarme por alguien que desapareció hace medio siglo. Permitidme que os explique qué sucedió con Zephyr. - Kairi sintió un escalofrío cuando le puso la mano en el hombro, una mano cuyas uñas estaban adornadas de forma extravagante - . Hace mucho, mucho tiempo, hubo un señor al que se le iba cayendo el pelo que decidió marcharse de Tierra de Partida porque no le gustaba su política. Hace mucho, mucho tiempo, se escondió y nadie volvió a saber de él. Hace mucho, mucho tiempo, el clan de las Serpientes estigmatizó su figura para siempre. Hace mucho, mucho, Zephyr traicionó a Tierra de Partida. - La mujer acarició el pelo de Kairi, que sintió un pequeño estremecimiento ademas de relajarse un poco - Qué cabello tan maravilloso. ¡Y qué colmillos, los tuyos! - dijo refiriéndose a los del chico de Bastión Hueco - No creí que se permitiera a un vampiro entrar a la Orden. ¿Tanto cambiarán las cosas en el futuro? - Aquella mujer sabía que venían del futuro. Con razón los había llevado a un sitio apartado de la gente. Seguro que hasta sabía sus nombres y todo - Lo lamento, Zephyr prometió no volver a Tierra de Partida y va a cumplir su promesa, hasta donde sé. Sin embargo, estáis buscando algo más, ¿verdad? Está aquí, eso no debe preocuparos. Pero hay que un precio que pagar. Quién sabe si estaréis dispuestos a ello.

Se dio la vuelta y se alejó, terminando así la conversación. Lvanto una mano apareció una mariposa oscura que se posó en el pelo de Kairi. Parecía un adorno del cabello. La Aprendiza no la tocó.

- Mostrad eso a los guardias, si queréis hablar conmigo, Catrina. Buena suerte con todo~.

Antes de que pudieran decir nada, la mujer se fue entre toda la gente que había allí.

Un rato después sonó la campana y toda la gente de la ciudadela se reunieron en los jardines del alcázar. Los líderes de los clanes se sentaron en cinco tronos que había. Los demás buscaron sitio como pudieron para escuchar mejor lo que tenían que decir.

Explicaron que los Sincorazones estaban en el sur de la muralla mientras que otros rondaban alrededor bloqueando los caminos a la Montaña y al Templo.

- Por ello, mañana, con las primeras luces del alba, nos dividiremos en dos grupos. Unos irán al Templo, para asegurar a los Sacerdotes. Otro, hacia la Montaña. Hemos sabido que están sufriendo el ataque de los Sincorazón, ya que los aprendices de los clanes menores han desplegado también su barrera de emergencia. ¡No los abandonaremos a su suerte! ¡Hjalmar y Zacharias se ocuparán de su rescate, acompañados de un grupo voluntario de sanadores! La misión que acudirá al Templo será más modesta y la conformarán voluntarios con Anisa a la cabeza. Mañana, al amanecer, los respectivos líderes organizarán la defensa de la muralla y llamarán a todos los guerreros disponibles a sus puestos. ¡La seguridad de Tierra de Partida está en vuestras manos! ¡Recordad que incluso si no podéis luchar, cualquier mano resultará útil! ¡No os rindáis! Es una crisis más y la superaremos juntos.

Al terminar, el grupo de gente se disolvió para volver a sus casas. Diana anunció a los Aprendices que se iba a reunir con Lyn. Mientras ellos podrían seguir tratando de obtener información.

La única pista que había obtenido Kairi era hablar con Catrina, por lo que siguió a Adam con la mariposa aun posada en el pelo.

Llegaron al aposento de la tal Catrina y...

- Toc-toc. Buenaaaaas~. Vengo a hacerte una visita a preguntar por ese precio que pagar para encontrar lo que estamos buscando. ¿Me ayudas, preciosa?

¿Qué modales eran esos para hablarle a una desconocida? Kairi negó con la cabeza.

- Disculpe... Necesitamos su ayuda, es importante. Pagaremos lo que haga falta - pidió Kairi dejando bien a la vista la mariposa.
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Jue May 21, 2015 12:50 am

La chulería, que le solía funcionar bastante bien, le salió cara. En primer lugar, hizo enfadar a todos los presentes que participaban en la conversación con unas pocas palabras; y a continuación, tras responderle despectivamente a sus dudas, recibió un puñetazo en la cara. Habría iniciado una pelea allí mismo, sin pensárselo dos veces, pero el golpe la dejó completamente fuera de juego. Para cuando se hubo recobrado, con la ayuda del ángel, los muchachos se habían esfumado.

«La próxima vez que una bárbara como tú insulte a un Caballero ordenado se llevará algo peor». Las palabras se reproducían en bucle dentro de su cabeza, mientras notaba que le faltaba la respiración. Pudo reponerse gracias a la curación de Nithael.

Te agradecería que no me dieras más problemas. Si quieres insultar a la gente que está perdiendo a seres queridos, lo mejor sería que fueras a pelear directamente con ellos, en vez de atacarles por la espalda. No necesitamos lenguas afiladas en un hospital.

¿Pero tú les has oído? ¡Han sido ellos quienes se han puesto a insultar y comportarse como unos completos imbéciles! ¡Pienso buscarlos y darles una patada en el culo la próxima vez que les vea!

Sin embargo, sabía que no tenía excusa. Nithael no tenía que estar ocupándose de ella, sino atendiendo a los pacientes heridos. Por supuesto, siguió considerando que la culpa era de los Caballeros prepotentes que se habían ofendido tanto por una nimiedad. Pensaba devolverles el golpe, en cuanto pudiera; y a ser posible, con ayuda. No quería arriesgarse a otro puñetazo como aquel. Jamás había recibido uno tan doloroso.

Se dejó ayudar por Nithael y le vio marchar. Sus agresores no estaban cerca y no se molestó en buscarlos, como había prometido, a pesar de que aún hervía de ira. Recordó todas las veces que le habían llamado bárbara o que se habían referido a ella como «alguien de fuera». No tenía ni idea de a qué se referían o qué les hacía tan importantes. Quizá por entonces había Caballeros mercenarios o algo así.

Reflexionó sobre ello para tranquilizarse y, de paso, aprovechando que era un hospital, buscó ropa, la mangó y se la guardó (de encontrarla). Un rato después, Diana se le acercó, más malhumorada que ella.

Tienes sangre, ¿qué te ha pasado?

He hecho amigos nuevos. Luego te los presento ―se ofreció, limpiándose la nariz con el brazo.

Oh, bueno, antes déjame contarte lo que he averiguado: es cierto que Zephyr desapareció hace décadas y que nadie ha vuelto a saber más de él, por lo que parece. En definitiva, Chihiro nos ha enviado a una época equivocada. Eso no significa, con todo, que no podamos encontrar un método para revertir el proceso de Tierra de Partida. Si Zephyr ya hizo todo lo que quería hacer en este lugar, por fuerza tiene que haber dejado datos. Por algún lado, claro. Yo voy a buscar al resto, tenemos que organizarnos y pensar qué hacer. Tú si quieres quedarte, adelante. Quizás puedas sonsacarle algo interesante a alguien.—Negó ante la sugerencia. Ya había «sonsacado» suficiente de aquellos maleducados—. No tenía ni idea de que una vez hubo ángeles en Tierra de Partida.

Supongo que están condenados a desaparecer ―pensó en voz alta―. ¿Quién quiere unas alas teniendo un glider? Probablemente no sean tan prácticas como parecen.

Puso rápidamente al corriente a Diana con lo último que había pasado y la vio partir sobre su glider. Iba a seguirla cuando Nithael volvió a abordarla:

¿Tu compañera ha mencionado a Zephyr? ¿Sucede algo con él?

Sí. Esto, ¿sabes mucho sobre él? ―inquirió, aprovechando que salía el tema y arrastrando con lentitud las palabras, para hacer tiempo hasta dar con una excusa convincente―. Diana está interesada en su trabajo. Ya sabes, el Santuario y esas cosas… ―Se arriesgó con esa suposición, ya que no estaba segura de que estuviera construido ya o de que fuera un saber público (a ella tardaron mucho en mencionárselo). Los años le bailaban en aquella época que no era la suya―. Cree que entre lo que dejó puede haber una solución para lo que ha ocurrido hoy aquí. Es una pena que desapareciera sin más, quizá hizo hallazgos que no conocemos.

«Como unas cadenas. Dime que existen o me habré ganado un puñetazo en la nariz por nada», le pidió, haciendo uso de todo su poder mental.

Una vez hubo terminado ese pequeño interrogatorio, sonaron unas campanas a lo lejos y Nithael se marchó deprisa, preocupado repentinamente por algo. Le siguió, puesto que tomaba el mismo camino que Diana y, una vez en el alcázar, la buscó entre los asientos para ponerse junto a ella. Quién iba a decirla unas horas antes que se aliaría tan cercanamente con aquella repelente aprendiza; sin embargo, de entre los presentes, era a la que más conocía.

La reunión fue aburrida. Cornelia, la aparentemente líder del clan mayor, dio una serie de instrucciones para el día siguiente. Los Caballeros se dividirían entre la ayuda a los clanes menores y a los Sacerdotes (¡quién iba a decir que Tierra de Partida no fuera laica en otra época!). Entre los comentarios de la gente, siguió apreciando ese desprecio hacia los clanes menores (¿de mercenarios?), que no le hizo ninguna gracia. Seguramente los Caballeros que le habían pegado no irían a la montaña.

Al finalizar la congregación, se reunió con el resto de aprendices y se despidió de Diana, quien iba a ver a Lyn para acordar órdenes. Había olvidado que ellas dos estaban al frente de aquella «operación», dado lo mucho que se habían dividido durante las últimas horas. Ojalá no llegaran a nada y les siguieran dejando a su aire. Por el momento, les había ido bien. Nadie había muerto (quizá Nadhia, porque no la veía por ninguna parte), ni sangrado más de la cuenta. A juzgar por sus aspectos sanos y enteros.

Creo que es necesario que nos inventemos un clan para fingir que pertenecemos a él. Al menos mientras sigamos aquí. Desde que llegamos no han sido pocos los que nos han estado preguntando sobre a que "Clan Menor" pertenecemos. Si no tenemos algún clan, puede que empecemos a llamar la atención, más que nada por el hecho de ser portadores de la llave espada y tal ―propuso Neru, el gran superviviente. Hana estaba de acuerdo con la idea, puesto que a ella le había sucedido lo mismo.

¡Oh! Y... éste es Ren ―les presentó, señalando al niño de su regazo. Hana puso los ojos en blanco. ¿Qué demonios hacía cogiendo cariño a alguien de allí?―. Al parecer es un aprendiz del Clan del Leopardo, el Gran maestre de su clan me pidió que lo cuidara hasta que localizara con los padres, por lo que ahora me acercaré a verle y preguntarle si se ha averiguado algo al respecto. Volviendo al asunto de los clanes... ¿Cómo podríamos crear un clan convincente? Necesitaremos un animal, maestro... Bueno, para Maestro tenemos a Lyn, pero como símbolo... ¿Qué se os ocurre?

¿Un Búho? ¿Qué os parece? Aunque nos arriesgamos a que ya exista un clan así...

Puede existir de cualquiera. Habrá que arriesgarse.

Me parece una idea perfecta. Si estáis todos de acuerdo podríamos usarlo de coartada.

Está bien. Somos del Clan del Búho, cuya líder es Lyn. ―Hana se adjudicó en su cabeza una plaza de Maestra―. Sin embargo, debo advertiros una cosa: ser de un clan menor es el más bajo rango que se puede tener aquí, por si alguien no lo ha notado. No lo vayáis predicando por ahí salvo si os lo piden. O si queréis una nariz nueva.

Voy a acercarme a ver al Maestro del Clan leopardo. Después a lo mejor me acercaré a ver al Maestro Assur o a comprobar cómo se encuentra Lyn tras el ataque del Invencible. ¡Nos vemos luego!

Eh, cagaprisas, déjame a mí a Assur ―le sugirió, marcándose un objetivo―. Me debe la vida.

Neru dio a entender que Lyn había resultado herida, pero Hana apenas le dio importancia. Si los demás no estaban preocupados, seguramente se recuperaría a tiempo para la reunión y volvería a su modo cascarrabias. Después de Neru, solo quedaba una aprendiza de Bastión Hueco, puesto que otros dos se habían escabullido sin decir ni mu y Nadhia ni había aparecido.

Volverían a reunirse con Lyn y Diana más tarde, pero aquel pequeño intercambio de información le había sabido a poco a Hana. Sentía que estaba dando palos a lo loco, sin saber realmente nada de lo que estaba ocurriendo y con la información muy dosificada. ¿Qué iban a hacer? ¿Participar en las misiones del día siguiente? Eso era una pérdida de tiempo. Allí no pintaban nada.

Según la historia, ellos ni siquiera debían de hallarse allí. Había renunciado a pensar si aquello cambiaría o no su propio presente, pero le inquietaba. Y le daba muchísimo más miedo no regresar para descubrirlo.

Miró hacia donde supuestamente debía de estar su hogar, el castillo que representaba a Tierra de Partida, y vio a lo lejos a Nithael. Recordó la conversación que habían mantenido sobre Zephyr y pensó que, sin importar cómo acabara todo, debía hacer todo lo posible para continuar con la auténtica misión que les había llevado allí.

Cambio de planes ―le dijo a la chica (Saeko)―. No voy a ver a Assur. Investigaré sobre Zephyr. Luego nos vemos.

Antes de partir, buscaría un rincón apartado, se quitaría la armadura y cambiaría el pijama por la ropa que había birlado (de haberlo conseguido). Después, trataría de alcanzar a Nithael, por tierra o por aire con el glider, dependiendo de si el ángel iba a ir volando.

¡Eh, espera! ―le gritaría, para que le esperara.

Una vez a su altura, se tragó el orgullo e intentó ser amistosa:

Creo que no me he disculpado por lo de antes. Lo del hospital, ya sabes. No era el mejor momento para darte más trabajo ―comentó, puesto que era un hecho irrefutable―. ¿Adónde vas? ¿Qué hay ahí?

Por el momento, iría con él (hasta que la mandara a la mierda), para indagar sobre Zephyr e intentar averiguar por qué había despertado la curiosidad del ángel. Llevaba la pluma que se le había desprendido a salvo, en uno de los bolsillos, e inconscientemente la rozó con los dedos para sentir el tacto suave y seguro. Sí, las alas debían de ser muy incómodas…, pero eso no les quitaba su belleza.
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Ronda 9

Notapor Suzume Mizuno » Mié May 27, 2015 8:47 pm

Nadhia




Un par de ancianas se ocuparon de vestir a Nadhia con entusiasmo y, tras obligarla a probarse todo tipo de combinaciones, terminó obteniendo un traje cómodo, con botas que le permitiría moverse sin demasiados problemas, ya que se podía recoger para el combate.

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—Te queda como a mi hija cuando era joven —comentó una de las ancianas, observándola con un gesto soñador que se vio cruzado por una oleada de dolor. Mejor haría Nadhia en no preguntar.

Después de despedirla, Nadhia pudo dirigirse sin problemas hacia el Alcázar, donde los guardias dieron a entender que estaban esperando su llegada y se hicieron a un lado tras indicarle el camino a seguir hacia una de las estancias interiores.

Nadhia recorrió un jardín interno, bastante bonito, y en seguida pudo apreciar que las esculturas de ángeles parecían poblar el lugar. Todas obedecían al mismo modelo del ángel que habría visto ya varias veces. Las ventanas del aposento de Cornelia daban al patio, si bien tuvo que entrar bajo unas arcadas. Allí vio rondar a varios Unicornios, vestidos con sus armaduras y que le dirigieron miradas de curiosidad aunque no la detuvieron.

Frente a la puerta de Cornelia había dos mujeres; una de ellas era pelirroja y se parecía bastante a la líder de los Unicornios. ¿Una familiar? En cualquier caso también se echaron a los lados y la dejaron llamar.

¿Señora Cornelia? —preguntó, maldiciendo que la voz le saliera gangosa. Se aclaró la garganta antes de continuar— Soy Nadhia Hoghes.

Adelante.

Cuando Nadhia entrara encontraría unos aposentos amplios, pero sobrios y poco amueblados. Sin duda, parecía el lugar donde viviría un militar: había mapas de Tierra de Partida, aunque también de diversos mundos. Los libros se acumulaban en pulcro orden en unas estanterías y todos tenían títulos relacionados con la magia, las armas y la historia. Cornelia estaba sentada frente a un amplio escritorio, alumbrado por unas lámparas que contenían volutas de luz. Ya no llevaba armadura, aunque sí un uniforme, y parecía repuesta.

Cierra la puerta.—Cuando Nadhia obedeciera, Cornelia la miraría de lado—. Como prometí, recordaré que me has salvado la vida. Dime tu clan y me aseguraré de que sepa que tienen mi confianza y amistad. También puedo darte algo que quieras, sea lo que sea, excepto la adopción por un clan mayor a menos que ganes el consentimiento del líder de los mismos. —Por cómo hablaba, quedaba claro que no parecía que fuera a consentir su unión a los Unicornios, auque sí a algún otro clan. Mejor que ni lo sugiriera. La líder de los Unicornios se incorporó y se plantó frente a ella con las manos a la espalda—. Imagino que mañana irás a la Montaña para rescatar a tus compañeros. Lamento no acudir con vosotros, pero he de proteger la ciudadela a cualquier precio, y no puedo abandonarla cuando las defensas son tan débiles.—Cornelia no parecía molesta por reconocer en voz alta que estaban en peligro. Quizás fuera algo que todos los Caballeros supieran—. Soy consciente del malestar de los clanes, probablemente del tuyo también, pero os pido paciencia y unión. Enfrentarnos entre nosotros con un asalto de esta escala no tiene sentido.—Cornelia frunció el ceño—. A falta de líderes de los clanes menores, imagino que sirve igual preguntártelo a ti o a cualquier otro. Necesito saber hasta qué punto los clanes menores estarían dispuestos a abandonar la Montaña y trasladarse a este lugar. No es algo que vaya a gustar, en especial porque si los Sincorazón siguen atacándonos a este ritmo no habrá suficientes alimentos, pero necesito que la gente de a pie también de su opinión.

Con aquello podía estar encargándole dos cosas diferentes: o bien que la informara de inmediato, dándole su opinión, o que partiera al día siguiente hacia la Montaña y que recopilara información.

Nadhia podía interpretarlo como quisiera. En cualquier caso, la reunión no duraría mucho más. Cornelia era una mujer ocupada y necesitaba tiempo para planear las estrategias que sobrevendrían los siguientes días. Sin duda la echaría a menos que le dijera algo que le llamara la atención.


****
Neru




Disculpe, ¿Se puede? Soy Neru, el chico al que le pidió que cuidara al pequeño Ren...

Al igual que Nadhia, para alcanzar la residencia del líder del clan del Leopardo, Neru había tenido que ir al Alcázar, aunque tomando una ruta distinta. Hjalmar parecía vivir en una de las torres, junto a varios de sus subordinados. Vio a gente joven y anciana por igual, que lo recibieron con tranquilidad, saludando de vez en cuando e indicándole el camino a lo largo de la galería que rodeaba el jardín. Ren se durmió, apoyado en el hombro de Neru, dejando escapar un poquito de saliva.

Entra.

La estancia de Hjalmar parecía la de un erudito. Había rollos, libros y apuntes sueltos por todas partes. También las estanterías parecían a punto de reventar. Hjalmar parecía ser un coleccionista, ya que había todo tipo de cerámicas y objetos que, por su estilo, no concordaban con el mundo de Tierra de Partida. El joven, que estaba de pie frente a una pared clavando unos mapas en el muro, le hizo un gesto para que cerrara la puerta. Se había bajado el pañuelo, que ahora llevaba entorno al cuello, y garrapateaba algo trazando signos en el mapa —¿rutas?— con alguna que otra indicación. Parecía que estaba planeando el rescate del día siguiente.

Deja a Ren en mi cama. Gracias por ocuparte de él.—Se masajeó el cuello, dio un trazo más al mapa con la pluma, y se volvió hacia él. Su rostro no tenía ninguna expresión clara, parecía haber adoptado a propósito una actitud de «póker»—. Sus madres han fallecido durante el asalto, así que me haré cargo hasta que alguien lo adopte. Podrás visitarlo si quieres. —dicho esto, Hjalmar se quedó en silencio—. Assur me ha comentado que tú y unos compañeros le ayudasteis en la muralla. También te doy las gracias por ello. No habéis encontrado Sincorazón dentro de la ciudadela, ¿verdad?

Se dirigió hacia un armario, del cual sacó una botella de vino. Llenó dos vasos hasta la mitad y ofreció uno a Neru.

¿Tienes noticias de tu clan? Imagino que acudirás mañana.—Teniendo en cuenta que asumía que pertenecía a un clan menor, casi con total seguridad pensaba que sus compañeros estarían encerrados tras la barrera protectora, asediados por los Sincorazón—. Lamento mucho lo sucedido. Deberíamos habernos organizado mejor. Cornelia dio por sentado que sólo nos atacarían a nosotros. Ha sido todo tan imprevisto… Pero te prometo que haré lo que esté en mi mano por ayudar a los clanes menores. Estoy seguro de que resistirán bien. A menos que haya algún traidor ahí también.—Aquello último lo masculló tan bajo que Neru apenas sí lo escuchó.

¿Un traidor? ¿A qué se referiría? En cualquier caso, si Neru quería obtener información, era el momento. Parecía que Hjalmar estaba dispuesto a hablar, aunque quién sabía cuándo daría por finalizada la entrevista.


****
Adam y Kairi




Toc-toc. Buenaaaaas~. Vengo a hacerte una visita a preguntar por ese precio que pagar para encontrar lo que estamos buscando. ¿Me ayudas, preciosa?

Disculpe... Necesitamos su ayuda, es importante. Pagaremos lo que haga falta.

Adam y Kairi tuvieron que ir a una de las mansiones que circunvalaban la ciudadela. Preguntando aquí y allá dieron con el hogar de Catrina, un edificio alto, estrecho y elegante con el símbolo de las Serpientes y una mariposa revoloteando por detrás sobre el portal.

Durante cinco largos minutos nadie abrió la puerta. Entonces, antes de que pudieran irse, se abrió por sí sola con un pequeño gemido. Les llegó un agradable olor a incienso y se encontraron con un vestíbulo algo exuberante, de tonalidades moradas y oscuras.

Toooodo recto, precioso vampirito y señorita~.

Encontraron a Catrina en un salón elegante, al lado de una hoguera apagada, con un espejo que resplandecía en las manos. Se había soltado el pelo, que se extendía por el sofá como si fuera un charco de agua negra, y sonreía en su dirección saludando con un gesto.
Bueno, Assur, tengo visita. Continuaremos luego.—Pasó la mano por delante del espejo y este dejó de brillar—. Bienvenidos, viajeros del tiempo. ¿Tenéis hambre? ¿Os apetece algo, un té del mundo del desierto con galletas? No creo que pueda ofrecerte sangre humana, vampirito, pero si te sirve la de animal puedo cortarle el cuello a alguna gallina y servirte algo.

Catrina sonrió, esperando una respuesta. Si consentían, les traería lo prometido —a Adam en una copa, a Kairi en un plato y una bonita taza transparente—. Si no, se limitaría a extender un dedo para que la mariposa que le había dado a la muchacha regresara a su dedo, donde desapareció entre volutas de oscuridad.

Les ofrecería sentarse en unos sillones y entonces se cruzaría de piernas y entrelazaría los dedos.

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Hablemos de negocios


Antes de hablar de precios, deberíais concretarme exactamente qué queréis. No quiero que después haya reclamaciones. Os dije que sé que buscábais algo, y que está aquí. Y es cierto. Sé más o menos lo que haréis mañana. Pero a cambio de que os dé las directrices correctas necesito información y un trato. Algo que beneficie a esta Tierra de Partida, ya que imagino que queréis llevaros algo al futuro. ¿Qué es lo que está sucediendo? No me mintáis, lo sabré.—Sin dejar de sonreír, extrajo una larga pipa que prendió con un chasquido y exhaló una vaharada de humo que ascendió trazando elegantes diseños arabescos hacia el techo—. Creo que os convendría colaborar, ya que vais a pasar un largo tiempo en este lugar y dudo que tengáis muchos aliados, ¿no~?

Catrina escucharía lo que tuvieran que decir. Tanto si le contaban la verdad, como si no, la mujer dejaría escapar entre los labios el humo del tabaco, que tomó la forma de un murciélago y revoloteó en torno a la cabeza de Adam. Después diría:

Esa persona que esperáis que os lleve de vuelta no lo hará. Desconozco los motivos. Pero hay una forma de regresar, claro. Así pues, si queréis que os ayude tendréis que darme dos cosas a cambio de una forma de defender Tierra de Partida en el futuro y de regresar a su tiempo.

»El problema es que es un precio muy alto. Y quizás peligroso. ¿Estaríais dispuestos a arriesgaros para que el clan de los Unicornios se vuelva en vuestra contra? Puede que no lo sepáis, pero es muy poderoso y muy cruel y si os descubren os cortarán en pedacitos de forma literal~. ¿Qué decís?



****
Saeko




Entra, por favor.

Cuando Saeko se presentara en el alcázar, en una estancia del primer piso que daba al hermoso jardín interior del edificio, apenas sí vería a miembros de las Serpientes. En su lugar, al lado de las puertas, vio unas esferas de color rojizo que parecieron activarse al acercarse. En cuanto Assur le dio permiso se apagaron hasta adoptar un tono opaco y tranquilizador.

Las estancias de Assur eran las de alguien con buen gusto y al que le gustaba demostrarlo. Alfombras en las que se hundían los pies, con arabescos trenzados de diseños fantásticos, retratos de toda clase por las paredes, emblemas, trofeos y demás adornando el vestíbulo y el pasillo principal. Aun así, todo estaba medido para que resultara agradable a la vista.

Assur la recibió sentado en una silla amplia y que parecía muy cómoda. Dejó sobre una inmensa mesa de madera, con varios libros abiertos, un espejo plateado. Saeko podría ver que el salón estaba repleto de estanterías que cubrían las paredes, que a su vez rebosaban toda clase de gruesos volúmenes. El líder del clan de las Serpientes había preparado un aperitivo para Saeko, con un té algo picante pero muy sabroso, galletas y diferentes pastas variadas.

Me sorprende que hayas venido sola. ¿Ha sucedido algo?—Escuchó su respuesta y asintió—. Comprendo. No desearía robarte mucho tiempo, ya que necesitas una larga noche de descanso. Ha sido un día duro, ¿verdad?—Sonrió con amabilidad, comprensivo—. Por favor, dime el nombre de tu clan. Me aseguraré de hablar con vuestro líder y hacerle llegar mi agradecimiento. Además, me gustaría ofrecerte alguna compensación, si está en mi mano, a cambio de que me apoyarais con tanto valor en la muralla.

Dicho esto, Assur se apoyó en el respaldo de la silla y juntó las yemas de los dedos, dispuesto a escuchar a Saeko. Una vez la joven terminara, él sonreiría y diría:

Disculpa, ¿a qué clan has dicho que pertenecías…?—Guardó un silencio, al menos hasta que Saeko hablara. Arqueó una ceja. Más que desconfiado, parecía desfiante. Divertido—. ¿Estás segura?

¿Habían pillado a Saeko? La joven debía pensarse bien qué hacer a continuación.

****
Hana




Sí. Esto, ¿sabes mucho sobre él? ―preguntó Hana mientras Nithael la miraba con fijeza—. Diana está interesada en su trabajo. Ya sabes, el Santuario y esas cosas… ―El ángel arqueó las cejas―. Cree que entre lo que dejó puede haber una solución para lo que ha ocurrido hoy aquí. Es una pena que desapareciera sin más, quizá hizo hallazgos que no conocemos.

¿Lo que dejó atrás? ¿De qué hablas en concreto?—preguntó Nithael, con las plumas de las alas erizadas. Hana no podía saber si estaba ocultando información o si sabía a lo que se refería, pero desde luego parecía afectado por sus palabras.

Mala suerte para Hana, ya que entonces sonaron las campanas y Nithael salió disparado. Con todo, estaba claro que no iba a olvidarse de la cara de la muchacha.

Una vez hubo terminado ese pequeño interrogatorio, sonaron unas campanas a lo lejos y Nithael se marchó deprisa, preocupado repentinamente por algo. Le siguió, puesto que tomaba el mismo camino que Diana y, una vez en el alcázar, la buscó entre los asientos para ponerse junto a ella. Quién iba a decirla unas horas antes que se aliaría tan cercanamente con aquella repelente aprendiza; sin embargo, de entre los presentes, era a la que más conocía.

*


Hana se pudo vestir con la ropa que había robado, una túnica y unos pantalones no muy anchos que le quedaban algo grandes —parecían de hombre. Tuvo que ajustárselos con un lazo o un cinturón— y al recorrer las calles de la ciudadela, por suerte, no llamó la atención. Es más, nadie se fijó en ella. Los Caballeros parecían exhaustos y regresaban a sus hogares comentando los planes del día siguiente con inquietud. Para alcanzar al ángel tuvo que emplear el glider, ya que desde el suelo lo perdió de vista en cuestión de segundos. Y más ahora que ya estaba a punto de caer la noche.

¡Eh, espera!

Tras unos instantes, el ángel se giró y no pudo reprimir un gesto de sorpresa al verla volar hacia él.

Creo que no me he disculpado por lo de antes. Lo del hospital, ya sabes. No era el mejor momento para darte más trabajo. ¿Adónde vas? ¿Qué hay ahí?

Tras unos instantes, pues parecía haberse quedado sin habla, Nithael sonrió de medio lado y dijo:

Disculpas aceptadas. Y me dirijo hacia las bases del castillo, a menos que haya algo más ahí y no lo sepa—dijo con tranquilidad.

A medida que se acercaban a la inmensa montaña, que sin duda le traería recuerdos a Hana de su hogar, empezaron a ascender. Un camino tallado en la montaña daba vueltas y ascendía hacia lo alto, pero era difícil imaginar que alguien lo usara cuando todos los Caballeros podían emplear sus gliders. Desde allí, Hana pudo ver cómo el sol del atardecer se reflejaba en el lago, en las distantes montañas. Y entonces vio cuál era el problema:

En la montaña del sureste se había levantado una barrera, similar a la que protegía ahora a la ciudadela. Sin embargo, incluso a esa distancia podía ver la masa de Sincorazón que se acumulaba a los pies de la misma. Parecía un mar negro. También dragones Sincorazón embestían una y otra vez la barrera.

No resistirá mucho si siguen con ese ritmo—comenzó Nithael, sin necesidad de elevar la voz para que se le oyera—. Antes me dijiste que Zephyr pudo dejar atrás algo que nos ayudaría. ¿A qué te referías? Zephyr hizo muchísimas cosas, pero sin explicárselas a nadie, y sus trabajos se prohibieron después de que se auto-exiliara.

Esperó a que respondiera al mismo tiempo que alcanzaban lo alto de la montaña. Allí era donde, mil y pico años más tarde, viviría Hana con el resto de sus compañeros. Ahora no era más que un terreno aplanado y en el que se habían empezado a construir lo que parecían ser unos sótanos de piedra muy profundos. Había escaleras, madera y andamios por todas partes, además de materiales de construcción. Faltaba mucho para que aquel lugar se pareciera, ni siquiera de forma remota, al Castillo de Tierra de Partida.

Nithael aterrizó con suavidad y plegó las alas a la espalda. Esperó a que Hana también tomara tierra y empezó a caminar.

Aquí nadie puede oírnos. Dime. ¿Qué es lo que sabes de Zephyr?—No la miró de forma amenazante, pero sí con una mezcla de curiosidad y ansiedad—.Hace años que no escuchaba ni mencionar su nombre. ¿Qué hace tu compañera investigando, cuando debería saber que es un tema prácticamente tabú?—Se detuvo y la observó—. [color=#000080]Dímelo, por favor. Si es cierto que puede ayudar a salvar vidas inocentes, no dudes en hablar.

¿Le contaría la verdad Hana? En caso de que no quisiera, iba a ser necesario que le explicara por qué creía que Zephyr tenía una forma de defender Tierra de Partida…





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Hana
VIT: 35/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 7/32

Saeko
VIT: 34/40
PH: 6/26
+ 2 éteres
+ 1 poción

Gengar
VIT: 53/58
PH: 0/20

Adam
VIT: 51/60
PH: 8/16

Neru
VIT: 9/26
PH: 17/22
+ 2 pociones

Kairi
VIT: 12/22
PH: 5/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 6/38



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Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker I


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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Dom May 31, 2015 2:42 am

Mi idea de tomar nuestro clan como el clan del Búho fue bien recibida, tanto por parte de Neru como de… ¿Lirio? Bueno, la aprendiza del cabello azul, de la cual todavía no sabía gran cosa. Tuve que darle la razón cuando relató que podía haber un clan de cualquier clase, y que no lo fuésemos predicando por ahí. Faltaría más. Y sobre su último comentario pude imaginar que se pretendía mandarnos alguna indirecta, pero no conseguí entenderla por mucho que le diera vueltas, así que lo dejé estar.

Me di la vuelta cuando Neru y Lirio propusieron sus planes, intentando darme prisa para llegar cuanto antes a la reunión con Assur. No me importaba que la otra aprendiza o el chico mismo me acompañaran, pero yo personalmente quería acabar con aquello cuanto antes.

Cambio de planes ―comentó de pronto, a lo que me detuve y la miré de reojo―. No voy a ver a Assur. Investigaré sobre Zephyr. Luego nos vemos.

Como prefieras.

Si lograba encontrar algo por su cuenta mejor que mejor.

****


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Pasé un pequeño rato dando vueltas por el alcázar, en un intento de ver a Assur por alguna parte. Al comprender que estaba perdiendo el tiempo me aventuré a preguntarle a un guardia, que me indicó sin problemas dónde se encontraba la alcoba del maestro: en el primer piso.

Me llamó la atención no ver a nadie por allí haciendo guardia, y que ninguno de mis compañeros hubiese decidido acompañarme. Suspiré de forma amarga, imaginando que me tocaba a mí lidiar con él y creerme yo misma el cuento del Búho. Menuda noche me esperaba.

Ante su puerta tragué saliva, nerviosa e intentando ser consciente de lo que estaba a punto de suceder. Sabía perfectamente que podía preguntarme por cualquier cosa, por muy tonta que fuera, y yo no tendría más remedio que dar palos al aire sin saber a ciencia cierta si no estaría metiendo la pata. Bueno, tenía el consuelo de que en el peor de los casos se reiría de mí por venir del futuro, tal y como había dicho Neru esa tarde.

Entra, por favor.

Las esferas de color rojo tan raras, aquellas que me ponían nerviosa y no dejaba de mirar con cierta intriga, parecieron cambiar de color cuando Assur dio la orden. Así pues y creyendo estar lista, entré, pidiéndole a Gengar que esperase por fuera.

La primera sensación que me dio su estancia no fue precisamente mala. Mis pies, todavía recubiertos por el frío acero de mi armadura, se hundieron en la majestuosa alfombra que reposaba en el piso. Ni siquiera me percaté de la presencia de Assur hasta pasado un rato, asombrada con el hipnotizante brillo de los premios y los trofeos que colgaban en las paredes. Así como los bien elaborados retratos que adornaban la estancia, cuyo ambiente me pareció algo cargado, imponente.

Sería al dar un par de pasos cuando me fijé en el hombre, con bastante dificultad, pues los ojos se me escapaban con facilidad a todos aquellos detalles que tenía la habitación. Desconocía la clase de competiciones, exámenes o pruebas que se hacían allí, pero lo primero que sentí por aquel hombre pudo ser bien admiración, o bien respeto. Quizás ambos sentimientos a partes iguales. No me sentí intimidada, ni mucho menos como cabría de esperar por la situación en la que me encontraba.

En cuanto me recuperé de la impresión logré discernir un brillante espejo sobre la mesa, al que no le quité el ojo durante unos instantes. Detalles como la elegante silla o los enormes volúmenes que decoraban las estanterías me hacían pensar en Assur como alguien increíble, así de claro. Hasta ese momento no había tenido una imagen concreta de su persona porque apenas le había visto, pero todo aquello… ¡Es que era impresionante!

Me sorprende que hayas venido sola. ¿Ha sucedido algo?

Me tomé unos segundos para mirar de nuevo toda la habitación, pensativa, y al comprender que aquel aperitivo era para mí, no dudé en tomar asiento —si lo había—, con el vaso entre mis manos. La verdad es que estaba muerta de hambre, después de toda la paliza que me había pegado ese día luchando en las murallas. Incliné el objeto hasta que el líquido se derramase por mi garganta.

Es picante.


Cuando terminé me tomé mi tiempo para coger aire y relatarle lo sucedido. Imaginé que tendría que recurrir a la típica excusa en la que mis compañeros estaban ocupándose de otras tareas. Y ante todo, tenía que disculparme por haberme tomado aquello sin siquiera saludar o pedir permiso.

Perdona, lo necesitaba de verdad. Muchas gracias —Me presenté, sonriendo levemente. Tenía que admitir que tener ante mí a alguien de aquella categoría era todo un honor y un golpe de suerte. Sin duda le tendría que contar la experiencia a mis compañeros del futuro cuando les volviese a ver—. Los demás están ocupados, he venido yo sola como representante.

Comprendo. No desearía robarte mucho tiempo, ya que necesitas una larga noche de descanso. Ha sido un día duro, ¿verdad?

No pude evitar sentirme algo culpable, sabiendo que todo aquello no era más que una tapadera. Yo no había despertado en aquel lugar esa mañana, sino de madrugada en Bastión Hueco por orden del maestro Ryota. Luego habíamos acudido a Tierra de Partida para infiltrarnos y buscar algo que no sabía de qué se trataba exactamente, con Chihiro. Pero todo eso sucedería casi mil años después, Assur no tenía ni idea de nada.

Así pues, me limité a asentir con la cabeza, intentando estar convencida de que yo pertenecía a ese sitio. Si no me creía yo la mentira, ¿quién lo iba a hacer?

Por favor, dime el nombre de tu clan. Me aseguraré de hablar con vuestro líder y hacerle llegar mi agradecimiento. Además, me gustaría ofrecerte alguna compensación, si está en mi mano, a cambio de que me apoyarais con tanto valor en la muralla.

Sentí como se me encogía el estómago poco a poco, hasta el punto de perder el apetito. Era mi momento para seguir con la idea del clan del Búho, y a saber si ya existía uno así o qué. Con dificultad, intentando por todos los medios mantener la calma y la serenidad, respondí:

El clan del Búho, nuestra líder es Lyn. Estoy segura de que ya la habéis visto —En realidad no tenía ni la menor idea, pero por formalismos, que no faltase nada—. No quepa duda de que le ayudaremos como esta tarde —Y me detuve unos segundos, pensativa, imaginando cómo continuar—. Aunque el nuestro sea un clan menor, sí estamos dispuestos a darlo todo.

Y el hombre se acomodó en su asiento, cruzando las manos. Esperé alguna clase de agradecimiento, pero no aquella pregunta.

Disculpa, ¿a qué clan has dicho que pertenecías…?

El mundo se me vino abajo. Me retorcí por dentro como nunca antes lo había hecho y mis ojos se abrieron como platos por un momento. El corazón comenzó a bombardear mi pecho a un ritmo frenético, y hasta juraría que una de mis manos llegó a temblar. No sabía a ciencia cierta si me había pillado, si el clan del Búho ya existía. Pero también podía ser que no hubiese escuchado sobre él anteriormente, así pues, aferrada a esa pequeña esperanza, me intenté mantener firme.

El clan del Búho.

¿Estás segura?

Y arqueó una ceja, como si estuviese sorprendido por escuchar sobre un clan así. Le miré a los ojos, seria, intentando averiguar sus intenciones, en vano por supuesto. Fruncí el ceño, dispuesta a seguir con mi mentira. Todos dependían de mí, y aunque hubiese sido yo misma la que sugirió en un principio no llevar ninguna tapadera, era demasiado orgullosa como para echarme atrás llegada a ese punto. La reunión con Assur se había vuelto un duelo de palabras. Tenía que pensar bien en lo que decir.

Y no lo pensaba perder.

A menos que me haya golpeado en la cabeza durante la batalla, estoy totalmente segura —confesé finalmente, para rematar—. Señor Assur.

Esperé unos instantes, intentando hacer más convincente mi mentira.

>No es tan raro que alguien como usted no haya escuchado sobre nosotros, al fin y al cabo. ¿Y sobre la recompensa… a qué se refería exactamente?

Mantuve la mirada fija sobre él, convencida de que había logrado darle la vuelta a las tornas; de que había salido airosa de la reunión. Mi satisfacción no podía ser mayor, estaba claro. Me había superado a mí misma con creces. Era evidente que el clan del Búho no era muy conocido —ni siquiera existía, pues me lo había inventado yo—, y por eso había dudado de mí.

Sí, tenía que ser eso.
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Ronda #9 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Dom May 31, 2015 7:41 pm


Toooodo recto, precioso vampirito y señorita~.

Adam, junto con Kairi, acabaron en una lujosa mansión decorada con el emblema de una serpiente. Tras esperar cinco minutos a que alguien diera señales de vida en su interior, las puertas se abrieron de golpe invitándoles a entrar. Dentro, les esperaba la loca lee-mentes, Catrina, sentada en un sofá del elegante salón. En la manos tenía un extraño espejo, cuyo cristal brillaba levemente.

Bueno, Assur, tengo visita. Continuaremos luego. —Un movimiento con la mano, y el espejo dejó de relucir—. Bienvenidos, viajeros del tiempo. ¿Tenéis hambre? ¿Os apetece algo, un té del mundo del desierto con galletas? No creo que pueda ofrecerte sangre humana, vampirito, pero si te sirve la de animal puedo cortarle el cuello a alguna gallina y servirte algo.

Uy, yo encantado, gracias~. —Que él recordara, era la primera vez que le ofrecían sangre fuera de Ciudad de Halloween.

Poco tardó en cumplir con la oferta: Adam se sentó en uno de los sillones con una copa llena de sangre, la mar de contento. Por supuesto, el vampiro no dudó ni un momento en bebérsela toda de un solo trago.

Antes de hablar de precios, deberíais concretarme exactamente qué queréis. No quiero que después haya reclamaciones. Os dije que sé que buscábais algo, y que está aquí. Y es cierto. Sé más o menos lo que haréis mañana. Pero a cambio de que os dé las directrices correctas necesito información y un trato. Algo que beneficie a esta Tierra de Partida, ya que imagino que queréis llevaros algo al futuro. ¿Qué es lo que está sucediendo? No me mintáis, lo sabré.

Adam se revolvió en su sitio, incómodo. Le volvía el mal rollo que le producía la mujer. ¡Parecía una bruja de las chungas! La pipa con la que ahora fumaba no ayudaba mucho que digamos.

Creo que os convendría colaborar, ya que vais a pasar un largo tiempo en este lugar y dudo que tengáis muchos aliados, ¿no~?

El vampiro miró de reojo a Kairi, antes de atreverse a hablar. No perdía nada por decir la verdad, total, Catrina ya lo habría leído en sus cabezas. Eso sí, esperaba que la pelirosa completase los detalles de la historia, porque digamos que él no había prestado demasiado atención.

Pueees, la Tierra de Portida de nuestro tiempo está siendo atacada por un montón de sincorazón. Muchíiiiisimos. El castillo ha perdido las cadenas que le servían de protección contra los monstruos, y hemos venido en busca de la forma de recuperarlas, o algo así. Se suponía que Zephyr iba a ayudarnos, pero como que ahora mismo es difícil que lo haga.

La mujer esperó a que Kairi añadiera algo, para después soltar una bocanada de humo con forma de murciélago que revoloteó hasta la cabeza del vampiro (que intentó agarrarlo cual niño pequeño).

Esa persona que esperáis que os lleve de vuelta no lo hará. Desconozco los motivos.

¿Qué...? Bruja tenía que ser —gruñó Adam, pensando en la sosa de Chihiro. Encima, les iba a traicionar a lo bestia, genial.

Pero hay una forma de regresar, claro. Así pues, si queréis que os ayude tendréis que darme dos cosas a cambio de una forma de defender Tierra de Partida en el futuro y de regresar a su tiempo.

Eso sonaba a chantaje. Enarcó una ceja, un poco confuso, preguntándose qué les iba a pedir ahora que hicieran (o que le dieran).

»El problema es que es un precio muy alto. Y quizás peligroso. ¿Estaríais dispuestos a arriesgaros para que el clan de los Unicornios se vuelva en vuestra contra? Puede que no lo sepáis, pero es muy poderoso y muy cruel y si os descubren os cortarán en pedacitos de forma literal~. ¿Qué decís?

Adam ni siquiera lo pensó.

¿Qué es lo que pides a cambio? Pide y dalo por hecho.

No se iba a andar por las ramas. Quedarse en el pasado no era una gran desgracia para él, al fin y al cabo viviría esos mil años que habían retrocedido para volver al presente. Pero sí que le gustaría recuperar las dichosas cadenas para salvar a los compañeros de Bastión Hueco que se habían quedado en el Castillo del Olvido. Nanashi le sacó de Ciudad de Halloween y le enseñó a viajar entre los mundos, otorgándole una libertad que siempre había añorado. De alguna manera, estaba en deuda con ella.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor EspeYuna » Dom May 31, 2015 9:22 pm

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Nadhia estuvo recorriendo el inmenso jardín con una sensación desagradable en las entrañas, producto de los nervios de encontrarse con Cornelia y el mal sabor de boca que le habían dejado las ancianas que la habían vestido.

Con prendas de una joven que, por sus palabras, debía haber fallecido hace mucho tiempo.

Le llamó la atención que hubiera tantas estatuas representando a los ángeles. Eran criaturas mitológicas aladas que, si bien consideraba bastante relacionadas con sus habilidades y el poder de su Llave-Espada, igualmente le atraían de una manera extraña. Ensimismada, tuvo que ladear la cabeza: no se podía permitir distracciones en aquel momento.

Tenía que encontrar la manera de permanecer al lado de Cornelia y no levantar sospechas.

Intentó mantener la compostura atravesando el jardín a pesar de las miradas de los caballeros con el emblema de los Unicornios. Decantaban curiosidad, quizás porque alguien ajeno a su clan había salvado a su señora allá fuera.

Nadhia se repetía que había sido pura casualidad, pero también creía en el destino cuando una mujer con poder político le debía la vida y su respeto cuando necesitaba información tan importante como la del paradero de Zephyr o de sus proyectos si éste ya había fallecido.

Frente a la puerta de la líder de los Unicornios había dos mujeres, una que le recordó bastante a Cornelia, pero no quiso quedarse mirando ni saludar. Sólo quería entrar y acabar cuanto antes el primer y gran paso para infiltrarse entre los altos cargos.

Adelante.

No negaría que estaba deseando salir corriendo en cuanto escuchó su voz. Pero lo que realmente le hacía seguir adelante era la imagen de todos sus compañeros y mentores luchando en el presente. Si aquel mísero engaño podía ayudar a Tierra de Partida, aunque ella se considerara pésima a la hora de interpretar un falso papel, que así fuera.

Si fallaba, al menos lo habría intentado.

Al entrar Nadhia se encontró con unos aposentos enormes, pero sobrios y tristes. Tampoco le sorprendió tanto por el carácter de una poderosa militar. Había un montón de mapas, los cuales si tuviera que haber esperado a la líder, se habría acercado a echarles un vistazo con tranquilidad. Pero Cornelia ya estaba frente a ella, sentada en un amplio escritorio con un montón de papeles de por medio, con libros acumulados, otros esparcidos y abiertos de par en par...

Nadhia observó, impresionada, la gran cantidad de conocimiento que quizás se había perdido con el paso de los siglos. Con lo que le apasionaban y si fuera menos responsable, no le importaría llevarse uno al presente e indagar en el pasado que quizás no le daría tiempo a vivir en sólo dos días... si realmente conseguía volver con el resto de sus compañeros.

Cornelia iba vestida con uniforme meramente militar, y parecía estar de una pieza, o al menos eso aparentaba.

Cierra la puerta.—Nadhia obedeció, cerrando con cuidado la puerta tras de sí. Se acercó cuidadosamente, quedándose a unos pasos del escritorio, tanto para mostrar respeto hacia la líder pero la suficiente confianza en sí misma para tratar con un alto cargo sin mostrar miedo—. Como prometí, recordaré que me has salvado la vida. Dime tu clan y me aseguraré de que sepa que tienen mi confianza y amistad. También puedo darte algo que quieras, sea lo que sea, excepto la adopción por un clan mayor a menos que ganes el consentimiento del líder de los mismos. —la joven escuchó atentamente todo lo que Cornelia le propuso, concentrada en su futura respuesta. Había estudiado qué tipo de respuesta darle en cualquier caso—. Imagino que mañana irás a la Montaña para rescatar a tus compañeros. Lamento no acudir con vosotros, pero he de proteger la ciudadela a cualquier precio, y no puedo abandonarla cuando las defensas son tan débiles.—Nadhia se revolvió en el sitio, pues no había pensado en eso. Claro que lo más normal para ella sería acudir a la Montaña, lugar al que se suponía que pertenecía su clan, menor seguramente al no traer consigo emblema—. Soy consciente del malestar de los clanes, probablemente del tuyo también, pero os pido paciencia y unión. Enfrentarnos entre nosotros con un asalto de esta escala no tiene sentido.—Cornelia frunció el ceño, y Nadhia asintió para ser educada y mostrar su total respeto. Realmente, con aquellas palabras la líder había conseguido ganársela—. A falta de líderes de los clanes menores, imagino que sirve igual preguntártelo a ti o a cualquier otro. Necesito saber hasta qué punto los clanes menores estarían dispuestos a abandonar la Montaña y trasladarse a este lugar. No es algo que vaya a gustar, en especial porque si los Sincorazón siguen atacándonos a este ritmo no habrá suficientes alimentos, pero necesito que la gente de a pie también de su opinión.

Cuando Cornelia cesó, Nadhia se dio cuenta de que le estaba cediendo la palabra. Y un sudor frío le recorrió la sien, víctima del pánico que le suponía iniciar su discurso. Pero aquella sensación y la expresión de su rostro le servirían para las mentiras que iba a soltar por la boca.

Todo fuera por el bien de su familia.

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Ante todo, mi señora, quisiera decir que no merezco nada por haberle salvado la vida, pues vos lo hicisteis en primera instancia durante el ataque de aquel escorpión. Si no fuese por usted, ahora mismo estaría muerta. Gracias, le debo mucho por su acto de compasión hacia alguien como yo —Nadhia hizo una leve reverencia, mostrando el mismo respeto en todo momento, y con un rostro firme y serio, aunque decantando la preocupación en su rostro al soltar una falsa historia y usarla a su favor para hacer teatro de la situación que había preparado, prosiguió—. Me pregunta por mi clan, y seguramente le parecerá de absoluta incredulidad lo que voy a confesar a continuación... —cogió aire—. Sólo recuerdo mi nombre, y mi legado a la Llave-Espada, pero... desde el ataque allá fuera, cuando el escorpión me aplastó contra el suelo, he sufrido una laguna molesta e insoportable. No me acuerdo de mi familia, ni del símbolo al clan al cual pertenezco, por lo que no sabría deciros si los clanes menores estarían dispuestos a trasladarse aquí. Aunque dada nuestra situación actual, no creo que hubiera problema alguno con tal de salvar la vida de todos, porque como usted ha dicho, estamos juntos en esta pesadilla —Nadhia hizo una pausa, esperando la reacción de Cornelia al escuchar aquello. Pero tampoco daría oportunidad de que hiciera preguntas, pues intentó volver a coger el ritmo de su discurso para no perderse en su propia mentira y dar un paso en falso—. Es una auténtica locura lo que le acabo de confesar, lo sé. Sospecho que también pueda haber sido producto del veneno de los escorpiones en el campo de batalla, que la toxina me haya afectado a la cabeza... pero son sólo conjeturas de una guerrera confusa y desorientada.

Tras decir aquello, Nadhia tenía que poner todo su empeño en que Cornelia decidiera hacerse cargo de ella, pero dadas sus últimas palabras, lo que debía impedir es que la mandara a la Montaña y demostrar que podía serle de utilidad en la batalla:

Recuerdo la Montaña de forma nítida, pero nada más. Sólo sé que si voy en este estado mañana, sólo seré una carga para el resto. Por mucho que me duela admitirlo, mi señora, descubrir sobre mí misma sería una distracción demasiado jugosa y me impediría concentrarme en la misión y ayudar a todos, ya fuera a los clanes menores o a mis propios compañeros si las cosas se pusieran feas allá arriba —Nadhia hizo una reverencia más pronunciada, cerrando los ojos y deseando con fuerza que sus palabras llegaran a la líder suprema de Tierra de Partida—. Por eso me gustaría, señora Cornelia, que me dejara permanecer a su lado durante estos días hasta que recupere la memoria. Aún sin ella, sé que podré usar mis habilidades a corta y gran distancia para protegerla a usted... incluso con mi vida si hace falta.

» Será para mí un inmenso honor estar bajo sus órdenes durante este infierno.

No quería suplicar, ni pedir un "por favor". Eso la haría mostrarse débil e inexperta, y a Cornelia parecía no servirle aquello. Tenía que demostrarle que, a pesar de aquel incidente relacionado con una memoria extraviada, seguía manteniendo el porte de un Caballero de la Llave-Espada.

Estaba hecho. Sólo faltaba esperar por una respuesta.
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Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Lun Jun 01, 2015 12:22 am

La mansión de Catrina destacaba por estar adornada con el símbolo del Clan de las Serpientes y una mariposa igual que la de Kairi revoloteaba alrededor.

La puerta tardó en abrirse, posiblemente la misteriosa mujer se estaría haciendo un poco de rogar. Un olor a incienso impregnó la nariz de la Aprendiza.

- Toooodo recto, precioso vampirito y señorita~.

Catrina se encontraba en el salón, poniendo atención a un espejo que brillaba.

- Bueno, Assur, tengo visita. Continuaremos luego - pasó su mano por el espejo y este se apagó - . Bienvenidos, viajeros del tiempo. ¿Tenéis hambre? ¿Os apetece algo, un té del mundo del desierto con galletas? No creo que pueda ofrecerte sangre humana, vampirito, pero si te sirve la de animal puedo cortarle el cuello a alguna gallina y servirte algo.

- Uy, yo encantado, gracias~. - respondió Adam, despertando un poco de miedo en Kairi. Esperaba que no se le ocurriera morderle o algo peor.

- Gracias, acepto ese té - respondió lo más calmada posible.

Catrina sonrió y les trajo las bebidas. A Kairi le dio una bonita taza de té transparente a juego con el plato. Dio unos pocos sorbos mientras la mujer les ofrecía asiento. El té estaba delicioso. Observó que a Adam le había dado una copa con sangre, pero no quiso mirar demasiado rato a causa del asco.

- Antes de hablar de precios, deberíais concretarme exactamente qué queréis. No quiero que después haya reclamaciones. Os dije que sé que buscábais algo, y que está aquí. Y es cierto. Sé más o menos lo que haréis mañana. Pero a cambio de que os dé las directrices correctas necesito información y un trato. Algo que beneficie a esta Tierra de Partida, ya que imagino que queréis llevaros algo al futuro. ¿Qué es lo que está sucediendo? No me mintáis, lo sabré. Creo que os convendría colaborar, ya que vais a pasar un largo tiempo en este lugar y dudo que tengáis muchos aliados, ¿no~?

Kairi notó que Adam la miraba de reojo. Era evidente que no se fiaba demasiado de esa mujer. Aun así se limitó a contarle la verdad, ya que Catrina sabía demasiado sobre ellos.

- Pueees, la Tierra de Portida de nuestro tiempo está siendo atacada por un montón de sincorazón. Muchíiiiisimos. El castillo ha perdido las cadenas que le servían de protección contra los monstruos, y hemos venido en busca de la forma de recuperarlas, o algo así. Se suponía que Zephyr iba a ayudarnos, pero como que ahora mismo es difícil que lo haga.

- Tierra de Partida - continuó Kairi haciéndo énfasis en Partida para corregir al vampiro - se ha transformado en otro castillo, el Castillo del Olvido o algo así. Una persona abrió un portal a esta época para que encontráramos a Zephyr. Creemos que él tiene la clave para recuperar las cadenas... Pero parece que está perdido en otro mundo - suspiró desanimada.

Después de escuchar a los jóvenes, la mujer exhaló una bocanada de humo en forma de murciélago que Adam intentó atrapar.

- Esa persona que esperáis que os lleve de vuelta no lo hará. Desconozco los motivos.

- ¿Qué...? Bruja tenía que ser.

- No se por qué me esperaba eso - comentó poniendo los ojos en blanco. Posiblemente habían cometido un error irreparable al fiarse de Chihiro.

- Pero hay una forma de regresar, claro. Así pues, si queréis que os ayude tendréis que darme dos cosas a cambio de una forma de defender Tierra de Partida en el futuro y de regresar a su tiempo.

Ella pedía algo a cambio de recuperar las cadenas y regresar a su época. Le parecía justo, no iban a ser ellos los únicos que ganarían algo.

>>El problema es que es un precio muy alto. Y quizás peligroso. ¿Estaríais dispuestos a arriesgaros para que el clan de los Unicornios se vuelva en vuestra contra? Puede que no lo sepáis, pero es muy poderoso y muy cruel y si os descubren os cortarán en pedacitos de forma literal~. ¿Qué decís?

El vampiro lo tenía clarísimo, al igual que Kairi.

- ¿Qué es lo que pides a cambio? Pide y dalo por hecho.

- Aceptamos. ¿Qué tenemos que hacer?

Si quería regresar a su tiempo y recuperar su hogar, no tenía más remedio que aceptar, por peligroso que fuera lo que les pidiera Catrina.
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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