—Oye, Kousen— Yu se acercó a susurrarme a escondidas del maestro — Si no te importa....— Esperaba que me mandase a callar por cantar de manera horrible de un momento a otro— Si no te importa.... podrías decirme que es un ruiseñor?
No me esperaba para nada que me formulase una pregunta así después de su actitud anterior, ni que no supiese lo que es un ruiseñor. No debí presuponer que en todos los mundos hubiese la misma fauna y flora que en el mismo, posiblemente fuesen completamente opuestas. Terminé de cantar la última línea que me quedaba y procedí a responderle.
— Un ruiseñor es un ave — aclaré — generalmente vive cerca de rios y corrientes de agua dulce, y es muy conocido por cantar muy bien —
—¿Es una canción popular en el lugar del que vienes? —Fátima también me dirigió la palabra, al parecer interesada en la canción—. Me recuerda a la que cantaba mi madre cuando iba a lavar la ropa al río — dijo mientras fregaba tranquilamente el suelo bajo la mesa.
Escurrí bien el agua de la fregona y volví a remojarla bien, fregando una buena porción del suelo enérgicamente, esperando poder quitarnos la tarea de encima para charlar más calmadamente.
— Pues verás — carraspeé por la miel — mi madre solía cantarla cuando hacía las tareas de casa, y con el tiempo se me pegó a mí también — sonreí, divertido — Es una de esas cosas que llevas siempre de casa, además me ayuda a relajarme.
—Antes dijiste que eras de unas islas… ¿Verdad? ¿Cómo son? ¿Y tu hogar, Yu? — insistió.
— Ajá, Islas del Destino. — El nombre me traía muchos recuerdos — Es un mundo bastante bonito gracias al mar y la vegetación, pero es muy pequeño... aunque es parte de su encanto. — dije, en contradicción con mi vieja angustia de ver otros mundos aparte del mío propio, algo que ya había superado gracias a la promesa de la llave.
De repente escuché a Dejay exclamar bastante alto desde otro lado
— ¡Wuah, vaya camaleón! ¿Está desapareciendo?
¿Un camaleón? ¿En el comedor de Tierra de Partida? Más que improbable, en mi opinión. Pero cuando giré mi cabeza, era demasiado tarde. Vi como Dejay huía a toda pastilla del comedor, dejando su fregona y todo el marrón a nuestros hombros.