Capítulo 19: Magia y más magia
Sora: ¿Esto es Zyons? ¡Pero si aquí ya estuvimos cuando conocimos a Armudos!
Bahamut: Sí, pero esta vez entraremos por otra grieta dimensional, cada una es un planeta distinto.
Riku: Entonces debe de haber cientos de planetas en uno solo.
Kairi: ¿Y si aterrizas en el planeta sin entrar por una grieta?
Bahamut: Es solo un planeta de roca y sin vida, con fenómenos atmosféricos devastadores.
Sora: ¿Y por qué grieta vamos a entrar?
Bahamut: Por esa roja que está palpitando.
Riku: Vamos allá.
Mientras Riku dirigía la nave empecé a pensar que lo único que hacíamos era ir de un lado para otro aprendiendo cosas y luchando, a este paso tardaríamos años en acabar con los oscuros y además, me sentía raro sin Donald y Goofy acompañándonos.
Cuando entramos por la grieta volví a ver por un instante helado con pescado, pero esta vez era de chocolate y los pescados eran distintos. Supuse que cada grieta variaría el pescado y el sabor del helado, pero nunca supe por qué entre las dimensiones había algo tan extraño.
Aterrizamos bien en un prado de hierba verde con montañas en el horizonte, parecía tranquilo.
Kairi: ¿Ahora qué?
Bahamut: Bajaos de mí y lo comprenderéis.
Bajamos aguardando alguna sorpresa desagradable, cuando nos alejamos de la nave se elevó y de ella salió un altavoz.
Bahamut: ¡Me voy! ¡Teneis que sobrevivir en este planeta un mes! ¡La magia es lo único que aquí funciona!
Sora: ¿Cómo?
Demasiado tarde, la nave salió del planeta a toda velocidad. Miré a mis amigos.
Kairi: ¿Qué quiso decir con eso de la magia?
Riku: No lo sé, pero si vamos a estar aquí un mes tenemos que conseguir un refugio, a ser posible cerca del agua.
Sora: Pues vamos.
Cuando intenté andar me di cuenta de que mis músculos estaban inmóviles.
Sora: ¡No puedo moverme!
Kairi: ¡Yo tampoco!
Riku: ¡Ni yo!
Sora: ¿Será esto lo que dijo Bahamut? Quizás aquí no se puede mover el cuerpo, intentad levitar con magia.
Me concentré y usé la fuerza para mover un pie ¡funcionó! Lo apoyé y moví el otro pero me caí al no tener fuerza en el primero. Así no lo conseguiría, así que empecé a levitar, era más agotador pero muy efectivo.
Kairi: Bien, ahora sigamos el plan de Riku y busquemos un refugio.
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El asteroide temblaba por la energía que se liberaba, el incorpóreo tocaba una pieza lenta y aguda con su violín mientras todo a su alrededor cambiaba: el aire adquiría color o se volvía roca y el suelo se movía, se elevaba o desaparecía. Gabriel sabía que si entraba en la zona de acción de la magia probablemente moriría. Sacó una llave, nunca las había alterado la magia, así que la lanzó a la cabeza del incorpóreo. Cuando estaba a 10 metros se detuvo, calló al suelo y desapareció.
- ¿Sólo sabes hacer eso? ¡Pensé que me atacarías! – Gabriel sabía que era incapaz de hacerle nada mientras estuviera tocando.
- Prepárate, ahora empieza la mejor parte.
La música se tornó más rápida y una corriente de energía se dirigió a Gabriel, quien la paró con una barrera. La corriente seguía fluyendo y Gabriel comenzó a avanzar tras la barrera hacia su enemigo.
- No puedes hacerme nada, yo soy Strad el intocable – Strad estaba muy seguro, sus años de experiencia le habían vuelto arrogante y orgulloso.
- La última vez no dijiste lo mismo, ahora verás.
Gabriel saltó y cayó justo detrás de Strad, entonces le dio una patada que lo tiró. Cuando estaba a punto de tocar el suelo, tocó una cuerda con la mano y desapareció para reaparecer a diez metros de Gabriel.
- No va a ser tan fácil, tengo un repertorio mucho más amplio.
- Nunca me ha gustado mucho la música, pero vamos a ello.
Strad tocó otra pieza, era suave y tranquilizante. Gabriel cerró los ojos y al abrirlos estaba en otro lugar, una llanura que parecía haber sido un campo de batalla hace poco, había cadáveres, armamento destruido y cráteres a cada paso.
- ¿Dónde estamos?
- No lo se, sólo se que aquí hay mucho material para mí.
- ¿Qué quieres decir?
- Contempla una de mis mejores piezas.
Strad tocó una pieza más compleja que las anteriores, al principio no pasó nada pero, poco a poco, se oían murmullos y gemidos. De repente un cadáver se levantó, estaba armado con un rifle de plasma y vestía un traje de camuflaje óptico, fuera de donde fuera ese soldado tenía tecnología punta, cuando se levantó se acercó al incorpóreo. Veinte cadáveres más resucitaron y fueron con Strad, cundo todos estaban a su alrededor apuntaron a Gabriel con sus rifles.
- Menuda composición más macabra.
- He tenido suerte, la última vez lo que resucité eran mascotas de un cementerio.
- Que miedo, un ejército de periquitos, gatos, pececitos y perros.
- Sí, fue un momento muy tenso, pero ahora muere. ¡Atacad!
Los soldados zombis dispararon a Gabriel, pero una barrera absorbió todos los disparos. Mientras con la mano izquierda mantenía la barrera, Gabriel concentró energía en su mano derecha, rayos de energía recorrían su cuerpo dirigiéndose a la palma de su mano, cuando parecía a punto de explotar, Gabriel la extendió hacia sus enemigos y un rayo enorme los desintegró a todos, menos a Strad que consiguió salvarse teletransportándose. El incorpóreo tocó otra pieza y mientras los muertos seguían resucitando, de su violín salían bolas de fuegos y de hielo muy peligrosas. Gabriel sabía que un impacto podía dañarle mucho. Gabriel alzó la mano al aire y una luz recorrió su cuerpo hacia el suelo, por el que la luz se extendía deprisa. Cuando un zombi pisó la tierra con luz se deshizo. Gabriel atacó a Strad con magia, y aunque la mayoría de los ataques eran esquivados, algunos hechizos golpearon a Strad, debilitándole. A Gabriel sin embargo los hechizos de su enemigo no le daban, estaba protegido con una barrera.
- Gabriel, no podrás vencerme así.
- Eso dicen todos, hasta que acaban con una espada atravesándoles el pecho.
- Que chispa, de mayor mechero.
- Eh…
Aprovechando que Gabriel estaba pensando en la frase, Strad tocó otra pieza. Pronto estaban en el asteroide de nuevo, pero Strad había cambiado. Su violín era más grande y ahora lo tocaba con una espada; y él también parecía más fuerte. Esta vez se lanzó sobre Gabriel e intentó cortarle la cabeza, pero el ángel esquivó el ataque y golpeó a Strad en el estómago con una llave. El incorpóreo saltó hacia atrás y cayó de rodillas por el dolor.
- Me has hecho daño, me parece que es hora de que te enseñe mi obra maestra.
- Eso no suena nada bien.
- En realidad, sí suena bien.
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- ¡Chicos! ¡He encontrado una cueva!
La voz de Kairi hizo que fuera hacia ella lo más rápido posible. Cuando llegué Kairi estaba frente a una gruta oscura cuyo fondo no alcancé a ver.
- Cuando llegue Riku entramos juntos. Podría estar habitada.
Esperamos quince segundos y Riku apareció sobre los árboles, levitando como todos.
- Esa cueva me da mala espina, será mejor que entremos con cuidado.
Riku y yo nos pusimos delante, lancé un hechizo de luz, con el que la punta de mi llave-espada se convirtió en linterna. A medida que nos adentrábamos en la cueva, un extraño olor se hizo presente y fue aumentando en intensidad. Cuando habíamos avanzado unos 10 metros, al olor se le sumó un sonido de respiración. Nos detuvimos y apunté la luz hacia la respiración. Al ver al dormido morador de la cueva retrocedimos, asustados. Era un animal grande, de unos 300 kilos. Su piel emitía un brillo metálico, su cara de murciélago era repugnante y tenía grandes colmillos. Su cuerpo era como el de un oso, pero tenía dos alas. Cuando estábamos a 5 metros de la salida, la bestia abrió los ojos, brillantes y grandes. La luz con la que aún le apuntaba a los ojos lo cegó. Entonces aproveché para salir volando.
- ¡Corred!
Salimos de la cueva lo antes posible, cuando estábamos aún cerca la bestia salió, pero la luz del sol la hizo retroceder rugiendo a su guarida.
- Menudo monstruo –fue lo único que pude decir, aún asustado.
- Normalmente no hubiera retrocedido ante un animal así, pero al no poder moverme soy más débil –dijo Riku, algo enfadado por haber escapado.
- Venga, ahora que sabemos a que nos enfrentamos –dijo de repente Kairi- vamos a matarlo y a quedarnos con su cueva.
- Vale, podríamos… ¡incendiar la cueva! –fue lo primero que se me ocurrió.
- Es una buena idea, si no sale morirá dentro y si sale será fácil derrotarle porque la luz le ciega.
Conforme al plan nos apostamos tras unos árboles cercanos. Riku y yo creamos un hechizo de fuego lo más grande posible (unos 6 metros de diámetro) y lo lanzamos a la cueva. Se oyó un rugido de furia y el monstruoso animal salió de la cueva ardiendo. Kairi le atacó con rayos con la fuerza, mientras Riku y yo lanzamos las llaves-espada con magia. Tras unos pocos ataques la bestia cayó al suelo, sin vida. No pude retener la emoción y dije:
- ¡Lo conseguimos!
- Ha sido fácil –contestó Riku.
- Bueno, ¿ahora qué hacemos con él?
- Habrá que ver si es comestible.
- Que asco, ¿cómo nos vamos a comer eso? –exclamó Kairi sorprendida.
- Sólo hay que desollarlo, cocinarlo y probarlo.
- Que remedio, -dije, resignado a que no tendríamos más alimentos- pero no pienso desollarlo.
En ese momento Kairi y yo miramos a Riku.
- Vale, vale, lo desuello yo. Pero la próxima vez lo hacéis vosotros.
Riku se acercó al animal, invocó su afilada llave espada y cortó con cuidado su piel por el lomo. A los cinco minutos paró, había despellejado parte del lomo.
- ¿Por qué te paras?
- Me estoy quedando sin maná, no puedo seguir.
Dicho esto dejó de levitar y se tumbó en el suelo.
- Kairi, tú usas la fuerza mejor que nadie, sigue tú por favor –dijo Riku con el peso de la razón (ese maldito peso ineludible cuando lo usan).
- Jo…
Kairi se acercó al monstruo, cogió la llave de Riku y terminó de desollar el lomo del animal.
- Que extraño, ¡mirad esto!
Nos acercamos y vimos algo curioso, sus músculos eran azules y no parecían ser fibras. Riku consiguió acercarse, cortó un pedazo de carne, lo carbonizó con fuego y se lo comió. Lo miramos curiosos por ver qué le pasaba.
- No está mal –empezó a decir- y… ¡Oh! ¡Me ha recuperado el maná!
- Quizás, como aquí sólo nos podemos mover con magia, los animales se mueven con ella también.
- Sora, -me dijo Kairi- desde que se ha ido Gabriel estás muy listo
- ¿Qué quieres decir?
- Bueno, has explicado por qué no nos podemos mover, cómo atacar al murciélago éste y por qué sus músculos son de maná
- Pues tienes razón, tranquila ya se me pasará.
Nos reímos un rato y nos metimos en la cueva. Cuando llegamos al fondo creé un hechizo de fuego de larga duración para iluminar la cueva. Y después…
- Bueno, ¿ahora qué?
- No se, ya tenemos la cueva, supongo que deberíamos hacerla habitable.
- Vale, necesitamos camas, un fuego que no gaste maná, un lugar para guardar la comida y… un hoyo profundo.
- ¿Un hoyo profundo? –preguntó Kairi.
- Verás Kairi –continuó Riku- yo personalmente no voy a estar un mes entero sin ir al servicio, tú haz lo que quieras.
- OK, yo me encargo de las camas –dijo ella para terminar.
- Yo del fuego y la despensa –dije rápido, no quería cavar el hoyo.
- Bueno, pues yo cavaré el hoyo, llevaos un poco de carne del murciélago por si la necesitáis.
Y nos pusimos a ello.
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Strad comenzó a tocar muy lentamente, a medida que tocaba su poder aumentaba a gran velocidad. Gabriel intentó detenerlo, pero un escudo lo defendía de cualquier ataque. Su pieza aumentaba de velocidad lentamente, hasta que llegó a un punto en el que parecía que no podía ir más rápido. Entonces el violín se partió.
- Tío, si no lo tocarás con una espada te duraría más.
- Esto es lo que quería hacer.
Al romperse, del violín salió muchísima energía, que el incorpóreo absorbió. Su poder era muchísimo mayor que antes.
- Ahora podremos luchar sin argucias, a muerte.
- Bien, me estaba cansando de escuchar música.
Ambos se lanzaron el uno a por el otro y entrechocaron sus espadas. El choque los hizo retroceder, entonces Gabriel se teletransportó tras Strad y le atacó, pero su golpe fue bloqueado. Aprovechando este momento Strad intentó darle una estocada a Gabriel, pero éste se defendió con una llave que invocó en su mano izquierda. Este contraataque le dio tiempo para alejarse y, con una llave en cada mano, atacar de nuevo con más fiereza. Los golpes de los dos rivales eran muy poderosos, estaban muy parejos en fuerza y habilidad. Tras una hora de combate encarnizado ambos pararon, sudando y respirando para recuperar el aliento.
- Admito que no esperaba que fueras tan duro –dijo Gabriel resoplando.
- Me he entrenado para vencerte.
- Se nota, eres tan poderoso como un oscuro. Pero me temo que esto debe acabar, tengo mucha prisa.
- Jeje, pareces muy seguro de tu victoria.
- Siento decirte que no pienso morir sin haber acabado con los oscuros. Lo tengo todo controlado, ahora mismo mi nave está detrás de un monte, si me derrotaras aparecería, acabaría contigo y luego me curaría. Así que puedes rendirte ahora y ayudarme con mi lucha contra los oscuros, o atacarme y morir sin remedio.
- Pues no sé que hacer. Supongo que me iré y buscaré algo que hacer. Ya he peleado contigo, así que ahora puede que me una a la Organización, o algo.
- Si te unes a ellos intenta que se unan a los sincorazones y derroten a los oscuros.
- ¿Y eso?
- Los oscuros son muy poderosos, os usarán a ambos hasta que no les sirváis, pero si os unís podríais derrotarles.
- Sí bueno, lo pensaré.
Strad se fue en su nave. Gabriel sabía que no era un incorpóreo normal, tenía restos de corazón. Muy pocos incorpóreos podían, en cierto modo, sentir como personas normales. Esto se debe a que su alma guarda parte de la esencia del corazón y les da una mínima capacidad de sentir. Gabriel sabía que estos incorpóreos deseaban por encima de todo recuperar su corazón, algo casi imposible, pero que él respetaba, ese fue el motivo por el que dejó a Strad vivo hace 3 milenios. Cuando Bahamut apareció, Gabriel se montó y fue hacia Guardián del Sueño, donde había dormido tanto tiempo.
- ¿Cuánto tiempo tenemos?
- Dos horas, ocho minutos y cuarenta y siete segundos –dijo Bahamut.
- Vale, no tardaré.
Al aterrizar Gabriel salió de la nave y fue directo al búnker que ocultaba la cámara criogénica. Entró y se puso enfrente de una pared, cuando la tocó se abrió y mostró un pasillo antes oculto. Avanzó lentamente, mientras las luces se encendían a su paso. Cuando había recorrido 30 metros el pasillo desembocó en una sala de gran tamaño, con diversos artilugios. Lo primero que se veía era una llave espada de gran tamaño en un pedestal a la izquierda; era la primera llave oscura que Gabriel intentó fabricar, pero no pudo sellarla en un llavero y trató de atacarle, debido a que su corazón era el de un oscuro. Lo segundo era un escritorio con cajones a la derecha, dentro estaba todo el conocimiento de Gabriel de los oscuros, sincorazones e incorpóreos. También había junto al escritorio un estante lleno de recuerdos: premios, fotos y algunos objetos.
Lo último de la sala era una cámara criogénica, similar a la de Gabriel. Se dirigió directo a ella y puso una mano en el cristal. Con esa mano conjuró un hechizo descongelador y dijo:
- Es hora de que tú también despiertes, hermano. Por fin he encontrado lo que buscaba. Ahora podrás estar completo de nuevo.
Capítulo 20: Pesadillas del pasado.
<En otro lugar>
Oscuro: ¡Señor, huya!
Caos: Ni hablar, he venido en persona y tres estúpidos no me detendrán.
¿?: ¿Estúpidos? Me temo que no sabes quienes somos, oscuro, somos los portadores del Arma, no puedes vencernos.
Caos: no me subestiméis, pero no he venido a luchar con vosotros, he venido a recordaros a alguien que os resultará familiar… Gabriel.
¿?2: ¿¡Qué!? Creía que acabamos con él la última vez, ese insignificante ser es muy persistente.
¿?: Dime donde se haya… y te dejaremos irte, con lo que queda de tus oscuros.
Caos: Créeme, si no acabáis con él aprenderéis a temer la oscuridad.
Los oscuros desaparecieron, mientras los tres desconocidos subieron a una nave plateada.
<En el lugar normal>
Ya han pasado 30 días desde que llegamos a este infernal planeta, espero que vengan y nos rescaten, es nuestra única oportunidad.
Tras encontrar la cueva estuvimos 20 días viviendo relativamente bien, pero el día 21…
Estábamos explorando el planeta cuando Riku oyó algo, de repente unos veinte indígenas aparecieron y nos rodearon, escapamos por los pelos. Pero ayer nos atraparon mientras dormíamos, nos dieron algo que nos impide usar la magia y parece que nos quieren sacrificar.
- ¡Hubaka malaka! –gritó uno de los extraños indígenas, mezcla de hombre y planta.
- Dejadnos ir –sollozó Kairi, me sentí furioso por no poder hacer nada.
- Kairi, Riku, me temo que esto es el fin –empecé a decir, no del todo consciente de lo que estaba diciendo- me temo que Gabriel no llegará a tiempo.
- Aún hay esperanza… Si al menos pudiera moverme… -Riku estaba también furioso por no poder moverse.
Un nativo vino con un gran cuchillo en la mano, si no pasaba nada en este momento sería el fin.
- ¡¡¡AAAAAAAARGH!!!
El nativo del cuchillo y el resto se dieron la vuelta. Un nativo estaba en el suelo, encima de él me pareció ver una criatura oscura, pero se desvaneció a gran velocidad. Otro nativo murió atacado por la misma cosa, y otro, y otro. Uno de ellos consiguió defenderse y agarrar a la criatura. Era un hombre púrpura que emitía energía oscura. Le cortó la cabeza de un zarpazo al nativo que lo había agarrado, después lanzó unos rayos oscuros al resto y los frió al instante. Después nos miró fijamente con sus ojos completamente negros durante unos segundos, en un instante saltó hacia nosotros, pero algo lo detuvo en el aire, era Gabriel.
- Vaya, parece que hemos llegado en el momento justo –dijo mientras el ser oscuro intentaba liberarse de él.
- ¿Quién es tu amigo? –le pregunté algo asombrado.
- Ahora os lo cuento, primero salgamos de aquí, pronto vendrán más Xhhits y será peligroso quedarse.
Gabriel nos teletransportó a la nave y metió al extraño humano en la burbuja, luego la nave salió del planeta, pasando por el helado con pescado. Todos queríamos saber que había pasado.
- Bueno… Para empezar, desde que os dejó Bahamut en el planeta han pasado 2 horas.
- ¿¡Qué!?
- En esa dimensión el tiempo va de otra manera, un día en ese planeta son 4 minutos aquí, por eso os llevé ahí, no tengo un mes de tiempo para esperaros.
- Sigue, ¿quién o qué es eso que has traído? –le dijo Riku.
- Él es… Brael, mi hermano.
- ¡Tu hermano! –dijimos los tres casi al mismo tiempo.
- ¿Dónde estaba? ¿Por qué nos lo has mostrado ahora? –preguntó Riku tras recuperarse del asombro.
- Estaba criogenizado en una habitación secreta, lo he despertado ahora porque creo haber hallado la forma de recuperarlo.
- ¿Quieres decir que sabes hacer que un sincorazón vuelva a la normalidad?
- No es un sincorazón, ni tampoco un oscuro, está contaminado por el eco oscuro, una energía tóxica generalmente mortal, pero que con cierto proceso puede introducirse en el cuerpo y hacerle “eso” a alguien. Brael fue atrapado por unos oscuros que lo contaminaron, lo criogenicé tras no encontrar una cura.
- ¿Entonces qué hacemos? –pregunté.
- Para empezar deberíais volver a andar, ya podéis.
Entonces caí en la cuenta de que seguíamos levitando, ¡había olvidado que podía moverme!
Dejé de flotar, pero cuando apoyé los pies en el suelo me caí, detrás de mí cayeron Riku y Kairi también. Tras 10 minutos conseguimos volver a movernos con normalidad.
- Bueno, ahora pode…
- ¡¡¡GABRIEEEEEL!!! –la nave llamó a Gabriel con muchísima urgencia.
- ¿QUÉ PASA?
- TENEMOS QUE SALIR PITANDO, MIRA QUÉ HE DETECTADO EN EL RADAR
Gabriel se dirigió a toda velocidad a la sala de mandos, en el radar había un símbolo, un punto rojo.
- ¡NO! ¡NO PUEDE SER!
- ¿ADÓNDE VAMOS?
- ¡ADONDE SEA! ¡TELETRANSPORTE A DONDE SEA!
La nave estaba a punto de desaparecer cuando recibió un disparo púrpura de la nave.
- ¿Qué ha sido eso? –pregunté muy nervioso al ver tan asustado a Gabriel.
- Nos han lanzado una carga desestabilizadora, ahora es muy peligroso teletransportarse. Habrá que dejarlos atrás a la antigua usanza, ¡dale caña Bahamut!
Nuestra nave salió a toda velocidad, pero la otra nave nos seguía a la misma velocidad.
- ¿Quiénes son esos? –pregunté.
- Son los tres cazadores –me respondió Gabriel con miedo y odio en su mirada.- son los portadores del Gran Poder, su único propósito es destruir a cualquiera que tenga un poder similar al suyo, y yo tengo el dudoso honor de tenerlo.
- ¿Qué es el Gran Poder? –dije confuso, era la primera vez que oía hablar de eso.
- El Gran Poder es la energía que proviene del propio universo, esta energía es infinita, pero inutilizable. Sólo unos instrumentos pueden usarlo, las primeras llaves. Las que fueron creadas mucho antes de que los humanos existieran por alguien desconocido. Éste desconocido usó las llaves para regular la oscuridad y luz del universo. Cuando murió, los cazadores robaron las llaves, que corrompidas por exponerse a la oscuridad los poseyeron. Yo creé mis llaves a semejanza de esas tres primeras llaves, pero nunca pude usar el Gran Poder. Mis llaves usan el poder de los corazones, inferior al Gran Poder pero lo suficiente potente para atraer la atención de los cazadores. La última vez que luché con ellos casi no lo cuento, vosotros no duraríais ni un segundo contra ellos.
- ¿Y qué hacemos entonces? –preguntó Riku.
- No podemos ir a un planeta limitante, esas llaves anulan las limitaciones, lo mejor será que vayamos a un planeta sin habitantes y luchar con ellos, quizás tengamos suerte y aguantemos hasta que vengan los refuerzos.
- ¿Refuerzos? –preguntamos los tres a la vez.
- Sí, Bahamut acaba de enviar un mensaje a Armudos, con su ayuda quizás podamos librarnos de los cazadores para siempre.
Gabriel tomó los controles de la nave y nos llevó a un planeta desértico, aunque para llegar estuvo 2 horas correteando a la nave de los cazadores y disparándoles.
El planeta al que llegamos era un desierto sin vida, hacía calor, el sol abrasaba la piel, pero no había tiempo de pensar en eso, los cazadores estaban aquí.
Su nave estaba a 300 metros del suelo, pero ellos saltaron sin miedo. Al caer crearon tres cráteres.
<Ahora paso a 3ª persona para narrar la pelea mejor>
Los tres cazadores aparecieron, sus armaduras eran idénticas a las de Terra, Ven y Aqua (se copiaron). Sostenían con orgullo sus llaves, parecían seguros de su victoria.
Gabriel: Encargaos del más pequeño, yo me encargo del jefe.
Sora: ¿Y de la mujer quién se encarga?
Gabriel: Bahamut la mantendrá ocupada.
De repente la nave se transformó en una especie de dragón mecánico. Todos estaban listos para la gran batalla, la más difícil que habían librado.
Gabriel y el cazador jefe corrieron el uno hacia el otro, cuando iban a impactar se teletransportaron lejos del resto e intercambiaron golpes con furia.
Mientras Bahamut atacó a la cazadora, ésta esquivó el golpe sin esfuerzo, pero su llave no hizo mella en la poderosa aleación de la nave.
Por último Riku y Sora se abalanzaron sobre el cazador más pequeño, pese a ser más bajo que Riku desvió los golpes tranquilamente y paró el rayo de fuerza de Kairi con una mano.
Gabriel sabía que su enemigo era más poderoso e igual de hábil, pero aunque la llave del cazador paraba sin ningún problema cualquier ataque, su armadura no conseguía desviar todo el daño, por lo que Gabriel pensaba golpear a su rival hasta que fuera incapaz de moverse. Gabriel tenía la ventaja de tener más llaves, para este combate estaba usando como 50 al mismo tiempo, más las dos que llevaba en las manos y los hechizos que lanzaba. El cazador paraba casi todos los ataques y su magia anulaba la de Gabriel.
Bahamut luchaba con una velocidad asombrosa que abrumaba a la cazadora, tan pequeña que no podía apenas dañar al coloso mecánico. Su llave era capaz de partir en dos cualquier nave, pero Bahamut estaba hecho como una llave, por lo que era casi inmune a los ataques.
Los que peor estaban eran Sora, Riku y Kairi. El cazador era mucho más hábil y sus golpes eran muy potentes, Kairi no podía hacerle daño con su magia porque la desviaba y Riku y Sora no podían golpearle porque era muy rápido y paraba los golpes.
El combate se hacía eterno, los golpes se intercambiaban y los hechizos destrozaban la zona. Gabriel y el cazador luchaban con el mismo ímpetu que al principio, podrían luchar durante días si hiciera falta. Bahamut había golpeado a la cazadora con mucha fuerza y ahora se movía con esfuerzo. Sora, Kairi y Riku estaban siendo abrumados por el cazador cuando algo salió de Bahamut, era Brael. El contaminado atacó con gran ferocidad al cazador más pequeño y el trío aprovechó para usar un ataque límite, en el que los rayos de las espadas y las pistolas se unían en un solo golpe destructor que dañó la armadura de su enemigo.
Los cazadores poco a poco iban perdiendo terreno, pero entonces se reunieron y juntaron sus llaves, la gran energía que ese acto produjo los hizo más fuertes y reparó sus armaduras.
Gabriel: Vaya, no sabía que podían hacer eso. Venga, no os desaniméis, que podemos con ellos.
Sora: Hubiera sonado creíble si no estuvieras escondiéndote detrás de mí.
Gabriel: Venga, ahora en serio…
Los cazadores volvieron al ataque con más fuerza que antes, pronto estaban superando al grupo, que poco podía hacer frente a tales enemigos. Gabriel se cansaba y empezaba a disminuir el número de llaves con las que atacaba, Bahamut había perdido un par de piezas, que estaban tiradas en el suelo y Sora, Riku y Kairi estaban ligeramente heridos. Brael seguía igual, aún no lo habían alcanzado.
Sora estaba acorralado, Riku estaba pegado al suelo y Kairi intentaba levantarse tras un golpe de su enemigo, ahora el cazador atacaba sin piedad a un único objetivo. A 20 segundos Sora estaba usando el último estertor para sobrevivir, cualquier golpe podría ser el último. Entonces el cazador lanzó un último golpe directo a Sora, que lo vio venir a cámara lenta, pero alguien lo bloqueó en el último momento, entonces Sora se curó aprovechando el momento y vio quién le había salvado, era Mickey.
Sora: ¡Majestad! ¡Estáis curado!
Mickey: Sí, he venido porque me ha llegado el mensaje de Gabriel.
El cazador retrocedió para examinar a su nuevo enemigo.
Sora: ¿Dónde están Donald y Goofy?
Mickey: No han podido venir.
Con Mickey en el combate, el cazador empezó a verse superado, eran cuatro contra él.
Mientras tanto Bahamut había atrapado con una garra a la cazadora y Brael estaba a punto de acabar con ella arrancándole la cabeza; pero antes de que pudiera rozarla la garra de Bahamut se aflojó y la gigantesca máquina cayó al suelo. El cazador jefe había lanzado un rayo sellador con su llave dejando un agujero en la zona donde se hallaba el corazón de la nave. Gabriel miró la nave, después al cazador, y de repente se lanzó hacia su enemigo mostrando más poder que nunca. El cazador no podía bloquear los golpes que su enemigo le lanzaba furioso, pero la cazadora le lanzó un hechizo a Gabriel que lo lanzó lejos de su contrincante.
Gabriel: Malditos, voy a acabar con vosotros. ¡Majestad! ¡Luchad con la cazadora! ¡Brael, ayúdale!
El rey y el contaminado (en realidad se tendría que llamar oscuro, pero ese nombre ya está pillado) atacaron a la cazadora mientras Gabriel reanudaba su duelo con el jefe.
Entre tanto Riku estaba luchando contra el cazador mientras Sora ayudaba a Kairi a recuperarse del golpe que había recibido. En cuanto se levantó, la chica lanzó al cazador por los aires con la fuerza, dándole tiempo a Riku para acercarse a ellos. Los tres combates siguieron largo rato, el calor sofocante empezaba a hacer mella en todos, aunque los cazadores parecían inmunes a él. El combate empezó a decantarse por los cazadores; sus reservas de energía al parecer ilimitadas eran una gran ventaja contra sus rivales, que sudaban y sus fuerzas flaqueaban. Llegado el momento, los cazadores se agruparon y empezaron a atacar conjuntamente. Sus ataques conjuntos eran devastadores, Gabriel tuvo que centrarse en curar al resto del grupo, que estaba recibiendo golpes por un tubo. Cuando Gabriel vio que curando al resto no conseguiría nada, los teletransportó a 500 metros de los cazadores y le dirigió la palabra a Sora.
Gabriel: ¡Usa la fusión!
Sora: ¿Con quién? Aquí no están ni Donald ni… ¡anda!
Sora se dio cuenta de que había una fusión nueva disponible, su nombre era “?????”. <Sí, el también ve el menú cuando lucha>
La activó sin dudarlo y una luz envolvió a Riku, Gabriel y Sora; que se unieron en uno.
La energía que se produjo con la fusión (que Sora llevaba un mes sin fusionarse, debía tener 80 barras de fusión en ese momento…) hizo que los cazadores, que ya estaban bastante cerca; Brael; Mickey y Kairi se tambalearan y el suelo se resquebrajara.
Todas las llaves quedaron esparcidas por la zona, dejando cuatro caminos despejados
Brael teletransportó a Kairi y Mickey lejos de ahí, dejando atrás su llave junto a las de Sora y Riku; y los tres cazadores se reagruparon sobre los restos de Bahamut.
Parte multimedia (hazme click)El viento paró y apareció un Sora muy distinto al de las otras formas: parecía dos o tres años mayor, su ropa tenía un fondo blanco en el que resaltaban trazas de color negro y sus ojos emitían un brillo de energía. A cada paso del nuevo Sora (a partir de ahora forma suprema) el suelo temblaba, su cuerpo emitía energía que se manifestaba como una luz brillante que resultaba molesta incluso bajo la luz del sol abrasador de ese sistema.
Sora: Chicos, encargaos de la cazadora, yo me encargo de los otros dos.
Kairi: ¿Seguro?
Sora: Sí, si no podéis con ella os ayudo.
Cazador1: Eres muy prepotente, ahora veremos si eres tan bueno.
Sora: ¡Anda, si sabéis hablar!
Cazadora: Si, Gabriel, lo que pasa es que huyes tan rápido que no te da tiempo a oírnos.
Sora: Ahora verás.
Sora apareció tras sus enemigos y los derribó con una onda de energía, luego saltó sobre el cazador más pequeño y le golpeó con una llave en la cabeza, dejándolo inconsciente. Luego se dirigió hacia el jefe y le atacó con un poder abrumador. Pese a que la llave del cazador era probablemente el arma más poderosa del universo, su portador no podía hacer nada contra un rival más rápido, más fuerte y más hábil. Pronto Sora había destrozado las armaduras de sus enemigos, y entonces vieron lo que había debajo. Sus enemigos llevaban mucho tiempo muertos, pero aún conservaban su alma y su corazón en sus muertos cuerpos, eran no-muertos
Sora: Debía haberlo sospechado, sois unos zombis.
Cazador1: ¿Qué te crees? ¿Que íbamos a vivir 5000 años?
Sora: A lo mejor erais elfos, que quieres que te diga.
Cazador2: Pues no, somos no-muertos.
Sora: Eso explica que no os canséis, y también me permite hacer esto.
Sora soltó las llaves y señaló con cada mano a un cazador, los dos cayeron al suelo retorciéndose de dolor.
Sora: Habéis sido muy descuidados al revelar vuestra condición, ahora que sé lo que sois puedo exorcizaros.
Cazador1: Maldito…
Entonces los cazadores soltaron las llaves y se quedaron inmóviles.
Sora: Que extraño, deberían haber durado más…
Entonces las llaves se levantaron en el aire.
Llave1: Que lástima, tenemos que dejar estos cuerpos.
Sora: Así que los cazadores eran un engaño… Por fin os mostráis llaves.
Llave2: Prepárate a morir, eres una molestia.
Las llaves atacaron a Sora con más poder que nunca, las llaves de Sora se resquebrajaban al bloquear los golpes de las otras. La lucha entre llaves era una auténtica locura de movimientos tan rápidos que apenas se captaban con la vista.
La llave de la cazadora se soltó y empezó a atacar ella sola también. La lucha contra las llaves parecía imposible de vencer, no se las podía dañar de ninguna manera.
Sora: ¿Cómo podemos dañar algo invulnerable?
Kairi: Ni idea.
Mickey: ¡El rayo sellador!
Sora: Vale, vamos a probar.
Una llave disparó el rayo contra la llave enemiga, pero no le hizo nada. Luego treinta llaves dispararon a la vez el rayo sobre la misma llave, que esta vez recibió algo de daño (se fundió un poco un lado, vamos).
Llave3: <Rugido medio humano – medio metálico>
Sora: ¡Bien!
Con esa táctica Sora fue dañando las llaves, la victoria parecía segura, pero cuando las llaves estaban casi vencidas, la fusión se acabó (sino no tiene gracia).
Gabriel, Riku y Sora: ¡Casi!
Entonces las tres llaves se abalanzaron sobre Sora, dispuestas a atravesarlo. Pero no fue a Sora a quien atravesaron, fue a Gabriel (sonido dramático), que se había puesto en su trayectoria.
Sora: ¡No!
Gabriel: Informe… 165.
Tras decir esto agarró las llaves y explotó con gran violencia, destruyéndolas para siempre.
Capítulo 21: Una nueva misión.
Kairi: No puede ser…
Tras decir esto Kairi echó a llorar, Sora la abrazó e intentó consolarla (en el sentido casto de la palabra).
Mickey: Se acabó… Sin él nunca podremos vencer a los oscuros.
Riku: Y ni siquiera podemos salir de este planeta, la nave ha sido destruida.
Todos miraron lo que quedaba de la nave, un par de trozos que no se habían desvanecido. De ellos salió un corazón, muy grande y brillante, que se elevó hacia el cielo y desapareció. Dieron vueltas sin saber qué hacer, hasta que…
Sora: ¿Qué es eso?
Entre los restos de la nave había un cofre intacto, Sora se dirigió hacia él y lo abrió; estaba lleno de informes de Gabriel.
Riku: ¡Sora! Gabriel dijo que miráramos el número 165 antes de morir.
Sora: Sí, vamos a mirarlo.
Tras buscar entre los informes hallaron el 165, que decía así:
Informe de Gabriel 165.
Cómo resucitarme si me muero.
Siendo previsor, he diseñado un modo de devolverme a la vida en caso de que fallezca, es bastante difícil pero con este método no me convertiré en un zombi devora-cerebros.
Para resucitarme debes ir a diversos sitios y coger ciertos objetos de allí:
- Ve a un mundo que esté siendo consumido por los sincorazón, entra en el corazón del mundo y coge el núcleo (se supone que podrás cogerlo, no es muy grande).
- Consigue el arma de un incorpóreo que no sea de un elemento (si lo matas no vale).
- Ve al planeta Disloquia y pídele al gran Tao de mi parte el rompelímites.
- Debes tener una llave-espada.
- Cuando lo tengas todo, ve al Planeta Prohibido con el arma y el núcleo (no preguntes por qué) y busca a Dormín, él te dirá lo que tienes que hacer (vive en un templo abandonado, no tiene pérdida).
PD: Lo que te pida Dormín debes hacerlo solo.
PD2: NO le digas a Dormín que tienes el núcleo del planeta.
Sora: Lo tenía planeado el tío.
Mickey: Tenemos ante nosotros una nueva misión, debemos resucitar a Gabriel.
Música 2
Riku: ¿Por dónde empezamos?
Sora: Lo primero es conseguir una nave.
Entonces Brael señaló a lo alto, donde aún estaba la nave de los cazadores.
Kairi: Eso servirá.
Sora: Llegar tan alto va a ser complicado, si me lanzáis puedo intentar llegar volando.
Entre todos cogieron a Sora y lo lanzaron, cuando estaba perdiendo velocidad sus alas aparecieron y llegó volando a la nave, a la que entró sin problemas porque aún estaba abierta.
Al rato la nave descendió a pocos metros del grupo. Entraron en la nave, que sólo tenía la sala de mandos en funcionamiento, las otras habitaciones estaban vacías.
Sora: Vaya nave más cutre.
Mickey: Al estar muertos no necesitaban camas ni nada.
Riku: ¿Por dónde empezamos a buscar el planeta atacado?
Kairi: Podemos mirar en los informes, a lo mejor hay una forma de localizarlos.
Riku cogió los mandos de la nave y descendió junto al cofre de los informes, lo metieron dentro y se pusieron a buscar. Al cabo de un rato Sora lo encontró.
Informe 123: Planetas consumidos.
Cuando los sincorazones llegan al corazón de un mundo y lo transforman, el mundo sufre un cambio que se puede sentir con el debido adiestramiento. Su forma cambia radicalmente, los elementos modifican sus propiedades y la gravedad no funciona del todo bien. Estos planetas tienen el corazón abierto y se puede acceder a él desde diferentes sitios. El interior es una zona enorme de caos, la oscuridad y la luz se hallan en plena lucha, y se muestra el núcleo, un objeto que representa ese mundo y que lo mantiene estable. Cuando estos planetas alcanzan cierto grado de consumición, el núcleo explota y el mundo se consume, yendo su corazón al Kingdom Hearts. La única manera de salvar estos mundos es derrotar al sincorazón que está en la zona más oscura del corazón, que suele ser muy fuerte y enorme. Aunque coger el núcleo del planeta originará su destrucción inmediata.
Sora: ¿Crees que deberíamos condenar un planeta y sus habitantes por Gabriel?
Riku: El daño que hagamos a esa gente es el mismo que habrían hecho los sincorazón, y los mundos que salvaremos resucitándolo compensan uno que estaba condenado. El problema es que aún no sabemos dónde encontrarlos.
Mickey: Creo que puedo encontrar uno, Yensid me enseñó lo básico.
Sora: ¡Qué bien! Podrías haberlo dicho antes de que buscáramos en los informes.
Mickey : Antes de que lo busque deberíamos hacer que las llaves vuelvan a sus llaveros.
Sora: De acuerdo.
El grupo llamó a las llaves, que tardaron en reaccionar pero acabaron por obedecer.
Mickey: Ahora guardad silencio, me llevará un tiempo encontrar el mundo.
Mickey se sentó en el suelo con los ojos cerrados, muy concentrado en encontrar el planeta. De repente se levantó y señaló en una dirección.
Mickey: Allí, un planeta está siendo atacado ahora mismo, tenemos poco tiempo.
Riku giró la nave hacia donde señalaba Mickey y aceleró al máximo. La nave mostró a los dos minutos una serie de planetas en el panel de mandos como “destinos posibles”. Uno de ellos tenía el inconfundible aspecto de estar siendo consumido, por lo que Riku lo seleccionó y la nave los teletransportó a él.
Kairi: Que nave más chula.
Sora: Bahamut era mejor, pero cualquier cosa es mejor que una nave gummi.
Con la nave llegaron al planeta en poco tiempo. Tenía un aspecto muy parecido al que Sora, Donald y Goofy visitaron tiempo atrás. Con ciertas dificultades, Riku consiguió aterrizar la nave en una zona estable.
Mickey: Debemos buscar una entrada al corazón.
El grupo avanzó unos metros y de repente empezaron a caer, hacia el cielo.
Sora: ¡La gravedad está alterada!
Riku: ¡Coge a Brael y vuela hacia la nave!
Entre los dos consiguieron volver a la nave aleteando desesperadamente, aunque al volver a la normalidad se dieron de cabeza contra el suelo.
Kairi: ¡Ay!
Sora: Hay que encontrar otro modo.
En ese momento vieron una nave que se detenía a unos metros de ellos, de ella descendieron unos cuantos sincorazones.
Mickey: Sigámosles, quizá nos lleven al corazón.
Ocultos bajo un hechizo de invisibilidad, el grupo siguió a los sincorazones, que iban dando bastantes rodeos, probablemente evitando zonas con alteraciones. Tras un rato siguiéndolos vieron una abertura en el suelo que emanaba una neblina oscura, los sincorazones se metieron en ella.
Sora: Vamos adentro.
Música 3
El grupo saltó por la abertura sin dudar, dentro era todo un caos. La oscuridad envolvía toda la zona, en la que se flotaba como si no hubiera gravedad. De la oscuridad empezaron a surgir sincorazones de muchos tipos, muchos nunca vistos antes por el grupo. Mientras luchaban con los sincorazones que surgían sin cesar de todas partes, el grupo se desplazó hacia el centro del enorme lugar, como atraídos por una extraña fuerza. De repente descubrieron qué los atraía; era un sincorazón, más grande que cualquiera que hubieran visto antes. Era indescriptible, con varias cabezas y miembros saliendo de cualquier parte, una mole de carne y oscuridad que miraba con sus numerosos ojos a los pequeños seres que tenía delante.
Sora: Que cosa más fea.
Kairi: ¿Cómo lo derrotamos?
Mickey: Buscad el núcleo, yo lucharé con él.
Riku: ¿Estáis seguro?
Mickey: Absolutamente.
Sora: Al menos quédate con Brael, nosotros no tardaremos.
Brael pareció entender lo que dijo Sora y se quedó junto a Mickey.
Kairi: ¡Vamos!
A Sora y Riku les costaba seguir a Kairi, debido al color negro de su ropa (si, me acabo de acordar que en el capítulo 2 le puse una ropa distinta, pero todos (incluido yo) pensamos que lleva lo rosa de KH2 ¿no?), pero pronto llegaron a una zona en la que aún quedaba luz. Allí estaba el núcleo. Era una esfera de color verde-amarillento, parecido al musgo.
Riku: Cógelo y salgamos de aquí.
Sora: Espero que no pase nada cuando la coja.
Y en cuanto la cogió, como no podía ser de otro modo, algo pasó. Toda la zona empezó a temblar mientras los tres volvían a toda velocidad a reunirse con Mickey y Brael. Estos luchaban contra el colosal sincorazón, o más bien le lanzaban ataques mágicos mientras los miembros del sincorazón los intentaban apresar.
Mickey: ¿Tenéis el núcleo?
Sora: ¡Sí! ¡Salgamos de aquí!
Mickey intentó teletransportarlos, pero no lo consiguió.
Mickey: Tendremos que salir a pata.
Riku: No me encuentro muy bien…
Sora miró a Riku, cuyos ojos estaban volviéndose amarillos.
Sora: Oh, oh… ¡Vamos rápido!
Kairi: ¡Por ahí!
Todos miraron donde Kairi señalaba, era una grieta por la que podrían salir al exterior. Se dirigieron hacia ella a toda velocidad para escapar del planeta, que parecía a punto de explotar. Cuando salieron, la nave no estaba por ninguna parte.
Mickey: ¡Espero que ahora pueda teletransportarme! ¡Si no estamos perdidos!
Mickey se concentró y todos desaparecieron de la zona, para aparecer cerca de la nave.
Kairi: ¡Salvados!
El grupo subió a toda prisa a la nave y despegaron. Una vez fuera del planeta, vieron como se comprimía cada vez más para luego explotar. Afortunadamente ya estaban lejos para que los fragmentos de planeta les alcanzaran.
Sora: Ha sido peligroso, pero tenemos el núcleo. Ahora debemos buscar el arma de un incorpóreo no elemental.
Riku: Creo que sé dónde encontrar una.
Sora: ¿De veras?
Riku: Claro que sí, ¿me dirijo hacia allá?
Mickey: Vale, no veo por qué no.
Pero en lo que nadie reparó, es que ese brillo amarillo en los ojos de Riku seguía presente, menos Brael (que se calló porque le dio la gana).
Riku activó el teletransporte a unas coordenadas sin dudar. El mundo junto al que aparecieron era oscuro, como si la luz lo hubiera abandonado.
Sora: Que mundo más siniestro.
Riku: Créeme, aquí encontraremos lo que buscamos.
La nave aterrizó en una ciudad desierta, era de noche y hacía frío. Cuando bajaron de la nave, una gran cantidad de sincorazones apareció delante de ellos.
Kairi: ¡Huyamos!
Todos se dieron la vuelta para volver a la nave, pero Riku estaba entre ellos y la puerta.
Sora: ¡Riku, mueve el culo y entra a la nave!
Riku: De aquí no se va nadie…
Sora: No, ahora no tío…
Mientras Sora decía eso, Riku se transformó en Ansem, que había tomado el control.
Ansem: Preparaos para sucumbir a la oscuridad.
Mickey: Anda ya.
Música 4
Mickey le golpeó la cara a Ansem con la llave, dejándolo grogui.
Ansem: ¿Cómo…? ¡¿Pero qué…?!
Sora: Ansem, ya no impresionas a nadie, tras dos años cargándonos todo lo que se mueve ya eres un mal menor.
Ansem: ¡Esto no quedará así!
Música 5
¿?: ¡¿Quién ha convocado estos sincorazones?!
Ansem: Eh… ¿Yo?
El desconocido que había gritado era un sincorazón con la cara tapada como el lado oscuro; con una especie de alas pequeñas y sin movimiento, más protuberancia que ala y una negra espada que parecía parte de él.
¿?: Así que tú eres aquel al que llaman Ansem, hiciste un gran trabajo creando sincorazones artificiales e invadiendo mundos, una lástima que abrieras Kingdom Hearts, ¿a quién se le ocurre? Si hubieras conseguido consumirlo habría sido un gran logro, pero la puerta se abrió en la zona de luz.
Ansem: Eh… Sí, ¿y tú quién eres?
¿?: Yo no tengo nombre, yo soy el que consume corazones, el que crea oscuridad, soy el supremo líder de los sincorazones, pero para los diálogos puedes poner JefeSinc.
Mientras Ansem y JefeSinc hablaban, Sora dijo en voz baja:
Sora: Larguémonos antes de que se acuerden de nosotros.
Sincorazón: ¡EH! ¡QUE SE ESCAPAN!
Sora: ¡Douh!
Jefesinc: Vaya… Si son los que tantos problemas nos han dado, esta vez no saldréis con vida.
Mickey: Esto sí es un mal mayor.
El grupo se preparó para un combate que no parecía que pudieran vencer, estaban rodeados de sincorazones, y no estaba Gabriel para ayudarles.
¿?: ¡Un momento!
Jefesinc (a partir de ahora JS): ¿Por qué quieres detenerme, Armudos? La Asamblea Oscura quiere a este grupo muerto.
Armudos: Ya lo sé. Por eso mismo no debes matarles.
JS: Así que estás traicionando a los tuyos. Creo que esta es la ocasión que he estado esperando. Los sincorazones estamos en un momento difícil; estamos en guerra con la Organización ∞ y la Asamblea Oscura nos mangonean a su antojo. Apenas podemos vancer a la Organización, mucho menos a la Asamblea, pero si nos dais la oportunidad no la desaprovecharemos. Los incorpóreos caerán ante nuestro poder y los oscuros serán doblegados a su debido tiempo, pero aún no estamos preparados.
Ansem: ¿Qué vamos a hacer?
JS: Vamos a simular una rendición y vamos a ir todos a la dimensión oscura, allí nos fortaleceremos esperando el momento oportuno de atacar. Armudos, eres el único oscuro en quien confío, así que voy a confiarte algo de vital importancia, el cuerno oscuro.
El señor supremo de los sincorazones sacó un cuerno elaborado con oscuridad pura.
JS: Cuando llegue el momento, toca este cuerno y regresaremos a luchar con los oscuros.
Armudos: No fallaré.
Dicho esto, todos los sincorazones se desvanecieron, y Riku volvió a la normalidad.
Sora: ¿Estás bien, Riku?
Riku: Sí… Creo que Ansem me ha abandonado completamente, ¡ya era hora!
Sora: La verdad es que era pesado de narices.
Armudos: Menos mal que vine por la señal de socorro, sino no lo contáis. ¿Me llamasteis por esto? Porque cuando he llegado no habíais empezado.
Sora: No fue por eso, fue por los cazadores.
Armudos: ¡¿LOS CAZADORES?! ¡¿DÓNDE ESTÁN?!
Sora: Gabriel acabó con ellos, pero se sacrificó para conseguirlo.
Armudos: Eso no es nada bueno… Ahora será imposible vencer a Caos. Al menos nos hemos librado de los cazadores, ahora Caos ha perdido su comodín, pero nosotros también, y el tiene mejores cartas.
Mickey: Aún hay esperanza. Nos mostró un modo de resucitarle antes de morir.
Armudos: Excelente, ¿qué necesitáis?
Mickey: El arma de un incorpóreo fuerte y no elemental, ¿cómo podemos conseguirla sin matar a uno?
Armudos: Ahora mismo voy al mundo inexistente, aturdo a uno y se la quito, dadme 10 minutos.
Armudos abrió un portal de oscuridad y entró en él. Al cabo de quince minutos apareció otro portal y Armudos salió de él con una espada doble de considerable tamaño.
Armudos: Aquí tenéis, ha sido algo difícil burlar la seguridad pero aturdir al incorpóreo fue pan comido. ¿Ahora qué?
Sora: Ahora uno debe ir al Planeta Prohibido y hacer un par de cosas.
Armudos: Vale, que vaya uno de vosotros, para el resto tengo un asunto que requiere vuestra cooperación.
Sora: Iré yo.
Kairi: Yo iré contigo y te esperaré en la nave.
Armudos: Bien, el resto vendrá en mi navecita. ¿Ese contaminado va con vosotros?
Sora: Sí, es Brael, el hermano de Gabriel.
Armudos: Él también se viene conmigo, no perdamos más tiempo.
El grupo se separó, Sora y Kairi volvieron a la nave mientras que el resto cruzaba un portal abierto por Armudos.
Mientras tanto, Caos estaba furioso…
Caos: ¡IMPOSIBLE! ¿Cómo han podido perder los cazadores? ¡SE SUPONEN QUE SON INMORTALES!
¿?: No lo sé señor. Es posible que con el tiempo se hayan debilitado.
Caos: Quizás sea eso, al menos ya no detecto la energía de Gabriel. Quizás se esté ocultando o esté herido. Manda a cinco oscuros a buscarle y envía un mensaje a Armudos para que nos informe de sus progresos en ese proyecto suyo para crear mundos oscuros.
¿?: Sí, mi maestro. ¿A quién debería mandar para buscar al Infame?
Caos: Envía a oscuros fuertes, no quiero sorpresas. Al parecer los que le acompañan se están haciendo poderosos. Envía a Maléfica, ella se ocupará de ellos mientras el resto lucha con Gabriel. Si son demasiado fuertes que se retiren, no quiero perder miembros innecesariamente.
¿?: Así se hará, maestro. Esto… ¿Me permite hacerle una pregunta algo indiscreta?
Caos: Supongo, ¿qué es?
¿?: Cuando le vi por última vez hace dos días, parecía tener unos 6 años, y ahora parece tener 8. Y hace sólo un par de meses parecía un bebé. ¿Qué pasa aquí?
Caos: No puedo decírtelo, eso estropearía parte de la historia al lector.
¿?: Es verdad, hay que mantener intrigado al lector para que siga leyendo.
Caos: Aunque el final se espera, me muero y los buenos ganan.
¿?: Bueno, últimamente los malos ganan algunas veces, aunque sea raro.
[Hacía tiempo que no ponía una pollada así de grande en el fic xD]
Sora: Kairi, es posible que no lo consiga y esta sea la última vez que nos veamos. Por eso quiero decirte algo muy importante.
Kairi: No digas nada, lo conseguirás. Tienes que conseguirlo, no puedes fallar.
Kairi le dio un beso a Sora (en la mejilla viciosos, el resto ya llegará).
Kairi: Suerte.
Sora usó el teletransportador-ese-que-te-lleva-a-un-punto-de-guardar para llegar la Planeta Prohibido.