Considero este un tema de debate lo suficientemente profundo como para no estar en off-topic o en chorrilandia. Todos sabemos de la guerra santa de la pizza, heredada de padres a hijos y de generación en generación, donde cientos de valientes han caído en el para unos placer, para otros pecado, de las pizzas dulces.
Cuentan las leyendas que la guerra empezó un caluroso día de abril, en las hermosas playas de hawaii, donde un grupo de nativos se cruzaron con un grupo de colonizadores polinesios.
Los hawaiianos, invitaron a una comida con barbacoa en la playa, en la cual se servirían platos típicos, todos productos de la naturaleza.
Tras ponerse las botas, a base de productos para veganos, llego la hora del plato principal: Una gran pizza familiar. El queso era el mejorcito que podrías encontrar en esta región. ¿El tomate? Pusieron cientos de ellos en un gran cubil, en el cual los jóvenes bailaban, bailaban sin cesar, haciendo pues que los tomates se moliesen. El pan, riquísimo, del mejor trigo de la región. Pero hubo algo que no le gusto a los colonizadores: La piña.
Consideraban una afrenta hacia su persona que se hiciesen pizzas dulces, y a los nativos les pareció una deshonra que apartasen los pedazos de esta.
Así que, tras una discusión larga, acabaron a las armas, y, finalmente, los nativos acabaron perdiendo, acabando de esclavos y haciendo trabajos forzados para los polinesios.
Y vosotros, ¿que opináis de las pizzas dulces?