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¡Ahí está! —exclamó Dos de alegría acercándose a la nave tan rápido como el traje le permitía.
No le costó nada encontrar la entrada y menos le costó hacer un comentario respecto a lo fácil que era abrirla, porque seguro que la mercenaria estaba deseando volver a verla.
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¡Hola! ¿Me echabas de menos? —anunció la robot a pleno pulmón su llegada en cuanto entró por la puerta y vio a la mujer.
Con una sonrisa ingenua, Dos se dispuso a explicar sus razones para entrar en la nave así de sopetón, pero claro, el que asaltaran su vehículo de tal manera no debió de hacerle ni pizca de gracia a la mujer.
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¡Tú!A la droide no le dio tiempo a decir nada, ya que nada más verla, la piloto desenfundó y disparó el arma. Y en esta ocasión acertó de lleno. La bala atravesó el acolchado traje espacial y se introdujo en el metálico cuerpo de Dos, seguramente le había dado en alguna zona sensible, porque ella estaba segura de que el metal con la que se le había construido era más duro.
Verdad o no, lo cierto es que el disparó la empezó a debilitar al haber dañado algunos cables y sistemas menores.
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¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! —sollozó dolorida la droide llevándose una mano al abdomen —
. Jo, que yo venía de buenas, si solo quiero volver con el Doctor Tezuka y…Le tocó cerrar la boca al ver que el cañón de la pistola seguía apuntándola. Por suerte esta vez no hubo disparo, debido a que la mercenaria tenía una idea mejor para deshacerse de Dos.
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Quizá valgas algo.—
¿Valer algo? —preguntó confusa —
. ¡Espera, espera, espera! No puedes venderme así como así y que sepas que mi precio sería alto. Que soy una droide de primera cali… ¡Ay!La mujer la empujó en ese momento para tirarla al suelo. Dos intentó defenderse, pero entre que el traje ahora estaba totalmente desinchado, y era toda una molestia, y que se encontraba más débil tras el disparo, su atacante no tuvo problema alguno en ponerla boca-abajo y amarrarle las manos, algo bastante curioso debido a que las manos de esta eran muy diferentes a las de un humano normal.
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¡Esto es maltrato electrónico! ¡Fijo que eres de las que golpean su ordenador cuando le cuesta abrir el Word! Si quería seguir insultándola, Dos se quedaría con las ganas, porque aquella mercenaria no tardó nada en taparle la boca para que no pudiera seguir con su verborrea. Ya tenía mala suerte la robot, que estaba construida para que su sistema de voz necesitara del movimiento de labios, porque si no hubiera sido así, fijo que se habría llevado ese segundo balazo.
Incapaz de moverse, Dos fue levantada por la mujer como si se tratara de un saco y lanzada al interior del dormitorio con el que contaba la nave y encerrada con llave en el interior. Dos no pudo hacer nada más que mirar la puerta cerrada y empezar a arrepentirse un poco de haber tenido aquella idea. Un poco solo, porque estaba segura de que esa mujer no iba a saber valorar una droide única y en el universo como ella.
No fue hasta un tiempo después que escuchó a la mujer hablar con alguien, invitándole a entrar. La luz de su nariz se iluminó alertada por la presencia de una nueva víctima de aquella bruta o un aliado. Al poco descubrió que era una víctima y supo que debía alertarla, ¿pero cómo? Sin poder mover los labios, su modulador no funcionaba y con ello no podía reproducir ningún sonido.
La robot intentó pensar algo, mirar en la oscura habitación por si podía usar cualquier cosa para desatarse. Tuvo que concentrarse mucho para que la luz de la nariz pudiera iluminar la sala como ella quisiese. Y fue cuando hizo eso que encontró su solución al problema. Arrastrándose hasta la puerta, acercó la nariz todo lo que pudo a la parte de abajo para que la luz pasara al otro lado de esta y empezó a encender y apagar la bombillita para mandarle un mensaje de socorro al nuevo pasajero.
“
Corto, corto, corto, largo, largo, largo, corto, corto, corto… ¡vamos! ¡Qué todos deberían saber código Morse, tío!” pensó nerviosa repitiendo el mensaje de forma continua, aunque con los nervios en ocasiones se le escapaban flashazos incorrectos.
Edit de un code salvaje mal colocado.