Por un momento mis ojos se cegaron al cruzar tal portal, la luz intensa me hizo perder el rumbo de los pasos que estaba dando. Al poco rato esta se disipo y pude observar la cantidad de rocas y pequeñas montañas que sostenían algunos árboles de hojas extendidas. Un paisaje que no era muy llamativo pero que nos daba nuevos caminos.
Este es el país de nunca jamás —dijo la maestra Nanashi —Parece que la senda de roca nos deja tres salidas desde este barranco. Podemos ver que esta, acaba a lo lejos en lo que parece ser un poblado. Las otras dos parecen adentrarse en la selva o llevar a la costa.
Lo que decía la maestra Nanashi solo nos daba a entender una cosa. Hasta aquí los acompaño yo. La misión parecía simple, investigar, pero lo que me preocupaba era si apareciese algún tipo de enemigo el cual no pudiéramos combatir. Cuando este pensamiento paso por mi cabeza la Maestra Nanashi nos facilito unos artefactos de nombre peculiar, su función era para que cuando me quedara cohibido frente a un “malo”, lo usara. Al menos eso yo encontraba que era de suma emergencia. Pero bien, los enemigos me estaban preocupando mucho, así que solo necesitábamos empezar luego.
— ¿Alguna pregunta antes de separarnos? —nos dijo Nanasihi. No habían muchas dudas. Solo empezar. Ya con mi artefacto en mano y mi convicción de que todo saldría bien, estaba listo para empezar y moví mi cabeza negando tener preguntas.
Fue cuando Zait se acercó al camino de la costa y nos preguntó —¿Os habéis decantado por alguna? — lo decía sonriendo, lo que me hacía pensar en que Zait conocía más este lugar. Pero tenía una propuesta que no evitaba decirla.
—Creo… que… sería interesante ir hacia el pueblo y conocer la vida de este lugar. Creo que nos daría alguna pista de algo o quizás nos daría el pie a una nueva alternativa… bueno… eso creo yo —terminando la frase sonrojado y agachando la mirada, sintiendo que mi opinión era solo de curiosidad.