[Especial libre] La mansión encantada

por **Sombra** » Dom Nov 02, 2014 8:29 pm

En cuanto atravesé la puerta Fantasma nos encontramos en una lujosa habitación, pero con un ambiente opresor y siniestro. Las únicas luces eran las de unas velas que formaban tétricas sombras que se proyectaban y alargaban agitándose ligeramente con el suave movimiento de las llamas haciendo que se asemejasen a peligrosas garras.

Desde el techo, como un fantasma surgió alguien a quien conocía; Shinju, apodada como "La Adorable Fantasma".

—¡Ya era hora! —exclamó la joven, que parecía carecer de masa y cuerpo puesto que flotaba en el aire y su silueta era transparente. Su apodo jamás podría haber sido más literal.

Señaló a Fyk con su dedo de manera acusadora:

—¡Oye, aquí la fantasma soy yo, plagiador!

En ese momento, la muchacha trató de golpear al alienígena, sin emgargo cuando su pierna trató de darle la patada simplemente atravesó su cuerpo demostrando que realmente no poseía cuerpo y que era un mero espíritu.

—¡Ups, no me acordaba! —se dio cuenta en ese momento del problemilla de ser una fantasma—. ¿Qué tenía que hacer ahora...?

»¡Ah, sí! Ronin quiere que juegue un poco con vosotros antes de que os vayáis. Si ganáis, os tengo que dar un estúpido caramelo. Si perdéis, os coméis los mocos y os quitaré uno.

<<¿Pero qué hace ésta ayudando a Ronin?>>

La muchacha chasqueó los dedos y entonces, desde el techo surgió del mismo modo que Shinju había aparecido Lolo; su mascota y que ahora también tenía una apariencia fantasmal.

—¿Preparados? ¡Pues a ver si podéis encontrarme! Pero aseguraros de que sea yo...

Y tanto la fantasma como su compañero se desvanecieron en un humo blanquecino. Acto seguido tres de los objetos de la habitación empezaron a brillar; La cama, el peluche y un espejo sobre un tocador. Vi a unos pocos dirigirse al peluche, sin embargo yo creía que Shinju era una chica bastante coqueta (solo hacía falta ver como se maquillaba y vestía todos los días) por lo que lo más probable era que se hubiese escondido alli.

—¿Dónde estoy?

Tras meditar unos instantes me coloqué frente al espejo escogiendo mi propia decisión.

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por **Marioxulo** » Dom Nov 02, 2014 9:47 pm

—¡Vamonos!¡Caramelo para mi!

Nada más salir por la puerta, grite esto con ilusión. Me sentía afortunado por haber conseguido aquel caramelo, además de haber saciado mi hambre con el pequeño festín que había en dentro de la puerta.

Delante de mi se encontraba, de nuevo, tres puertas, pero sin embargo estas no tenían colores: una tenía un fantasma, otra un zombie y otra una calabaza.

La gente ya estaba empezando a moverse, y tenía que elegir rápido. Así que, en vista a que los zombies me parecían repugnantes y la calabaza nunca me había gustado, me decante por la del fantasma.

y de repente, mientras entraba por aquella puerta, una niña fantasma bajo del techo, y se encaró hacia nosotros.

—¡Ya era hora! —exclamó aquel fantasma, que parecía llevar un buen rato esperándonos.

De repente, reparó en aquella cesta flotante que había junto a nosotros.

—¡Oye, aquí la fantasma soy yo, plagiador! —dijo mientras le pegaba a aquella cesta flotante, o al menos intentaba.

Tras un par de intentos, la chiquilla desistió y volvió a dirigirnos la palabra.

—¡Ups, no me acordaba! —parecía estar haciendo memoria—. ¿Qué tenía que hacer ahora...?

»¡Ah, sí! Ronin quiere que juegue un poco con vosotros antes de que os vayáis. Si ganáis, os tengo que dar un estúpido caramelo. Si perdéis, os coméis los mocos y os quitaré uno.

—Si hay caramelos de por medio, no tienes nada que hacer entonces.

Chasqueó los dedos, y de la misma forma que ella había aparecido, lo hizo un loro de color blanco.

—¿Preparados? ¡Pues a ver si podéis encontrarme! Pero aseguraros de que sea yo...

La chica y el loro se desvanecieron, y justo después, tres objetos de la sala brillaron durante un instante: una cama, un espejo y un peluche de un oso blanco.

—¿Dónde estoy?

Me paré a pensar detenidamente. Lo más lógico es que se hubiese escondido en el peluche, pero sabiendo esto, ella podría haber ido a otro lado. Pero como no sabía si aquella chica había pensado esto, decidí simplemente elegirlo entre el peluche y el espejo. Saqué una moneda y me dije para mi mismo:

—Cara el peluche, cruz el espejo.

Lancé la moneda, dio varias vueltas en el aire y la agarré antes de que cayese. La puse contra la palma de mi mano y levanté la mano: cara. Me acerqué al peluche para comprobarlo por mi mismo.

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por **GonaxHS** » Dom Nov 02, 2014 10:44 pm

La sala fantasma era una habitación tétrica, iluminada solo por velas, y con una decoración muy recargada.

—¡Ya era hora!

Y parecía que era Shinju la "inquilina", la aprendiz que había conocido en mi primera misión. Solo que entonces no era... bueno, ni era transparente ni flotaba. Y al parecer no le sentó bien la presencia de otro fantasma en la sala. Intentó patearlo pero, como suele pasar con los fantasmas, no pudo mas que atravesarlo.

»¡Ah, sí! Ronin quiere que juegue un poco con vosotros antes de que os vayáis. Si ganáis, os tengo que dar un estúpido caramelo. Si perdéis, os coméis los mocos y os quitaré uno.

Chasqueó los dedos y esta vez quien apareció fue un loro blanco, también fantasmagórico.

—¿Preparados? ¡Pues a ver si podéis encontrarme! Pero aseguraros de que sea yo...

Entonces se deshicieron en sendas nubes de humo, y tres objetos de la sala comenzaron a brillar. La enorme cama que se encontraba en el centro, uno de los muchos peluches y un gran espejo sobre un tocador.

—¿Dónde estoy?

Descarté al peluche, pensé que el loro probablemente estaría dentro. Entre la cama y el espejo... no tenia ninguna razón en especial para escoger o desechar ninguno, así que escogí el espejo.

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por **Crystal** » Dom Nov 02, 2014 11:01 pm

Cuando entré, quedé sorprendida por la decoración de aquella sala ¡Todo estaba decorado con calabazas! Le daba un aire de Halloween especial, y no pude evitar sonreír; que buen espíritu de fiesta rondaba por allí.

—Por fin habéis llegado.

Una voz me sacó de mis pensamientos. Una mujer vestida de calabaza gigante se acercó a todos los presentes. No la conocía de nada, pero no me inspiró mucha confianza; a decir verdad, por unos instantes empecé a pensar que de verdad estuviese fusionada con una calabaza.

—Me aburría taaanto yo sola —comentó, acariciando la barbilla de uno de los presentes. ¿Le estaría tirando fichas con tanto descaro?—. Venís a acompañarme un poco, ¿verdad?

»Oh, no os preocupéis. Podréis iros pronto. Pero primero, tenéis que comer. La alimentación es importante, ¿sabéis?

Y acto seguido nos mostró una serie de pastelitos con una pinta increíble. Y parecían cargados de azúcar. Creía que iba a morirme si no iba a comerlos en ese mismo instante.

—¡Comed, comed! Pero sólo uno por cabeza, no hay que ser glotones...

¿Cuál debería coger? Me gustan ambas cosas... Y solo puedo coger una...

No tenía miedo de arriesgarme, pues tampoco tenía nada que perder; en la elección de la sala anterior había sido poco prudente y había escogido mal. Así pues, cogí un pastelito al azar y lo saboreé hasta que se acabó. Fue demasiado efímero su sabor. Me quedé con ganas de coger otro...

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por **RedXIII** » Lun Nov 03, 2014 12:06 am

La caja, que hasta aquel momento se había presentado como un inerte objeto que seguía aprendices, empezó a moverse de forma brusca cuando Diana le guiño el ojo.

>>¿Me habrá descubierto? Y yo que creía que mi disfraz era perfecto.

Dejando de eso a un lado debía elegir un pastelito de esos, teniendo en cuenta que la sala y la propia Diana estaban disfrazados de Calabaza todo apuntaba a que la mejor elección, independientemente de su sabor, aspecto o el gusto de quien la escogiera, era el pastelito de calabaza, la verdad es que todas aquellas pruebas y tejemanejes eran muy sonados y seguramente lo que les depararía a continuación sería peor, así que no podía quejarse demasiado despues de un descanso leve.

Se acercó a los pastelillos y levantó la caja hasta poder coger uno de calabaza con la mano y volver a cubrir todo su cuerpo con dicho objeto de cartón mientras ingería aquella cosa.

—Nomnomnomnomnomnom. Ahh, so filling! Hahaha! —

por **Final Fan** » Lun Nov 03, 2014 1:39 am

Emití el grito más espeluznante que fui capaz de articular en cuanto la fantasma me intentó dar aquella patada. Desde el fondo de la garganta, con ansia. El eco de la habitación ayudó a mejorar el efecto.

En cuanto nos dijo que teníamos que elegir una de aquellas tres cosas, seguí haciendo ruiditos de fantasma haciendo temblar la calabaza sobre las cabezas del resto de aprendices para fomentar el ambiente. En cuanto me cansé, me acerqué a la cama pensando que sería ahí en donde estaría el premio gordo.

por **Astro** » Lun Nov 03, 2014 1:46 am

Puerta fantasma
Saxor, Ragun y Gonax tentaron al destino con el espejo. Pero cuando los tres aprendices se acercaron, allí no ocurrió nada. Simplemente, vieron su reflejo. Ahí no había nadie.

Por otra parte, Aru, Nicoxa y Lyon probaron suerte con el peluche gigante. Lo que salió de su interior fue el precioso ejemplar de loro blanco fantasmal, más conocido como Lolo, que hizo un círculo volando a su alrededor antes de soltar un graznido aterrador. Con un rápido movimiento, el pájaro les quitó a cada uno un caramelo de su cesta.

—¡Os he engañado, pardillos! —se mofó Shinju, saliendo de la cama—. ¡Inocen...!

Entonces se percató: quedaba un último aprendiz, que había elegido la cama. Al darse cuenta, incluso su fantasmal cara trasparente se puso roja de ira.

—¡¡ENCIMA DE PLAGIADOR, ERES UN ACOSADOR!! —protestó, montando una pataleta en pleno aire—. ¡¡TE ODIO!!

Con mucha mala leche arrojó un caramelo hacia Fyk, acertando en toda la frente. Le sacó la lengua, silbó para que Lolo acudiera a su hombro, y tanto dueña como mascota se desvanecieron en el aire.

La puerta se abrió. Podían avanzar.

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Puerta calabaza
4 aprendices eligieron calabaza. 4 aprendices eligieron chocolate.

La reacción de Diana no se hizo esperar.

—¡Cómo os atrevéis a comeros a esos chiquitines! ¡¡Monstruos!! —Multitud de largas y tenebrosas enredaderas empezaron a crecer de todas las calabazas presentes en la sala—. ¡¡Asesinos!!

Su ira, por cierto, estaba en los cuatro que habían osado a comerse un pastelito de calabaza: Kairi, Bavol, Freya y Hiro. Todas las plantas presentes se abalanzaron sobre ellos y les lincharon a golpe de latigazos vegetales, dándoles su merecido por semejante crimen.

Cuando acabaron, además de muchos golpes, descubrirían que habían perdido un caramelo de su cesta. Menos Freya y Hiro, que directamente no tenían ninguno.

Los otros aprendices (Malik, Fátima, Simbad y Gata), por su parte, tuvieron el placer de encontrar un caramelo al fondo de su pastelito. Que, por cierto, estaba delicioso.

—¡Marchaos! —rugió Diana, señalando hacia la puerta que se había abierto—. ¡Antes de que cambie de opinión y haga pastelitos con vosotros!

Los aprendices poco tardarían en marcharse visto el panorama. Aunque, antes de salir, una coqueta enredadera le daría un golpecito al culo del cazavampiros Malik.

Podían avanzar.

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TODOS
Los aprendices de las puertas Fantasma y Calabaza salieron de ellas para toparse con un nuevo pasillo, prácticamente igual que el otro. Oscuro, poco iluminado, y con retratos colgados en las paredes. Pero esta vez quien salía en los cuadros no era Ronin, eran varias personas: los que habían entrado en la puerta Zombie.

Había un cuadro por cada aprendiz que había entrado allí. Todos salían con cara de terror, de pánico, de querer cagarse encima. Al pie del marco, había una pequeña inscripción idéntica para todos: Descanse en paz.

Sobraba decir que ninguno de ellos había salido de la habitación Zombie. Y, si alguno intentaba entrar para ir en su rescate, descubriría que era imposible. Malditas puertas.

Hablando de puertas, y como no podía ser diferente, un nuevo trío de ellas se presentó ante los aprendices. Tres puertas, bastante lujosas a decir verdad, del mismo color para cada una con un cartel diferente.

Invisible, Payaso y Diablo.

Esas nuevas las nuevas pistas que tenían.

Tres nuevas puertas, tres nuevos destinos posibles.

¿Quieres saber cuál eligió cada uno...?

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por **Saxor** » Lun Nov 03, 2014 10:35 am

Desafortunadamente, la no tan adorada fantasma no se encontraba en el espejo. Tampoco estaba en el peluche que eligieron el resto de los aprendices, ya que fue el loro quien apareció en su lugar. Al menos me libré del ataque del maldito loro.

—¡Os he engañado, pardillos! ¡Inocen...! —Shinju salió de la cama burlona, pero se cortó al ver una cesta de calavazas flotante cerca de la misma... —¡¡ENCIMA DE PLAGIADOR, ERES UN ACOSADOR!! ¡¡TE ODIO!!

La enrabietada fantasma lanzó un caramelo que no parecía que fuera a dar en ningún lugar... Salvo que efectivamente sí golpeó, ya que su trayectoria se frenó de golpe. ¿Habría un aprendiz realmente sosteniendo esa cesta de calabaza? Mientras me preguntaba quién sería, la puerta de salida se abrió en cuanto los fantasmas desaparecieron.

Al salir llegamos a otro pasillo, con más cuadros... Pero aquella vez no eran con graciosas poses del Maestro Ronin. En vez de eso, aprendices que ahora no estaban por ninguna parte estaban pintados en ellos, con unas palabras: Descanse en paz. Además, mostraban claras expresiones de terror. ¿Qué estaba ocurriendo en aquella mansión?

—Esto es malo...

Intenté retroceder para buscarlos, pero las puertas ya no estaban, al igual que en el pasillo anterior. Gruñí de rabia, dando un golpe a la pared. Si la única manera de salir era llegando hasta el final... Me acerqué muy enfadado hacia una de las puertas y la atravesé con determinación: Iba a salir de allí.

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por **Sito** » Lun Nov 03, 2014 2:27 pm

Estaba convencidísima de que la niña estaría escondida en el peluche. Pero no fue así: el loro fantasmal salió de él, como si el oso se lo hubiera zampado y el espíritu de su víctima ascendiera al cielo.

«¡¿No podría ascender y ya está?!».

Por lo visto no. Le robó un caramelo a ella y a los otros dos desafortunados que escogieron el mismo objeto.

—¡¡Mi caramelindo!! — extendió el brazo hacia arriba para intentar recuperarlo, pero fue un esfuerzo inútil. El loro se había desvanecido junto a la niña, que por cierto estaba escondida en la cama. Nada salió como ella esperaba.

Nicoxa se giró y miró con ojos llorosos a los otros dos aprendices que eligieron el peluche.

—¡Gafes! —Nico se acurrucó en el suelo y se encogió lentamente tal y como habría hecho un gusano, haciendo una "C", para asimilar que había perdido su único caramelo. Quería llegar al final de la mansión y no iba por el buen camino, necesitaba un momento para pensar...

Al final, abandonó la habitación fantasma sin poder contener una cara que manifestaba odio extremo hacia el loro. Sin embargo, su odio se desvaneció completamente al ver el lugar en el que estaba: un pasillo como el que daba a las puertas fantasma, zombie y calabaza, pero tenía otras tres puertas distintas y... cuadros.

Cuadros de los aprendices que pasaron por la puerta Zombie. Y todos con la misma inscripción: "Descanse en paz". Entonces reparó en un cuadro que mostraba a su amiga enfermera. La pobre tenía una cara terrorífica de necesitar urgentemente ir al baño y que entristeció mucho a Nicoxa.

Ninguno de los aprendices que cruzaron aquella puerta había regresado... ¿Iba en serio lo que ponía en las inscripciones de los cuadros?

Nico empezó a sentirse mal por haberse comportado así en la puerta fantasma, su actitud fue tan infantil y exagerada en comparación con lo que había ocurrido en la otra... Se acercó a los chicos a los que llamó gafes y se disculpó.

Volvió hacia el cuadro de Colibritany y lo acarició mientras las lágrimas salían incontrolables y caían en la cesta. La miró.

«Al menos ahora hay algo en la cesta».

Nicoxa estaba triste y volvió a acurrucarse en el suelo —con lo que le gustaba hacer eso parecía que el suelo era realmente cómodo— fijándose en el resto de cuadros y pensando en Coli y los otros aprendices. Se dijo a si misma que lo que había ocurrido no podía ser real y que intentaría llegar al final para solucionarlo todo.

Levantándose con dificultad, analizó las tres puertas que tenían que elegir en aquella ocasión: Invisible, Payaso, Diablo.

Invisible le parecía una opción segura, similar a fantasma. Aunque recordó que las cosas invisibles seguían poseyendo un cuerpo físico... y no le atraía demasiado la idea de enfrentarse a algo que no podía ver. El Diablo era la máxima expresión de la maldad, quizás el mismo infierno se encontraba tras aquella puerta. Payaso... los payasos eran siniestros a veces, y existía la posibilidad de que tras aquella puerta hubiera algún asesino psicópata disfrazado de uno.

Sin embargo, el trabajo de los payasos era hacer reír. Y Nicoxa necesitaba mejorar su humor urgentemente, así que cruzó aquella puerta con la esperanza de encontrar algún otro caramelindo con el que volver a llenar la cesta.

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por **Soul Eater** » Lun Nov 03, 2014 2:37 pm

El chillido de la rubia calabaza estuvo a punto de hacer que me atragantara con la comida, y retrocedí un par de pasos al ver como toda la habitación se llenaba de enredaderas. Contuve la respiración durante unos instantes, hasta comprobar que en el interior del pastel había un caramelo negro. Esbocé una sonrisa de alivio, mientras comprobaba casi divertida la paliza que se estaban llevando los otros aprendices (especialmente porque uno de ellos se parecía a un perro).

Después de todo, iba a ser verdad que se trataba únicamente de una fiesta, típica de ese mundo. ¡Inocente de mí! Guardé el caramelo en la cesta y continué hasta cruzar la puerta y dar lugar a un nuevo pasillo donde me encontré con... ¿el resto de aprendices?

No, no podía ser. Había algo que fallaba en todo eso. Tenía la impresión de que antes no éramos tan pocos. ¿Dónde estaba la momia que vi en el hall? ¿Y esa chica vestida con una camisa blanca y tacones rojos que parecía haberse equivocado de temática? ¿Por qué no se había abierto la puerta de la habitación central?

La respuesta me llegó muy pronto, e hizo que todos los pelos de mi cuerpo se erizaran como los de un gato asustado. ¿De dónde habían salido esos cuadros? ¡Pero si estaba hasta Saeko, con el rostro deformado en una mueca de terror! ¿Qué podía haber sucedido en esa habitación cerrada? El corazón empezó a latirme con rapidez, y traté de convencerme de que realmente no teníamos ninguna prueba de que algo malo les hubiera sucedido, y podía ser simplemente una broma.

Pero entonces, ¿por qué no estaban allí? Avancé casi corriendo por el pasillo, para librarme lo antes posible de la visión de los cuadros, hasta toparme con tres nuevas puertas. ¿Cuánto iba a durar aquello? Sea como fuera, parecía que antes había tenido suerte... Suerte... que mi vida pudiera estar pendiendo del azar me resultaba tremendamente horrible.

"Invisible", "payaso" y "diablo"... teniendo en cuenta que yo iba vestida como una diablesa, siempre podía tener más oportunidades en la última habitación... o por lo menos, eso era lo que esperaba mientras cruzaba la puerta.

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por **Sombra** » Lun Nov 03, 2014 6:00 pm

Ni Saxor ni ninguno de los otros aprendices que habíamos optado por buscar en el espejo habíamos logrado encontrar a Shinju (ni a Lolo), la fantasma se había ocultado en la cama, como había descubierto Fyk.

Salí de la habitación decepcionado. Tenía muy mala suerte, no solo no había encontrado ningún caramelo, me habían quitado el que tenía. No sabía cuanto más quedaba por explorar de mansión, pero lo cierto era que me mosqueaba no conseguir nada de nada.

—¡Qué inyusticia!

Me di cuenta de que en el nuevo pasillo había varios cuadros de personas con caras aterradas. Aquellas personas coincidían con los que habían escogido entrar en la Habitación Zombie... Y nadie salía de aquella puerta.

<<¿Qué demonios ha ocurrido ahí?>>

Las tres nuevas puertas (idénticas entre ellas) tenían nuevos carteles donde rezaban "Invisible", "Demonio" y "Payaso". Siguiendo la lógica de la anterior sala, donde la "Fantasma" era Shinju, Alexis (que era la única Zombie que conocía) podría haber estado en la puerta Zombie y por tanto Diana en la calabaza (Aunque a ella le pegaba más un sucubo una calabaza le pegaba si teníamos en cuenta las enredaderas que siempe llevaba encima)

Si tenía en cuenta a las personas que conocía... ¿A quién asignaría aquellas puertas?

—Villanos Finales —medité ensimismado.

Claro, Kefka era el Payaso, el Demonio podía ser Rubicante y el Invisible... ¿Seimour? Si tenía que elegir prefería quedarme con Rubicante, la verdad. Seimour era un hijo de perra y Kefka disfrutaba con la tortura como nadie... Por tanto...

—Escogeré la puerta Demonio —decidí caminando hacia ella.

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por **Kairi** » Lun Nov 03, 2014 7:04 pm

Fue una mala elección. Independientemente del sabor que tuviera, el de chocolate era al final la opción correcta y la más deliciosa.

- ¡Cómo os atrevéis a comeros a esos chiquitines! ¡¡Monstruos!! - exclamó Diana furiosa a los que habían elegido el de calabaza - . ¡¡Asesinos!!

De las calabazas del huerto empezaron a crecer numerosas zarzas que se liaron a latigazos con ellos.

- ¡Ay! ¡¿Y si son tus chiquitines por qué los has hecho pastel?! - gritó dolorida Kairi. Definitivamente no tendría que haberse fiado de esa mujer. Por si fuera poco, el único caramelo que había en su cesta había desaparecido.

- ¡Marchaos! - gritó Diana señalando la puerta de salida - . ¡Antes de que cambie de opinión y haga pastelitos con vosotros!

Al menos había comido pastel y hacer enfurecer a Diana no había estado mal. Kairi cruzó la puerta que volvía a llevarla a un pasillo largo y oscuro que terminaba en otra habitación con los aprendices de las otras puertas. Pero había algo raro... Eran menos que antes. Y además los que no estaban ahora aparecían en cuadros que estaban por toda la habitación, todos con una cara de sufrimiento y horror. Y en todos ponía la frase Descanse en paz. ¿De verdad habían... muerto?

Desgraciadamente Kairi no podía volver atrás. Otra vez tenía que elegir entre tres puertas, Invisible, Payaso o Diablo. De nuevo se fue a por la única que no se refería a algo maléfico o aterrador. Cruzó la puerta Payaso.

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por **GonaxHS** » Lun Nov 03, 2014 7:08 pm

Tal y como yo había pensado, el loro estaba en el espejo. Hasta ahí bien. Después, escogiendo el espejo por azar, no hubo tanta suerte: no estaba Shinju. Ella estaba en la cama, donde estaba el fantasmita afortunado, el único que recibió caramelo. La puerta se abrió. Podíamos avanzar.

La siguiente sala era prácticamente igual que la anterior. También estaba decorada con cuadros, pero esta vez no eran retratos del anfitrión. Eran algunos de los invitados a la fiesta. Los que cruzaron la puerta zombie. Al darme la vuelta comprobé que salían algunos aprendices tanto de fantasma como de calabaza. Sin embargo, la de Zombie permaneció cerrada. Fue entonces cuando me di cuenta de la inscripción que había bajo cada cuadro.

<<Descanse en paz>>

Me lamenté por ellos. La fiesta cada vez me gustaba menos. Y, como no, había otras tres puertas esperando. Payaso, Invisible y Diablo. Ninguna de las tres me inspiraba confianza. Así que, guiándome por el instinto, escogí Diablo.

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Canal de youtube · por **xXOrbOOkXx** » Lun Nov 03, 2014 7:14 pm

Aquella mujer nos echó, sin más. Estaba como una cabra, pero me alegré al comprobar que tenía un caramelo más.

El dulzor del chocolate en mi boca me reconfortó por lo menos.

Al salir de la habitación de calabaza me topé con que éramos menos personas... y unos cuadros más adelante me dijeron por qué: estaban muertos. Los rostros desfigurados por el terror estaban plasmados en aquellos marcos, con la inscripción de "descanse en paz" abajo. Un sudor frío me recorrió la espalda, pensando en que quizá yo fuera el siguiente. ¿Estarían muertos de verdad? Deseché la idea.

Volviendo al tema principal, habían otras tres puertas: Diablo, payaso e invisible.

Un demonio era una criatura atroz salida del mismísimo infierno, pero yo no creía en esas cosas. Los payasos podían ser francamente siniestros a veces, y algo invisible... podría ser un fantasma o cualquier cosa.

Me quedé con Demonio, quizá aquel ser podía ofrecernos algún tipo de treta.

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por **Tanis** » Lun Nov 03, 2014 9:44 pm

En cuanto mordió de más el pastelito y encontró algo duro en él, se dio cuenta de que esa vez habían acertado con la prueba. Un caramelo se encontraba dentro de todo bollo de chocolate y Malik se apresuró a meterlo dentro de la cesta con forma de calabaza, pensando que al menos... bueno, las cosas podían mejorar.

Sintió algo de pena por los pobres aprendices que habían escogido los pasteles de calabaza, ofendiendo así a la guardiana de la habitación y provocando que una furibunda maraña de plantas azotasen y los golpeasen. Meneó la cabeza y salió al pasillo, sin darle una mirada de más a la mujer calabaza. Una vez allí se dio cuenta de que... salía gente de la puerta fantasma, pero ninguna de la puerta zombie, y sin querer su vista tropezó con los cuadros que adornaban las paredes.

—Dios santo... —murmuró, sintiendo súbito miedo.

No era idiota, pero... ¿de verdad habían muerto? Miró a Fátima con la expresión algo compungida, y tensa y continuó adelante, intentando no mirar demasiado esos cuadros. Se detuvo ante las tres nuevas puertas, mientras los demás pasaban por una u otra. Unos cuantos a Diablo, otros a Payaso...

Ninguno a Invisible.

Bueno, entonces ellos serían los primeros. Tomó el pomo con la mano e inspiró hondo. Quién sabía lo que aguardaría tras esa puerta.

—Allá vamos —Quiso sonar lo más seguro posible.

¿Lo habría conseguido?

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