En la reunión con el moguri correspondiente, que les había citado antes de su partida hacia Tierra de Dragones para cumplir tal despropósito de misión (¿a qué venía tanta parafernalia de la todopoderosa Llave Espada si se iban a poner a servir de camareras para pagar las facturas de Tierra de Partida?), se encontraron con la primera sorpresa de su día.
El moguri en cuestión les entregaría los uniformes que debían llevar. En ellos, había una nota de Yao que les advertía que, de no tener una "buena figura", se buscaran por su cuenta formas de aparentarla (léase relleno). Y que de necesitarlo, les proporcionaría más complementos o lo que necesitaran una vez se reunieran.
Por último, debían saber que Yao les había citado una hora antes de la apertura, para que aprendieran los buenos modales que habrían de emplear con los clientes y recibieran algunas instrucciones. Además, como "ellas" serían contratadas únicamente para la noche de la apertura, probablemente se encontraran con las camareras que iban a ser habituales en el local. Y quién sabe, quizá hasta conseguían el contrato fijo.