KairiEl Aqua de Kairi alcanzó a dos
arañas de barril, destruyéndolas al instante. Sin embargo, la tercera consiguió evadir el ataque, saltando y abalanzándose sobre Meg. La reacción de Hércules fue instintiva: pese a las advertencias de Kairi, saltó hacia delante y placó al sincorazón con toda su fuerza, destrozando al barril. Aunque el corazón no fue liberado, el sincorazón sí que se esfumó. Suerte que Kairi no atendió demasiado bien aquel día en clase, porque la clave no era atacarles con magia, sino acabar con ellos lo más rápido posible y de un golpe a poder ser. Y Hércules lo había conseguido.
—
Vaya, eso ha estado cerca —comentó la mujer, recuperando la compostura y acercándose a ambos ahora que ya no había monstruos que la acechasen—.
Gracias, a los dos.—
¿Estáis bien?Meg asintió, y en cuanto Kairi confirmara que también estaba bien, el héroe les indicaría que salieran a toda prisa a cubierta. Al fin y al cabo, debían comprobar qué había pasado con la serpiente marina después de todos los vaivenes que sufría el barco. ¿La habrían derrotado los demás portadores?
Fátima, Ragun, Nikolai & MalikMenos mal que Fátima se lanzó al agua para ayudar a Ragun, porque de lo contrario el aprendiz se habría ahogado. Entre ambos consiguieron cortar las algas oscuras, aunque fue necesario el hechizo de hielo de la maestra para lograrlo, y salir a la superficie. La parte negativa era que el aprendiz no estaba en sus mejores condiciones: no se desmayó de milagro.
Mientras tanto, Malik y Nikolai hicieron frente a la temible serpiente. Tras el
Electro+ de la maestra, y entre los ataques de ambos aprendices consiguieron tumbar a la criatura marina, siendo el
Aturdidor del segundo lo que dejó sin sentido al monstruo, que se desplomó sobre el agua y se hundió con rapidez. ¿Habían ganado?
TodosHércules salió al poco de la bodega, acompañado de Kairi y de una misteriosa joven que solo Malik reconocería. Antes de cualquier tipo de explicación, entre todos tuvieron que ayudar a Fátima y a Ragun a subir al barco, sobre todo porque el segundo necesitaba un buen descanso para recuperarse de casi morir ahogado.
—
¿Cómo estáis? —les preguntó a los dos, entregándoles un par de mantas que había recogido de la bodega para que pudieran secarse. También miró a Malik y a Nikolai, asegurándose de que estuvieran enteros—.
¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!—
Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar —comentó Meg, que se había sentado sobre una caja con total tranquilidad.
Las miradas de desconcierto de los portadores no se harían esperar, y muy posiblemente alguno preguntaría quién era ella o cómo había acabado allí con ellos, en medio del mar. Hércules se percató, y corrió a su lado para hacer los honores.
—
Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.La joven soltó una risita, sobre todo porque Hércules había dudado sobre qué palabra elegir para presentarla e incluso se había ruborizado ligeramente.
—
Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...? —Esperó que todos se presentaran, manteniendo esa compostura de naturalidad y calma, como si fuera lo más normal haber aparecido de repente. Además, sonrió con picardía al mirar a Malik, ya conocido para ella—.
Un placer.Si alguno no se había presentado, Hércules lo haría por él/ella.
—
Pero.. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¡Apareciste en la bodega de repente!—
No seas bobo. Os vi al sátiro gruñón y a ti esta mañana en el puerto, y al enterarme de que te ibas de excursión de héroe, decidí apuntarme al viajecito. Así que me escondí en uno de los barriles para que Fil no me pillara. —Su aspecto (su ropa o su pelo) no parecía de alguien que hubiera pasado un buen rato metido en un barril, aunque ni ella ni Hércules le dieron importancia—.
Debí de quedarme dormida y el golpe de la serpiente me despertó.No dijo más sobre el tema, aunque lo aprendices podrían preguntar si tenían sus dudas. Hércules, por su parte, preguntó por encima qué tal había sido la lucha contra la serpiente y, tras comprobar el estado del barco (para él, no estaba tan mal como podría haber acabado), volvió a tomar el timón y a preparar la
bolsa de los vientos.
—
Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? —Miró a Megara con cara seria, aunque ella no pudo evitar soltar una risita mientras asentía—.
Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!¡En marcha, Argo!
La segunda parte del viaje, tras la batalla contra la serpiente marina, fue relativamente tranquilo. De vez en cuando aparecían algunos sincorazón de nivel bajo-medio para asaltarles, atraídos por la presencia de tantos portadores juntos, pero no eran rivales para ellos y los derrotaron con facilidad.
El ambiente en el Argo, por otra parte, era similar al anterior, salvo que Hércules y Megara pasaban bastante tiempo juntos, charlando y riendo juntos. La química entre ellos era notable. Aun así, también había ratos en los que estaban separados, dando la oportunidad a los aprendices de poder hablar con cada uno por separado. ¿Averiguar más cosas sobre la misteriosa Meg? ¿Charlar con Hércules? Lo que prefirieran.
Pegaso, por su parte, fue el más perjudicado. Tras un incidente al poco de reanudar el viaje en el que
sin querer casi arroja a Meg por la borda, Hércules le riñó y el caballo alado se fue a un rincón de morros, mirando de vez en cuando a la parejita con recelo. Quedó claro que él y la recién llegada no hacían migas.
Tras dos horas de viaje, que sirvieron al menos para que los portadores recuperasen las energías casi al completo, una densa niebla empezó a rodear el Argo. No se veía nada, y Hércules se mostró claramente nervioso, incapaz de saber si se dirigía en la dirección adecuada. Por suerte para todos, tras cinco minutos de incertidumbre, salieron de la barrera de niebla, descubriendo lo que habían estado buscando: una pequeña isla apareció frente a ellos, donde un templo de piedra les llamaba a gritos.
—
Creo que este es el lugar... —Miró el mapa repetidas veces, intentando asegurarlo—.
Aunque esperaba algo más... grande.La isla en sí era pequeñísima, casi demasiado para ser una isla natural. El templo que se alzaba en el centro tampoco era muy grande, construido según el típico estilo griego con piedra gris, sin casi decoraciones. Aunque lo más raro, sin duda, era el círculo de niebla que rodeaba la isla y por el que habían pasado para llegar hasta allí. ¿Una barrera para ocultar el templo, tal vez?
El Argo llegó hasta la orilla, donde encontraron un pequeño puerto casi derruido en el que atar el barco. Sin embargo, nada más bajarse todos, más sincorazón hicieron acto de presencia. Como eran de nivel bajo-medio, como los que se habían ido encontrando durante el viaje, no les dieron casi problemas, aunque sirvieron para dejar clara su presencia. En la isla había sincorazón.
Al poco, llegaron hasta el templo. De cerca no cambiaba mucho la impresión: de pequeño tamaño, casi parecía la antesala del coliseo a la que ya estaban acostumbrados, y sin ninguna decoración o señal que pudiera servirles para identificar a quién pertenecía el lugar.
—
Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.Incluso Hércules estaba nervioso. Pero no dudó ni un segundo en dar un paso adelante, y ser el primero en cruzar el umbral del templo. Sin embargo, surgió un problema al instante: solo Ragun y Fátima pudieron seguirle. Los demás se encontraron con una barrera invisible, rígida e inquebrantable, que les bloqueaba la entrada.
—
¿Pero qué? —Meg probó a darle un golpe a la barrera, sin resultado alguno—.
Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.Señaló a una esquina de una de las columnas que formaban la entrada del templo, donde había unas pequeñas letras escritas en griego antiguo que los aprendices no podrían entender. Por suerte, tenían dos nativos del mundo que sí podían.
»
"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.—
¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera. —Se mordió el labio inferior, rascándose la cabeza, dubitativo.
Meg se encogió de hombros, sentándose con tranquilidad en el escalón inferior del pequeño tramo de escaleras que daban acceso el templo. Ella no dependía de Fátima, pero lo demás sí. Era la Maestra y líder del grupo, al fin y al cabo. Sabía que en la isla aparecían sincorazón, y que tendría que dejar a Malik, Kairi y Nikolai solos mientras ella avanzaba con Ragun. ¿Le parecería bien, o tendría otra idea en mente? Hércules, por su parte, aunque no se mostraba contento de dejar a Meg fuera, entraría para buscar la piedra.
El templo había sido encontrado. Ahora debían conseguir la piedra del olimpo. Aunque la mala noticia era que solo tres de siete podrían entrar a buscarla.
¡Fichas guardadas! Los PHs gastados durante la pelea contra la serpiente ya han sido recuperados durante el viaje.
Nota: os ahorro perder rondas peleando contra sincorazón, pero las peleas contra ellos deben ser mencionados en los posts.
Fecha límite: martes 26 de enero.