En teoría sí, pero como no es una descripción que influya mucho en la trama, la dejo pasar. Aún así, siempre es mejor esperar a una descripción general del MG. En este caso, la culpa es en parte mía por no haber dado ninguna, así que lo voy a intentar remediar con este post.
A medida que la hora para el comienzo del torneo se aproximaba, la plaza se iba llenando cada vez más de gente que, o bien sólo se acercaba a mirar, o se había inscrito en éste. La mayoría de los participantes había cumplido la mayoría de edad, pero pocos sobrepasaban la veintena. Debido a que el campeonato se celebraba en semana lectiva, pocos eran los jóvenes que no estaban demasiado ocupados como para permitirse perder el día en el deporte nacional favorito, por mucho que lo desearan. De ahí que, además, se hubiese reducido el máximo de personas que lucharían en el torneo.
Sin embargo, los participantes no eran, ni mucho menos, unos novatos. Estaban compuestos desde los típicos fardones de un gimnasio hasta de los matones más famosos de la ciudad. No sería fácil, ni poco doloroso, enfrentarse a muchos de ellos.
Nada más acercarse, el joven que, hasta entonces, había estado hablando con Jyn, se retiró silenciosamente y el organizador quedó libre para recibir a Exuy. Apenas había formulado la pregunta, ya le estaba revisando de arriba abajo.
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¡En efecto! Pero puedes llamarme "El Magnífico Jyn". ¿Cómo no puedes haber oído hablar de mí? -sonrió, como si quisiera producir ese efecto destellante de los dientes limpios. No lo consiguió. Por muy blancos que estuviesen, Jyn aún tendría que perfeccionar la técnica de los dientes resplandecientes-.
Es igual, muchacho. No acabará el día sin que no sepas hasta cuál es mi color favorito para los zapatos -en esta ocasión, guiñó-.
Si eres espectador, puedes colocarte en los alrededores del tatami. ¡Pero date prisa, que se acaban las plazas -no, definitivamente, no se iban a rellenar, por muy exagerado que fuese el tipejo. Aún quedaba mucho espacio libre en la plaza para más personas-.
O, no me digas que, ¿quieres participar? ¿Sí? ¡Piénsatelo bien, chaval! Ni siquiera las preliminares serán fáciles, y tú -volvió a examinarle con ojos de experto-
no cumples la talla de luchador ideal, precisamente. ¿De verdad quieres que te den una paliza?