por Aru » Jue Jul 23, 2015 11:59 pm
Harold cruzó los brazos y con una cara bastante pilla, le dió un manotazo a Simbad soltando una gran carcajada al ver la cara del muchacho.
—¿Qué bebida es ésta? —Preguntó el joven gitano.
El peliazul se acomodó en su silla, y con una cara bastante malévola le respondió:
—Se llama ‘’la kupobaquia’’ sí, creación en manos de los mejores inventores, agricultores moguris. ¿Qué otra criatura podría hacer un licor tan refinado y a la vez potente?
Aru se quedó bastante pensativa, nunca había oído hablar de licores, por lo tanto respecto al tema no podía decir mucho, simplemente se limitaba a asentir a todo lo que los dos hombres decían.
—Ahora usted —sentencié con una mirada retadora, mirando de reojo a Aru—. Aunque estoy seguro que su hija bebe tan bien como cualquiera de nosotros dos.
La muchacha se quedó perpleja, y negó rotundamente con la cara, aún era menor y estaba segura que no iba a poder aguantar ni un solo chupito de aquel licor.
—JÁ, ¿mi niña? Mi niña puede con todo lo que le eches, es una Petrikov. Vamos, Aru, demuestra de qué material estamos hechos en la familia.
Acabando la frase, inmediatamente le sirvió un vaso a la joven aprendiza, quien no podía creer como su padre se había dejado llevar por los piques de Simbad.
Miró el vaso como si de un sincorazón se tratase, tenía miedo de que podía suceder después. Pero como su padre, esta no iba a rechazar un reto. Agarró con seguridad el vaso y se lo acabó de un solo trago, mientras finalizó con una mirada atacante al aprendiz de Bastión Hueco.
Harold, bastante orgulloso, dejó caer una lagrimilla mientras cruzaba a su vez sus brazos bastante satisfecho.
—¿Lo ves, chaval? Mi hija es mucha mujer para tí.
Aru, en pocos segundos, sintió el calor del alcohol recorriendo toda su garganta, unas lagrimas le salieron, y con retraso, se levantó corriendo a por un vaso de agua.
—Bueno, ¿Simbad, verdad? ¿Qué te parecería una competición de beber? —sugirió el hombre mientras le servía otra copa.