El sol salía por el horizonte entrando en las habitaciones de Kairi y Paul despertandoles de un largo sueño reparador tras los agotadores entrenamientos que habían tenido el día anterior.
Había pasado mucho tiempo desde que la gente de Tierra de Partida se había seccionado haciendo que varios traidores saliesen de entre las piedras, pero desde aquel entonces todos los Maestros se habían vuelto más duros en sus entrenamientos y eso lo notaría hasta el más despistado de todos.
Paul y Kairi al despertarse se dieron cuenta de que habían pasado una carta por debajo de la puerta de sus habitaciones. La carta tenía el típico sello con el símbolo de cera en el que se indicaba que aquella carta había sido enviada por un Maestro. Aquel símbolo no era otro que el emblema de los caballeros de la llave espada.
Cuando abriesen el sobre verían una nota con una letra que dejaba mucho que desear, aquella persona necesitaba unos cuadernos para practicar ortografía... O al menos agarrar más fuerte la pluma para que las letras no quedasen tan alargadas.
Se solicita tu presencia en los Jardines a las 9:00 AM. Lleva todo lo necesario para ir a otro mundo.
-Maestro Kazuki.
Bueno, aún les quedaba una hora para aquello así que podían darse un baño y desayunar sin problema alguno.
...Pero por muy duros que se hubiesen vuelto los entrenamientos en Tierra de Partida en Bastión Hueco seguían siendo mucho más duros.
Aquello solo podía significar un rápido desarrollo en las habilidades de sus Aprendices, sin duda compensaba la poca cantidad de Aprendices en comparación a sus enemigos del otro bando.
—Muy bien Saito. Puedes descansar —ofreció el Maestro Ryota sentado desde el trono central el cual había sido quien llevara el entrenamiento del joven.
La Sala de los Tronos de Bastión Hueco era el lugar perfecto para entrenar, aquella amplia estancia donde normalmente se impartían las clases prácticas tenía espacio suficiente para moverse sin miedo a cargarse un jarrón o algo semejante.
—Veo que has mejorado bastante desde el último entrenamiento, pero tienes que practicar tu puntería ya que eso puede influír en un combate para que aciertes o no un golpe o hechizo. Ten cuidado con eso —criticó el hombre mostrando una vez más que a pesar de que algunas veces felicitaba a sus aprendices siempre les encontraba alguna pega—. Por cierto, me gustaría ordenarte una Misión Especial, seguramente te resulte interesante.
>Como sabrás, existen cientos de razas sincorazón. Desde el tipo más básico, la Sombra hasta otros más complejos como los Invisible o los Wyvern. Sin embargo, nosotros solo tenemos catalogados unos pocos en comparación a todos los que existen a lo largo y ancho del universo... La información, Saito. Es una arma muy poderosa, puede hundir imperios, comenzar o detener guerras, dar libertad o quitarla, salvar vidas... ¿Entiendes a dónde quiero llegar?
El maestro dio espacio para dejar contestar a su Aprendiz en caso de que este quisiese responder alguna cosa. En cuanto Saito acabase de hablar (si es que lo hacía) el Maestro cerraría los ojos como para meditar unos instantes que palabras utilizar para explicar la misión del joven.
—Necesito que vayas a un mundo; País de Nunca Jamás, en concreto a un lugar llamado Londres. Buscarás distintos tipos de sincorazón por la ciudad y harás un informe sobre ellos: Descripción, cualidades así como sus habilidades, modus operandi... No te preocupes por un bloc de notas y un bolígrafo. Dejé en tu habitación uno de antemano pues me interesa que seas tú el que lleve a cabo esta misión. ¿Necesitas saber algo más?