Nunca JamásLight estuvo de acuerdo con entrar en la casa de los niños perdidos, el viejo árbol deforme decorado con todo tipo de objetos propios de tribus indígenas y de cacería. Zorrillo escuchó confuso todo lo que Peter explicó, y luego se dio cuenta de quién era el aprendiz.
—
¡Anda, si tú eres el de la otra vez! —exclamó asombrado—
. ¡Ay, lo siento! ¡Deberías habermelo dicho antes, casi te mato!Entretanto Conejo se levantó de la roca en la que había estado sentado hasta ese entonces y se acercó el grupo, con la mirada confusa.
—
¿No es un invasor, Peter? No entiendo nada.—
Claro que no, Conejo. Nos ayudó a darle una lección a ese tonto de Garfio y sus piratas una vez. —respondió, mostrando una sonrisa burlona.
Conejo observó a Light con los ojos bien abiertos, admirando al muchacho.
—
Woa, ¿es en serio? —preguntó a Light, suplicante.
Decidiese responder o no al niño, Peter Pan y Zorrillo avanzaron hasta el árbol retorcido. La entrada estaba ubicada en un pequeño agujero a la altura del suelo así que Light se tuvo que agachar y gatear para entrar dentro. Le costó, el aprendiz era bastante grande y se notaba que aquella entrada estaba pensada para niños, no para un adulto como él. Pese a todo logró llegar al final y alcanzar el hogar de los Niños Perdidos, donde pasaban su día a día:
Era muy amplio y abarcaba prácticamente una cueva subterránea llena de pasillos y recovecos que hacían del sitio una especie de madriguera. Al instante algunos niños se adelantaron hasta situarse a la altura del grupo gritando "¡Peter!". Los primeros en pronunciarse fueron dos niños idénticos entre sí. Se trataba de gemelos, ambos vestidos por pieles de un mapache:
—
¿Quién es este niño? —preguntaron los dos a la vez.
Después otro más pequeño vestido con las pieles de una mofeta se acercó al aprendiz para olfatearlo, aunque no dijo nada de nada.
—
No es un niño, se trata de un adulto y se llama Light —Y todos miraron a Light con una mezcla de terror y asombro entre sus ojos—
. Pero está de nuestro lado. Nos ayudó una vez, y le ayudaremos nosotros en lo que podamos esta vez. ¿Todo claro?Los niños asintieron, la palabra de su líder era la ley en aquel sitio. Peter y Campanilla se adelantaron hasta un enorme salón mientras que Zorrillo se separaba por un pasillo colindante. Se sentaron en el centro de la sala y entonces Light se presentó.
—
Escuchadme, chicos. La actividad de esas criaturas oscuras, los Sincorazón, ha aumentado en Nunca Jamás. Supongo que no hace falta que lo diga, ya lo habréis notado. Son muy peligrosos, no dudéis en evitarlos si es posible. Como dije antes, yo y otras personas hemos regresado a Nunca Hamás para ayudaros a lidiar con esas criaturas.—
¿Los Sincorazón? —preguntó Peter, con la duda en el rostro—
. Hasta ahora los hemos tomado como nuestros principales enemigos: los Niños Malos. No sabía que tuviesen nombre.Los demás niños, incluida Campanilla, centraron su vista en Light. Parecía haber captado el interés de todos los presentes.
—
Las conocemos bastante bien, creo que podremos encontrar la manera de erradicarlas. O, al menos, reducir su número para que la situación se normalice. Así que no os preocupéis.—
Al principio pensábamos que estaban ayudando a Garfio. —aportaron Los Gemelos a la información que Light les había entregado.
—
Pero también han atacado a los Piratas, y a los Indios en su poblado. Al principio no eran un problema, pero cada vez vemos más vagando por la selva. Por no decir que a día de hoy están por todas partes. Es imposible dar dos pasos sin encontrarte con uno.—
Así que, ¿puedo contar con vuestro apoyo?Peter negó con la cabeza, restándole importancia a las posibles diferencias que pudiesen tener, sonriente.
—
Claro, dalo por hecho.—
Contadme, ¿ha pasado algo inusual en la isla aparte de la mayor presencia de Sincorazón? ¿Habéis visto últimamente a alguien extraño, por un casual?—
¿Un extraño dices? Ahora mismo no caigo, aunque sí hemos visto varias veces a un tipo con armadura plateada. Al menos eso me comentó Zorrillo, y por lo que decía no parecía estar haciendo nada interesante. Ah, claro, y también están los Indios. Últimamente no sabemos qué les pasa, se han vuelto un poco hostiles. ¿Crees que todo esto tiene relación?Todos aguardaron la respuesta de Light, intrigados por los misterios que estaban teniendo lugar en la isla. Y al cabo de unos momentos unos pasos resonaron por la guarida. Se trataba de Zorrillo, sudaba y mostraba un rostro invadido por la preocupación.
—
¡Peter, es Osezno! ¡Está muy mal!Peter se levantó de un salto y le indicó a Light que les siguiera. Avanzaron por unos pocos pasillos a oscuras, desde donde se podía apreciar algunas habitaciones. En una de ellas vio el mismo cofre en el que tenía guardado su bate de Struggle. Seguía intacto y a buen recaudo, por lo que parecía ser. Tampoco pasaron desapercibidas unas camas que parecían abandonadas, con unos muñecos que representaban a Wendy y sus hermanos. Los Niños Perdidos no podían olvidar con tanta falicidad a la madre que tanto amor les dio.
Al final accedieron a una estancia muy al fondo y lo que presenció el aprendiz fue cuanto menos horrible: un niño regordete y corpulento, vestido con las pieles de un oso, que sufría sobre una cama:
Peter y Campanilla se acercaron con el corazón a punto de salirse del pecho, nerviosos. Osezno murmuraba cosas, se agitaba, estaba pálido como un cadáver y se revolvía entre las sábanas con espasmos. La cama estaba cubierta de sangre. Era una escena sobrecogedora y muy impactante. Y cuando Peter le bajó las sábanas Light pudo ver la razón: el niño presentaba un terrible corte en el estómago. La herida tenía muy mala pinta y estaba infectada.
—
Está muy mal... Lleva así desde anoche, alcanzó el descampado medio muerto —después encaró al aprendiz, casi rogando por lo que estaba a punto de decir—
. Era esto de lo que te hablaba, Light. Necesitamos tu ayuda, ahora mismo la necesitamos. ¿Vosotros sabéis usar magia, verdad? ¿Podéis curar? Campanilla nos puede llevar a todos volando hasta donde esté vuestro grupo...Luego se acercó a Osezno, agarrando la mano derecha que colgaba del borde de la cama.
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Osezno... te pondrás bien, ya verás.Dependía de Light. Si aceptaba la petición Campanilla se encargaría de llevar a todos volando gracias a su polvo de hadas, en caso contrario... Solo la conciencia del aprendiz sabría si podía cargar con la vida de un niño.
Osezno está envenenado y ha perdido mucha sangre. Te hubiese dado la opción de lanzar Cura o Esna, pero no veo que las tengas en la ficha. También puedes usar una poción u otro objeto, pero su estado es muy grave, no te garantizo que sea suficiente.
****Maya estuvo decidida desde el primer momento, lanzó un hechizo
Libra a la misteriosa mujer de las orejas de conejo y obtuvo información muy, pero muy valiosa, que la ayudó a comprender parte de la situación.
—
No, no, os equivocáis. No vamos detrás de ningún tesoro, hemos venido a... Bueno, parece que no os puedo mentir, sabéis mucho —Luego invocó su Llave Espada —.
Soy una aprendiza de la Llave Espada, y he venido junto a otros Portadores para combatir la oscuridad que amenaza este mundo.»
De todas formas, ¿cómo sabéis acerca de los Portadores y la oscuridad, y cómo habéis adivinado que yo era una tan fácilmente?La mujer sonrió y miró en otra dirección por un momento.
—
Mi olfato me permite percibir muchas cosas... La oscuridad hoy apesta más que nunca en esta isla, y me preocupa —a continuación se acercó a Maya unos pasos—
. También puedo percibir el poder de la Llave Espada en tu corazón. —señaló al pecho de la niña.
—
Somos Piratas del Aire, kupó. Mira que no reconocernos... —bramó el Moguri, indignado—
. Me llamo Nono, kupó. Y soy el mejor ingeniero que existe en el universo. No lo dudes, kupó.—
Fran es mi nombre. Y sí, venimos de otros mundos —esperó una reacción por parte de Maya—
. Nuestro otro compañero nos advirtió de que apareceriáis tarde o temprano. Ya colaboramos con la Orden la última vez que acudió a esta isla, no tienes por qué desconfiar de nosotros. Nos gustaría que nos acompañaras a cierto lugar, te explicaremos algunas cosas interesantes.Fran y Nono empezaron su marcha por la selva hacia a saber dónde. Habían declarado ser "Piratas del Aire", pero tampoco parecían mala gente, pues incluso de haber podido podrían haberla atacado por sorpresa. Todo lo contrario, buscaban ayudar a la Orden por alguna razón. Maya había estado dispuesta a darles un voto de confianza, así que optó por ir con ellos. Durante la travesía Fran se atrevió a comentar algo.
—
Mateus Palamecia. ¿Te es familiar ese nombre? —daba por hecho que sí—
. Es posible que él y su banda estén tramando algo en este mundo. —reveló, pero sin llegar a decir nada más. En caso de que Maya insistiera mucho se limitaría a indicarle con el dedo índice que se mantuviera callada.
Pasaron un buen rato caminando entre la espesura, atravesando algunas gargantas repletas de musgo y verdor sobre troncos que conectaban una zona con la otra, con el piar de los pájaros y los rugidos de otros animales en la lejanía. Al final alcanzaron un claro, no muy lejos de la costa según el mapa de Maya. Desde allí se podía acudir a la playa y a la Laguna de las Sirenas.
El sitio en cuestión se encontraba vacío, nada de nada a la vista. Hacía falta una vista de lince para poder percatarse de que las hojas y algunas ramas estaban aplastadas de manera irregular por una fuerza invisible y paranormal. Nono sacó un pequeño dispositivo de su traje y presionó un botón, de la nada apareció una enorme nave:
—
Es el Strahl, kupó. La mejor nave gumi del universo, ¡y la he diseñado yo, kupó! Puedes entrar, pero los bichos con pulgas no están permitidos. —señaló a Ukki.
Ignorando lo que Maya le pudiese reprochar, el mejor ingeniero del universo se adentró en el vehículo espacial subiendo unas escaleras de metal que daban a su interior.
—
Al principio es un poco borde, pero en el fondo es un pedazo de pan. No te lo tomes como algo personal. —aconsejó Fran a la niña.
Maya, Ukki, y el Ente de Agua subieron a través de las escaleras y vieron de primera mano el famoso Strahl: era impresionante y estaba reluciente por todos lados. En una pared del puente de mando encontró unos carteles de "Se busca: vivo o muerto" con sus rostros. Cada uno dedicado a cada integrante de la banda, eran tres en total: Nono, Fran y Balthier. Todos tenían una recompensa muy, muy elevada, de más de doscientos mil platines. Y algunos artículos de Ciudad de Paso amontonados uno detrás de otro en una mesilla donde se alegaban cosas en su contra.
—
Hace años robamos en Ciudad de Paso. Parece que su benevolente y amado alcalde no ha olvidado nuestros crímenes.Fran apareció tras una puerta —en la que se había metido nada más entrar— con una bolsa cargada de provisiones y un arco a sus espaldas. Nono por su parte abrió una pequeña caja de herramientas y sacó algunos artilugios que Maya vio de pasada: una pistola y algunas granadas. ¡Menudo peligro!
—
No podemos decirte mucho más. Balthier ha ido a investigar Londres, donde vimos al Guardián del Emperador. Pero nosotros podemos ofreceros ayuda aquí.—
¡Todo listo kupó!—
¿Te parece bien si te acompañamos a ver al resto de tus amigos?No parecían aceptar un "no" por respuesta...
Maya puede aun así negarse, por si no ha quedado claro vamos xD
Nombre: Fran
Raza: Viera
Cargo actual: Pirata del Aire
Nivel: 23
Estadísticas: Muy alta Elasticidad, Puntería y Poder Mágico. Baja Resistencia, Fuerza y Combate Cuerpo a Cuerpo.
Habilidades: NO DISPONIBLES
Otros datos:
- Sus sentidos de viera permiten percibir la Oscuridad del ambiente y la Llave Espada.
- Dada su condición de Viera puede perder el control si se enfrenta a ingentes cantidades de Oscuridad. En cuyo caso sus habilidades físicas incrementan drásticamente.
****El sincorazón intimidaba, estaba claro. Una bestia descomunal y aterradora como aquella provocaba pesadillas incluso a los niños, pues era lo más parecido a un auténtico demonio que podía existir en el universo. Pero a Freya no le quedó otra opción que enfrentarlo, estando sola y atrapada en aquel lugar, acompañada nada más que del Ente de Agua.
El monstruo se lanzó a por ella desde el aire, a lo cual reaccionó invocando la Llave Espada y lanzando un hechizo
Electro. Y podía sentirse orgullosa de su alto Poder Mágico, porque fue gracias al mismo que logró hacer retroceder al Invisible con un hechizo básico. Pero cometió el error de lanzarse a continuación a por él, atacando sin cuartel a la criatura.
Los primeros espadazos llegaron. Freya enarboló su arma para que el filo impactara en la negra piel del monstruo, mas no surtió apenas efecto. En cuestión de segundos la criatura le pegó un veloz tajo en el brazo y la desarmó, para luego atravesar su hombro derecho con la espada. La aprendiz sintió cómo la piel era travesada y rasgada numerosas veces gracias al peculiar filo del arma, que contaba con varias puntas para desgarrar bien la carne.
Pudo invocar de nuevo la Llave Espada en su brazo sano, pues el dominante lo tenía herido y le costaba moverlo con propiedad. Retrocedió y acudió al Ente de Agua.
—
Échame una mano. Un momento... ¿Y la niña?El Invisible, que no había dejado de avanzar a través del aire hacia ella con aire amenazador, pegó un peligroso salto a una velocidad pasmosa hasta ubicarse a espaldas de la aprendiz. Ese momento fue clave. El Ente lanzó un
Aqua básico al cuerpo del sincorazón, que ya blandía su arma para atravesar el corazón de la chica de lado a lado, y fue gracias a ese hechizo que ella pudo bloquear con su Llavero el ataque puesto que cosiguió hacer retroceder al enemigo unos momentos.
Salió despedida unos metros atrás y se raspó con la tierra. Luego el sincorazón atravesó a la criatura mágica por la mitad y desapareció sin más, dejando tras de sí unas cuantas burbujas que iban desapareciendo poco a poco. Freya no lo dudó y, aprovechando la distracción que había supuesto el ente mágico de Rebecca, desefundó sus pistolas y disparó a bocajarro al monstruo.
La puntería de Freya era excepcional. Cada una de sus balas logró impactar en puntos clave del cuerpo del enemigo, que retrocedía poco a poco. Claro que cada uno de los disparos resonaba con profundidad en aquel lugar, el eco bien pudo reventarle los tímpanos, pero era eso o su vida. El Invisible intentó saltar, escapar de aquella trampa en la que había caído, pero le resultó imposible.
Se evaporó en una nube de oscuridad hasta desaparecer. Su espada cayó también, siguiendo el destino de su dueño. Nada quedó del monstruo. Ni del Ente mágico de Rebecca. Estaba sola en aquel llano, escuchando el sonido del viento sobre la copa de los árboles y con la puerta dorada a sus espaldas.
Los arbustos cercanos volvieron a agitarse al cabo de unos segundos de tensión. Se trataba de la misma niña con la calavera en la cabeza, que observaba a Freya y sus armas con auténtico pavor, le temblaban los pies. Después desvió la vista al sitio en el que el sincorazón había perecido, y volvió a mirar a Freya, entre intrigada y aterrada. Pasó así un buen rato, observando cómo la aprendiz se reincorporaba de la batalla, para finalmente dar un paso adelante y salir de los matorrales.
—
Marchaos... —consiguió decir, con mucho esfuerzo—
. ¡Marchaos! Este lugar ser peligroso. No tocar puerta de oro.Al más mínimo movimiento de Freya la niña se puso en tensión. No iba a dejar que se le acercase así por las buenas, pero tampoco parecía llevar consigo intenciones hostiles. ¿Cómo actúar? ¿Qué podía saber ella? ¿Quién era?
Puedes preguntarle lo que quieras, o lo que creas conveniente. Dependiendo de cómo actúes podrás caerle mejor o peor, piensa bien ^^
****—
Señor… Señor Guado. Le agradezco su… oferta, pero me temo que no entra en mis planes hacer negocios con usted. Si no le importa… Me gustaría marcharme. ¿Podría despejarme el camino, por favor?Seymour borró la sonrisa de su rostro y suspiró, cargado de decepción. Le dio la espalda a Jeanne visiblemente decepcionado.
—
Una lástima, señorita Mars. Lamento profundamente si mis formas no le han dado una buena impresión de mí, mas no tenía otra opción que mostrarme en estas condiciones, me temo. Supongo que he depositado demasiadas confianzas en usted, después de todo, y es una lástima —a medida que hablaba y hablaba, más frío empezaba a calar en el cuerpo de Jeanne. Fue perdiendo la movilidad sin remedio, y más tarde comenzó a tiritar—
. Debe ser doloroso no poder obtener lo que más ansía por culpa de la lealtad que siente hacia esas personas que hace llamar compañeros. ¿No les vuelve eso una carga?»
Mas mi oferta seguirá en pie, si así usted lo desea.Las palabras de Seymour resonaban en su cabeza como un eco distante y espectral. Rodeada de luminiscencias y fantasmas la chica terminó sufriendo el poder del hielo en su piel, fue incapaz de decir si aquello había sido alguna clase de magia ofensiva o qué. Se vio congelada en un instante y perdió el conocimiento. Cayó sin remedio al suelo y todo se volvió negro para ella.
Jeanne Mars se despertó con un leve dolor de cabeza. Tenía el cuerpo helado y los labios morados, se encontraba en dentro de una tienda de campaña de las que había montado la maestra, en otras palabras, seguía en el campamento. Por la oscuridad del ambiente notó que no quedaba mucho para que el Sol se ocultara en el horizonte, a lo sumo una hora y media, puede que poco más. Se escuchaba el sonido del viento y de las brasas en el exterior.
En cuanto se asomó se encontró con la maestra Rebecca sentada en un rincón del campamento, haciendo trazas y planes con unos mapas. Murmuraba algo de que iba a necesitar aprendices en "esa tarea", tarea que nunca llegó a nombrar. Después posó sus ojos en Jeanne y la recibió con una tierna sonrisa.
—
Jeanne, menos mal que estás despierta. ¿Te... te encuentras bien? Por un momento temí lo peor. Estabas tirada junto a la leña en el claro. ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?Rebecca no le iba a preguntar directamente por lo sucedido, pero sí le daba la opción de hablar de ello. Quedaba en sus manos dar información de Seymour... o no. O guardarla para ella misma. Comprobó además que la tierra del suelo estaba agitada, como si una batalla se hubiese llevado allí mismo. Pudo ver que nadie había regresado aún. ¿Estarían los demás bien?
Vamos, tienes total libertad para decirle a quién quieras sobre Seymour. Revelar su presencia o no será muy importante, piensa bien xD
Objetivos:
- Conseguir alimentos: peces, agua potable, frutas. [v]
- Conseguir alimentos: carne fresca, setas, huevos. [v]
- Contactar con los Niños Perdidos y ganar su apoyo. [v]
- Campamento y materiales: obtener suficiente leña/ayudar a Rebecca. [v]
Lugares:
- El Campamento. [Jeanne y Rebecca]
- La Base de los Niños Perdidos. [Light y Peter]
- La Bahía y el Barco de Garfio.
- Las Montañas.
- La Jungla. [Freya]
- La Costa.
- El Strahl. [Maya]
Light Hikari:
VIT: 54/66
PH: 55/58
Gaomon:
VIT: 36/36
PH: 17/20
Jeanne Mars:
VIT: 28/28
PH: 26/26
Freya:
VIT: 16/30
PH: 19/28
Maya Zawrid:
VIT: 32/36
PH: 18/40
Ukki:
VIT: 6/6
PH: 2/2
¿¿??Neru no respondió, ni dijo nada. La gente gritaba y el señor intentó retroceder para llevarse al aprendiz consigo, pero fue demasiado tarde. El Soldado pegó un salto y le propinó una fuerte patada en la cabeza que le hizo perder el conocimiento.
Lo siguiente que recordó Neru fue despertar con una cabeza que le daba vueltas. Estaba en un sitio muy oscuro, intentó moverse, pero no tardó en comprobar que tanto sus manos como sus piernas estaban atadas sin remedio con cuerdas muy gruesas y resistentes, su solo contacto lograba rasparle la piel. Después, al cabo de unos segundos, recobró sus facultades y pudo ver qué era aquel sitio. Estaba encerrado en una cueva, sí: una cueva.
A sus espaldas había un hueco en la pared de piedra con algunos barrotes de acero que impedían la salida, desde allí se podía ver el mar. Frente a él mismo, a mucha distancia puesto que la aparente cueva, o celda, era muy amplia, había una puerta de madera con una vieja cerradura oxidada de metal. Encontró incluso algunas estanterías en las paredes cargadas de libros cubiertos de moho y humedad. Aquel sitio apestaba, y mucho.
Pero no estaba solo tampoco. Repartidos por el suelo halló cadáveres de piratas inmóviles, con la vista perdida. Y en un rincón la encontró también, aterrada: se trataba de Wendy, Wendy Darling. Al igual que él, estaba atada y amordazada por todos lados.
Unos pasos resonaron detrás de la puerta con una profundidad importante, el eco era grave allí.
—
Gabranth, ¿se puede saber qué demonios hace ese Caballero ahí encerrado? No formaba parte del plan.—
Tú y tus retorcidos planes. Me has pedido secuestrar a una niña, Seymour, ¿cuán bajo puede caer tu orgullo ante esto?Dos personas. La puerta chirrió como nunca y entonces entraron. Uno era el hombre rubio que había visto en aquella plaza, en Londres, pero ya no vestía con traje, sino con una imponente armadura plateada que le dejaba sin casco. Mientras que otro era casi espectral: rodeado de esferas luminiscentes que dejaban tras de sí unas estelas fantasmagóricas. Llevaba un cabello azul muy estrafalario. Este último rió al ver a Neru, y luego se fijó en Wendy.
Imaginalo pero sin casco.
—
¿Orgullo? ¿El mismo que te impide matar a un Caballero inconsciente?—
Suficientes leyes ha roto El Juez hoy trayendo tu regalo. Si le vas a hacer daño a alguien, que sea al Caballero primero. Mi honor no me permitiría lo contrario.El nombrado Seymour rió por lo bajo, cerró los ojos unos momentos y luego dio un par de pasos en adelante. Wendy se estremeció en su sitio, si Neru no estaba dispuesto a protegerla. Le resultaba imposible ponerse de pie en condiciones.
—
Bueno, dos piezas son mejor que una. Nos darán más capacidad de negociación si la situación lo requiere —se aproximó entonces a Neru y le quitó la mordaza que le cubría la boca para que pudiese contestar. El ambiente se volvió más frío que de costumbre y se le helaron hasta los huesos—
. Dime, ¿qué piensas tú? Es de mala educación no darle la palabra al invitado especial, ¿no crees, Gabranth? —expresó con ironía mientras se apartaba. El Juez soltó un bufido, vigilando la puerta para que nadie escapara—
. ¿Estás dispuesto a ser salvado, ofreciendo tu lugar por el de la niña, Wendy Darling?Wendy se retorció en el sitio, asustada. La sola presencia de Seymour le daba mucho miedo.
—
Dame una razón por la que no liberar tu existencia aquí y ahora, Caballero.Si Neru se fijaba a través de los barrotes de la cueva vería un cielo oscuro. Era de noche, resultaba imposible saber si estaba en Nunca Jamás o Londres. Seymour, en cambio, esperaba una respuesta. Gabranth custodiaba la puerta, era imposible escapar. Tenía que pensar bien lo que le estaba formulando. No parecía que el concepto de salvar o liberar la existencia de aquel individuo fuese uno normal.
Londres―
¿Y te ocultas así, desentonando con el traje por toda la ciudad? Si no fuera por la niebla, la mayoría de la gente se preguntaría qué hace un guardia del rey pululando por aquí con una vagabunda—
Vale, tú ganas, sí que pensaba mangar algo. Pero no se lo digas a nadie. —protestó al final, indignado por la insistencia y el descaro de la chica.
A continuación ambos marcharon de vuelta al hotel. Durante el camino se fue haciendo más y más tarde, vieron además cómo algunos guardias murmuraban agitados algo frente al palacio real sobre que los demonios habían regresado en el barrio pobre de la ciudad. Hana podía imaginar que era donde estaba Neru, porque nada de lo que había visto parecía una zona "pobre" precisamente.
Entonces la aprendiz aprovechó para preguntar unas pocas cosas al pirata del aire:
―
He escuchado antes de un viandante que hace una semana esta plaza, la del Big Ben, era la morada de la mismísima muerte. ¿Qué significa eso? ¿Acaso se acumulaban mucho los demonios aquí? ¿Sabes por qué?—
Sí. He escuchado que había uno de los peligrosos y grandes merodeando por el Big Ben, pero nunca lo he visto con mis ojos, y menos mal. Se rumorea que murió mucha gente —estaba claro que se refería a los sincorazón—
. ¿Por qué debería saber yo lo que esas cosas piensan? Se supone que ese es tu trabajo, sirenita.Siguieron caminando por la calle hasta entrar dentro de la principal que comunicaba con el mercado. Ya no estaban tan lejos del hotel.
―
¿Por qué te persiguen los Villanos? ¿Les has hecho algo o…? ¿Qué les has robado?Esa última pregunta le sacó a Balthier una risilla. Miró al cielo por unos momentos, casi inmerso en algo que se le pasaba por la mente.
—
Es algo personal. Digamos que uno de esos villanos me conoce, y yo a él. Y nos llevamos muy mal. El otro día nos cruzamos y bueno... —suspiró—
. Ya imaginarás lo que pasó. Por eso os ayudaré, al menos con esto. No es mi intención que se salgan con la suya otra vez.Balthier no comentó nada más en lo que quedó de camino. Llegaron a la entrada del hotel y subieron hasta la habitación en particular. El recepcionista miró con muy malos ojos a Hana, que llevaba a un guardia real muy apuesto a una habitación entrando la noche. Y una vez allí... ¡Nada! ¡No había nadie! Estaban los dos solos.
—
Para ser la guarida de los Caballeros no está tan mal.Tenía razón. No se trataba del hotel más caro de Londres, pero sí de uno de los más lujosos. La habitación estaba muy bien distribuida y todo bien organizado y limpio. El pirata se sentó en el borde de la cama, miró en derredor unos momentos y luego centró su vista en Hana.
—
Sirena, no me digas que no se te ha pasado por la cabeza lo mismo que a mí.Fuera cual fuera la respuesta de Hana no sucedió nada importante en la siguiente media hora. Se hacía tarde y a través de la única ventana de la habitación el sol se iba ocultando más y más en el horizonte. El silencio se apoderó de la estancia, y ni rastro de Neru o de Shinju. Pasados los treinta minutos tocaron en la puerta. Al abrirla vio que eran los dos hermanos de Wendy: John y Michael.
—
¡Cáspitas, la sirena de la otra vez! —exclamó sorprendido el muchacho, que caballeresco, le ofreció una reverencia a Hana, quitándose el sombrero de copa—
. Encantado, mi señora.—
Vaya por Dios. —murmuró Balthier por lo bajo.
Los dos entraron también en la habitación del hotel, buscaron unas sillas y se sentaron. Tanto John como el pirata del aire no se quitaron la vista de encima durante casi todo el encuentro. Hana además tuvo vía libre para preguntar o informar sobre lo que quisiera a los muchachos. Y cayó la noche. Unas pisadas fuertes y sonoras retumbaron desde detrás de la puerta, y la llave giró el pomo de la habitación, dejando a la vista a la maestra Shinju.
La mujer entró con Lolo sobre uno de sus hombros y cerró la puerta, después dio un par de pasos y se detuvo, cayendo en la cuenta de que allí había más gente de la habitual.
—
Espera, ¿qué? ¿Qué significa esto? —comentó primero mirando perpleja a Balthier. Después buscó a los niños—
. Me he pateado media ciudad, ¡media ciudad! Para buscar al panoli ese que siguió a los sincorazón. Y tú, mientras tanto, montas una guardería en el punto de reunión —Lolo erizó las plumas de su pelaje y Shinju soltó un resoplido, muy cabreada. Sin apartar la vista de Hana—
. Más vale que tengas una explicación para esto, o toda esta gente va a tener que salir por la puerta a la de ya.—
No es lo que parece... O puede que sí, ¿qué dices tú, sirenita?—
Bueno, ahora que lo mencionas, Wendy tampoco ha llegado a casa... ¿No la habéis visto, por algún casual?Saltaba a la vista que Shinju tenía un cabreo encima tremendo, sus pelos lo decían todo. Más le valía dar una respuesta que la convenciese o de lo contrario...
¿Y dónde demonios estaba Neru?
Objetivos:
- Averiguar por qué la mayoría de los Sincorazón han desaparecido de golpe. [x]
- Averiguar si alguien está controlando a los Sincorazón. [v
- Encontrar qué relación tiene Londres con Nunca Jamás. [x]
Lugares:
- El Hotel Angel's Wisdom. [Todos]
- El Black Cat.
- El Puerto.
- El Barrio Pobre.
- El Palacio Real.
- El Big Ben.
Puede que en algunas partes el tiempo para los protagonistas haya pasado de forma distinta. Por ejemplo, para Maya o Freya todavía no ha anochecido, mientras que para Hana y Neru sí. Intentaos ajustar a vuestras situaciones.
Fecha límite: Martes 26 de Enero.