Fecha límite: 26 de septiembre.
IvanEfectivamente, la
Marcha turquesa empezó a rodar sobre sí misma y se abalanzó hacia Ivan para dañarle. Éste, habiendo trazado el plan de antemano, engañó al
Capricho gris para intercambiar posiciones y recibió el impacto de su aliado, vapuleado en un momento, aunque Ivan se llevó por su parte su propio mini-vendaval y cayó al suelo. El posterior Piro fue suficiente para finalizar por completo el combate.
Entonces, la música cesó y todo quedó en silencio.
En aquel mundo de soledad, abrumadora para un joven como Ivan, podrían parecer que pasaban horas, pero fueron apenas unos segundos después cuando sucedió. Una joven pasó a su lado, ignorándolo, mientras avanzaba por el camino hasta el precipicio, de espaldas al aprendiz.
Sería aproximadamente de su edad, a juzgar por la altura. Tenía el cabello castaño claro recogido en una coleta alta, trenzada con lazos en la parte superior, y llevaba puesto un vestido blanco con numerosos accesorios. El resto de su aspecto era un misterio, ya que Ivan no había alcanzado a verla de frente.
Se llevó una mano a la oreja, relajando los hombros mientras se dejaba llevar por una música que Ivan no escuchaba.
―
¡Qué bonita melodía, Maestro! ―exclamó, entusiasmada―.
¿Fue aquí? ¿Es este el lugar del que procede la Maestra?Y tal y como había llegado, Ivan se desvaneció de pronto de aquel mundo musical.
PV de Ivan: 18/28
PH de Ivan: 9/22
Edge, Exuy e Ivan [Pichu e Ilana]Edge insertó la partitura en la cerradura. Se escuchó un chasquido y la puerta se abrió sin dificultad, dejándoles acceder a otra sala circular. Y, como había pasado anteriormente, se quedó con la partitura que contenía a Alec y finalizó la melodía.
La pregunta de Exuy quedó respondida cuando, repentinamente, el mismo sonido ensordecedor que se llevó a Ivan lo trajo de vuelta. O, al menos, eso ocurrió, aunque en otro lugar diferente, pese a que todos escucharon el conocido ruido. Ivan apareció en la puerta de la segunda sala, donde los demás habían dejado su partitura, razón por la que andaría un poco perdido. Si decidía subir, encontraría todas las puertas abiertas a su paso.
Por otro lado, en la sala circular a la que habían llegado Edge y Exuy, además de Pichu e Ilana, era diferente. No había atril. No había partitura.
Sólo juguetes. Montañas y montañas de juguetes. Había peluches, de toda clase de animales y sincorazón; bloques de piezas, montados y sin montar; muñecas, aunque la mayoría estaban descabezadas; vehículos, desde coches hasta barcos… Todo, por supuesto, desordenado, hasta llenar por completo una habitación por la que no se podía pasar sin meter el pie en veinte centímetros de profundidad del mar de juguetes.
Y ninguna explicación de lo que sería la “prueba”. Shinju no apareció, ni dio muestras ni intención de hacerlo pronto. Desde luego, contando que estaban en su juego, debía ser francamente frustrante no saber ni a qué reglas atenerse.
Por otro lado, si se acercaban a la puerta opuesta, verían un mensaje grabado en ella:
Tenéis que divertiros mucho el poco tiempo que os queda. Os estoy preparando algo. Mientras, he dejado que entréis en mi habitación de juegos. ¡Usadla bien!Nada de aquello podía salir bien.
AlecLa flor reaccionó al golpe como, seguramente, Alec no esperaba. Se fue encogiendo sobre sí misma, disminuyendo algo en su tamaño, marchitando cada pétalo y cada hoja que antes exhibía con orgullo. Toda la vida que antes había desprendido se evaporaba a cada segundo. Incluso la armoniosa música que acompañaba a aquel recinto parecía acompañar su dolor.
Como atraído por el sufrimiento ajeno, un sincorazón enorme apareció sobre ella. Tenía forma de dragón, de color verde, y miraba fijamente al suelo. A su presa.
Se lanzó en picado hacia la flor, posándose al lado contrario de Alec, a quien ignoraba, y comenzando a comerse lo poco que quedaba de ella. En menos de diez bocados la devoraría por completo.
PV de Alec: 14/14
PH de Alec: 18/18