—No, no. Estoy perfecta, no importa. Creo, creo que deberíamos irnos ya a las habitaciones —dijo la chica algo tímida, cosa que a Enok le pareció muy raro —. En cuanto a la espada, algún día que haga sol tenemos que quedar en tu habitación o en la mía para investigar sobre el tema.
Dejay se alejó con paso tranquilo mientras el sonido de aquellos relámpagos acompañaba su pasear. Pronto la tormenta los alcanzaría y si Enok no se daba prisa aquellas minúsculas gotas que caían se convertirían en goterones que le empaparían. Sin embargo, Enok quería dejar a Dejay sola para que reflexionara, ya que la veía un poco tocada por aquella espada. De todas formas, sería fácil alcanzarla. Tras esperar a que Dejay se alejara un poco, emprendió su regreso a la habitación a una distancia prudencial, eso si, no quería que Dejay pensara que era un maltratador o algo parecido.
Durante el camino de regreso, Enok dio vueltas a todo lo que había pasado: su encuentro por casualidad con la chica, la aparición de la espada, la naturaleza tan exquisita de la chica, su cambio de humor y aquella extraña tormenta. De repente un fuerte viento comenzó a azotar la pradera por la que el chico caminaba. Enok sintió que el viento podía con él. Se cubrió con los brazos, para aguantar aquella ráfaga. Parecía algo sobrenatural. Enok perdía fuerzas a paso agigantado y le resultaba muy extraño todo aquello, parecía 'artificial'. De repente una roca de aspecto enorme apareció ante él, que impulsada por el descomunal viento, rodó en dirección a Enok.
- Ya está - exclamo esbozando una risa misteriosa.
Aprovechando el rebufo que le proporcionaba la enorme roca, emprendió un sprint hacia la academia. No sabía que haría después con la roca, pero en cualquier caso, su salud era lo primero. La imagen de el chico corriendo junto a la roca resultaba realmente cómica aunque a Enok le parecía todo lo contrario. Corría con todas sus fuerzas, nunca lo había echo así de rápido. A lo lejos, cada vez la imagen de Dejay se hacía mas nítida. << En menudo lío la voy a meter...>>.
- Dejay...DEJAY, corre - gritó el Enok intentando captar la atención de la chica.
Al menos, les quedaba muy poco para llegar...