Sus enemigos estaban demasiado pendientes de aquel muchacho como para darse cuenta del ataque de los aprendices, quienes lograron sorprender a los sincorazón. Por esta razón, Mickael logró que su golpe contra la Ópera Amarilla fuese efectivo, aunque para su mala suerte, su otro compañero no logró rematarla, siendo dañado por la susodicha.
—¿Estás bien? —se preocupó el hombre-rata por el herido, pero pronto se dio cuenta de que el daño era leve, así que miró a su alrededor para comprobar el progreso de la batalla.
Dos de sus compañeros habían acabado sin problemas con el Soldado, mientras que Sam parecía haberse desecho de las sombras.
—¿No falta un sincorazón de las sombras? —les avisó el aprendiz encapuchado, que parecía haber visto el combate del cuadrúpedo.
—¿Es eso cierto Sam? —le preguntó mientras se acercaba a él. Colocando la Llave Espada en posición de defensa, dispuesto a proteger a su compañero del posible ataque sorpresa—. Estate atento, no podemos despreciar ni al rival más débil. No en nuestra situación.
—¿¡Llaves Espada!? ¿Quiénes sois vosotros? —preguntó el joven al que acababan de rescatar claramente confuso—. ¿… Maestros?
— No somos maestros —respondió el aprendiz encapuchado—. Somos aprendices, pero diestros en el manejo de lo que, acertadamente dices, llaves espada. ¡Tú no te muevas y dejanos el resto a nosotros! Esto está sentenciado —le animó.
—¿Y tú? —se atrevió a inquirir Mickael—. ¿Cómo es que sabes de la Llave Espada y los maestros? ¿Qué haces pérdido en este mundo? ¿Acaso eres uno de los aprendices que vinieron hace siete meses? —le interrogó mientras mantenía la posición de guardia. Lo cierto es que el joven no parecía blandir una Llave Espada, pero al ratón humanoide aquella explicación le parecía la más acertada.
El chico del curioso colgante se acercó al muchacho, dispuesto a protegerlo de los posibles ataques de los sincorazón. En efecto, estaba demasiado débil y cansado como para poder defenderse sólo. Después, se dirigió al resto de aprendices:
—Chicos, creo que deberíamos organizarnos mejor para la próxima vez, este es un lugar peligroso sin duda. Os hablaré sobre mí primero, yo soy bueno con hechizos y magia, dentro de lo que cabe, que aun estoy un poco verde con esto, ¿qué hay de vosotros? Si planeamos bien una estrategia, las probabilidades de que salgamos con vida de aquí son mayores. Es mejor que los resistentes y fuertes vayan delante, alguien como yo... No sería buena decisión que tomara la iniciativa como ha sucedido ahora. Tampoco es conveniente que usemos todas nuestras técnicas ahora, como dije antes, me temo que las necesitaremos. —se llevó la mano a la cabeza, dando a entender que se estaba esforzando en formular alguna táctica.
—A mí también se me da bien la magia —le respondió Mickael—. Pero también tengo fuerza y resistencia, no me importa servir de avanzadilla. Y también estoy de acuerdo en conservar nuestros poderes por el momento —le informó mientras permanecía en su posición, junto a Sam, preparado para contraatacar cualquier movimiento del enemigo con su Llave Espada.