Spoiler: Mostrar
El Maestro esbozó una pícara sonrisa, como si la determinación de los dos aprendices le hubiese alegrado la mañana.
—¡Entonces vamos allá! ¡Seguidme! —gritó Ronin, subiéndose a su Glider y alzándose a gran velocidad hacia el cielo, desapareciendo en un pequeño destello de luz.
Tras atravesar la atmósfera de aquel nuevo mundo, pudieron divisar todo lo que éste les podía ofrecer: una preciosa aldea, pintoresca, en la lejanía. Seguidamente, praderas de alegres colores donde se percataba a los pastores con sus rebaños... pero toda esa alegría se terminaba en un punto: un bosque que, a medida que avanzaba, se iba tornando a un color más triste y oscuro... qué extraño, ¿no?
Si Mei pensaba que irían hacia la aldea, estaba bien equivocada: su objetivo era lo que les esperaba tras aquel tenebroso páramo.
Pronto pudieron divisar un castillo. Si Xefil recordaba su hogar, podría haberlo confundido perfectamente, aunque éste no estaba cubierto de espinas causadas por la maldición, sino por oscuras nubes que le hacían perder todo su encanto.
—¡Bajaremos aquí, chicos! —ordenó Ronin, guiándolos hasta un puente que conducía a la entrada del castillo.
Una vez aterrizaron los tres en el suelo, Ronin hizo desaparecer su Glider y su armadura, estiró los brazos y respiró hondo.
—¡Bueno, bueno... aquí estamos! —gritó, esbozando de nuevo su sonrisa despreocupada— Mei, te cuento: nuestra misión consiste en explorar este castillo y obtener la mayor información posible. Hasta ahí bien...
Ronin miró hacia las altas torres del edificio, magnificado por tal hermosa estructura.
—Y ahora os voy a dar más detalles. Podríamos haber puesto esta misión en el tablero de anuncios del gremio, pero Nanashi lo descartó de inmediato pues, según los rumores... hay "algo" en el castillo.
>> Una "bestia", así la llaman los aldeanos que han logrado ver a esa criatura, aquellos que se han perdido en el bosque y buscaban refugio donde pasar la noche. ¡Pero claro, pueden ser simples habladurías para atraer a los turistas!
Tras reír un poco, Ronin se dirigió de nuevo a sus dos aprendices:
—Pero no podemos arriesgarnos. En cualquier mundo, si un habitante ha visto una "bestia", una "criatura", un "monstruo"... ¿lo pilláis?
Estaba claro que el Maestro Ronin hablaba de su principal enemigo, la razón por la cual existía la Llave-Espada: los sincorazón.
—En principio hemos estado esperando un tiempo, por si quizás fuese sólo una bromita de los aldeanos, no sería la primera vez que nos pasa... —dijo Ronin, suspirando— Pero esta vez es diferente, pues, aunque no existen pistas sobre un sincorazón, sí las hay sobre "alguien" que vive en el castillo, cuando se supone que está abandonado desde hace mucho tiempo.
>> Tres aprendices pasaron una noche en el castillo. No estaban en condiciones de viajar y tampoco lo estaban sus Gliders, pues les pilló una tormenta. Nadhia, Ragun y Hitori... ¿os suenan?