Cariño ¿para qué querías el gorro?Ah, es para el disfraz de este Halloween.¿Disfraz? Eso es de humanos, Alec, nosotros no tenemos que rebajarnos a…Vosotros, mama. Yo soy medio humano a fin de cuentas ¿o acaso has olvidado mi procedencia?***Sabía muy bien que aquellas últimas palabras que le había dirigido a mi madre habían sido demasiado bruscas, pero mi enfado con ella por el ocultarme la verdad se mantenía perfectamente y aquella forma mundana de pasar el Halloween de este año lo veía como una forma de manifestar el haber descubierto la identidad de mi padre.
Junto a Ilana, fui andando hasta la plaza central para empezar mi caza de caramelos, o eso al menos se suponía que hacían los humanos durante este día. Miré a Ilana al llegar al lugar para recuperar el saco que había recogido para llevar a cabo la tarea, ya que a la pequeña gatita le había gustado la bolsa de tela y no se había resistido a tener que arrastrarla por toda la calle.
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Bueno, Ilana ¿Por qué casa empezamos? —le pregunté a la gatita colocándome el sombrero blanco que llevaba.
La gatita me respondió con un simple maullido concentrada mas en jugar con el saco que en pensar por dónde empezar la búsqueda de caramelos.
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Supongo que como siempre habrá que dejarle al azar decidir —con una sonrisa, saqué mi baraja de debajo la capa y cogiendo aire, levanté la primera carta —
. Sota de Tréboles... Buscaremos alguna que tenga algo con forma humana en la fachada.Haciéndole un gesto a mi compañera para que me siguiese, atravesamos la plaza en busca de alguna casa que tuviese una decoración llamativa. En un momento, escuché un maullido bastante fuerte de Ilana y al girarme para ver que era, me encontré cara a cara con la persona que menos habría deseado ver aquel día pisando la cola de mi gata.
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Anthoni —le nombré apretando los dientes.
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Vaya vaya…que rápido tomas las costumbres de los humanos ¿acaso ya te has cansado de ser un brujo? —
No tengo ganas de discutir, ahora suelta a mi gata.Sonriendo, el brujo quitó su pie de la cola de Ilana, la cual salió corriendo perdiéndose entre la multitud. Sin esperar respuesta de aquel imbécil, le di la espalda para ir a buscar rápidamente a la gatita.
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Intenta no asustarte mucho, según dicen los humanos son unos cobardías —escuché a Anthoni mofarse haciendo que me entraran unas ganas horribles de partirle la boca para que no volviera a conjurar ningún hechizo mas, pero en aquel momento encontrar a Ilana era más importante.
Entre empujones y disculpas, encontré finalmente a Ilana delante de una de las casas de la plaza. Tomandola en brazos, miré por si no había sufrido ninguna herida grave y le acaricié la cabeza para que se tranquilizara.
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Algún día te prometo que le devolveré lo que nos ha hecho, ahora ¿qué tal si empezamos ya con esto de los caramelos? Ya tenemos la casa y todo.Fui hasta la puerta y tocando el timbre, esperé a que el dueño abriera para dar comienzo con el famoso Truco o Trato.
Alec e Ilana van a la casa numero 5