por Denna » Mar Jul 31, 2018 8:57 pm
—Sí —contestó Fátima a mi pregunta—. Lo pasé muy mal porque nos tocó dormir en una misma cama y temía que notaras algo extraño.
—Me acuerdo de eso. —Reí por lo bajo—. Pobre.
—Para entonces ya sabía que la gente solo ve lo que quiere ver, pero estaba creciendo y jamás me fié ni me sentí cómoda de cómo se me veía cuando yo no estaba… atenta. Para asegurarme de que daba la impresión que tenía que ofrecer como chica. No sé si se entiende.
Ladeé la cabeza.
—Sí, creo que sí. Yo nunca sospeché nada —en realidad, ni siquiera pensaba que pudiera existir esa posibilidad—, pero supongo que es un miedo que siempre se lleva dentro. B-bueno, siempre hasta que… hicieras el gran cambio, ¿no?
—Pues… Fue hace cuatro años. Puede parecerte absurdo, pero pensé que podíamos morir en cualquier momento y que, si era así, quería que fuera como mujer completa. Al menos no tenía miedo de que pudieran descubrir algo por mi cadáver —explicó, y me estremecí. ¡Vaya forma de plantearlo!—. Llevaba mucho tiempo investigando para crear a las esencias y me dije que, si había magia que podía cambiar el aspecto de la gente, ¿por qué no trabajar en ello?
—Oh. Claro.
—Sería complicado, porque debía ser permanente, pero empecé por curiosidad y sin atreverme a esperar nada y luego se convirtió en una obsesión. No era por Malik. Siempre me ha aceptado tal y como soy y ha sido tremendamente paciente conmigo. —Sonreí.Ni se me había pasado por la cabeza que no lo supiera, y mucho menos que no lo aceptara. Bendito Malik—. Pero yo no me sentía bien. Incluso si él me hacía olvidarme a veces, se ofrecía a todo y disfrutábamos quería… Quería poder irme a dormir con él sabiendo que no le pediría apagar las luces. Quería que, cuando nos abrazáramos, no tuviera que mirarme con ese aire interrogante, viendo si ese día podía soportarlo mejor o no.
Asentí en silencio, invitándola a continuar. Aquel era un terreno muy delicado, y no me atrevía a ir más allá. Pero, claro, en una relación íntima… Dudaba que todo el mundo fuera a aceptar algo así tan bien como Malik. ¿Tendría que afrontar algo así yo también algún día?
«Mejor céntrate en no morir, por ahora…»
—Al final encontré la forma e hice el cambio. Fue un poco peligroso, me dejó en cama varios días, pero al final… Funcionó. Y perdí unos centímetros de altura y un par de kilos
Reprimí una protesta.
—¡Podría haberte pasado cualquier cosa! Aunque, si funcionó… —Fruncí los labios—. Qué locura. Verte en el espejo tuvo que ser… una experiencia.
—Creí que fue un cambio superficial, pero entonces… Bueno, parece que no solo fue un cambio interno, sino que era fértil. Ni Malik ni yo nos lo esperábamos. No pretendíamos adoptar, ni tener hijos. No con la guerra sobre nuestras cabezas. Y pasé de dormir incómoda a no dormir porque ya sabes que, cuando se despierta uno, también lo hace el otro.
—Niños, ¿eh?
—¿Mamá? ¿Estás despierta? Hola Celeste..
Giré la cabeza, casi asustada por oír una tercera voz. Idris, somnoliento, asomaba la cabeza desde su habitación.
—Hola, cariño. No te habremos despertado, espero —musité, sonriendo a modo de disculpa.
Fátima acompañó a su hijo a la cocina. Cambié de postura —Dios, el tiempo volaba cuando te sentabas a compartir secretos en mitad de la noche—, y esperé a que volvieran. Volví a sonreír y sacudí la cabeza. Si no había pensado en parejas, los niños eran un mundo aparte. Y así seguirían siéndolo, al menos durante unos años más. Con mi historial, dudaba que fuera a ser nada remotamente parecido a una buena madre, o a ningún modelo a seguir, en realidad. Recordé China, Bai Hu y, sobre todo, a Bolin. ¿Qué habría sido de él? Andaría metido en algún lío con los generales, seguro… Pero era mejor dejarle hacer, mantener las distancias. No quería que pensara que había cambiado de idea en cuanto a lo de traerle a la Orden.
«Tampoco es como si fuera más seguro ir a China que a París…»
—Lo siento, estoy casi todo el tiempo fuera y también lo echo de menos.
Fátima volvía, con Idris abrazado a ella y a punto de caer rendido. Le resté importancia con un gesto.
—Está bien, pobrecito. Tampoco quiero robarte mucho tiempo más. Debes estar cansada.
Le retiré un mechón de pelo a Idris de la cara. Ya casi estaba dormido otra vez.
—¿Y tu familia de verdad? ¿Sabían algo?
—Sí, todos. Mis padres me encontraron unas horas después de irme; una niña pequeña con vestido caro, vagabundeando sola y medio muerta de frío… Muy lista no fui. No sé cómo no me robaron. —Resoplé—. Me salvaron, y he estado con ellos desde entonces. Nunca hemos hablado del tema, en realidad, sobre todo porque yo, hasta que no vi a mi hermano y a mi hermana, pensaba que era perfectamente normal. Imagina mi cara, ¡las dudas! Sólo te digo que, cuando Jaelle sangró por primera vez, me puse a llorar pensando que se iba a morir.
Todo eso con… poco menos de quince años. Qué adorable y tonta era.
—Eso fue lo que me hizo preguntar. Pero, de todos modos, no es algo sobre lo que se deba hacer ruido, no en París. No era un tabú hablarlo con, por ejemplo, mi madre, pero… cuanto menos se comentara, mejor. Es comprensible, en cierto modo.
Más que la magia, para algunos. Al menos, con la tontería me había podido olvidar de pensar en más matrimonios.
—¿Sabes a quién se lo conté, aparte de a ellos y ahora a ti? —Se me escapó una risita nerviosa—. A Nanashi. Hace un tiempo, mi salud empezó a ir a peor y… Es algo que ya me advirtieron los médicos en su día. Alguien como yo no vive mucho tiempo. Creo que si he aguantado tanto tiempo ha sido por estar expuesta a la magia y por usar pociones y cosas de esas. Pero cuando me quedé un tiempo en París y me alejé de todo eso… Fue una caída en picado. —Bajé la mirada. Una caída en más de un aspecto. Recurrir a Nanashi entonces había sido una decisión muy difícil, y todavía ahora me costaba pensar en esa época—. Con el miedo que me ha dado Nanashi siempre, fue terrible. Pero es la mejor sanadora que tenemos, y no me atrevía a hablar con Nithael por… por lo de Reino Encantado, todavía, sí.
Distraída, me retorcí un mechón de pelo.
—No es que no confiara en nadie más, pero… Si alguien iba a rechazarme por ello, prefería que fuera Nanashi. Habría sido un golpe muy duro, pero mejor ella que… alguien más cercano. De todos modos, me alegro de que no lo hiciera.