Dos había realizado una intensa búsqueda en la red durante aquellos días, empapándose de toda la información posible sobre aquella fiesta llamada Navidad que estaban celebrando todos los humanos tan felizmente.
Cuando el Moguri mensaje apareció por la habitación de la droide para informarla de que debía reunirse con su Maestro en la sala del trono, esta ya estaba confeccionando su singular traje navideño. Iba a dejar a todos con la boca abierta, seguro.
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¡Ya está! Hora de reunirse con el Maestro, no puedo decepcionarle en una fiesta tan importante para los de su especie —declaró Dos terminando los detalles finales de su traje.
Y no era para menos, parecía que en su búsqueda, Dos había dado con la imagen de los renos que acompañan a la figura principal de aquella fiesta, Santa Claus, y debido a que aquellos animales tenían también una nariz roja y brillante como la suya, a la droide no se le había ocurrido mejor idea que vestirse como un reno.
Tras los sucesos de la Red y a sabiendas de que su sistema de camuflaje seguía inoperativo, la robot había estado comprándose diferentes botes de pintura para casos como este. Por lo que tras echarse uno de color marrón por todo el torso y parte de la cara, Dos se puso unos cuernos sobre la cabeza y cambió la cubierta de sus ‘orejas’ por unas similares a las del animal. Siguió por un fular blanco peludito y tras recoger su propia cola, añadió otra como la de los renos, tapando la primera.
Con todo terminado, se dirigió hacia la sala del trono tarareando los villancicos que había acabado memorizando debido a su extensa búsqueda, los cuales no eran pocos para desgracia de cualquiera. En cuanto entró en la sala del trono, no dudó en correr hacia Light para poder enseñarle su conjunto.
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¡Maestro! ¡Maestro! —gritó su nombre hasta que estuvo a su lado —
. ¿Qué le parece, Maestro? He estado todos estos días buscando información sobre la Navidad, ya que sabía que conociéndola bien podría conseguir que su nivel de felicidad y disfrute durante la festividad aumentara —explicó Dos antes de darse cuenta de que el chico estaba junto a otra persona. La roja nariz de la robot parpadeó mostrando la sorpresa del momento —
. Discúlpeme… ¿señorita? —. La droide intentó escanear mejor a la persona frente a ella para asegurarse de no meter la pata —
. No la había visto y fijo que os he molestado y he sido irrespetuosa con los dos, interrumpiendo en una conversación entre amigos. Quizás mejor dejo de ser una molestia y me quedó al margen para que sigáis hablando con tranquilidad.Y con aquello dicho, Dos se retiró varios pasos, aunque no demasiados para no alejarse de su Maestro. Este les explicó que iban a realizar una excursión a Ciudad de la Navidad. Aquello emocionó mucho a la droide, ya que no iban únicamente a explorar un nuevo mundo, si no que iban a explorar el mundo de una festividad humana tan importante como la Navidad. Estaba lista para hacer un centenar de informes sobre ese lugar.
Allí tuvieron una nueva sorpresa, los miembros de Bastión Hueco parecía que también estaban de excursión, aunque Dos estaba más ocupada investigándolo todo.
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Maestro, este lugar es increíble, parece sacado de una de esas postales navideñas que a los humanos os gusta mandaros entre vosotros —dijo Dos —
. Oh, esto debe ser un tiovivo. A los orgánicos más jóvenes les encanta montarse en ellos… ¡Eh! ¡Mira que pino tan bien deco…! ¡Maestro, espéreme! La robot corrió nuevamente al lado de Light justo cuando entraron en la casa de Santa Claus.
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Todo el mundo afirma que es una leyenda para mantener la magia de la festividad en los más jóvenes, pero nosotros estamos aquí. En su casa. En su salón… Aunque ¿dónde está él?La casa estaba vacía, a excepción de la centena de aprendices, pero de los que la habitaban no había ni rastro. Lo único que encontraron fue un largo pergamino sobre un atril. En él estaban escritos los nombres de muchas personas, por lo que Dos pudo saber que se trataba de la preciada lista de niños buenos y malos.
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¡Tuercas! Me gustaría no mirar, ya que es algo que de seguro no deberíamos hacer, es algo muy personal del señor Claus —remarcó la robot —
. Pero si miramos nuestros nombres, ya de seguro que nos queda claro si vamos a tener regalo o no, por lo que la decepción será menor en el caso de los que no. Yo tengo claro que estoy en la lista de los buenos… si acaso un droide puede encontrarse en tal lista, pensaba que solo los orgánicos saldrían en ella —. Dos se quedó un rato pensativa —
. Qué más da, la cosa es que si estoy, será en la lista de los buenos porque he sido una droide ejemplar que ha mantenido feliz en todo momento a su due… ¡¿La lista negra?! Dos se quedó mirando su número de serie durante casi un minuto estupefacta. Aquello era imposible, había seguido el protocolo, las leyes y hecho todo lo que el Maestro la había ordenado. No podía estar ahí, fijo que Santa Claus se había equivocado poniendo otro numero o uno de esos cuatro era un nueve muy mal escrito.
Pero no, por mucho que lo comprobara, Dos siguió estando en la lista de los niños malos. Aquello hundió a la droide que se alejó del pergamino hasta situarse junto a Light. La luz de su nariz estaba casi apagada y las orejas de reno caídas.
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Maestro… ¿tan mal lo he hecho que en vez de complacerle le he amargado la vida y por ello el señor Claus me ha puesto en la lista de los niños y robots malos? Dos va a la lista de los niños robots malos