Xefil—
¿Hay alguien vigilando la Piedra Angular, entonces? —la pregunta del aprendiz hizo que toda la estancia se mantuviese en un sepulcral silencio—.
Entiendo que la vida de Su Majestad esté en peligro, pero si realmente se puede cambiar el pasado, entonces proteger la Piedra es igual de importante.
>>Y envió a sus dos mejores... "hombres" al campo, Su Majestad —hizo incapié en aquel hecho—.
¿Está... está la Piedra a salvo?Los tres portadores de la llave espada se intercambiaron unas rápidas miradas que dejaban ver un deje de preocupación y nerviosismo.
El primero en actuar fue Ronin, que empezó a caminar hacia la salida.
—
Xefil, nos vamos. Kazuki, quedate con el rey.—
S-sí.KairiLa joven no pudo ver lo que pasó con Goofy y el guardia ya que decidió ir en busca de aquella persona que había visto. Kairi siguió como pudo por los callejones a la silueta atravesando las largas y laberínticas callejuelas hasta que finalmente... Un camino sin escapatoria para aquella misteriosa persona.
El sonido de un reloj llegó hasta ella cuando se aproximó a aquella persona que vestía con una larga túnica negra y que además llevaba puesta una capucha. Sin embargo, sus rasgos eran inconfundibles.
Aquella persona era una mujer que ella conocía. Se trataba de Chihiro, la chica que había visto en los recuerdos de Kazuki.
Pero por alguna extraña razón, su cuerpo no tenía color. Estaba en blanco y negro, como si hubiesen sintonizado una televisión vieja y... aquel tic tac parecía ganar intensidad, casi parecía que era el propio cuerpo de la chica lo que provocaba aquel sonido.
La mujer dedicó una sonrisa a Kairi, pero no era amabilidad lo que mostraban sus preciosos labios, era frialdad y una crueldad extrema.
Chihiro movió la boca como si dijese algo que no pudo ser escuchado y en ese mismo instante Kairi se notó extremadamente cansada. No estaba herida, pero era como si todo su cuerpo se hubiese vuelto más lento y torpe y si la chica miraba sus propias manos... Vería dos manos huesudas y arrugadas, como los de una anciana.
Los labios de la mujer de blanco y negro se dibujaron en una mueca triunfal que tras unos momentos desapareció sin dejar rastro tras una especie de distorsión en el espacio.
Kairi ha envejecido hasta los 60 años.
AlecEfectivamente, la puerta se abrió gracias al poder de la Llave Espada dejando la puerta de la imprenta entreabierta. Alec entró el primero, ya que Donald no parecía muy seguro ante aquella idea.
La primera parte del lugar no tenía nada en especial, tan solo un mostrador con varias listas y albaranes incluyendo algunos en los que se hacía mención a un comic de un tal "Super Tepe".
La sorpresa se la llevaría al atravesar la puerta que llevaba a la trastienda. Maniatado se encontraba un hombre que al igual que la mayoría de población del mundo era un animaloide con cierto parecido con los humanos. El mago se aproximó a aquella persona y retiró el esparadrapo que cubría su boca para dejarle hablar.
Aquel lugar no era mucho más grande, había varias impresoras enormes y tan solo una bombilla iluminaba aquella estancia. La luz era más que insuficiente, pero dejaba ver que a los lados había pilas y pilas de comics de aquel tal Tepe.
—Menos mal que alguien ha venido —lloriqueó—. Ella es peligrosa, demasiado. ¡Tenemos que irnos! ¡Tenemos que...!
—
¿A dónde decíais que ibais?De entre las sombras apareció la esbelta figura de una mujer de cabello blanquecino y un traje negro con diferentes adornos que lo hacían parecer una especie de uniforme militar. Su cuerpo parecía producir alguna especie de sonido similar al de unas manecillas de un reloj y sus ojos brillaban ligeramente, como imbuidos en magia.
—
¡Tu eres Chihiro! —señaló el pato. En su mano apareció un peculiar báculo que parecía llevar una especie de gorro de brujo y que tenía la forma de la cabeza del rey Mickey.
El mago alzó su báculo hacia el cielo y un
Electro + descendió desde el techo en dirección a la mujer. Pero el ataque ni siquiera le rozó e incluso se diría que la traspasó limpiamente sin provocar ni un solo daño en ella.
—
¿Eso es todo?—frunció el ceño—.
Tan inútiles como siempre —sentenció.
El pato dio un paso hacia atrás mostrando sus... ¿Dientes? con cierta rabia.
—
Es la hora, ya no podéis hacer nada para evitar lo que se os viene encima.IlanaSin embargo, Chihiro no había contado con una pequeña gata que había perseguido a sus aliados.
La valiente gata, que de alguna manera había conseguido apartar su miedo hacia los perros se lanzó hacia la señora (que a su vez parecía su líder) arañando su cara.
Nadie se había podido esperar un ataque (y menos por algo que no podían ver) por lo que el susto hizo que tardasen en reaccionar. La herida que Ilana hizo logró cegar a la mujer gracias a la sangre que caía sobre sus pestañas y varios de los subordinados de la mujer se arrodillaron a su alrededor con preocupación mientras lloriqueaban como unas nenazas.
—¡Mataremos a quien haya hecho esto! —exclamó uno de los perros animando a otros dos más a que le acompañasen.
Ilana de alguna forma había conseguido lo que quería y aquellos animaloides parecían haberse olvidado de su misión para simplemente perseguir a la gata, que aunque era invisible parecían poder rastrearla en aquel momento ya que estaban utilizando su olfato perruno.
—¡Ahí está! —señaló uno de los tres precisamente en dirección a donde Ilana se encontraba.
MayaPor desgracia para Maya, aunque el hombre pareció creer a la chica éste no bajó la guardia ya que esperaba que se marchase.
Pero no fue así, por lo que Maya, viendo que su plan no surtió efecto invocó su llave espada. Pete pareció reconocer el arma y soltó un rugido de enfado decidido a lanzar aquella bola de jugar a los bolos contra ella, pero no fue capaz.
Una nube de humo rosada salió desde la boca de Maya. De alguna forma, el misterioso individuo pareció verse afectado por una especie de borrachera que le dejó aturdido.
Ese momento, lo utilizó la aprendiza para robarle aquel aparato que no tardó en encontrar en su bolsillo.
Se trataba de un teléfono (o algo para enviar mensajes al menos) con un teclado pequeño. En cuanto lo revisase vería que había varios mensajes entre los enviados que mencionaban un plan para desbaratar las defensas y toda la seguridad del castillo. El último mensaje enviado decía claramente que era la hora para iniciar el plan "Revolución". ¿Pero había empezado ya realmente?
No parecía ser así, puesto que las defensas mágicas seguían funcionando y nada había indicado lo contrario.
En el momento
o en el que la magia de Maya desaparecía Ronin, acompañado de Xefil aparecieron por la puerta.
—
¡Maya! ¿Estás bien? —preguntó el Maestro, que corrió hasta quedar a su lado—.
¿Quién es ese?La criatura soltó una fuerte carcajada.
—
Así que no me conocéis... ¡Pues es hora de que lo hagais! —el misterioso personaje agitó su capa y un montón de bombas surgieron de su interior siendo repartidas por toda la sala del trono. Las mechas se iban acortando indicando que iban a explotar en breve.