Light, Dos, Keiko y Hiro —
No me digas que… ¿Estás usando a Ifrit y los demás esper como fuente de energía para la barrera? Es horrible. —
Ifrit. ¿Así se llaman? —murmuró Hojo con indiferencia, sin apenas levantar la mirada de las máquinas—
. Qué bien. Tan enfrascado estaba en lo que hacía que no se percató de que Dos avanzaba hacia las magicitas. Tanto mejor; el espectáculo de luces y cola en movimiento no era demasiado sutil. Clío le dirigió una mirada de censura y se colocó entre ella y Hojo, tapándola con su cuerpo. Keiko permaneció extrañamente quieta y silenciosa.
A su vez, Light interpeló al científico:
—
Tonterías, ¡mi laboratorio funciona a la perfección! —ladró—
. Y los esper me darán todo el tiempo que necesito. ¿Con quién te crees que estás hablando? Desechó sus palabras con un gesto desdeñoso.
—
Si tantas ganas tenéis de ir a jugar a los héroes, bajad y seguid el túnel. —Hojo tiró de una palanca y las paredes retumbaron. Cerca de Light, el suelo giró y se abrió, revelando un pasadizo secreto que desaparecía bajo el suelo—
. Va directo a la plaza del Distrito 2. Vosotros mismos. —Una extraña sonrisa apareció en sus labios—
. Por supuesto que no dejaréis la situación en manos del Emperador. Seguro que él... agradecerá vuestra ayuda. ¡Qué ganas tengo de ver...! Nunca sabrían qué quería ver Hojo. Los gritos de los esper se intensificaron y todos se giraron hacia las esferas. Hacia Dos. La droide acababa de conectarse a la máquina y descargaba sus datos, consiguiendo un informe detallado del funcionamiento de ésta y del de las magicitas: cada una contenía un esper, una criatura legendaria de gran poder mágico, suficiente como para poder crear un arma de destrucción masiva... o una barrera gigantesca e indestructible, como la que cubría todo el Distrito 2. Los esper luchaban por escapar, pero los rayos extraían su fuerza vital a un ritmo elevado, canalizándolo sobre la barrera. Las lecturas sobre la extracción rozaban los límites de capacidad, y la descarga de Dos no hacía más que calentar más y más la máquina...
Quizás su intrusión fue un golpe de suerte; el empujoncito necesario para que todo se desencadenara.
La puerta se abrió con un golpe seco. Las llamas devoraron el interior de la casa.
Y luego, oscuridad.
* * * Kefka saltó al suelo en vista de que retrocedían y, con la sonrisa victoriosa de un cazador que acorralaba a su presa, echó a reír:
—
Pero ¿qué creéis, QUE NO PUEDO SEGUIROS HASTA AHÍ O QUÉ? León disparó una bola de fuego que se sumó a los disparos de Hiro, pero Kefka los esquivaba prácticamente bailando. Un muro de hielo intentó cerrarles el paso, pero el Aprendiz lo atravesó sin demasiada dificultad con el retroceso de su
Disparo impulsor mientras el payaso les lanzaba toda clase de proyectiles elementales.
—
¡Entrad! ¡Deprisa! —exclamó Yuffie, empujando a los chicos hacia la puerta. Kefka permanecía atrás mientras una colosal bola de fuego salía disparada hacia ellos—
. ¡Esto se va a poner feo!* * * El hechizo de Kefka había impactado contra la casa de Merlín con tanta potencia que había reducido el edificio a escombros. Había arrasado con el improvisado laboratorio, y Hojo había desaparecido; a juzgar por el estado del lugar podían llegar a la conclusión de que, al igual que el túnel, había quedado sepultado bajo la casa.
Pero no había sucedido eso con Light, Keiko, Dos y Clío, que se encontraban en medio de un círculo de tierra intacto, protegidos por una pequeña barrera que se deshizo al momento.
La máquina que extraía la energía de los esper ya no existía. Las esferas levitaban a su alrededor. Brillaban con la fuerza de estrellas y habían pagado con creces su liberación.
De las seis que había, cinco se elevaron hacia el cielo con un sonido pletórico. Todas menos una. Lentamente, la magicita de color rojo se consumió a sí misma, dejando paso a la criatura que antaño había contenido:
Ifrit clavó sus ojos en Kefka, cuya sonrisita se había esfumado por completo. Ahora en su expresión había algo muy nuevo: miedo. El mayor de los horrores. Ifrit sonrió enseñando todos sus enormes dientes y dijo con un rugido que helaba la sangre:
—
Te recuerdo. Tú fuiste quien me encerró. —
N-no, no... Un momento... ¡ESPERA! El esper se abalanzó sobre Kefka. El payaso ni siquiera tuvo la oportunidad de correr o defenderse, ni mucho menos de que alguien interviniera por él. Por suerte, Ifrit no le dedicó mucho tiempo. Enseguida siguió a los demás hacia el cielo, aunque no antes de inclinar con ¿respeto? la cabeza hacia Dos. Podían llegar a preguntarle algo si se atrevían, pero tenían que considerar que una criatura como él no prestaba especial atención a los mortales. Y una vez, como Light seguro que recordaría, habían sido enemigos. Sin embargo, parecía dispuesto a olvidarlo por esta ocasión.
La barrera había desaparecido y ya nada les impedía ir hacia el Distrito 2. No tenían mucho tiempo para ponerse al corriente, pero Squall y Yuffie optarían por acompañarles, al menos de momento. Su prioridad, como ya habían demostrado, era la protección y evacuación de los ciudadanos que pudieran seguir con vida. Hiro podía elegir unirse a ellos, si quería.
Encontrarían un camino despejado, los Sincorazón e Incorpóreos que había eran atraídos por el corazón del mundo como polillas hacia la luz, y apenas presentaban batalla cuando intentaban eliminarlos.
Puede que pensaran que trataba de un golpe de suerte. Nada más lejos de la realidad. Pues lo que presenciaban era ni más ni menos que el principio del fin.
Light
VIT: 76/76
PH: 35/72
Alas de Nefilim: 3 turnos restantes
Gaomon
VIT: 20/36
PH: 17/20
Dos
VIT: 11/20
PH: 5/16
Keiko
VIT: 32/32
PH: 12/26
Hiro
VIT: 17/28
PH: 10/38
Goei
VIT: 18/18
PH: 0/10
Vuestra trama continúa abajo a menos que no vayáis al Distrito 2. En ese caso, elegid nuevo destino en esta ronda.
Maya, Simbad, Nikolai y Saito Gabranth apretó la empuñadura de su espada. Se hizo un silencio tenso, pero más allá de ese gesto, puede que involuntario, el Villano no hizo ademán de atacarles.
—
El Emperador... Aaron lo asesinó, sí. Pero sólo a uno de ellos. Su otra mitad sigue presentando batalla. No dio más explicaciones al respecto. Puede que no las tuviera, o eso indicaba la levísima inseguridad en su voz.
—
Este mundo no aguantará mucho tiempo —añadió—
. Marchaos ahora que podéis. Hay honor en la retirada, y más si podéis salvar vidas inocentes. Desistid o sufriréis las consecuencias. —
No podemos irnos sin más. Está muy bien eso de ir a salvar a la gente, ¿pero de qué vale si vuelven a perder su hogar? —Gabranth no contestó ni se movió—
. Tú lo sabes mejor que yo. Ciudad de Paso es el lugar al que vienen los que han perdido su mundo a causa de la oscuridad, y no pienso dejar que pasen por ese mismo trago de nuevo, tú incluido. Por eso voy a ir ahí, descubrir qué está pasando y arreglarlo. Aunque tenga que aliarme con Palamecia. Es mi deber, quiero proteger este lugar y a su gente tanto como tú. Las palabras «aliarse con el Emperador» rompieron la postura regia de Gabranth. Sobresaltado, el Villano miró a Maya. Su casco dejaba entrever sus ojos, abiertos como platos.
—
No lo harías. —Se volvió hacia Simbad—
. No lo haríais. Pero incluso de eso parecía dudar.
—
¿Qué haces aquí? El Juez escuchó a la niña con renovada serenidad, pero su máscara era visible. Sólo cuando ésta terminó de hablar volvió a moverse, y les confirmó:
—
Sí. He luchado contra esa criatura a la que llamáis Aaron. El Emperador está en peligro por su culpa, se ha convertido en esa... cosa con tal de derrotarle. Pero no os confundáis: este sitio no sólo es peligroso por Aaron. El poder de Mateus... Nunca había visto nada igual. Jamás. Si entrarais, si os viera... Os destruiría en un instante. Gabranth vaciló.
—
Ha matado a Seymour —terminó por confesar. Una nota de pánico tañó su voz por un instante—
. Ha perdido el control, o lo va a perder muy pronto. Por eso no puedo dejaros pasar. Saito y Nikolai llegaron en ese momento, a tiempo de escuchar el último diálogo. La barrera había desaparecido con un estallido de luz, desvaneciéndose como si jamás hubiera existido. Fue la señal que habían estado buscando, y Nikolai y Saito se separaron de Ragun para ir al Distrito 2.
Llegar no les había sido difícil a pesar de la cantidad de enemigos que había por toda Ciudad de Paso, pero la situación que encontraron al llegar desde luego no fue la que imaginaron.
Gabranth se puso en tensión al verles llegar, pero enseguida notaron que no había una pelea. No de momento, al menos, lo cual lo hacía todo más extraño.
Una alianza con un Villano Final... ¿Era posible? La seguridad de Gabranth se resquebrajaba por momentos y, con todo lo que estaban viviendo, quizá fuera la mejor opción. Porque si Mateus estaba perdiendo el control, tal y como aseguraba Gabranth, intervenir cuanto antes podía ser decisivo para el destino de Ciudad de Paso.
Pero iban a necesitar mucho cuidado a la hora de elegir sus siguientes palabras. El Juez valoraba por encima de todo la seguridad de Mateus, loco de poder o no, y una acusación desafortunada podría tener resultados catastróficos.
Maya
VIT: 40/40
PH: 34/46
Ukki
VIT: 10/10
PH: 6/6
Simbad
VIT: 48/48
PH: 33/48
Nikolai
VIT: 44/44
PH: 15/36
Saic
VIT: 22/22
PH: 12/12
Saito
VIT: 60/80
PH: 20/42
Poción y éter retirados.
Light ha sido el único en indicar que iba al Distrito 2 y llega al final de esta parte, después de Saito y Nikolai, junto a Clío, León y Yuffie. Los demás podéis engancharos sin problema o bien elegir otro destino y especificad más la próxima vez, que ninguno es novato ya.
Ragun Ragun no hizo ademán de seguir a sus compañeros hacia la barrera, de modo que se encaminó solo en dirección al ayuntamiento.
Con la barrera desaparecida, Sincorazón e Incorpóreos no se metieron en su camino. Todos se dirigían al Distrito 2, dándole vía libre, pues ni siquiera intentaron atacarle. En cuanto a los Villanos Finales, si quedaba alguno en Ciudad de Paso ya habría huido, como Kuja y Ultimecia, pues ninguna barrera ni defensa trató de impedirle llegar al ayuntamiento. El edificio parecía vacío, muerto, como si esperara al fin del mundo.
Entrar no le supuso ningún problema. La puerta cedió con facilidad ante la Llave Espada y tenía total libertad de movimiento. La pregunta era, ¿a dónde ir? Puede que Mateus, como alcalde, tuviera su despacho en alguna parte, pero el piso en el que se encontraba —la recepción— no había nada que indicara su localización. Podía mirar los ordenadores, arriesgarse a subir al piso de arriba, o...
—
Huelo la oscuridad en ti, criatura. Ragun apenas tuvo tiempo de darse la vuelta cuando unas manos invisibles lo sujetaron, anclándolo ahí donde estaba. Forcejear era inútil, cuanto más se resistía más parecían apretarle sus ataduras, y sus captores no tenían intención alguna de querer liberarle. ¿O sí? Desde luego, una de las caras se le haría muy familiar.
Chihiro. Habían sabido de ella por última vez en el Mundo Inexistente, donde se les había aparecido como una extraña aliada. ¿Qué ocurría ahora? ¿Y quién era la persona que la acompañaba?
La mujer rió entre dientes, sin dejar de observar a Ragun.
—
Nada de esto es necesario, Karel —dijo con suavidad—
. Ni siquiera en estos primeros momentos, mientras me acostumbro a mi nueva forma, los Caballeros suponen una amenaza. —
Señora... —
No importa. Suéltale en cuanto nos vayamos. Mi paciencia tiene un límite, y no tengo intención de matarlo... todavía. —La sonrisa de Chihiro se ensanchó. Un aura de oscuridad nacía de su corazón, se arremolinaba entorno a su cuerpo. Oscuridad absoluta—
. En realidad, me viene bastante bien. Que sirva para darles el mensaje a los demás. El tal Karel hizo un gesto, y Ragun se vio empujado hacia ellos. Chihiro extendió los dedos y rodeó su cuello con la mano. Tenía mucha fuerza. Muchísima. No dudó de que, si se lo propusiera, podría matarle ahí mismo, sólo con ese simple gesto.
—
Avisa a Ronin y a todos tus Maestros. Avisa a todo el mundo. Chihiro está muerta y yo, Aaron, Xihn, soy más fuerte que nunca. —Le clavó las uñas—
. Si sobrevivís a esta noche —y, oh, no me cabe la menor duda de que así será—, tendréis noticias mías pronto, muy pronto. Esto sólo acaba de empezar. El cuerpo de Chihiro soltó a Ragun cuando una mueca de dolor cruzó su rostro y se tambaleó hacia atrás, pero Karel la sujetó a tiempo de evitar que cayera. Quizá Ragun pensara que aquel momento de debilidad inesperada sería una buena idea para intentar huir. Después de todo no podía fiarse de la palabra de Aaron.
En ese momento, un torrente de Oscuridad surgió de dentro de Chihiro e impactó contra el cuerpo del joven Maestro. Dolió más de lo que cabía esperar aunque, por suerte, le liberó de sus ataduras. Chocó contra las estanterías de recepción; el golpe lo aturdió, pero aún estaría a tiempo de escuchar la despedida de Aaron, que había palidecido un tanto y se había zafado de Karel.
—
Nunca llegáis a tiempo, ¿no es así? —preguntó con una mirada cargada de odio. Ya no quedaba ni rastro de la sonrisa burlona, de la sorna de antes—
Me pregunto qué habría ocurrido si hubierais pensado. Chihiro, por ejemplo. Esa traidora podría continuar viva.
»No sobreviviréis mucho tiempo de seguir así. Vete ahora, criatura, y lleva mi mensaje a todo el mundo. Un portal se tragó a los dos personajes, dejando a Ragun solo, medio aturdido y, con toda probabilidad, muy confundido. Tenía muchas cosas en las que pensar, demasiadas teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba.
Aaron era Chihiro ahora. Y estaba reclutando gente, por lo visto. ¿Para qué? A juzgar por sus palabras... para una guerra abierta contra las Órdenes. Y Ciudad de Paso caía lentamente en la oscuridad, igual que Villa Crepúsculo en su día.
Ragun
VIT: 87/144
PH: 36/72
Kairi y Nicoxa Mientras el grupo se separaba de nuevo, Cloud y Aeris cargaron con Malik, cada uno apoyándolo sobre sus hombros mientras la chica seguía con su magia curativa. Antes de encaminarse hacia el Distrito 1, pero, Aeris se volvió hacia Nicoxa.
—
Personalmente, creo que eres muy noble —le dijo con una débil sonrisa—
. Creer en la bondad requiere mucho valor y no siempre es fácil. Cloud miró en su dirección y negó con la cabeza. Entre dientes, murmuró algo que sonó a «ingenuidad», pero Aeris no le hizo ni caso. Aplicó un hechizo curativo sobre Nicoxa y Kairi, que sintieron cómo recuperaban las fuerzas de inmediato.
—
Sin embargo, a veces no hay otra opción. No hay hechizos que cambien a las personas ni arreglen cualquier problema. Hay que aprender a tomar decisiones duras y seguir adelante como mejor podamos. Id con cuidado, ¡y buena suerte! * * * La barrera cayó justo antes de que entraran en la oficina de correos. Junto con ella, seis luces se elevaron en el firmamento. Resultó un contraste, correos seguía sumido en la oscuridad a excepción de los ojos de los Sincorazón e Incorpóreos que seguían ahí, a punto de caer sobre ambas Aprendizas. Encontrar el pasadizo del que Simbad les había hablado iba a ser complicado si no empezaban a moverse. Y, sobre todo, a defenderse.
Nicoxa
VIT: 46/46
PH: 32/32
Kairi
VIT: 30/30
PH: 38/38
Awa-chan
VIT: 14/14
PH: 10/10
Fecha límite: martes 23 de mayo a las 23:59
Faltas:
RedXIII: 1
James Bond: 2
Tanis: 3. Expulsada del global.