[El Mundo Inexistente] Pasajes Oscuros

por **Sombra** » Jue Nov 17, 2016 6:23 pm

05 de febrero.

La entrada a El Mundo Inexistente no había podido ser más violenta. La ciudad oscura sufría una fortísima tormenta eléctrica y los rayos impactaban contra los Gliders y las armaduras sin cesar. Atravesar las densas nubes era una pesadilla, no se veía a más de dos palmos de sus narices y cada pocos segundos eran cegados por los fogonazos de los relámpagos, y fue inevitable que hubiese algún golpe entre los aprendices que volaban lo mejor que podían.

Una vez superaron la barrera de nubarrones vieron la enorme megápolis desde arriba. Se trataba de una ciudad que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. En algunas zonas, la ciudad estaba "hundida" y estaba arañada por enormes grietas y abismos que mostraban un fondo de color hormigón. Algunos edificios estaban "acostados" y algunas partes de la ciudad parecían moverse por muy extraño que sonase. Las grietas separaban la ciudad en cientos de sectores, algunos completamente aislados y otros accesible gracias a "puentes" que en realidad no eran otra cosa que edificios lo suficientemente altos como para que al caer cuando el suelo bajo ellos cedió se mantuviesen fijados con la otra vera de la grieta. A lo lejos, un edificio destacaba por su altura entre el resto y poco más atrás verían una monstruosa fortaleza flotante y tan blanca que destacaba como ningún otro lugar.

Alcanzaron la azotea del rascacielos que sobresalía sobre el resto de edificios de la inabarcable urbe. Por un lado del rascacielos podía verse una amplia plaza donde algunas decenas de neosombras campaban a sus anchas, al otro lado se veía la mega estructura de colores blancos y grises que se asemejaba a un castillo y que flotaba sobre un gigantesco cráter. La lluvia caía estrepitosamente y rompía contra el suelo provocando un ensordecedor ruido que a penas les dejaba escuchar lo que decían los demás.

Nithael observó con gran interés los alrededores (lo poco que podía distinguir con aquella lluvia) mientras que la Maestra Nanashi se acercaba a una puerta que llevaba al interior del edificio y la abría introduciendo un código numérico en un panel que había en uno de los laterales de la puerta.

—La oscuridad está impregnada en cada mota de polvo de ésta ciudad —mencionó el ángel mientras se acercaba al balcón—. ¿Qué es este lugar?

Nanashi abrió la puerta y se echó a un lado para dejar que los aprendices entrasen primero.

—Un mundo sin esperanza ni salvación. Éste es El Mundo Inexistente.

***

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A penas dos horas antes, los aprendices no tenían ni idea de que iban a tener una misión. Nanashi se había encargado de reunir a Simbad y Myriddin en la Sala del Trono de Bastión Hueco y sin dar casi explicaciones, la mujer abrió un portal de luz que conectaba directamente con la sala del trono de Tierra de Partida.

El castillo tenía mejor aspecto que antes, pese a su aspecto todavía algo cochambroso las obras habían avanzado considerablemente.

Frente a ellos, se encontraban Dimitri, Kairi y Saxor, quienes tampoco tenían ni idea de por qué habían sido llamados a la Sala del Trono... Y era posible que se sorprendiesen un poco por la repentina aparición de la mano derecha del líder del bastión y los dos aprendices que la acompañaban.

—¡Nanashi! Tan puntual como siempre —saludó Ronin desde el trono central con confianza, a su derecha estaba el Maestro Nithael, un ángel cuyo aspecto era un tanto deplorable y con unas alas que estaban teñidas en un color negro, casi marchito.

El ángel no parecía estar sano, o al menos no estaba en su mejor momento.

—Maestros Ronin, Nithael... —Respondió la mujer al saludo con una breve reverencia hecha con un movimiento de cabeza—. Desconozco si ya conocíais a éstos dos aprendices: Son Myriddin y Simbad —presentó.

—¿No iba a venir también nuestro sincorazón favorito para hacer de guía? Al fin y al cabo, se conoce ese mundo como la palma de su mano—comentó Ronin con un tono jovial mientras buscaba a dicha persona con la mirada.

Nanashi negó con la cabeza.

—Se había comprometido ya en otra misión. De todos modos, me ha preparado un plano con algunos de los puntos clave que podríamos investigar.

Ronin se levantó de su asiento y bajó los escalones que les separaban.

—Entonces os dejo a cargo de todo. Confío en que les expliques en qué consiste la misión —El líder de Tierra de Partida le dio unas palmaditas amistosas a Saxor y le dedicó una sonrisa—. Eres el más veterano, confío en que cuidarás bien de los más nuevos.

>>Y... Kairi —nombró. Ronin se acercó a ella de manera que cualquier cosa que le dijese quedaría en confidencia entre los dos—. ¿Estás bien? Si necesitas cualquier cosa, no dudes en venir a hablar conmigo —Pese a no decirlo claramente, Ronin se refería obviamente a lo ocurrido en la misión que había hecho no demasiado tiempo atrás... Y en la que se había visto obligada a quitar una vida.

Al poco rato, tras escuchar la respuesta de la aprendiza el Maestro se dirigió hacia las escaleras para abandonar el castillo. Nanashi subió los escalones y se colocó frente al trono central para que todos los aprendices presentes le prestasen atención.

—Bien... Veo algunas caras nuevas —comentó dirigiendo la vista a Dimitri—. Soy la Maestra Nanashi, de Bastión Hueco. En primer lugar, quiero dejar algunas cosas muy claras por la seguridad de todos: Nos dirigimos a uno de los mundos más peligrosos de todos, allí no encontraréis a nadie que os guíe si os perdéis, ni tampoco ayuda si os quedáis solos... De hecho, separarse demasiado del grupo puede significar una muerte instantanea.

La Maestra dejó de hablar unos instantes para que todos procesasen la información.

—El nombre de ese lugar es El Mundo Inexistente. Los únicos habitantes de éste mundo son los sincorazón que recorren sus calles y creedme cuando os digo que por muchos sincorazón que podáis haber visto juntos, ningún lugar se compara a éste. Es por eso que tomaremos unas precauciones adicionales para evitar atraerlos: Como ya sabéis, los corazones de los portadores son más suculentos que el de una persona normal para ellos, si invocáis la Llave Espada será como encender un faro en mitad de la noche para ellos y atraeríamos cientos de ellos. Es por eso, que en esta misión debéis evitar su uso lo máximo posible. El resto de detalles os los contaré cuando lleguemos a nuestro centro de operaciones en el susodicho mundo.

>>Maestro Nithael, ¿está listo?

—Sí, claro —afirmó. El ángel pasó al lado de Kairi, a quien saludó con una breve reverencia—. Si fracasamos, siempre podemos repetir lo de la vez anterior con los demás.

Y con aquello dicho partieron con los Gliders hacia El Mundo Inexistente.

***

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El interior del rascacielos estaba lleno de comodidades, había apartamentos completamente amueblados. ¡E incluso tenía un jacuzzi! Hacía calor gracias a varias estufas y cada poco encontrarían un desumificador, la buena noticia era que si se habían mojado mucho (en caso de que se hubiesen quitado las armaduras antes de entrar) podrían secarse rápidamente.

Nanashi guió a todos los presentes hasta un salón en una de las plantas más altas del edificio. Era grande y estaba lleno de sofás que estaban en el centro de la sala encarados a una amplia ventana que ocupaba toda la pared y que tenía unas vistas impresionantes. Había una nevera llena de bebidas y comida e incluso una máquina expendedora de pociones y éters (aunque no eran gratis). Si lo deseaban, podían tomar asiento. Frente a ellos había una mesa de cristal sobre la que Nanashi extendió un mapa dibujado a mano y con varios puntos con garabatos y anotaciones sobre las zonas en las que los sincorazón solían reunirse... Casualmente, una de aquellas zonas era la plaza que tenían justo debajo del ventanal, según el mapa. Por fortuna, en aquel momento no había demasiados.

Nithael se quedó de pie analizando el mapa junto a Nanashi.

—Por favor, atención todos —pidió—. Hace unos días, detectamos que alguien estaba estableciendo contacto con otros mundos desde éste, en concreto con La Red. No sabemos si eso puede estar enlazado con la repentina oleada de sincorazón que han aparecido en la Rejilla de Juegos, algo para lo que ya se han mandado a varias personas para investigar y poner una solución. Ronin y yo sospechamos que alguien podría estar transportando con un super ordenador a los sincorazón desde aquí por algún motivo desconocido y es nuestra tarea buscar la ubicación de ese presunto ordenador y ponerlo a buen recaudo o en caso de peligro... Destruírlo y detener a quien esté detrás de ésto. No tenemos pistas a mayores. Quiero que observéis el mapa y os organicéis en dos grupos.

Los mejores lugares, según el que había creado el mapa para empezar a investigar eran los siguientes:

1-Plaza del rascacielos[*]
1.1-Rascacielos (Zona segura, base de operaciones) [0]

2-Callejones colindantes al Rascacielos [**]
2.1-Bar (Entrada a las ruinas del Laboratorio de los Villanos Finales) [*]
2.1.1-Laboratorio en ruinas de los Villanos Finales [0]

3- Cercanías del "Castillo Blanco" [**]
3.1-Cráter [****]
3.2- Castillo Blanco (INACCESIBLE) [0]

4- Edificios puente (conecta con otra sección de la ciudad pasando sobre una grieta) [***]
4.1-Sector "2" de la ciudad [**]

Según el mapa, cada lugar conectaba con algunas otras zonas de la ciudad y las estrellas eran el nivel de peligro que tenían aquellos lugares e iban de "0" como lugar muy seguro a ***** extremadamente peligroso. algunos lugares también tenían anotaciones, como que la ciudad "se movía" en aquel lugar y otras tantas realmente extrañas y que parecían carecer de sentido.

De cualquier forma, los aprendices podían exponer sus dudas al respecto y también ir organizándose para decidir por donde empezar a explorar el mundo.

Spoiler: Mostrar

¡Bienvenidos a Pasajes Oscuros! Voy a ser un GM cabroncete ya que este mundo lo requiere (bwahahahaha). En fin, es un placer teneros aquí y no allí (?) y espero que os lo paséis bien en ésta trama. No prometo que sea un best seller, pero eh... ¡Se intenta!

Como ya advertí, debido a la naturaleza del mundo será una trama difícil, es por eso que os he preparado algunas anotaciones varias con las que podéis conocer el sistema interno que voy a emplear para decidir lo que pasará en ciertos eventos7lugares y como:

Utilizar la Llave Espada elevará el peligro de una zona del mapa a 4 estrellas el resto de la trama. Las zonas con 5 estrellas son muy peligrosas incluso para un Maestro, por lo que os conviene manteneros lejos o ir con muchísimo cuidado ya que atraeríais directamente a una horda sincorazón y posiblemente un jefe sincorazón. Es posible bajarle a una zona las estrellas (ya iréis descubriendo vosotros mismos como) a excepción de aquellas en las que hayáis empleado la Llave Espada y las zonas de 5 estrellas, que no podrían bajar de 4 estrellas. Las zonas con 2 estrellas o menos no pueden bajar más de peligro. Es posible que bajar el peligro a una zona lo aumente en otras por lo que tenéis que pensar muy bien como hacerlo y cuando. La coordinación entre todos los jugadores será fundamental en ésto (incluso aunque estéis en diferentes zonas) Aquí os recomiendo poseer un Dispositivo de Comunicación.

Fallar en la investigación de una zona tendrá penalizaciones (no en forma de menos PX, pero sí en forma de tener que escapar de una zona o aparición de un sincorazón poderoso como mencioné en el párrafo anterior)

Os recomiendo comprar un arma secudaria de no disponer de una para evitar estar indefensos en caso de no tener magia y tal vez algún éter os vendría bien.

De cuando en vez. Una zona con poco peligro puede aumentar repentinamente hasta dos estrellas. En el caso de las zonas con 3 y 4 estrellas solo pueden aumentar 1 estrella de cada vez excepto motivo de peso. Las zonas cuyo peligro aumentan sin razón aparente volverán tarde o temprano a su peligrosidad habitual.

Pensad que los sincorazón no necesitan veros para saber que estáis cerca. Al entrar en una zona, aunque no sepan claramente donde estáis sabrán que estáis cerca y empezarán a movilizarse. Mientras más estrellas tiene una zona, más fácil será que os pillen (y a su vez será más peligroso)

La lista de zonas cambiará un poco cada ronda. Revisadla siempre, también es posible encontrar dentro de las zonas otras muchas que no aparecen ahí. Cada vez que descubráis un lugar nuevo os lo marcaré en el lugar correspondiente.

Cualquier duda sobre el sistema que me he inventado para esta trama podéis hacérmela llegar. Mi idea es crear un grupo de Skype en breve para la trama. (Si alguien no tiene mi skype, que me lo pida por Mensaje Privado)

Fecha límite: 22/11/2016

por **xXOrbOOkXx** » Mar Nov 22, 2016 11:54 pm

La lluvia, tan cortante como fiera, empañaba mi visión a través de las gafas. El frío se colaba a través de mi armadura, y los truenos retumbaban incesantes, amenazando con derribar nuestros Gliders. En definitiva, la entrada al Mundo Inexistente no estaba siendo de lo más propicia.

Había sido una de las mañanas más extrañas que había tenido nunca. El despertar no había sido nada agradable, pues me había pasado dos largos minutos mirando a la pared, intentando ubicar mi mente entumecida. Desorientación. Aquello había sido. Cada vez me pasaba con más frecuencia, y, aunque no fuera habitual despertarme de pie o haciendo alguna cosa, sí acrecentaba mis temores. Ser sonámbulo no entraba en mis planes.

Para rematar, no solo había misión, sino que además iba con Watson. Después de nuestro último encuentro en la Ciudad Inexistente, —destino hacia el que irónicamente nos dirigiríamos para realizar la misión—, no le había vuelto a ver. Era un alma atormentada, como si hubiera salido directamente de una novela de Víctor Hugo, autor al que le había cogido el gusto últimamente. Admito que sus libros se apilaban sin remordimiento alguno junto a Pandemonium.
Le saludé con un gesto de cabeza y gesto neutro. No sabía exactamente qué decirle, así que simplemente esperé alguno de sus ácidos comentarios.

Unos segundos más tarde, Nanashi abrió un portal hacia Tierra de Partida, sin dar ninguna explicación, pero yo tampoco se la pedí. Había cosas que era mejor que la Maestra explicara sin prisas.

En cuanto pisé Tierra de Partida, una sensación me invadió. Había sido la misma cuando me encontraba con Lawrence, pero mezclada con alerta y familiaridad por partes iguales. Miré algo extrañado a mí alrededor, pero solo encontré los muros del Castillo a medio construir.

—¡Nanashi! Tan puntual como siempre.

Ronin, sentado en el trono, saludó alegremente. A su derecha estaba Nith… Fruncí el ceño instintivamente. Nithael. El ángel que nos había ayudado con Tierra de Partida. No había tenido mucho tiempo de fijarme en sus detalles, en la batalla simplemente había estado demasiado ocupado como para prestarle mucha atención.

Pensé en la sensación. Lawrence era medio demonio, pero Nithael era un ángel completo. No solo me pasaba con esas razas, sino también con súcubos por ejemplo. Estar simplemente en Ciudad de Halloween me producía una tensión irreparable. Aun así el estado de la criatura parecía precario. El mejor momento para realizar un ataque por la espalda.

—Maestros Ronin, Nithael... —saludó la Maestra—. Desconozco si ya conocíais a éstos dos aprendices: Son Myriddin y Simbad

—¿No iba a venir también nuestro sincorazón favorito para hacer de guía? Al fin y al cabo, se conoce ese mundo como la palma de su mano—comentó el Maestro de Tierra de Partida. Era un Aprendiz al que se referían si no me equivocaba.

—Se había comprometido ya en otra misión. De todos modos, me ha preparado un plano con algunos de los puntos clave que podríamos investigar.

Miré por encima del hombro de Nanashi mientras Ronin se acercaba a nuestra posición.

—Entonces os dejo a cargo de todo. Confío en que les expliques en qué consiste la misión —Dio unas palmaditas en el hombro de Saxor, presente en el salón junto con Kairi—. Eres el más veterano, confío en que cuidarás bien de los más nuevos.

Tras eso, se dirigió a Kairi para susurrarle unas palabras vetadas. Fruncí el ceño, curioso y me rasqué la perilla ante tanta confidencia, aunque por supuesto no iba a preguntar en voz alta. Simplemente estaría en el sitio escuchando todo lo que Nanashi tuviese que decir. Saxor, Kairi, Myriddin y un nuevo Aprendiz al que no conocía. Un equipo incierto para una misión aparentemente peligrosa.

—Bien... Veo algunas caras nuevasSoy la Maestra Nanashi, de Bastión Hueco. En primer lugar, quiero dejar algunas cosas muy claras por la seguridad de todos: Nos dirigimos a uno de los mundos más peligrosos de todos, allí no encontraréis a nadie que os guíe si os perdéis, ni tampoco ayuda si os quedáis solos... De hecho, separarse demasiado del grupo puede significar una muerte instantánea.

Al parecer, aparentemente era una palabra que se quedaba corta.

—El nombre de ese lugar es El Mundo Inexistente.

El Mundo Inexistente no era más que una vacua ciudad, infestada de tantos Sincorazón como podría estarlo Bastión Hueco. La Llave Espada era un reclamo para ellos, un faro en la noche en la que estaba sumida el mundo. Miré de reojo a Watson, intentando descifrar en sus ojos si recordaba el día que pasamos allí. Después dirigí la vista al nuevo. Rubio, vestido de forma y de piel clara, todo ello, mezclado con el aburrimiento que destilaba su mirada. Podían jurarme que era un noble de París y yo los creería.

Un rayo hendió la penumbra y delineó nuestras siluetas sobre el gran edificio de la desolada ciudad. La lluvia seguía cayendo insistente.

—[b][color=#008000]Un mundo sin esperanza ni salvación. Éste es El Mundo Inexistente.

Miré directamente a los ojos del ángel y le respondí.

— Ve a París. Observa la miseria de las calles y siente el hambre de mi raza. Escucha las plegarias que se elevan en el aire para los ángeles. —sonreí ácido—. El Mundo Inexistente no es el único sin salvación, y no es el único cubierto de hielo.

[i]****[i]

El interior del rascacielos no era como lo recordaba. Estaba perfectamente amueblado, con una bañera y toallas para secarse. Me apresuré para secar la capa y las botas, empecinado en que no les quedara una gota.

Sofás, una nevera, y una máquina con pociones y éteres. Un edificio a nuestra disposición totalmente equipado. Las vistas eran impresionantes. Me quedé viéndolas a través de la ventana, observando aquellos puntos de luz en la oscuridad, diamantes sobre terciopelo negro. Tuve ganas de volar sobre aquel paraíso.

—Por favor, atención todos —anunció entonces Nanashi. En mi ensimismamiento no me había dado cuenta de que ya habían preparado el plano—. Hace unos días, detectamos que alguien estaba estableciendo contacto con otros mundos desde éste, en concreto con La Red. No sabemos si eso puede estar enlazado con la repentina oleada de sincorazón que han aparecido en la Rejilla de Juegos, algo para lo que ya se han mandado a varias personas para investigar y poner una solución. Ronin y yo sospechamos que alguien podría estar transportando con un super ordenador a los sincorazón desde aquí por algún motivo desconocido y es nuestra tarea buscar la ubicación de ese presunto ordenador y ponerlo a buen recaudo o en caso de peligro... Destruírlo y detener a quien esté detrás de esto. No tenemos pistas a mayores. Quiero que observéis el mapa y os organicéis en dos grupos.

Suspiré, observando los distintos puntos en el mapa.

—Bueno, pues tengo algunas sugerencias —anuncié tras ver el nivel de peligro y digerir la información—. A parte de comenzar con las zonas más seguras, es hacer grupos equilibrados. Yo, por ejemplo, puedo ir contigo, si tú quieres —me dirigiría directamente hacia el Aprendiz nuevo—. Mientras que otra pareja podrían ser Myr y Kairi y que Saxor, el más veterano, vaya variando entre estos dos grupos.

>>Por mi parte, me gustaría comenzar por la plaza y luego a las cercanías del Castillo Blanco si os parece bien.

Tosería un poco y escucharía el resto de las ideas de mis compañeros de misión, a ver qué tenían que decir y si les parecía bien el plan.

—Soy Simbad. —Tendería una mano a modo de saludo hacia el rubio—. Bienvenido a Bastión Hueco.

por **Saxor** » Mié Nov 23, 2016 5:11 am

Descendíamos todos como podíamos a través de esos nubarrones de tormenta. Cada chispazo era algo que elevaba mi mal humor. Cierto era que las armaduras cubrían, pero no del todo... Se seguían filtrando pequeños calambres. Aunque en un primer momento pensé que ir en Nave Gumi me hubiera resultado mejor, no sabia si hubiera dejado de funcionar en mitad de la tormenta.

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Y por fin, después de tanto tiempo... pude ver la enorme ciudad abandonada. No era la primera vez que estaba aquí, y técnicamente, tampoco la segunda. Y en ambas ocasiones yo, "yo" y los que nos hubieron acompañado esas veces tuvimos el mismo problema gordo... Los Sincorazón. Por suerte, todos eran purasangre hasta donde pude ver, así que no podrían llegar hasta tan arriba. Sobrevolamos durante un rato corto la ciudad. Las gotas de lluvia golpeaban la armadura, produciendo un sonido constante que apenas me dejaba escuchar nada. Todo estaba igual: el castillo, los rascacielos... Sobre todo aquella cuya azotea usamos para aterrizar.

—La oscuridad está impregnada en cada mota de polvo de ésta ciudad. ¿Qué es este lugar?—Nithael pareció interesado por el mundo. Nanashi abrió la puerta al interior del rascacielos antes de contestarle.

—Un mundo sin esperanza ni salvación. Éste es El Mundo Inexistente.

***

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Por algún motivo, mi Maestro me había llamado para ir a la Sala del Trono. Había terminado de prepararme un par de termos con café, que no tardé en estrenar. Agh, le echaría leche si esto no le dejara con menos espacio para el café en sí. Me despedí de Guilmon (el cual se encontraba jugando en la habitación), y salí de la habitación.

Para mi sorpresa, no era el único allí (aparte de mi Maestro, claro). El Maestro Nithael también se encontraba sentado en otro de los tronos, con un aspecto bastante deteriorado. Otra cara conocida era Kairi, y la tercera... Parecía un aprendiz nuevo. ¿Sería una sesión de entrenamiento o algo por el estilo? Me acerqué al par para saludarlos.

—Hola—alcé una mano al llegar. Metí la mano en la bolsa para sacar al termo, y le di otro trago. El desagrado se mostró unos segundos en mi cara, pero volví a ponerme serio. Por mera cordialidad, me presenté al probablemente nuevo aprendiz—Soy Saxor. Un placer.

Estuve a punto de preguntar por qué nos habían llamado, pero justo en ese momento se abrió un portal de luz. De su interior salieron la Maestra Nanashi en cabeza, seguidos de dos aprendices más de Bastión Hueco. Lo más seguro era que tuviéramos una misión conjunta. Uno era Simbad, creía recordar, y el otro... ¿De qué me sonaba su cara?

—¡Nanashi! Tan puntual como siempre.

—Maestros Ronin, Nithael... —la Maestra seguía siendo tan recta como siempre, por lo que veía—.Desconozco si ya conocíais a éstos dos aprendices: Son Myriddin y Simbad.

Myriddin... ¡Oh!

Ya me acordaba dónde había visto esa cara. Fue en una de mis escapadas nocturnas cuando estaba en Bastión Hueco hace un par de años. ¿Ese hombre tan irritante se había hecho portador? Agh, ahora seguro que empeoraba mi estado de humor.

—¿No iba a venir también nuestro sincorazón favorito para hacer de guía? Al fin y al cabo, se conoce ese mundo como la palma de su mano.

—Se había comprometido ya en otra misión. De todos modos, me ha preparado un plano con algunos de los puntos clave que podríamos investigar—Supuse que estaban hablando de Ragun, a quien hacía bastante que no veía. ¿A qué mundo se referirían...?

—Entonces os dejo a cargo de todo. Confío en que les expliques en qué consiste la misión —Mi Maestro se acercó a mí y me dio unas palmadas en el hombro—. Eres el más veterano, confío en que cuidarás bien de los más nuevos.

Me quedé congelado unos segundos. El Maestro Ronin me estaba estaba dando un voto de confianza que prácticamente hizo desaparecer mi mal humor por completo, y me reactivé al 100%.

—...Sí, Maestro— No podía fallar en la misión que tuviéramos a cargo. No era el momento de poner mala cara, sino el de mostrarme lo más dispuesto posible.

Tras hablar un momento en privado con Kairi, bajó las escaleras para irse y fue sustituido por Nanashi, quien parecía liderar la misión de ese día.

—Bien... Veo algunas caras nuevas. Soy la Maestra Nanashi, de Bastión Hueco. En primer lugar, quiero dejar algunas cosas muy claras por la seguridad de todos: Nos dirigimos a uno de los mundos más peligrosos de todos, allí no encontraréis a nadie que os guíe si os perdéis, ni tampoco ayuda si os quedáis solos... De hecho, separarse demasiado del grupo puede significar una muerte instantanea.

Las advertencias que nos daba ya me hacía venir un mundo a la cabeza. Y sin duda se encontraba en la lista de los que menos ganas tenía de volver a pisar. La siguiente parte del discurso solo lo confirmó.

—El nombre de ese lugar es El Mundo Inexistente. Los únicos habitantes de éste mundo son los sincorazón que recorren sus calles y creedme cuando os digo que por muchos sincorazón que podáis haber visto juntos, ningún lugar se compara a éste. Es por eso que tomaremos unas precauciones adicionales para evitar atraerlos: Como ya sabéis, los corazones de los portadores son más suculentos que el de una persona normal para ellos, si invocáis la Llave Espada será como encender un faro en mitad de la noche para ellos y atraeríamos cientos de ellos. Es por eso, que en esta misión debéis evitar su uso lo máximo posible. El resto de detalles os los contaré cuando lleguemos a nuestro centro de operaciones en el susodicho mundo.

Precauciones que ya "me" pidieron tomar una vez. Y sabía ya muy bien lo que suponía utilizar la llave espada allí. No solo por la primera vez, sino por la segunda.

>>Maestro Nithael, ¿está listo?

—Sí, claro.

***

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Hice desaparecer mi armadura nada más entrar en el rascacielos. Y su interior, ciertamente, me dejó sorprendido. Ya sabía que los apartamentos estaban amueblados, pero no que los apartamentos de lujo estuvieran completamente funcionales, e incluso con las estufas ya puestas. Uno podía teorizar que lo que fuera que hubiera pasado en aquel mundo, había sido tan súbito que nadie había tenido tiempo ni de dejar el cubierto en la mesa. Y que aún se siguiera suministrando energía era igual de impresionante. Aunque peligroso... El mundo estaba rodeado de enormes misterios sin explicar.

Nanashi nos llevó hasta uno de los salones del rascacielos de lujo. Todo estaba colocado perfectamente, con sillones y sofás colocados para poder contemplar las vistas de la ciudad (¿Quizá un lugar de descanso para las altas esferas?). Con curiosidad, abrí la nevera para observar el interior. Estaba lleno de bebidas, de entre las que cogí un refresco de naranja.

La Maestra de Bastión Hueco extendió un mapa dibujado a mano sobre la mesa de cristal. Estaba lleno de apuntes sobre el movimiento de los Sincorazón.

—Por favor, atención todos. Hace unos días, detectamos que alguien estaba estableciendo contacto con otros mundos desde éste, en concreto con La Red—Y otro mundo en mi lista negra, aunque no se comparaba con su mundo hermano de momento—. No sabemos si eso puede estar enlazado con la repentina oleada de sincorazón que han aparecido en la Rejilla de Juegos, algo para lo que ya se han mandado a varias personas para investigar y poner una solución. Ronin y yo sospechamos que alguien podría estar transportando con un super ordenador a los sincorazón desde aquí por algún motivo desconocido y es nuestra tarea buscar la ubicación de ese presunto ordenador y ponerlo a buen recaudo o en caso de peligro... Destruirlo y detener a quien esté detrás de ésto. No tenemos pistas a mayores. Quiero que observéis el mapa y os organicéis en dos grupos.

1-Plaza del rascacielos[*]
1.1-Rascacielos (Zona segura, base de operaciones) [0]

2-Callejones colindantes al Rascacielos [**]
2.1-Bar (Entrada a las ruinas del Laboratorio de los Villanos Finales) [*]
2.1.1-Laboratorio en ruinas de los Villanos Finales [0]

3- Cercanías del "Castillo Blanco" [**]
3.1-Cráter [****]
3.2- Castillo Blanco (INACCESIBLE) [0]

4- Edificios puente (conecta con otra sección de la ciudad pasando sobre una grieta) [***]
4.1-Sector "2" de la ciudad [**]

—Bueno, pues tengo algunas sugerencias. A parte de comenzar con las zonas más seguras, es hacer grupos equilibrados. Yo, por ejemplo, puedo ir contigo, si tú quieres. Mientras que otra pareja podrían ser Myr y Kairi y que Saxor, el más veterano, vaya variando entre estos dos grupos.

—Opino igual—respondí. Kairi llevaba casi tanto tiempo como yo, pero desconocía la experiencia de Myriddin. Supuse que estarían bien con algún Maestro—Creo que iré con Simbad por ahora.

por **A Nerd Girl** » Mié Nov 23, 2016 7:15 pm

Era un bonito día, los pájaros cantaban, la luz del sol brillaba, los idiotas rondando por el castillo... Era perfecto para gritar deseos de genocidio, coger flores, lanzar una pizza por el tejado cual capítulo de una serie sobre química. Esas cosas que hacen cada día un bocado más perfecto. Tras leer de internet un par de comentarios absurdos me rendía a ir hacia la pesadilla. Llevé mi martillo conmigo, hermoso, intimidante y elegante Raziel. Suspiré, era tedioso el sólo tener dos horas para prepararnos. Ni me dio a comprar algo bueno, quizá por procrastinar, pero era muy poco tiempo. Demasiado poco, yo daría una semana y media de aviso. Quiero decir, así me da tiempo a vaguear como el amo del mundo y estar preparado. Que pocas ganas tenía de trabajar, ojalá pudiera escaquearme...

Sin venir a cuento, como si no fuéramos personas ni nada con derecho a informarnos a qué íbamos a arriesgarnos el cuello (jolines que una pequeña explicación no mata a nadie, más bien salvará nuestros culos por ir bien preparados). Nanashi nos llevó en un portal hacia lo que se decía, Tierra de Partida, lo que más bien parecía era Tierra Partida, porque estaba todo medio destrozado, medio arreglado.

Un tío enorme con pinta de tío malo de juego barato y algo mole. Conocía a Nanashi, Al lado un ángel algo guapo, vale admitamos que era mi tipo. Era bastante mono, aunque parecía machacado, me daba algo de pena. Sus alas teñidas de negro, me daban más ánimo para hacer la misión. Pasaba de lo que decían y las presentaciones. Sólo escuché que uno era Ronin y otro Nithael. Yo los miraba, miraba al ángel de alas negras. Destrozado, casi para el arrastre. Parecía que un cura no serviría en él. Por un momento, solo por un momento sentí ese latidito raro. Quiero morir...

Al poco de todo parecía que mi suerte me daba al emplumado a venir con nosotros. Junto a una pelirrosa con pinta de mucho pecho poco cerebro, el seis ojos de hace años, un rubiales bastante crío. Eramos la pandilla más extraña que... No sé, en verdad creo que hay en cómics grupos más pintorescos que nosotros, como alguna liga o unos vengadores. Decidí dejar de mirar al chico y me centré más en la Maestra. No quería cagarla delante de él.

Al escuchar el nombre el mundo miré a Simbad de reojo con mala cara, creo que ambos sabemos bien qué pasó ahí. Cómo técnicamente acabamos en mi cama... Cómo me puse emocional con alguien. Ahora ya que he tomado vuestra atención, he de admitir que no hubo nada para adultos, fue todo culpa del puto de Dylan y sus bromas de mal gusto. Estaba de acuerdo con la idea de no invocar la Llave-Espada para nada. Es decir, yo odio ir con ella. Parece un arma de juguete, creo que antes del radicalismo de Ciudad de Paso había niños improvisándola o algo así. Yo que sé, si a los críos los ahuyentaba. Claramente gracias al prestar atención, me enteré que era Nithael el tío tan bueno que estaba ahí para acompañarnos, algo destrozado pero no importaban los detalles.

La entrada a ese mundo era completamente lo último que deseaba: lluvia, tormenta, mierda de vida, quiero matar a todos. Mi paciencia se iba muriendo tenía potra de no tenerle fobia a los rayos, maldigo al meteorólogo. Me cago en la madre, me he chocado con alguien, que le den. Mi humor pasó de desánimo a emocionarme y ser bueno a unas ganas letales de practicar el genocidio. Pero al llegar, ignoré todo y me dediqué a tomar aire y no gritar mil maldiciones. Puede ser que hubiera sido tanto vaivén de emoción por el momento, pero estaba en parte agotado. El lugar era casi tan absurdo como deseaba.

Es decir, tanto lujo inútil. ¿Qué era esto? ¿La casa de vacaciones de los Maestros? Menudo lugar para poner tanto lujo y mierda por doquier, hasta cobraban por las pociones y éteres. Que cutres y asquerosos, que me den platines a mi que me cuesta un riñón comprarme cualquier cosa. Tras todos estar listos, nos tocaba separarnos. Si, literalmente escuché lo que decía la Maestra, pero me da pereza escribirlo.

Simbad propuso una idea buena, ¡ostra! ¡Que el gitano podía pensar! ¡Oh dios! Solté una risita incrédula ante lo que decía y miré a la chica, parecía que era mi compañera esta vez. La miré con algo de mala leche, esperaba que no fuera una piedra porque si era así la dejaba en el sitio a la merced de sincorazón. Mientras se dedicaban a decidir dónde yo miré dónde me destacaba más el posible lugar dónde se realicen los problemas. Un laboratorio en ruinas. Amo lo laboratorios, amo el bar... Oh, esto va a ser genial.

—Me pido el bar y el laboratorio, ¿te parece? —comenté a la chica rosa, esperaba que respondiera o si no mis ganas de abandonarla aumentarían —. Me parece lo más sospechoso, desde un punto de vista analítico y lógico.

por **Kairi** » Mié Nov 23, 2016 10:02 pm

Desde la última misión Kairi no había podido dejar de pensar en lo mismo. Había matado a alguien. Un villano, pero al fin y al cabo había matado. Ella, ignorante, creyó que se trataba de un Sincorazón y no dudó en hacerlo. Tumbada en la cama de su habitación, se tapó la cara con las manos. Nadie podía imaginarse el asco que se daba ella misma. Pero ya estaba hecho y no tenía arreglo. Si tuviera delante a Barbariccia le pediría perdón de todo corazón.

Un Moguri la sacó de sus pensamientos. Le avisó de que requerían su presencia en la Sala del Trono, no sabía para qué, pero al menos le serviría para distraerse. Se puso presentable y salió de la habitación.

En la Sala del Trono estaban Ronin y el ángel Nithael, cuyo aspecto parecía tan maltrecho como siempre. También había dos Aprendices. A Saxor ya lo conocía de una misión anterior y lo saludó intentando esbozar una sonrisa. Al otro chico era la primera vez que lo veía. ¿Era un nuevo Aprendiz? Lo saludó con un tímido "Hola, soy Kairi".

Justo después se abrió un portal y aparecieron la Maestra Nanashi de Bastión Hueco con dos de sus Aprendices a los que no recordaba haber visto anteriormente.

—¡Nanashi! Tan puntual como siempre —la recibió Ronin.

—Maestros Ronin, Nithael... Desconozco si ya conocíais a éstos dos aprendices: Son Myriddin y Simbad —presentó la Maestra a los dos muchachos que la acompañaban.

—¿No iba a venir también nuestro sincorazón favorito para hacer de guía? Al fin y al cabo, se conoce ese mundo como la palma de su mano— preguntó Ronin, a lo que Nanashi negó con la cabeza.

—Se había comprometido ya en otra misión. De todos modos, me ha preparado un plano con algunos de los puntos clave que podríamos investigar.

—Entonces os dejo a cargo de todo. Confío en que les expliques en qué consiste la misión —Ronin se dirigió a Saxor con unas palmaditas—. Eres el más veterano, confío en que cuidarás bien de los más nuevos.

>>Y... Kairi—la joven se sorprendió un poco al oír su nombre. Ronin se acercó para hablar con ella en secreto—. ¿Estás bien? Si necesitas cualquier cosa, no dudes en venir a hablar conmigo

—Eh... sí, gracias —respondió sin mucha seguridad—. Pero no dejo de darle vueltas...

Esperaba que la misión le hiciera olvidar un poco todo ese tema, una Aprendiza triste no sería lo más adecuado. Después de aquello, Ronin se fue por las escaleras y los dejó con Nanashi.

—Bien... Veo algunas caras nuevas. Soy la Maestra Nanashi, de Bastión Hueco. En primer lugar, quiero dejar algunas cosas muy claras por la seguridad de todos: Nos dirigimos a uno de los mundos más peligrosos de todos, allí no encontraréis a nadie que os guíe si os perdéis, ni tampoco ayuda si os quedáis solos... De hecho, separarse demasiado del grupo puede significar una muerte instantanea.

Después de todo a lo que se había enfrentado, no podía imaginarse que hubiera algo peor.

—El nombre de ese lugar es El Mundo Inexistente. Los únicos habitantes de éste mundo son los sincorazón que recorren sus calles y creedme cuando os digo que por muchos sincorazón que podáis haber visto juntos, ningún lugar se compara a éste. Es por eso que tomaremos unas precauciones adicionales para evitar atraerlos: Como ya sabéis, los corazones de los portadores son más suculentos que el de una persona normal para ellos, si invocáis la Llave Espada será como encender un faro en mitad de la noche para ellos y atraeríamos cientos de ellos. Es por eso, que en esta misión debéis evitar su uso lo máximo posible. El resto de detalles os los contaré cuando lleguemos a nuestro centro de operaciones en el susodicho mundo.

>>Maestro Nithael, ¿está listo?

—Sí, claro —Nithael saludó a Kairi con una reverencia, a lo que la chica respondió de igual forma—. Si fracasamos, siempre podemos repetir lo de la vez anterior con los demás.

Kairi sonrió. Aquello estuvo bien.

Cogieron sus Gliders y fueron al Mundo Inexistente.

***

Imagen

El nuevo mundo los recibió con una espantosa tormenta eléctrica. Kairi se asustaba cada vez que un rayo impactaba en su armadura, temiendo que pudieran atravesarla o estropearle el Glider. Se abrió paso entre las negras nubes con los demás. Cuando consiguió dejarlas atrás contempló la ciudad que se extendía ante ella, fría y oscura. No había nadie por las calles. Era una ciudad vacía cuyos edificios estaban agrietados y algunos extrañamente tumbados. Al fondo se alzaba un enorme castillo blanco que destacaba notablemente.

Aterrizaron en la azotea del rascacielos más alto. Fijándose bien, no parecía una ciudad tan vacía. Había unas Neosombras deambulando por allí pero ni rastro de personas o animales.

—La oscuridad está impregnada en cada mota de polvo de ésta ciudad. ¿Qué es este lugar?

—Un mundo sin esperanza ni salvación. Éste es El Mundo Inexistente.

Cuando consiguieron entrar al rascacielos, Kairi se sorprendió por cómo estaba decorado. Había muebles y todo tipo de lujos. Parecía que lo acabaran de abandonar. Nanashi los guió hacia un salón amueblado con sofás donde la joven se dejó caer. Nanashi extendió un mapa con anotaciones sobre una mesa cercana.

—Por favor, atención todos. Hace unos días, detectamos que alguien estaba estableciendo contacto con otros mundos desde éste, en concreto con La Red. No sabemos si eso puede estar enlazado con la repentina oleada de sincorazón que han aparecido en la Rejilla de Juegos, algo para lo que ya se han mandado a varias personas para investigar y poner una solución. Ronin y yo sospechamos que alguien podría estar transportando con un super ordenador a los sincorazón desde aquí por algún motivo desconocido y es nuestra tarea buscar la ubicación de ese presunto ordenador y ponerlo a buen recaudo o en caso de peligro... Destruírlo y detener a quien esté detrás de ésto. No tenemos pistas a mayores. Quiero que observéis el mapa y os organicéis en dos grupos.

Los lugares que debían ser investigados estaban marcados en el mapa.

1-Plaza del rascacielos[*]
1.1-Rascacielos (Zona segura, base de operaciones) [0]

2-Callejones colindantes al Rascacielos [**]
2.1-Bar (Entrada a las ruinas del Laboratorio de los Villanos Finales) [*]
2.1.1-Laboratorio en ruinas de los Villanos Finales [0]

3- Cercanías del "Castillo Blanco" [**]
3.1-Cráter [****]
3.2- Castillo Blanco (INACCESIBLE) [0]

4- Edificios puente (conecta con otra sección de la ciudad pasando sobre una grieta) [***]
4.1-Sector "2" de la ciudad [**]

Después de revisarlo, el muchacho llamado Simbad ideó un plan.

—Bueno, pues tengo algunas sugerencias. A parte de comenzar con las zonas más seguras, es hacer grupos equilibrados. Yo, por ejemplo, puedo ir contigo, si tú quieres. Mientras que otra pareja podrían ser Myr y Kairi y que Saxor, el más veterano, vaya variando entre estos dos grupos.

Parecía razonable y Kairi asintió indicando que estaba de acuerdo, aunque no le gustaba cómo le miraba su nuevo compañero. ¿Acaso ya le caía mal sin siquiera conocerla?

—Me pido el bar y el laboratorio, ¿te parece? Me parece lo más sospechoso, desde un punto de vista analítico y lógico.

—Sí, lo veo bien—respondió, pensando que le había tocado con el rarito del grupo. Pero tenía razón, el laboratorio era el lugar idóneo para empezar a investigar.

—Como ya te han dicho, me llamo Kairi —se presentó—. Si hay problemas tengo una daga que se convierte en espada, es muy útil.

por **Sombra** » Vie Nov 25, 2016 4:43 pm

Nanashi y Nithael esperaron en silencio a que los grupos se formasen. Dimitri fue el único que quedó al márgen, tal vez se sentía bajo mucha presión en aquel mundo o incluso muerto de miedo al ser su primera misión.

—Tienes permiso para volver a Tierra de Partida —dijo de pronto Nanashi clavando sus ojos en el vampiro—. No tienes experiencia, es posible que esto te quede grande. Informaré a Ronin y me aseguraré de que no recibas ninguna clase de penalización por ésto —dijo Nanashi mientras alzaba su mano creando un portal de luz.

En cuanto el portal terminó de formarse no pasaron ni dos décimas de segundo cuando alguien apareció desde el otro lado: Se trataba de Fátima, una de las Maestras de Tierra de Partida. Probablemente, todos estaban tan confusos como lo estaba la Maestra novata.

Fátima había tenido la mala suerte de estar caminando tranquilamente por Tierra de Partida cuando un portal de luz se formó justo en sus narices llevándola a El Mundo Inexistente.

Nanashi fue la primera en hablar.

—Maestra Fátima —saludó Nanashi con una leve reverencia tras recuperarse de la sorpresa inicial—. Es una sorpresa verla por aquí. Dimitri, puedes atravesar ese portal y volver.

Nithael se acercó a Fátima con una cansada pero sincera sonrisa. Dimitri obedeció desapareciendo entre la luz del portal. Éste no se cerró ya que en un principio, Fátima podría volver.

—Hola, perdona por este incidente. Íbamos a ir a explorar la ciudad ahora, ya sabes. La misión de la que hablamos en la reunión de Maestros.

Mientras Fátima y Nithael hablaban, Nanashi se acercó al mapa y colocó dos chinchetas en ella, una sobre la zona de los callejones y otra en los alrededores del cráter.

—Bien, ya estamos organizados. Maestro Nithael, acompaña a los que van a explorar los alrededores de esa fortaleza flotante. Yo iré con el otro grupo... —La mujer clavó los ojos en Fátima, que no parecía dispuesta a marcharse. El portal de luz de Nanashi se cerró en aquel momento—. Permitid que me corrija. Maestra Fátima, vienes conmigo hacia los "Edificios Puente".

>>Este "Sector 2" que se menciona en el mapa nunca ha sido explorado por nadie de la orden. No a pie al menos. El "Sector 1" es relativamente seguro, pero más allá de los Edificios Puente no sabemos nada. —La Maestra miró a todos los presentes—. Una vez terminéis de explorar vuestras zonas dirigíos hacia el Sector 2, iremos creando un mapa entre todos con más zonas de interés y si véis a alguien que no conozcáis de nada... Seguidle y descubrid sus intenciones, pero con precaución. Es mejor que no sepan que estamos aquí.

La Maestra Nanashi contestó a cualquier posible pregunta tras aquello y una vez terminada la ronda de respuestas fue la hora de salir. Pero antes, si querían cambiarse de ropa y ponerse alguna otra cosa para evitar acabar calados (tal vez una de aquellas chaquetas largas de cuero con capucha) podían hacerlo.

***
Kairi y Myridyn

Ambos aprendices atravesaron la plaza corriendo bajo la lluvia llamando la atención de dos neosombras. Las criaturas intentaron seguirles por los callejones cuando se internaron en éstes... Pero fue realmente fácil darles esquinazo.

Los callejones eran estrechos y podían resultar un poco escalofriantes. La luz era muy escasa (a duras penas les llegaba de algunas de las ventanas que tenían las luces encendidas) y era prácticamente imposible ver lo que acechaba por el suelo, si un sincorazón se arrastrase bajo sus pies no lo notarían.

No había casi sincorazón por allí. Aparecieron unas pocas sombras a su paso de las que pudieron hacerse cargo sin problemas y siguieron en busca del bar. Pasaron quince minutos cuando encontraron entre los callejones una pequeña plaza. Nada llamativo salvo que había una montaña de basura en el medio... Salvo que no era ningún montón de basura, era una montaña de cuerpos calcinados. No eran humanos o como mínimo eran seres humanos mutados y deformados hasta lo aberrante. Cerca de la pila de cadáveres había varios bidones de gasolina, todos ellos vacíos.

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Y si seguían por una de las calles verían que ésta acababa en un callejón sin salida... Salvo que había una puerta que había sido concienzudamente forrada con cintas amarillas que rezaban una simple palabra con grandes y claras letras negras: BIOHAZARD.

El lugar no parecía haber sido usado en algún tiempo ya que las cintas estaban en un estado un poco malo por las incesantes lluvias. Lo gracioso era que la puerta no estaba cerrada con llave, ni siquiera habían intentado sellarla con soldadura.

Una vez dentro encontrarían un bar normal... O casi. Allí dentro todo estaba patas arriba; las botellas de alcohol estaban desparramadas por el suelo rotas, como si un huracán se hubiese desatado allí dentro, también había marcas de garras por las paredes y el suelo y la mayor partes de muebles estaban hechos trizas.

Sobre una de las mesas del bar que aún estaban bien había varias fotografías de Villanos Finales entre los que se encontraban Barbariccia, Rubicante, Scarmiogle y Hojo. Bajo la fotografía del científico había una nota muy corta que mencionaba un virus y el nombre de Scarmiogle, que también tenía una nota bajo su fotografía "Rey Zombie".

También había una carpeta con datos de una nave que se había estrellado en algún lugar de la ciudad. Según aquellas notas olvidadas tiempo atrás, los Villanos Finales habían convertido a los supervivientes del accidente en zombies mutantes... Y pretendían usarlos como arma biológica para crear un ejército de portadores de la Llave Espada zombificados y que obedecieran al "Rey Zombie". Según el autor del informe, habían optado por destruír los viales que contenían las curas y todas las notas sobre como se podía crear más ya que era un arma demasiado peligrosa.

Tras una gramola se veía una puerta que en algún momento había sido "secreta" aparentemente. Al abrirla encontrarían unas escaleras que terminaban en un túnel colapsado. Todo aquel laboratorio había estallado en llamas, o aquello lo deducirían al ver como las paredes se habían fundido, probablemente la temperatura se había elevado tanto que había provocado el derrumbamiento de todo el lugar. Una explosión, tal vez. Era imposible bajar.

De golpe, escucharon unos pasos sobre ellos. Si decidían investigar aquello subiendo por las escaleras del bar que daban a un segundo piso se encontrarían con un lugar lúgubre y sin muebles. No demasiado grande, pero tampoco pequeño. Solo había una ventana abierta y en el centro una vela encendida mostrando una fotografía polaroid que estaba atravesada por una daga: Se trataba de una imagen tomada desde lo alto de algún edificio (se podía ver el Rascacielos al fondo) y en el medio del aire había una serie de Gliders entrando al mundo. No era difícil reconocer que aquellos Gliders eran los suyos. ¿Alguien les estaba espiando? ¿No estaba vacío aquel mundo?

Por mucho que buscasen no encontrarían más pistas allí ni verían al que había dejado aquella fotografía. Pero una cosa era segura, no estaban solos y aquel mensaje que les habían dejado parecía señalar que querían que se marchasen.

El problema era saber... ¿Cuán peligroso era aquel personaje?

***

Saxor y Simbad

Los dos aprendices y Nithael salieron por una calle a la izquierda del rascacielos sin tener que pasar por la plaza y no tardaron ni un minuto en alcanzar el cráter que cortaba de forma súbita la calle. El fondo de aquel abismo estaba inundado por las lluvias, aunque aquel lugar no se convertiría en un lago fácilmente... Era tan grande que a penas podían ver los edificios al otro lado del agujero. Pero aquello no era lo llamativo sino el silencioso fuerte flotante.

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Saxor sabía de otras veces que aquel lugar jamás había dado señales de vida. Simplemente estaba allí, impasible... Y nadie había logrado entrar jamás. Nadie sabía cuanto tiempo llevaba allí ni quien la había construído. Aquel lugar era un verdadero misterio... Y si el origen de la señal era aquel lo tendrían muy jodido para entrar puesto que pese a todos los intentos jamás lo habían conseguido.

Nithael tenía los ojos clavados en la estructura entre aterrado y fascinado.

—Un castillo volador... Es impresionante, aunque poco práctico si no puedes volar.

Los ojos del ángel se pasearon por el borde del cráter, parecieron ver algo pues señaló hacia allí.

—Allí hay... Un túnel, parece artificial.

Y era cierto, a unos cincuenta metros de ellos, bajando por el cráter había un túnel que recordaba un poco a una mina. El problema era simple: Sincorazón. Había muchísimos alrededor de la entrada y no era lo único extraño.

De pronto, todo alrededor de ellos pareció distorsionarse. La lluvia se ralentizó y empezó a ascender, como si en aquel área el tiempo acabase de romperse y tratase de retroceder. Los edificios estaban deshaciéndose en partículas de formas geométricas y todos empezaron a sentir una enorme presión en sus cabezas.

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Y tan pronto como sintieron aquello... Se detuvo. Todo volvió a la normalidad, como si no hubiese ocurrido nada.

—¡Por el Primero! ¿Qué acaba de...? ¿Lo habéis visto? —preguntó Nithael, buscando la respuesta en los dos aprendices.

Y entonces, se dieron cuenta. La lluvia se había teñido de negro y se acumulaba en el suelo creando una fina capa de agua oscura. De súbito dejó de llover y en ese momento cientos de ojos amarillos empezaron a surgir del agua. Al menos una treintena de Neosombras estaban a punto de lanzarse sobre ellos. La mayor parte de los sincorazón que había en la zona cercana al túnel habían desaparecido, ¿acaso eran los mismos que acababan de aparecer?

—¿De dónde han salido?

No había tiempo de explicaciones, debían actuar. Podían bajar por el cráter y dirigirse hacia el túnel o buscar una alternativa, tal vez podían llegar al rascacielos a tiempo si daban la vuelta.

Nithael creó un hechizo perla en cada mano, preparado para abrirse camino decidiesen lo que decidiesen.

***

Fátima

Nanashi caminaba entre las calles de la ciudad evitando los lugares amplios o que las dejasen demasiado expuestas, por lo que no pudieron coger el camino más directo hacia el "puente" que conectaba con el otro sector de la ciudad.

Por el camino se encontraron bastantes sincorazón, por suerte en grupos pequeños de los que se deshicieron sin despeinarse ya fuera con magia o con alguna de sus armas secundarias... Aunque fue una suerte que Dimitri se hubiese marchado. Él casi no podía ni enfrentarse a dos sombras a la vez, había sido una locura por parte de Ronin meterlo en la boca del lobo por mucho que confiase en la inmortalidad del vampiro.

La lluvia había amainado un poco, pero todavía resultaba verdaderamente molesta. No solo costaba más apuntar para disparar sus hechizos, sino que el sonido de la lluvia ocultaba el sonido de los sincorazón al aparecer.

Nanashi hizo un gesto para que Fátima se detuviese y señaló a un contenedor de basura cercano para que se escondiera detrás, la Maestra de Bastión Hueco también se colocó tras el contenedor. Si Fátima agudizaba el oído escucharía pasos de gigante seguidos por cientos de pasos más que hacían que el suelo temblase ligeramente. A un par de calles de distancia, un grupo de un centenar de Invisibles y neosombras avanzaban como una horda hacia algún otro lugar. Seguramente no querían averiguar a donde.

Lo extraño de aquel grupo sincorazón era que parecían en cierto sentido organizados como si fuesen un escuadrón o un pequeño ejército perfectamente sincronizado y además... Liderando aquel grupo había un Lado Oscuro. Por muy Maestras que fueran no tenían posibilidades de ganar contra tal número de monstruos y Fátima ya sabía muy bien lo difícil que era luchar contra grandes números de sincorazón tras lo sucedido en el Castillo del Olvido.

La Maestra Nanashi parecía realmente extrañada por aquel evento que acababan de ver. Esperó varios minutos para dar márgen a la horda y no encontrárselos esperando por ellas cuando siguiesen avanzando.

—Sigamos —dijo momentos después, no con tanta seguridad como le habría gustado.

Ambas mujeres continuaron su camino y fueron en dirección contraria a la que habían ido aquellos sincorazón dando una vuelta bastante grande para llegar a los Edificios Puente.

Fátima vería como una enorme falla que cortaba las calles de la ciudad dividía la ciudad en dos. A penas podían ver el otro lado, puesto que estaba a varios kilómetros de distancia, pero si se fijaba bien la Maestra vería que aquella parte de la ciudad era un poco más... Rara. Los edificios parecían moverse y hacerse más altos o bajos por momentos y no parecía ningún tipo de efecto óptico. A la derecha de su posición había una serie de edificios que estaban tumbados sobre el vacío flotando de formas que desafiaban la física creando un puente que no inspiraba mucha confianza dado que aunque estaba fijo hacía giros muy bruscos y daba vueltas realmente extrañas.

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Alredor del puente, ascendiendo desde el abismo había una extraña neblina azulada que parecía emitir algo de luz.

En un principio, el lugar parecía relativamente seguro exceptuando algunas sombras. El problema fue cuando siguieron avanzando por el puente.

Había un sincorazón que nunca habían visto antes. Se trataba de un ser humanoide con un agujero en el pecho con forma de corazón, tenía cuernos y cola... Incluso alas, aunque no de ángel precisamente. Su rostro era un agujero que parecía un abismo infinito y en su centro había una luz brillante de color amarillento.

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—Aún no nos ha visto —apuntó Nanashi al verlo parado. El ser estaba bastante lejos, pero estaba quieto en una zona del puente que le permitía una zona de visión donde no había posibilidad de pasar escondidas—. No parece un sincorazón normal, no al menos como los Invisibles y las neosombras. Si vamos a atacarlo será mejor hacerlo mientras tenemos la oportunidad de cogerlo por sorpresa.

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Fecha límite: 1/12/2016

por **Suzume Mizuno** » Vie Dic 02, 2016 4:11 am

Fátima se quedó plantada, mirando a los aprendices que de pronto habían aparecido delante de ella, a Nanashi y a Nithael. Pero, sobre todo, miró el mundo que se abría frente a ella.

Desconcertada, giró sobre sí misma. ¿Qué acababa de pasar? Había cruzado un Portal casi sin darse cuenta. Eso significaba que prácticamente se le había abierto en la cara…

—Maestra Fátima .—Dio un respingo y se encaró hacia Nanashi, que hacía una leve reverencia en su dirección. Correspondió, todavía sin saber qué había pasado saludó—. Es una sorpresa verla por aquí.

—Lo mismo digo…—murmuró.

—Dimitri, puedes atravesar ese portal y volver.

Fátima se echó a un lado para dejar pasar a un muchacho rubio y menudo, que le sonaba que era aprendiz de Light. En cualquier caso no pudo prestar mucha atención porque Nithael, que seguía muy desmejorado, se le acercó con una sonrisa. Fátima se la devolvió, pensando que era imposible reprimir el impulso de querer protegerlo y ayudarlo.

—Hola, perdona por este incidente. Íbamos a ir a explorar la ciudad ahora, ya sabes. La misión de la que hablamos en la reunión de Maestros.

—¡Ah!—Entonces estaban en Mundo Inexistente—. No tienes que pedir perdón, ha sido… —Se volvió. El chico se había ido. Por algún motivo. Ahora entendía qué acababa de ocurrir. En cualquier caso le parecía bien que hicieran regresar a alguien tan nuevo; no duraría mucho en esa clase de mundo—. Una confusión. Una curiosa. ¿Todavía no habéis empezado…?

No, al parecer, puesto que Nanashi estaba poniendo unas chinchetas en un mapa. Miró de reojo a Nithael, como pidiendo permiso, y se acercó a observar. No le habían asignado una misión aquella mañana, pero cuanto más miraba a Nithael, más se planteaba si no debería solicitar quedarse, ya que el destino más absurdo había querido llevarla hasta ahí.

—Bien, ya estamos organizados. Maestro Nithael, acompaña a los que van a explorar los alrededores de esa fortaleza flotante. Yo iré con el otro grupo... —De pronto Nanashi le clavó la mirada y Fátima no pudo evitar tragar saliva, convencida de que iba a decirle que se largara de allí. Pero, en su lugar, el Portal de Luz se cerró a su espalda y la Maestra dijo—: Permitid que me corrija. Maestra Fátima, vienes conmigo hacia los "Edificios Puente".

No pudo evitar sorprenderse. ¿Con ella?

—C-claro.

Ya era inesperado que le permitiera quedarse, pero que además decidiera que fueran juntas… Se pasó una mano por la frente. Desde luego, el día no estaba saliendo como esperaba. Menos mal que traía consigo prácticamente todo lo que necesitaba…

—Este "Sector 2" que se menciona en el mapa nunca ha sido explorado por nadie de la orden. No a pie al menos. El "Sector 1" es relativamente seguro, pero más allá de los Edificios Puente no sabemos nada. —Fátima trató de memorizar el mapa y tomar nota de lo que decía Nanashi. Nunca había estado muy al tanto de Mundo Inexistente y decir que estaba perdida era quedarse corta—. Una vez terminéis de explorar vuestras zonas dirigíos hacia el Sector 2, iremos creando un mapa entre todos con más zonas de interés y si véis a alguien que no conozcáis de nada... Seguidle y descubrid sus intenciones, pero con precaución. Es mejor que no sepan que estamos aquí.

Fátima asintió con la cabeza, escuchando las preguntas de los demás aprendices. Saludó a los demás con un gesto. Los números de Bastión Hueco y de Tierra de Partida estaban bastante equilibrados, algo que no solía ser muy habitual. No le gustaba demasiado la idea de que todos se separaran en un sitio tan poco investigado, y menos que nada que Nithael vagara incluso si era con dos aprendices —¿o serían ya Caballeros? Que ella supiera, al menos Saito todavía no lo era. Y al otro, Simbad, apenas sí lo conocía de vista—. Por otra parte, Kairi iba a partir sola con un hombre de Bastión Hueco al que juraría que había visto en China… Y que no le terminaba de gustar. Pensó que Nanashi debería acompañarlos, o ella, pero eso significaría que una de las dos se quedaría sola…

Si Fátima podía, se pondría una de esas largas chaquetas para cubrirse y protegerse de la lluvia. Luego se despediría de Kairi y Nithael:

—Suerte—deseó a ambos—. ¿Os importa si intercambiamos número? Por si acaso. Y cuidaos y tened cuidado, por favor.

Después fue rápidamente detrás de Nanashi, que ya se alejaba.

****

Las calles de la ciudad eran estrchas, o al menos las que recorrieron ellas. Había zonas más abiertas y plazas silenciosas, pero no se acercaron a ellas. Su objetivo no era esa especie de palacio que había en el cielo, sino un puente que las llevaría a otro sector desconocido.

Bueno, en realidad decir «desiertas» era exagerar. Había habitantes muy desagradables. Los Sincorazón, que no debían tener muchas víctimas en un sitio así —lo que la llevó a preguntarse por qué motivo se acumulaban tantos— se arrojaron sobre ellas, hambrientos de corazones. Por suerte, en general no eran muy fuertes. Muchos, pero débiles. El verdadero problema era la lluvia, que disimulaba o incluso ocultaba el sonido que proyectaban al aparecer. Fátima se alegró de no ponerse en ridículo delante de Nanashi. Estaba algo rígida y nerviosa delante de ella. Aunque habían luchado juntas en Agrabah, apenas sí habían intercambiado palabra. Pero si le permitía ir con ella, suponía que significaba que reconocía que tenía cierto valor como compañera.

Entonces la Maestra la hizo ocultarse a su lado tras un contenedor de basura. Fátima aguzó el oído y se estremeció al percibir unos pasos pesados y lentos. Al cabo de unos momentos, hasta el suelo reverberaba ligeramente bajo sus pies.

Entonces descubrió, en una calle lejana, que no es que fueran solo los pasos de un gigante. Es que era un pequeño ejército de Invisibles y Neosombras. Marchaban en un orden que le puso los pelos de punta. Todos seguían a un Lado Oscuro. Se mareó de solo verlo y tuvo que cerrar los ojos para no recordar el infierno que habían sido los días en los que tuvo que defender Tierra de Partida… O, más bien, el Castillo del Olvido.

En cuanto se repuso, miró de reojo a Nanashi, que parecía tan inquieta como ella ante una visión tan inusual.

—Sigamos —dijo bastante después de que los hubieran perdido de vista. La voz no le salió tan firme como de costumbre.

Fátima asintió y se puso en marcha.

Al final llegaron a una especie de acantilado, falla, vacío, que sesgaba las calles como si un gigante hubiera decidido separar la ciudad con un perfecto hachazo. El sector que había al otro lado, a unos pocos kilómetros de distancia, era… extraño. Al principio creyó que sería cosa de la distancia pero, al fijarse mejor, confirmó que no era eso. Es que los edificios se movían. En realidad, ni siquiera estaban situados de forma vertical, sino que algunos eran horizontales y… demonios, sobre el vacío flotaban varios, girando sobre sí mismos, formando una suerte de puente.

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Comprobó, con incomodidad, que estaba envuelto en una especie de neblina que venía desde el abismo… Una niebla extraña, azulada, y hasta resplandeciente.

Sobre su superficie había un Sincorazón extraño. Parecía un demonio —tenía alas de murciélago, cuernos y cola— y un rostro vacío, como un muñeco al que le han quitado la cara. En su lugar, palpitaba una luz amarillenta que recordaba mucho a los ojos de los Sincorazón.

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—Aún no nos ha visto —señaló Nanashi. Fátima volvió a asentir con la cabeza. Si querían avanzar, iban a tener que entrar en su rango de visión, sí o sí—. No parece un sincorazón normal, no al menos como los Invisibles y las neosombras. Si vamos a atacarlo será mejor hacerlo mientras tenemos la oportunidad de cogerlo por sorpresa.

—Sería lo mejor—afirmó Fátima—. Pero no sabemos qué clase de defensa o ataque tiene…—Pensó un poco y luego respiró hondo. A ver qué tal salía—. ¿Podemos usar el glider? Si no, puedo usar a Pegaso, un caballo alado. Sin duda le atraerá más su corazón, Maestra Nanashi. Si usted se le acerca primero, atacando, y le distrae, yo podría acercarme desde arriba y lanzar un dragón de agua. Dependiendo de qué haga, puedo enviar a Ondina contra él o… No. Si le parece bien. También podemos invertir posiciones.

Si Nanashi accedía, Fátima usaría su glider —o invocaría a Pegaso— y ascendería para poder atacar desde lo alto —o, si no se podía desde arriba, desde uno de los lados— con un Dragón de agua hacia la espalda o la cabeza del Sincorazón. Si lo rechazaba con facilidad, probaría con Ondina, no tanto porque tuviera mayor o menor nivel, sino para entretener a la criatura. En cambio, si el dragón le afectaba, trataría de acercarse para atacar con su propia Llave Espada tras observar cómo se movía el Sincorazón y así intentarse aprender su patrón para poder esquivar su ataque. También usaría a Ondina en caso de que Nanashi estuviera en peligro.

En caso de que le tocara a ella ser el cebo, sería más cauta. Usaría su glider o a Pegaso y cuando el Sincorazón fuera a descubrirla, usaría el brazo de un Tirabuzón mientras que el otro lo mantendría cerca para defenderse. Se mantendría a la defensiva, intentando atraer al Sincorazón y dando tiempo a Nanashi para actuar.

En caso de que no pudiera usar el glider o a Pegaso, en ambos casos no tendría más remedio que ir a pie. En el primero esperaría a que Nanashi estuviera más cerca para correr —intentando no acercarse demasiado al borde— a una distancia aceptable y ponere a un lado o detrás del Sincorazón. En el segundo haría más o menos lo mismo, solo que adelantándose a Nanashi.

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Canal de youtube · por **xXOrbOOkXx** » Sab Dic 03, 2016 12:18 am

Antes de partir, ocurrió algo inesperado: teníamos a alguien nuevo en el grupo. Fátima. La había visto pocas veces, y solo una en acción, pero solo con eso supe que era una gran aliada de gran poder. Mejor, cuanta más ayuda más fácil nos resultaría.

—Suerte—deseó a Kairi y Nithael—. ¿Os importa si intercambiamos número? Por si acaso. Y cuidaos y tened cuidado, por favor.

—Ah, es cierto —dije de pronto—.Deberíamos intercambiar nuestros eh... números —No me acostumbraba para nada a los dispositivos de comunicación, pero viendo el calibre de la misión era mejor que nos preparásemos, y yo tenía uno preparado para esta clase de emergencias.

Se lo daría a todos los que estuvieran interesados, y acto seguido, seguiría a mi cuadrilla.

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El cráter se hundía en la tierra como un pozo sin fondo. Era enorme, a penas se podía distinguir el otro borde más allá de las lluvias que amenazaban con inundarlo, tarea casi imposible por su enorme tamaño. Y erigido sobre él, una estructura blanca, inmaculada, flotaba inerte.

Era ciertamente inquietante. Miré de reojo a mis acompañantes: Saxor y Nithael, buscando alguna respuesta sobre qué hacer a continuación. El castillo no parecía estar mucho a nuestro alcance, el único que podría alcanzarlo sería el ángel. Empuñé la guadaña con un mal presentimiento.

—Un castillo volador... Es impresionante, aunque poco práctico si no puedes volar.

—Puede que haya otra entrada —sugerí cambiando el peso de mis pies.

—Allí hay... Un túnel, parece artificial.

Entorné la vista dirigiendo mi mirada hacia donde señalaba. Era cierto, en el fondo del cráter había una especie de boca a las profundidades de la tierra... Y Sincorazón. Muchísimos. La imagen hubiera sido impresionante si no estuviera acostumbrado al verlos revolotear en Bastión Hueco.

Iba a sugerir un cambio de planes cuando pasó algo. De repente sentí un peso extra sobre mi cabeza, boqueé mirando a mi alrededor cuando la desorientación se hizo paso en mi cuerpo. Por un momento todo se deshizo: los edificios, las caras de mis acompañantes y el suelo sobre el que pisaba. La lluvia ascendió hasta perderse entre las nubes, y tras eso, después de unos interminables segundos, todo volvió a la normalidad.

—¡Por el Primero! ¿Qué acaba de...? ¿Lo habéis visto?

—Claro que lo he visto. —Fruncí el ceño mirando repetidamente a mi alrededor. ¿Qué demonios acababa de pasar?

Pero antes de que alguien pudiera decir otra cosa, el suelo se tiñó de negro. Con alarma, empuñé mi guadaña al ver que más Neosombras se habían materializado a nuestros pies, mientras que los que se encontraban en la boca de la cueva ya no estaban. ¿Cómo se habían movido tan rápido?

Intentaría deshacerme del Sincorazón más cercano con un Aturdidor, pero cada vez había demasiados.

—¡Es inútil, no hay tiempo! —les gritaría a los otros—. Nuestra única oportunidad es el tú...

Me paré a media frase, algo confuso. Me acababa de dar un deja vú, uno de los más fuertes que me habían dado en mi vida. Revolví la cabeza intentando desvanecer la sensación mientras me hacía paso con estocadas de la guadaña y algún Planeador para esquivarlos más eficazmente.

—¡Vamos!

Y me dirigiría al túnel sin más premura, dándole vueltas al extraño fenómeno que acababa de acontecer pero sin encontrarle una explicación lógica. Aquel mundo me producía unos escalofríos y una inquietud impropios en mi persona, estaba tan nervioso que los versos de las canciones no acudían a mi cabeza. Era como si una alarma me estuviera chillando en el oído que saliera de allí.

por **Kairi** » Sab Dic 03, 2016 2:13 am

Al parecer el nuevo no estaba preparado para la misión. Era normal, si tan peligroso era ese mundo no debería haber venido. Asi que se fue por un portal de luz, pero también vino alguien a través de él: Fátima. Mejor, pensó Kairi, así tendrían más ayuda.

—Suerte—le deseó a Kairi y a Nithael—. ¿Os importa si intercambiamos número? Por si acaso. Y cuidaos y tened cuidado, por favor.

—Vaya... Eso me recuerda que tengo que comprarme un móvil pronto—respondió. Como siempre, aquellas cosas solía olvidarlas—Pero si Myriddin tiene, como vamos a ir juntos...—sugirió—Suerte a vosotros también.

Una vez compartieran los números, cada grupo iría por su lado.

***

A causa de la lluvia, Kairi fue corriendo por los callejones intentando agudizar el oído por si hubiera algo moviéndose cerca ya que apenas veía a causa de la oscuridad. Pero no había nada de lo que preocuparse, sólo unas pocas Sombras se les aparecieron, pero las abatió fácilmente con su Butterfly.

Al rato de estar corriendo llegaron a una plaza. Lo que más le llamó la atención era la pila de... ¿cuerpos? que había en el centro. Se acercó a mirar y lo que vio fue espantoso. Criaturas extrañas, con garras afiladas, brazos gigantescos o múltiples mutaciones yacían calcinados, parecían sacados de alguna peli de terror.

—¿Quién podría haber hecho algo así?

Al lado había varios bidones de gasolina vacíos, dedujo que los habían usado para quemar a esos seres. Siguieron caminando hacia un callejón sin salida en el que sólo había una puerta que había sido forrada con cintas en las que ponía la palabra BIOHAZARD. Ya que había una cinta advirtiendo de peligro biológico, lo normal hubiera sido que la puerta estuviera sellada o cerrada con llave. Pero estaba totalmente abierta, cualquiera podría entrar.

—Esto es muy raro...— dijo empujando lentamente la puerta.

En su interior había un bar completamente destrozado. Había botellas rotas y más deterioros como muebles destrozados y marcas de garras enormes. ¿Lo habrían hecho la criaturas antes de ser quemadas?

Sobre una mesa que curiosamente estaba intacta había una serie de fotos. Kairi reconoció a Barbariccia, Rubicante y, como no, a Scarmiglione. Al otro no lo conocía. También había una nota en la que se mencionaba un virus y a Scarmiglione, al que nombraba como "Rey Zombie". Dentro de una carpeta había más cosas interesantes, como que tenían planeado crear un ejército de zombies portadores de la Llave Espada que obedecieran al Rey Zombie. Pero eso ya no iba a ocurrir porque Scarmiglione estaba muerto. Además de que toda la información necesaria para crear el virus había sido destruída al ser demasiado peligroso.

Con expresión de tristeza, Kairi le dio las notas a Myriddin para que las leyera. Despues se dirigió a una puerta que había detras de una gramola, pero no pudo avanzar más porque el túnel que había tras las escaleras de bajada estaba bloqueado, probablemente por alguna explosión. El acero fundido indicaba que había habido un incendio. Si alli había un laboratorio, ya era imposible investigarlo.

De repente se oyeron unos pasos provenientes del piso de arriba. ¿Habría alguien más allí? Kairi subió despacio intentando no hacer ruido, pero al llegar no había nadie. Sólo una habitación vacía con una ventana abierta y una fotografía junto a una vela. Habia una daga atravesada y la foto mostraba... a ellos mismos en sus Gliders.

—Hay alguien más aquí, debe haber salido por la ventana. Sea quien sea no quiere que estemos aquí—dijo—. ¿Puede ser él el que esté enviando Sincorazones a La Red?

Esperó a que Myriddin dijera algo, esperando que no fuese demasiado borde. Después irían a donde él dijera.

por **Saxor** » Sab Dic 03, 2016 3:04 am

Al parecer, el nuevo aprendiz no se sentía capaz de llevar una misión en aquel mundo. Era comprensible, ya que si ya el mundo era peligroso de por sí, ser el destino de tu primera misión tampoco era lo más acertado. Nanashi abrió un portal a Tierra de Partida, del que salió casi de inmediato la Maestra Fátima. Estaba tan sorprendida como nosotros. Era una coincidencia sorprendente. En cualquier caso, decidió quedarse y se reorganizaron ligeramente los grupos. Las Maestras irían por un lado, mientras Nithael nos acompañarían a Simbad y a mí. Myriddin y Kairi se dirigirían al bar.

Observé que había colgadas algunas chaquetas con capucha de cuero negro. A falta de cualquier tipo de forma de cubrirme la cabeza y el cuerpo del agua de lluvia a excepción de la armadura, no tardé en elegir mi nueva opción. Me quité la chaqueta que ya tenía puesta, y la guardé en la bolsa con cuidado tras doblarla. Pasé los brazos a través de las mangas, y cerré la doble cremallera. Para no entorpecer mi movilidad a la altura de las piernas, dejé la cremallera abierta por abajo. Llevar eso puesto era un tanto extraño, pero práctico. Fátima dio suerte al Maestro Nithael y a Kairi.

—¿Os importa si intercambiamos número? Por si acaso. Y cuidaos y tened cuidado, por favor.

—Ah, es cierto. Deberíamos intercambiar nuestros eh... números—que esa palabra saliera de su boca me hacía venir a la cabeza cierto día en la selva, pero no era momento de recordar cosas raras. Era una buena idea al fin y al cabo. El número de la Maestra Fátima ya lo conocía por otras misiones con ella, así que quedaba registrar el de Kairi y el de Simbad... El problema fue cuando Kairi confesó no tener teléfono. Maldita sea, ¿ahora qué hacía? No me gustaba la idea, pero no tuve más remedio que registrar el número de Myriddin. Ya lo bloquearía cuando regresáramos a Tierra de Partida.

Descendimos hasta la salida, y antes de salir di otro (mal) trago de café y me coloqué la capucha. Era momento de empezar la misión.

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Me quedé observando el panorama. Como siempre, el Castillo Flotante seguía allí sin ninguna señal de que estuviera habitado siquiera. Debajo de él, estaba un gran cráter lleno del agua de la lluvia. Una de las teorías que me venía a mi mente en ese momento era que en su origen el castillo se hubiera levantado de ese mismo lugar en algún momento (por ejemplo, durante el supuesto incidente de la transformación en masa en sincorazón).

—Un castillo volador... Es impresionante, aunque poco práctico si no puedes volar.

—Puede que haya otra entrada

—Tal vez no fuera volador en un principio y estuviera donde ahora vemos el cráter—expresé mis pensamientos a los dos. También daba preguntas como "¿Por qué empezaría a volar, en ese caso?", pero con tantas especulaciones, era imposible dar alguna respuesta.

—Allí hay... Un túnel, parece artificial.

Dirigí mi vista hacia donde señaló Nithael. Efectivamente, había una especie de túnel en el borde del cráter. El problema era que estaba rodeado de muchos sincorazón. Sería muy complicado pas...

¡¿Qué...?!

Todo se alteró y distorsionó, como si el mundo se "quebrara" a nuestro alrededor. Las gotas de lluvia empezaron a frenar hasta que se detuvieron, regresando a las nubes desafiando la ley de la gravedad. Sentí una presión en la cabeza durante ese instante, para luego volver a la normalidad. ¿Qué rayos había pasado?

—¡Por el Primero! ¿Qué acaba de...? ¿Lo habéis visto?

—Eh, mirad... Los sincorazón ya no...

Pero hablé demasiado rápido. Las gotas de lluvia se tornaron de color negro, y poco a poco formaron ni más ni menos que Neosombras que se formaban a nuestro alrededor. Sumando el cambio repentino de lugar de los Sincorazón y la lluvia ascendiendo... ¿Es que acaso la zona había retrocedido en el tiempo?

—¡Es inútil, no hay tiempo! Nuestra única oportunidad es el tú...

Simbad se paró a media frase por alguna razón, pero sí que tenía razón en que no había tiempo. Invoqué de inmediato mi Espada Mediana y cargué un aura de oscuridad en mi cuerpo. Corrí y soltaría una Onda Oscura con un grito si se me acercaban demasiado. Me dirigí lo más rápido que pude hasta el túnel. Era nuestra única oportunidad de atravesarlo, al fin y al cabo.

por **A Nerd Girl** » Mar Dic 06, 2016 12:02 am

Cuando parecía que el rubiales serviría de algo, se tenía que ir. ¿En serio? ¿Todo el trecho para venir y abren un portal como si nada? ¿De qué coño ha servido venir a pata? En serio, los rayos y la lluvia pudieron ser evitados, pero en vez de eso tuvimos que sufrir la tempestad. Y de paso vino una nueva aliada, muy mona la verdad, pero a la vez mi molestia seguía. ¿Por qué?

Tras varias conversaciones y la intervención de la Maestra Nanashi, quien se presentaba como Fátima nos pidió el número, Kairi objetó que no poseía algún dispositivo de comunicación por lo que me preocupé si llegábamos a separarnos. Sin embargo, tuve que registrar el número de todos, así que quizá algo malo no saqué. Podría luego mandar llamadas en broma a alguno de ellos en número secreto y reirme. Me cubrí para salir y esperé a Kairi, no iba a ser tan cabrón ahora que sabía que si la espantaba podría matarla.

—Kairi, ante cualquier cosa quédate a mi lado. Si te pierdes puede que no te localicemos y podrías morir.

Cuando llegamos al destino, y librarnos de pelear por fortunio. Les dimos un bonito esquinazo y recé porque se pudrieran. Debía tomarlo en cuenta, quizá nos encuentren de nuevo. Así que cuando llegamos nos cargamos un par de sombras que la palmaron al segundo, así estaba bien, con un nivel bajo de insectos. Entre mi sentido de la orientación y la mala visibilidad de los callejones tardamos casi un cuarto de hora en encontrar el destino. Luego tendríamos que rezar por volver correctamente si la lluvia no se dispersaba.

Me llamaba la atención lo que era el montón de cadáveres que bloqueaban y estaban tirados. Eran deformes y asquerosos, como si fuera un pudding de carne mal hecho. Es decir, yo metería un poco de flan y más ojos y tripas. Estaba por coger unas cerillas y marcarme un pirómano con un contenedor de basura, esa bonita relación. Ella se preguntó quién pudo haberlo realizado, a lo que yo respondí:

—Quien sabe, puede que sea el propio culpable o puede que no tenga que ver.

Lo otro era una puerta con la palabra BIOHAZARD que me daban ganas de entrar, si no fuera por la chica-chicle. El lugar estaba abierto y comencé a dudar de la inteligencia de algunos. Es decir, me están llamando a la puerta de la curiosidad, aunque no había gato que matar… Kairi quizá cuente como uno, pero ese no es el punto.

—Con cuidado, yo te cubro…

Una vez ya entramos en el bar, o lo que quedaba. Parecía como si un ciclón se hubiera cogido una cogorza y hubiera tirado todo. El alcohol me daban ganas de vomitar, los malos recuerdos se atosigaban en el maloliente lugar. Por un segundo me sentí afligido, pero no podía darme el lujo de soltaros flashbacks con Kairi al lado. Es decir, no podía perder mi compostura ante un lugar como este. Tragué saliva y me centré en encontrar pistas analíticamente y observando. En una de las mesas pude observar gente ajena a mi conocimiento. Lo que me llamaba la atención era sobre el virus y lo de “el rey zombie”. Saqué una foto con el móvil a las cosas y cogí las notas y las guardé. Era importante coleccionar la información, quizá para asegurarme que no pasaba nada de largo. Luego una carpeta que abrí y consulté, sacando fotografías con cuidado y esperando que sirviera de algo esta documentación. Eran planes de los Villanos Finales y eso me interesaba, con tal de echarlos de mi casa cualquier cosa valía.

—¿Lo llevas tú o yo? Tenemos que dárselo a Nanashi y a Nithael —pregunté a Kairi y cuando me contestara ya se sabría quién de los dos lo llevaba.

Luego tras la gramola logramos descubrir una entrada secreta que aprovechamos, si no estuviera bloqueado. Maldije la suerte, con las ganas de ver que había. Se notaban rastros de acero fundido probabilidad de altas temperaturas, ¿explosión? ¿Incendio? Suspiré, no valía la pena. Aunque lo que me llamaban a los oídos eran pasos, en el piso superior. ¿Nuestro amigo el culpable? Mantuve la respiración y agudicé los oídos para no hacer ningún ruido mientras me llevaba el dedo a la boca para señalar silencio a Kairi. Entonces ella subió y yo la seguí con cuidado de no chocar ni hacer ruido, éramos como ninjas pero a lo cutre.

Al llegar había una vela encendida, alguien estaba aquí hace poco. Pero lo de al lado me hizo saltar la alarma, e inmediatamente mandé un mensaje a todos: “ALGUIEN SABE QUE ESTAMOS AQUÍ”. Estaba con la sangre helada de ganas de matar a Nanashi, si podía traernos en portal hubiera sido más simple todo, no tendríamos a alguien que nos estuviera apuntando con una daga.

—Kairi, si notas algo sospechoso a la mínima avisame. Estamos en el punto de mira del enemigo. Si ves que es peligroso, vuelve a la base con mi móvil y los datos que hemos cogido. ¿De acuerdo? Creo que ahora todos estamos en peligro. Ahora vayamos a los callejones, luego ya veremos que hacer, ¿te parece?

por **Sombra** » Mar Dic 06, 2016 2:29 am

Fátima

—Sería lo mejor—contestó la Maestra de Tierra de Partida a Nanashi—. Pero no sabemos qué clase de defensa o ataque tiene…

—Podemos deducir varias cosas con un poco de observación —señaló Nanashi apuntando con su dedo índice a la criatura—. ¿Ves esas alas? Es posible que pueda volar o planear como mínimo, también tiene garras afiladas. Si puede volar, seguramente uno de sus ataques sea caer en picado sobre sus enemigos o tal vez alzar el vuelo, agarrar a un objetivo y dejarlo caer desde gran altura. Sus cuernos no parecen demasiado peligrosos, pero no te extrañes si intenta atacarnos con ellos y su cola... Su forma me recuerda un poco a un hacha y probablemente sirva tanto para atacar como para maniobrar en el aire, y no olvidemos que podría poseer habilidades mágicas.

—¿Podemos usar el glider? Si no, puedo usar a Pegaso, un caballo alado. Sin duda le atraerá más su corazón, Maestra Nanashi. Si usted se le acerca primero, atacando, y le distrae, yo podría acercarme desde arriba y lanzar un dragón de agua. Dependiendo de qué haga, puedo enviar a Ondina contra él o… No. Si le parece bien. También podemos invertir posiciones.

—No, para usar el Glider tendrías que materializar la Llave Espada —Nanashi negó con la cabeza—. Eso atraería mucho más la atención que Pegaso. Muy bien, me acercaré por tierra y cuando se centre en mí atacarás por sorpresa.

Con aquello dicho, Fátima invocó a Pegaso y alzó el vuelo. Nanashi esperó a que Fátima ascendiese lo suficiente antes de empezar a caminar sobre los edificios que flotaban sobre aquel vacío. La Maestra de Bastión Hueco lanzó un par de vistazos a la caída libre que había y se fue acercando lentamente hacia el sincorazón.

La criatura no tardó en sentir a Nanashi aún sin haberla visto, el monstruo se fue girando hasta clavar su rostro hueco en la Maestra y sin hacer ningún amago de atacar de la luz que flotaba en medio de aquel agujero oscuro surgió un rayo láser. Nanashi lo evadió rodando por el suelo, se levantó con destreza y silbó con fuerza. Una luz dorada surgió tras ella y un ave majestuosa apareció. Se trataba de un fénix que empezó a rodear al sincorazón mientras buscaba puntos ciegos de la criatura para lanzarse contra ella y destrozarlo con sus garras.

En aquel momento Fátima, que se había alejado lo suficiente como para no ser detectada no dudó en lanzar uno de sus hechizos contra la criatura. El dragón de agua se dirigió por la espalda contra la criatura mientras ésta se lanzaba contra el fénix de un salto.

El demonio fue empujado hacia el vacío, cayendo a una muerte segura... O ese habría sido el caso de otro sincorazón. Garuda voló alrededor de su ama.

La criatura ascendió haciendo batir sus grandes alas y alzó el vuelo a gran velocidad para quedar frente a Fátima. Levantó sus garras para partirla en dos, cuando una estaca de luz atravesó la palma de su mano consiguiendo que perdiese algunos de sus dedos. El monstruo miró con curiosidad su mano destrozada, donde aún tenía aquella lanza de luz y se la arrancó para acto seguido dejarla caer hacia el vacío.

En aquel tiempo, Fátima tuvo tiempo suficiente como para atacar a la criatura a bocajarro para evitar un nuevo ataque del montruo. El sincorazón cayó contra uno de los edificios flotantes. En aquel instante, el ser miró hacia el cielo y de su "ojo" salió una intensa luz que atravesó las nubes. El cuerpo de la criatura empezó a desvanecerse.

Nanashi sintió como el suelo del puente retumbaba casi al instante cuando aquella luz se desvaneció junto al sincorazón. No era un terremoto, más bien era como si algo se acercase.

Y así era. Fátima pudo verlos mejor dado que estaba en el aire, pero cuando los vio supo que aquel sincorazón al que se habían enfrentado estaba allí por una razón muy concreta: Avisar a los demás.

Un ejército de sincorazón, probablemente el mismo que habían visto antes se aproximaba hacia allí. El Lado Oscuro se arrodilló en el suelo, justo al borde del abismo y empezó a cargar energía en su pecho. Las había visto.

—¡Garuda! —exclamó Nanashi haciendo que el ave de luz la agarrase de los hombros y la subiese a lomos del Pegaso de Fátima. El ave empezó a volar y a brillar con fuerza mientras se alejaba antes de desaparecer—. ¡Al Sector 2, YA! —exigió la mujer viendo como una marabunta de sombras, neosombras y muchos más empezaban a inundar el puente.

De pronto, hubo un destello y las dos pudieron ver como el Lado Oscuro disparaba una serie de esferas de oscuridad que empezaron a perseguirlas. Fátima tuvo que dirigir a Pegaso maniobrando de formas casi imposibles para evadir aquellas esferas, puesto que no solo eran enormes y rápidas, también eran teleridigidas por el gigante oscuro, por fortuna el caballo volador era más rápido y las esferas se fueron deshaciendo en el aire mientras más se alejaban. Pero aquello no detenía a los sincorazón, las estaban siguiendo incluso si ya se habían alejado muchísimo.

Tardaron cerca de cinco minutos en llegar al otro lado. A pie, aquella caminata podría haberles llevado perfectamente casi una hora. Pudieron aterrizar sin contratiempos, no había sincorazón cerca... Pero incluso si los separaban kilómetros aquellos sincorazón seguirían acercándose.

Ya en el Sector 2, ambas Maestras verían claramente como aquella parte de la ciudad era muchísimo más extraña. No solo por los edificios que ascendían y descendían, sino porque también se deslizaban convirtiendo calles enteras en caminos sin salida y momentos después en enormes vías.

La carretera estaba llena de viejos vehículos estrellados y camiones que en algunos casos cortaban toda una calle, casi parecía que habían puesto aquello así adrede a modo de barricada.

Lo más destacable, era uno de los edificios que permanecían inmóviles. Era mucho más grande que los demás y tenía una cruz roja en la parte delantera, probablemente era o había sido un hospital. También se veía una verja a lo lejos que llevaba a un parque, o lo que quedaba de él puesto que sin luz y con tanta agua las plantas deberían haber muerto hacía mucho tiempo.

—Tardarán un buen rato en llegar —apuntó Nanashi—. No sabemos si hay más hordas como aquella por aquí, y mucho menos si hay más como aquel sincorazón. Debemos ser precavidas.

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Simbad y Saxor

Los sincorazón se lanzaron contra el grupo sin previo aviso. Por fortuna, Saxor lanzó su ataque mágico con el que abrió una vía para Simbad y Nithael. El descenso por el cráter al principio fue brusco (pues los primeros metros era una caída casi vertical) y cuando éste empezó a curvarse un poco empezaron a rodar por el suelo durante un buen rato antes de poder detenerse. Algunos de los sincorazón se lanzaron tras ellos, pero la mayoría no se detuvieron y siguieron rodando cuesta abajo lo suficiente como para que Saxor, Simbad y Nithael pudiesen dirigirse hacia aquel túnel.

Cuando entraron se encontraron con un lugar completamente a oscuras. El ángel hizo aparecer unos orbes de luz sólida y entregó uno de ellos a cada uno para usarlos a modo de linterna y comenzó a caminar por el interior de aquellos viejos túneles.

—Empiezo a arrepentirme de no haber sugerido volver al rascacielos —mencionó Nithael. Tras ellos, se escuchaba el sonido de los sincorazón que se arrastraban en su búsqueda. Avanzaban lentamente, por lo que tardarían un buen rato en darles caza.

El túnel (que por el olor deducirían que en su día había sido parte del alcantarillado de la ciudad, aunque ahora ya no llevase agua) se abría repentinamente en un lugar algo más amplio y con alguna puerta de manivela en un lateral que daba a una especie de sala de control, por desgracia estaba tan oxidada que era imposible abrirla, el óxido había fusionado la manivela con la puerta literalmente. El lugar tenía otro túnel que seguía hacia lo desconocido, pero además de la puerta y aquel otro túnel había algo mucho más llamativo: Tiendas de campaña.

La zona parecía haber sido un campamento o algo así, puesto que había al menos una quincena de ellas. En una de las paredes había cajas amontonadas, algunas llenas de latas de conservas (la mayoría oxidadas, lo cual quería decir que hacía mucho tiempo que estaban allí), agua y provisiones médicas. Sin embargo, el lugar estaba completamente abandonado. Había marcas de batalla bastante evidentes: Casquillos de balas, tiendas con marcas de garras... No había sangre ni cuerpos.

—Éste mundo... ¿Qué le pasó? ¿Cómo llegó a ésto? —preguntó Nithael, que no intentaba ocultar que se sentía mal al ver aquel lugar—. Alguien tuvo que construír ésta ciudad, no pudo aparecer de la nada. Los sincorazón deben haber sido los habitantes de éste mundo, ¿pero cómo es posible que una ciudad tan grande caiga?

Con aquellas palabras, Nithael continuó caminando por el único camino posible. Los sincorazón parecían haber desistido en la caza de los portadores, pero era posible que la entrada al túnel por la que habían accedido estuviese llena de ellos una vez más por lo que lo más seguro era seguir por la vía que tenían.

—Y sobre ese Castillo Flotante... —continuó hablando el Maestro—. Por lo que sé, intentaron muchas veces durante los últimos cuatro años contactar con quien sea que viva ahí e incluso se ha intentado entrar a la fuerza... Pero es imposible. Las puertas tienen un blindaje especial que incluso impide que sea posible crear un portal de luz dentro de la fortaleza, al menos estamos bastante seguros de que la señal no viene de ahí. Esa fortaleza es como si estuviese... Muerta.

—Muertos como vosotros —escucharon frente a ellos.

De pronto, sintieron la misma presión que antes. Las paredes parecían deshacerse en las esquinas y había ondulaciones por todo el terreno. Y en medio de aquella distorsión había una figura misteriosa:

Imagen

Vestía una túnica negra y larga que se abría por debajo del pecho mostrando el resto de prendas que llevaba, que consistía en una sudadera negra y unos pantalones anchos y llenos de bolsillo de confección militar. Su rostro estaba totalmente oculto por una máscara que no solo impedía que la identificasen, también modulaba su voz haciéndola irreconocible. Podían ver sus ojos, de color carmesí y como de su capucha caían algunos mechones de pelo plateados. Era difícil decir si era un hombre o una mujer.

Portaba un rifle de francotirador. La figura misteriosa les apuntó y disparó en un instante. La bala explotó súbitamente a medio camino lanzando a los tres hacia atrás y provocando que el túnel se hundiese con un estruendo, aquellos instantes quedaron completamente a ciegas por la luz de la explosión. Poco después notaron una nueva distorsión... Y todo terminó.

***

Los escombros sobre ellos les impedían moverse, algunos hierros habían estado muy cerca de atravesarlos, y algunas rocas podrían haberles aplastado de no haber sido por una barrera que Nithael había levantado a tiempo. Al haberse hundido el suelo, ahora podían salir del túnel por un agujero que se había formado y que salía a una calle en la que algunos sincorazón se movían con curiosidad. Nithael, haciendo un gran esfuerzo levantó los escombros para que Simbad y Saxor pudiesen salir.

—¿Podéis levantaros? —preguntó el ángel ayudando a cualquiera de los dos si lo necesitaba.

No fue difícil escalar por los escombros, habían caído de una forma que parecía una rampa de piedras y hierro, bastante conveniente. Fuera, esperaban algunos sincorazón que no tardaron en lanzarse contra ellos, pero eran de tipo débil por suerte.

La calle era relativamente grande, posiblemente habría sido en su día una calle de mercado ya que había muchos escaparates en las plantas bajas de los edificios. Los cristales de los escaparates estaban rotos, como si alguien los hubiese saqueado para llevarse las cosas de valor.

—Estamos... A salvo... De algún modo —jadeó Nithael una vez fuera—. ¿Quién demonios era?

No era difícil orientarse desde allí. A un lado, sobresalía el rascacielos y aquella calle tan larga y amplia sin ninguna duda era una que llamaba bastante la atención en el mapa y que si seguían les llevaría a aquellos "edificios puente" que daban al Sector 2, a donde Fátima y Nanashi se habían dirigido.

Si intentaban usar alguno de ellos el teléfono se darían cuenta de que tanto Fátima como Nanashi estaban "apagadas o fuera de cobertura". Todavía podían contactar con Watson y Kairi, por fortuna.

—Evitemos los lugares demasiado abiertos y agachad la cabeza, podría dispararnos por sorpresa —aconsejó—. Si supiésemos a donde lleva el túnel... Tal vez pudiésemos saber hacia donde se dirige y así descubrir quien es.

Watson y Kairi

El callejón del bar seguía tan solitario como hacía escasos cinco minutos. La única diferencia era que ahora, la ventana del primer piso del bar estaba abierta.

La lluvia seguía cayendo incesante y tan solo se distinguían unas luces doradas perfectamente circulares a lo lejos. En un principio, aquellos sincorazón no supondrían una amenaza... Pero estaban lo suficientemente cerca como para saber que "algo" no cuadraba en su oscuro mundo. Notaban la presencia de jugosos corazones y así lo demostraban mirando en todas direcciones, como si tratasen de adivinar donde estaban los corazones que deseaban devorar.

No había rastro de la persona que había dejado aquella foto... Nada. Al menos el mensaje les llegaría a Saxor y a Simbad para que tuviesen precaución.

Los sincorazón empezaron a aproximarse y a acumularse en la lejanía, sería mejor moverse si no querían vérselas contra una horda sincorazón muy pronto.

Spoiler: Mostrar

1-Plaza del rascacielos[*]
1.1-Rascacielos (Zona segura, base de operaciones) [0]
1.2 -Calle del mercado (dirección a Edificios Puente) [*] <Simbad y Saxor

2-Callejones colindantes al Rascacielos [**] (Kairi y Watson)
2.1-Bar (Entrada a las ruinas del Laboratorio de los Villanos Finales) [*]
2.1.1-Laboratorio en ruinas de los Villanos Finales [0] (INACCESIBLE)

3- Cercanías del "Castillo Blanco" [**]
3.1-Cráter [****]
3.2- Castillo Blanco (INACCESIBLE)
3.3- Entrada a túnel [***]
3.3.1-Campamento subterráneo [0]
3.3.2- Túnel hundido. [*]

4- Edificios puente (conecta con otra sección de la ciudad pasando sobre una grieta) [****]

5-Sector "2" de la ciudad [**] (Fátima)
5.1 Hospital [?]
5.2 Parque [?]

Fecha límite 11/12/2016

por **Suzume Mizuno** » Lun Dic 12, 2016 3:25 am

Garuda atacó al Sincorazón, dando tiempo a Nanashi, mientras Fátima se aferraba a la crin de Pegaso y tomaba toda la altura que se atrevió a permitirse. Después de dar unas palmaditas a Pegaso en el cuello y pedirle que no se asustara, disparó su ataque. Su dragón acuático acertó al Sincorazón de lleno en la espalda y lo arrojó al vacío.

Pero entonces sucedió lo que había previsto Nanashi. Fátima había confiado en que esas alas no pudieran cargar con un cuerpo tan grande. Había depositado su confianza en el lugar equivocado.

Cuando quiso darse cuenta, el demonio estaba delante de ella y a punto de atraparla a ella y a Pegaso con sus garras. Fátima casi ni tuvo tiempo para coger aire y gritar. De pronto el cuerpo del Sincorazón se detuvo cuando una lanza de luz le atravesó la mano. Fátima no perdió un segundo y maniobró con Pegaso para escapar de ahí a toda velocidad. Luego dio un giro para situarse sobre él y atacar con todas sus fuerzas de nuevo. Esta vez consiguió arrojar al maldito monstruo contra uno de los edificios que flotaba sobre el vacío.

Ya iba a cantar victoria, ¡quitando su velocidad no era para tanto!, cuando la luz que brillaba en medio de su cara se convirtió en una columna que ascendió hacia el cielo… Al tiempo que se desvanecía su cuerpo.

«Mierda. Mierda, mierda, mierda.»

No sabía si los Sincorazón respondían ante señales de luz, pero que bajaran los dioses a decirle lo contrario si eso no era un mensaje. Hizo que Pegaso girara en círculos para poder abarcar toda la vista posible y se le heló la sangre al verlos venir. Seguramente eran los mismos que habían visto antes, porque venían dirigidos por un Lado Oscuro que estaba a punto de disparar.

—¡Garuda! —gritó Nanashi, que dejó que el fénix la cogiera por los hombros y la hiciese llegar a la altura de Fátima. Entonces montó tras ella—. ¡Al Sector 2, YA!

Fátima no esperó a que el Lado Oscuro comenzara a arrojarles esferas de oscuridad; clavó los talones en los flancos de Pegaso y salieron disparadas para delante. Con el corazón en la garganta, tuvo que desviar a la montura en bruscos giros para evitar que las malditas esferas los alcanzaran. Por suerte, las alas de Pegaso eran tan grandes que cada batida las precipitaba una gran distancia hacia delante. Más cuando caían en picado, aprovechando su propio peso.

Apenas sí transcurrieron unos minutos, puede que solo cinco, pero a Fátima se le hizo una eternidad hasta que lograron cruzar el puente. Jadeante y con la garganta seca, por contraste con la nuca y la espalda empapadas en sudor, miró hacia atrás y se le escapó un pequeño gemido cuando vio que los Sincorazón estaban cruzando también. Puede que les llevara una hora, ya que iban a pie, pero lo atravesarían. Y más les valía estar lejos para entonces.

Fátima esperó a que desmontara Nanashi y luego bajó ella.

—Gracias, chico.—Acarició el morro de Pegaso—. Recuérdame que la próxima vez te dé manzanas.

Luego examinó el Sector 2. Allí los edificios no solo no estaban pegados a la tierra, de tal modo que ascendían o descendían obedeciendo a unas extrañas leyes de la gravedad, sino que se unían entre sí y creaban o deshacían caminos dependiendo del momento. Por todos lados había vehículos que formaban barricadas como si los hubieran empujado o dejado caer para impedir el paso a la gente.

Pero había un edificio quieto, muchísimo más grande que los del resto de la ciudad. En su centro había una gran cruz roja. Fátima se humedeció los labios y siguió observado. Lo más llamativo que encontró fue que había una verja que daba a un parque.
—Tardarán un buen rato en llegar —dijo Nanashi, rompiendo el silencio—. No sabemos si hay más hordas como aquella por aquí, y mucho menos si hay más como aquel sincorazón. Debemos ser precavidas.

Fátima respiró hondo y maldijo por lo bajo la mala suerte que la había llevado a aquel sitio.

—Si estamos buscando un ordenador, supongo que tendríamos que investigar interiores antes que nada…—sugirió, mirando de reojo a Nanashi y haciendo un gesto hacia el hospital. La verdad, no sabía si ella metería un ordenador en edificios que no se estaban quietos. Aquel sitio parecía tan bueno como cualquier otro para empezar a investigar.

Además, tenía una x en la fachada. Sería casi un insulto ignorarla.

Si Nanashi aceptaba, se acercaría a la puerta. En principio intentaría no usar la Llave Espada para abrirla si no cedía, pero sí intentaría comprobar las ventanas más cercanas. Quizás Garuda podría subirlas hasta allí… Si no, siempre podían dar la vuelta al edificio buscando alguna entrada trasera.

Por otra parte, si podían entrar, invocaría su tessen y estaría atenta por si veía algún Sincorazón, del que se defendería atacando a los ojos en caso de que la atacara y esquivando lo más rápido posible.

Canal de youtube · por **xXOrbOOkXx** » Lun Dic 12, 2016 7:42 pm

Los Sincorazón fueron como una ola negra que se cernió sobre nosotros. Deberíamos haber agradecido a Saxor, que tuvo los reflejos suficientes como para abrir un camino con un hechizo, porque si no hubiera sido por él estaríamos muertos. A continuación fue muy confuso. Caímos brevemente en vertical y más tarde rodamos por el suelo durante unos minutos interminables. Mi únicos pensamientos antes de detenernos, fueron para la divina providencia, que había impedido que me partiera un brazo.

Algo magullado, seguí a mis compañeros a través del oscuro túnel. Nithael convocó unas esferas de luz que nos entregó a cada uno. Le di las gracias sin mirarle.

—Empiezo a arrepentirme de no haber sugerido volver al rascacielos —mencionó Nithael. No respondí. Estaba demasiado tenso y adolorido como para seguir una conversación.

Deduje inmediatamente que era el viejo sistema de cañerías de la ciudad. Llegamos en seguida a lo que parecía una especie de apiñamiento de tiendas de campaña, junto con una puerta imposible de abrir. Sea como fuere, el sitio parecía estar abandonado, durante mucho tiempo además. Y lo más inquietante es que habían signos de batalla.

—Este mundo... ¿Qué le pasó? ¿Cómo llegó a ésto? —preguntó el ángel levemente cohibido—. Alguien tuvo que construír ésta ciudad, no pudo aparecer de la nada. Los sincorazón deben haber sido los habitantes de éste mundo, ¿pero cómo es posible que una ciudad tan grande caiga?

—Ni idea —respondí indiferente observando más detenidamente las marcas—. Teorizo que este mundo cayó en la oscuridad, los supervivientes se refugiaron aquí pero no pudieron con la avalancha de Sincorazón y estos les mataron a todos.

Igual que las ratas. Una ratonera. Y no me gustaba estar en semejante lugar. Había algo que no cuadraba, un vago presentimiento de que algo iba muy mal. Desvié la vista nervioso hacia Saxor y Nithael intermitentemente mientras intentaba no sentir claustrofobia. Apreté la guadaña en mis manos, e intenté por todos los medios no ponerme a derribar paredes.

—Y sobre ese Castillo Flotante... —siguió mientras andábamos hacia las profundidades—. Por lo que sé, intentaron muchas veces durante los últimos cuatro años contactar con quien sea que viva ahí e incluso se ha intentado entrar a la fuerza... Pero es imposible. Las puertas tienen un blindaje especial que incluso impide que sea posible crear un portal de luz dentro de la fortaleza, al menos estamos bastante seguros de que la señal no viene de ahí. Esa fortaleza es como si estuviese... Muerta.

—Muertos como vosotros.

Y todo sucedió a cámara lenta. Primero una distorsión, la misma con la que nos habíamos topado antes. Después, una figura encapuchada, de la que solo se le podía ver su cabello blanco y sus ojos rojos. Los había visto antes. Mucho antes.

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No dio tiempo a nada. Al mismo tiempo que la figura alzaba su francotirador, intenté cubrirnos con un escudo, con mi brazo, con lo que fuera, pero no tuve tiempo. Ni siquiera tuve tiempo de huir. El disparo fue rápido y certero, una explosión de luz, y a continuación la más pura oscuridad.

****

Tosí entre el polvo de los escombros. La luz me golpeó de lleno cuando el ángel apartó todos los desperdicios que se habían caído sobre Saxor y yo, pero por suerte no hubo más daños que esos. Me estremecí al ver que varillas de hierro se habían quedado a centímetros de atravesarnos.

—¿Podéis levantaros?

Negué con la cabeza. Estaba demasiado aturdido como para pensar en nada coherente, así que acepté la mano que nos tendía Nithael.

—Grac... ¡Auch! —Pero tuve que apartar la mano de inmediato cuando sentí un intenso pinchazo. La examiné entre la oscuridad buscando alguna astilla clavada, pero parecía ilesa. Menos mal, no hubiera podido tocar el laúd con la mano herida.

La calle a la que pudimos salir era ancha, con los cristales de los comercios totalmente destrozados, como si alguien los hubiera quebrado a posta para llevarse lo que había dentro, y sumado a mis temblores por la anterior situación y a mis sudores fríos solo pude pensar que era un tanto descorazonador.

—Estamos... A salvo... De algún modo —jadeó el Maestro—. ¿Quién demonios era?

El escalofrío que me recorrió la espalda fue intenso al pensar en la posibilitad. Esos ojos... los había visto antes.

—Chihiro —Tosí repetidas veces y me espolsé la ropa llena de polvo—. No estoy del todo seguro, pero sus ojos y el cabello la delataban. Además ella controla el tiempo y... Bueno, las distorsiones del espacio parecían justo eso. —Miré a Saxor con elocuencia—. Si es ella tenemos un problema.

Con precaución saqué mi comunicador para avisar inmediatamente a Nanashi... Pero su teléfono no tenía cobertura. Aquello me puso en alerta roja.

—Evitemos los lugares demasiado abiertos y agachad la cabeza, podría dispararnos por sorpresa —dijo de repente Nithael—. Si supiésemos a donde lleva el túnel... Tal vez pudiésemos saber hacia donde se dirige y así descubrir quien es.

—Esperad un momento. —Les detuve antes de ir a ningún lado—. Puede ser que ahora mismo crean que estamos eliminados. Tenemos que obrar con precaución, no sabemos de lo que son capaces.

Saqué el comunicador y tecleé un número en la pantalla. Mientras contestaba, me dirigí al grupo.

—Los comunicadores de Fátima y Nanashi están desactivados —informé en voz baja—. Propongo que volvamos pero ya al rascacielos y nos reagrupemos con Watson y Kairi, y de paso les expliquemos la situación.

El pitido de espera dejó de sonar. Puse el altavoz para que todo el grupo pudiera oírle.

—¿Me oyes?

—Sí, ¿ha pasado algo? —La voz de Watson al otro lado de la línea me tranquilizo un tanto. Al menos ellos estaban localizables.

—Sí. Y algo bastante gordo. Volvemos al rascacielos, allí os lo explicaremos todo.

—De acuerdo —accedió repentinamente serio—. [b]Nos vemos allí. Tened cuidado, alguien sabe que estamos aquí.[b]

Colgué y miré a mi grupo. Si estaban de acuerdo, procederíamos a ir al edificio, y si no nos encontrábamos nada ni nadie por el camino (hice caso a Nithael e intenté pasar muy desapercibido), nos refugiaríamos allí por un momento.

****

Existían muchas posibilidades de que Watson y Kairi no lo hubieran conseguido por alguna razón, por lo que si era el caso, me dirigiría directamente hacia el bar en donde estaban e intentaría rastrear su pista. Pero si la suerte nos sonreía y volvíamos todos sanos y salvos al rascacielos, explicaría la situación:

—Creemos que Chihiro está aquí —comencé a explicar—. En el túnel nos ha atacado una figura enmascarada y creemos que puede ser ella. También habían tiendas de campaña y rastros de pelea.

Recordaba a Chihiro en el Castillo del Olvido. Tremendamente poderosa, tremendamente mortífera. Si alguna vez fue una aliada la confirmación de ese error fue patente.

Dejaría también que Saxor y Nithael expusieran sus teorías, fueran cuales fueran y lancé el plan al aire:

—Necesitamos avisar a Fátima y la Maestra sobre lo que está pasando, porque es bastante más grave de lo que parece —expuse—. Sus teléfonos no tienen cobertura, así que me voy directo a la zona por la que han ido. Alguien que me acompañe.

Una vez los grupos hechos, yo me dirigiría hacia la zona por la que se habían ido las Maestras, guadaña en mano y esperando un milagro.

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por **Kairi** » Mar Dic 13, 2016 2:29 am

En los callejones no había nadie, como era de esperar. Estana ellos dos solos, pero Kairi tenía un mal presentimiento. No se sentía segura estando allí, los Sincorazones acechaban aunque no podía verlos.

—Será mejor moverse...— empezó a decir, pero entonces sonó el móvil de su compañero.

—Sí, ¿ha pasado algo?—contestó. Hubo una breve pausa y respondió—De acuerdo. Nos vemos allí. Tened cuidado, alguien sabe que estamos aquí.

—¿Ha pasado algo?—preguntó preocupada.

Myriddin le explicó que algo grave había pasado y debían volver a reunirse en el rascacielos para estar al tanto de todo. Kairi asintió y volvieron sobre sus pasos a la base del principio.

***

Ya en salón, si es que no había habído nada que les impidiera llegar, Simbad les puso al tanto de la situación.

—Creemos que Chihiro está aquí —esa frase hizo que Kairi se estremeciera—. En el túnel nos ha atacado una figura enmascarada y creemos que puede ser ella. También habían tiendas de campaña y rastros de pelea.

Cómo olvidar su primer encontronazo con Chihiro, aquella mujer que la tranformó en anciana.

—Necesitamos avisar a Fátima y la Maestra sobre lo que está pasando, porque es bastante más grave de lo que parece. Sus teléfonos no tienen cobertura, así que me voy directo a la zona por la que han ido. Alguien que me acompañe.

—Oh, en el bar hemos encontrado unos documentos bastante importantes—le pidió a Myriddin la carpeta que él llevaba para que los leyeran ellos mismos—. Básicamente habla sobre la creación de un virus y usar Portadores zombificados como armas biológicas. También encontramos esta foto con una daga clavada. Somos nosotros—añadió.

Después de escuchar lo que tuvieran que decir al respecto, se formaron los grupos. Esta vez le tocó ir con Saxor y Nithael, si accedía a compañarles.

—Podríamos ir a los túneles e investigar ese campamento—sugirió—. No me hace ninguna gracia ir allí después de lo que ha dicho Simbad, pero algo habrá que hacer.

Esperó la respuesta de Saxor y después se dirigirían al interior de los túneles.

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