Aqui el nuevo capitulo:
CAPITULO 13: EL FANTASMA DE LA ORGANIZACIÓN
Sora corría fatigado hacia no se donde por una calle oscura, alumbrada por tan sólo el claro de la luna, y con pequeños charcos salteados. Sora corría sin parar y detrás, un encapuchado de la organización XIII. El encapuchado no corría, sólo andaba con una tranquilidad impresionante.
Sora se cayó al suelo de aquella calle y el hombre misterioso se tele transportó en la oscuridad hasta Sora y cuando le fue a pegar Sora se despertó.
Sólo era un sueño pero, un sueño que tenía durante hace unas semanas.
- Otra vez el sueño.... ¿Qué querrá decir?
Sora se vistió y se fue con su barca a la isla donde se encontraba el instituto. Ya allí, en el recreo, Sora les habló de su sueño a Riku y Kairi.
- Sueño que estoy corriendo por una calle muy oscura perseguido por.... la organización.
- ¿Qué organización? ¿La XIII?- Preguntaba Riku interesado.
Sora asintió con la cabeza y de repente sintió un dolor tan grande en ella que cerró los ojos y al abrirlos estaba frente a Xemnas.
- ¡Así que no es un simple sueño, sigues vivo!- Afirmó contento Sora.
- No tengo tiempo, así que te lo diré muy clarito. Ven al cas...- Dijo Xemnas hasta que Axel le dio en la espalda con sus armas de fuego y Xemnas cayó muerto y desapareció.
- ¿Pero qué?- Se extrañó Sora.
Sora no dudó en sacar su llave-espada pero de su mano sólo salió luz, luz y más luz. Cuando todo se paró, Sora seguía en el recreo del instituto con sus amigos. Como si no hubiera pasado nada.
- Qué raro...- Se decía en su interior Sora.
La campana sonó y tuvieron que volver a las clases hasta la campana del final.
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Roxas se despertó encadenado en un cuarto oscuro, al lado de otras cadenas abiertas a la fuerza. Miró a los lados y sólo vio oscuridad, oscuridad y más oscuridad. Entonces apareció Naminé poseída por los usurpadores, y detrás, el encapuchado.
- Ya te has despertado.- Le dijo Naminé en tono grosero.
- ¿Naminé? ¿Eres tú?
Naminé no tuvo piedad en darle una torta a Roxas en la cara.
- ¡No me hables así! Como mucho llámame Majestad, ¡sin confianzas!
- ¡Te llamaré cómo yo quiera!- Se enfureció Roxas.
De toda su ira soltó un gran destello de luz que rompió las cadenas. Y a en el suelo, sacó su llave-espada.
- El destino de los incorpóreos es diluirse en la oscuridad. Únete a nosotros y no tendrás ese destino- Explicó el encapuchado mientras invocaba cuatro usurpadores delante suya.
Roxas no se lo pensó dos veces y atacó al encapuchado saltando por encima a Naminé y el hombre de negro cayó y desapareció, aunque de él salieron dos usurpadores que Roxas se los cargó rápido.
- No me obligues...- Le amenazaba Roxas lleno de miedo.
- Tú lo has querido.
Naminé señaló con la mano abierta a Roxas y éste se elevó. Primero lo chocó contra el suelo y lo dejó caer. Después lo volvió a elevar y lo ató a las cadenas. La herida de la cabeza de Roxas volvía a sangrar.
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Las clases terminaron, ya para el lunes, era viernes, y la última semana de clase. Todos se dirigieron a coger sus barcas pero vio una luz y no tuvo más remedio que cerrar los ojos y al abrirlos estaba en una sala oscura.
A su espalda yacía el cuerpo inmóvil de Roxas encadenado.
- ¿Roxas?
De la oscuridad apareció Xemnas con sus espadas láseres ya sacadas.
- Mira. Pero si es el elegido. El que según la profecía salvará el mundo de los usurpador hasta los próximos cien años- Decía Xemnas mientras se acercaba a Sora.
- ¿Esta es la batalla final?
- ¡Lo veremos!
Xemnas atacó a Sora pero éste lo esquivó y sacó su arma y empezaron a luchar. Sora recibió varios golpes con las espadas de Xemnas, y estaba tan débil que él mismo se tiró al suelo y allí encontró un medallón con forma de concha. Lo cogió y sintió como si su poder subiera pero no era su poder, era su autoestima. Se levantó, volvió a sacar su arma y se dispuso a luchar. Dio unos golpes a Xemnas y cuando se dispuso a dar el golpe final Xemnas desapareció dejando unos restos de polvo a su camino.
- Al fin...- Dijo Sora cansado ya.
Sora se giró para salvar a Roxas pero ya estaba en el suelo herido en la cabeza sangrando.
- ¡Roxas!- Gritó Sora todo preocupado y no dudó en ir a salvarle.
Se acercó a él y lo cogió en brazos y caminó hasta un portal oscuro que los envió hasta el colegio.
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