La Policía noruega ha defendido este domingo su intervención en la isla de Utøya, en la que fallecieron 86 personas tras una matanza perpetrada por un fundamentalista cristiano. Los agentes evitaron "muchas muertes" ya que al autor del atentado le quedaba "mucha munición" en el momento de ser detenido.
En rueda de prensa, un portavoz policial reconoció que recibieron el primer mensaje de alerta sobre el tiroteo a las 17.26 horas (15.26 GMT), pero que los primeros efectivos no llegaron a la isla hasta las 18.25 horas (16.25 GMT), ya que tuvieron primero que confirmar el aviso y luego conseguir una embarcación.
Las autoridades noruegas se defendían de las críticas de los medios de comunicación por su pasividad y tardanza mientras 600 jóvenes vivían el infierno de una masacre y al menos 86 perdían la vida por los disparos.
Sobre las medidas de seguridad en la isla, en la que solo había un guardia de seguridad de servicio (que falleció por los disparos), la Policía no ha querido pronunciarse.
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Lo peor de todo es que va a estar cuatro días en prisión y luego a vivir la vida otra vez.