Un grito procedente de mi compañero, que había saltado después de mí, me sobresaltó y me hizo girarme a ver qué pasaba. Ivan estaba allí, aparentemente atónito con su transformación... curiosamente había adoptado los tentáculos de un calamar, por alguna razón que desconozco.
Se quedó unos segundos comparando las transformaciones y carraspeó sonoramente, respondiendo a mi pregunta.
—
Preguntemos por el tal Sebastián, obviamente —dijo, levantando los brazos—
. No deberíamos tardar en... ¡Estúpidos tentáculos!Los tentáculos empezaron a moverse por sí solos, imitando el movimiento de los brazos de Ivan, probablemente aún intentando figurar como funcionaba la coordinación de sus nuevas extremidades, con una cara de disgusto más que aparente.
Contuve una carcajada inocente al ver aquella escena, con tal de no empeorar su ya aparente estado de ánimo. Esperé un poco a que intentase adaptarse al medio acuático mientras probaba a nadar un poco por los alrededores... todavía no dominaba del todo aquella cola, y las membranas de los brazos a veces se desplegaban haciendo que girase bruscamente y estuviese a punto de abrirme la cabeza con las rocas.
—
Está bien... — respondí, estabilizándome —.
Pues en marcha, a ver si encontramos algo que nos indique donde está todo el mundo.—
Aparentemente los habitantes de las aguas guardaban con recelo el secreto de su ubicación con tal de evitar visitantes de la superficie. Estuvimos un rato vagando el lugar hasta que pudimos distinguir una gran cola de pez pasando entre unas algas, bajando a una zona más profunda. Pasamos a través de ellas con dificultad, pues se enredaban constantemente con nuestro torpe intento de nadar sin saber controlar.
Seguimos un poco hasta localizar una pintadas en las paredes con la forma de... ¿un tenedor? que llevaban a unos túneles. Continuamos nuestro camino a través de estos, y tengo que decir que me llevé un sonoro coscorrón por culpa de las malditas aletas de los brazos... al menos ya no volvieron a desplegarse sin mi consentimiento.
Finalmente, cruzamos el túnel de una pared que nos llevó a una gran área abierta... y habitada.
Lo que parecía ser el área urbana de una ciudad submarina se extendía ante nosotros, con varias casas formadas de las rocas del suelo y lo que parecían ser moluscos gigantes, como una gran caracola en mitad del camino.
Avanzamos por la vía principal bajo la mirada de algunos que se giraban a observar a los desconocidos visitantes a la ciudad. En ese preciso momento me di cuenta de que tampoco llevaba puestas mis gafas, pero podía ver perfectamente...
—
Sería mejor que no llamemos mucho la atención — dije —
y algo me dice que aquel palacio al fondo es precisamente lo que buscamos.—
Señalé un gran palacio de colores dorados que se alzaba más allá de un arco al final del camino. Continuamos nadando a través de las aguas hasta alcanzarlo y una vez allí, nos recibió una gran galería de columnas de colores verdosos. Peces, al parecer sirvientes, pasaban de un lado para otro llevando a cabo las tareas que se les habían asignado.
Distinguimos entonces un pez que llevaba colgando lo que parecía ser el equivalente marino a un saxofón, con un aspecto francamente nada halagador. Pasó por delante de nosotros siguiendo un pasillo hasta una zona de la que salía bastante jaleo, y resonaba el lejano eco de algún instrumento musical.
Miré a Kit encogiéndome de hombros.
—
Teníamos que acudir a donde estaban preparando el musical, ¿no? — pregunté —
Pues creo que no nos va a hacer falta buscar mucho.—
Di un aletazo tomando aquel mismo desvío por el que había pasado el saxofonista y llegamos a un gran auditorio donde una buena cantidad de seres acuáticos estaban poniéndolo todo en un relativo orden. La cosa estaba un poco descontrolada.
En medio de aquel tumulto había un cangrejo que estaba claramente atacado de los nervios por la situación, intentando poner aquello bajo control.
Nos acercamos a él esquivando a los que trasladaban cosas de un lado para otro.
—
Perdón — saludé —
Estamos buscando a Sebastián, somos los... extras que solicitaron. ¿Podría indicarnos, si es tan amable?