Aprendiz de maga en el castillo Disney, se ha especializado desde pequeña en la magia de curación, aunque aún no sabe usar ningún hechizo. Sus padres y mentores son dos magos de la élite encargada de defender la Piedra Angular de Luz para evitar que la oscuridad aceche Ciudad Disney, mientras que su hermana mayor, Nika, aún se está instruyendo en el uso de la magia azul. Una mañana, Maya se coló en un entrenamiento de unos soldados que estaban practicando con la espada. Ver aquel estilo de pelea fascinó a Maya, que desde entonces se dio cuenta de que le gustaría aprender a luchar con una espada. No obstante, sus padres, bastante estrictos, se oponen radicalmente e insisten en que ella no valdrá para eso y que será mejor que se especialice en el uso de la magia, que le será más útil. No obstante, a Maya le gustaría combinar la magia de curación con el uso de la espada. Al fin y al cabo, todo lo que ella quiere es hacerse fuerte para poder proteger la Piedra Angular de Luz para que su mundo natal no se vea atacado por la oscuridad. También sueña con salir a buscar a su abuelo y conocer las razones de su desaparición.
Tras la caída de Ciudad de Paso en 1013, Maya por fin descubrió el paradero de su abuelo y su larga búsqueda llegó a su fin. Había pasado un tiempo, y aún estaba recuperándose de las batallas que había librado y de la pérdida de Ciudad de Paso y del Maestro Ronin. Ayudaba en lo que podía a que la gente sin hogar se instalase en Tierra de Partida, así que se topaba con muchas caras nuevas. Aprovechando esto, una mujer de origen desconocido, de no más de 30 años, se mezcló con los habitantes de Ciudad de Paso y empezó a observar a Maya de cerca.
La mujer, llegado cierto día un tiempo después de la caída de Ciudad de Paso, se mostró ante Maya para, según ella, confirmar sus sospechas, aunque no dio más detalles. Simplemente, le lanzó un extraño conjuro que pareció no tener ningún efecto, y la citó en Ciudad Disney. Maya, inquieta por aquella mujer y lo que le había hecho, y temiendo que fuera peligrosa y pusiera en peligro su mundo natal, fue hacia allí a toda prisa. Sin embargo, cuando llegó todo lo que vio fue a la mujer luchando contra su hermana Nika. Maya apreció claramente que Nika estaba muy malherida, y que la mujer desconocida iba ganando. Con un potente hechizo de oscuridad, la mujer noqueó a Nika, justo al mismo tiempo que sus padres llegaron. Antes de desaparecer, la mujer agarró el bastón de Nika y lo partió por la mitad, tras lo cual lo hizo añicos. En ese momento, Maya sintió un intenso dolor en el pecho que le impidió respirar con normalidad, y a los pocos segundos cayó inconsciente, al mismo tiempo que ocurría en el lugar una explosión de luz.
Al despertar, la pequeña descubrió que su hermana había quedado en estado comatoso y que la otra mujer había desaparecido. Sus padres decidieron, tras una pequeña discusión, contarle todo, entre otras cosas el verdadero paradero de su abuelo.
Sus padres comenzaron explicándole que su abuelo, antes de que Maya naciera, tenía discípulos a su cargo, entre quienes se encontraba Nika Zawrid, a los que instruía en el uso de magia para defender Ciudad Disney en el futuro. Una de ellas, Primrose Orchid, más conocida como Rose, dominaba la magia afín a Natura, pero en cierto punto empezó a interesarse por la magia oscura y por la Piedra Angular de Luz. A escondidas de Garet Zawrid, se dedicó a entrenar en el uso de magia oscura e incluso se coló en la biblioteca del mago para robarle tomos e indagar sobre hechizos prohibidos. Al enterarse, Garet la expulsó y ella, muy enojada, le juró que algún día, como venganza, destruiría la Piedra Angular para sumir toda Ciudad Disney en la oscuridad. Por lo visto, Rose se fue para dominar sus aptitudes con la magia oscura, mientras que Garet se centró en buscar formas de contrarrestar cualquier imprevisto que la mujer pudiese causar, de forma tan obstinada que incluso su escuela de aprendices magos se vio afectada, ya que no le dedicaba el suficiente tiempo, así que tuvo que cerrar finalmente poco tiempo después del nacimiento de Maya.
Cinco años después, un ser extraño fue avistado en las afueras de Ciudad Disney. Garet, que solía estar en la vanguardia a la hora de defender la ciudad de amenazas exteriores, supo rápidamente que era su antigua aprendiz, Rose. Su aspecto era totalmente distinto y malévolo, era como si una planta parásita hubiese tomado posesión de su cuerpo y se hubiese fusionado con él, no se parecía en nada a la chica que un día fue. En cuanto Rose avistó a Garet, fe directamente a por él: su principal objetivo era el mago. No obstante, sus poderes estaban bastante igualados, pero los hechizos oscuros prohibidos de Rose tuvieron ventaja sobre el hombre, que cayó derrotado, pero seguía vivo. La mujer, con una diabólica sonrisa en su rostro, le explicó que durante aquellos años había perfeccionado sus técnicas y, gracias a la combinación de sus poderes para controlar las plantas y sus recién adquiridos hechizos oscuros, había conseguido aquel aspecto, además de un poder enorme que utilizaría para hacer añicos la Piedra Angular. A continuación, se retiró, confiada, y dejó vivir a Garet y a los magos y soldados que le cubrían desde la retaguardia. Antes de actuar, quería darle algo de ventaja a Garet, y ofrecerle una revancha, solo para demostrarle una vez más que ella era superior a él.
Lo que Rose no había previsto es que, una vez recuperado, Garet optaría por combatir el fuego con fuego, y utilizaría un hechizo prohibido para vencerla, en vista de que en una batalla no podría contra ella. Sin embargo, los hechizos prohibidos eran eso: prohibidos. Garet nunca se había parado a aprender a dominarlos, así que tendría que buscar uno que fuese capaz de ejecutar sin problemas. Encontró uno que podría servirle, y al parecer era el único que podía usar con su poco conocimiento sobre ellos, pero tenía un inconveniente: el hechizo nunca había sido perfeccionado por su creador, así que estaba a medias. A causa de este hecho, el conjuro requería unos requisitos muy específicos, y tenía algunas pegas.
El objetivo del hechizo era sellar el corazón de Rose, sumiéndola en un sueño eterno. Por desgracia, el hechizo requería tres cosas: un corazón puro, lleno de luz y que no hubiese sido inundado nunca por la oscuridad, que serviría de recipiente; un bastón mágico que actuaría como llave para mantener el sello cerrado; y el corazón del mago que conjurase el hechizo, que haría la función de sello en sí, y quedaría en estado vegetativo junto al corazón sellado, manteniéndolo a raya para que su poder no se desmadrase y tomase el control o destruyera el corazón recipiente, conservando así el equilibrio.
Tras darle muchas vueltas, y a regañadientes, decidieron entre todos que el recipiente sería el corazón de la pequeña Maya. Así pues, su abuelo realizó el hechizo, no sin antes otorgarle la custodia de su bastón a Nika para que vigilara a Maya y mantuviera el sello a salvo.
Durante los siguientes años, no hubo ningún problema con Rose ni Garet, ya que quedaron dormitando dentro del corazón de Maya con éxito. No obstante, esto hizo que los poderes mágicos de Maya incrementaran, por lo que decidieron ser muy estrictos a la hora de disciplinar a la pequeña, instruyéndola solamente en el uso de magia curativa para que así sus poderes no se descontrolasen. A pesar de todo, la niña empezó a interesarse por los entrenamientos de los soldados, y comenzó a soñar con aprender a combatir con espadas. Además, como habían mantenido en secreto la verdad sobre Garet a petición de él mismo, Maya había empezado a querer salir a buscarlo. Esto fue un problema, ya que temían que su rebeldía y sus deseos de hacerse más fuerte hicieran que el equilibrio de luz y oscuridad se rompiese, y la influencia de Rose se apoderara de él. La llegada de Kazuki y la propuesta a Maya de hacerse portadora no hizo más que empeorar las cosas, así que decidieron no dejarla ir de ninguna manera. Sin embargo, Nika les convenció para que la dejaran hacerlo, ya que sería una buena forma de hacer que la chica se hiciera más fuerte y pudiera valerse por ella misma si alguna vez pasaba algo con Rose. Además, no estaría sola, ya que Kazuki y el resto de miembros de Tierra de Partida estarían con ella, así que la tendrían bien controlada, y de todas formas tenía la esperanza de que tarde o temprano la pequeña abandonaría la búsqueda de su abuelo, al ser incapaz de hallarlo, y sentaría la cabeza.
Pero, con la llegada de aquella mujer y la derrota de Nika, Rose había sido liberada de nuevo, posiblemente junto a Garet, pero no sabían dónde se encontraba. Suponían que tenía que recuperar fuerzas después de tantos años durmiendo, así que aún tenían algo de tiempo antes de que la bruja actuase.
Maya, cuando sus padres acabaron de explicar su historia, se enfadó muchísimo, y les gritó que Nika merecía haberse quedado así por haberle estado mintiendo durante todo ese tiempo, antes de salir corriendo de allí.
La joven fue al patio donde solía ir cuando se escapaba, y comenzó a darle vueltas a todo. Durante años, había estado siendo engañada. Ella había creído que sus padres eran estrictos porque querían tener una hija perfecta y diligente como su hermana mayor, pero ahora había descubierto que no había sido para nada así. Y, pensando en todo lo de su abuelo, se llevó una mano al corazón. Él nunca se había ido, siempre había estado allí, en su interior, junto a otra mujer cuya existencia desconocía hasta ese momento, y que era un peligroso monstruo que podría haber salido en cualquier momento y haber matado a sus amigos. Ella había estado buscando a alguien que nunca podría encontrar. Estaba confusa y muy enojada, y solo tenía ganas de largarse de allí y no volver a ver aquel castillo en su vida.
Pero no podía simplemente irse y dejar todo como estaba, sabía que había algo que tenía que hacer antes, o jamás lograría recuperarse de todo aquello. Así pues, decidió volcar toda aquella rabia en Rose y en la mujer que la había liberado. Tenía que derrotarlas, eliminar la amenaza que suponían para siempre, y hablar de nuevo con su abuelo después de tantos años. Quería explicaciones… y justicia.
Sus padres la alcanzaron cuando la chica había tomado su decisión, por lo que entre los tres fueron capaces de seguir el rastro del inmenso poder mágico oscuro de las dos mujeres, hasta que encontraron una cuevecita a las afueras de la ciudad que parecía ser su escondite provisional. Dentro, hallaron a la mujer que había noqueado a Nika, que se presentó como Minerva, la hermana pequeña de Rose que había estado todos aquellos años estudiando magia prohibida para liberar a su hermana.
Los tres, junto a Ukki, comenzaron a luchar contra Minerva. Sabían que ella solo estaba haciendo de distracción mientras Rose recuperaba sus fuerzas, así que decidieron dividirse, y hacer que Maya y Ukki fuesen a por ella, mientras Mia y Neo peleaban contra su hermana. Como Rose no podía pelear al máximo rendimiento, quizá la pequeña maga podía hacerle frente, pensaron.
Maya se encontró con Rose, quien peleó con ella. Ambas estaban bastante igualadas, a pesar de que Maya además contaba con la ayuda de Ukki, pero Rose, que había estado dentro de Maya durante todo aquel tiempo, conocía todos sus movimientos y podía predecirlos de forma espectacular. No obstante, en cierto punto del combate, Rose le confesó a Maya que el hechizo que Minerva le había lanzado cuando se la encontró en Tierra de Partida había servido para hacer que la destrucción del bastón de Nika no liberase a Garet de forma material. Así pues, con el nuevo dominio de las artes oscuras de Minerva, habían logrado que, al ser Rose liberada, Garet quedase encerrado dentro de ella, de forma que ahora, en lugar de estar en el corazón de Maya, estaba en el suyo. De esta manera, si Maya mataba a Rose, también moriría su abuelo.
Maya vaciló ante esta revelación, momento que Rose aprovechó para atacar y dejarla a su merced. Por suerte, Neo se presentó en ese instante para ofrecer apoyo a su hija, diciéndole que ya habían conseguido vencer a Minerva y que Mia se la estaba llevando como prisionera al castillo. Padre, hija y mascota siguieron la lucha contra Rose, y al poco tiempo volvió a aparecer Minerva.
Las hermanas, que se veían superadas en número, además de contar con una muy malherida Minerva, decidieron tomar medidas extremas, y utilizaron otra técnica prohibida que las permitía fusionar sus poderes. Las dos hermanas brujas se unieron en una, que rápidamente se convirtió en un colosal gólem monstruoso hecho de enredaderas, zarzas y robustos troncos oscuros, con un misterioso orbe de cristal blanco en el pecho.
Para colmo, Maya empezó a notar que su magia se estaba debilitando muchísimo, hasta el punto en que era prácticamente incapaz de usarla. Rose, desde el interior del gólem, le reveló que si había sido tan poderosa durante aquel tiempo había sido gracias a la influencia de Garet y ella misma, y que ahora que su corazón volvía a estar “deshabitado”, sus poderes se habían esfumado también.
Maya comenzó a ceder ante la presión, pero la presencia de Neo, Ukki y el regreso de Mia, que confesó que Minerva se le había escapado, le ayudó a seguir en pie. La chica no se rindió, y cuando reparó en el orbe que tenía el gólem en el pecho, Rose admitió que aquel era el sello que mantenía oculto el corazón de Garet. La mujer no dudó en decirle la verdad, a sabiendas de que ni la chica ni su familia se arriesgarían a hacer nada que pudiese lastimar a su abuelo, pero Maya tuvo una idea. Ella sabía que tenía una herramienta que quizá podría servir. Una herramienta que podía abrir cualquier cosa.
Sin perder más tiempo, la muchacha apuntó al cristal blanco con su Pétalo de Hada y liberó su poder. Tras un intenso destello de luz, el orbe había desaparecido, y al lado de la pequeña apareció Garet, muy débil. Maya se quedó atónita. Por fin, después de tantos años, había vuelto a ver a su abuelo. Claro está, que no todo iba a ser un reencuentro bonito, la brujita estaba enfadada y quería hablar con él de lo que había pasado, aunque primero tenían que derrotar a aquellas dos brujas.
El abuelo de Maya admitió que aquel enorme gólem no era rival para ellos, que ni siquiera con sus poderes combinados iban a poder hacerle frente, al mismo tiempo que su nieta le lanzaba un hechizo curativo para hacer que se reincorporase. Una vez en pie, le dedicó una sonrisa a su familia, especialmente a su nieta, y le pidió perdón por todo mientras colocaba su mano sobre su pecho, comenzando a conjurar un hechizo. La voz de Rose resonó desde el interior del gólem, enojada, mientras se preparaba para evitar lo que Garet estaba a punto de hacer, pero era demasiado tarde. El abuelo le explicó a Maya que, aunque había liberado su forma material gracias a la Llave Espada, su corazón seguía estando vinculado al de Rose, como si un hilo invisible los uniera, pero que, por suerte, ahora que podía volver a pelear, iba a acabar de una vez por todas con la amenaza que aquella mujer suponía.
Garet se despidió de su familia y, antes de que ninguno de ellos pudiera evitarlo, lanzó el hechizo contra su propio corazón, quitándose la vida. Al mismo tiempo que Maya observaba, horrorizada e impotente, cómo su abuelo se desintegraba en millones de lucecitas que subían al cielo, el gólem de zarzas se desmoronaba. Lo único que quedó en el interior de aquella cueva era una moribunda Minerva y la familia Zawrid, a excepción del patriarca Garet.
Con todo aquello por fin acabado, lo único que quedaba era cuidar de la comatosa Nika hasta que despertase, y asimilar y recuperarse de lo acontecido. Maya entró en una pequeña depresión, arrepintiéndose de no haberse dado cuenta de lo que estaba pasando en su interior y de no haber podido pasar más tiempo hablando con Garet. Por suerte, sus padres la apoyaron en todo lo que pudieron, a pesar de que el hijo de Garet, Neo, parecía bastante afectado también. Informaron a Ryota de que Maya se ausentaría de Tierra de Partida un tiempo y se quedaría en Ciudad Disney descansando y recuperando sus fuerzas y su voluntad, pero por suerte al cabo de unas dos semanas ya parecía bastante más animada.
Maya había asimilado todo lo sucedido y se había dado cuenta de que, en realidad, su abuelo había estado con ella durante todo aquel tiempo, así que de alguna manera había hallado algo de consuelo en ese hecho. Además, creía que su abuelo había muerto en paz consigo mismo, sabiendo que había dejado libre a su nieta por fin, tanto de él mismo como de Rose, y que ahora le tocaba a ella seguir con su legado y luchar en su nombre.
Con estas ideas y convicciones en su ahora libre corazón, se despidió de Nika y, aunque aún estaba un poco tocada por aquellos eventos, volvió a Tierra de Partida. Su padre, Neo, fue con ella para ayudarla a recuperar sus poderes mágicos. Sabían que sería duro, y que les esperaba un largo camino por recorrer, pero tanto Neo como ella estaban seguros de que podría hacerlo, y que, aunque Garet y Rose ya no ejercieran influencia en su corazón, sus poderes mágicos seguían allí, y eran capaces de hacer que volvieran a florecer.
Mia, la madre de Maya, confeccionó un nuevo atuendo de batalla para la brujita y decidió quedarse en Ciudad Disney cuidando de Nika y vigilando a la prisionera Minerva.
Así pues, Maya regresó a Tierra de Partida con su padre, y ambos entrenaron duro para que la joven volviese a ser la maga poderosa que todos conocían. Durante ese tiempo, Maya se quedó atrás y apenas no participaba en misiones de la Orden, pero saber que tantos mundos (en especial Selva Profunda, el mundo natal de Ukki) y aliados estaban cayendo hacía que su paciencia se agotase, por lo que se esforzaba mucho más en entrenar. A pesar de no ser tan activa como caballero, puso mucho empeño en ayudar a los ciudadanos que habían perdido su mundo, por lo que seguía teniendo una labor dentro de Tierra de Partida.
La muerte de Daichi fue lo que hizo que la joven se decidiera por fin a reincorporarse del todo a las filas de la Orden. Sus poderes estaban casi recuperados del todo, y el dolor de Iwashi por la pérdida de su hijo le afectó especialmente. Ella también había perdido a muchos seres queridos, y sabía lo duro que era, así que la apoyó todo lo que pudo, y se prometió a sí misma que no podía seguir sin hacer nada mientras la gente sufría de aquella forma. De esta manera, siguió entrenando, más duramente que nunca, y cuando su padre consideró que ya había hecho todo lo que podía por ella, le deseó suerte y le dijo que a partir de allí tenía que seguir por su cuenta. Neo regresó a Ciudad Disney para seguir cuidando a su hija mayor, y Maya volvió a participar en las misiones e incursiones de los caballeros, aunque con una actitud muy diferente. A causa de todos aquellos eventos, se había vuelto más seria y apática, y se tomaba sus misiones mucho más en serio, aunque había perdido algo de optimismo.
La caída de Nunca Jamás fue la gota que colmó el vaso para ella, ya que muchos amigos murieron y un mundo que ella había luchado tanto por proteger había sido destruido. Esto la afectó profundamente, pero decidió que, en lugar de hundirse un tiempo como pasó con las muertes de Kazuki y de su abuelo, transformaría su rabia y su tristeza en su fuerza, y se juró a sí misma que derrotaría a Xihn y sus secuaces con sus propias manos.